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¿Con quén me casé? por Simca-otaku

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Notas del capitulo:


Es hora que comience el drama y la parte más emocionante, bueno se irá viendo a traves de los capitulos. En este vemos la obsesion enferma de Karasu ¿Hiei seguirá con él?

CAPÍTULO 7.


LOCURAS POR AMOR


 


—¿Qué fue eso? — Hiei se sobresaltó al escuchar ruido en el pasillo.


—¿Qué cosa?, yo no oí nada– Karasu seguía encima de Hiei agazapado en su pecho.


Hiei intentó levantarse, pero Karasu se lo impedía a cada rato que este lo intentaba, pero el miedo de ser encontrado así por Kurama lo ponía cada vez más nervioso, así que a pesar de todo decidió anteponerse al deseo de seguir acostado con su amante.


—Lo siento Karasu, pero tienes que irte, Kurama llegará tarde o temprano.


—Pues para el tiempo que llevamos juntos aquí me sorprende que no haya llegado.


Es verdad Kurama se había ido a tomar un baño en las aguas termales, lo cual lo desconcertó, un baño no podría tomarle mucho tiempo, además de que, si se quedase en ellas más tiempo, podría sufrir un desmayo debido al calor. Por más que deseará continuar así se libró de los brazos de Karasu, para colocarse una bata encima y salir a buscar a su esposa, bajo las escaleras y se dirigió a las aguas termales, entro en el vestidor y se dio cuenta que allí no estaban las cosas de Kurama, consternado subió nuevamente hasta la habitación, la cual para ese momento se encontraba vacía, pero en la mesita había una nota de su amante, “Nos volveremos a ver”, era el único mensaje que decía.


Hiei enojado y preocupado, por todas las emociones de las que era presa, arrugó la nota y la lanzó con rabia. Llamó a los empleados y les preguntó si habían visto a su esposa, a lo cual negaron; sin duda Kurama no estaba en el hotel, eso le preocupó bastante al Emperador, de pronto salió corriendo, haciendo caso omiso de lo peligroso que era salir en esos momentos, pues estaba oscuro y el camino era irregular, además de que podría encontrarse con algún animal salvaje.


 “Demonios donde se habrá metido Kurama, ¿será posible que me haya visto? ... no eso es imposible” – pensó Hiei mientras recorría el camino sin tener idea hacía donde iba.


Mientras tanto Kurama había corrido hasta lo más profundo del bosque, llegando a una cascada, donde la luz de la luna iluminaba con gran claridad aquel desolado lugar, se sentó a la orilla del río que por allí pasaba, pensando en la humillación, el coraje, la rabia y todos los sentimientos que aquella escena le generaban; esa escena se repetía una y otra vez en su mente, simplemente no lo soportaba.


—Vaya, vaya miren lo que me encuentro vagando por aquí una zorrita muy lejos de su hogar.


Kurama se volvió sorprendido por aquella voz, le sonaba conocida, pero estaba seguro de que no conocía al dueño de aquella sínica y grave voz, al ver a una sombra acercarse y una vez que fue iluminado por los rayos de la luna, se sorprendió y aquella sorpresa fue tan notoria que una sonrisa ladina apareció en el rostro del desconocido, que denotaba la gracia que eso le causaba.


—¿Qué es lo que quieres? — Kurama intentó reflejar la rabia interna que sentía en sus adentros.


—Nada, simplemente estaba buscando una hermosa zorrita perdida con la cual pudiera platicar.


—Pues yo no tengo deseos de hablar contigo, ¿por qué no simplemente te largas con Hiei?, de seguro el desea hablar contigo y… tal vez harán algo más… — Kurama se sorprendió de que los celos lo dominarán en aquellos momentos.


—Jajajaja — La risa de Karasu tenía un tono burlón, lo que puso nervioso a Kurama, haciendo que se enfadará aún más – Se nota que sientes algo por Hiei, no lo niegues, pero déjame decirte, que no pienso entregártelo, no lo entregaré a nadie, y mucho menos a una asquerosa mujer — Estas últimas palabras denotaban su odio y repugnancia hacia ella.


—¡Eres despreciable!, como te atreves a meterte con un hombre casado, y aún peor, siendo hombre, ¡Me das asco!


Karasu se acercó rápidamente para así taparle la boca a Kurama, molesto por sus palabras y a la vez divertido por cómo se atrevía a enfrentarlo. Karasu había pensado simplemente darle un pequeño susto, pero ante su insolencia, decidió una mejor forma de torturar a Kurama, incluso tal vez sacarla del camino para que no interfiriera con sus planes de recuperar, lo que, según su juicio le pertenecía.


—Calma cariño, no hagas de esto un grave problema, yo sé bien que su matrimonio fue por pura conveniencia, no pongas esa cara, lo sé todo, el mismo Hiei me comentó todo —Al ver su expresión de confusión decidió aclararle muchas cosa — Así es preciosa, lo sé todo, Hiei me lo explicó, debo decirte que llevo más tiempo a su lado de lo que ha durado su matrimonio, así es, él ha sido mío por un largo tiempo; y si tu estas a su lado es porque, tenía que guardar las apariencias, no le importas, el único a quien el ama soy yo, tu sólo eres un estorbo una gran molestia para ambos.


Kurama no podía creer lo que escuchaba, era una mentira, esto no podía estar pasando, no podía creer que fuera la fachada para que Hiei pudiera encontrarse a escondidas con su amante, por una parte, sentía repugnancia, por otra sentía celos, ya no sabía que pensar. Es cierto que Hiei nunca había intentado algo con él y agradecía el acto, pues deseaba que no se diera cuenta de que era hombre, por miedo a un escándalo, pero ahora sabiendo la inclinación de su esposo, no sabía que pensar.


Sus sentimientos y pensamientos eran un caos no podía pensar con claridad, antes de que sus dudas siguieran invadiéndolo, un golpe en la nuca lo aturdió, antes de perder el conocimiento, sólo pudo ver la sonrisa malévola de Karasu.


—Dulces sueños cariño, por ahora me servirás más viva, pero juro que cuando haya conseguido lo que me propongo, no estarás para ver cómo te arrebato lo que por derecho me corresponde — cargando a Kurama miro a la cascada, sabía bien que encontrarse no era una casualidad, pues en aquellos alrededores tenía un escondite secreto detrás de la cascada.


Atrás de aquella casada, se encontraba una caverna, adecuada para ser más que un refugio de paso, es como si hubieran tomado la libertad de crear una especie de casa dentro. Karasu ató fuertemente los brazos y piernas de Kurama para impedir que escapara, y para evitar escuchar sus quejas y gritos, también lo amordazó. Era mejor tener todas las precauciones posibles.


Terminado esto, decidió dejar a Kurama en una habitación pequeña y lo más lejos de la entrada, una vez terminó de alistar las cosas garabateó una pequeña nota, la cual ató a la patita de un cuervo, y al cual le dio la orden de entregársela a Hiei en el hotel; sabía perfectamente qué tarde o temprano regresaría allí.


Mientras tanto Hiei estaba completamente preocupado, buscó en los alrededores del hotel, siendo optimista y esperando que Kurama no se adentrara más allá, algunos de los empleados, ayudaron en la búsqueda, pero nadie pudo dar con la Emperatriz. Todos se reunieron en la entrada del hotel y cuando cada uno dio los informes pertinentes negando la presencia de Kurama, Hiei agradeció su apoyo y les pidió que fueran a descansar. Quería creer que todo estaba bien y que de seguro ya había regresado a la habitación, incluso pudo ocurrir que jamás hubiese abandonado el lugar.


Subió a su cuarto y lo único que vio fue un pequeño cuervo posado en la ventana, se acercó a él percatándose de la nota que llevaba, era obvio de quien pertenecía aquel mensaje, sin pensarlo tomó la nota, y leyó detenidamente lo que en ella ponía.


 


Hiei


Como te dije, tú serás mío sin importar de qué métodos tenga que valerme para lograrlo, por cierto, no te preocupes por tu esposa, está aquí conmigo, ven a la cascada que se encuentra al noreste del hotel donde te encuentras, nos iremos juntos y así puede que perdone su vida, aunque no aseguro nada.


Karasu.


 


No era posible, ¿Karasu tenía prisionero a Kurama?, no podía arriesgar la vida de su esposa, pero aún tenía serias dudas sobre aceptar la petición de Karasu, lo amaba, eso era cierto, su cuerpo aun lo deseaba, pero… ¿qué era lo que sentía por Kurama?, sin duda el hecho de que era una mujer, lo hacía descartar la idea de que fuera más allá que simple aprecio, pero habían creado un lazo en aquellos meses, un lazo que lo hizo apreciarla y sentir un gran cariño por ella, algo que no había notado antes, o simplemente pensó eso, una vez que decidió hacerse a la idea de que estaba casado y que no podría estar con su amado nunca más.


A pesar de todas las dudas que tuviera, no era justo que la dejara en manos de Karasu, hasta ese momento no había visto la obsesión que tenía hacia su persona, y con lo que había hecho, era obvio que hablaba muy en serio. Así que esperando pudiera llegar a un acuerdo con su amante, decidió salir en busca de una solución para todo ello. Se cambió de ropa, por una más liviana y que le permitiera moverse con facilidad por el bosque, también tomo un pequeño cuchillo, el cual oculto dentro de sus ropas, era mejor ir preparado para cualquier cosa, a enfrentarse ciegamente, tomo una lampará de la habitación y salió del hotel lo más sigilosamente posible.


Se dirigió al lugar donde le había dicho Karasu sin demorar ni un minuto, una vez allí contempló los alrededores buscando alguna señal que le revelará el lugar donde pudiese estarse ocultando Karasu, aunque en estos años, él sabía perfectamente que él era experto para esconderse.


—Así que veniste, sabía que me elegirías tarde o temprano, pero para asegurarme tuve que tener un as bajo la manga — La voz de Karasu resonaba por todo el lugar.


—Sal de donde estés Karasu, he venido como lo querías, deja libre a Kurama no tiene nada que ver en esto.


—Yo diría que sí, esa asquerosa mujer parece haberse enamorado de ti.


—¿Qué tonterías dices?


—No son tonterías, debiste ver su reacción cuando lo conté lo nuestro, fue tan divertido, debo admitir.


—Basta de juegos déjala ir Karasu, yo soy a quien quieres.


—Solo hasta que me prometas que te irás conmigo.


Hiei no iba a ceder ante sus propuestas, pero si no hacía algo temía por la vida de su esposa, aun así, trato de mantener la calma pues no sabía desde que punto era observado por Karasu y un movimiento en falso daría las pistas necesarias para que actuara en su contra, y eso sin duda no iba a permitirlo. Muchas eran las cosas que lo ataban a su puesto y a su esposa, y todo lo que había creado no podía botarlo tan fácilmente ¿o sí?

Notas finales:

End Notes: Bueno, ¿creen que Hiei si se vaya a ir con Karasu?, yo quiero que Kurama les dé una paliza por indecentes y que se viole a Hiei xD, bueno todo depende de lo que a mi perturbada mentecita se le ocurra, bueno los dejo con esto último, tal vez tarde un poco más en editar n.n pero espero les agrade, dejen sus comentarios, son de verdad una motivación para seguir escribiendo.


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