Su rostro estaba paralizado y qué decir de su cuerpo. Ni un sólo musculo podría mover y menos con semejante escena.
Misaki, aquel alumno que le había robado el corazón, estaba recostado en una de las bancas del salón, con su cabeza cubierta con el saco del sensei, mismo que hace unas horas buscaba incasablemente, pero que ahora no creía que su adorado alumno lo tuviera y menos que se cubriera de esa forma con el.
Hipnotizado por la escena, Akihiko-sensei se fue acercandose lentamente a aquel muchacho.
Con un dulce y a la vez tierno movimiento, apartó la prenda del cuerpo del joven tratando de que este no se asustara por el acto ni repeliera la acción, pero mientras lo quitaba pudo notar como Misaki (su lindo Misaki) lloraba lenta y tristemente, desahogando por completo toda su melancolía frente de él.
Ver lágrimas caer de aquellos grandes asi como expresivos ojos verdes, mismo que lo atraían profundamente, y sentir como la carita de niño de su alumno era manchada por una enorme tristeza, rompió en mil pedazos el corazón de Usami-sensei. Siempre lo había visto sonreír alegre asi como nerviosamente y dedicarle tiernos gestos en cuanto lo veía, no comprendia que podia haberle pasado.
-¿Te encuentras bien Misaki?-
Al escuchar una voz ajena el universitario, rápidamente se levanto e intento ocultar su rostro.
-S-si profesor todo está bien- Contestó el joven castaño tratando de disimular su llanto, mientras dibujada una frágil sonrisa para que su profesor no se diera cuenta de lo que lo aquejaba.
-¿Seguro? Me preocupa verte así Misaki- Lentamente el mayor empezó a acariciar suavemente una mejilla de su alumno para reconfortarlo- Si en algo yo te puedo ayudar, dime por favor-
Nuevamente el joven trató de responder la pregunta pero esta vez no pudo, era evidente que nada está bien y menos si su maestro se daba cuenta de eso. No quería causarle molestias, ni mucho menos preocuparlo, pero era más fuerte el sentimiento y la tristeza que su corazón retenía.
Así calladamente bajo su mirada, para después volverá dejar salir sus cristalinas lágrimas, esta vez con mayor intensidad paralizando de nuevo al Profesor de Derecho.
- Nii-chan, perdón mi hermano mayor se casa el próximo mes. Dice que no me preocupe porque las cosas seguirán igual, pero yo sé que eso no es cierto, él se va a olvidar de mí por que su matrimonio será arreglado-
De nuevo el menor volvio a cubrir su rostro con sus brazos. No podria creer que su hermano, aquel que habia jurado cuidar de el, en pocos días se desposaria y nunca más lo volveria a ver.
-Es normal que tu hermano quiera formar una familia…-
Ante esto el maestro trató de consolarlo más este una vez más alzo su voz.
-¡¡Yo soy su familia!! ¡Siempre hemos estado juntos desde que papá y mamá se fueron al cielo hace varios años!. Pero ahora me él va abandonar….. ¡Me va a dejar solo!
Después de esto sin poderse contener el menor empezó a llorar mirando directamente a Usami-sensei, quien lo veía sorprendido por aquella respuesta.
Nunca hubiera imaginado que aquel niño que siempre sonreía cada vez que lo veía, fuera tan frágil e indefenso y llorara de esa forma por su hermano.
“Sin duda su hermano debe ser la persona más feliz del mundo por tener a alguien llorando como lo hace Misaki por su partida” Pensó por un momento el mayor mientras se dedicaba a observar las lagrimas de su estudiante.
Después de unos instantes Akihiko reaccionó. No era momento para pensar cuál feliz era el hermano de su adoración sino cuán infeliz lo podría llegar a hacer por haberlo hecho sufrir y peor aún hacer sufrir a la persona que más quería el peli-plata.
Así que en un acto de inercia fue acercándose al menor, lo apoyo contra su pecho, acomodó su llorosa carita en uno de sus hombros y tiernamente rodeo con sus grandes brazos en su cuerpo para que este se sintiera protegido y calmara su sufrimiento.
-Todo va estar bien Misaki- Susurró el oji-violeta en uno de los oídos de su acompañante, mientras acariciaba el cabello del joven con una de sus frías manos.
Mientras su profesor lo acurrucaba y lo abrazaba para protegerlo, Misaki no pudo mas, estallo en llanto en uno de los hombros del mayor.
El hecho de que el castaño sufriera por la partida de su hermano, conmovió totalmente al profesor. No solo porque lo amaba locamente, sino también porque sabía que era estar solo, sin nadie en quien confiar, ni apoyarse.
Ya una vez le había pasado y lo sabía perfectamente, por eso no iba a permitir que su pequeño se sintiera así, no mientras él estuviera a su lado.
Realmente le dolía al joven que su hermano lo dejará y se casara, pero tener alguien que lo consolara en ese momento, como lo hacía Usami-sensei, mitigaba fuertemente el daño.
Prontamente las lágrimas del menor fueron cesando, calmando su lastimado corazón, pero por algún motivo no quería apartase de aquel hombre que lo abrazaba, solo quería permanecer recargado en su hombro aspirando su perfume mientras lo acariciaba.
-G-gracias profesor- Contestó lindamente el joven mientras se acomodaba mas en el cuerpo de su maestro al mismo tiempo que trataba de ahogar algunos sus sollozos en la camisa de este.
Sin duda la tristeza de Misaki preocupaba a Akihiko, pero tenerlo así abrazándolo sin querer despegarse de él, con su linda carita apoyada en su cuerpo, y dándole las gracias por ello, era como estar soñando y no desear despertar jamás.
Por un instante Usami-sensei se sintió el hombre más feliz del mundo por tener a su amado entre sus brazos y reconfórtalo como lo había hecho, pero fue hasta que el oji-verde, después de 10 minutos, trató de apartarse de él cuando regresó a la realidad.
Era verdad, hasta ahora Misaki no sabía que él era el dueño de sus pensamientos y Akihiko-sensei no tenía obligación de seguirlo acariciando, como muchos días había soñado.
Así que un gesto de molestia, disimulado por una mueca de sonrisa se fue poco a poco soltando del cálido cuerpo de su alumno para después acomodarse un poco la camisa y observarlo tiernamente.
Por un momento el profesor pensó declarársele, decirle que lo amaba desde hace mucho tiempo para protegerlo de cualquiera que intentara hacerle daño, pero ¿cómo decírselo? Si en ese momento estaba sufriendo demasiado y era más que estúpido de su parte darle otra preocupación, además no quería que su pequeño lo aceptara solamente para suplir la pérdida de su hermano.
-¿Ya estas mejor?-
-Si-
-Me alegro, cualquier cosa no dudes en buscarme- Acto seguido el mayor acaricio una de sus mejillas de su alumno quitándole los restos de esas tristes lágrimas que había soltado
-Gracias profesor- Mencionó el menor con un tono bajito mientras aparecía un leve sonrojo en su rostro
Después de verse un largo sin decir palabra alguna, el menor se acomodó su uniforme escolar y se despidió de su maestro para posteriormente salir del salón, pero antes de que cruzara la puerta una voz lo llamó.
-Misaki…-
-Si profesor-
-Hace mucho frio afuera te va a hacer daño si sales con tu uniforme mojado, ponte mi saco para que no te enfermes-
-Pero ¿y usted sensei?
-No te preocupes por mí-
-Pero….
-No aceptare un no como respuesta… póntelo Misaki-
- Muchas gracias profesor-
Esta vez el sensei no le contestó, solamente le dedicó una de sus tiernas y dulces sonrisas (pocamente vistas por un mortal).
Al momento de esa acción Misaki se sonrojó y no era por demás, tanta amabilidad le parecía increíble creer de aquel profesor que siempre estaba enojado en todas sus clases de Derecho y contestaba fríamente a todo aquel que le preguntaba algo.
Por un momento le dio la impresión al castaño que Usami-sensei se sentía feliz porque portara su saco.
Sin más que decir el menor se colocó la prenda, misma que le quedaba bastante grande, se volvió a despedir de su maestro y se marcho del salón.
Acto seguido el mayor agarró su maletín y también salió del aula para dirigirse a su habitación y descansar.
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Llegando a su habitación Akihiko-sensei fue directamente a su cama, pasando de largo lo húmedo de su camisa por las lágrimas de su adoración, se recostó en las sabanas blancas y se dispuso a pensar lo ocurrido.
"Misaki, sigo sin creer que me hayas abrazado de esa forma, como si quisieras que no me apartara. Te he de confesar que yo no quería apartarme de ti, quería seguirte acariciando lentamente, sentir un poco más tu respiración y amarte como hace mucho lo he anhelado, pero lo que menos puedo creer es que te hayas puesto mi saco, sin duda te veías muy lindo, tanto que tuve que utilizar todo mi autocontrol para no abalanzarme y empezarte a besarte locamente.
Todavía puedo sentir tus cálidas manos y tu frágil cuerpo apoyado en mí. Sin duda estoy más que feliz por haber estado aunque sea un instante a tu lado
Como quisiera tenerte para mí solo, abrazarte para siempre, consolarte, ser tu apoyo, secar tus lágrimas y que nunca más vuelvas a llorar o sentirte solo. No sabes cuánto lo deseo…
No cabe duda, estoy más que enamorado de ti mi pequeño Misaki… Mi lindo y tierno Misaki, aunque por el momento solo pueda ser un amor platónico y me tenga que conformarte con soñarte toda la noche para pensar en ti todo el día. "
Esa noche Usami Akihiko se la pasó pensando una y otra vez lo ocurrido, hasta que se dio cuenta que había amanecido y tenía que empezar otra vez su rutina laboral. Mas esto no te importó ya que el hecho de que el hecho de que su alumno ocupara sus pensamientos y le quitara su sueño siempre lo había hecho muy feliz.
--------CONTINUARÁ----------