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¿Con quén me casé? por Simca-otaku

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Notas del capitulo:

Por fin estoy terminando de arreglar este fic, y tardaré un poco para subir nuevos capitulos, pero sin falta espero poder subirles en estos meses el capitulo 15, que ya lo tengo, sólo me falta afinar algunos detalles, gracias por leer este fic.

CAPÍTULO  13.


DE VUELTA A LA RUTINA


 


Ahora que ambos conocían el pasado del otro y con ello podían comprender las adversidades que habían pasado a lo largo de sus vidas. Durante ese tiempo en el que pasaron conversando sobre ellos, les hizo querer conocer más el uno del otro, tanto Hiei como Kurama, aunque no lo dijeran en voz alta sentían como el lazo que misteriosamente los unió se iba afianzando cada vez más; esa comprensión mutua hacía que respetaran su pasado y valoraran los momentos que pasaban ahora y los que llegarían con el transcurso del tiempo.


Esa noche decidieron alistarse para su regreso al palacio, pues Mukuro, aunque había permitido su viaje, les pidió que no demoraran los asuntos urgentes a los cuales debían prestar atención sin demora alguna. Una vez llegó el día siguiente, se encontraban en el palanquín que los transportaría a casa, admirando los paisajes mientras el sol se alzaba sobre el reino que contemplaban por las ventanas, durante las largas horas de viaje siguieron conversando, ninguno podía creer lo cómodo que era tener a alguien con quien compartir diferentes temas.


Deseaban que ese viaje no terminara nunca. Sin embargo, el trayecto no era eterno, una vez que llegaron al palacio, Mukuro los esperaba en la entrada principal para darles la bienvenida. Hiei no tardó en solicitarle que se encargara de arreglar su habitación, pues desde ese momento la compartiría con Kurama, lo cual hizo que Mukuro se sorprendiera ante tal solicitud.


—Disculpe señor, ¿por qué este cambio repentino? – Preguntó Mukuro intrigada y bajando un poco más la voz para que nadie escuchase más que el Emperador, añadió - ¿Acaso ha cambiado de parecer en cuanto a su inclinación?


—Hablaremos después de ello Mukuro, por ahora quiero descansar, mañana nos espera un día lleno de actividades e itinerarios — Hiei no pudo evitar sonreír en como tomaría Mukuro el hecho de que no había cambiado de parecer en cuanto a las mujeres, sino todo lo contrario, estaba profundamente enamorado de un hombre, uno diferente al que ella conocía.


—Como usted ordene — Mukuro obedeció al instante, sabía que era mejor dejar que el Emperador hablara cuando era el momento justo, y en ese momento sería una impertinencia.


Antes de que bajaran de su palanquín, Kurama y Hiei habían acordado seguir con los protocolos que la corte esperaba de ellos, claro está, ya no sería tema de conversación el hecho de que los emperadores parecían ser distantes entre ellos. Ambos acordaron que lo mejor era decirle a quien preguntara que ambos estaban nerviosos por el prematuro e inesperado enlace que tuvieron y que durante sus vacaciones lograron conocerse mejor (cosa que fue realidad), y que eso hizo que su relación fuera más allá de un matrimonio conveniente para ambas familias.


Kurama caminaba unos pasos atrás de Hiei, dándole espacio para que este pudiese conversar sus asuntos con Mukuro o con cualquier otro miembro de alto rango. A pesar de todo, no dejaría de aparentar y seguir las lecciones que su madre le enseñó desde el día de su compromiso. Una vez en su habitación, luego de que sus sirvientes instalaran todo como se les había encomendado, Hiei cerró la puerta de manera que tuviesen privacidad, y aunque se sentían algo nerviosos por los nuevos rumores que circularían en todo el repentino cambio que se estaba dando en esos momentos.


Hiei continuó explicándole a Kurama algunas de sus actividades y responsabilidades, y asegurándole que para cualquier cosa él estaría para apoyarlo y que, de no ser así, Mukuro no dudaría en brindarle una mano de ser necesario.


—No tienes nada de qué preocuparte, mañana por la mañana haré que Mukuro te enseñe cada una de tus actividades, además de las que has venido realizando desde tu llegada.


—Debo admitir que estoy un poco nervioso por lo que pueda suceder, espero poder hacerlo como cualquier mujer — Se sentía algo avergonzado por tener mayor participación.


—Kurama, tú puedes hacerlo, actuaremos ante todos como cualquier matrimonio, relájate un poco — acercándose un poco más a él le susurró — pero no te preocupes en la privacidad me encargaré de darte todo el amor que te mereces.


El último comentario hizo que Kurama se avergonzará y se relajara a la vez. No esperaba un comentario así pues no estaba acostumbrado a recibirlos, pero eso no evitó que el mostrara una sincera sonrisa lo cual alegró a Hiei y con delicadeza lo besó, demostrando su confianza y apoyo con él y sus deberes.


—Kurama necesito pedirte un favor.


—¿U-un favor? —  La repentina pregunta hizo que Kurama se extrañara, sin embargo no dudo en ofrecerle su ayuda — Por favor dime en que puedo serte útil.


—Quisiera hablar con tu madre lo antes posible.


—¿Con mi madre?


—Si, quisiera intercambiar algunas palabras con ella…y no pongas esa cara, no es nada malo — añadió al ver como la cara de Kurama cambiaba de color ante ese comentario — sólo quisiera platicar un poco con ella y agradecerle por nuestra unión.


Aunque eso alivió a Kurama, Hiei tenía otro motivo para reunirse con su madre, quería entender claramente la situación con aquel demonio con quién habló en las montañas y saber si estaban entrando en una situación delicada con ello. Además, una parte de él quería serle sincero sobre sus sentimientos hacia su hijo y que no dejaría que algo le sucediese, confiando que ella pudiese resguardar el secreto, así como él podía proteger el suyo.


—Está bien, le enviaré una carta mañana y le diré que venga a tomar el té.


—Muchas gracias, bueno ahora que estamos a solas no quiero seguir pensando en lo que nos espera a partir de mañana, por el momento hay algo mejor que deseo hacer contigo — Hiei, miró de un modo diferente a Kurama, sin esconder sus intenciones.


Esas palabras y esa mirada hicieron que el pelirrojo se ruborizara y que su corazón se acelerara y sin resistirse, se entregó a Hiei, cómo podía resistir algo que deseaba que sucediera nuevamente. Durante el trayecto de regreso habían compartido algunos besos y caricias, que sin dudas deseaban culminar en algo más que el simple roce de sus manos o sus labios.


A la mañana siguiente y a pesar de lo exhausto que terminó la noche anterior, Kurama se levantó y se alistó y comenzó a realizar las actividades que toda mujer y esposa debían cumplir, no sin antes redactar una pequeña nota que entrego a una joven criada para que esta se la llevara lo más pronto a su madre, esperando que pudiese recibir su visita lo más pronto posible.


Cuando Hiei se despertó, se dio cuenta que Kurama no estaba a su lado, era difícil para el no dejar de sonreír mientras recordaba todo lo que ocurrió entre ellos. De mala gana y sin otra cosa en la mente se levantó dándose cuenta de que su ropa se encontraba acomodada y alistada para el día, de igual manera su baño ya estaba listo. No podía creer que Kurama fuera tan atento y decidido a la hora de desempeñar su papel.


Cuando se terminó de alistar, salió de su habitación para dirigirse al comedor en donde ya se encontraba todo listo para el desayuno, lo que más le sorprendió era como Mukuro ayudaba a Kurama a entender como acomodar las cosas y como debían de ir los invitados en todo momento, no sólo en el desayuno, sino en las comidas, los eventos con algunas personas importantes, entre otros.


Hiei se acercó con su normal porte, para saludarlos y sentarse a la cabeza de la gran mesa que ocupaba el comedor. Tanto Mukuro como Kurama, esperaron para tomar sus respectivos asientos.


—Agradezco el que sus majestades hayan regresado tan pronto y una disculpa por importunarlos de esa manera.


—No tienes por qué disculparte Mukuro, comprendemos la situación y estamos listos para retomar nuestras labores — miró a Kurama y le dio una sutil palmadita en el hombro con lo cual hizo que el pelirrojo se volviera hacía él y le sonriera con suma alegría.


—Es bueno escuchar eso señor, por cierto, es bueno ver a Kurama tan atenta a todos los detalles, me sorprende su dedicación, parece que el tiempo que pasaron lejos les ayudo a acoplarse mutuamente.


—No tienes de que sorprenderte, ella es capaz de hacerlo a la perfección, así es que asegúrate de enseñarle cada una de sus actividades, cuento contigo Mukuro.


—Así será señor, por otra parte aquí tiene el itinerario del día de hoy, entre ellas tenemos algunas reuniones y excursiones para ver los nuevos proyectos.


Kurama escuchaba atentamente la conversación entre ellos, era normal que en su posición sólo hablara cuando se le pidiera algún consejo y opinión, de lo contrario, y a pesar de muchas cosas, no era normal ver mujeres en altos cargos, sin embargo, su madre le recordaba siempre que la emperatriz, si no era la sucesora del trono, su rol consistía en ser aquella persona que está al lado del emperador y mantener un bajo perfil.


“– Recuerda que estas para ser la compañía de su majestad, limítate a dar tus opiniones sólo cuando te las pidan, y en algunos casos podrás compartir tus ideas en la privacidad con el emperador.”


Las palabras de su madre resonaban claramente en su cabeza, a pesar de todo, Hiei le había dicho que se sintiera libre de comentarle cualquier asunto que él quisiera, claro no frente a otras personas, por costumbre, pero que él se sentiría halagado de tener a alguien con quien dialogar asuntos de suma importancia. Independientemente de su inclinación, Hiei como emperador había alentado el progreso de las mujeres dentro de la corte y en otros rangos, sin embargo, entendía que no pudiera cambiar algunas costumbres de la noche a la mañana.


—Lamento importunar a sus majestades, pero traigo una carta para mi señora.


La pequeña sirvienta que Kurama había enviado temprano había regresado muy rápido con la contestación de su madre. Tomo la nota y la leyó para después comunicar lo que en ella decía.


—Mi señor, le hago saber que mi madre acepta gustosa la invitación que usted le ha hecho para venirlo a ver con tan pronta anticipación y que si usted desea podrá venir esta misma tarde.


—Gracias Kurama, dile que estaré encantado de recibirla y que si es posible me gustaría que ella y tu padre viniesen para cenar con nosotros.


—¿Puedo preguntar qué sucede aquí?


—Hablaremos luego en mi oficina Mukuro, por ahora encárgate de ver quiénes pueden ser las personas que estén al tanto de mi mujer.


—Como usted diga su majestad.


Habiendo terminado el desayuno cada uno tomó un rumbo diferente, Kurama no sabía que podría pasar una vez que Mukuro se enterase, sabía que apoyaba al Emperador, no sabía hasta qué punto ni porque, era algo que Hiei no quiso comentarle aún y lo respetaba, pero no sabía que podría suceder a continuación, en todo caso aun le preocupaba qué pensaría de su situación.


Mientras Kurama atendía situaciones domésticas y de vez en cuando hacía acto de presencia ante algún personaje importante. Hiei continuaba sus diligencias sin titubear, hacia lo que debía hacer, iba a donde tenía que ir, tomaba las notas pertinentes y meditaba en lo que le decían y los resultados de cada movimiento que levaría a cabo.


A mediodía, dado a que tenía un pequeño descanso, antes de continuar pidió que Mukuro se reuniera con él en su oficina, tenía que ponerla al tanto de la situación por la cual estaban atravesando el y Kurama cuanto antes, pues no podía ocultarle nada a su consejera pues también la consideraba una amiga muy importante.


—Lamento haberte hecho esperar, pero las actividades han sido muy pesadas, pero es hora de que te enteres de todo.


—Pierda cuidado señor, comprendo lo ocupado que esta y agradezco la confianza que me tiene.


—Sé que te preguntas como he cambiado de parecer respecto a Kurama, así que iré directo al grano.


Hiei decidió contarle todo lo que había sucedido desde el momento en que se conocieron, los sucesos vividos durante su corta ausencia, ante lo cual Mukuro quedó bastante sorprendida, y preocupada, la verdad es que tenía diversas opiniones sobre lo que eso podría causar.


—Señor, me alegro de que su unión hubiese dado como resultado una gran oportunidad para usted, sin embargo, perdone mi expresión, es una locura y algo insensato.


—No podía esperar menos de ti, la voz de la razón hablando. Créeme que estoy nervioso y tengo algunas dudas, incluso Kurama se siente algo nervioso y preocupado, teme en las repercusiones para él y su familia, lo sé, aunque él no me lo diga, lo veo en sus ojos.


—Claro está, por eso necesito que me digas todos los argumentos que tienes y que me ayudes a solucionarlo, necesito ahora más que nunca de tu apoyo. Te seré sincero, no creí que a pesar de Karasu, alguien pudiese cautivarme tanto como él lo ha hecho. Incluso pensé que me estaba enamorando de una mujer, pero la verdad es que no importa su género, yo comencé a sentirme atraído por él.


—Entiendo su situación y si soy honesta, me ha demostrado que sus actos son genuinos, sabe que no tan fácil me fio de la gente.


—Eso lo sé mejor que nadie, aún recuerdo cuando te conocí, me has demostrado gran lealtad, la cual aprecio y agradezco.


—Usted se ha ganado esa lealtad y créame que haré lo posible por que esta farsa se mantenga, sólo que hay un detalle que creo que deberemos ver cómo atender.


—¿A qué te refieres?


 —Al hecho de que tarde o temprano deberá presentar un heredero al pueblo y a sus seguidores, sé que no es algo que pase por su mente, pero ¿cómo le hará para darle al reino un sucesor?


—He pensado en ello y creo que deberemos ver que opciones tenemos, pero por ahora necesito hablar con su madre sobre algunos asuntos que me inquietan sobre ese ser que vimos en las montañas. Pero eso lo resolveremos esta noche, por lo pronto, encárgate de Kurama, lo que resta del día puedo realizar mis actividades sin tu ayuda, así que toma este tiempo para hablar con él.


—Así lo haré señor. Perdone que lo pregunte, pero ¿él conoce cómo terminé trabajando para usted?


—No lo sabe, creo que decírselo o no, depende de ti. Yo confió en tu juicio, tú sabrás si es una persona digna de tu confianza.


—Le agradezco sus palabras ahora si me disculpa iré a hablar con él ahora mismo.

Notas finales:

Creo que hice este capítulo algo largo y a la vez aburrido, pero bueno aún tengo ideas, no se desesperen que ya se viene lo bueno…espero xD, ahora espero darme mis escapadas para seguir actualizando. Gracias por su apoyo n.n


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