Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Responsable por zion no bara

[Reviews - 8]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Este fic es especial para mí pues es mi fic número cien, nunca creí que llegaría tan lejos en la página, hay demasiada gente a la cual agradecer por ello y es por eso que me resulta imposible darles las gracias a todos aquellos que me han leído como quisiera, sólo puedo reiterarles mi agradecimiento pues sin el apoyo de otros yo no hubiera continuado.

Espero poder continuar escribiendo y que me sigan leyendo, muchas gracias.

 

Notas del capitulo:

Pensaba subir otro fic pero recordando el primer fic que subí me decidí por este, me pareció que iba por ese estilo. La pareja casi no la uso pero me parecieron los mejores para esta trama, espero que les guste.

 

 

Si una palabra era aplicable a los caballeros que servían en el Santuario esa era responsabilidad, podrían tener diferentes personalidades y distintos gustos pero nadie hubiera dudado jamás que esos doce hombres en armaduras doradas eran responsables, aprendían de sus acciones y enfrentaban las consecuencias que venían de ellas, ni las más descreídas o venenosas lenguas hubieran podido decir lo contrario. Siendo de esa manera era muy común que los caballeros se tomaran sus responsabilidades con total seriedad y planeándolas de antemano, nada los tomaría por sorpresa. O al menos procuraban que fuera de esa manera.

Entre algunas de las actividades que tenían que realizar era el vigilar las habitaciones que correspondían a su diosa, aunque ella no estuviera presente, era parte de mantener el ceremonial del lugar y hasta ese momento lo habían hecho perfectamente. Aunque no había sido del todo sencillo por una cuestión en especial. Resultaba que la orden era que dos caballeros dorados cuidaran de ese sitio y lo más sencillo para formar a las parejas había sido acomodarlas por el orden de sus templos, de tal manera que las guardias las hacían Aires y Tauro, Géminis y Cáncer, Leo y Virgo, Libra y Escorpión, Sagitario y Capricornio y Acuario y Piscis. Las primeras semanas no hubo inconvenientes y todo marchaba bien pero entonces algunos de los caballeros pidieron a otros que cambiaran con ellos sus turnos para poder estar con determinado caballero que por alguna razón querían tener de compañeros en esas guardias.

Los primeros en pedir ese favor fueron los caballeros de Sagitario y Piscis, Aioros y Afrodita hablaron con Shura y Camus pues querían estar con alguien más, así que los del décimo y el onceavo templo terminaron de compañeros de guardias mientras que alrededor se desataba el infierno.

La cuestión fue que primero Aioros se fue con Saga y así Afrodita quedó con Death Mask, pero sucedió que por alguna razón de esas que sólo ellos entendían se pelearon y el de Piscis se fue con el de Escorpión dejando a Dohko con el de Cáncer pero el italiano sintió que si seguía escuchando a Dohko iba a terminar asesinando a un compañero y convenció Mu de hacer las guardias con él y por lo tanto el de Tauro se quedó con el de Libra pero como Shaka quería estar con Mu le cambió la guardia a Death Mask y Aioria terminó como el de Cáncer mientras que Aries y Virgo estaban juntos aunque no tardó en demostrarse que Leo y Cáncer no se llevaban bien por lo que Aioria convenció a Aioros de que se cambiara con él dejando a Saga con Death Mask pero fue cuando el de Piscis se peleó con Milo y Milo le pidió a Saga que cambiara a su compañero con lo que Piscis y Géminis quedaron juntos mientras que Cáncer estaba con Escorpión y si no bastaba Saga quiso estar de nuevo con Aioros dejando a Aioria con Afrodita pero fue cuando Shaka y Mu decidieron tomarse un tiempo y cambiaron con Death Mask y Milo dejando a Escorpión con Virgo y a Aries con Cáncer pero eso molestó a Afrodita quien le pidió a Mu que no estuviera con Death Mask por lo que Mu cambió con Tauro y Libra quedando Cáncer con Tauro y Libra con Aries pero entonces Aioria quería estar con Mu por lo que se cambiaron y se quedaron Aioria con Mu y Dohko con Afrodita y...bueno así estaban más o menos las cosas.

De entre todos esos cambios nadie se había acordado o se había atrevido a pedirle a Shura y a Camus que cambiaran de lugar con ellos, así que ellos dos seguían haciendo sus guardias sin ningún inconveniente pues además de todo se tenían estima y consideración, siempre habían sido buenos compañeros y se respetaban, el que fueran vecinos en sus templos apoyaba el que se encontraran cómodos uno en compañía del otro y ya que no quedaron en medio de la locura de los cambios estaban tranquilos. Gracias a eso también se hicieron un poco más abiertos y reconocieron que les agradaba el caballero a su lado, las primeras guardias no hablaron mucho pero lentamente lo consiguieron, al grado que no necesitaban sólo de las guardias para verse pues aprovecharon su cercanía en el Santuario para convivir y fue justamente esa convivencia la que los llevó a entenderse muy bien, tan bien que se sonreían y pensaban en el otro con frecuencia hasta que, siendo como eran, hablaron directamente sobre sus posibilidades como algo más que compañeros caballeros dorados pero siendo ambos prácticos no hubo mayores inconvenientes en intentarlo.

Así que se embarcaron en una especie de viaje de descubrimiento mutuo en el que Shura encontró muchas cualidades y virtudes en Camus además de variadas características que le gustaron por demás, sobre todo y aunque muchos no lo supieran que el de Acuario era una de las personas más comprensivas sobre la faz de la tierra, que a veces cuando estaba solo era como si estuviera perdido, tenía miedo de conmoverse ante los demás, no era soberbio, temía a las decepciones y por eso prefería guardar su distancia mientras que Camus se sentía perfectamente bien al lado de Shura, no tardó en saber sus valores y habilidades a la par de encontrar que le gustaba como hombre y sobre todo que una vez que se traspasaban las puertas a su interior era una de las personas que podían encargarse del mundo si lo pusieran en sus manos, que no era muy alegre pero nunca se daba por vencido, no se inclinaba sino ante la muerte y a su manera era una especie de gigante.

Así que las cosas entre los dos, siendo como eran tan responsables, marchaban a la perfección. Casi.

 

 

Un punto que si bien habían tocado pero aún no estaba resuelto entre Shura y Camus era el de la intimidad y no era que no quisieran ni que fueran inexpertos, cada uno había reconocido que ya tenían sus aventuras pasadas, no muchas pero las tenían, pero entre los dos necesitaban su tiempo sobre todo porque no eran algo casual en la vida de su compañero.

--Tal vez ya sea el momento-decía Shura en una ocasión.

--Pues ya tenemos tiempo viéndonos-respondió Camus-Nos entendemos bien.

--Me gusta tu compañía.

--A mí me agrada tu presencia.

Por unos instantes se miraron de frente, estaban a solas porque era justamente una de sus guardias y parecía un buen momento para hablar del tema.

--Quizás podamos seguir al siguiente nivel-comentó Camus.

--Hay que tomar algunas cuestiones en cuenta-dijo Shura.

--¿Te gusta algo en especial?

--Creo que soy tradicional ¿Y tú? ¿Quieres algo en especial?

--No, soy conservador en ese aspecto.

--Deberíamos pensar en el sitio adecuado Camus.

--Pues supongo que sería en uno de nuestros templos Shura.

--Al aire libre sería inconveniente.

--Y otros sitios para éste propósito no se escuchan recomendables.

--Necesitaríamos tener algunas cuestiones a mano.

--Si, es mejor ser precavidos, no tengo nada pero prefiero ser cuidadoso Shura.

--Lo comprendo Camus, tengo excelente salud pero aún así prefiero que nos cuidemos.

Se quedaron en silencio pero al mirarse acordaron que estaba todo en orden para seguir con el proyecto.

--¿Cuándo sería?-preguntaba el de Acuario.

--Tengo misión en dos días-respondió el de Capricornio.

--Yo iré después.

--Cuando regresemos entonces.

--Muy bien.

Y se dieron un beso, no eran tan expresivos como otros pero ellos así se comprendían.

Así que vinieron las misiones y terminaron y llegó la fecha señalada pero no fue del todo como lo habían esperado ese encuentro.

Todo se dio en la casa de Capricornio, así que Camus llegó muy puntual, llevó vino, un buen vino, cenaron y charlaron, después se besaron y con calma fueron a la recámara; lo primero estuvo bien, se besaron y se acariciaron y se quitaron algo de ropa pero cuando ya estaban sobre la cama el de cabellos azules tuvo algo que decir.

--Shura.

--¿Qué pasa?

--Es que no apagaste la luz.

--No lo hago.

Se quedaron mirando por unos instantes pero era mejor solucionar eso antes de continuar.

--Es que yo no me siento cómodo con luz Shura.

--Pero yo no lo he hecho a oscuras Camus.

De alguna manera tenían que encontrar una solución así que el de Capricornio se levantó para apagar las luces principales pero dejó una lámpara encendida, aunque el de Acuario aún sentía que era mucha luz y para que resultara más tenue el de cabellos oscuros le puso una pañoleta encima. Como los dos parecían conformes con el resultado volvieron a la cama y a seguir con lo que estaban.

Las cosas iban bien, bastante bien, a cada uno le gustaba su compañero y se sentían en los primeros pasos de la excitación pero sucedió algo más.

--Shura.

--Camus.

--¿No huele a quemado?

--¿Qué?

Voltearon instintivamente y encontraron lo que ocurría: la pañoleta era más delicada de lo que parecía porque se había incendiado con el calor de la lámpara y ya había prendido también la pantalla que cubría a ésta; de inmediato se incorporaron para tratar de apagar el potencial incendio pero estando medio desnudos no era tan buena idea. Shura tomó su camisa tratando de controlar con eso el fuego pero resultó que la prenda también se encendió y al final Camus tuvo que usar sus habilidades congelantes para controlar el fuego.

Ya más tranquilos se miraron pero no estaban de ánimo para seguir.

Así que su siguiente intento fue en el onceavo templo. Los dos tenían su nueva fecha y así el de Capricornio se presentó, le llevó flores y chocolates rellenos de licor a Camus y lo besó muy atento, ambos ponían lo mejor de su parte para que finalmente consumaran su relación pero algo más sucedió en el camino.

Cuando fueron a la recámara de Camus el de cabellos azules ajustó la luz para que fuera cómodo, también llevaron los chocolates que había llevado Shura, como si fuera un juego estaban sobre la cama comiendo los chocolates y desvistiéndose para besarse, les estaba gustando bastante; sin embargo fue entre esos besos que hubo un pequeño percance. El de ojos oscuros tomó por los hombros a su compañero y lo besó con intensidad pero el de ojos azules tenía un chocolate en la boca y con el beso se le fue casi entero a la garganta así que se separó de golpe, como el otro no estaba seguro de lo que sucedía tan sólo se quedó mirándolo hasta que comprendió que el de Acuario se estaba ahogando y sólo hizo lo primero que se le vino a la mente.

Golpeó a Camus en el estómago.

Afortunadamente funcionó y el de Acuario pudo escupir el chocolate pero estarse casi ahogando para después recibir un golpe no era exactamente un escenario muy romántico y dejaron las cosas hasta ahí.

De todas maneras no por dos fracasos se iban a dar por vencidos, no hubieran sido caballeros si se permitieran las derrotas. Pero las siguientes ocasiones tampoco ayudaron mucho. En una todo iba bien hasta que Shura llevó a la cama a Camus pues no calculó bien la distancia y el de los ojos azules se golpeó la cabeza con la cabecera con lo cual el coqueteo se fue por la tubería. Una ocasión más no pudieron porque habían acordado primero descansar un poco en un sofá, Camus se recostó y se durmió románticamente en los brazos de Shura, a éste no le molestó al principio pero el de Acuario no se movió de ahí por dos horas y se le durmieron los brazos, así que cuando el otro despertó su compañero no estaba de muy buen humor por no haber podido descansar.

 

 

Y así estaban las cosas para la pareja de Shura y Camus, con más bajas que altas en el terreno de la intimidad porque en todo lo demás se entendían perfectamente y se gustaban por lo cual no habían siquiera considerado el terminar ni darse tiempo, tan sólo aguardaban a que la oportunidad correcta se presentara.

Pero mientras ellos esperaban por esa oportunidad alguien más se presentó en el lugar y era nada más y nada menos que la propia diosa Atena, Saori. La joven fue recibida con todos los honores y respeto correspondiente a su dignidad y ella se los agradeció, hacía dos meses que había estado ahí pero por motivos diferentes pues según había dicho tan sólo quería descansar un poco.

--Está noche tenemos guardia-comentaba Shura.

--Después de todo es buena idea el que sigamos con nuestras responsabilidades-dijo Camus.

En ese instante los dos desayunaban juntos pues durante el día tenían responsabilidades diferentes que atender.

--Al menos nuestra señora Atena se decidió por descansar un poco-continuó el de Capricornio.

--Ella tiene muchas responsabilidades pero todas las cumple a la perfección-agregó el de Acuario.

--¿Crees que haga otra reunión?

--No parece ser el caso, ella tan sólo ha estado descansando en este tiempo.

--La he visto un poco decaída, como si estuviera muy cansada.

--Tal vez lo está, sin duda reposar un poco le hará bien.

--Tienes razón.

--Pero tú tienes razón en que parece decaída, además parece que está enferma.

--¿Por qué lo dices Camus?

--Aparte de su cansancio he sabido que tiene nauseas y que no ha estado comiendo del todo bien

--Tan sólo nos queda esperar para que se encuentre reestablecida.

--Ya debo irme Shura.

--Nos vemos en la noche.

--Hasta la noche.

El de Acuario se acercó y le dio un beso en los labios para después marcharse, estaban bien las cosas entre los dos y no pensaban cambiar demasiado sus actividades de ese día, además sabían que iban a verse durante su guardia y esa idea les gustaba bastante a ambos. El resto del día no coincidieron pero quizás fue por eso que esperaron con paciencia la llegada de su guardia donde podrían volver a verse y estar juntos.

Tal y como lo habían planeado a la llegada de la noche los llevó a los dos a sus obligaciones que eran las de hacer guardia cerca de las habitaciones que correspondían a su diosa, cuando ambos se vieron de inmediato se saludaron.

--Que bueno que ya llegaste Camus.

--Llegaste antes Shura.

--Sólo un par de minutos.

Se dieron un beso más en los labios para después caminar en su mutismo al sitio que les correspondía vigilar, todo estaba en silencio y no se veía nadie alrededor, cuando estuvieron en su sitio de guardianes permanecieron firmes como estatuas para cumplir con sus deberes.

Los primeros momentos no hubo ningún inconveniente en seguir con sus planes pero conforme la noche avanzaba y seguros de lo solitario de su misión hablaron un poco, sólo un poco.

--He pensado en algo Camus.

--¿Qué sucede Shura?

--Hace dos semanas desde la última vez.

--¿La última vez?

--Desde la última vez que lo intentamos.

El de cabellos azules sabía perfectamente de lo que hablaba y no se sentía incómodo de ninguna manera por tratar el tema pero según era costumbre entre ellos dos tampoco era muy efusivo sobre lo que sentía al respecto.

--¿Quieres que lo volvamos a intentar Shura?

--Creo que ya ha pasado tiempo suficiente.

--Supongo que tienes razón.

--Entonces ¿Qué opinas Camus?

--Por mí está bien pero tenemos que hablar al respecto.

--Siempre hablamos y planeamos pero de alguna manera las cosas no han salido bien hasta ahora.

--No nos predispongamos Shura, sólo han sido leves inconvenientes.

--¿Leves?

Eso era porque en su último intento descubrieron que el lubricante de la marca de condones que usaba el de Capricornio le provocaba una alergia al de Acuario al intentar ser seductor y pensar en ponérselo a su compañero.

--Sabes a lo que me refiero-dijo el de ojos azules.

Los dos callaron pero después se miraron de frente, fue como si en ambos surgiera la misma idea pero tenían que decirla para averiguar que era lo que su compañero pensaría de ella.

--Quizás no deberíamos pensar tanto las cosas Shura.

--Creo que tienes razón pero quiero que sea agradable para los dos Camus.

--Si, yo también pero tal vez es por pensarlo tanto que hemos tenido todos esos accidentes.

--Es una posibilidad.

--¿Qué tal si intentamos algo más?-propuso el de Acuario.

--¿Qué tienes en mente?-quiso saber el de Capricornio.

--Pues...no sé...intentar algo.

Por unos instantes simplemente se observaron pero en ese momento el de ojos oscuros se acercó a su compañero y tomándolo por los hombros lo besó, de inmediato el otro le correspondió y cuando sus miradas se encontraron supieron que les había gustado y bastante.

--¿Quieres que intentemos algo más Camus?

--Bueno...pero que no se te olvide que estamos en una guardia.

--Ya pensé en eso y no creo que haya problemas.

--¿No?

--No en realidad Camus, aún cuando un enemigo se atreviera a llegar a el Santuario tendría que enfrentar a los demás, tu sabes, primero a Mu con su Revolución de Polvo Estelar.

--Aldebarán tiene su Nova del Titán-agregó Camus.

--Saga tiene su Otra Dimensión.

--Death Mask tiene sus Ondas Infernales.

--Aioria tiene su Explosión Fotónica.

--Esa está prohibida-le recordó el de Acuario.

--Bueno, tiene su Plasma Relámpago-continuó el de Capricornio.

--Shaka tiene su Estallido Vital.

--Dohko tiene su Último Dragón.

--Milo tiene la Aguja Escarlata.

--Aioros tiene su Explosión Atómica.

--Afrodita tiene sus Rosas Sangrientas.

Habiéndose dicho lo que querían escuchar, convenientemente convencidos de sus argumentos y como aparentemente no tenían nada de que preocuparse y estaban completamente solos además de estar llegando a la conclusión que no había momento como el presente y les estaba excitando la situación no tuvieron reparos en abrazarse y besarse de nuevo con intensidad, siendo sinceros les estaba gustando lo de saltarse la planeación pues respondían con energía.

 

 

Miraron alrededor como buscando algo pero antes de estar seguros del cómo ya estaban contra uno de los muros del lugar estrechándose y acariciándose por encima de la ropa, sus cuerpos despertaban al placer y al calor de su compañero respondiendo con necesidad, de alguna manera se dieron cuenta que necesitaban un poco más y fue cuando los dos se miraron para estar de acuerdo en su siguiente movimiento pues en realidad eran discretos y querían un sitio algo más privado.

En las habitaciones que no les tocaban vigilar pues estaba muy cerca de la recámara de su diosa había una que contaba con un amplio y cómodo diván en el que bien podrían descansar dos personas; con la excitación encendiéndolos y ese extra que les daba el estar rompiendo las reglas los dos se dirigieron con pasos veloces al lugar que deseaban. Al llegar al diván de inmediato Shura tomó por el cabello a Camus para atraerlo contra él mientras que el de Acuario lo acariciaba en el pecho y abría su camisa. Los minutos pasaron y cuando se dieron cuenta ya estaban en ropa interior sobre el tapizado mueble frotando sus entrepiernas sin dejar de acariciarse y besarse.

Tal vez hubieran llegado a más pero fue en ese instante que sucedió. A pesar de lo entretenidos que se encontraban en poder tener intimidad con su compañero lograron escuchar pasos, pasos que iban hacia ellos o al menos a la habitación. Se separaron en un segundo y como quien se aproximaba estaba muy cerca apenas si lograron encontrar donde esconderse, cogieron su ropa del suelo y al siguiente segundo se metieron en un armario muy antiguo que estaba en el lugar. Ni siquiera respiraban y fue justo a tiempo pues en el instante que se metieron entró Saori a la habitación.

No podían ni respirar para no dejar saber donde estaban pero sí su diosa los necesitaba y los llamaba estarían en un buen lío ¿Cómo es que habían terminado en ese problema? Por faltar a sus responsabilidades ¿Por qué más? Al menos eso era lo que se estaban reprochando mentalmente. Y no era todo. Shura se dio cuenta de algo que le pareció bastante trágico en ese instante.

--No es posible-murmuró el de Capricornio.

--¿Qué?-preguntó en el mismo tono el de Acuario.

--No traje mi camisa.

--¿Dónde está?

Abrieron con total sigilo la puerta de su no muy amplio escondite y detectaron la prenda: estaba debajo del diván y eso no era lo peor. En ese instante su diosa se sentó en el mismo mueble en el que apenas unos segundos antes ellos estaban más que dispuestos a hacer el amor locamente y sin restricciones. No lo podían creer. Pero no importaba lo que ellos creyeran cuando por estar escondidos en ese sitio y tener la puerta abierta por un centímetro vieron una escena desarrollarse ante sus ojos que no podrían pasar por alto como caballeros que eran.

La muchacha de cabellos morados se sentó en el diván, se veía cansada y desmejorada pero hablaba por teléfono, no tenían idea con quien pero parecía ser importante por algún motivo muy poderoso.

--Decidí dar una pequeña caminata-decía Saori-Aún me siento mal, los síntomas son difíciles de llevar.

Los escondidos escucharon ¿Síntomas? Entonces si estaba enferma. La de ojos azules continuó.

--Si, todos los síntomas, no hay duda de ello-guardó silencio por unos instantes pero continuó-Si, estoy segura, las nauseas, el cansancio, los mareos, lo clásico en estos casos.

Parecía que ella sabía cual era su enfermedad.

--Esto tenemos que solucionarlo-decía ella con dulzura-No puedo evitarlo, tenemos que arreglar las cosas, por favor, ya han pasado dos meses desde que estuvimos juntos.

¿Qué era lo que tenía que arreglar su diosa? ¿Dos meses de qué?

--Yo lo entiendo pero por favor compréndeme a mí también, siento esto, todo esto, siento mucho embarazo-dijo ella con inquietud.

Los del armario se miraron entre si asombrados. No habían escuchado bien ¿O si? Pusieron más atención a las siguientes palabras.

--No puedo evitarlo, estoy preocupada-decía ella con un dejo de tristeza-Debo pensar en el bebé.

Los de Capricornio y Acuario por poco se caen fuera de su escondrijo con esas palabras ¿Bebé? ¿Cuál bebé? Tenían que saber que estaba sucediendo y sin querer abrieron un par de centímetros más la puerta del armario para atestiguar como su diosa se pasaba la mano por la mejilla. Saori estaba llorando.

--No se lo he dicho nadie-aseguró la joven de cabellos morados-Está bien, pensaré que hacer, haré lo mejor para el bebé-vinieron unos instantes de silencio-Lo sé, es mi responsabilidad-vino otro silencio-No, no te preocupes, no te pediré nada, yo sola afrontaré esto. Adiós.

La llamada terminó y la joven aparentemente regresó a su habitación pero aún pasaron cinco segundos para que la puerta del armario se abriera pero no por eso Shura y Camus salieron de ahí, aún estaban sin poder moverse y sin poder hablar después de lo que habían escuchado. Al final lograron ponerse de pie y se vistieron aprisa para seguir con su guardia pero no terminaban de dar crédito a lo que sucedía.

En algún momento se vieron de frente y al encontrarse sus pupilas dijeron lo mismo.

--La señorita Saori está embarazada.

 

 

Fue la única idea que los dominó mientras las horas que aún quedaban de su guardia transcurrieron, cuando se terminó fueron a Acuario que les quedaba más cerca pero ya para ese momento tenían la cabeza más fría y pudieron hablar de lo sucedido.

--Por todos los dioses-decía Camus-Nunca he sabido de tal cosa en toda la historia del Santuario.

--Yo tampoco pero tenemos que hacer algo-dijo Shura.

--¿Cómo qué?

--Tenemos que pensarlo.

Los dos eran buenos pensando pero lo de esos momentos les parecía que los superaba, por mucho, serían caballeros y todo eso pero que su diosa esperara un hijo era más que cualquier cosa que hubieran enfrentado y manejado en los años de su vida.

--Creo que esto no lo podremos resolver sólo nosotros Shura.

--Si Camus, es mejor pedir consejo en esto.

--Pensaba en Shaka, él es muy juicioso.

--Yo pensaba en Dohko, es sabio y tiene buenos consejos.

--Entonces con quién vamos ¿Shaka o Dohko?

--Al que encontremos primero, ya es de mañana y sin duda estarán entrenando.

Tenían razón en eso, al seguir por el camino al Coliseo se encontraron con los demás templos vacíos y con la preocupación ni cuenta se habían dado de que Afrodita ya se había ido a entrenar también.

Con su plan en mente se dirigieron a la zona de entrenamientos y encontraron a todos sus compañeros listos y preparados para su encuentro, ellos dos estaban silenciosos pero como eso no era inusual no llamó la atención de los demás; los dos caballeros que aguardaban por sus compañeros no entrenaron, tan sólo observaban y esperaban para poder hablar con los otros dos caballeros que necesitaban. Cuando el ejercicio terminó fue el momento que usaron Shura y Camus.

--Shaka-lo llamó Camus.

--Dohko-lo llamó Shura.

Los dos nombrados fueron hacia ellos y fue así que estaban reunidos.

--¿Qué sucede?-preguntó Dohko.

--¿Necesitan algo?-indagó Shaka.

--Necesitamos hablar con ustedes de algo muy delicado-comenzó el de Acuario.

--En verdad es importante la discreción en esto, discreción absoluta-dijo el de Capricornio-Es algo delicado.

Los otros dos caballeros los observaban serios esperando por lo que les iban a decir y no resultaba nada sencillo pero tenían que hacerlo.

--Sucede algo muy serio-dijo Camus-Y deben ser discretos cuando lo escuchen, necesitamos de su ayuda.

--¿Qué sucede?-preguntó el de Libra.

--La señorita Saori está embarazada-dijo con cautela el de Capricornio.

--¡¡¿La señorita Saori está embarazada?!!-casi gritó el de Virgo.

Inevitablemente un grupo de otros dorados que estaban cerca escucharon y pusieron cara de sorpresa.

--¡¿Qué?!-preguntaron a coro los caballeros de Géminis, Cáncer, Leo y Sagitario.

Todos se miraban y el rubio de Virgo tuvo algo que agregar.

--Creo que lo dije un poco alto.

De inmediato los otros cuatro se acercaron y no se hizo esperar el interrogatorio de parte de sus compañeros.

--¿Cómo que la señorita Saori está embarazada?-preguntó Saga.

--¿Está embarazada?-indagó Death Mask.

--¿De dónde sacan que esta embarazada?-cuestionó Aioria.

--¿Están seguros?-inquirió Aioros.

Pero antes de poder tener una respuesta a todas esas preguntas algunos más habían escuchado algo de la conversación y se acercaron para terminar con las dudas.

--¿Quién está embarazada?-preguntó Mu.

--¿Dijeron que la señorita Saori esta embarazada?-cuestionó Aldebarán.

--¿Por qué dicen eso?-indagó Milo.

--¿Es cierto?-inquirió Afrodita.

Ya que todos estaban enterados y no había manera de evitar aclarar las cosas los de Capricornio y Acuario no tenían más remedio que decirles a todos la verdad.

--La señorita Saori está embarazada-dijo el del onceavo templo.

Los demás guardaron silencio por unos instantes pero alguien tenía una pregunta más que hacer ya que todos se la hacían.

--¿Están seguros?-preguntó Saga.

--Si-respondió el de Capricornio.

--Escuchamos que hablaba por teléfono de sus síntomas-agregó el de Acuario-Nauseas, cansancio, mareos.

--También habló de un bebé y que pensaría en su bienestar.

--Pero... ¿embarazada?-preguntó Aioros.

--¿Qué más necesitamos saber?-indagó Shura.

--También la vimos llorar-mencionó Camus.

--Pero ¿cómo fue que escucharon eso?-dijo Milo.

--Estábamos en una de las habitaciones cercanas a la de descanso de la señorita Saori.

--¿Los dos?-inquirió Afrodita.

--Si.

--¿Qué estaban haciendo los dos ahí?-cuestionó Mu.

--La guardia no llega a esas habitaciones-dijo Aioria.

--Eso no importa-respondió Shura-Estamos hablando de la señorita Saori y de que va a tener un hijo.

Sin duda todos estaban muy de acuerdo en eso, lo más importante era saber sobre las decisiones que tomaría la muchacha de cabellos morados con respecto a su estado.

--¿Qué es lo que deseaban de nosotros?-preguntó Dohko--¿Por qué necesitaban hablar con Shaka y conmigo?

--Es que escuchamos algo más-dijo Camus-Por lo que escuchamos el padre no parece dispuesto a hacerse cargo.

--¿Qué?-preguntaron todos los demás.

--Ella dijo que se haría cargo y que no pediría nada así que deseábamos una opinión sensata sobre como proceder ante esta situación.

--¿Están diciendo que habló con el padre?-preguntó Aldebarán.

--Eso pensamos-contestó Shura.

--¿Y no se hará cargo?-cuestionó Aioria.

--Por lo que sabemos así es-respondió Camus.

Por unos instantes se hizo el silencio, todos estaban callados con sus propios sentimientos, no dudaban de ninguna manera de lo que escuchaban pues después de todo los que se los estaban informando eran Shura de Capricornio y Camus de Acuario, dos de los mejores caballeros de todo el Santuario, confiables, leales y responsables, no podían dudar de sus palabras; sin embargo y sin duda estaban llegando a una resolución muy similar pero quedaba algo más por preguntar.

--¿No saben quién es el padre?-indagó Shaka.

--No-respondieron a la par el de Capricornio y Acuario.

--Pues tendremos que averiguarlo-dijo Death Mask con seguridad-Y cuando lo sepamos debemos hablar con él.

El de Cáncer se veía tan calmado que sus compañeros se sorprendieron, no esperaban que se tomara tan bien las cosas.

--Eres muy maduro Death-dijo Afrodita.

--Cuando lo sepamos-continuó el del cuarto templo-Hablaremos con él y entonces más vale que se haga responsable.

Pero eso lo dijo de una manera que todos se le quedaron mirando a la expectativa.

--¡O juro que lo agarraré de donde más le duela hasta que lo haga!

Hay que decir que después de un segundo de sorpresa los demás empezaron a mostrar su lado masculino más primordial y sacaron lo más caballero de ellos que hasta ese momento no había tenido oportunidad de revelarse pero a quien valía sacar a la luz ahora que se les presentaba la oportunidad.

--Claro que se hará responsable-dijo Saga-Lo hará porque es su deber y si no lo hace le irá muy mal.

De ahí en adelante las actitudes de todos fueron más o menos las mismas, primero se comían su armadura dorada que permitirle a un infeliz darle la espalda a sus responsabilidades y dejar a la señorita Saori desamparada con su pequeño. Si, los hombres a veces son muy dramáticos.

Tuvieron que hablar un poco más para resolver algunos detalles que eran de vital importancia reconocer para proceder con su plan principal, o sea, hacer responsable al villano embarazador de su diosa.

--Por lo que escuchamos tiene dos meses-les dijo Shura.

Ese era un dato importante ¿Dónde estaba Saori dos meses atrás? Ahí, en el Santuario, porque la joven de ojos azules había organizado una reunión para mejorar relaciones con otros reinos, en ese caso fueron invitados otros dioses así que la lista de sospechosos fue hecha.

--Fue alguien a quien no vimos pasar-dijo Mu.

--Entonces estuvo más adelante de nuestros templos-agregó Afrodita.

--Sólo cuatro personas quedaron después de nuestros templos-comentó Aioria-Pero cercanos a las habitaciones de la señorita Saori.

Haciendo memoria era verdad, de los augustos invitados sólo tres habían estado en esa situación, y uno más que no era un invitado, ante lo cual fueron quienes tuvieron la oportunidad de acercarse a la muchacha de cabellos morados.

--Hilda de Polaris-dijo Mu.

Pero como era mujer la descartaron de inmediato.

--Shion-dijo Dohko.

--Poseidón-agregó Saga.

--Hades-complementó Shaka.

Así era, ellos tres eran los únicos que podrían ser el padre.

Aunque también estaban concientes que no iba a ser sencillo lo que vendría, no estaban hablando de cualquier persona sino de tres hombres que tenían poder y jerarquía. Uno de ellos era el patriarca de El Santuario, líder de todos los caballeros dorados y la máxima autoridad después de su diosa. Los otros dos eran dioses y dioses cosmogónicos, uno era señor de los mares y el otro del inframundo, no iba a ser nada sencillo pero aún con eso no iban a permitirle al irresponsable [que era el nombre que le habían otorgado al desconocido embarazador {el desconocido embarazador era el padre del bebé (el bebé que Shura y Camus aseguraban que esperaba Saori)}] no asumir sus deberes así tuvieran que hacer algo muy, muy radical.

 

 

Así que ya estaban decididos sobre que hacer pero no sobre su proceder, tendrían que planear algunas cuestiones.

--Lo más importante es actuar con prudencia-dijo Dohko.

--Y tener control de nuestras acciones-agregó Shaka.

Los demás parecían de acuerdo con eso.

--Tenemos que hablar con el patriarca-dijo Mu.

--Pues si, es el que está más cerca-agregó Aldebarán.

--Vamos en este momento-sugirió Saga.

Y como si fueran manada de machos todos se pusieron en camino a las habitaciones principales, en las que se encontraba Shion muy decididos a hacer valer su papel de caballeros. Cuando estaban por llegar al Patriarca fue cuando el caballero de Libra se detuvo.

--Esperen-les dijo.

Los demás lo miraban aguardando por lo que les diría.

--Es mejor tener la cabeza fría para hablar con Shion-continuó el del séptimo templo-Nosotros dos nos conocemos desde siempre, les pido que me dejen a mí hablar con él.

--Pero...--trató de decir Milo.

--Por favor-pidió el de Libra-Trataré de razonar con él de la mejor manera posible y si es el padre lo haré entrar en razón.

--Bien.

Los demás parecían conformes y así Dohko continuó solo para hablar con Shion, dejando a sus compañeros discutiendo un poco más la cuestión.

--Creo que es lo mejor-comentó Mu.

--Si-dijo Aioros-Ellos dos hablaran con civilidad y se entenderán bien, solucionarán esto.

--Es verdad-agregó Aldebarán-Nosotros hubiéramos tomado al Patriarca por los tobillos y lo hubiéramos sacudido sobre un acantilado hasta que aceptara su responsabilidad.

En general estaban de acuerdo que lo mejor era que su compañero de Libra fuera quien hablara, ellos hubieran perdido los estribos y eso no ayudaría, mejor que Dohko se hiciera cargo de una situación tan delicada, definitivamente estaban de acuerdo que dejar al del sexto templo a cargo había sido la decisión más acertada, con su sabiduría, templanza, formalidad e inteligencia sabría manejar la situación.

Y hubieran seguido creyéndolo de no ser porque unos ruidos muy particulares llegaron hasta ellos, como de una pelea y al siguiente segundo supieron que había una pelea.

--¡Más te vale que me digas la verdad!

Esos gritos eran de Dohko.

--¡No te miento!

Esos otros eran de Shion.

Con eso los otros once fueron de inmediato al lugar donde se estaba desarrollando la pelea pero apenas traspasaron la puerta se encontraron con una escena de lo más particular: el caballero de Libra estaba delante del Patriarca del Santuario, separados solamente por una amplia y resistente mesa de cedro. Por lo que podían distinguir Dohko estaba enfadado y Shion trataba de no quedar en sus manos.

--No tuve que ver con nadie Dohko-aseguraba Shion.

--Dile eso a quien te lo crea-le dijo Dohko.

Los demás no estaban seguros de cómo había sucedido eso pero lo estaban atestiguando.

--No te he engañado-insistió el de ojos rosas.

--Pero la señorita Saori está embarazada-le lanzó el de cabellos castaños rojizos.

--¿Cómo?

Para ese momento lo mejor era separar a esos dos y tener que hablar directamente con el Patriarca sobre lo que estaba sucediendo.

--Es verdad-dijo Shura.

No les quedaba sino decirle lo que pasaba y pensaban, incluidas por supuesto sus sospechas de que él podría ser el padre.

--¿Están seguros?-preguntaba el Patriarca.

--Camus y Shura lo escucharon-dijo Milo.

Con eso bastó para el de ojos rosas, si ellos dos lo decían su palabra era prueba  suficiente para él.

--Esto es impactante-dijo Shion.

--Entonces ¿eres el padre?-preguntó Dohko.

--No, no lo soy.

--Pero...

--Es muy sencillo que les pruebe que no soy yo.

--¿Cómo?

--Pues si yo fuera el padre ¿Por qué la señorita Saori tendría que hablar por teléfono  conmigo? Estoy en el Santuario.

Aunque parecía que algunos quisieran decir algo la verdad era que el argumento resultaba muy convincente, tanto que no entendían porque no lo pensaron ellos antes; lo más importante era que al menos ya sabían que Shion no era el padre.

--Yo te amo Dohko-continuó el de ojos rosas-Nunca te traicionaría.

--Shion...

--Después hacen eso-interrumpió Death Mask--¿Qué pasa con lo de la señorita Saori?

--Vamos a averiguarlo-aseguró el patriarca formalmente.

Ahora que Shion estaba descartado debían continuar con su búsqueda del responsable (o el irresponsable como ellos lo llamaban), la lista era más corta ahora y tendrían que decidirse por su siguiente movimiento.

--Sólo quedan Poseidón y Hades-dijo directamente Shion.

Todos estaban alrededor de la mesa como si fueran consejo de guerra y con una expresión en el rostro que parecían por ir a una batalla. Pero para ellos más o menos era de lo que se trataba.

--¿Cómo podemos saber a quien buscar primero?-preguntaba Aioria.

--Tendremos que comprobarlo-dijo Milo-Y no podemos hacerlo a distancia.

--Tal vez podamos hacerlo de otra manera-comentó Shura.

--¿Qué propones?-preguntó Aioros.

--Pensaba en que quizás Saga pueda visitar a Kanon.

--¿Eso como nos ayudaría?-preguntó de inmediato el de Géminis.

--No podemos llegar al Templo del Mar como si buscáramos una confrontación pero si tú vas a visitar a tu hermano sería más sencillo explicar nuestra presencia en el lugar.

Los que escuchaban sentían que era una buena idea, muy practicable, sin duda el de Capricornio era buen elemento para pensar, así que con ese nuevo proyecto entre manos debían alistarse. No todos podrían ir en la supuesta visita, por lo tanto era mejor elegir a los que irían.

--Yo tengo que ir-dijo Saga-Se trata de Kanon.

Era indiscutible su presencia.

--¿Quién más?-preguntó Shaka.

--Sugiero que vayas Mu-dijo Shion-Si hay problemas tú puedes teletransportarlos fuera de ahí.

El de Aries aceptó de un movimiento.

--Que vaya Camus-agregó Death Mask-Se trata del Templo del Mar, están cubiertos de agua, él sin duda los congelaría.

--Muy bien-aceptó el de Acuario.

--Shura podría-dijo Afrodita-En caso de ser necesario él cubriría su escape.

--De acuerdo-dijo el de Capricornio.

--¿Quién más?-preguntó el de Tauro.

--Iré yo-dijo Dohko.

A los demás no les pareció mal, con eso de los pilares tal vez los brazos de Libra fueran necesarios.

Así quedo lista la embajada que iría al Templo del Mar y confrontaría al dios de los mares, Poseidón, o más bien a Julián Solo. Con ellos tendría que ser suficiente para lo que vendría y no se engañaban  sobre el hecho que podría haber problemas, así que lo mejor era ir preparados para todo.

Cuando se marchaban los demás les recordaban que de haber problemas debían comunicarse con ellos de inmediato, los otros aceptaron y partieron con destino a la Atlántida.

 

 

De esa manera la comitiva de cinco caballeros dorados llegó a las profundidades del mar. El reino de Atlántida los recibió amablemente pero por alguna razón no parecía motivo suficiente esa visita para explicar su presencia ahí, de todas maneras como tampoco tenían motivos para dudar las dos personas que más interesaba que estuvieran al tanto fueron informadas: Poseidón antes que nadie y el general marino de Dragón de Mar, Kanon.

--Siéntanse bienvenidos-les dijo Julián Solo-Esperamos que su estadía sea grata.

--Gracias-dijeron los caballeros por igual.

--Deben querer hablar con Kanon así que siéntanse en libertad de hacerlo.

--Gracias.

Los demás generales no estaban seguros de esa explicación sobre una visita familiar y de amigos y la verdad era que Kanon menos que ninguno se lo creía pero fingía que si.

Con eso pudieron ir al pilar del Atlántico Norte para hablar libremente con el gemelo de Saga, si no procedieron de inmediato fue porque el señor del lugar estaba rodeado por todos sus generales y tampoco se trataba de armar un escándalo de proporciones mayúsculas.

Una vez a solas Kanon se decidió por ser directo con los visitantes.

--¿Cómo están?-preguntó Kanon.

--Bien-dijeron los otros.

--Ya que cumplí con esa parte díganme ¿Qué están haciendo aquí realmente? Porque lo de sólo visitarme no me parece muy creíble.

--Es un asunto delicado hermano-dijo Saga.

--¿Qué ocurre? ¿Todo está bien en el Santuario?

--Con el Santuario todo está bien-le aseguró Dohko-Pero es otra cuestión la que nos trae.

--¿Qué ocurre?

--La señorita Saori está embarazada-dijo directamente Mu.

--¿Embarazada?

--Si-le respondió Shura.

--Y sospechamos que el padre es Julián Solo-agregó Camus.

El de Dragón de Mar guardó silencio por unos instantes, sin duda estaba pensando muchas cuestiones pero ellos lo comprendían pues ya habían pasado por eso.

--¿Qué es lo que desean hacer?-preguntó Kanon.

--Necesitamos hablar con Julián Solo-dijo Saga-Lo que queremos saber es si él es el responsable y si lo es debe cumplir con su deber.

--¿Creen que él no lo sabe?

--Por lo que sabemos el padre no quiere hacerse cargo-dijo Shura.

--Pues eso no va a suceder.

Con esa respuesta los dorados supieron que contaban con el apoyo de Kanon para seguir con su plan.

--Si lo que quieren es hablar a solas con Julián Solo puedo ayudarlos-continuó el de Dragón de Mar-Pero necesitaremos esperar unas horas.

--¿No tendrás problemas?-le preguntó Mu.

--Es él quien debe preocuparse si es el responsable.

--De acuerdo-dijo Camus--¿Qué nos sugieres?

En unos minutos el gemelo les dijo el plan, no era en si mismo un plan complicado pero necesitarían hacerlo en el momento preciso, los dorados estuvieron de acuerdo y con eso se limitaron a esperar.

Antes del ocaso y con el pretexto preciso Kanon de Dragón de Mar se presentó ante Julián Solo.

--Mi señor-dijo el general marino.

--¿Qué sucede?-preguntaba Poseidón.

--Mis amigos y mi hermano desean presentarle sus respetos antes de partir.

--¿Tan pronto? Supuse que se quedarían un poco más.

--Es necesario que vuelvan al Santuario, me dijeron que la señorita Saori se encuentra ahí.

Con esa mención el de ojos azules se puso atento y el de ojos verdes supo que tenía la situación bajo control, con la idea de enviar un mensaje a Saori sin duda Julián Solo aceptaría ver a los dorados a solas.

--Por supuesto que pueden pasar-dijo el representante de Poseidón.

Felicitándose a si mismo Kanon llamó a los demás, entraron al templo principal aunque con cierta discreción el general de Dragón de Mar hizo quedar del otro lado de las puertas a los guardias para que nadie los interrumpiera pero a partir de ahí todos sabían que tan sólo se trataba de unos minutos antes de que los del Templo del Mar se hicieran preguntas y fueran hacia ese sitio.

--Es una pena que deban retirarse tan pronto-comentó Julián Solo-Saben que son bienvenidos cada vez que lo deseen.

--Gracias-dijeron todos los dorados al mismo tiempo.

Pero fue todo lo que dijeron para que de un movimiento Shura y Camus cerraran las puertas del templo. De inmediato el señor de Atlántida exigió una explicación.

--¿Qué sucede Kanon?

--Es una emergencia-dijo el gemelo-Se trata de la señorita Saori.

--¿Qué sucede con Saori?-preguntó interesado Julián--¿Ella se encuentra bien?

--Está embarazada.

Ante esas palabras el regente de los mares primero se mostró genuinamente sorprendido, no parecía estar al tanto de nada de lo que sucedía y eso les dijo a los demás que quizás él no era el padre pero aún así tenían que ser directos en preguntar.

--¿Eres el padre?-preguntó Shura.

--No-respondió Julián con sinceridad--¿Cómo está ella?

Con ver su reacción definitivamente los dorados no creían que él tuviera que ver pero no por eso se mostró menos interesado en lo que sucedía y también muy dispuesto a hacerlos hablar.

--¿Quién es el padre?-preguntó directamente Julian Solo-Lo sospechan ¿cierto? ¿Acaso no lo saben?

--No-tuvieron que reconocer los del Santuario.

Por unos instantes Julián guardó silencio pero después continuó.

--Es una pena pero...yo no soy el padre.

Ante lo que estaban presenciando sinceramente los demás caballeros y el general marino no sabían que hacer pero tenían que moverse de inmediato, los guardias del otro lado de las puertas las estaban golpeando para abrirlas y sin duda los otros generales marinos ya estarían informados.

--Es mejor que se vayan-les dijo Kanon.

--¿Tendrás problemas?-preguntó Saga.

--No se preocupen por eso, váyanse.

Era mejor no perder tiempo discutiendo, dieron apresuradamente las gracias a Kanon y Mu los sacó de inmediato de ahí para regresar al Santuario.

Los que se habían quedado en el Santuario los esperaban con ansiedad, no habían sabido nada en las horas anteriores sobre su misión y fue por eso que al verlos llegar aguardaron conteniendo el aliento para escuchar el resultado de su visita, aunque las noticias no fueron alentadoras.

--Julián Solo no es el padre-dijo Camus.

Con eso se mostraron primero aliviados pero al recordar quien era el último de la lista ya no sintieron que fuera un alivio. Si no era Shion ni Julián entonces sólo quedaba Hades. Así era, Hades, señor del Inframundo.

--Al menos ya sabemos de quien se trata-dijo Shion.

Pero si bien sabían eso también sabían que no iba a ser sencillo lo que vendría, Hades era un dios y uno con el que no estaban precisamente en buenos términos, todo eso de que la guerra había terminado y el equilibrio del mundo a través del equilibrio de los reinos estaba muy bien pero lo que tendrían que tratar con él era muy delicado.

--Se trata de un dios-comentaba Shaka.

--No tenemos siquiera una excusa para buscarlo-decía Afrodita.

--¿Qué podemos hacer?-indagó Death Mask.

Se veían preocupados pero antes de darse por vencidos vino la reacción de su parte.

--Por más dios del Inframundo que sea tiene que hacerse responsable-dijo Camus.

--No puede simplemente dejar así a la señorita Saori-mencionó Shura.

De repente los otros estuvieron de acuerdo, tenían más ánimos y decisión aunque estaban concientes que era necesario planear las cosas, planearlas muy bien porque no había espacio para errores si tenían que hacer frente de nuevo a Hades.

Con eso en mente las siguientes horas fueron dedicadas a formular un proyecto que les permitiera verse de frente con Hades y tener la perfecta oportunidad de confrontarlo, se dijeron muchas cosas y se decidieron otras, pulieron lo que tenían y finalmente estuvieron de acuerdo con lo que les pareció el mejor procedimiento para terminar con ese asunto. Una vez que las cosas se solucionaran con Hades hablarían con su diosa y todo estaría bien.

 

 

Los del Santuario estaban concientes que su plan podría ser arriesgado, más bien que era arriesgado pero tenían que hacerlo, eran caballeros para eso.

Fue de esa manera que una invitación con tintes de urgente llegó al Inframundo, estaba redactada y firmada por el propio patriarca, Shion, en la que decía que estaba encomendado a invitarlo al Santuario por una cuestión entre ambos reinos que debía resolverse. Hades aceptó y se presentó en el lugar, aunque no lo hizo solo obviamente, estaba en compañía de sus jueces quienes no perdían de vista nada de lo que los rodeaba.

Los caballeros dorados estaban concientes que no sería de otra manera pero estaban listos para lo que vendría y ya estaba decidido que harían con Radamanthys, Aiocos y Minos.

--Sean bienvenidos-les dijo Shion-Esperábamos su llegada.

Con eso llegaron a Aries donde fueron recibidos de la misma manera para seguir hasta la casa de Piscis, en todas las casas zodiacales cada caballero les había dado la bienvenida y se constituyeron como su escolta hasta que llegaran a las habitaciones principales.

--La señorita Saori desea dirigirle unas palabras-dijo Shion.

--Muy bien-respondió Hades.

--En privado-agregó el patriarca.

El dios del Inframundo pareció no mostrarse muy cómodo con la idea pero de todas maneras aceptó.

--Guíeme-ordenó más que pedir.

Con calma Shion emprendió el camino por un amplio pasillo a la habitación siguiente bajo la mirada de los jueces que quedaron con los caballeros dorados.

Cuando Hades llegó a la siguiente habitación no tardó en descubrir que estaba vacía ante lo cual tuvo que preguntar.

--¿Dónde se encuentra Atena?

Pero antes de que tuviera una respuesta los caballeros dorados entraron cerrando la puerta de inmediato detrás de ellos.

--¿De qué se trata esto?-preguntó imperativo Hades--¡Radamanthys, Aiocos, Minos!-llamó de inmediato.

--No vendrán-respondió Saga-Los mandé a otra dimensión.

--¿Cómo se han atrevido?-indagó disgustado el dios-Pero van a saber lo que es tratar de engañarme.

--Guárdate las amenazas-dijo Shura-Es momento de que te hagas responsable Hades.

--No tengo idea de lo que están hablando.

--De la señorita Saori-contestó Camus-Lo sabes muy bien.

--¿Qué le pasa?

--Como si no lo supieras-le dijo Aldebarán.

--No finjas-dijo Death Mask.

--Eres un cínico-agregó Afrodita.

--Está embarazada-le dijo Shion.

--¿Qué?-preguntó Hades.

--Ya lo sabías Hades-dijo Dohko.

--¡¿Qué?!

--Y eres el padre-dijo Aioros.

--¡¿QUÉ?!

A cada instante Hades estaba más sorprendido y los caballeros más convencidos, era él, tenía que ser él.

--Más vale que lo aceptes-dijo Aioria.

--Y que te hagas responsable-agregó Mu.

--Si esto se trata de una retorcida venganza de tu parte te pesara-dijo Shaka.

--Así que de una manera o de otra pero vas a responder-agregó Milo.

Hades no estaba seguro de lo que sucedía, mucho menos de lo que le decían pero los otros no dejaban de exigirle una respuesta.

--¿Y bien?-preguntaron todos los del Santuario.

Cuando parecía que el dios daría su respuesta sucedió algo más,

Les llegó el eco de un sonido, un sonido particular, era de unos pasos, pasos veloces y firmes para aparecer en unos instantes los de Atlántida o sea los generales marinos encabezados por su señor Poseidón en persona. Eso no se lo esperaban los dorados.

--¿Dónde está Saori?-preguntó de inmediato Julián.

Pero viendo al dios del Inframundo cambió su pregunta.

--¿Qué haces aquí?

Los dos dioses presentes se miraron de frente, dieron unos pasos para acercarse y hablaron de nuevo.

--¿Por qué estás aquí Hades?

--Me gustaría saberlo-respondió el del Inframundo.

Si eso no bastaba antes de que hicieran ningún movimiento las puertas se abrieron de golpe dejando entrar así a Radamanthys, Aiocos y Minos que no se veían muy contentos y que sin duda habían encontrado la manera de regresar de la otra dimensión a donde los había mandado el de Géminis y también se veían muy dispuestos a arreglar cuentas por ello.

Sinceramente cualquier cosa podría suceder desde ese momento, desatarse el caos, una nueva guerra entre dioses, destrucción del Santuario pero antes de que cualquiera de esas cosas sucediera alguien más llegó al lugar, alguien en quien nadie se había tomado la molestia de pensar.

--¿Qué está sucediendo?

Quien preguntaba completamente sorprendida no era otra que Saori.

 

 

La muchacha de los ojos azules no se esperaba nada como lo que veía, sus caballeros con una expresión que parecían estar de nuevo en una guerra santa, los dioses de los mares y el Inframundo frente a frente y cada uno acompañado de sus respectivos servidores y todos dispuestos a actuar aunque de diferente manera. Como ella no comprendía nada de lo que sucedía había llegado el momento de preguntar.

--¿Por qué están aquí?-preguntó ella.

--Tus caballeros me trajeron con engaños-respondió antes que nadie Hades.

--Julián ¿Cómo es que llegaste?

--Vine y todas las casas estaban vacías así que no tuve problemas en alcanzar este sitio-respondió el de Atlántida-Pero eso no importa, vine por otro motivo.

--¿Qué motivo?

--Saori-dijo colocando una rodilla en tierra--¿Quieres casarte conmigo?

Todos estaban sorprendidos y más que ningún otro la de cabellos morados, no tenía ni la menor idea de lo que estaba sucediendo y honestamente los que no formaban parte del Santuario tampoco estaban mejor informados.

--Julián...

--Seamos una familia Saori.

--Pero yo...

--Un niño necesita de un padre.

--¿Cuál niño?

--Supongo que del que tus caballeros me acusaron de ser responsable-dijo Hades.

--¿Qué?

La joven diosa los miraba todos y parecía buscar una respuesta, a su vez todos la miraban a ella y supo que tenía que decir algo, primero lo primero.

--No espero un hijo de Hades-dijo ella-No espero un hijo de nadie, no estoy embarazada.

--¿Cómo?-preguntaron todos.

--Que no estoy embarazada.

--Tus caballeros me acusaron de ser el padre-dijo Hades.

--A mí también me lo preguntaron-dijo Julián incorporándose.

--De hecho primero me lo preguntaron a mí-agregó Shion.

--¿De dónde sacaron que estaba embarazada?-preguntó Saori mirando a sus caballeros.

--Shura y Camus nos lo dijeron-respondió Shaka.

En ese momento todas las miradas fueron hacia el de Capricornio y el de Acuario.

--¿Por qué dijeron eso?-les preguntó ella.

--Lo sentimos-dijo Shura-Pero escuchamos cuando hablaba por teléfono.

--No era nuestra intención escuchar-agregó el de Acuario-Sin embargo nos enteramos.

--Aún así no entiendo que pudieron escuchar que les hizo pensar eso-mencionó Saori.

--Habló de sus síntomas-respondió el de cabellos oscuros-Los mareos, las nauseas, el cansancio.

--Eso es porque estoy enferma-dijo ella-Es un tipo de parásito por una comida exótica que Seiya nos convenció de comer, todos en la mansión enfermamos. Pero me encuentro mucho mejor.

--También dijo que estaba embarazada-dijo el de cabellos y ojos azules.

--Pues...si es la llamada que yo recuerdo, sólo pudo ser una, no dije estar embarazada, dije que sentía embarazo, me refería a que me sentía en un apuro, es por una cuestión que estaba sin resolver con la fundación.

--Habló de un bebé-dijo el de Capricornio.

--Si, es lo que tenía que resolver, hace un par de meses antes de venir aquí me reuní con el director de un zoológico de la fundación, había nacido un bebé panda y la mamá lo rechazó, acordamos esperar pero si la mamá seguía rechazándolo tendría que ser sacrificado, yo soy quien podía tomar la resolución, afortunadamente la mamá panda aceptó a la cría y ambos están bien.

--Estaba llorando-agregó el de Acuario.

--Se me metió una pestaña al ojo.

Todo tenia una explicación, lógica, sencilla y convincente, era tan claro ahora lo ocurrido que incluso parecía absurdo, en silencio no podían menos que preguntarse algo los dorados ¿Cómo era que habían creído que su diosa estaba embarazada? Muy sencillo, porque Shura y Camus lo dijeron, siendo como eran de los mejores y más responsables caballeros nadie cuestionó su palabra. Por su parte los iniciadores de esa historia parecían querer meterse bajo la suela de sus zapatos.

Fue en ese momento que Hades empezó a reírse.

--¿Cómo fue posible que ustedes ganaran?-preguntó el dios.

--Espero que podrán disculpar a mis caballeros-dijo Saori a todos los que no eran del Santuario-Ellos se confundieron con mis palabras.

Los de Capricornio y Acuario sentían claramente la mirada de los demás sobre ellos, no se atrevían siquiera a respirar.

--Ya que están aquí-les dijo amablemente Saori--¿Por qué no se quedan un poco más? podríamos charlar unos momentos.

Como era una invitación Hades y Poseidón aceptaron ante lo cual a los suyos no les quedó más que aceptar también.

No tardaron en encontrarse en mejores términos y conviviendo un poco entre ellos, todos ellos y tampoco esperaron para reírse de lo que Shura y Camus habían iniciado, incluyendo el imaginarse las posibles combinaciones de un hijo de Saori con esos padres

 

 

Los dos por su parte, el de Capricornio y Acuario, hablaban un poco separadamente de sus compañeros.

--No esperaba que las cosas fueran a salir así-decía el del onceavo templo.

--¿Cómo pudimos confundir las cosas de esta manera?-preguntaba el del décimo templo.

--Supongo que ya no importa, todo se aclaró Shura y lo más importante es que se solucionó.

--Tienes razón Camus, además algo bueno salió de todo esto, los dioses y sus servidores pudieron reunirse.

--Y ni siquiera están molestos.

--Aunque siguen riéndose a nuestra costa.

--No importa.

Con eso se sonrieron y se dieron un beso.

Vieron aún por un rato como convivían sus compañeros, los generales marinos y los jueces, era un buen momento para tratar de comprenderse y mejorar las relaciones entre ellos, después de todo eran igualmente responsables del equilibrio del mundo.

Sintieron que ya tenían bastante de eso y prefirieron retirarse a descansar o al menos eso esperaban, las últimas horas habían sido agitadas y lo necesitaban. Llegaron a Acuario pero su dueño acompañó al de Capricornio hasta las escaleras que unían sus templos.

--Nos vemos mañana Shura.

--Hasta mañana Camus.

Se besaron de nuevo pero en ese instante se le ocurrió algo al de cabello azul.

--¿Por qué no te quedas a dormir aquí?

--¿Seguro Camus?

--Los dos lo necesitamos.

--Gracias.

Así que antes de entrar de nuevo al onceavo templo con la idea de descansar sucedería algo que cambiaría ese plan. Se dieron un beso de nuevo para después sonreírse, con eso se quedaron ahí, bajo el brillo de la luna en el cielo despejado que iluminaba sus siluetas con claridad, se besaron otra vez pero permitiéndose caricias a cada instante más intensas. En algún momento no les importó ni el lugar ni el momento ni si estaban listos o no, ya no se trataba de eso sino de lo que en verdad querían.

Ambos se mostraban muy dispuestos a compartir el momento, a sentir sus cuerpos de una manera más íntima con el conocimiento de que estaban solos y no parecía que nada los fuera a interrumpir, se relajaron y disfrutaron de poder estar con su pareja en esos momentos. Las manos de Shura pasaron por la espalda de Camus, bajando por la misma prenda para sacar la camisa de sus pantalones y que sus manos pudieran llegar a la suave piel que cubría; fueron como pequeños escalofríos los que recorrieron a ambos, Camus lo disfrutaba bastante pues sentía a su compañero explorar su cuerpo, su español de cabellos oscuros si que sabía hacer las cosas y si no pues a él se lo parecía, esa forma en que pasaba sus manos por su cuerpo tomándose su tiempo en cada centímetro con sus dedos mientras su boca saboreaba su cuello sin dejar nada sin descubrir. Cuando las manos del de Capricornio lo estrecharon por el trasero se sintió con los pantalones un poco más ajustados pero le gustó por igual que lo hiciera.

Los besos continuaron entre los dos, Shura se encargaba de desabrochar entre besos la camisa de Camus, le encantaba el sabor del francés, le fascinaba que fuera abierto y cooperativo con él y que su piel fuera tibia y suave mientras la pasión se apoderaba de él. Y también del de Acuario. Ambos querían seguir, no detenerse, sus cuerpos demandaban por más y lo iban a obtener. Cuando el de Capricornio le quitó la camisa al de Acuario lo besó con sensualidad, acariciando su pecho para tocar eróticamente los pezones con sus labios y después pasar su lengua por el mismo sitio.

--Ahhh-gimió el de ojos azules.

Con sus manos acariciaban la nuca del de cabello oscuro mientras curvaba su espalda y sus caderas se frotaban contra las de su compañero. La pasión se encendía más enviando oleadas de placer por su cuerpo que se manifestaban en sus sexos. Como el de ojos oscuros decidió que no podía seguir en esa zona alcanzó de nuevo los labios de su pareja haciendo que abriera su boca y enredando sus lenguas al mismo tiempo que subía la temperatura entre los dos. Por lo mismo el de los cabellos azules llevó una de sus manos por debajo de la camisa del de Capricornio y sin problemas alcanzó uno de sus pezones, lo acarició con sus dedos hasta obtener gemidos por parte de su compañero.

El beso se terminó pero las caricias continuaron.

 

 

Queriendo más de las caricias del otro hombre y al mismo tiempo deseando devolver el placer que le había dado, Shura comenzó a pasar su mano por encima de la entrepierna de Camus, primero con suavidad para después hacerlo más intenso, desabrochó sus pantalones para alcanzar la siguiente tela y por encima frotó con su palma el miembro que se erguía más a cada momento.

--Ahhh...ohhh...más-gimió el de ojos azules moviendo sus caderas.

El de ojos oscuros lo complació pues no dejó de tocarlo y acariciarlo de la misma manera que el francés no dejó de moverse y pedir más. En algún momento el hispano metió su mano en los interiores de su pareja para encerrar con sus dedos cuidadosamente el erguido miembro, lo frotó un par de veces pero al final se decidió por liberarlo y dejarlo expuesto a la noche y la brisa. El de cabellos azules tembló un poco por la situación y se estremeció cuando el hombre a su lado comenzó a acariciar la punta con su dedo pulgar y todo era visto por el de ojos oscuros que disfrutaba sobre manera de ver responder de esa forma al de Acuario, era tan placentero que tuvo que usar su otra mano en su propia entrepierna pero cuando quiso desabrochar sus pantalones no pudo hacerlo.

--No-dijo Camus colocando sus manos en la pieza de vestir-Yo lo haré.

Sin perder un segundo el del onceavo templo abrió los pantalones de su compañero y poco después liberó su ya excitada virilidad, lo acarició con sus dedos y el de cabello oscuro le permitía sin restricciones que continuara, era amable al hacerlo. Pero Camus tenía un deseo más y por eso llevó su mano al sitio que deseaba tocar, se dirigió a los genitales de su compañero, acariciándolos, estrechándolos y haciendo que Shura gimiera abiertamente.

--Basta-dijo Shura.

Camus lo miró sorprendido pero no tardó en saber lo que su compañero deseaba y eso era bajar por su cuerpo hasta quedar de rodillas delante de él para tomar su erguido sexo por la base y cubrirla con sus labios, lamió la punta para después llevar más a su interior excitando a su compañero quien movía sus caderas, aprovechando su disposición una de las mano del de Capricornio nuevamente se puso en acción y no tuvo problemas en localizar la masculina entrada de su pareja para acariciarla con fervor. Shura se apartó un par de veces de la tarea en la que estaba para humedecer sus dedos con saliva y llevarlos a la estrechez del de Acuario, deslizó uno de sus dedos con cuidado y sintió que el de cabellos azules se tensaba un poco, así que se movió despacio, lo suficiente para que se relajara y poder introducir un segundo dedo, ambos dígitos dilatando el lugar con entusiasmo.

Sintiendo que ya estaba lo bastante listo fue el de Acuario quien no esperó por más. Hizo que Shura se apartara de su labor para atraerlo contra él y besarlo en los labios, acarició su sexo con entusiasmo y empezó a bajar por su cuerpo besándolo con deseo y haciendo que se quitara su camisa, llegando hasta se erguido sexo y devorándolo con su labios, sobre todo pasando su lengua por encima para lubricarlo lo mejor posible. Shura lo permitió todo, rindiéndose a lo que su compañero deseara mientras gemía con soltura hasta que no pudo más.

El de Capricornio hizo que el de Acuario se incorporara para besarlo con pasión sin dejar de acariciarlo y ambos estuvieron de acuerdo en lo que siguió; Shura hizo que Camus le diera la espalda y éste se apoyó de inmediato contra una de las columnas de mármol del lugar, bajó sus pantalones por su cadera y los de su compañero hasta sus rodillas; se escuchaban unos suaves gemidos cuando el de cabellos oscuros recargó su cuerpo contra el del francés buscando la manera de entrar en su cuerpo. Fue la cabeza del erguido sexo del de ojos oscuros la que se ajustó en poco tiempo para empujar con tanto cuidado como pudo dadas las circunstancias, rozaba el estrecho lugar hasta que pudo guiarlo y traspasarlo.

Los músculos internos del dueño del onceavo templo aprisionaron la turgente virilidad de su compañero lo cual hizo que el otro fuera más despacio, Shura trataba de mantenerse tranquilo y permitía que fuera Camus quien decidiera el ritmo de su penetración, no quería que se lastimara. Moviéndose con deliberada lentitud el de cabellos azules continuaba permitiendo y tomando a su compañero en su interior, que abriera su cuerpo y sintiéndolo a cada movimiento, cerraba los ojos y dejaba escapar suaves murmullos, dándose tiempo para ajustarse y que su cuerpo se relajara hasta que pudo permitirse ser más firme con sus movimientos.

Fue despacio en un principio, los dos querían hacerlo pero necesitaban calmarse un poco, la velocidad se fue incrementando gradualmente y la intimidad de Camus se relajó lo suficiente para permitirles seguir así que Shura empezó a embestir a su compañero, sus caderas retrocedían y avanzaban hasta alcanzar los sitios más íntimos del de ojos azules, era increíble, sentía como el francés lo rodeaba y de cierta manera lo aprisionaba volviéndolo loco de necesidad y llenando de placer todo su cuerpo. El de Acuario inclinaba hacia atrás su cabeza con el placer escrito en cada línea de su rostro mientras se movía con abandono, era lo que necesitaba, era lo que había querido, una liberación de todas esas emociones y sensaciones que corrían por sus venas al mismo tiempo que elevaba y bajaba su cuerpo.

Sus caderas habían encontrado el ritmo adecuado para un apasionado bombeo muy íntimo, Shura se estaba haciendo cargo abrazando a su compañero muy estrechamente por la cintura, presionando sus caderas contra él entrando lo más que le era posible en su intimidad; fue aún más excitante para el de Capricornio cuando sintió que su compañero se tensaba y empezaba a dar unos gemidos apasionados al haber encontrado el sitio exacto de su placer, ese casi mágico punto que lo enloquecía.

--Ahhh...si...oh si...dámelo...dámelo todo...no te detengas...

A pesar de todo el de cabellos oscuros se sorprendió un poco con escuchar a Camus decirle eso pero también lo excitó y tuvo que decirle algo a su vez.

--¿Es lo que quieres?-le preguntó hablándole al oído.

El de Acuario no dijo una palabra, hizo un sonido que parecía un si y fue todo lo que necesitó el otro hombre.

--Camus...

Le hubiera gustado decirle algo más pero no pudo, asaltó de tal manera el cuerpo de su compañero que el de ojos azules empezó a gritar ante las embestidas que estaba dando el de Capricornio, tocando una y otra vez su próstata y enviando destellos de placer dentro de su ser. De alguna manera el de cabellos oscuros llevó una de sus manos al excitado miembro de su pareja para rodearlo y comenzó a masturbarlo, sabía que no estaban lejos del clímax y deseaba que lo consiguiera por él. Su mano se movió más aprisa y con mayor firmeza frotando la cabeza de vez en vez. En todo ese tiempo Camus casi no había dejado de moverse ni de hablar con voz gimiente.

--Oh si...si...Shura...Shura...si...

Fue una explosión de placer la que hizo callar a Camus, se sentía en un verdadero éxtasis cuando su esencia abandonó su cuerpo para quedar en la mano de su compañero pero siguió moviéndose hasta lograr un par de segundos después que Shura también lograra su clímax, el de ojos oscuros al sentirlo no pudo retrasar su propia culminación con un apasionado grito por llegar a la euforia y dejar su simiente en el interior del de Acuario.

 

 

Se quedaron muy quietos aún, viviendo los vestigios de la pasión satisfecha entre los dos, se tranquilizaron y se separaron despacio respirando aún agitados, con sus miradas se buscaron de nuevo pero sin poder decir nada hasta que Shura se animó a hablar.

--Creo que debemos entrar Camus.

--Si.

Se acomodaron un poco la ropa pero antes de dar un sólo paso volvieron a besarse.

--Será mejor que nos demos un baño Shura.

--Está bien ¿Puedo bañarme contigo?

--¿Bañarnos juntos?

--Si ¿Por qué no?

--Es que...bueno, estaríamos desnudos.

--Camus acabamos de hacer el amor en las afueras de tu templo y creo que ya vi casi todo de ti.

--¿Casi?

--No vi tus pantorrillas.

A eso el de Acuario se rió y lo besó de nuevo.

--Muy bien Shura, entonces verás todo de mí.

--Así está bien, sin que lo pienses mucho Camus.

--No pensamos mucho ninguno de los dos ¿o si?

Era cierto, todo eso de planear y esperar y cuidarse y que eran reservados había quedado en un sitio muy lejano en su mente mientras se besaban y se abrazaban para entrar al onceavo templo pero así eran felices, tomando de la vida lo que quisiera darles y de su relación el amor de su compañero. Podrían con ello, ambos eran muy comprometidos con todo en su vida y estaban dispuestos a que sin importar las circunstancias por todo aquello que hicieran y eligieran se harían responsables.

 

 

FIN

 

 

 

Notas finales:

Espero que les gutara el fic, de nuevo gracias a quienes leyeron.

La siguiente semana si nada sucede subo un fic de Shaka y Saga que se llama Siniestro.

Atte. Zion no Bara


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).