Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

En nuestro camino por RAMSIN

[Reviews - 22]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

En busca de pistas, porque la maternidad es un milagro y un destino, quien dijo que sanzo solo pensaba en el.

Este fic es un Gojyo x Hakkai ( los adoro ), también algo de Sanzo x Goku ( aun pienso si solo será algo shonen ai o no, lo veré en el camino del fic, otra cosa, lemon, acción, algo de violencia, Mpreg. si no les gusta o no saben qué demonios es pues tienen chance de devolverse o cerrar la ventana, no obligo a nadie a leer lo que no quieren y es bajo su propio riesgo si lo hacen, por lo demás ahora si les dejo en el fic.

 

En nuestro camino.

Capitulo 8

Un vientre infértil

 

 

El frio se colaba por su piel, sentía como  su torso estaba helado, con un leve quejido se pudo girar de lado para tratar de abrazarse en busca de calor, le dolía el cuerpo  y no sabía muy bien porque pero los recuerdos en su mente regresaban raudos y veloces refrescándole la memoria y haciendo que se incorporara lo más rápido posible, parpadeo unas cuantas veces notando que estaba en una enorme habitación que tenia la majestuosidad de un castillo real, incrédulo miro como era la cama de madera labrada finamente donde despertó, con sabanas rojas de seda y muchas almohadas mullidas y confortables, sus manos se deslizaron sobre ellas aun incrédulo por el sitio donde termino, solo recordaba vagamente a una niña, una pequeña con sonrisa desencajada y de cabellos negros que le seguía, aun confundido sintió como su pecho estaba helado, sus ropas estaban rotas dejando al descubierto su vientre, rápidamente trato de acomodarse pero fue interrumpido por el sonido chirriante y dantesco de una puerta siendo abierta poco a poco.

-          Despertaste. - la voz suave de alguien le hizo moverse hasta el fondo de la cama como buscando escudarse de lo desconocido. -

-          ¿Dónde estoy? - Hakkai miro con recelo a la figura alta y delgada que hacia aparición en esa habitación. -

-          En mi hogar. - se encamino hasta la cama donde estaba el castaño, era realmente increíble lo que sus sirvientes le habían traído. - tenias razón Lin.

-          Se lo dije mi señora, era especial. - la niña salió repentinamente de atrás de la mujer con algo en sus manos. -

-          ¿Cómo te llamas chico? - se sentó en el otro extremo de la cama encarando a un notablemente incomodo castaño. -

-          Perdonará mi falta de educación pero no contestare a nada hasta que sepa porque estoy aquí. - se abrazo a su cintura como buscando proteger al bebe que llevaba dentro, sentía que la mirada de esa mujer solo iba dirigida allí con insistencia. -

-          Tienes razón, no es cortes interrogar a alguien sin presentarse primero. 

Con una calma mortal aquella alta y delgada figura se levanto de la cama, dio unos pasos por la habitación mientras jugaba con sus largos cabellos grises entre sus dedos, parecía como si pensara en su siguiente paso, súbitamente se detuvo dando un suspiro de aburrimiento.

-          Soy la diosa protectora de este pueblo. - giro sus ojos verdes hasta encontrarse con los de Hakkai. - me llaman de muchos modos pero me gusta que me digan madre.

-          No es la primera vez que me encuentro con alguien que se auto nombra dios. - a su mente vinieron los recuerdos de la pelea a muerte con el rubio joven que no paraba de sonreír y jugar con sus víctimas sintiéndose el mismísimo Kami - sama. -

-          No vendré de los cielos pero si tengo el don de proteger a este pueblo, soy su madre protectora... - estiro sus brazos como dando un gran abrazo a algo invisible. -

-          Y... si proteges este pueblo, ¿qué tengo que ver yo en todo eso? - Hakkai bajo un poco la guardia, aquella mujer no parecía sedienta de maldad, al contrario, sus ojos entonaban una especie de tristeza. -

-          Preguntas mucho muchacho. - chasqueo sus dedos con suavidad. - Lin, dale las ropas.

-          Si. - la niña camino rápidamente hasta la cama y dejo su carga en la orilla de la misma. -

-          Vístete, debes tener frio, cuando cenemos te diré mas cosas interesantes. - se encamino a la puerta de la habitación. -

-          No necesito cambiarme de ropa para poder conversar. - miro con desconfianza aquellas telas. -

-          En mi hogar se anda vestido con decencia, además, no querrás estar por allí exponiendo tu vientre ¿o me equivoco? - sonrió suavemente y paso a salir de la habitación sin decir nada más. -

Hakkai sintió como un mal presentimiento se anidaba en su mente, aquella mujer aparentaba más de lo que imagino, con duda y aun titubeando se movió en la cama hasta la otra orilla y tomo una de las ropas ante la mirada atenta de la niña pelinegra, esta se había quedado parada junto a la puerta después de que su ama se fue.

-          No tienen nada de malo. - susurro con una pequeña risita maliciosa. - te quedaran bien en tu condición.

-          No tiendo a ser travestido. - frunció el ceño al ver que la ropa era un elegante traje color violeta, realmente parecido a un kimono. -

-          A mi señora le gusta la ropa del lejano oriente, se agradecido y úsala. - dio dos pasos hacia la puerta. - vendré cuando la cena este servida.

El silencio regreso a ese enorme lugar, apenas se sintió seguro camino hasta la puerta para tratar de abrirla, necesitaba escapar de allí como fuera, esa "diosa" no le daba buenas intensiones, con mucho cuidado se acerco a la puerta e intento tocar las manijas doradas para abrir pero un corrientazo desagradable le impidió si quiera tocarlas.

-          Un kekai.... Porque no me asombra. - suspiro por lo bajo y se devolvió en sus pasos hasta la cama, su mente estaba procesando a mil por hora para tratar de entender todo pero no obtendría mas información si no seguía el juego de la extraña mujer de cabellos grises. - veremos hasta dónde puedo llegar con esto. - tomo entre sus manos la ropa que le dejaron en la cama. -

Mientras Hakkai trata de escapar de aquel extraño lugar, el resto del grupo estaba reunido en la parte baja de la posada cenando, Gojyo empezaba a preocuparle la tardanza de Hakkai, no era típico de el ser impuntual.

-          ¡A COMER! - Goku comenzó a devorar la mayoría de lo servido en la mesa sin pensar en nada mas hasta que noto que tanto Sanzo como Gojyo no tocaban sus alimentos. - ¿qué sucede?

-          Hakkai no ha regresado. - sentencio el kappa con preocupación. -

-          No estarás exagerando. - Sanzo trato de no darle mucha alarma a la situación. -

-          Se fue antes del atardecer y ya es muy tarde para él, nunca hace eso y ahora menos - golpeo con el puño cerrado la mesa. - algo paso con él.

-          ¿Hakkai está perdido? - el mono paro de comer ante la noticia. - eso no es bueno.

-          Iré a recorrer el pueblo. - salió de la posada como alma que lleva el diablo y seguido por el dragón blanco que también parecía intranquilo con la falta de su dueño. -

En la mesa solo quedaron Goku y Sanzo, ambos mirándose con seriedad como esperando la reacción de uno o del otro, en un segundo el monje saco un cigarrillo y lo encendió tranquilamente.

-          Ve de una maldita vez. - mascullo al ver como Goku estaba que salía disparado de la silla para ayudar a buscar al castaño desaparecido. -

-          ¡VOY! - salió corriendo para tratar de alcanzar a Gojyo. -

-          En que lio extraño estarás metido Hakkai. - dejo ir una bocanada de humo, también estaba preocupado pero jamás lo demostraría. -

Ese lugar era enigmático, largos corredores con enormes pinturas alegóricas que representaban niños felices con sus madres, escenas tiernas y melancólicas de personas alabando a una figura maternal, la vista del castaño no perdía detalle del grado de ego que tenia esa diosa, en todos lados había obras en su honor, se podía ver siempre llenando de amor a su gente y con un bebe en brazos, como una santa madre dadora de amor, aquello empezaba a pintar obsesivo en los ojos de Hakkai, sus pensamientos trataban de atar cabos con la relación del pueblo y esa misteriosa dama, pero su escolta infantil le hizo regresar a la realidad cuando le indico que habían llegado al enorme y elegante comedor, una larga mesa llena de suculentos platos se presentaba ante él, en la esquina más alejada de aquel lugar se podía apreciar a la diosa, sentada espléndidamente como una reina ante sus súbditos.

-          Te ves hermoso con esa ropa. - hablo con emoción al ver la figura de su "invitado" frente a la mesa. -

-          Gracias, pero no son de mi tipo, prefiero vestir como lo que soy, un hombre. - bajo la mirada hacia las ropas que llevaba, esa especie de kimono solo le resaltaba su vientre y no le dejaba caminar muy bien por el largo del mismo. -

-          Siéntate donde gustes. - extendió su mano con suavidad. -

-          Podemos hablar ahora. - tomo asiento en una de las esquinas como tratando de guardar la distancia entre esa mujer y el. -

-          Eres directo. - bebió un poco de una copa. - comamos y conversemos sobre lo que quieras saber.

-          No tengo hambre. - miro con suma desconfianza todo lo servido delante de él. -

-          Una madre debe alimentar bien a su hijo. - apoyo su mano sobre su barbilla mientras sonreía. - ¿cuánto tiempo tienes?

-          Yo soy quien hará las preguntas. - miro seriamente a la diosa. - ¿qué quiere de mi?

-          Tu maternidad.

-          Como... - sintió como un escalofrió recorría su espalda, aquellos ojos verdes parecían penetrar su alma cuando querían. -

-          En realidad no te sientas tan especial, todos los años hago lo mismo, necesito a una abnegada madre para el festival que se hace en mi honor.

-          No soy una madre.

-          Lo serás muy pronto, ese bebe que se gesta en tus entrañas te hace una madre, quieras o no quieras.

-          ¿Para qué me quieres? - se sentía sofocado de un segundo a otro, la esencia de aquel ser empezaba a poner pesado el aire que respiraba. -

En un segundo la diosa se levanto de su puesto para caminar hacia donde estaba Hakkai sentado, sus pasos eran suaves y tranquilos, seguros de su camino y su destino. El castaño intento levantarse de la silla pero no pudo, en un segundo aquella mujer estaba delante de él acariciando su rostro con ternura maternal, como si le consolara por algo.

-          Tu bebe salvara muchas vidas, por eso este festival es en honor a las madres que dan el fruto de su vientre por la salvación de muchos.

-          .......  - quiso hablar, quería preguntar mas pero su boca no podía articular palabras, sentía como la mano de esa mujer pasaba de su mejilla a su cuello, rozándose descaradamente por él mientras seguía hablándole a susurros sobre lo que sucedería esa noche. -

-          Los niños vienen con una energía pura, sin pecados o sin maldades, son la fuente de poder más increíble que puedas imaginar, su vida recién dada es tan poderosa y tan hermosa que sirve para repeler demonios si se sabe preparar.

-          Matas...matas a los niños.... - su lengua logro soltar aquella dantesca frase. -

-          No, como voy a matar a una criatura tan pura, yo solo tomo sus almas, no lastimo a nadie en el proceso, el ritual se hace en de manera bella y  harmoniosa.

-          Pero... si robas su alma es igual a matarlo... ¡nacerá muerto de todos modos! - sintió como su cuerpo se paralizaba cuando la mano de la mujer se adentro entre el escote de su vestido tocando descaradamente su pecho. -

-          Es el precio que se paga por proteger al pueblo, por eso es un festival para agradecer a esa madre que da todo. - siguió tocando con suavidad. - tu cuerpo me asombra, ¿cómo puedes estar en la dulce espera?

-          ¡Quita tus manos de encima mío!

 

Trato de ponerse de pie pero su cuerpo se lo negó, se sentía cada vez más pesado, letárgico y con mucho sueño, su mente se volvía cada vez más confusa mientras la diosa pasaba su mano por su vientre, acariciándolo con ternura retorcida.

 

-          Yo quise tener una oportunidad así... pero mi destino no fue nacer como una mujer, lo que ves ahora solo es una máscara para mí, una completa mentira bien hecha. Pero me gusta escuchar la voz de todos llamándome madre, me alivia el alma y el dolor de tener un vientre infértil.

-          Eres... eres... - susurro con pesadez al tiempo que aquel extraño ser tomaba su rostro entre las manos. -

-          Soy como tu... un hombre. - apretó fuertemente la quijada de Hakkai enterrando sus largas uñas en el. - te odio, te odio por ser afortunado por alguna maldita razón.

Sus ojos se cerraron al final, ni el dolor de aquellas uñas clavadas en su suave piel le evitaron perder el conocimiento, estaba ahora a merced de un extraño ser obsesionado con la felicidad de la vida que no podía dar o crear.

-          Mi señora. - la niña se apareció rápidamente tras el peligris. -

-          Prepárenlo para la ceremonia, será la madre más linda que haya aceptado dar su vida por mi adorado pueblo.

-          Como ordene. - se inclino en señal de reverencia. -

El pueblo rebosaba vida, las calles estaban atestadas de personas celebrando, alborotadas en un frenesí de alegrías y felicidad, con tanto desastre era más complicado aun para un angustiado Gojyo logran preguntar por Hakkai, nadie había visto nada ni sabía nada de aquel castaño, era como buscar una aguja en un pajar, después de una hora de recorrer cada lugar imaginado el pelirrojo y Goku se reencontraron en una esquina cercana a la posada.

-          Nada. - el mono bajo la mirada preocupado. -

-          ¿Dónde demonios esta?, ¡no pudo tragárselo la tierra! - golpeo con rabia la pared tras el destrozando parte de la fachada donde impacto su puño. -

-          Cálmate Gojyo... Hakkai es fuerte y podrá mantenerse a salvo, siempre es así.

-          No comprendes que no puede hacer las cosas como antes, el bebe no le deja. - mascullo retraído y mirando cómo la gente pasaba cantando y coreando algo. -

-          Cierto. - susurro tristemente. -

-          ¡Kiuuuuuuu! - Hakuryu comenzó a aletear desesperado al escuchar como estallaban muchos fuegos artificiales en el cielo nocturno. -

-          Cálmate. - Gojyo intento controlarlo pero el dragoncito alzo vuelo lejos de ellos. -

-          ¡HAKURYU!

-          Esta angustiado por Hakkai. - el pelirrojo miro hacia el nutrido grupo de personas que pasaban cada vez mas como en procesión. -

-          ¡Y Sanzo que no mueve un dedo! - Goku grito muy enfadado por la frialdad del monje. -

-          Sigamos buscando, alguna pista debe haber. -  el medio demonio salió corriendo adentrándose en el tumulto de personas. -

No hay nada mas angustiante que perder a alguien querido, sin noticias o alguna pista de donde este o que haya pasado con él, Gojyo estaba al borde de la locura, no podía permitir que el único amor de su vida desapareciera de la faz de la tierra sin dejar rastros, ¿cómo  podía suceder eso en un momento tan importante en sus vidas?, estaba lleno de felicidad por la asombrosa llegada al mundo de su hijo, no importaba el cómo o el momento, solo era feliz, feliz y amado, algo que siempre deseo en el fondo de su alma y que solo Hakkai logro darle.

Como llevados por las masas, Gojyo y Goku acabaron en lo más profundo del pueblo, el lugar donde se efectuaría el festival de la diosa madre, todos rezaban, reían, bailaban y alababan a ese ser desconocido para ellos, entre el tumulto, los fuegos artificiales y los canticos notaron como desde lo lejos por la calle principal del pueblo se acercaba una especie de comitiva, era una procesión de hombres elegantemente vestidos y con sus cabezas totalmente cubiertas, seis de ellos escoltaban un altar donde iba alguien sentado rodeado de flores  y cintas de colores, las personas del pueblo comenzaron a hacer silencio cuando aquella persona que transportaban pasaba por al lado suyo, bajaban la cabeza en forma de gratitud y susurraban incontables gracias por alguna razón que Gojyo y Goku desconocían.

-          ¿Será la diosa? - Goku pregunto totalmente curioso al ver a la figura que estaba sentada sobre aquel altar, su vestido era de un blanco realmente puro mientras que su cabeza estaba adornada por una corona de flores sin dejar ver su rostro que permanecía oculto bajo un delicado velo. -

-          Es nuestra salvación. - hablo con las lagrimas en el rostro una anciana que estaba parada junto a Goku. - ella dará lo mas importante en su vida para cuidarnos, la diosa recibirá su ofrenda esta noche....

-          ¿Van a sacrificarla? -  el medio demonio noto como la mujer sobre el altar sujetaba su vientre suavemente, era evidente su estado. -

-          No, eso es cruel, solo será simbólico, nuestra diosa rezara para que la vida de ese ser sea nuestro escudo, sus poderes son inimaginados.

-          ¿Donde será eso? - el mono miro como la procesión seguía su curso por la calle. -

-          En el templo. - señalo con su dedo hacia una enorme edificación que sobresalía a lo lejos. - síganme, si quieren pedir algo con el corazón ese será el momento perfecto.

-          Pedir algo. - Gojyo sintió un vacio en su estomago, algo le decía que debía ir a ese lugar. - vamos Goku.

-          ¿Pero y Hakkai?

-          Hare lo que sea por encontrarle... así sea pedírselo a una diosa que desconozco. - sus ojos se ensombrecieron ante la falta de su amor. -

Aquel templo se erguía imponente ante ellos, el tumulto de personas no le hacían nada fácil al dúo llegar cerca de donde se realizaría aquella ofrenda de esa dama, toda la gente estaba emocionada y a la espera de que la diosa madre apareciera, con canticos y entre estruendosos fuegos artificiales, de las puertas del templo salió una mujer alta y delgada de largos cabellos grises, sus ropas eran parecidas a la de la persona que estaba en el altar esperando sentada pacientemente como si nada pasara a su alrededor.

-          Esa es la diosa. - susurro Goku impresionado por la manera en que salió del templo y camino por unas escalinatas rumbo al altar donde estaba la ofrenda. -

Pronto aquella mujer extendió la mano y ayudo a la persona sentada a ponerse de pie, con suma delicadeza le escolto hasta un lugar en la entrada donde había una especie de mesón de piedra adornado con muchas flores, las personas callaron cuando la diosa le guio hasta acostarle sobre el mesón, todos miraban con atención a aquella sacrificada madre que sería la esperanza para aquel pueblo prospero y feliz gracias a la diosa madre.

-          Mis hijos... este día será recordado con amor y felicidad por todos, a mi corazón llego el llamado de esta dama, ella entregara con amor el fruto de su vientre para protegernos... demos las gracias por su infinita bondad. - agacho la cabeza comenzando una serie de rezos en voz baja casi ininteligibles para el resto del público. -

-          ¿No te recuerda a lo que hace Sanzo cuando usa su Sutra? - Gojyo sintió que aquel espectáculo no era tan "simbólico", algo le harían a la chica allí acostada. -

La diosa culmino el rezo tomando una especie de vasija de cobre con largo cuello y un pico en forma de ovalo pareciendo una jarra donde se sirve agua, con aquel instrumento en manos la diosa lo poso sobre el vientre de la ofrenda bajándolo poco a poco para que hiciera contacto con aquella criatura que estaba dentro del vientre de su madre, estaban en el momento cumbre de la ceremonia cuando un estruendo y la jarra saliendo volando por el aire dejo a todos en una pieza.

-          ¡¿SANZO!? - Gojyo y Goku miraron al monje que estaba con pistola en mano y de pie sobre uno de los pedestales donde se montaban los fuegos artificiales para lanzarlos. -

-          ¡MALDITOS IDIOTAS QUE ESPERAN PARA RESCATAR A HAKKAI!

-          ¿HAKKAI? - ambos voltearon perplejos hacia la supuesta dama de blanco acostada en el mesón. -

-          ¡QUIERE EL ALMA DEL MOCOSO! - empezó a lanzar balazos para alejar a la supuesta diosa del cuerpo del castaño. -

Gojyo no pregunto mas, algo resurgió dentro de el con fuerza, en una rápida carrera se acerco a las largas escalinatas del templo para rescatar a su amante, no sabría como demonios Sanzo se entero de que era Hakkai pero si confiaba en su información así que saco su lanza y se dispuso a mandar al mismo infierno a la diosa esa que secuestro a los seres más importantes para él.

-          ¡Saca a Hakkai de aquí! - el pelirrojo le grito a Goku que venía corriendo tras el también emocionado. -

-          ¡Como digas! - llego rápidamente donde la figura de blanco y le levanto el velo para cerciorarse de lo que dijo Sanzo. - si es... ¡Hakkai!

 

Continuara...

 

Qué emoción!, ahora tendrán una pelea a muerte contra aquel ser que está realmente loco y desequilibrado, como será? Y se preguntaran también como le hizo Sanzo para descubrir lo que sucedía. El monje no siempre resulta tan desgraciado XD...

 

Próximo Capitulo:

El cuerpo del delito.

 

¡Urasai!

 

Entre tantas personas agolpadas no es fácil preguntar, la gente no anda pendiente de quien tiene al lado y en momentos de celebraciones menos, Gojyo estaba desesperado pensando en lo que le pudiese pasar a Hakkai y a su hijo, ¿cómo pudo perderse en un pueblo como ese?, con aquel pensamiento rodando en su cabeza volvió a tropezar con Goku que le ayudaba en la búsqueda del castaño con igual esfuerzo y preocupación.

-          ¿Alguna pista? - pregunto con angustia al pequeño mono. -

-          No... - bajo la mirada con pena. - pero ya verás que aparecerá...

-          Hakkai no es que sea invisible pero alguien tuvo que verlo, su perfil sobresale ante los demás, físicamente llama la atención y... - comenzó a recordar el cuerpo de su amante y eso le dio una sonrisa libidinosa al pelirrojo. -

-          Nadie ha visto a un joven de ojos verdes, cabello castaño y embarazado por aquí. - se encogió de hombros sin ánimos. -

-          Un... momento, ¿Tú has estado preguntándole a la gente si ha visto a un hombre embarazo?

-          Claro.

-          ¡BAKKA! - le lanzo un zape por toda la frente al pobre Goku haciendo que trastabillara y directo al suelo. -  CON RAZON NADIE TE DICE NADA, ¡PENSARAN QUE ESTAS LOCO POR PREGUNTAR ESO!

-          ¡PERO SI ES LO QUE MAS SE NOTA DE EL AHORA!

-          ............. - Gojyo se llevo la mano al mentón recordando la redonda figura de Hakkai. - tienes razón.

 

Notas finales:

GRACIASSSS POR LEER


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).