Yuki acababa de llegar al hotel donde se hospedaría, era uno de los más lujosos que había en aquel lugar. Mizuki le había dicho que la editorial haría una importante reunión donde se celebraría la reciente fusión con la editorial Marukawa y por lo tanto, al ser uno de los escritores de mayor renombre, tenía que estar presente.
Por lo menos aquel viaje le serviría como distracción, últimamente no había podido dormir nada y eso se notaba con las ojeras que se cargaba.
Por lo pronto se metería a tomar un baño y tal vez… llamar a alguna “acompañante”… pero… ¿a quién engañaba? Sabía muy bien que no lo haría… no podía… no quería… Así que sólo tomaría el baño y trataría de dormir un par de horas.
Tan solo unos minutos después la habitación de a un lado era ocupada por otro famoso escritor. Que una vez instalado se dio a la tarea de tomar el teléfono para llamar a cierta personita.
-RING RING
Conversación
-¡Hola!! Habla Shindou
-Jo, hola shu-chan!!! Se te oye muy animado
-¿Usa-chan?!!!!!!! ¿Eres tú? Dime ¿Ya llegaste? ¿Es bonito por allá? ¿Qué has hecho?
-Espera, espera, una a la vez
-Je je je, lo siento, es que me emociono mucho
-Ah!!! No tienes por que disculparte. Pues acabo de llegar al hotel. Y si, todo es muy bonito, me hubiera gustado que me acompañaras, estoy seguro que te hubiera encantado este sitio
-Ah!!!! A mí también me hubiera gustado… pero K me dijo que ya había tenido muchas vacaciones y que si me iba me traería a rastras je je je
-Eso sí lo dejo
-
-¿Pasa algo?
-mmm… no nada
-¿Seguro?
-Claro… es sólo que no estoy acostumbrado a que se preocupen tanto por mí, eso es todo –dijo un tanto apenado el menor-
-Pues de ahora en adelante tendrás que hacerlo
-Arigatou
-Bueno, ahora cuéntame: ¿tú que has hecho?
-Nada interesante en realidad. Sólo me he puesto a ordenar algunas cosas, ¿sabes? Hiro ya vino a conocer el departamento, dice que es de muy buen gusto
-Oh! Qué bien, me alegra mucho que estés con tu amigo
-Gracias de nuevo usa-chan
-Ahora te dejo, tengo que desempacar y quiero descansar un poco. Aikawa me ha avisado que por la noche tengo que asistir a una reunión y creo que tendré que desvelarme
-Oh!! Qué bien… ¡una fiesta!!!! ¡Vaya!! En serio que me hubiera gustado ir
-No creo que la disfrutaras; la verdad es que estas reuniones suelen ser bastante aburridas, por lo menos, yo, las detesto
-Entonces no vayas –decía el menor, tan natural como siempre-
-mmm… no puedo faltar… me obligaran… pero no te preocupes… estaré bien. Si necesitas algo no dudes en llamarme
-Ok, cuídate usa-chan
-Tú también shu-chan, cuelgo
CLICK
El peliplateado se quedo con una sonrisa dibujada en su cara. Ese pequeño sí que le alegraba el día. No puede explicarse cómo es que el idiota de Yuki Eiri pudo haber alejado de su vida a una criatura como Shuichi.
-Shuichi simplemente es encantador. ¿Cómo no encariñarse con él?
Pero eso era precisamente lo que no terminaba de entender. Shuichi era todo lo que había estado esperando: una persona dulce, confiable, sincera, que vivía cada día al 100% y valiente cuando se necesitaba. ¿Cómo era posible que todavía no se hubiera enamorado de él? ¿Cómo era posible que por las noches su corazón siguiera anhelando a Misaki?
-Después de tanto tiempo… pero… es algo que definitivamente pasara con el tiempo, eso es… no por nada dicen que el tiempo lo cura todo y creo que después de todo una persona no se enamora de la noche a la mañana
Mientras tanto con Shuichi… después de colgar
-Shuichiiiiii!!!!!!!!!!! –Se escuchaba una voz que llamaba al pequeño-
-Hiroo!!! Acabo de hablar con usa-chan
-¿Y que te dijo?
-Sólo que acababa de llegara al hotel y también que le hubiera gustado que fuera con él –decía sonriente y un poco sonrojado- también me pregunto por lo que yo hacía ¿sabes?
-Oh!! Qué bien
Hiro comprendía muy bien la alegría de su compañero, es decir para cualquier otra persona seria normal que su pareja se comunicara y se preocupara por su bienestar pero dado el historial amoroso con el que contaba Shuichi, esto era algo completamente nuevo para él y en verdad que le complacía que todo estuviera marchando bien. Sólo tenía que asegurarse de que el tal Usami Akihiko no hiriera a su amigo tal como lo había hecho aquel otro desgraciado. En realidad se sentía bastante culpable por haberse casado y haber dejado a su amigo a su suerte, así que ahora estaba dispuesto a defender la felicidad del pelirosa contra quien fuera necesario.
-Hiro!!!!!!!!!! Hazme caso –escucho como lo llamaba el menor-
-Ah!! Lo siento Shuichi, me quede pensando
-¿En qué?
-En nada importante
-mooo hiro –haciendo un lindo puchero-
-Mejor dime ¿para qué me llamaste?
-Ah!! Si, tienes razón –poniéndose feliz de nuevo- pues veras quiero que me enseñes a cocinar un paffet
-Eh?
-El otro día vi una entrevista que le hicieron a usa-chan, dijo que casi no le gustaban los dulces pero entre los pocos que aprecia estaban el paffet de chocolate. Así que como agradecimiento por todo lo que ha hecho por mi quiero prepararle uno
-¿Y no es más seguro que lo compres?
-Hiro!!!! –Decía el pelirosa un tanto molesto- ¿Qué insinúas al decir “seguro”?
-Pues es que estamos comenzando con el disco y no me gustaría que te metieran a la cárcel por intento de homicidio
-Hiro!! Por eso te estoy pidiendo que me enseñes, tengo menos de tres semanas
-mmm… pues la verdad es que no puedo
-¿Por qué? –Decía muy lloroso el menor-
-Por qué no sé hacerlo, vamos ni siquiera sé que es eso
-¿No lo estarás diciendo sólo para no enseñarme?
-Claro que no, deberás que no se… creo que tendrás que buscara alguien más… o aprender por tu cuenta. Pobre Usami Akihiko
-mmm
-Bueno ahora vámonos que K te va a matar por llegar nuevamente tarde y de paso a mí también me pasara por el paredón
Ambos amigos salieron del nuevo hogar del ojivioleta y se encaminaron a NG donde tendrían una reunión para elegir el estilo que tendría el nuevo disco.
Por otra parte… Misaki Takahashi se encontraba sumido en una profunda tristeza. Desde que había leído aquella carta que le dejara el escritor no había dejado descansar a sus pobres orbes… una lágrima tras otras. Ya no sabía cuántas horas habían pasado. Como pudo había logrado llegar a la casa de su amigo y desde entonces se había encerrado en aquella habitación, lo único que hacía era sollozar y repetir incansablemente “Usagi-san”
-¿Por qué?, ¿Por qué?, ¿Por qué? ¿Por qué te fuiste? ¿Por qué ahora? Se suponía que tu y yo seriamos felices, así tenía que ser… Usagi-san
Por unos minutos el ojiverde trataba de calmar sus sollozos mientras respiraba profundamente. Momentos después limpio una de las últimas lágrimas, que descansaba en su mejilla izquierda.
-Fui un estúpido. Pensé que Usagi-san estaría bien si yo le ocultaba la verdad. Lo único que quería era que no se preocupara por mí, que no sufriera… pero… me equivoque, lo lastime… herí a la persona que más me ha querido y a la única que yo he amado. Lo arruine todo… o ¿no?... NO –pronuncio muy decidido el castaño- si la vida me dio una segunda oportunidad… la tengo que aprovechar. No puedo perder a Usagi-san, no ahora. Estoy seguro que cuando le explique cómo sucedieron las cosas…
Ahora ya estaba decidido, haría lo que fuera por recuperar el amor del escritor. Simplemente había entendido que su corazón no quería estar lejos de aquel hombre. Ya no dudaría… nunca más, demostraría lo que fiera con tal de estar con él.
Varias horas después en Nagasaki
Yuki Eiri salía de su lujosa habitación para dirigirse al salón donde se celebraría la dichosa reunión. En un principio se había negado a asistir, lo único que quería hacer era recluirse en si mismo pero las obligaciones lo llamaban y Mizuki prácticamente lo había llevado a la fuerza.
Pero en fin ahora estaba ahí y lo menos que podía hacer era aparentar que estaba bien, suerte que los reporteros todavía no se enteraban de nada sino esa fiesta seria un caos.
Con suerte conseguiría a una de esas mujerzuelas que siempre se le acercaban y podría pasar una velada “amena” pero con lo que no contaba es que en esa misma celebración se encontraría a uno de sus más acérrimos enemigos.
Al ingresar al salón inmediatamente pudo verlo, definitivamente tenía mala suerte pero ahora que lo recordaba aprovecharía la oportunidad para dejar en claro ciertos asuntos en los que ese escritorcito de fantasía se había metido, es decir, el “secuestro” de su ex-amante. A paso decidido se acerco a este.
-Oh!! Pero miren quien está aquí –decía el rubio con un tono bastante sarcástico- nada más y nada menos que Usami Akihiko, el ganador del premio Kikukawa por… déjame recordar –señalo el rubio haciendo un ademan- ah!!! Si, por aquella novela de fantasía –dicho lo último en un tono despectivo- No puedo siquiera imaginar en que estarían pensando los jueces al darte el premio. Seguro que tu padre soltó una buena cantidad por ello o ¿acaso hizo uso de sus influencias?
El peliplateado se había limitado a soportar a su acompañante bastante fastidiado pero aquella fue la gota que derramo el vaso
-¡Por favor!!!!!! Tú hablándome de influencias… cuando todo mundo sabe que eres protegido de Seguchi Tohma
-CALLATE!!! Escritor de quinta –cambiando su semblante a uno más fiero mientras el otro tenía una mueca de gozo-
-Pero no te enojes… recuerda que estamos de manteles largos –decía el pelipalteado muy satisfecho por haber sacado de sus casillas a ese tipo-
-Ahora que lo recuerdo –se incorporo el rubio- tú me debes una explicación
-¡Ah! ¿Sí? No sé de qué hablas
-No te hagas el desentendido, hablo de Shindou Shuichi
-Ah!! Claro de shu-chan -haciendo énfasis en el mote del pequeño y con una enorme sonrisa- ¿Qué pasa con él?
-¿Cómo le llamaste? –pregunto incrédulo el rubio-
-Shu-chan, ¿acaso te molesta? Ah!! Pero… ¿Por qué habría de hacerlo? –Decía el mayor bastante satisfecho por las reacciones del ojimiel- si ahora que lo recuerdo… ustedes ya no son NA-DA Ja ja ja
-Ja y se puede saber de dónde sacas esa estupidez? (recuerden que cuando Yuki vio que Shu se iba con un tipo, después de recoger sus cosas, pues no alcanzo a reconocer a Usagi)
-Vamos no finjas, no vale la pena, estoy al tanto de todo
¿Por qué te lo llevaste?
-Por que quise y eso… es más que suficiente –respondió decididamente el peligris-
Estaban teniendo un duelo de miradas donde ninguno de los dos estaba dispuesto a ceder, si las miradas mataran…
-Pues te lo advierto, no te le vuelvas a acercar –dijo el rubio sin quitarle la vista de encima-
-Ja, eso va a estar muuuy difícil –respondió Usagi con una sonrisa triunfante-
-¿De que hablas? –el menor de los escritores ya estaba llegando a su límite, de por si ese idiota siempre le había caído en la punta del hígado y después de lo que paso con el pelirosa simplemente quería matarlo-
-Pues será difícil que no me acerque a Shu-chan si estamos viviendo juntos
-QUEEEE!!???????????????? –la mirada del rubio cambio de una desafiante a una incrédula y hasta podría decirse temerosa- EXPLICATE!! –Dijo a punto de perder los estribos-
-No tengo ninguna razón para decirte absolutamente nada. Tú y Shuichi ya terminaron. Ahora él está conmigo y el que no tiene ningún derecho a acercársele eres tu –sentencio el ojilila- Si me disculpas tengo que saludar a algunas personas. ¡Diviértete! Ja
El rubio solo pudo ver como “ese” tipo se alejaba con una expresión de felicidad en su rostro
-¡No!!! No puede ser verdad
No podía creer lo que le había dicho ese idiota, seguramente se lo había inventado para fastidiarlo. Shuichi no podía estar con él. Con él ni con nadie. Shuichi le pertenecía a él y solo a él. No podía haberlo olvidado así como así. Es más, estaba seguro que lo seguía amando, se lo dejo claro en esa carta.
Al siguiente día en Tokyo
Shuichi se encontraba muy animado. Había escrito ya tres canciones y a todo mundo le habían gustado las letras hasta el perfeccionista de Fujisaki.
Desde que había decidido darse otra oportunidad veía el mundo de otra manera, más bien volvía a ser el niño risueño y tierno que era antes de conocer a Yuki.
Ese día al salir de la disquera y despedirse de hiro decidió ir a comprar un recetario. Tenía poco tiempo para aprender a hacer el paffet-
-Le dije a Usa-chan que a su regreso le tendría una sorpresa y no lo voy a defraudar… si no encuentro quien me enseñe tendré que aprender yo solo
Debidamente camuflajeado ingreso a un supermercado donde le pregunto a una de las tantas encargadas por lo que necesitaba, de inmediato le indicaron la ubicación de los recetarios. Se le hizo buena idea coger de una vez los ingredientes que le pedía el recetario pero dado que no se había tomado la molestia de tomar un carrito iba haciendo malabares para coger lo que necesita y acomodarlo entre sus pequeños brazos. Ya sólo faltaba un ingrediente, le dijeron que se encontraba al doblar ese pasillo pero al dar vuelta choco con alguien y todas sus cosas salieron volando y por el impacto tanto la gorra como los lentes de sol que llevaba también fueron a dar al suelo por lo que quedo revelada su identidad.
-Eh!!!!??? ERES SHINDOU SHUICHI???????????!!!!!!!!!!!!!!! –Decía la persona con la que había chocado, un ojiverde muy emocionado- ¡¡¡¡¡NO LO PUEDO CREER!!!!!!!!! –el pelirosa sólo volteaba apara todos lados si alguien más se daba cuenta estaría en un aprieto-
-Si soy yo, pero cállate por favor!!!!!!!!! –Decía con voz queda el ojivioleta-
-¿En serio eres tú? –Decía más emocionado que antes el castaño mientras el pelirosa volvía a ponerse los lentes y gorra-
-Si, si, pero no digas nada por favor
-OH!!! Perdóname, no quiera incomodarte
-No, si no es eso, es solo que si alguien más se da cuenta podría armarse un alboroto
-Ah!! ya entiendo, je je je no te preocupes, oh! Pero por favor dame tu autógrafo –pidió el castaño al mismo tiempo que esculcaba su mochila- ¿sí?
-Claro, claro –el castaño le extendió la pluma y el papel- ¿Cuál es tu nombre?
-Takahashi Misaki –decía muy sonriente el chico-
-OK –el pelirosa hizo varios garabatos en aquella hoja y se la devolvió al ojiverde
-Arigatou! Soy fan tuyo desde que sacaron el primer sencillo, de verdad que me encanta la música de Bad Luck
-Muchas gracias Misaki-kun
-Ah!!!!! Me ha llamado por mi nombre, uno de mis ídolos me ha llamado por mi nombre, esto debe ser un sueño
En ese momento Shuichi recordó que sus cosas seguían tiradas en el suelo por lo que se apresuro a levantarlas, Misaki se dio cuenta y también le ayudo.
-OH!!! Vaya llevas bastantes cosas, ¿qué piensas cocinar?
-Un paffet de chocolate –contesto muy sonriente el otro-
-AH!! Lo que le gusta a Usagi-san
-mmm… pero la verdad no sé cómo hacerlo –haciendo un mohín-
-Oh!!!!! Pero si no es nada difícil –menciono el castaño-
-Tu… tu –mientras señalaba a su acompañante- ¡sabes prepararlo?
-S… si
-Oh!! Pero qué buena suerte –dijo el ojivioleta agitado- ¿te molestaría enseñarme? –Pidió con esos ojos de cachorrito que derriten a cualquiera
-Je, claro, ah!!! Soy tan feliz tengo su autógrafo y ahora me está pidiendo ayuda
-¿Tienes tiempo ahora?
-mmm… si
-Entonces vamos a mi departamento ¿sí?, no está lejos
-Ok Shindou-san
-mooo!!! Pero no me hables tan formalmente, hace rato me tuteaste
-Oh!!! Yo lo siento mucho –contesto un muy sonrojado Misaki-
-Pero no te avergüences… llámame Shuichi ¿si????
-De acuerdo Shuichi –con una gran sonrisa-
Misaki ayudo a Shuichi a cargar algunas de las cosas además de llevar un par de ingredientes más de los que no se hacía mención en el recetario pero que él estaba seguro que necesitarían. De esta manera salieron del supermercado para dirigirse al hogar del ojivioleta.
Continuara...