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En nuestro camino por RAMSIN

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Notas del capitulo:

la calma antes de la tormenta, el destino ligado a 4 personas, hakkai luchando por mantener la calma bajo ese momento tan esperado para el y gojyo.

Este fic es un Gojyo x Hakkai ( los adoro ), también algo de Sanzo x Goku ( aun pienso si solo será algo shonen ai o no, lo veré en el camino del fic, otra cosa, lemon, acción, algo de violencia, Mpreg. si no les gusta o no saben qué demonios es pues tienen chance de devolverse o cerrar la ventana, no obligo a nadie a leer lo que no quieren y es bajo su propio riesgo si lo hacen, por lo demás ahora si les dejo en el fic.

 

En nuestro camino.

Capitulo 11

Unos pasos seguros.

 

Una tibia mañana, realmente agradable para los anteriores días de viaje cuando el clima cambio abruptamente causándoles dificultades enormes en su recorrido, el frio y el terreno de montaña podían ser en apariencia paradisiaco y hasta lindo para los viajeros que acostumbraban caminos más secos y temperaturas más altas. Pero el recorrido debe continuar o mejor dicho hacer una pausa obligatoria gracias a uno de los integrantes del grupo, ya Hakkai no podía mas con el viaje en su estado, llevando una minuciosa cuenta mental sabía que su tiempo se agotaba y al pisar los 8 meses fue el indicativo de que el grupo debía hacer una pausa hasta que el castaño diera a luz, sin duda Sanzo no lo tomo muy bien pero que mas podía hacer, solo se maldecía por lo bajo mientras que Gojyo le hacía recordar quien había metido en ese lio a Hakkai, la diosa de la misericordia y sus "travesuras" solo lograron que en esos 8 largos meses las cosas fueran de un punto a otro muy diferente.

-          ¡Sanzo! - Goku fue a su encuentro sujetándose de la túnica del monje mientras este lograba acercarse donde detuvieron el jeep. -

-          ¡Te he dicho mil veces que no me abraces en frente de todo el mundo! - empujo sin ánimos al chico, aun después de consumada su relación para el monje era muy difícil dejarse mimar. -

-          ¡Monje enojón!

-          ¿Como... dijiste? - saco su pistola de entre sus ropas. -

-          Que.... - miro el arma brillando con malicia para él. - nada.

-          ¿Donde están el par de tortolos? - miro aburrido hacia donde estaba el jeep estacionado. - 

-          Fueron a preguntar por la partera del pueblo. - miro aburrido hacia el cielo nublado, aquel clima invernal nunca le gusto, le traía malos recuerdos de su encierro. -

-          ¿Partera? - el rubio arqueo una ceja con notable impresión. - ¿acaso Hakkai se sintió  mal?

-          No lo sé.

-          Como que no lo sabes... si ese mocoso va a nacer... - debía admitirlo, le aterraba internamente el destino de ese niño cuando llegara al mundo. -

-          No lo sé, es no lo sé. - inflo los cachetes y se subió a la parte trasera del jeep. - tengo frio.

-          Pues te lo aguantas... nos quedaremos en este pueblo por unos días.

-          No me gusta la nieve, no me gusta el frio y no me gusta este pueblo.

-          No seas llorón. - le lanzo una manta sobre los hombros, cuando el monje quería podía ser "cariñoso" a su modo. - abrígate bien.

Ambos esperaron un rato en el sitio a que Gojyo y Hakkai regresaran, la tarde comenzaba a caer y las nubes grises cubrían más aun el cielo indicándoles una venidera tormenta, la temperatura bajaba así que disimuladamente Goku logro escabullirse entre los brazos del monje, ambos sentados en jeep dándose calor.

-          ¡Hey! - la inequívoca voz de Gojyo alerto al dueto que de inmediato se separaron de su abrazo. -

-          ¿Porque diablos tardaron tanto? - el monje miro de reojo a Hakkai, venía muy bien abrigado con una manta azul marino que disimulaba en cierto modo su enorme vientre. -

-          Estuvimos preguntando por la partera del pueblo pero no tienen. - el castaño bajo la mirada algo contrariado. -

-          ¿Acaso no nacen mocosos en este pueblo?

-          Si nacen, pero la partera que los atiende vive en las montañas, es una especie de curandera así que cuando alguna mujer a va dar a luz suben a la montaña por ella.

-          Pues decidan qué hacer, yo conseguí una pequeña casa en las afueras de este lugar. - el monje se encogió de hombros desinteresado. -

-          Me parece ortodoxo que una curandera me ayude pero... creo que eso es mejor que nada, el próximo pueblo está a más de 4 días de camino y con este clima no aseguro que resista. - acaricio su vientre con suavidad, algo muy dentro de él le daba avisos de no continuar el viaje por la salud suya y la de su hijo. -

-          Nos quedamos. - sentencio Gojyo respaldando las palabras de su amante. -

El destino se traza y se marca como un tatuaje en la piel, aquella noche el cuarteto llego a la casa que había conseguido el monje, el sitio estaba muy bien equipado para vivir, además de que por ser una casa hecha para el clima indómito de esos parajes, no faltaba la calefacción y una enorme chimenea en el centro de la pequeña sala, el agua se sacaba de un pozo cercano tras la casa y el lugar estaba dividido en dos habitaciones y una cocina acogedora por su pequeñez pero también por su eficiencia.  En un abrir y cerrar de ojos ya estaban instalados y habían pasado dos semanas mortalmente calmadas, era extraño no tener que escapar de ataques demoniacos, dormir a la intemperie y esos menesteres que eran el pan nuestro de cada día, se había vuelto rutinaria sus vidas por un corto instante en ese tiempo.

-          ¿No duele? - Goku miraba impresionado como el vientre del castaño se deformaba con los movimientos del bebe, los últimos días le había sentido más activo que antes. -

-          A veces. - poso su mano sobre lo que el juraba era el pie de su hijo, estaba presionando uno de sus costados por debajo de sus costillas, eso solo le hacía estar seguro que ya el bebe se había volteado a su posición para nacer. -

-          ¿Qué nombre le pondrás? - se quedo arrodillado junto a Hakkai que estaba muy cómodo recostado en un pequeño sillón cerca del acogedor fuego de la chimenea. -

-          No tengo la menor idea aun. - pensó en las veces que quiso entablar el tema con Gojyo y acababan peleando por sus diferencias. -

-          ¡NO VUELVO A SALIR POR AGUA! - un Gojyo tiritando de frio lograba entrar a la casa en medio de la ventisca que azotaba esa tarde en la montaña. -

-          Esta noche abra tormenta. - el castaño trato de levantarse del sillón con ayuda de Goku, su peso extra era un gran impedimento últimamente. -

-          ¿No deberías estar acostado?  - dejo en el suelo los dos baldes de agua que fue a buscar. -

-          Ya se me paso el dolor en las caderas, hare la cena y me volveré a acostar. - sonrió tranquilamente mientras salía rumbo a la cocina, el cocinar le hacía olvidar los malestares que en los últimos dos días le aquejaban. -

Monotonía total, pero lo único bueno de todo eso para el grupo era que tenían una comida caliente todos los días y más aun privacidad entre ellos, Sanzo y Goku ya habían roto record en dejar sus problemitas íntimos pasados, ambos se entregaban fervientemente cuando querían y como querían, cada uno entendía el modo del otro así que no había ningún problema en su pequeño mundo, con Gojyo y Hakkai las cosas estaban algo tensas, la espera hacia del medio demonio algo irritable ya que estar varados no era divertido, tampoco ya tenía intimidad con el castaño, hacia más de un mes que eso se detuvo por Hakkai, le daba pánico que en alguno de aquellos excitantes movimientos el bebe fuera lastimado o que su parto se adelantara así que ambos debían conformarse con el cariño a distancia.

-          ¡Vamos a jugar cartas! - Goku llego muy feliz frente a la mesa donde todos habían culminado la cena. -

-          Vas a perder mono tonto. - Gojyo le arrebato el mazo de cartas en un segundo. - vean al experto.

-          ¿Sanzo, vas a jugar? - Goku miro como el monje solo encendía un cigarrillo muy ajeno a lo que pasaba en la mesa. -

-          ¿Qué? - alejo su vista de la cocina donde se podía ver la figura de Hakkai moviendo algunas cosas. -

-          Estas como en otro parte del mundo.

-          Dame cartas. - el rubio palmeo la mesa con seriedad. -

-          ¿Qué apostamos? - el medio demonio sonrió malicioso, tenía ganas de dejar a todos mal. -

-          Que tal el nombre del mocoso.

-          ¡Óyeme!, no voy a dejar que alguien más que no sea yo diga cómo se llamara mi hijo.

-          Opino igual que Gojyo, no me parece la mejor apuesta para esta noche. - Hakkai apareció en un segundo detrás de ellos secando un enorme cuchillo de cocina sonriendo como si nada. -

-          ............ - el trió decidió no hablar más del tema pero si continuo jugando un rato mas por esa noche que pintaba muy fría gracias a la nevada que caía. -  

Los cuatro estaban sentados en la mesa, jugando cartas como siempre, Gojyo y Hakkai siempre eran los más favorecidos pero esa noche el castaño como que había perdido su toque ya que hasta Sanzo pudo ganar varias manos y Goku estuvo a punto también complicándole la vida al orgulloso pelirrojo.

-          PAGEN. - sentencio el rubio con una mirada prepotente al soltar su mano en la mesa. -

-          ¡No otra vez! - el pelirrojo lanzo sus cartas de mala gana y paso a mirar a Hakkai sentado a su derecha. - ¿qué sucede?

-          No es nada, estoy algo cansado... - sobo su baja espalda con firmeza. -

-          ¡Juguemos otra! - Goku recogió las cartas emocionado mientras el castaño se ponía de pie y desaparecía rumbo a la cocina. -

Necesitaba tomar algo caliente así que prendió la estufa y puso un poco de agua a hervir, estaba muy pensativo esa noche, su cuerpo recostado cerca del calor le agradaba en sobre medida esa noche fría, mientras estaba absorto en sus pensamientos no sintió como alguien se poso tras él.

-          ¿Cuando se lo dirás a Gojyo?

-          Sanzo. - el castaño se giro asustado por las repentinas palabras del monje. -

-          Entonces, ¿pretendes hacer que nada pasa hoy? - bajo su mirada hacia el vientre de su compañero de viaje. -

-          Como... - abrió en grande los ojos, del que menos pensaba darse cuenta de su situación era él. -

-          Desde la hora de la cena. - dejo ir una bocanada de humo entre sus labios. - cocinaste fatal... y estas como un animal enjaulado, rondando por todos lados como si algo te incomodara más de lo normal.

-          Debo admitir que esperaba a que Gojyo lo notara primero. - suspiro por lo bajo mientras miraba como el agua en la estufa comenzaba a hervir. - me siento mal desde hace unas horas.

-          ¿Y?

-          Quiero esperar a que amanezca, no voy a arriesgar la vida de alguno de ustedes para que suban la montaña con la horrenda tormenta que hay.  - bajo la pequeña olla de la estufa y paso a hacerse un poco de té. - estaré bien hasta que amanezca.

-          Es tu problema, pero si fuera yo le avisaría al idiota ese que esté listo.  - salió de la cocina tan rápido como llego. -

-          No quiero que salgan en medio de esa tormenta... - acaricio su espalda como buscando alivio al dolor que sentía. -

Hakkai decidió esperar pacientemente, había leído algunas cosas en libros que compro pero nada muy detallado de lo que le sucedía, todo era extraño para él, sentía instintivamente que su bebe nacería pero no sabía en cuanto tiempo ni como exactamente podría ayudar a que eso sucediera, mientras la noche avanzaba y el resto del grupo seguía jugando cartas, el se enclaustro en la habitación donde dormía con Gojyo, algo empezaba a molestarle más, una sensación de alivio en su diafragma solo indicaba que el bebe bajo encajando en su pelvis y preparándose para nacer, trato de dormir un rato para dejar el tema así que se acurruco de lado en la cama envuelto en algunas mantas y acompañado de Hakuryu que apenas le sintió entrar a la habitación le siguió el paso y no se despego de él.

-          Kiuuuu.... - el animalito le lamio la mejilla al ver como Hakkai fruncía el ceño, era la primera vez que sentía tan vivido ese dolor. -

-          Tranquilo, voy a estar bien. - rasco con su dedo la cabecita del dragón. -

-          Kiu. - dio un pequeño salto montándose sobre el vientre de Hakkai, allí se volvió un ovillo  como hacia siempre desde que estaba en estado. -

-          Gracias por preocuparte Hakuryu. - cerro los ojos para conciliar el sueño. -

El sueño le venció por un rato, no supo cuanto logro dormir pero en medio de la oscuridad y el sonido de la brisa contra las ventanas se levanto exaltado por el dolor en su bajo vientre, era más fuerte que antes y en tiempos regulares por lo que pudo apreciar, buscando alivio se quito todas las mantas de encima y paso a acostarse de lado tumbando en el proceso a un dormido dragoncito que cayó estrepitosamente al suelo con el movimiento de Hakkai.

-          ¡KIUUUU! - alzo el vuelo chillando como loco mientras revoloteaba encima de un adolorido castaño. -

-          Cálmate, solo es el bebe... - estiro una de sus manos para que el animal se posara sobre ella. - solo es el bebe que ya viene.

-          Kiu. - se restregó contra el rostro ahora sudoroso de su dueño. -

-          Ya le diré a los demás. - gimió por lo bajo al sentir como el dolor regresaba inclemente recorriendo sus caderas y espalda. -

Haciendo un esfuerzo increíble se puso de pie y camino precariamente hacia la sala, todas las luces estaban apagadas y solo el chisporroteo del fuego en la chimenea acompaño a Hakkai en su inspección, con duda miro hacia la mesa donde estuvieron jugando cartas y que ahora lucia vacía, se asusto un poco de no ver a nadie así que con un nudo en la garganta se decidió a llamarlos.

-          ¿Gojyo, Goku, Sanzo? - hablo en voz alta y entrecortada, ese dolor era más de lo que imaginaba. -

-          El idiota no aguanto hasta el amanecer. - la inequívoca voz de Sanzo resonó en aquel lugar. -

-          ¿Dónde está Gojyo? - una sensación nada agradable se asentó en su cabeza. -

-          Salió a buscar a la partera junto con Goku. - el monje se movió de la ventana donde estaba parado contemplando el terrible viento que azotaba. -

-          ¿Porque no le detuviste? - dio unos largos pasos hasta donde el rubio y lo tomo de la túnica con rabia. - es peligros, se pueden perder o morir congelados antes de si quiera encontrar a la parter.... - no pudo seguir hablando, el dolor se apodero de todo su ser, con fuerza se apretó más aun contra la ropa de Sanzo, respirando pesadamente para buscar alivio. -

-          No aguantaras al amanecer. - dejo que el castaño se soltara poco a poco de su túnica, sabía que no estaba en condiciones de discutir la salida de Gojyo y Goku. -

-          Si les pasa algo será tu culpa... - sentencio con los ojos llenos de furia, sabía que era mandarlos a un desastre. -

-          ¿Prefieres a Gojyo vivo que a tu hijo? - espeto con frialdad. -

-          Yo puedo aguantar... - se alejo un poco del monje buscando donde sentarse. - aun no es grave.

-          Te volviste experto de la noche a la mañana.

-          Se lo básico. - se dejo caer en el sillón que siempre usaba para descansar. - las contracciones no son muy seguidas.

-          No me des detalles. - camino fuera de la sala con rumbo a su habitación. -

-          ¿A dónde vas?

-          A dormir. - noto la cara de angustia que tenía el castaño. - según tu, todo está bajo control así que no necesitas ni si quiera de mi compañía.

-          ¿Porque no se llevaron a Hakuryu? - hablo en voz alta por última vez antes de que Sanzo desapareciera por completo de su rango de vista. -

-          No lo necesitaban, el terreno era cuesta arriba según Gojyo.

-          Es... verdad. - recordó el camino que ellos inspeccionaron hacia unos día atrás, el dolor no le dejaba pensar en claro. - tardaran en subir y bajar.

-          Aguanta. - susurro con frialdad y encerrándose en su habitación. -

-          Aguantar...  - se sujeto con fuerza de los brazos del sillón al sentir como el dolor regresaba a sus caderas con exactitud mortal -

No sabía a ciencia cierta cuanto tiempo tardaría en avanzar su trabajo de parto y tampoco sabía cuánto le llevaría a Gojyo y a Goku subir a la montaña y bajar con la partera. Era una locura, una soberana locura que Sanzo les dejara ir y más aun que él se quedara prácticamente solo porque el monje no era ni sería la mejor de las ayudas en una situación así.

Con paso torpe y aprovechando entra cada contracción se dispuso a buscar los libros que había comprado, algunos eran muy rústicos y otros muy técnicos así que no sabía a cual hacerle caso, en lo único en que concordaban todos era que el bebe tardaba algunas horas en llegar a su punto de no retorno, que un trabajo de parto siempre era lento y doloroso para las primerizas y que podían pasar hasta más de 24 horas antes de que la madre diera a luz, esa afirmación no sabía si tomarla de modo positivo o negativo, una cosa era el tiempo y otra el dolor que sentía multiplicado por más de 24 horas seguidas.

-          Kiuuu... - el dragoncito estaba posado sobre el respaldo del sillón donde Hakkai intentaba leer esos horrendos libros. -

-          Todo estará bien. - hablo suavemente para calmar al animal que lucía tenso tanto o más que el. - Gojyo llegara en unas horas y todo terminara.

Y el mencionado estornudo en grande mientras seguía su precario camino por el borde de una escarpada ladera, la briza fría y la nieve no les brindaban seguridad, al contrario, si se descuidaban solo un poco de su camino acabarían rodando montaña abajo con desenlace en una muerte segura y dolorosa.

-          Me congelo. - susurro por centésima vez un Goku abrigado de pies a cabeza, odiaba la nieve y el frio que causaba sobre su cuerpo. -

-          Ya cállate y sigue caminando... no nos falta mucho para llegar donde esa bruja curandera. - saco de entre sus ropas un pequeño mapa que Hakkai pinto con el camino a seguir donde la partera. - vamos bien.

-          Gojyo. - Goku corrió un poco para alcanzar al pelirrojo que caminaba tan rápido como su alma le permitía en medio de ese clima y la oscuridad. -

-          Di.

-          ¿Que pasara si Hakkai tiene al bebe antes de que volvamos? - pregunto muy curioso. -

-          Que pasara... - se imagino a Sanzo con un bulto en sus brazos y maldiciendo con pistola en manos. - ¡mi hijo no  puede llegar al mundo en manos de un monje corrupto con malos modales!

-          Sanzo no es bueno ayudando. - mascullo el mono con resignación. -

-          ¡Más le vale a Hakkai cerrar esas piernas!... ¡no va a permitir que ese monje le ayude si llega a pasar algo! - apretó su puño con saña y alzándolo en alto. -

-          Gojyo.... - Goku le hablo algo asombrado. -

-          ¡Ya deja la conversación y sigamos el camino! - guardo sus manos en los bolsillos de su abrigo. -

-          Creo que se te fue algo de las manos.

-          ¿Algo?

Ambos se miraron con duda y hasta riéndose un poco del asunto, pero una brisa mas fuerte comenzó a soplar desde la parte alta de la montaña causando sonidos dantescos y espeluznantes.

-          ¿Era el mapa verdad? - Gojyo con sendas lágrimas miraba hacia el acantilado delante de ellos. -

-          Creo que si.... - Goku le respondió llorando igual de aterrado. -

-          ¡ESTAMOS PERDIDOS! - gritaron los dos a la vez en medio de ese paraje solitario. -

De regreso a la casa, habían pasado unas 3 horas desde que el dúo salió en busca de la partera, las llamas de la chimenea se habían amainado un poco pero eso ya no le importaba a Hakkai, solo estaba concentrado en manejar el dolor, su cabeza estaba enterrada en la espalda del sillón, su cuerpo doblado hacia delante le hacía más llevadero el dolor, sentía que liberaba sus caderas de un peso extra, así que cuando llegaba una contracción se inclinaba contra aquel mueble en busca de apoyo, no se sentía asustado todavía, creía que por el tiempo su compañero tardaría más de 3 horas así que aun con mente positiva esperaba, por su parte Hakuryu seguía alerta junto a su amo, revoloteando sobre su alrededor y dando pequeños chillidos angustiosos cuando el castaño gemía por lo bajo gracias al dolor.

-          Tengo sed.... - movió su cabeza un poco para mirar hacia donde estaba posado el dragón frente a él en una silla. - ojala pudieras traerme un vaso de agua Hakuryu.

-          Kiu. - el animalito ladeo su cabeza en posa pensativa, solo sabía que Hakkai sufría mas con el paso de las horas. -

-          Tómatela. - de la nada se poso frente a él un vaso de vidrio lleno de agua fría. -

-          Sanzo. - dio un respingo algo sobresaltado por la llegada del monje, no le sintió en ningún momento acercarse a él. - gracias.

-          Te deshidrataras a ese paso. - miro como el rostro del castaño estaba totalmente bañado en sudor y bajo el también el suelo de madera estaba cubierto de incontable gotas de sudor. -

-          ¿No podías dormir? - tomo el vaso y bebió aquel liquido helado como si su vida dependiera de ello. -

-          Algo así. - se sentó en la silla donde estaba el dragón posado. - ¿no han llegado?

-          Aun no. - bajo la cabeza al sentir como el dolor regresaba a él, sintió como una oleada mas inclemente que antes le hizo soltar el vaso de vidrio que en segundos cayó al suelo quebrándose en varios pedazos. -

-          Hakkai. - el rubio se agacho cerca del mencionado para recoger los trozos de vidrio. -

-          Ya... paso. - susurro agotado y dándose algo de ánimos a sí mismo. -

-          ¿El vaso todavía tenía agua? - pregunto con seriedad alzando la vista hacia el castaño. -

-          No... pero - noto que sus pantalones estaban húmedos como si se hubiese derramado agua caliente en ellos, incrédulo bajo la mirada para verse parado en medio de un charco de agua. - acabo de romper fuente.

-          Maldición. - sentencio el monje con una mano en la cara. -

 

Continuara...

 

Como les quedo el ojo! Jajajaja, en que lio he metido al pobre de Hakkai y también sin quererla o beberla Sanzo esta hasta los codos inmiscuido también, que sucederá?, Gojyo y Goku lograran llegar donde la partera?, será que no se perderán en el camino después de extraviar el mapa?, llegaran a tiempo?, Sanzo ayudara? Que malvada soy!  XD.

 

Próximo Capitulo:

Quién dijo miedo

 

¡Urasai!

 

 

-          ¡ROTUNDAMENTE NO!

-          Pero Sanzo...

-          EH DICHO QUE NO Y ES NO. - se cruzo de brazos totalmente negado. -

-          Estamos solos, no le diré a nadie lo que harás por mí. - el castaño le miraba suplicante y con cara de perrito abandonado acostado en la cama. -

-          Maldición... y mil veces maldición, ¡hubiese ido yo a esa montaña! - suspiro iracundo y remangando las mangas de su túnica hasta los codos. -

-          Solo debes poner tus manos allí y... - tapo su boca con su mano derecha para evitar soltar un gemido. -

-          ¡NO GIMAS! - grito todo sonrojado ya que tenía sus manos en el sitio que le dijo Hakkai. -

-          ¡ES... POR EL DOLOR! - enterró su cabeza entre las almohadas de la cama. -

-          Desgraciado Gojyo... espero que llegues pronto a hacer lo que te corresponde. - mascullaba en voz baja mientras pasaba las palmas de sus manos por las caderas del castaño. -

 

Notas finales:

GRACIAS POR LEER


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