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¿Con quén me casé? por Simca-otaku

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Notas del capitulo:

 Siempre uno tiene que tomar decisiones y Hiei no es la excepción, veamos como termina todo esto.

CAPÍTULO 9.


EL SIGUIENTE PASO


 


En un claro lejos de la cascada, Hiei seguía debatiéndose contra sus emociones y sus razones. En primer lugar, no podía creer que durante todo ese tiempo hubiese estado casado con un chico, y que Kurama no se hubiera tomado la libertad de explicarle las razones; aunque por otro lado comprendía el por qué no lo hizo. Se sentía culpable por las cosas feas que le dijo momentos antes y eso lo hacía sentir mal. En segundo lugar, estaba Karasu, su primer amor, la persona que lo cautivó, que hacía que todas las razones y las obligaciones que tenía desaparecieran con un mínimo beso. Pero se preguntaba, dónde había quedado esa persona protectora y segura que conocía; le preocupaba el conocer aquella personalidad que no había visto antes, una personalidad dominante y posesiva.


La pregunta continuaba en su mente, ¿a quién escoger?, ambos de alguna manera lo engañaron, uno por ocultarle la verdad y otro por demostrar una personalidad contraria a la que él conocía. Hiei había tenido la oportunidad de pasar bastante tiempo con Kurama, y mientras recordaba aquellas charlas y momentos con él, sabía que era sincero cuando hablaban. Cuando pensaba en Karasu y sus propuestas, en vez de hacer a un lado todo lo que tenía por el amor de su vida había dudado, simplemente una parte de él le decía que eso no era lo que el necesitaba; a pesar de que su cuerpo aún se estremeciera con sus caricias, no era capaz de darle un sí, irse lejos y dejar atrás los malos momentos que los habían distanciado… ¿Acaso su amor había dejado de ser tan intenso?, ¿Acaso ya no amaba a Karasu?


Cuando se trataba de Karasu dejaba que sus sentimientos gobernaran sus razones, pero en esta ocasión tanto sus sentimientos como su lógica le decían en donde debía estar, en donde quería estar realmente. Decidió no tardar en entregar una respuesta, ya no había dudas en su mente ni en su corazón, así que se dirigió hasta donde se encontraban sus dos destinos, temía las consecuencias, pero estaba listo para entregar su corazón a uno de ellos, ya vería como salir adelante.


—Quisiera que Kurama esté presente para que escuche lo que tengo que decir — declaró firmemente Hiei al estar frente a frente con Karasu y Kurama en su forma demonio.


Aquel demonio zorro no tardó en cambiar su apariencia, sin embargo, desde el interior de Kurama aún se encontraba alerta de la situación en caso de que necesitara intervenir. Mientras tanto Karasu se encontraba recargado en un árbol con una actitud bastante confiada que se denotaba en toda su persona; no era tonto y en todo el tiempo que paso a solas con Kurama decidió no enfrentarlo, ya había probado su fuerza y no quería problemas no antes de que pudiese probarle que Hiei era suyo. Cuando vieron a Hiei, ninguno podía sospechar cuál sería su respuesta, Karasu estaba seguro y Kurama lo único que deseaba era matarlos en ese momento, pero antes de eso quería escuchar lo que su esposo tenía que decir.


—¿Y bien? — Dijo Kurama impaciente por escucharlo y terminar con ello de una vez.


—Al fin he tomado mi decisión — Hiei trató por todos los medios conservarse firme — Kurama…quiero quedarme a tu lado si es que puedes aceptarme — le lanzó una profunda mirada, intentando ver alguna señal que le diera una respuesta afirmativa.


Aquella respuesta jamás fue esperada tanto por Kurama como por Karasu, en aquel tiempo que estuvieron a solas y a pesar de no intercambiar palabras, Kurama sabía que el amor que tenía Hiei por Karasu era fuerte, lo había presenciado con sus propios ojos, así que desde que Hiei decidió meditar su respuesta, el creía que lo que tenía que meditar era como dejar atrás todo lo que había creado y de lo que era responsable, para así largarse con su amante.


—¡¡Mientes, no puedes elegir a ese bastardo antes que a mí!! Mírame Hiei, yo soy a quien de verdad amas, tu eres mío, deja de seguir a tu deber, tú me perteneces — Karasu no podía creer lo que escuchaba, él pensaba que lo que decía Hiei se debía a que tenía obligaciones de las cuales ocuparse no amor verdadero.


—Lo siento Karasu, pero yo he tomado mi decisión y no pienso cambiarla estoy seguro de lo que elijo…quiero permanecer al lado de Kurama.


—¡¡Deja de tomarme el pelo!! — Karasu impulsado por la irá sacó una pequeña daga, y se abalanzó sobre Hiei, sus pensamientos eran claros, si Hiei no era suyo no sería de nadie.


Lo que estaba sucediendo desconcertó a Hiei por completo, no podía creer el arrebato de celos de su examante, simplemente lo dejaban anonadado. Ante ese sorpresivo ataque Kurama se transformó rápidamente y se interpuso entre ambos, impidiendo así que Karasu arremetiera contra Hiei.


—Lo siento, pero no te permitiré ponerle una mano encima, Hiei ya decidió y tendrás que vivir con ello.


—¡Quítate de en medio asquerosa bestia!


—¡Oh vaya! Veo que no sabes cerrar el pico, pues veremos si puedes abrirlo por un buen tiempo — Una sonrisa malvada cruzó por la boca de Kurama, y con gran rapidez le dio un puñetazo en la cara a Karasu, haciendo que este saliera volando — preferiría no hacer uso de la violencia, pero si no hay de otra, que sea por las malas entonces.


—¡Me las pagarás maldito! – Karasu se dispusó a vengarse por aquel golpe, así que empuño su daga e intentó descargar toda su ira en contra de Kurama, pero este ante sus habilidades de demonio logró evadir cada una de sus estocadas.


—¡Ja! ¿Eso es todo lo que tienes? Eres patético – Kurama había guardado la daga que Karasu le había tomado a Hiei la vez que hizo acto de presencia su demonio interno ante Hiei y Karasu; y con gran velocidad, como era de esperarse, clavó aquella daga en el pecho de su oponente, quien ante el ataque retrocedió gimiendo de dolor — deberías saber que no debes meterte con un demonio y mucho menos hacerlo enfadar...humano infeliz.


—¡¡Basta!! Esto ya fue suficiente — Hiei sabía perfectamente que el enfrentamiento entre ellos ante la noticia sería inminente pero no esperaba que llegaran a ese punto.


—¡¡No te metas!! — gruñó Karasu — si estamos en medio de esto es porque no me elegiste a mí, ¡¡A mí!!, yo soy a quien debes amar, con quien debes estar…


—¡¡¡ESCUCHATE!!! Cada una de las palabras que dices, me hacen darme cuenta de que estuve ciego, no podría estar a tu lado…es más no quiero estar a tu lado. Cuanto más lo pienso, no fue verdadero amor, es verdad que fuiste el primero, pero no el mejor.


—Ya escuchaste — terció Kurama — el decidió y no me importa el motivo por el cual eligió quedarse junto a Kurama pero no dejaré que te interpongas otra vez.


—¡¡El sólo lo eligió porque piensa únicamente en su deber y su posición!!


—¡TE EQUIVOCAS!, la razón por la que elegí a Kurama es porque a pesar de todo lo que hemos pasado, yo creo haberme enamorado de él, el me hace sentir de una manera completamente diferente, el me dio lo que tu nunca podrías haberme dado.


Esa pequeña pero dubitativa afirmación hizo que Kurama se alegrara, a pesar de que su parte humana se encontraba aletargada dentro de su propio cuerpo, era capaz de escuchar y sentir a través de la percepción de aquel demonio, como él hacía en varias ocasiones. Y era obvio que el demonio zorro también se percataba de las emociones que su parte humana tenía ante esas palabras. Por lo cual tomó una decisión un poco egoísta, era obvio que si Karasu continuaba con vida seguiría buscando la manera de entrometerse en su relación y no iba a permitirlo.


Aun cuando Hiei confesara sentir algo por Kurama, era obvio que aquel amor por su antiguo amante no se iba a extinguir de la noche a la mañana, por lo tanto, aunque sabría que sus actos podrían causarle dolor al emperador, tomó ese asunto en sus propias manos. Mientras Hiei y Karasu continuaban discutiendo por todo aquello, Kurama en una fracción de segundos se colocó detrás de Karasu, a quien tomó por sorpresa, sin que tuviera tiempo de defenderse volvió a atacarlo, esta vez en la zona del corazón, tan sólo con la mano, la cual ante sus poderes demoniacos podía manipular para hacerla tan filosa y lo suficientemente resistente para atravesarlo sin dificultad alguna; sin pensarlo dos veces extrajo su corazón, terminando así con la vida de Karasu.


Hiei estaba impactado por la agresividad del ataque de Kurama, sus ojos iban del cuerpo inherte de su examante hacía Kurama quien mantenía el corazón de Karasu en alto. Un grito ahogado salió de los labios de Hiei, quien seguía sin creer que eso fuera posible.


—Vaya, como lo sospeche, la vida de este insecto te importaba aún.


—¿Cómo pudiste hacer algo tan cruel?


—Oh disculpa si te arrebate algo preciado, pero no quiero más intromisiones, tú elegiste, ¿no es así?, sé responsable de las consecuencias que tus elecciones trajeron. De haber elegido a Karasu en lugar de a mi parte humana, posiblemente él hubiera aceptado tu elección y ante el sufrimiento te hubiera permitido marcharte, y este sujeto podría seguir vivo, pero tu hiciste una elección muy riesgosa, sabías perfectamente que no se daría por vencido hasta conseguir lo que quería.


Hiei no quería reconocer que él tenía razón, si Karasu continuaba con vida no descansaría hasta terminar con ambos, poniendo en riesgo muchas cosas en su intento. Sin embargo y ante todos los problemas que había causado, sentía que no merecía ese final.


—¿Po-podríamos enterrar al menos su cuerpo?, es verdad, a pesar de todo aún me importaba, pero eso no hará que vuelva a la vida, al menos desearía que no se quedará así, déjame darle una sepultura decente.


—Haz lo que quieras con él, eso no es mi problema — Kurama dejó caer el corazón de Karasu y se alejó de su cuerpo para ir a la cascada a sacar de su cuerpo y sus ropas la sangre que lo había manchado.


Hiei, decidió cavar una tumba con sus propias manos, era obvio que para ello no contaba con la ayuda de Kurama, por lo que decidió no pedir su ayuda y hacer las cosas el mismo. Una vez que cavó lo más profundo que le permitían sus manos, arrastró el cuerpo inerte de Karasu hasta la fosa. La luz del sol comenzaba a salir cuando Hiei terminó de enterrar el cuerpo de su difunto amante, una vez terminado decidió acercarse a Kurama quien aún no había cambiado su forma.


—¿Acaso no vas a cambiar de forma?


—No hasta que prometas no herir a Kurama. Escucha, de verdad agradece que lo hayas escogido a él, sin duda lo hizo feliz, pero si sólo lo hiciste por deber en lugar de considerarlo una persona valiosa para ti, es mejor que se lo hagas saber, no quiero que se cree castillos en el aire.


—¡Te equivocas! Yo no lo elegí por el deber ni por las obligaciones que nos unieron en su momento, en verdad empiezo a sentir algo por él, fui sincero al decirlo frente a…Karasu.


—¿Eres consciente de que tarde o temprano tendrás que contarle todo acerca de Karasu?, por otro lado, sé que él te contará todo al respecto de cómo terminé dentro de su cuerpo, si de verdad vas en serio con Kurama es mejor que comiences a sincerarte con él y dejar claro que esto es un capítulo terminado, que de ahora en adelante las cosas van a mejorar.


—Lo haré, no pienso dejarlo dudar de lo que siento…


—Dices que crees estar enamorado de él, que comienzas a amarlo, pero ¿qué tanto lo amas en verdad?


—Ni siquiera yo podría decirlo, pero cuando me cuestioné sobre el dejar a una persona, no quería alejarme de Kurama, simplemente sentí una inexplicable sensación, además, ante todo lo que había hecho Karasu para interponerse, me hizo darme cuenta de que hasta ahora conocí una parte de él que había permanecido fuera de mi visión, me cegó en su momento, pero ya no era la persona de la que estaba enamorado.


—Bien, me quedaré con esa respuesta, solo te advierto que, si haces sufrir a Kurama, posiblemente termine viniendo a enterrar tu cuerpo aquí también.


—Créeme que es lo que menos deseo — La convicción de las palabras de Hiei hicieron que aquel demonio quedará conforme.


—Está bien confiaré en ti, será mejor que desaparezca ahora, el hacer uso del cuerpo de Kurama por mucho tiempo sin duda lo debilitarán, cuídalo bien.


Con ese último consejo, aquel demonio fue desapareciendo; sus cabellos plateados iban adquiriendo un tono rojizo y cada facción de su cuerpo fue cambiando gradualmente. Al desaparecer completamente la presencia del demonio, Kurama cayó inconsciente, Hiei fue hábil para atraparlo antes de que cayera y se hiciera algún daño; no podía creer todo lo que había pasado, no podía pensar en lo que les deparaba a ellos a partir de ahora, pero una cosa era cierta, cumpliría con hacer feliz a Kurama.


Hiei ya había decidido hablarle acerca de Karasu una vez regresaran al hotel, y disculparse por un sinfín de cosas. Quería que Kurama confiará en él y demostrarle el sentimiento que comenzaba a crecer en él. Acomodó a Kurama de forma que pudiese cargarlo en la espalda hasta el hotel, donde seguramente estarían preocupados por su desaparición, pero ya pensaría en que contarles a los empleados cuándo llegarán. Ya habría tiempo para planear lo que harían a partir de ese momento para seguir cuidando las apariencias. Sin duda aún era difícil el camino que les quedaba por recorrer.

Notas finales:

Bueno ya terminaron con uno de sus muchos problemas, ya empieza más o menos lo bueno del fic, segun yo, tenganme paciencia falta poco para terminar de editar los 14 primeros capitulos, ya estamos en el 9, ya tengo parte del 15 y sé que faltan muchos capitulos la historia aún no termina y no lo dejaré a medias.


 


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