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En nuestro camino por RAMSIN

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Notas del capitulo:

capitulo final, hasta aqui llega el viaje?, o solo una pausa en el desenfrenado camino de nuestro caurteto de chicos, como la diosa sabe de regalos y de futuro... todo por quien quiero.

Este fic es un Gojyo x Hakkai ( los adoro ), también algo de Sanzo x Goku ( aun pienso si solo será algo shonen ai o no, lo veré en el camino del fic, otra cosa, lemon, acción, algo de violencia, Mpreg. si no les gusta o no saben qué demonios es pues tienen chance de devolverse o cerrar la ventana, no obligo a nadie a leer lo que no quieren y es bajo su propio riesgo si lo hacen, por lo demás ahora si les dejo en el fic.

 

En nuestro camino.

Capitulo 13

Soe para todo el mundo

 

Llantos, llantos tormentosos, desorden y muchas cosas nuevas que experimentar sin siquiera proponérselo, ese era su despertar de todas las mañanas, podía escuchar los claros lloriqueos de la mocosa como si estuviese en su habitación, con pesadez se tapo los oídos girándose al mismo tiempo boca abajo pero algo le impidió culminar aquel acto, su cadera estaba apresada por las piernas de Goku, el mono tenia la mala maña de apretarlo por las noches como si estrujara un cojín, suspiro pesadamente y paso a primero deshacerse del mono empujándolo lejos de su cuerpo, aquel acto solo logro que Goku abriera los ojitos y le mirara con total inocencia.

-          Buenos días Sanzo. - mascullo con una risita tímida, aun le sorprendía tenerlo tan cerca cada mañana. -

-          Quiero mi espacio personal de regreso. - sin nada de cariño empujo a Goku hasta hacerlo soltarse de él. - ¡no soy tu almohada!

-          ¡Te levantaste con el pie izquierdo! - grito todo enfadado por lo que le hizo el monje. -

-          Entre la mocosa y tú me volveré loco. - salió de la cama de mala gana. -

-          Solo llora, Hakkai dijo que era normal que llorara...

-          ¿Llora?, acaso no la oyes toda la noche pegando berridos como un animal moribundo.

-          Exageras. - Goku le miro dudando. -

-          Tu... mono tonto, ¡claro que no la escuchas porque duermes como roca!

-          Tengo el sueño pesado.

-          Al igual que tu cabeza. - sentencio con ironía. -

-          Eres malo cuando estas desvelado.

-          Cállate. - salió de la habitación azotando la puerta en el proceso. -

Se sentía en un agujero sin fondo, desde hacía una semana que no podía dormir bien gracias a los llantos de la nueva integrante del grupo, la pequeña bebe era escandalosa hasta el límite de lo posible según Sanzo, había aguantado todos esos días callado, pero esa mañana el dolor de cabeza le bailaba en las sienes y sentía ganas de ir a gritarle a alguien que callaran a esa niña de una vez por todas, con ese pensamiento se dirigió a la habitación de los nuevos padres, de un solo y fuerte punta pie abrió la puerta ya listo para lanzar un monumental regaño cuando noto que los estridentes lloriqueos se detuvieron en un segundo dejando a Sanzo con el regaño en la punta de la lengua.

-          ¿Qué te trae por aquí tan temprano Sanzo? - una voz fúnebre le hablo suavemente mientras seguía en su labor. -

-          Eh... - dudo en seguir conversando, mejor dicho, temió por su integridad física al ver lo pesado que estaba el ambiente. -

-          Habla Sanzo - sama. - un pelirrojo con cara de no haber dormido en días camino hasta donde el mencionado. -

-          Yo... - noto de inmediato que Gojyo estaba trabajando en piloto automático, parecía un zombi andante. -

-          Si no vas a decir nada, te recomiendo cerrar la puerta por favor, a Soe le hará daño la brisa fría que entra. - el castaño estaba sentado en la cama con la pequeña en sus brazos calmándole el apetito. -

-          ............. - sin querer rodo la mirada hacia la niña, aquella escena le avergonzaba por alguna razón. - ya me retiro.

-          Es lo mejor. - Hakkai le lanzo una mirada asesina, también lucia cansado y ojeroso por los días sin sueño. -

Jamás había sentido tanto terror infundido por sus propios compañeros de viaje, se sintió que si solo se quejaba un poquito moriría allí dentro.  Pero, ¿Ahora qué hacer?, se sentía frustrado de no poder gritar a los cuatro vientos su falta de sueño, a los culpables no podía ni mirarlos y la mocosa no dejaría de ser llorona solo por el armar un lio, con esos pensamientos se devolvió a la habitación dejándose caer de lleno en la cama, había aprendido a notar las escasas horas de silencio, sin ánimos se llevo las manos tras la cabeza dispuesto a dormir un poco pero la voz melodiosa de Goku le saco de su intento.

-          Sanzo.

-          ¿Es que todo el universo se confabula contra mi descanso? - hablo entre dientes y con ganas de pagar su frustración con el mono. -

-          ¿Quieres desayunar en la cama? - un sonrojado Goku camino hasta la cama parándose cerca de donde estaba el monje aun con los ojos cerrados. -

-          Si está hecha por ti me envenena... - abrió los ojos y no pudo terminar de articular palabra alguna, la escena se robo toda su coordinación cerebral. -

-          ¿Es un sí? 

Con algo de pena el mono se dio la vuelta dejando a la vista de un impresionado Sanzo su espalda desnuda, los ojos del monje parecían a punto de salir de sus cuencas, delante de el estaba el pequeño chico con tan solo un mandil puesto, bajo este no había ni pisca de ropa pero si muchas malas intensiones, haciéndose el inocente ( aunque siendo Goku, todo lo hace con inocencia con o sin quererlo ) se agacho delante de Sanzo y eso fue la gota que derramo el vaso de pasiones que el monje tenia por dentro, que mocosa ni que falta de sueño, esto que estaba pasando ahora era capaz de hacerle olvidar el insomnio a cualquiera.

-          Dime que tú eres el desayuno. - jalo con brusquedad al mono haciendo que su cuerpo se estrechara contra el de Sanzo. -

-          Quizás. - ladeo la mirada con pena, sus mejillas estaban al rojo vivo cuando sintió el aliento del rubio sobre su cuello, hablándole con descaro provocador. -

-           ¿De dónde aprendiste esto? - sin pena alguna deslizo una de sus manos por la espalda desnuda del mono y bajo un poco mas acariciando las caderas del mismo. -

-          Eh... - un pequeño gemido placentero se le escapo de los labios al sentir los dedos del monje toqueteando sus muslos. - una vez, escuche una conversación sin querer...

-          Adivino, el Kappa pervertido se lo propuso a Hakkai. - acerco su cabeza al cuello de Goku para besarle. -

-          No... - hecho su cuello hacia atrás dejando que Sanzo besara a su gusto. - creo que Hakkai le decía que haría eso para castigarlo.

-          Una mente retorcida. - siseo el rubio con una gota resbalando por su cabeza. -

-          ¿Este mal que inventara?  - miro con ojitos tiernos a su rubio. -

-          Me estas tentando más aun. - con suavidad tomo la cintura del mono y lo hizo girar hasta quedar de espaldas a él. -

-          Sanzo... no... - sintió como ahora las manos agiles del nombrado se paseaban por su  vientre bajo el mandil, tocando a placer toda aquella piel suave y cálida. -

Pronto las caricias eran demasiado para el mono, su boca se curvaba en gemidos, una y otra vez al tiempo que el monje se dedicaba a acariciar su pecho con una mano y ocupando la otra en darle cariño al excitado miembro de Goku. No sabía como perdía la cabeza con el cuerpo de ese chico, sus sentimientos explotaban como fuegos artificiales, se sentía  arden en pasión desmedida y pronto deseaba desatar aquel calor que se apoderaba de sus bajos con maliciosa velocidad.

Aun con Goku de espaldas a él, deslizo su mano derecha hasta la boca del mismo, ni corto ni perezoso el mono se llevo tres de esos dedos succionándolos con suavidad, jugando entre ellos hasta que ya no estuvieron más allí, sintió como Sanzo le susurro un te quiero al oído para después sentir como uno de aquellos dígitos entraba en el suavemente, sus piernas temblaron al ritmo en que entraba y salía de el, con precariedad llevo sus manos a las rodillas del monje para darse estabilidad, sintiendo como el rubio besaba su espalda ya sudorosa, mordisqueaba su hombro y seguía con aquellos dedos moviéndose dentro suyo, desquiciándolo al punto que sus caderas también empezaron a balancearse en busca de mas sensaciones.

-          Quieres mas... - dejo la caricia anterior para poder desabrochar sus pantalones y liberar su palpitante miembro, necesitaba continuar aquel acto tanto como Goku. -

-          Sanzo... te amo. - gimió con fuerza al sentir como el rubio entraba en el, sus manos apretando sus caderas y haciéndole bajar, sintiendo por completo como palpitaba la humanidad del monje dentro suyo. -

-          Lo sé. - gimió por lo bajo mientras respiraba entrecortado, aquel estrecho espacio era sofocadoramente divino, siguiendo su pasión, hizo que Goku girara su rostro lo suficiente para atrapar aquellos rojos y e hinchados labios entre los suyos, besándole con locura desmedida, sintiendo como sus lenguas se entrelazaban en un frenesí exquisito y acompañado por embestidas rítmicas y profundas. -

Su mundo había cambiado un poco, solo un poco, se sentían unidos desde antes de conocerse físicamente, pero ahora, en ese instante en el tiempo y en el espacio les brindaba la verdadera conciencia de dos almas que nacieron para encontrarse una y otra vez como un juego del destino, de la casualidad o de los dioses. Sea lo que sea, en ese mundo no les importa nada a los dos, solo saben que su pasión es grande y la inocencia no se pierde cuando la entrega es pura y llena de sinceridad.

Una última mirada a esa pequeña casa, un último vistazo al lugar que les brindo seguridad y calidez por más de 4 semanas, ya habían pasado dos desde que nació la pequeña niña, todos estaban acomodando sus últimas pertenecías para seguir el recorrido al oeste, esa mañana habían estado muy callados todos, como sabiendo que su destino no es la paz y mucho menos el quedarse estancados para siempre, aquella fuerza emocional que les daba el viaje acompañado de aventura, peligros y sangre, ahora era un trauma para todos pero más especialmente para Hakkai, miraba preocupado a la pequeña que dormía bien abrigada en sus brazos, era muy chica para emprender ese recorrido pero no tenían otra alternativa, apenas con dos semanas de vida se veía metida en un mundo bizarro y a lo extremo.

-          Todo saldrá bien. - Gojyo le acaricio el hombro al ver como el castaño miraba la casa donde nació Soe. -

-          Es la primera vez que siento miedo de viajar. - dejo ir un pequeño suspiro melancólico. -

-          Logramos viajar esperándola, podremos seguir el viaje ahora con ella fuera de ti, no hay ninguna diferencia. - le animo un poco pero muy dentro de el también sentía ese miedo que infunde el ser padres y tener una vida que cuidar. -

-          Quiero creer que podremos. - poso su mano sobre la de Gojyo. -

-          Yo daré mi vida por ti y por ella, tenlo por seguro. - beso la mejilla de Hakkai al tiempo que posaba su mano libre sobre la cabeza de la bebe. -

-          Ella tiene un nombre muy conveniente...  - le sonrió a la bebe con ternura. -

-          Vida, la vida que nos está dando, el simple hecho de existir es increíble... por eso me gusto ese nombre para ella, nos recordara siempre que debemos seguir adelante.

-          No parecen palabras tuyas Gojyo. - Hakkai le miro divertido en verdad el pelirrojo no era una eminencia en conocimientos generales. -

-          Di la verdad Kappa pervertido, lo leíste en algún libro - la voz de Goku saco de su conversación a la pareja. -

-          ¡Mono idiota! - le enseño el puño dispuesto a golpearlo. - ¡me interrumpiste mi dialogo de papa genial!

-          Par de idiotas es hora de irnos. - Sanzo le estampo un abanicazo a cada uno en la cabeza. -

-          ¡MONJE APROVECHADO!, PENSE QUE EL MAL HUMOR SE TE IRIA CON EL SEXO!

-          ¡QUIERES MORIR AQUÍ MISMO!

En un segundo Sanzo estaba dando balazos a diestra y siniestra contra Gojyo que trataba de esquivarlos escondiéndose tras Hakuryu en su forma de jeep, pero aquel escándalo no hizo más que despertar a la pequeña que estaba rendida en brazos de su mama.

-          De ahora en adelante el uso de la pistola desterradora se limita a solo los demonios Sanzo... - Hakkai le sonrió al monje de manera malévola y muy de él cuando algo le molestaba. -

-          ¿Cómo dijiste?

-          Je je je.... Cero balazos delante de mi hija. - espeto Gojyo con emoción. -

-          Tampoco quiero gritos en el jeep ni desorden...

-          Eh... - Gojyo paro de burlarse del monje en un segundo. -

-          Nadie gana en este punto. - Sanzo le sonrió descarado al pelirrojo. - tu serás el primero en morir en manos de Hakkai.

-          ¿Entendieron todos? - un aura maligna rodeo a Hakkai, su monóculo brillo malicioso mientras que la bebe seguía llorando a moco tendido en sus brazos. -

-          Si... - el trió asintió desanimado, este viaje se volvería mas que a lo extremo, sería una tortura china andante con Hakkai en modo exterminador cada vez que su hija sea despertada por alguno del  grupo. -

De algún modo todos se ajustaron a las nuevas normas, Hakkai volvió a ser el conductor  ya que la bebe viajaba más segura atrás en un pequeño cesto de mimbre bien acolchado que resguardaban celosamente Gojyo y Goku, en el asiento del copiloto, como siempre, permaneció un Sanzo algo incomodo ya que primero no podía darles de balazos y abanicazos a los pasajeros de atrás cuando quisiera y segundo, las responsabilidades maternales de Hakkai lo descolocaban cada ciertas horas.

-          ¿Cómo demonios puedes conducir y hacer eso? - Sanzo miraba de reojo a cierta pequeña mocosa pelirroja prendada del pecho de su mama. -

-          Tengo buenos reflejos... y no creo que te agrade que me detenga cada 3 horas para alimentar a la bebe. - mantenía su mano izquierda sobre el volante mientras con la derecha sujetaba el cuerpo pequeño de su hija, en esos instantes admiraba  lo agiles que podían ser las mujeres cuando no solo deben cuidar un niño si no seguir ocupándose de su casa y muchas cosas más. -

-          Tengo hambre... - Goku se atrevió a interrumpir el silencio que había. -

-          No llevamos ni dos horas de viaje y ya tienes hambre, ¡pozo sin fondo! - la costumbre hizo que Sanzo sacara su abanico. -

-          Sanzo, no podre maniobrar si tú te levantas del asiento para golpear a Goku.

-          Mmm.... - susurro entre dientes el rubio y guardo el abanico. -

-          Gracias.

Pasaron como unas horas más en las que el cuarteto siguió en silencio, no parecían ellos, hasta que el mismo Gojyo le sorprendió la paz que había, ni la bebe si quiera había despertado en todo ese rato después de que comió.

-          Mono... di que tienes hambre. - el medio demonio le pico con el dedo en el cachete al chico. -

-          No es lo mismo - suspiro por lo bajo mirando la cabellera de Sanzo delante de él. -

-          ¡Me va a matar este silencio! - el pelirrojo se restregó la cabeza con saña. - ni si quiera Soe ha llorado.

-          Gojyo... - Hakkai le llamo serio y cortante. -

-          Nos vienen a dar la bienvenida después de un mes... - sonrío con emoción mientras pasaba a tapar la cesta donde dormía la niña. -

-          ¡Acción! - Goku se puso de pie sobre el jeep y saco su báculo. -

-          Ya sabíamos que este día volvería. - el rubio monje desenfundo su pistola con felicidad. -

El grupo esperaba la aparición de los demonios, sentían su presencia sedienta de sangre, ni si quiera ocultaban sus deseos pero si muy bien sus cuerpos ya que entre la maleza y el precario camino de montaña que descendían no habían logrado ver ni un solo ser, pero aquella quietud solo les dio la bienvenida a un montón de rocas que empezaron a bajar desde lo alto de la montaña, peñascos de todo tamaños descendían estrepitosamente con la clara intensión de aplastar el jeep con sus ocupantes dentro.

-          ¡SANZO TOMA EL VOLANTE! - Hakkai logro esquivar varias de aquellas rocas pero ya el camino se estrechaba mucho evitando las maniobras. -

-          ¡Rápido! - el monje se puso de pie y dio algunos balazos antes de cambiar asiento con Hakkai. -

En pocos segundos el castaño estaba con sus manos extendidas hacia arriba haciendo una barrera de ki, las rocas caían sobre la misma pero solo lograban desintegrarse al hacer contacto con ella.

-          ¡Volvieron tus energías Hakkai! - Goku sonrío feliz al ver como seguían bajando la montaña mientras las rocas no los tocaban. -

-          No por... mucho tiempo, aun no tengo las energías completas... - sintió como el esfuerzo empezaba a pasarle factura, sus brazos bajaban un poco y el escudo antes solido y visible se comenzó a debilitar. - Sanzo acelera...

-          ¡Estoy al máximo! - conducía como loco mientras las rocas ahora caían menos pero más grandes. -

-          ¡Debemos salir de aquí antes de que esas cosas nos hagan puré! - Gojyo se puso de pie y miro a Hakkai con seguridad - déjamelo a mí.

-          Pero Gojyo...

-          Sujeta bien a la niña.

En un segundo Hakkai quito la barrera y se paso atrás para tomar entre sus brazos a la bebe que estaba comenzado a gimotear con el estruendo y los movimientos del jeep, el pelirrojo saco su lanza y usando la cadena con punta de media luna logro hacer que varias de las rocas cambiaran su curso antes de caer sobre ellos, al  mismo tiempo Goku se valió de su báculo para destrozar otro montón de rocas mas, entre los dos volvieron aquel alud de piedras en un montón de piedrecillas inofensiva.

-          JE JE JE ¡LO LOGRAMOS! - grito con emoción el mono al ver que ya no caían rocas de arriba. -

-          ¡UN ARBOL!

El cuarteto solo logro ver la sombra enorme que salía de la nada y acabo sepultándolos entre ramas y mas ramas, los segundos se volvieron eternos para todos, después de aquel ataque despertaron atorados entre ramas espinosas de aquel monumental árbol, con dificultad Gojyo abrió los ojos para verse enterrado hasta la cabeza de hojas y ramas, su cuerpo estaba adolorido pero estaba vivo hasta donde sabia, pronto su cabeza dejo de dar vueltas y una sola cosa se metió en su pensamientos con terrorífica rapidez.

-          ¡HAKKAI!, ¿ESTAS BIEN? - grito unas cuantas veces pero nadie le respondió. -

-          Gojyo... - la voz de Goku fue lo que le hizo moverse con dificultad entre las ramas. -

-          ¿Goku, donde está Hakkai? - ayudo al chico a salir de entre dos enormes ramas que lo aprisionaban muy cerca suyo. -

-          ¡Estaba a mi lado antes de que este estúpido árbol nos cayera encima!

-          ¡HAKKAI! - ambos gritaron con nerviosismo. -

No muy lejos de ellos el castaño despertó gracias a las lamidas cariñosas que le daba Hakuryu, había logrado regresar  a su forma de dragón antes de que el árbol les callera por completo, por eso todos estaban esparcidos por aquel lugar.

-          Hakuryu. - el chico abrió los ojos con dificultad, le dolía la cabeza y sin contar que aun su cuerpo estaba en proceso de curación, sintió rápidamente como algo cálido descendía por su frente y bañaba su badana verde que llevaba en la cabeza. - sangre.

-          Kiuuuu... - el animalito alzo vuelo jalando de la ropa del castaño. -

-          Ya me.... - en un segundo sus ojos se desorbitaron al ver que no tenía a la bebe en sus brazos, por alguna razón no estaba con él y eso le aterro. - LA BEBE... ¿DONDE ESTA SOE?, HAKURYU AYUDAME...

-          ¡Kiuuu! - el animalito voló rápidamente por los alrededores en busca de la pequeña. -

-          ¡HAKKAI! - la voz de Gojyo y Goku llego a sus oídos haciéndole salir de donde estaba enterrado sin pensar en el golpe que tenía en la cabeza. -

-          GOJYO, ¿TU TIENES A SOE? - logro moverse entre las ramas hasta que vio al pelirrojo. -

-          ¿No está contigo? - el medio demonio pregunto angustiado ante las palabras de su amante. -

-          ¡No está conmigo! - un hueco horrendo se le hizo en el pecho, sintió como si algo malo pasaba con su pequeña. -

-          Sanzo tampoco esta... - Goku miro por los alrededores con agudeza. -

El trió empezó a buscar desesperado bajo las ramas destrozadas, la niña y Sanzo deberían estar cerca pero el sonido dantesco de risas los alerto de la llegada de aquellos demonios que les emboscaron en esa montaña.

-          Que patéticos se ven sin su monje. - uno de los demonios salto sobre una rama mostrándose sonriente y seguro. -

-          No estamos de humor para juegos... - Goku saco su báculo par atacarlo pero el demonio alzo algo que el trió reconoció de inmediato. -

-          El Sutra de Sanzo... - Gojyo miro con asombro aquel rollo que tanto han protegido. -

-          Tenemos a su amigo, pero creo que ya no importa mucho, eso sí, también traían un pasajero de mas.

-          Soe... - espeto Hakkai con angustia. - ¡tienen a la bebe y a Sanzo!

-          Los mocosos nos sirven de desayuno así que no los quedaremos...

-          MALDITOS DESGRACIADOS...

Hakkai perdió todo el control que tenia, algo muy dentro de él se removió hasta tocar su alma, el recuerdo de perder seres queridos se apodero de el cegándolo al punto de que cuando Gojyo y Goku trataron de detenerlo no pudieron, ya era muy tarde para hacerlo, solo pudieron ver un aura oscura rodeando a Hakkai, sus orejas se volvieron puntiagudas mientras que sus manos y uñas se estiraron volviéndose garras filosas, en su piel incontables tatuajes en forma de enredadera se presentaban dándole final a su trasformación.

-          Se... se quito sus limitadores. - Goku miro aterrado como el castaño se lanzo con todo sobre el demonio. -

La sangre baño todo a su paso, el Sutra de Sanzo salió despedido por los aires y fue  parar en manos del mono, este lo tomo incrédulo mientras que Gojyo buscaba desesperado los limitadores de Hakkai, debía ponérselos antes de que perdiera la razón por completo y fuera peor que Goku liberado.

-          ¡Mi hija!... ¡¿dónde está mi hija?! - el castaño trasformado solo podía gritar aquellas frases mientras terminaba de descuartizar al desdichado demonio. -

-          ¡ALTO!, ¡PARA HAKKAI! - Gojyo logro sujetarlo por la espalda a duras penas y alejarlo del cuerpo desmembrado del demonio. -

-          MI HIJAAAAAA.... - grito con toda su alma, su corazón estaba lleno de aquel dolor lacerante que te desgarra por dentro, que te quema y no te deja pensar. -

Gojyo logro ponerle los limitadores a duras penas mientras su rostro también estaba bañado en lagrimas, sabia del dolor y lo sentía tan profundamente como Hakkai pero no podía dejar que su amante se perdiera en la locura una vez más, con fuerza sobre humana le sujeto hasta que este dejo de gritar y volvió a ser el, sus ojos llenos de lagrimas y su rostro rojo por la sangre le hacía lucir tan distante y perdido en el dolor, igual a como le encontró Gojyo aquella noche de lluvia en medio del camino, suavemente le susurro algunas cosas en el oído y le trataba de calmar hasta que el sonido de inequívocos balazos los alertaron.

-          SANZO... ¡ESE FUE SANZO! - Goku corrió a todo dar dentro del bosque, sabía que Sanzo con o sin Sutra era un perro duro de roer. -

-          Vamos... la bebe debe estar con él. - Gojyo le ayudo a ponerse de pie y siguieron al mono en su carrera dentro del bosque. -

Aquel sonido de la pistola desterradora de Sanzo fue su guía, pronto Goku llego a un claro donde estaba el monje arrinconado contra un árbol y con algo entre sus brazos, sin duda ese algo era la pequeña Soe, le protegía con fuerza asombrosa ya que el grupo de demonios le superaban en número de 1 x 30.

-          ¡SANZOOOOO!  - Goku salto a la palestra emocionado y dando con su báculo a todo demonio que se acercaba a ellos. -

-          ¡Al fin aparecen buenos para nada! - ya con un poco de libertad, recargo su pistola al tiempo que maniobraba con la bebe. -

-          ¿Está bien la niña? - miro de reojo al monje. -

-          Mejor que nunca. - miro a la mocosa que estaba despierta y sin un rasguño, parecía asombroso ya que hasta Sanzo estaba todo maltrecho con el accidente del árbol. -

-          Qué bueno, Hakkai se volvió loco... porque pensó que le había pasado algo. - recordó con miedo aquel demonio de piel tatuada con enredaderas. - se aliviara de verla.

Mientras hablaban entre ambos iban bajando el numero de demonios que estaban atacándolos, los dos luchaban bien pero aquel desorden también fue captado por Gojyo que estaba ayudando a un ensimismado Hakkai a caminar, al ver a Sanzo a lo lejos con un bulto entre sus brazos algo dentro de el regreso a la vida, así que con cuidado y todavía hablándole a Hakkai decidió dejarlo a una prudente distancia y salir a ayudar al monje y al mono.

-          Mi bebe. - susurro el castaño mirando como todos seguían batallado con los demonios. -

Aquello era una guerra sin duda alguna, tantas semanas sin ser atacados tuvo su razón, lo más seguro es que todos los demonios esperaron al momento en que tuviesen la guardia baja el grupo y así lo lograron pero no por algo se ganaron el odio de los demonios, el grupo de Sanzo sabia como limpiar la basura de su camino.

-          Espero que mi hija no tenga ni un pelo fuera de su sitio. - Gojyo llego a la escena sonriendo feliz al ver que su pequeña estaba bien. -

-          Cállate la boca y trabaja... - el monje dio unos balazos mas sin que la niña se inmutara por el escándalo. -

-          ¡Y terminamos! - Goku grito emocionado al darle muerte con su báculo al último de los demonios. -

El sitio volvió a un silencio sepulcral, todo el suelo quedo bañado en cuerpos que se deshacían, Sanzo respiro profundo y acomodo su cuello como liberando el estrés del momento, de entre los arboles salió un Hakkai aun decaído que apresuro su paso al ver a la pequeña en brazos del monje, con una sensación de alivio increíble tomo a la bebe entre sus brazos y la acuno con suavidad al tiempo que besaba su cabecita y le desenvolvía de su manta para verificar que estuviese completa y sana.

-          Soe, Mi pequeña niña estas bien. - envolvió a la bebe entre las telas nuevamente. -

-          Perdiste la cabeza en un momento crítico - Sanzo miro las ropas del castaño bañadas en sangre. -

-          Yo... - se miro las manos cubiertas de sangre. - Gojyo, agárrala.

-          Cálmate, la bebe está bien, no tienes que ponerte así otra vez. - sujeto a la pequeña con cuidado mientras Hakkai seguía mirándose las manos. -

-          Mate como aquella vez - repitió unas cuantas veces con dolor -

-          No fue igual. - Gojyo hablo tajantemente. - no fue igual porque hiciste las cosas adrede, sabiendo y luchando por proteger  a nuestra hija, por eso considero que no es igual.

-          Mis manos... - miro las mantas de la bebe manchadas ahora de sangre. -

-          nuestras manos se mancharan de sangre las veces que sean necesarias por proteger a nuestra hija. - Gojyo entrelazo su mano con la del castaño, manchándose ambos con aquella sangre. - siempre será así, porque es nuestro deber como padres el protegerla.

Hakkai se tranquilizo un poco después de ello, se asusto de sí mismo con lo que sucedió pero agradecía a Gojyo, Goku y Sanzo por estar con él en esos momentos y hacerle ver que no era el asesino de años atrás, que solo era un padre protegiendo a su hijo. Después de aquel susto fue que se percataron de cómo estaban físicamente, Goku tenía incontables raspones por su cuerpo, Gojyo también, Sanzo había quedado inconsciente y por ello los demonios le habían sacado debajo del árbol y llevado con ellos, Hakkai recibió un golpe en la cabeza y hasta Hakuryu se lastimo pero lo más extraño fue que la bebe estaba perfecta, ni si quiera sus mantas se habían dañado, manchado ni nada, en verdad el monje no sabe como los demonios la sacaron de debajo del árbol pero lo que si les dejo pensando fue el encontrar la cesta de mimbre donde estaba Soe vuelta pedazos y colgando de una rama alta de aquel árbol.

-          No me explico cómo esta sin un solo rasguño. - el castaño la cambio por completo de las ropas ensangrentadas. - tienes un angelito que te cuido...

-          Un angelito que fuma, es amargado y usa pistola. - Gojyo le miro divertido ya que para él fue Sanzo quien evito que la niña muriera. -

-          Yo no tuve que ver con eso, solo le rescate de los demonios. - dejo ir una bocanada de humo con suavidad. -

-          Al final está bien, eso es lo importante. - acaricio la mejilla de su hija y después paso su mano por uno de los pequeños zarcillos dorados que tenia la bebe. - .......

-          ¿Que tiene? - Gojyo noto la mirada analítica de Hakkai en los zarcillos. -

-          Nada, solo pensé en algo sin sentido.

-           

Retomaron su camino, después de esa enorme prueba de valor y coraje estaban listos para seguir, ¡rumbo al oeste!.

 

El cielo azul claro parecía infinito en el firmamento, ni una nube sobre aquella bóveda celeste les interrumpía, en el agua se reflejaba un auto a lo lejos marchando con brío a su próxima aventura, una que no tiene parangón en el mundo y que no se sabe como terminara pero que sí es seguro será al modo de ellos, con una honda suave la figura desaparece del agua gracias a la mano de la diosa Kanzeon Bosatsu, una ligera risita sale de sus labios al tiempo que se incorpora y vuelve a su puesto cruzando delicadamente las piernas.

-          Fue un excelente regalo después de todo.

-          Pero casi muere esa niña... - el hombre de largo bigote le habla con cuidado tras ella. -

-          Por eso lo digo, fue un gran regalo esos zarcillos... la protegerán de todo mientras siga el viaje, cuando termine, Volverán a ser un par de alhajas tan comunes y corrientes como las mías. - acaricio sus pulseras de oro. -

-          Pensé que recapacitaría de sus locuras... - su sirviente agacho la cabeza resignado. -

-          Locura no, jamás llames al regalo de la vida una locura.

 

FIN

 

 

Kiaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!! ME ENCANTA COMO ACABO!!.... EERRR.... Que profunda puede ser la diosa cuando quiere XD. No se porque siento empatía con ella, será sus ideas locas pero me divierten!.  Debo pedir mil perdones por el retraso del fic, es que no tenia mente para escribir el final, cosas que siempre me pasan je je je. Pero ya esta y les tengo una gran noticia, tendrá segunda parte pero vista desde el punto de vista de otra parejita, dioses todo lo que pasara será por culpa de dos seres, la diosa inventora y mi amiga del alma Liho XD.... Ella me dio ánimos y muchas ideas increíbles para esta segunda parte!, ya casi tengo listo el capitulo así que espérenlo!, ahora es que hay Saiyuki para rato.  

 

¡URASAI!

 

Una parada obligatoria gracias al agotamiento, ya era de noche y todos trataban de descansar de su primer día de viaje, como aun no llegaban a un pueblo debieron dormir con las estrellas como techo y el suelo de tierra como cama, no importaba mucho después de todo, lo más importante es que estaban vivos y bien.

-          ¿Qué haces con la mocosa encima? - Sanzo miro al mono que paseaba de un lado a otro con la bebe entre sus brazos. -

-          Es que Hakkai estaba muy cansado y le pregunte si podía ayudarlo. - sonrió tiernamente meciendo a la pequeñita. -

-          Devuélvela antes de que se te caiga. - siguió fumando muy tranquilo sentado en una roca. -

-          Los bebes huelen tan bien. - sin pena alguna acerco su rostro al de la pequeña que pronto hizo un pequeño sonidito como gorgoteos. - KIAAAAAAAAAAAAA ¡QUE LINDA ES!

-          Bakasaru... - mascullo Sanzo con una gota rodando por su cabeza. -

Aquella escena no solo la veía el monje, desde otro lugar muy distante también se podía apreciar aquel tierno escenario, tan lindo e increíble que daban ganas de seguirlo viendo.

-          Le sienta bien la bebe en los brazos. - la diosa poso su mano en el mentón pensativa. -

-          No.... No.... Ira a.... - su sirviente tartamudea angustiado por las ideas que le pueden pasar a su "inventiva" diosa por la cabeza. -

-          Mí querido Kozen....

En un segundo el rubio monje estornudo a lo grande y un escalofrió nada agradable le recorrió la espalda de un segundo a otro.

-          ¿Te resfriaste? - Goku mira como el monje se quedo petrificado en su sitio después de estornudar. -

-          Tuve un mal presentimiento.

-          ¿Sobre qué?

-          No lo sé, pero no me gusto.

-          Todo está perfecto, nada puede cambiar ahora ¿o no? - miro a la pequeñita en sus brazos. - 

 

Notas finales:

GRACIAS, MILLONES DE GRACIAS POR LEER EL FIC Y ESPEREN ESA SEGUNDA PARTE!!


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