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En nuestro camino por RAMSIN

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Notas del capitulo:

Gojyo pelea por lo que mas ama, sabemos que no todo es sueños y deseos?, porque un vestido puede ser un peligro.

Este fic es un Gojyo x Hakkai ( los adoro ), también algo de Sanzo x Goku ( aun pienso si solo será algo shonen ai o no, lo veré en el camino del fic, otra cosa, lemon, acción, algo de violencia, Mpreg. si no les gusta o no saben qué demonios es pues tienen chance de devolverse o cerrar la ventana, no obligo a nadie a leer lo que no quieren y es bajo su propio riesgo si lo hacen, por lo demás ahora si les dejo en el fic.

 

En nuestro camino.

Capitulo 9

El cuerpo del delito

 

Pesaba más de lo que imaginaba, y eso que siempre se jactaba de su fuerza y resistencia pero esta vez sentía que llevaba algo realmente frágil entre sus brazos, con sumo cuidado le sostenía entre ellos mientras bajaba raudo y veloz lejos de la pelea, las largas escalinatas de piedra parecían interminables a su paso, solo prestaba atención a ellas para evitar tropezar y terminar en el suelo junto a Hakkai, este parecía sumido en un profundo sueño, su rostro estaba algo pálido y se podía sentir su piel fría bajo aquel delicado y fino traje blanco, sus ojos cerrados como si durmiera eternamente asustaron hasta al despreocupado Goku.

 

-          ¡SANZO! - grito a viva voz mientras terminaba de bajar las escalinatas y lograba esquivar el tumulto de personas que corrían despavoridas gracias a los disparos del rubio monje. -

-          Ponlo en el suelo. - disparo atrás de Goku apenas este se agacho. - malditos shikigamis.

-          ¿Qué? - miro como uno de los hombres que llevaba la procesión trato de abalanzarse sobre el pero cayó desplomado con el certero balazo de Sanzo a su frente. - son... de barro.

-          Tenemos un problema grande. - siguió disparando a todo lo que le parecían seres no humanos. -

-          ¿Porque? - dejo con cuidado a Hakkai en el suelo. -

-          Se regeneran. - noto como el montón de barro tras Goku se empezaba a mover de manera grotesca volviendo a su forma humana. -

-          ¡Yo me encargo! - saco su báculo y lanzo una certera estocada al estomago de aquella cosa extraña. -

-          Pasaremos toda la noche aquí si no acabamos con la raíz del problema. - paso a recargar su pistola con 6 balas mas. -

-          Sanzo... Hakkai se ve raro. - bajo la mirada hacia el susodicho. -

-          Esta vestido de mujer, claro que se ve raro. - una gota de sudor resbalo por su frente. -

-          ¡No me refiero a eso! - esquivo un ataque de los seres de barro y paso a deshacerse del mismo pateándolo lo más lejos posible de ellos. - esta como sin vida.

-          .......... - el monje salto de donde estaba y se agacho cerca del castaño. - está bajo alguna maldición.

-          ¿Cómo se la quitamos?

-          Tengo la leve sospecha que será la misma solución que a los de los shikigamis.

 

Mientras Goku y Sanzo custodian al dormido Hakkai, Gojyo estaba a punto de enfrentarse con aquel extraño ser de cabellos grises, su cuerpo en apariencia frágil y femenino ocultaba un sinfín de misterios para el pelirrojo.

 

-          Espero sepas rezar... - sostuvo su lanza con total aplomo en frente de aquella mujer. -

-          No lo necesito, soy un dios. - se cruzo de brazos con tranquilidad. - pero si estoy enfadada por arruinar mi ceremonia.

-          Pensabas tomar la vida de mi hijo maldita zorra. - sus ojos brillaron con malicia, tenía tantas ganas de cortar a la mitad a esa mujer. -

-          Vaya sorpresa, tu eres el padre de la criatura. - miro de arriba abajo a Gojyo. - un niño maldito es capaz de dar vida.

-          ¡Cierra tu sucia boca! - lanzo su cadena con todas las intensiones de degollar al peligris pero aquella deidad desapareció como si nada delante de él. -

-          ¿No crees que la violencia es demasiada? - susurro al odio de Gojyo tras él. -

-          ¡MALDITA! - dio un salto adelante para poner distancia entre ambos. -

-          Que mal hablado eres, pero sabes algo. - poso uno de sus dedos sobre su mentón en pose pensativa. - quizás si lograste embarazar a un hombre, podrías hacerlo de nuevo... - sus labios se curvaron en son pervertido. -

-          Pero qué asco... ¡no eres lo que pareces! - ladeo la cabeza en son despreciable -

-          Acaso no te gustaría tener este cuerpo tan perfecto... - se deslizo en un abrir y cerrar de ojos hasta quedar a centímetros del rostro del medio demonio. - quizás pueda darte más placer que el chico de ojos verdes.

-          ¿Quieres saber mi opinión? - Gojyo sonrió inmutable con aquel ser respirándole encima, sintiendo su asqueroso aliento mezclándose con el suyo. -

-          Dímela. - sonrió con morbo mientras una de sus manos tomaba algo del cabello del Gojyo. -

-          Esta....

 

En un segundo  el medio demonio le propino un cabezazo a la desprevenida deidad, el peligris se desestabilizo gracias a aquel ataque que dio de lleno en su blanca frente, sin punto de apoyo cayo de nalgas al suelo dándose un gran golpe en el proceso.

 

-          Primero muerto que revolcarme con un ser como tú. - levanto su lanza para dar el golpe final. - pregunta en el infierno a ver si alguien te hace el favor.

 

Un dolor punzante se clavo en su costado derecho, solo pudo sentir como la sangre caliente brotaba de la herida y caía en gotas enormes sobre el piso marmoleado, no supo cómo pero algo le ataco por la espalda cuando estaba a punto de matar al peligris, incrédulo y lleno de dolor se giro un poco notando como había alguien de pie tras el dándole una enorme y sádica sonrisa con sus  labios infantiles, la misteriosa niña de cabellos negros con una daga en mano manchada en sangre, se veía tan calmada y centrada en sus actos a pesar de su corta edad.

 

-          Al final tuve que ayudarte una vez más. - hablo con voz fastidiada mientras limpiaba la daga con el reverso de su vestido rosado. -

-          Lin... yo podía sola con esto. - trato de levantarse del suelo lo más rápido posible. -

-          No mientas, se te escapo la ofrenda de este año y ya no hay más oportunidades. - camino con paso seguro hasta el peligris. - ¿sabes lo que significa?

-          Puedo compensarlo, solo déjame poner orden aquí. - miro hacia donde estaban Goku y Sanzo batallado con los shikigamis aun. - el aun esta aquí.

-          ¿Quién diablos eres tu mocosa psicópata? - Gojyo miro incrédulo a la niña. -

-          Un asqueroso medio demonio.... ¡Ni te atrevas a hablarme con tu sucia boca mestiza! - en un segundo le propino una patada en la boca del estomago a Gojyo. -

-          Aarrrrr........ - este cayó de rodillas sin aire, aquel ser no podía ser humano, era mucha la fuerza que escondía ese pequeño cuerpo. - eres... un demonio.

-          No es tan tonto como imagine. - jugó con la daga mientras miraba al pelirrojo con asco. - seres como tú no deberías existir, no sé porque los humanos se juntaron con los demonios, es todo un asqueroso caos el que ha nacido de esto.

-          Hablas... demasiado. - mascullo el pelirrojo tratando de levantarse del suelo. -

-          La verdadera deidad aquí soy yo, ese ser que vez allá solo es una herramienta más en mis manos. - señalo con desinterés al peligris. - quería ser lo que no podía, juraba que con robar almas de bebes lograría ser una mujer completa.

-          Como puedes decir eso... - el peligris se mordió los labios con rencor. -

-          Digo la verdad, jamás podrás ser una mujer, eres un maldito humano estúpido que ni si quiera puede completar una tarea... - esgrimió su daga cerca del cuello de su "señora". - el juego termino, de aquí en adelante yo hago las cosas a mi modo.

 

Gojyo quedo perplejo al ver como la sangre salpicaba otra vez el suelo pero esta vez no era la suya, la daga enterrándose profundamente en el estomago del peligris, sintiendo pena ajena por aquel ser que aparentaba feminidad total, le vio caer al suelo bañado en aquel liquido carmesí, escuchándole susurrar algunas cosas que no entendía pero que sonaban tan tristes a su parecer.

 

-          Me... engañaste... - gimió adolorido y aferrándose a la herida mortal que tenía en su estomago. -

-          Tú te engañaste solo, yo no te cedí parte de mis poderes para que te volvieras una madre abnegada... desviaste el camino de mis reglas, rompiste mis normas y condiciones para que tuvieses tanto poder... lo usaste en beneficio tuyo y de tu estúpido deseo de ser madre.- empujo con su pie el cuerpo del peligris. - eres patético... como todos los humanos de este mundo.

-          Te estás pasando... - el pelirrojo estaba nuevamente de pie lleno de rabia por cada cosa que escuchaba salir de los labios de aquel extraño ser infantil. -

-          Cállate. - salto rápidamente contra Gojyo pero este esquivo el ataque interponiendo su lanza entre la daga y el. -

-          Una segunda vez no funcionara conmigo. - sonrió pretencioso empujando la lanza para alejar a su atacante. -

-          Algo inteligente y fuerte. - miro con incredulidad al medio demonio. - me entretendrás un poco.

 

Una especie de danza mortal comenzó, aquella pequeña manejaba espectacularmente la daga, era rápida y ágil logrando rozar la piel de Gojyo en varias ocasiones, por su parte este estaba teniendo dificultades para atraparle, el ser de baja estatura y rápida le complicaba la tarea, además de que matar a un niño no estaba entre las cosas que le gustaba hacer por más que fuera un maldito demonio con un corazón negro. La cadena de su lanza fallo por quinta vez en acertar aquel delgado cuerpo y su error lo pago caro al sentir como la filosa cuchilla se adentraba en uno de sus brazos sin misericordia.

 

-          Tu sangre es tan roja como tus cabellos. - rio estridentemente mientras se alejaba del mal herido Gojyo. -

-          Solo... solo Hakkai comparo mis cabellos con la sangre... así que te queda muy grande esa frase en tu sucia boca. - llevo una punta de su camisa blanca a su boca rasgándola para quitar un trozo de tela que después uso como un rudimentario torniquete para detener la sangre de la herida en su brazo. - sigamos.

-          ¡KAPPA PERVERTIDO PORQUE TARDAS TANTO! - la voz de Goku descoloco al pelirrojo en su grandiosa escena de ataque. -

-          ¡Mono idiota esta no es tu pelea! - miro de reojo hacia donde estaba Goku. - ¿donde dejaste a Hakkai?

-          Esta con Sanzo. - miro el lamentable estado en que estaba su compañero de viaje. - ¿no necesitas ayuda?

-          Solo cállate y ve a cuidar a Hakkai. - sonrió malicioso y acomodando su cuerpo para el próximo ataque. -

-          ¡Estas peleando contra esa niña! - grito asombrado al ver la pequeña de vestido rosa manchado de sangre  y con una daga en manos. -

-          Es un demonio, solo un maldito y sucio demonio.

-          Sanzo mando a decirte que mates al que creó el conjuro y los shikigamis... si no Hakkai no despertara. - hablo seriamente lo que el monje le mando a decir. -

-          ¿Cómo es eso? - escucho las palabras sobresaltado. -

-          Tu compañero esta bajo mis poderes, en verdad que ese tal monje tiene razón, solo matándome se acabara todo. - la niña sonrió segura de sus palabras. -

-          Goku. - Gojyo bajo la cabeza pensativo. -

-          Dime.

-          Te recomiendo conseguirle algo de ropa a Hakkai, no le agradara despertar y verse en un vestido. - una sonrisa descarada ilumino su rostro. -

-          ¡Entendido! - saco su báculo y lanzo algunos ataques para despejar las escalinatas de regreso a donde sus compañeros. - ¡no tardes!

-          Solo déjame sacar la basura y listo.

-          Te sientes triunfador. - coloco la daga en pose defensiva bloqueando los posibles ataques del pelirrojo. -

-          No me siento, lo soy por las personas que amo.

-           

Parecía un ataque suicida, Gojyo salió corriendo directo contra la niña, en un segundo lanzo su hoz de media luna contra ella pero esta igual a otras ocasiones la esquivo golpeándola con la cuchilla de la daga y siguió su camino para esta vez ver como el pelirrojo no se defendía de aquel ataque, se había equivocado bajando la guardia, no uso su lanza como escudo y eso acabo con la pequeña niña enterrando su daga entre las costillas de su enemigo, ambos quedaron unidos por unos instantes, atacante y victima en un solo destino.

 

-          Gane... - la pequeña sintió como la tibia sangre empezaba a manar de la herida del pelirrojo. - ¿no y que eras un triunfador?

-          ¿Quien dijo que no lo soy? - cerro los ojos adolorido. - tu perdiste.

-          Como...

 

En un segundo la cadena con la punta de media luna regresaba del ataque anterior, como un efecto boomerang se enterró de lleno en la espalda de la niña verticalmente, aquel mortal ataque no pudo ser evitado por la pelinegra así que todo estaba decidido. Impresionada y con los ojos desorbitados soltó la daga mientras un hilo de sangre salía de entre la comisura de sus labios, estaba estática mirando como los rojos iris de Gojyo le daban una última y desdichada mirada.

 

-          Me miras con... desprecio... - sintió como sus fuerzas claudicaban a cada segundo. -

-          Te miro con lastima. - se saco la daga de la herida para después tirarla al suelo. -

-          Un... medio demonio mirándome con lastima... - sonrió ante su afirmación. - tienes suerte...

-          Lo sé. - se dio media vuelta alejándose de la niña que pronto se desplomo en el suelo muerta apenas el arma de Gojyo salió de su cuerpo. -

-           

Todo acabo, apenas aquella demonio murió todos los shikigamis que había creado se volvieron polvo en el viento. Un adolorido, ensangrentado y sucio Gojyo bajo las escalinatas rumbo al esperado encuentro con los demás, estaba muy agotado pero feliz de terminar esa pesadilla horrible, con paso torpe camino hasta donde estaba Goku agachado junto al cuerpo de Hakkai, todos miraban al susodicho esperando que despertara de su letargo, poco a poco notaron como el color volvía a sus mejillas y sus ojos parpadearon unas cuantas veces antes de terminar de abrirlos y mirar el desastre que había a su alrededor.

 

-          ¿Hubo una fiesta y no fui invitado? - hablo suavemente mientras sus ojos no dejaban de ver con asombro el desastre que había a su alrededor. -

-          Algo así. - hablo Sanzo desinteresado y fumando un cigarrillo. -

-          ¿Porque estoy vestido así? - se sentó poco a poco notando sus ropas. -

-          Te iban a usar de sacrificio... mejor dicho a nuestro bebe. - hablo el pelirrojo suavemente mientras prácticamente se desplomaba sobre las piernas de Hakkai. - necesito un medico.

-          Estas todo cortado. - miro las marcas en su cuerpo, además de la fea herida en sus costillas y brazo. - fue una pelea difícil.

-          Nadie me ayudo... el monje apestoso solo se dedico a dar balazos y el mono te hizo de niñera. - sonrió adolorido. -

-          ¡ESTUPIDO KAPPA PERVERTIDO! - Sanzo le lanzo un abanicazo sin contemplación. - ¡SI NO FUERA POR MI YA TU MOCOSO ESTARIA EN EL MAS ALLA!

-          Cierto. - mascullo adolorido. -

-          Gracias a todos. - Hakkai sonrió con dulzura ante lo que hicieron sus compañeros de viaje por él y su bebe. -

-          Hakkai. - Goku le hablo algo apenado. -

-          Dime.

-          No digas esas cosas vestido así, pareces una chica.

-          Lo siento. - sonrió como solo él podía hacerlo. -

 

Aun confundido Hakkai se puso de pie poco a poco ayudado por Goku, el lugar que horas antes estaba lleno de vida ahora era un desastre de gente corriendo, shikigamis muertos y una sensación de soledad y vacio.

 

-          Siento que estuve como perdido en mi cabeza. - se llevo la mano al sitio con suma duda. -

-          Ese demonio te hizo entrar en una especie de letargo, necesitaba el alma del mocoso para algún ridículo propósito. - Sanzo hablo parsimonioso. -

-          ¿Hakkai como te vestiste así? - Goku tocaba con soberana duda las telas del vestido blanco que llevaba el castaño. -

-          No lo recuerdo. -  una gota de sudor resbalo por su cabeza. -

-          Sanzo nos grito que el del altar eras tú, porque con esa ropa no te reconocimos. - Gojyo suspiro adolorido. - hablando de eso, Monje apestoso, ¿cómo fue que supiste que era Hakkai?

-          Escuche a dos mujeres hablando en las afueras de la posada....

 

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Después de que Goku saliera corriendo como loco parta ayudar a Gojyo en la búsqueda de Hakkai, el monje se quedo terminando su comida y bebiendo un poco, aun creía que no era algo de preocupación o que ameritaba desespero pero cuando pago la cuenta y se disponía a regresar a su habitación, noto a dos mujeres algo mayores  hablando muy angustiadas a una tercera persona que parecía alguien importante en ese pueblo, una de aquellas mujeres sollozaba incontrolable y quejándose de algo que el monje escucho con total interés.

-          Debe detener este festival... ¡por favor deténganlo! - la mujer se tapaba la cara con dolor, parecía muy herida y asustada. -

-          No podemos, la diosa madre ya recibió la petición de la que será la ofrenda de este año. - el hombre vestido muy elegantemente la miro sin interés. -

-          ¡Eso es mentira!, mi hija nunca se ofreció y no sé cómo acabo en ese altar hace dos años atrás. - se escudo en el hombro de su amiga que le hacía de apoyo. -

-          Es decisión de la diosa aceptarles, nadie les obliga a ser la ofrenda.

-          Mi hija no quería hacer eso, puedo asegurarlo.... Ella amaba a su bebe, ¡no podía dejarse hacer eso!

-          La diosa no lastima a nadie, tu hija regreso a tu lado sana y salva, ¿o no?

-          Si... pero... - las lagrimas se le amontonaban más aun con lo que diría. - mi nieto nació muerto... después de esa maldita ceremonia todo fue un infierno para mi hija y para mi, su bebe.... ¡Nació muerto!

-          Cosas de la vida, aprenda a aceptar el destino de su hija, y la ceremonia no tiene nada que ver con que su nieto muriera al nacer.

-          No era una simple muerte.... La partera dijo que era como un ser sin alma... lloro cuando nació, lo vi moverse y mirarnos pero cuando cortaron el cordón umbilical... el bebe dejo de respirar, de moverse.... ¡Era como si se hubiese quedado sin vida repentinamente!

-          Por culpa de supersticiones como esas es que la diosa sufre todos los días, ella reza para cuidarnos y proteger este pueblo y tu mal agradecida le culpas por algo personal. - el hombre le miro con rencor contenido, como deseando abofetearla. -

-          ¡NO SOLO MI HIJA PERDIO A SU BEBE!... ¡HAY MAS COSAS QUE USTEDES ESCONDEN!

 

La infortunada mujer quiso abalanzarse sobre aquel hombre pero repentinamente dos más saltaron de algún sitio que ni el mismo Sanzo logro descifrar, solo pudo ver como entre gritos y lagrimas aquella dolida madre era arrastrada lejos del lugar por esos seres extraños, ya con aquello Sanzo tuvo una ligera idea de a donde había ido a parar su embarazado acompañante de viajes.  

 

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-          La suerte del chismoso. - sentencio Gojyo muy serio y pensativo. -

-          ¡BAKKA! - el rubio le lanzo un abanicazo que lo dejo por completo fuera de combate y tirado en el suelo como perro moribundo. -

-          Sanzo, creo que te pasaste. - Hakkai le miraba algo serio, muy raro de ver en alguien que siempre tenía una sonrisa a prueba de todo. -

 

 

Al fin todo culmino, como un bache mas en ese camino al oeste, como uno de sus tantos líos en los que caen sin desear y con los que deben luchar aferrándose a sus vidas, a su misión y ahora con más motivos, cuidando de un ser inocente que también está y estará inmiscuido en ese viaje a lo extremo que han vivido el grupo de Sanzo.  

 

Debían admitir que el pueblo no acepto de muy buena fe el que le hayan asesinado a su diosa, pero luego de calmados los ánimos y descubrir que todo aquello solo era un montaje para beneficio propio, las personas entendieron que no hay milagros, que la protección se la da uno mismo luchando y que en verdad sacrificaron muchas vidas inocentes en ese absurdo festival de la diosa madre. El grupo seguía varado en ese pueblo, Gojyo debía recuperarse de la batalla y también un apenado Hakkai se veía atosigado con regalos de parte de los habitantes como una pequeña muestra de disculpa por lo sucedido, aun pensaban que era una chica en estado así que tuvo que enclaustrarse para evitar las miradas de los pueblerinos por unos días más antes de partir.

 

-          ¿Te sientes mejor? - Hakkai le miraba con dulzura mientras su amante pelirrojo abría los ojos esa última mañana de estadía en el pueblo. -

-          ¡Totalmente repuesto! Ouht!.... - trato de sentarse pero el dolor en las costillas aun no se iba, aquella daga casi le perfora un pulmón. - creo que seguiré en la cama un rato mas.

-          Te traeré el desayuno. - se dispuso a levantarse pero sintió como la mano del medio demonio sujetaba su muñeca con suavidad. -

-          Quédate aquí un poco más. - jalo con suavidad al castaño hasta hacer que se recostara en la cama junto a él. -

-          Debo acomodar las cosas para irnos, mañana en la mañana retomamos el viaje. - recostó su cabeza del pecho desnudo de Gojyo. -

-          ¿No crees que ya es hora de que dejes de conducir? - miro con seriedad aquel vientre que sobresalía sin duda alguna entre las ropas de Hakkai. -

-          Es mi trabajo.

-          Que el monje apestoso lo haga, el es el más interesado en ir al oeste.

-          No creo que Sanzo sea el más idóneo para conducir a Hakuryu. - recordó las pocas veces que tomaba el volante y como todo acaba con el pie hundido sobre el acelerador y muchos gritos aterrados. -

-          Tienes razón. - se sentó en la cama con Hakkai aun entre sus brazos. - ¿qué tal si le enseñas a conducir a Goku?

-          ¿Goku conduciendo?

-          Quizás el mono sirva de algo más que para comer y pelear.

-          Podría intentarlo... - aquel comentario lo dijo en tono dudoso, no creía que el mono aprendería algo tan serio y peligroso como conducir el jeep. -

 

Luego de una plática mas sobre ello, el grupo se reunió en la habitación de Sanzo, debían culminar esa parada y seguir la ruta que establecería el conductor Hakkai.

 

-          Quiero el camino más corto. - sentencio el rubio sentado junto a Hakkai mirando los mapas de la ruta. -

-          No siempre el más corto es el camino más seguro Sanzo. - el castaño noto que parte de su ruta estaba en medio de montañas, eso no le haría muy fácil el recorrido en su estado. -

-          Goku. - Gojyo le paso un brazo por sobre el hombro al mencionado que estaba muy feliz comiendo de las cestas de frutas que aun le regalaban al grupo por ayudarles. -

-          Mmmm... - miro al pelirrojo con desconfianza mientras quitaba la cesta de frutas del alcance del medio demonio. - ¡no te doy!

-          ¡No quiero comida! - le apretó los cachetes a Goku con saña. -

-          ¡DUELE!.. ¡SUELTAME KAPPA PERVERTIDO! - comenzó a jalar algunos de los mechones rojizos de Gojyo buscando también lastimarle. -

 

Ambos se enfrascaron en jalarse mutuamente hasta la saciedad mientras que Sanzo comenzaba a incomodarle aquel alboroto, con mucha calma saco su abanico y le dio un par de golpes al par de escandalosos.

 

-          ¡DEJEN DE PELEAR! - una venita latía en la frente de Sanzo con insistencia. -

-          Sanzo - sama aun no se le quita lo gruñón, ¿acaso no han logrado culminar su ratito de pasión? -  el medio demonio codeo a un avergonzado Goku sin nada de pena. -

-          Maldito pervertido. - desenfundo su pistola presto para dejar a Gojyo como coladera. -

-          Oigan - Hakkai noto como el ambiente se tensaba más de lo habitual. - chicos...

-          Esto tomara solo un segundo, te dejare un agujero en medio de esa horrenda frente... - apunto a Gojyo con todas las intenciones de disparar. -

-          ¡SANZO! - Goku se tapo la cara al ver como el monje cumpliría con su palabra pero el disparo nunca llego, cuando nada se oyó, el mono bajo las manos de su cara para ver que evito que su "novio" asesinara a Gojyo por puro coraje. -

-          ¿Que...qué diablos estás haciendo? - Sanzo estaba con la mirada fija y desorbitada sobre su mano, en un segundo Hakkai le había jalado para que sintiera como el bebe se movía dentro suyo. -

-          Je je je... creo que te está pidiendo encarecidamente que no mates al idiota de su padre. - afilo la mirada hacia Gojyo que estaba tan o más impresionado que el monje por lo que hizo el castaño. -

-          ¡QUIERO SENTIR TAMBIEN! - Goku se abalanzo sobre el dúo impidiendo que el pobre y perturbado Genjo Sanzo soltara su mano del vientre de Hakkai. El mono poso sus manos metiéndolas entre las de Sanzo así que ya eran dos los que estaban sintiendo los movimientos enérgicos del pequeño. -

 

Hakkai siempre conseguía como apaciguar el clima, de un modo u otro sabia que el tema sobre la intimidad del monje y Goku era el más prohibido, no se podía hablar, comentar o si quiera insinuar sobre él, eso solo lograba que Sanzo se encolerizara y perdiera toda razón y cordura, así que esa fue la última vez que Gojyo se atrevió a jugar con el tema. Y si, aun Sanzo y Goku no consuman su relación, por un motivo u otro las cosas no han cambiado mucho y el viaje sigue evitando que las intimidades sean fáciles para las dos parejas, su camino continua y más adelante se podrá ver como logran poner algo de orden entre tanto caos.

 

Continuara...

 

Como me costó culminarlo, mi musa andaba metida en lo de pintar y pues eso me trajo de cabeza por casi dos semanas!, perdón la demora y ahora si continuo con esta locura que no le falta muchote para culminar, no lo quiero poner muy largo, tengo la mala maña de extender mis fics y después se vuelven monstruos incontrolables jajaja.

 

 

¡Urasai!

 

El viaje sigue, entre un cumulo de personas se pudo ver como el jeep emprendía su recorrido lejos de aquel pueblo, la mañana apenas se asomaba así que con muchas sonrisas fueron dejados atrás un pueblo mas y una historia más.

 

-          Ya estamos lo suficientemente lejos. - siseo el castaño sentado en donde habitualmente va Sanzo. -

-          ¿Quiere detenerse bella dama? - Gojyo espeto entre dientes y aguantando una soberana carcajada. -

-          Solo para el jeep. - el castaño alzo la mirada muy serio hacia su amante. -

-          Como digas. - freno en seco ya que él era el conductor en esa ocasión por razones mayores a su voluntad. -

-          Ya regreso. - con mucha dificultad bajo del jeep y camino a paso dificultoso hasta quedar oculto entre la espesa maleza del camino. -

-           

El resto del grupo miro la escena con extrañeza y aguantando la risa, ver a alguien como Hakkai vistiendo el mismo traje blanco de la ceremonia era realmente divertido y bizarro, pero tuvo que ponérselo por segunda vez para poder salir del pueblo, todos juraban que era una chica en estado y con aquella ropa encima su vientre de casi 6 meses era más evidente que la luz del día. Los minutos pasaban y Hakkai no regresaba al jeep así que Gojyo decidió bajar a ver que tanto tardaba su amante en quitarse aquella ropa de chica.

 

-          ¿Hakkai? - el pelirrojo camino entre la maleza para localizar al castaño pero cuando pudo verlo se quedo mudo y apretando los labios con soberana insistencia. -

-          Gojyo. - logro girarse un poco para ver quien había llegado atrás de él. - necesito ayuda.

-          Ya veo. - una sonrisa burlona adorno sus labios al ver el predicamento en que estaba el pobre Hakkai. -

-           

Cuando se adentro entre el bosque no tomo en cuenta que la larga tela del vestido lo dejaría atrapado entre algunos arbustos, trato de soltarse pero con el peso extra y la poca maniobrabilidad se enredo mas aun hasta que ya no pudo si quiera poner sus manos en la cremallera de la espalda para bajar ese endemoniado traje.

 

-          Desvestiré una chica después de mucho tiempo. - entre risitas contenidas Gojyo empezó a bajarle el vestido a un serio Hakkai. -

-          Gojyo.

-          Dime. - termino de bajar la cremallera de la espalda mientras tocaba descarado aquella piel expuesta. -

-           

Mientras, Sanzo había regresado a su puesto esperando que el dueto saliera del bosque, pero de aquel silencioso lugar lo que salió fue el sonido inequívoco de balazos y los gritos de un asustado pelirrojo.

 

-          Mi pistola... - el rubio noto sin asombro que ya no estaba en el asiento donde la dejo. -

 

Notas finales:

PERDON LA DEMORA ES QUE ESTABA SIN MUSA.... PERO REGRESO!


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