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Siniestro por zion no bara

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Notas del fanfic:

Es una trama que quise hacer, espero que les guste pues ya he usado a la pareja.

 

Notas del capitulo:

Este fic era para la semana pasada pero preferí Responsable, espero que les guste.

Apenas sonaba el despertador y un joven rubio de ojos azules se puso de pie, vio que su compañero dormía a su lado pero no tardó en despertar también ante el insistente sonido que recordaba que hora era.

--Buen día.

--Si.

El joven rubio observó que su compañero parecía necesitar dormir algo más pero no se atrevió a mencionar eso.

--¿Qué te parece si desayunamos fuera Shura?

--No puedo Shaka, tengo que irme al trabajo temprano.

--Hace tiempo que no salimos ¿Por qué no vamos por la noche al cine?

--Lo siento Shaka, no puedo.

Sin otra palabra ya estaba de pie y fue a la cocina para preparar café mientras que su compañero se daba un baño rápido. La noche anterior la habían pasado juntos y durmieron en casa del de cabellos oscuros pero exactamente fue lo que hicieron, dormir, Shura llegó tarde y dijo que estaba cansado, apenas si cenaron para descansar después. Al rubio le daba la impresión que su relación ya tenía tiempo de esa manera, con su compañero trabajando siempre y cansado para todo, a veces cuando lo llamaba ni siquiera tomaba sus llamadas, no estaba seguro de que pensar al respecto. Terminó de bañarse y se vistió aprisa para comprobar que había una taza de café servida para él mientras que Shura tomaba la suya y discutía algo por teléfono a media voz.

--No, ahora no puedo, él está aquí todavía...

Se alejó pues no quería enterarse de lo que el otro hablaba pero cuando su compañero apareció le hizo una pregunta.

--¿Con quien hablabas Shura?

--No es nada, cosas del trabajo. Voy a bañarme.

Se acabó el café en un par de tragos y ciertamente se fue a bañar. Shaka permaneció unos momentos más en el lugar terminándose el café, ya casi era hora de que se fuera pero deseaba despedirse de su pareja, así que fue al baño y lo encontró pero había terminado de ducharse, tenía una toalla alrededor de la cintura y se afeitaba delante del espejo del lugar pero como siempre desde que el rubio lo conociera no usaba máquina para eso.

--Aún no entiendo porque te gusta hacerlo así Shura.

--Ya te lo he dicho Shaka, así aprendí, y así aprendió mi padre y mi abuelo y todos los de mi familia.

El asunto era que Shura utilizaba una navaja para afeitar y era muy bueno haciéndolo, al menos a Shaka le parecía que no cualquier persona podría usar tan bien una navaja para pasarla desde su cuello hasta el mentón.

--Ya tengo que irme Shura

--Que tengas un lindo día Shaka.

--Estaba pensando en lo de mi reunión de este fin de semana ¿seguro que no puedes venir conmigo?

--Perdóname pero ya lo discutimos, no puedo, tengo el viaje y Afrodita y yo tenemos que ir, es muy importante.

--Si.

Se acercó a él y lo besó en la mejilla que ya había afeitado para despedirse.

--Te quiero-dijo el rubio.

--Yo también-respondió el otro.

Así fue la despedida y Shaka se fue del departamento de su compañero, pero no lo hizo de buen humor ni tranquilo, en su mente se estaban formando ideas desde hacía un tiempo, ideas que incluían a su compañero Shura y a ese socio de él, Afrodita. En las semanas anteriores el de cabello oscuros había estado distante y actuaba misterioso como con lo de la llamada de esa mañana. Además ese viaje entre los dos lo inquietaba, Shura pasaba demasiado tiempo con Afrodita y estaba llegando a la conclusión que los dos eran más que socios y amigos.

Pero nada de eso le impidió ir a despedir a Shura al aeropuerto cuando se fue de viaje...al lado del sonriente Afrodita. Terminó por convencerse de distraerse, después de todo ese fin de semana él también tenía planes: iría a una reunión de su escuela.

 

 

La escuela media en la que había estudiado Shaka tenía un evento especial ese fin de semana: una reunión de una de sus generaciones, hacía diez años de que esos jóvenes se graduaran y aunque no fueron todos si se presentó la mayoría que de inmediato se reconocía (en la mayoría de los casos) y se ponía a hablar en el acto sobre lo que hacían, a qué se dedicaban y como les había ido en todos esos años. El mismo rubio casi de inmediato que llegó se encontró con algunos de sus amigos y se saludaron efusivamente, después de todo varios lo recordaban perfectamente aunque él no los recordara a todos.

En un principio todo estaba marchando como se esperaba pero en algún momento alguien más llegó al lugar, alguien que de inmediato vio al rubio y se dirigió a él sin prestar atención a nadie más.

--Shaka.

Al voltear el rubio se encontró delante de un hombre de cabellos azules y ojos verdes, uno al que no tardó en reconocer.

--Saga.

Sin más se dieron un abrazo muy sonrientes para seguir viéndose después sin dejar de sonreír, al rubio le pareció que el de cabello azul seguía teniendo la misma sonrisa encantadora de siempre.

--No esperaba que vinieras Saga pero me da gusto verte otra vez.

--Sólo vine con la esperanza de verte otra vez Shaka.

--Que alegría verte, de verdad.

--A mí también me alegra.

Ellos dos tenían una historia juntos, habían sido novios en sus días de escuela, el primer noviazgo serio de sus vidas, fueron muy unidos y compartieron todo lo que en esos días se pudiera compartir hasta que hubo una tragedia en la familia del de ojos verdes y tuvo que marcharse muy aprisa, ni siquiera pudieron despedirse.

--¿Cómo has estado Saga?

--Estoy bien Shaka, no me quejo, estudié ingeniera y computación, me va bien con eso ¿Y tú? ¿A qué te dedicas?

--Estudié comercio y trabajó en la tienda Zodiaco.

--Buen lugar.

--Lo es.

Siguieron charlando por las horas siguientes aunque parecía que más a gusto Saga que Shaka pues el rubio se notaba un poco alejado a pesar de todo. En algún momento ambos salieron del salón en que se desarrollaba la reunión para dejarse acariciar por la fresca brisa del atardecer.

--Nunca olvidé este lugar Shaka, los mejores recuerdos de mi vida son de este sitio.

--¿Lo crees Saga?

--Claro, fue aquí donde estuve contigo.

--Eso es halagador.

--Sólo lo que te mereces.

Los dos sonrieron y aunque no fuera del todo su intención al de ojos azules le gustó escucharlo, las cosas con Shura habían estado complicadas y distantes y sentirse aún atractivo ante alguien que lo seguía siendo le gustaba. Quizás fue por eso que no calculó ni vio realmente lo que estaba por suceder.

--También te he recordado Saga.

--Espero que para bien.

--Siempre, fuiste mi novio después de todo.

--Eras lo mejor de mi vida, por verte vine, no estaba seguro de que tú fueras a venir pero esperaba que si, me alegra ver que no me equivoque.

--Estuve a punto de no venir pero al final decidí que me merecía un descanso.

De pronto quedaron en un camino conocido para los dos, uno que cruzaron varias veces años atrás.

--¿Recuerdas lo que hacíamos?-preguntó Saga.

--Si.

Los dos sabían exactamente a donde llevaba ese sendero medio escondido por los árboles, un sitio especial que para ellos fue como un escondite.

--¿Quisieras ver si aún está?-preguntó Saga.

Shaka lo pensó por un segundo, sabía que había más en esa pregunta que lo que aparentaba pero también veía a Saga que seguía siendo muy atractivo y encantador, no tardó en convencerse que se lo debía a si mismo.

--Claro Saga.

Con eso ambos se pusieron en marcha por el medio oculto sendero.

 

 

El sitio que aún estaba en pie y que ambos observaban era un antiguo tipo de granero, estaba abandonado desde años atrás que ellos lo conocieran y por lo que veían aún lo estaba.

--¿Crees que aún esté nuestra entrada secreta?-preguntó Shaka.

--Podemos averiguarlo-respondió Saga.

En unos momento ambos llegaron a la parte trasera de la construcción, había más arbustos que cuando ellos lo usaban durante la escuela pero los apartaron y estaba ciertamente lo que buscaban, no era más que un hoyo en el muro pero igual que lo hicieron años atrás volvieron a entrar.

--Está igual--comentó Saga.

--Si, parece que quienes cambiamos sólo fuimos nosotros-comentó Shaka.

--¿Crees que cambiamos mucho?

--No, sólo un poco.

En ese momento el de cabellos azules se le acercó y se le quedó mirando de frente con sus pupilas brillando y sonriéndole.

--Ahora eres más apuesto Shaka.

--¿Lo crees Saga?

--Por supuesto.

--Sigues sabiendo como halagarme.

--Aún sé hacer muchas cosas.

--¿De verdad? ¿Cómo cuáles?

Como el rubio le sonreía el de cabellos azules no tardó en acercarse a él y besarlo en los labios con suavidad para después estrecharlo entre sus brazos y hacer más intenso el beso, Shaka a su vez no esperó para corresponderle y estrecharlo entre sus brazos. No tardaron en demostrar lo que en verdad querían. Saga empezó a sacar la camisa de Shaka y éste desabrochó los pantalones del otro, lo acarició entre las piernas y se apretó con fuerza contra él. En unos instantes más ya Saga le había abierto la camisa, le aflojó la corbata y le quitó su saco para abrirse la ropa también.

--Nunca te olvidé Shaka-le murmuró con sensualidad.

Pero el rubio no respondió, no le interesaban las palabras en esos momentos.

Con las partes de sus cuerpos que habían descubierto se acariciaron con mayor necesidad y se besaron, Saga empezó a bajar por el cuerpo de Shaka para abrir sus pantalones y bajarlos sin perder tiempo hasta sus tobillos y después liberar de la ropa interior su sexo que se estaba irguiendo, para ayudarlo con eso el de los cabellos azules lo acarició con la lengua y lo humedeció un poco más, hasta que le pareció suficiente y lo estrechó en sus labios, empezando así un suave ritmo para complacer al de ojos azules.

Shaka llevó sus manos a los cabellos de Saga, le gustaba sentirlo y sentir lo que hacía, que lo complaciera de esa manera y lo acariciara al mismo tiempo. El de ojos verdes terminó de bajar los pantalones del rubio y también su ropa interior, lo acariciaba entre las piernas y lo excitaba para que pudieran continuar, apenas si podía creer que estaba de nuevo con Shaka pero así era y no perdería el momento por nada del mundo. Cuando le pareció que era suficiente el de cabello azul se separó con suavidad y aún de rodillas ayudó al otro para que se quitara la ropa a sus pies, después de eso terminó de abrirse sus pantalones y bajó su ropa interior.

El de cabellos dorados lo observó unos instantes, se acercó a él hasta quedar frente a frente y se besaron de nuevo permitiendo que sus lenguas se encontraran y se exploraran, sus erecciones se encontraron también y los dos gimieron abiertamente; fue Shaka quien hizo que Saga quedara recostado sobre su espalda, lo acarició en la entrepierna y después se acomodó sobre él para estimularlo usando su boca, acariciando en un principio con sus labios para después introducir el turgente miembro en su boca, lo hizo por unos momentos, más para alistarlo sin duda.

El de cabellos azules atrajo a Shaka sobre él para poder besarlo de nuevo en los labios, más que nada para poder acariciar su intimidad y frotarlo suavemente en su entrada, se cubrió uno de sus dígitos con saliva y volvió a hacerlo, contemplando como el de los ojos azules sobre él lo disfrutaba y gemía con pasión por sus caricias. El propio rubio se movía frotando su erguido sexo contra el de su compañero mientras buscaba que ese explorador dedo entrara más en él hasta que los dos supieron que estaban listos y sobre todo dispuestos.

Fue Shaka quien apoyó una de sus manos en el pecho de Saga mientras que éste lo tomaba por las caderas, con su mano libre guió el rígido miembro del de ojos verdes a su intimidad y empezó a penetrarse con lentitud, bajaba poco a poco sus caderas hasta que se sintieron más cómodos y seguros de poder seguir de otra manera, respiraron con profundidad y los dos iniciaron el movimiento oscilante y una férrea entrega de pasión, sus cuerpos se reconocían perfectamente y por ello no dudaron en hacerlo más intenso. El rubio apoyó ambas manos en el pecho de su compañero para girar sus caderas y separó más sus piernas mientras que el de ojos verdes movía también su cintura encontrando a su vez cada movimiento del otro.

No se estaban tomando tiempo de ninguna manera, parecía que sólo contaba el complacerse y sentirse satisfechos, en algún momento Shaka se inclinó hacia atrás acariciando su propio pecho a la vez que gemía abiertamente de placer y Saga no se cansaba de escucharlo ni de seguir embistiéndolo con pasión, disfrutando de ese sensual cuerpo que disfrutaba de todo lo que él le brindaba. En algún momento el de cabellos azules se apoderó del erguido sexo del rubio y empezó a frotarlo con decisión para complacerlo aún más y el de ojos azules respondió moviéndose más aprisa. A los dos comenzó a faltarles el aliento y algo en su interior parecía hacerse más intenso, como una rigidez, pero lo disfrutaban, conocían esa sensación y respondían a ella con urgencia y necesidad, no podían detenerse hasta que sus esencias abandonaron sus cuerpos y quedaron en el del otro con fuerza y casi gritaron de pasión.

Les tomó unos instantes aún el poder calmarse pero al hacerlo fue Shaka quien buscó su ropa y se vistió primero tan aprisa como pudo. Saga lo imitó pero no tardó en acercarse al rubio.

--Eres maravilloso Shaka.

--Tú también estuviste bien Saga.

--Creo que no regresaremos a la reunión.

--Creo que no.

--¿Qué tal si buscamos donde quedarnos?

A esas palabras al rubio le pareció mejor aclarar algunas cuestiones.

--Me dio gusto verte de nuevo Saga, en verdad, pero esto no es una relación.

--Pero Shaka...

--Oye, los dos somos adultos ¿Bien? Yo estoy con alguien.

--¿Con quien?

--No quiero hablar de eso ahora. Mejor salgamos de aquí.

Sin esperar por más salió y el de cabellos azules lo siguió, recorrieron en silencio el sendero para alcanzar con discreción sus automóviles.

--Adiós Saga.

--Hasta la vista Shaka.

Mientras su vehículo se alejaba Shaka se decía a si mismo que había sido muy agradable lo sucedido pero eso era todo; sin embargo no sabía que para Saga eso no era un final sino un principio.

 

 

Shaka estaba en el aeropuerto durante la semana, Shura le había llamado diciéndole que estaría de vuelta y el rubio decidió ir por él. Cuando lo vio descender del avión no tardó en distinguir también que Afrodita iba a su lado, esperó unos instantes hasta que ya tenían sus equipajes y ambos alcanzaban el área de pasajeros, los vio acercarse al sitio en el que él se encontraba pero en ese instante Afrodita volteaba y sin más corría en su dirección extendiendo los brazos. El rubio se dio cuenta que alguien pasaba aprisa a su lado y un hombre de cabellos azules tomaba entre sus brazos a Afrodita para estrecharlo con emoción mientras que el otro lo abrazaba también. Por unos momentos no supo que hacer pero en eso se acercó Shura.

--Que bueno verte otra vez Shaka.

Lo tomó en sus brazos y lo besó con dulzura. Los otros dos se separaron y pudieron hablar un poco.

--Mira, te presento-decía Afrodita-Ellos son Shura y Shaka, mi socio y su compañero, él es Death Mask.

--Ahora que ha vuelto su prometido-dijo Death Mask extendiendo su mano.

--Felicidades-les dijo Shura.

Pero Shaka estaba un poco aturdido y no pudo decir nada. La pareja de Afrodita y Death Mask se despidió aprisa y se alejó dejando a solas a los otros dos.

--Quisiera que me acompañaras Shaka.

--¿No prefieres que te lleve a tu departamento para que descanses Shura?

--No, esto es más importante, vamos. Te tengo una sorpresa.

Sin poder decir nada el de cabello dorado lo llevó por el camino que el de ojos oscuros le indicaba, se detuvieron cuando llegaron a un elegante edificio que había sido restaurado y estaba no hacía mucho inaugurado.

--¿Qué hacemos aquí Shura?

--Ya lo verás, ven.

Entraron y pasaron por unas altas escaleras blancas de un barandal negro hasta llegar al cuarto de los cinco pisos del lugar, sin más el de cabellos oscuros abrió y entraron.

--¿Qué te parece Shaka?

--Es un sitio hermoso Shura.

--Que bueno que te guste, desde ahora es nuestro.

El de ojos azules volteó y se le quedó mirando con sorpresa.

--Así es Shaka-le aseguró Shura-Tenía el contrato pero tuve que hacer unas maniobras aún para completarlo ¿Te gusta?

--No lo puedo creer.

--No sabes lo que me costó guardar el secreto pero deseaba sorprenderte.

--Shura.

Sin más lo abrazó y lo besó pero en ese momento se dio cuenta que todos esos movimientos sospechosos de su compañero se debían únicamente a que deseaba sorprenderlo, ahora vivirían juntos y harían esa vida que tanto había querido. En cierta manera también se sentía como un tonto por haber dudado de Shura, ellos se amaban y era todo cuanto importaba.

Durante los días siguientes sus planes como pareja continuaron, no tardaron mucho en terminar con todo lo legal sobre el departamento y empezar a mudarse. Entre los dos vieron y eligieron los muebles, la disposición de las habitaciones, los adornos y en si la decoración del lugar, con eso pudieron llevar las suyas y formar parte de ese espacio, marchaba tan bien su mudanza que no tardaron en sentirse dueños y señores del lugar hasta que finalmente era su hogar y lo celebraron cenando con velas. Sin duda todo estaba bien y su vida marchaba mejor que nunca. Shaka estaba feliz y no creía que nada pudiera cambiar eso pero nuestras acciones tienen consecuencias y a veces nos salen al camino cuando menos las esperamos.

 

 

Una mañana Shaka estaba por irse a su trabajo cuando se dio cuenta que subían muebles al piso de arriba, suponía que eran vecinos nuevos pues era el único departamento disponible aún, bajaba por las escaleras cuando alguien lo saludó.

--Hola Shaka.

--Saga.

Le sorprendía verlo ahí pero no estaba seguro de que decirle al de cabellos azules.

--Parece que seremos vecinos-continuó el de ojos verdes--¿No te agrada?

--¿Vas a mudarte aquí?

--Si, al quinto piso ¿Qué te parece?

--Pues...bienvenido.

--Gracias.

--Yo estaba por irme Saga, tengo que ir a trabajar.

--Muy bien, no te quito tiempo Shaka.

--Adiós.

--Nos vemos-dijo el de ojos verdes sin dejar de sonreír mientras se alejaba.

Shaka no estaba seguro sobre lo que tendría que hacer con su nuevo vecino pero al final se decidió que lo más sensato era hablar con Saga, explicarle que estaba con alguien y que lo de ellos fue algo de una sola vez. Aún con esas ideas llegó a su trabajo.

Zodiaco era una tienda departamental de primera línea y uno de los sitios más exclusivos de la ciudad, Shaka trabajaba en el departamento de ropa para caballeros, era muy bueno en su trabajo que consistía bastante en ver ropa y decidir cual sería vendida en la tienda. No tardó en saludarlo uno de sus compañeros.

--Hola Shaka, que bueno que llegas.

--Buendía Aioria.

--¿Qué tal tu nueva vida?

--Me encanta mi departamento, gracias por preguntar.

--Llegaron los nuevos catálogos de la línea de trajes de baño ¿quieres verlos?

--¿Ya los viste?

--Si.

--¿Hay algo sobresaliente?

--Un castaño delicioso pero si hablas de los trajes son más bien usuales.

--Ay Aioria.

Los dos siguieron con su labor, vieron los catálogos y los precios en que los ofrecían, Shaka tuvo que hacer varias llamadas para tener más informes y hacer algunas negociaciones pero era muy bueno en su labor y no tardó más que lo indispensable para tener esa parte terminada.

--Creo que debemos empezar con dos embarques solamente-comentaba Shaka-Dependiendo que tan bien reciban este modelo pediremos más.

--De acuerdo-dijo Aioria tomando nota.

--¿Cómo va todo?

Quien les preguntaba era el jefe de su departamento, un hombre de cabellos y ojos azules.

--Todo está bien Camus-respondió Shaka-Tenemos los embarques listos y llegarán en dos días.

--¿Dos días?

--Les recordé que somos clientes preferenciales.

--Muy bien Shaka-esperó unos segundos pero preguntó--¿Por qué no comemos juntos?

--Gracias Camus pero tengo planes con mi pareja.

--Bien.

Sin más se fue y en cuanto eso sucedió el castaño habló.

--¿Hasta cuando entenderá que no te gusta?

--Es el jefe Aioria, no te burles.

--Sólo hago notar lo obvio.

Era verdad que prácticamente desde que trabajaban juntos Camus había pretendido a Shaka pero el rubio jamás le había correspondido ni había dado pie a que siguiera pero el otro insistía.

Más o menos de esa manera siguió el día del de cabellos dorados hasta que fue su hora de salida, terminó con unos trámites y pudo despedirse de su castaño compañero e irse a casa.

 

 

Apenas Shaka había estacionado su automóvil y empezaba a subir las escaleras cuando se dio cuenta que alguien estaba también en las escaleras.

--Hola Shaka.

--Saga.

El de cabellos azules sonreía pero el rubio no encontraba motivos para verlo.

--Que coincidencia tan agradable que vayamos a ser vecinos-dijo el de ojos verdes.

--Si.

Pero el de ojos azules se dio cuenta que lo mejor era ser directo en esos momentos.

--Mira Saga, lo que pasó entre nosotros es mejor que lo aclaremos.

--¿De qué hablas Shaka?

--Yo estoy en una relación y es estable, lo de esa vez fue algo de un momento.

--Entonces ¿de verdad tienes una relación con alguien Shaka?

--Si.

--¿Por qué no me lo dijiste desde el principio?

--No tengo por que darte cuentas de mi vida.

Por unos instantes el de ojos verdes se quedó muy quieto pero al siguiente sonrió.

--Aún así es agradable volver a verte Shaka.

El rubio no estuvo seguro de qué pensar ante eso cuando alguien más llegó, en ese instante Shura estaba estacionando su vehículo y al verlos a los dos se acercó.

--Hola ¿Qué pasa?-preguntó el de cabellos oscuros mirándolos a los dos.

--Shura...

--Soy Saga -dijo el de cabellos azules interrumpiendo al rubio-Soy su nuevo vecino, estoy en el quinto piso.

--Tanto gusto-dijo el de ojos oscuros.

Se estrecharon la mano y parecía que eso sería todo. Shura tomó por la cintura a Shaka y siguieron a su departamento aunque Saga no dejó de mirarlos.

Al día siguiente Shaka estaba en su trabajo, sabía que ese día Shura tenía que trabajar unas horas extras pero el de cabellos oscuros lo necesitaba para cubrir los gastos extras que implicaba su mudanza y lo demás referente al departamento. Fue por eso que el de ojos azules se sorprendió un poco cuando le llegó algo.

--Te enviaron esto Shaka-dijo Aioria entrando a su oficina.

El castaño llevaba un hermoso arreglo floral de gardenias.

--¿Para mí?-preguntó el rubio.

--La tarjeta dice Shaka y hasta donde sé no hay otro aquí.

El de los ojos azules tomó las flores y leyó la tarjeta, era un mensaje corto el que contenía.

--"Veámonos en Delhi a las siete"

Sin duda era de Shura y el rubio se dijo que iría sin retraso.

A la hora indicada el de los ojos azules ya estaba en el restaurante pero a quien encontró no fue a Shura.

--Saga.

--¿Te sorprende Shaka?

--Es...quedé de verme con Shura aquí.

--Eran mis flores.

El de ojos azules no estaba seguro de qué pensar en ese instante pero el otro le sonrió.

--Eran las mismas flores que te obsequiaba en la escuela ¿recuerdas?

--Saga, ya te dije que estoy con alguien.

--Lo sé, tan sólo te invité a cenar.

--Esto es...

--Cenemos Shaka, aún podemos ser amigos.

El rubio lo pensó por unos instantes, Shura iba a trabajar hasta tarde, ya estaba ahí y después de todo no perdía nada con tratar de ser amigos. Se sentó en la misma mesa que el de ojos verdes y ordenaron.

Durante la cena y desde el primer momento el de los cabellos azules demostró que seguía siendo muy agradable, le comentó a Shaka que prácticamente trabajaba desde su casa con su computadora ya que era un excelente programador y a su vez el de ojos azules le contó un poco de su trabajo. La estaban pasando bien pero en algún momento ya en el postre Saga se levantó de la mesa.

--Si me disculpas debo hacer una llamada.

Pero al alejarse lo que hizo el de ojos verdes fue acercarse a un mesero.

--Necesito que nos tomes una fotografía-le dijo Saga -Es una sorpresa así que sé cuidadoso y discreto.

Cuando volvió a la mesa Saga siguió sonriendo.

--Me dio mucho gusto volver a verte Shaka.

Y diciéndole eso le tomó la mano suavemente sonriendo.

--A mí también me agrada verte Saga -respondió sonriendo.

Sin saberlo el rubio en ese instante les tomaron una fotografía.

--Es mejor irnos-dijo Saga.

--Muy bien.

Pagaron la cuenta y salieron del restaurante o más bien Shaka salió primero pues Saga esperaba algo: el mesero le entregó la fotografía. El de cabellos azules sonrió al verla.

 

 

Desde ese momento empezó a notarse una especie de rutina en la vida de Shaka, cada vez que salía de su departamento al trabajo y regresaba del mismo Saga estaba ahí y lo saludaba sonriendo. En un principio el rubio trató de no darle importancia pues eran vecinos pero el de ojos verdes no se detuvo ahí sino que continuó. El de los ojos azules empezó a recibir correos electrónicos con mensajes de Saga, también mensajes de texto en su celular, en si mismos parecían ser simplemente para saludar pero era a diario. Además también empezaron a llegar flores a su trabajo, siempre gardenias. Había procurado no tomárselo muy en serio pero sucedió algo un día que le pareció había llegado muy lejos con su vecino de cabellos azules.

Shaka acababa de llegar a su casa y al abrir la puerta se fijó en un sobre que estaba en el suelo, no decía nada y supuso que lo habían deslizado por debajo de la puerta, así que lo abrió y encontró la fotografía de Saga y él tomados de la mano en el restaurante. Justo en ese momento Shura llegó también.

--Que bueno que estás en casa-dijo el de ojos oscuros besándolo.

El rubio apenas si pudo esconder la fotografía y el sobre en el bolsillo de su saco.

--¿Qué te parece si cenamos fuera Shaka?

--Muy bien Shura.

--Entonces vamos.

Sin más los dos salieron de su departamento y el de cabello oscuro condujo a un sitio muy específico.

--¿Aquí?-preguntó Shaka.

--Es un excelente lugar-respondió Shura-Me llegó por correo electrónico un folleto y me convencí de invitarte.

--Pero...

--¿No te gusta por alguna razón?

El de cabellos dorados se quedó sin argumentos, estaban justamente en Delhi, el mismo sitio al que había ido con Saga.

--Cenemos-dijo finalmente el de ojos azules.

Mientras entraban y les daban su mesa el rubio se dijo a si mismo que debía calmarse y con eso se dispuso a disfrutar de la cena con su pareja. Al principio todo estaba bien, incluso se reían pero fue a mitad de eso que alguien los saludó.

--¿Se divierten?

El rubio se quedó sin palabras cuando vio a Saga a un lado de ellos.

--Buenas noches-lo saludó Shura.

--Estoy de paso-dijo el de ojos verdes-Que disfruten de su cena.

Con eso se marchó pero para Shaka bastó y no pudo disfrutar ni un minuto más en el lugar. Al final regresaron a su departamento pero definitivamente el rubio se sentía muy contrariado y dispuesto a terminar con eso.

Por la mañana, antes de que Shura se levantara, Shaka subió las escaleras que separaban su piso del de ojos verdes y llamó enérgicamente a su puerta, Saga no tardó en abrir con su misma sonrisa encantadora.

--Hola Shaka.

--¿Qué te propones Saga?

--Nada.

--No te lo volveré a decir, no te acerques a mí, no te acerques a nosotros, estoy con Shura y soy feliz con él, es momento de que nos dejes en paz.

Pero el de cabellos azules se limitó a sonreírle.

--Por favor Shaka, sólo quise darte la fotografía como un recuerdo y la dejé bajo tu puerta porque no estabas.

--¿Y lo del restaurante?

--Eso fue una coincidencia, fui a cenar ahí, me gustó cuando estuvimos en ese sitio.

El rubio guardó silencio y por un instante le pareció que era él quien exageraba.

--Tan sólo quiero que sigamos siendo amigos Shaka.

--Basta ya Saga, tienes que detener esto, todo esto, los mensajes, las flores, déjame en paz, no tienes lugar alguno en mi vida.

Con eso el de ojos azules dio vuelta y se fue pero Saga no pensaba que las cosas entre ellos terminaran y sus planes continuarían.

 

 

Esa misma noche Shura estaba de vuelta del trabajo y encontró a Shaka.

--Cena en casa-dijo viendo que preparaba la comida-Me gusta eso Shaka.

--Quería hacer algo para ti.

--Pondré la mesa.

Y así lo hizo el de cabellos oscuros, ambos estuvieron a la mesa para compartir la cena y charlaron, aunque más bien hablaba Shura.

--No quiero monopolizar Shaka ¿No hay novedades en tu trabajo?

--Todo está como siempre.

--Pues Afrodita y yo estamos seguros que tendremos todo listo en poco tiempo, las finanzas marchan bien.

El de cabellos oscuros y su socio de cabellos celestes tenían una firma de inversionistas que estaba muy bien situada en esos momentos. Sin embargo eso no importaba tanto para Shura ya que había notado que su rubio compañero estaba como alejado por algo en sus pensamientos.

--Quizás es mejor que descanses Shaka, yo me ocupo de la mesa.

--No hace falta Shura.

--Tú hiciste la cena, es lo menos que puedo hacer.

--Gracias.

El de ojos azules se fue a su recámara mientras su pareja se encargaba de lo que faltaba por hacer, no tardó mucho en eso, alcanzó al otro en la habitación y se alistó para dormir o hacer algo antes de dormir. Se recostó al lado del de ojos azules y lo besó en el cuello para acariciarlo después en el brazo.

--Estás hermoso esta noche Shaka.

--¿Sólo esta noche?

--Más en esta que en otras ¿Cuál es el secreto?

--No hay secretos Shura-dijo el rubio sonriendo.

--¿De verdad? Pues me aseguraré.

Diciéndole eso le quitó la playera que usaba para dormir y lo acarició para besarlo también mientras su otra mano llegaba a sus pantalones.

--Quizás el secreto esté aquí-dijo Shura seductoramente.

Lo acarició suavemente por encima de la prenda en su sexo y el de ojos azules le respondió gimiendo y arqueándose para que siguiera tocándolo, volvieron a besarse pero justo en ese momento el teléfono del rubio empezó a llamar. En un primer instante Shaka lo ignoró pero no se detenía.

--¿No vas a contestar?-terminó preguntando Shura.

--Déjalo que suene-respondió Shaka besándolo.

Pero el aparato no cesaba y al final era incomodo tratar de hacer algo con ese ruido, el rubio se incorporó de la cama muy dispuesto a poner en su lugar a quien molestaba en esos momentos pero no se esperaba lo que sucedió.

--¿Bueno?-preguntó medio molesto el rubio.

--¿Estás con él Shaka?

Al de ojos azules le pareció que le faltaba el aire y tratando de calmarse se alejó un poco de la habitación.

--Dime ¿estás con él?-preguntó de nuevo Saga.

Shaka no sabía como manejar la situación así que el otro continuó.

--Estuvimos juntos Shaka ¿Cómo puedes olvidarlo por estar con él?

--Mañana veo eso-dijo el de ojos azules.

Terminó con la llamada y apagó el celular, procuraba mostrar que había sido una llamada del trabajo para que Shura no sospechara, en ese momento no encontraba la manera de explicarse lo que terminaba de suceder.

--¿Qué pasó Shaka?

--No te preocupes Shura, es sólo algo del trabajo.

Al volver a la cama era evidente que el rubio no estaba de humor para seguir con lo que habían empezado y terminó dándole la espalda al de ojos oscuros que sintió deseos de preguntar más pues no se había creído lo del trabajo pero no lo hizo, si Shaka deseaba decírselo lo haría, jamás había tenido motivos para desconfiar de él. Se durmieron pero con emociones muy diferentes en su interior.

Lo primero que hizo Shaka al ponerse de pie fue ver que Shura siguiera acostado para ir directamente al departamento del piso de arriba, eso se tenía que acabar. Llamó a la puerta con fuerza y Saga le abrió.

--Hola Shaka ¿quieres pasar?

--Tienes que dejarme en paz Saga -dijo de inmediato el rubio-Lo nuestro se terminó hace años.

--No fue así-dijo el de ojos verdes con seguridad-Tú y yo nunca terminamos Shaka, recuérdalo, mi familia me llevó lejos pero lo nuestro nunca terminó.

--Basta ya, tienes que dejarme tranquilo.

--Hicimos el amor en cuanto nos vimos de nuevo, eso debe significar algo.

--Si, significa que soy humano y estúpido, nada más, esta es la última vez que hablo contigo, déjame en paz.

Sin otra palabra Shaka regresó a su departamento pero se encontró con Shura en la puerta.

--¿Dónde estabas Shaka?

--Sólo fui a ver algo, no es importante Shura.

El rubio entró a su departamento pero el de ojos oscuros se quedó desconcertado un poco más. Iba a entrar a su hogar cuando le dio la impresión que lo miraban y volteó, Saga le estaba sonriendo desde la parte alta de las escaleras para darse vuelta un segundo después. El de cabellos oscuros se quedó pensando en eso por unos segundos pero al final regresó a su casa.

Y Saga estaba convencido del siguiente movimiento que daría.

 

 

Durante el día la mente de Shaka daba vueltas en torno a lo de Saga , no pudo sino recordar la escuela cuando se hicieron novios, el de cabellos azules era un chico tan atento y que parecía saber todo de él, tenía esa sonrisa encantadora y era apuesto, además de inteligente, divertido y decidido, todo eso en su momento lo había enamorado de él; sin embargo su familia se había marchado prácticamente de un día para otro sin dar explicaciones de ninguna clase, casi como si huyeran, él ni siquiera pudo ver a Saga por lo sucedido con su hermano gemelo, Kanon, había sido una tragedia, algunas personas dijeron que el joven se había suicidado y que Saga había visto cuando lo hizo, que se había arrojado por una ventana de su casa, fue algo terrible sin duda.

--¿Todo está bien?

Quien interrumpía sus pensamientos era Aioria.

--Si-respondió Shaka.

En ese justo momento entró Camus.

--¿Cómo marcha todo?-preguntó el de cabello azul.

--Todo en orden-dijo Shaka con voz seca.

--Que bien ¿Tienes planes para comer Shaka?

--No.

--¿Qué te parece si comemos juntos?

--¿Qué te parece si dejas de molestarme?

Los otros dos miraban al rubio sorprendidos, jamás el de cabellos dorados había dado una respuesta semejante a nadie pero Shaka no estaba de humor para ser amable en esos momentos. Camus se fue ofendido.

--Sé que se lo merecía Shaka pero tú nunca hablas así.

--Ya no importa Aioria, sólo quiero que me deje en paz.

Diciendo eso trató de concentrarse en su trabajo pero le costaba mucho trabajo, así que tuvo que quedarse un poco más por lo que Shura llegó antes que él a su departamento. Y alguien lo estaba esperando como si fuera algo casual.

El de cabellos oscuros estacionó su vehículo y alcanzó las escaleras pero justo ahí lo saludaron.

--Hola Shura.

--Hola.

Se trataba de Saga.

Empezaron a subir las escaleras juntos y como si nada el de cabellos azules preguntó algo.

--¿Qué te pareció la comida de Delhi?

--Es buena Saga.

--Sin duda lo es, Shaka disfruta mucho de sus postres.

--¿Qué?

--¿No fue Shaka quien te llevó?

--No.

--Que extraño.

--¿Por qué?-preguntó el de cabello oscuro.

--Como nosotros fuimos antes...

--¿Ustedes dos?-interrumpió el de mirada oscura.

--Si ¿Shaka no te dijo que fuimos?

Pero Shura no respondió, sin embargo el otro no se detuvo ahí.

--No lo tomes a mal Shura, nosotros nos conocemos desde antes.

--¿De dónde?

--¿Shaka no te lo dijo? Fuimos a la misma escuela.

--¿En verdad?

--Si, éramos novios.

--Novios de escuela.

--Si, mira ya llegamos a tu piso, te dejo.

El de cabellos azules le sonrió pero mientras se alejaba agregó algo más como si nada.

--¿Sabes? Me dio mucho gusto cuando nos reencontramos en la reunión de la escuela.

Con eso siguió su camino.

Pero el de cabellos oscuros no comprendía porqué Shaka no le había dicho absolutamente nada de eso.

Cuando Shaka llegó a su departamento encontró a su compañero que se comportaba como siempre así que se besaron, hablaron de su día, cenaron y todo fue como siempre pero el de cabellos oscuros sintió que era mejor preguntar.

--Me encontré con Saga cuando llegué-dijo Shura.

Shaka sólo lo miró.

--Me dijo que ustedes dos se conocen, desde la escuela ¿Por qué no me lo dijiste?

--No lo creí importante.

--No me voy a molestar Shaka.

--Ya te lo dije Shura, no es importante.

--De acuerdo.

Fue lo último que se dijeron pues la noche terminó en silencio.

Pero en ese mismo silencio de la noche Saga estaba decidido a no detenerse.

 

 

Shaka había pensado en lo sucedido y terminó por decidirse a dejar pasar algo de tiempo para que las cosas no estuvieran tan frescas, sabía que Shura no era celoso pero sin duda lo había molestado de alguna manera eso último de Saga, cuando se calmara confrontaría a Saga pero no quería que Shura lo supiera pues podría hacer algo en contra del de ojos verdes y lo que menos deseaba era que se armara un escándalo.

Esa misma mañana Shura estaba en su trabajo con Afrodita, los dos discutían lo de una nueva inversión y esperaban unos datos, así que cuando a su computadora llegó un correo electrónico el de ojos oscuros lo abrió aprisa. Pero no era lo que esperaba. Se trataba de un mensaje y una fotografía. Le bastó leerlo una vez y la imagen para decidirse.

--Necesito salir Afrodita.

Fue todo cuanto dijo para salir de inmediato a buscar a Shaka.

En su trabajo el rubio discutía con Aioria y otros de su departamento sobre unas camisas cuando alguien se apareció como si nada.

--Hola Shaka.

El de ojos azules vio a Saga delante de él llevándole un arreglo de flores, el mismo de las gardenias que los demás habían visto que le enviaban.

--¿Nos vamos Shaka?-le preguntó como si estuvieran de acuerdo.

El de ojos azules estaba sorprendido, se apartó de los demás para hablar con el de cabellos azules.

--¿Qué haces aquí?-preguntó molesto el rubio.

--Venir a verte.

--¿Cómo te atreves?

--Aún nos queremos Shaka, lo sé.

--Vete o haré que te echen.

Pero mientras ellos dos discutían así no vieron llegar a alguien más, alguien que llegó a espaldas del de cabellos dorados.

--Shaka.

--¡Shura!

--¿Qué está pasando Shaka?

--Shura yo...

--Tenías que saber la verdad-dijo Saga -Shaka y yo nos amamos.

--Eso no es verdad-dijo de inmediato el rubio.

--Lo es, por eso hicimos el amor en cuanto nos vimos de nuevo en la reunión de la escuela y él ni siquiera te mencionó.

El rubio se quedó sin palabras, el de ojos oscuros estaba muy dispuesto a callar al de cabellos azules pero al ver la expresión de su compañero, como de secreto revelado, tuvo que preguntar lo que no deseaba preguntar.

--¿Es verdad?

--Shura...no fue así...yo...

Al de cabellos oscuros le hubiera bastado con un No, la palabra de Shaka hubiera sido su verdad pero verlo confundido, balbuceando, tratando de explicarse lo que sin duda no podía explicarle fue su respuesta.

--Así que todo es cierto-dijo con amargura el de cabello oscuro recordando el mensaje que le habían enviado-No has dejado de verte con él desde que se reencontraron.

Sin más el de mirada oscura se dio vuelta y se fue.

--Shura...

--Es mejor que lo sepa Shaka-dijo Saga.

Pero el de cabellos dorados no pensó en nada en ese momento que no fuera alcanzar a su compañero, hablarle, hacerle entender, decirle la verdad, se fue tras él sin que le importara nada más y todos con los que trabajaba vieron la escena.

Cuando Shaka alcanzó a Shura ya estaban en su departamento, en la recámara y el de cabellos oscuros tenía una pequeña maleta abierta sobre la cama mientras guardaba aprisa algunas de sus cosas.

--Shura, por favor, tenemos que hablar.

Pero no parecía que el de mirada oscura quisiera ni estuviera dispuesto a escucharlo.

--Fue un error Shura, te juro que sólo fue un error.

--¿Error?-preguntó el de cabellos oscuros cerrando su maleta-Error es sumar mal Shaka, no acostarte con otro en mi ausencia.

--Tienes que escucharme, esto no es lo que piensas.

--No tengo humor para escucharte.

--Pero Shura...

--Te acostaste con él, lo convenciste de mudarse aquí, se escribían y se enviaban mensajes, comes con él y todo a mis espaldas. No soy tu idiota Shaka.

--No fue así Shura...

Pero el de ojos oscuros no escuchó nada más, con su maleta en la mano se fue sin mirar atrás.

El rubio no tuvo fuerzas para seguirlo, se quedó así, desolado y solo.

Unos minutos después escuchó que llamaban a su puerta pero también supo de quien se trataba.

--Shaka, tenemos que hablar.

Se trataba de Saga pero el de ojos azules no respondió, no podía moverse y no tenía la menor idea de que hacer.

 

 

Durante las siguientes horas Saga trató de hablar con Shaka pero el rubio lo ignoraba, estaba mucho más ocupado intentando hablar con Shura quien sin duda no quería hacerlo.

Pero las cosas no terminaban ahí.

Cuando el de cabellos dorados se presentó de nuevo en su trabajo no tardó en darse cuenta que los demás lo miraban, aún comentaban sobre la escena que se había dado en el lugar pero procuró ignorarlos; sin embargo cuando estaba a solas en su oficina alguien se presentó.

--¿Todo bien Shaka?

--Todo está bien Camus.

--Me da gusto saberlo.

--¿Necesitas algo?

--Tan sólo saber como estabas.

Diciéndole eso se acercó a él.

--Si necesitas de algo o de alguien con gusto te ayudaré.

Pero diciéndole eso acarició el rostro del rubio quien de inmediato lo rechazó.

--No necesito nada y mucho menos de ti Camus-dijo con molestia.

--Vamos, no seas tan arisco.

Con eso el de cabellos azules se le acercó de nuevo e intentó besarlo pero el rubio lo apartó y lo abofeteó con fuerza. Camus se acarició la mejilla y miró directamente al otro.

--Como si no supiéramos ya todos aquí lo que en verdad eres Shaka, estabas con dos hombres a la vez ¿Desde cuando tienes tanta dignidad?

Shaka lo abofeteó de nuevo y eso terminó de disgustar al de cabellos azules.

--Es el último día que trabajas aquí Shaka. Recoge tus cosas.

--No tienes derecho...

--Los jefes sólo necesitan saber de tu lío con dos hombres a la vez y asunto arreglado.

El rubio ya no pudo ni hablar pero el otro continuó.

--Para la tarde ya no debe haber nada tuyo aquí.

Salió dejando solo al rubio que sintió que el mundo se le venía encima.

Shaka tomó la primera caja que tuvo a la mano procurando contener sus lágrimas, metió sus cosas tan velozmente como pudo y dejó la oficina pero no sin darse cuenta de la manera en que los demás lo observaban. Llegó a su automóvil y se marchó.

Cuando llegó a su departamento el de ojos azules estaba dispuesto a llorar pero no lo hizo, vio un automóvil estacionado y se dio cuenta que era el de Shura, bajó del vehículo y subió aprisa, encontró al de cabellos oscuros en la habitación tomando algunas de sus cosas.

--Shura.

Se sentía tan contento de verlo, quería tanto que lo estrechara en sus brazos y sentirse protegido de todo lo que había sucedido en esos días pero el de cabellos oscuros no le prestó demasiada atención, ni siquiera lo miraba.

--Creí que no estarías Shaka, vine por otras de mis cosas.

Diciendo eso salió de la habitación pero el rubio lo siguió.

--Esto no puede seguir así Shura.

Pero el de ojos oscuros no le respondió.

--Shura...

Cuando el que llevaba su maleta abrió la puerta vio a Saga frente a él, el de cabellos azules sonrió.

--¿Ya está listo Shaka?

El de cabellos oscuros hizo un gesto de repugnancia y se fue.

--Déjanos en paz-le dijo a Saga Shaka directamente-Déjanos en paz.

Salió corriendo tras Shura dejando la puerta abierta, el de cabellos azules vio las llaves de repuesto en una mesita y las tomó.

El de cabellos dorados alcanzó al de ojos oscuros hasta el estacionamiento, Shura había metido su maleta en el asiento de atrás y se disponía a irse.

--Tienes que escucharme Shura.

--No tengo humor para esto.

--Por favor...

El rubio quiso acercarse pero el otro al sentirlo cerca no lo soportó y lo empujó con fuerza, aunque no fue su intención Shaka cayó contra su vehículo golpeándose en el rostro contra el espejo, abriéndose la ceja. Se quedó muy quieto de rodillas en el lugar, sin poder hacer nada, sólo hasta que sintió la sangre correrle por la cara reaccionó y volvió con pasos lentos a su departamento. Pero una vez en ese sitio alguien seguía ahí. Y no quería verlo.

--¿Qué te sucedió Shaka?-preguntó tratando de acercarse.

--Lárgate Saga -dijo en un siseo--¡Lárgate!

--Cuando te calmes hablaremos.

El de ojos verdes se fue pero no por darse por vencido. El rubio mientras tanto se convencía que su mundo se había derrumbado.

 

 

Durante los días de esa semana Saga había estado llamándolo y tocaba a su puerta pero el rubio no respondía a eso, se mantenía desesperado por el silencio del de cabello oscuro. Terminó decidido a finalizar con ese asunto de Saga antes que nada. Salió aprisa de su casa y fue directamente a la policía, solicitó hablar con alguien por una denuncia de acoso y lo atendió un hombre castaño rojizo de ojos verdes.

--Buendía, soy el detective Dohko ¿Dijo que se trata de una denuncia?

--Así es.

En pocos minutos el joven rubio le contó lo sucedido en las semanas pasadas, que Saga se había mudado al departamento continuo, que lo llamaba, le enviaba mensajes, también flores, como intervenía en su vida y que no podía soportarlo más.

--Este hombre, Saga -dijo el detective-¿Fue quien le hizo eso?

--No-dijo el rubio cubriendo su herida con la mano-Esto fue un accidente.

--Puede que sea insistente pero nada de lo que ha hecho o dicho resulta delictivo.

--Me está arruinando la vida.

--En sus mensajes parece que lo saluda y que está preocupado por usted, no hace amenazas ni nada que se le parezca. No hay nada que juzgar.

--¿No van a hacer nada?-preguntó Shaka.

--Lo lamento, con esto no hay nada que podamos hacer.

El de ojos azules no parecía creerlo y se levantó para marcharse.

--Será mejor que me vaya.

--En verdad lo lamento-dijo el detective.

El rubio salió aprisa de la sala en la que había estado, tanta que chocó accidentalmente con alguien.

--Lo lamento-dijo el de ojos azules.

--No importa... ¿Shaka?

El joven observó a quien le preguntaba, era un hombre de cabellos y ojos azules que de alguna manera no le resultaba un desconocido pero no estaba seguro de reconocer porque sabía su nombre.

--Claro que eres Shaka, apenas si has cambiado.

Pero el rubio no terminaba de ubicarlo.

--Soy Milo, estudiamos en la misma escuela.

--Milo, ahora te recuerdo.

Casi se alegró de verlo, era verdad que habían estudiado juntos, Milo siempre había sido uno de los muchachos más alegres y bromistas de la escuela, no fueron precisamente amigos pero siempre le había resultado simpático.

--Que gusto verte Shaka.

--Gracias Milo. No te vi en la reunión de la escuela.

--Es que preferí no asistir ¿Todo bien? ¿Por qué estás aquí?

--Por...no importa ya ¿Qué haces tú aquí?

--Trabajo aquí.

--¿Eres policía?

--Soy detective ahora.

--Que bien.

--Tal vez un día podamos vernos y charlar Shaka.

--Si, quizás, tengo que irme.

--De acuerdo.

El de cabello azul lo vio alejarse pero se dio cuenta de inmediato que ese muchacho rubio se veía mal.

A solas en su departamento Shaka miró alrededor el lugar, estaba solo sin Shura, terminó por sentir que su vida había sido maravillosa pero la había perdido por si mismo.

 

 

El de ojos azules había permanecido recostado en un sofá, no tenía interés ni ánimo para nada así que no encontraba ningún sentido en moverse de donde estaba, permanecía con los ojos cerrados cuando escuchó que la puerta se abría, se incorporó despacio y un instante después vio a quien entraba.

--Shura.

--Creí que estarías trabajando a esta hora-dijo el de cabellos oscuros.

--Me despidieron-reconoció el rubio.

--Sólo vine por algunas cosas que necesito.

Sin más fue a uno de los armarios buscando por lo que iba, no quería estar más tiempo ahí, con él; Shaka se acercó suavemente, casi como si buscara no molestar al otro pero de todas maneras le habló.

--Nunca quise engañarte Shura, fue una equivocación.

El otro seguía buscando.

--No quiero perderte, te amo.

Y fue todo lo que pudo decir, en ese momento no pudo resistirlo más y empezó a llorar, no podía más. El de cabello oscuro encontró lo que buscaba y estaba dispuesto a irse pero al llegar a la puerta no la abrió, se quedó ahí un par de segundos y regresó al lado del de cabellos dorados.

--Shaka...

Pero el de ojos azules sólo lloraba.

--No puedo dejarte, no quiero perderte, te amo Shaka.

Lo abrazó suavemente pero el otro lo estrechó con fuerza llorando aún más.

--Vamos a estar bien, lo vamos a lograr.

Le decía Shura mientras acariciaba su cabello.

Pasaron unos largos momentos hasta que el de ojos azules logró tranquilizarse y entonces pudieron hablar.

--En verdad lo siento Shura, no quise engañarte ni mentirte pero...

--Está bien, está bien.

--Te amo Shura, te amo tanto.

--Lo sé, yo también te amo.

--Han pasado muchas cosas y yo tan sólo quería esto, que volvieras a estrecharme entre tus brazos.

--Quiero que hagamos un viaje Shaka.

--¿Adonde?

--Pues...tú siempre has querido conocer la India.

--Pero no podemos ahora, aún pagamos el departamento y yo no tengo trabajo.

--No importa, sólo quiero que nos calmemos y que estemos juntos, lejos de todos estos problemas ¿Qué me dices?

--Que si.

Sonrieron y se besaron con dulzura.

--Parece que no has descansado mucho Shaka-dijo el de ojos oscuros acariciando su rostro.

--No, no he podido.

--¿Qué te parece si dormimos unos minutos? Cuando despertemos pensaremos en todo lo de este viaje.

--Muy bien Shura.

Sin soltarse como si temieran volver a separarse ambos fueron a su recámara y se acostaron, aún tardaron en dormir unos momentos pero lo consiguieron, increíblemente fue el sueño más tranquilo que ambos hubieran compartido desde que Saga hiciera aparición en sus vidas. Cuando despertaron pudieron hablar con más libertad, no fue del todo sencillo pues lo primero fue que el rubio deseaba explicarse con su compañero, le dijo la verdad, toda la verdad con respecto a Saga, se había equivocado pero lo amaba y no quería perderlo. Shura lo escuchó y no fue sencillo hacerlo pero amaba a ese joven rubio y eso le dio la fortaleza para resistirlo y la sabiduría para entender que fue un error y que estaba dispuesto a salir adelante con él a su lado.

 

 

Parecía que Saga había desistido de todo pues no lo habían visto ni habían escuchado nada de él, con esa buena noticia ambos estaban preparándose para su viaje, planearon el itinerario y vieron lo referente a los trámites para ir al extranjero.

--¿Tienes los boletos?-preguntaba Shaka.

--Todo eso está listo-dijo Shura-La agencia se encargó, falta lo de los pasaportes.

--Yo me encargo, voy a la embajada en este momento.

--¿Crees que no habrá problemas?

--Claro que no.

Se dieron un beso y sonrieron, todo estaría bien, confiaban en eso.

--Te amo-dijo Shaka.

--También te amo-dijo Shura.

Se besaron una vez más y el rubio salió, dejando solo al de cabellos oscuros.

Mientras su compañero estaba fuera por lo de la embajada Shura se decidió a hacer algunas tareas más, primero de su departamento y después de su equipaje, parecía que todo estaba listo y se quedó escuchando algo de música mientras el otro regresaba pero a mitad de su descanso empezó a llamar su teléfono, lo tomó y contestó.

--¿Diga?

De inmediato reconoció la voz del otro lado de la línea y se enfureció.

--¿Qué buscas de nosotros?-preguntó enfadado.

Tres segundos después apagó el aparato y salió corriendo de su departamento subiendo las escaleras hacia el quinto piso muy dispuesto a terminar con ese asunto de una vez por todas, al llegar delante de la puerta de Saga vio que estaba abierta y entró, no veía al de cabello azul por ninguna parte y descubrió que la puerta de cristales que llevaba al balcón estaba abierta así que fue al lugar que se dirigió.

El de los ojos azules manejaba de regreso de muy buen humor, estaba sonriendo, de nuevo su vida estaba bien, tenía a Shura y habían solucionado las cosas entre ellos, cuando volvieran del viaje buscaría trabajo otra vez y estarían bien, estaba seguro de eso. Pero cuando estaba por entrar al estacionamiento vio que había varias personas en el lugar y distinguió servicios de emergencia y patrullas de la policía, tuvo que apearse y al irse acercando un uniformado lo detuvo.

--No puede pasar-dijo el policía.

--Yo vivo aquí-dijo el rubio--¿Qué sucedió?

En ese momento uno de los detectives se acercó y le resultó conocido.

--¿Qué ocurrió?-preguntó de nuevo el rubio.

--Alguien se arrojó de uno de los balcones de este edificio-le respondió Dohko.

--¿Quién?

--Lo estamos identificando, quizás lo conozca, el único balcón abierto es el del cuarto piso.

--No.

Shaka no podía creer semejante historia y haciendo a un lado a cualquiera que quisiera interponerse logró ver a quien estaba sin vida en el pavimento: era Shura.

Las averiguaciones no dijeron mucho, el único balcón abierto era el del cuarto piso a pesar que Shaka les aseguró que ellos jamás abrían esas puertas, no había señales de lucha ni de ninguna otra persona que no fueran los mismos Shaka y Shura, todo indicaba que se había arrojado. Fue declarado suicidio. No importaba que el de ojos azules dijera que eso era imposible, ellos tenían planes de hacer un viaje, las cosas se habían solucionado entre ambos pero la policía sabía que a veces a la gente le costaba aceptar ese tipo de cosas.

El sepelio se llevó a cabo y Shaka no podía creer lo que estaba pasando, simplemente no entendía lo que ocurría.

Esa misma noche mientras trataba de descansar pero sin lograrlo llamaron a su puerta, al abrir se encontró con Saga que llevaba flores.

--Lo siento Shaka-dijo el de ojos verdes-Pero sin Shura aquí aún puedes hacer tu viaje a la India, podemos ir juntos.

Shaka cerró la puerta de golpe pero sintiendo un profundo miedo ¿Cómo había sabido Saga de ese viaje? No pudo ni dormir esa noche pero se convenció de algo, no sabía cómo pero estaba seguro que lo de Shura no había sido un suicidio.

 

 

--Milo, te llaman.

--Gracias.

Esa mañana para el de cabellos azules le pareció que era como cualquier otra mañana pero le sorprendió un poco saber quien le hablaba.

--Detective Milo.

--Soy Shaka.

--Hola Shaka ¿Cómo estás?

--Necesito hablar contigo ¿Tienes tiempo?

--Pues...podría hacerte un tiempo ¿Qué es lo ocurre?

--No te lo puedo decir por teléfono, prefiero que sea en persona.

--Bien, si quieres venir a la comisaría te espero.

--Iré de inmediato.

El de cabellos azules no estaba seguro de lo que pasaba pero estaba dispuesto a enterarse.

Shaka llegó media hora después y de inmediato preguntó por él, como Milo lo esperaba no tardaron en reunirse.

--¿Qué pasa Shaka?

--Necesitaba hablar contigo Milo.

Los dos se encontraban en una pequeña cafetería de la misma comisaría, sin duda el rubio estaba decaído y el otro hombre esperaba.

--Supe lo de tu pareja Shaka, lo lamento.

--He estado pensando en algo Milo-dijo directamente el de cabello dorado-Hace tiempo que alguien me acosa.

--¿Quieres hacer una denuncia?

--Ya lo intenté pero me dijeron que no había pruebas de un acto criminal.

--¿Qué cambió?-preguntó el de cabello azul.

--Creo que Saga me está espiando. No sé como pero lo hace.

--¿Saga ?-preguntó sorprendido Milo--¿El hermano de Kanon?

--Si.

Milo guardó silencio por unos instantes, recordaba perfectamente a Saga.

--Sé que no tengo pruebas Milo pero lo hace.

Le contó en unos momentos todo lo sucedido, incluso lo que le dijo del viaje a la India.

--No es suficiente Shaka.

--No sé que más hacer Milo.

--Escúchame por favor y te pido que sigas este consejo: aléjate de Saga. Así debas irte a otro sitio tienes que alejarte de él.

--¿Por qué debo ser yo?-preguntó el rubio-Es él quien me acosa.

El de cabellos azules se quedó pensativo pero terminó decidiéndose.

--Creo que es mejor que sepas algo Shaka, nunca hablé de esto con nadie pero es mejor que estés informado.

El rubio aguardaba por lo que le diría.

--Como supongo recordarás que Kanon y yo éramos muy amigos en la escuela, así que podía ir a su casa con frecuencia, las habitaciones de él y la de Saga estaban juntas y bueno, Saga te quería mucho, estaba como loco por ti.

--Porque éramos novios.

--Era más que eso, un día Kanon y yo descubrimos que Saga tenía un altar tuyo.

--¿Qué?

--Si, lo descubrimos en el ático de su casa, estaba como escondido pero tenía fotografías tuyas y ropa y varias cosas más. Saga nos encontró ahí y no se lo tomó muy bien.

--¿Qué estás diciendo Milo?

--Con los años he penado en lo que sucedió Shaka, no creo que lo sucedió con Kanon fuera como lo dijeron.

Los dos guardaron silencio pero el de cabellos azules prosiguió.

--Cuando encontramos eso en el ático Saga se puso furioso, Kanon se burló y Saga nos gritó que nadie tocaba lo que era suyo. Al día siguiente cuando regresé de la escuela encontré sobre mi cama una rata muerta, la verdad me asusté y fui a buscar a Kanon para contarle, sus padres estaban en casa y me recibieron pero antes de llamarlo escuchamos una pelea desde la parte alta, recuerdo que después escuchamos un grito y vimos caer a Kanon por la ventana, de inmediato salimos y él...bueno él había fallecido. Pero eso no fue todo-se tomó unos momentos para seguir pero lo hizo-Cuando su padre entró de nuevo a la casa para llamar a las autoridades yo lo seguí, Saga venía bajando las escaleras y su padre al verlo le preguntó algo, le dijo ¿Qué fue lo que hiciste Saga? Como recordarás lo siguiente fue muy aprisa, apenas si esperaron para sepultar a Kanon y ellos se fueron, no dejaron que Saga hablara con nadie y hasta ahora nunca había escuchado de él de nuevo.

Los dos callaron pero el rubio lo miraba incrédulo.

--Nunca hablé de esto con nadie Shaka, quizás por ser demasiado joven o por no querer entender lo que ocurrió.

--¿Qué crees que pasó en realidad Milo?

--No lo sé pero sé que algo ocurrió entre ellos dos. Kanon no cayó por la ventana de su habitación sino de la de Saga y lo que dijo su padre al verlo...Supongo que de cierta manera fue algo que me orilló a ser policía.

El de cabellos dorado sintió una duda formarse en su interior y tuvo que expresarla.

--¿Saga pudo empujar a Shura por el balcón?

--No lo sé pero si ya revisaron la escena y no encontraron evidencia de alguien más en el lugar no se puede probar.

--¿Y si lo hubiera empujado desde su balcón?

--No hay nada que nos permita hacer esa acusación ni averiguar en su departamento, aún de hacerlo y si fuera cierto con seguridad ya limpió cualquier prueba que pudiera haber en su contra. Además ¿Cómo abriría Saga la puerta del balcón de ustedes? Necesitaría tener llaves.

Shaka permaneció en silencio pero el detective le habló.

--Aléjate de él Shaka ¿No hay alguien con quien puedas quedarte?

--No pero puedo ir a un hotel.

--Si necesitas algo-dijo extendiéndole una de sus tarjetas-Puedes llamarme.

--Gracias-dijo el rubio tomándola.

Pero al despedirse Shaka sentía que ya sabía lo que debía hacer.

 

 

Shaka había pasado encerrado en su departamento un día completo sin moverse, tan sólo pensaba en algo y cuando llego a una conclusión se dispuso a llevarla a cabo. Sin más una mañana sacó una de las maletas que ya tenía preparada para su viaje a la India, cambió algunos de los artículos que llevaba y la bajó a su automóvil. No le extrañó que al regresar a su departamento Saga estuviera en la puerta.

--¿Qué estás haciendo Shaka?

Pero el rubio no le respondió, lo ignoró simplemente y cuando el de cabellos dorados salió con otra maleta lo siguió al estacionamiento.

--¿Qué sucede Shaka? ¿Adonde vas?

Pero el de ojos azules siguió sin decirle nada. Cuando llegaron al departamento el de cabellos azules no permaneció fuera sino que lo siguió al interior.

--¿Qué haces?-preguntó con más fuerza el de ojos verdes--¿Adonde vas?

--No te incumbe-dijo finalmente Shaka.

--No nos hagas esto-dijo Saga -Sabes bien que somos el uno para el otro, siempre lo hemos sido.

--No es verdad.

--Si, lo es, yo no he amando a nadie más que a ti.

Shaka soltó la maleta y se quedó quieto como si fuera a llorar.

--Vete Saga.

--No puedes irte Shaka.

--¿No? ¿Qué harás si lo hago? ¿Lo que hiciste con tu hermano? ¿O lo que hiciste con Shura?

--No sé de que hablas.

--Lo sabes, claro que lo sabes, deja de fingir, al menos frente a mí ten el valor de aceptar lo que hiciste.

Saga guardó silencio por unos segundos pero respondió.

--No tenían derecho a intervenir entre nosotros.

--Vete Saga.

--Tienes que entenderlo...

--¡Vete!-gritó el rubio arrojando un jarrón contra la pared--¡Déjame en paz! ¡Sólo déjame en paz!

En ese instante tomó la maleta de nuevo como si fuera a irse pero Saga lo sujetó por los brazos haciendo que la soltara y como el rubio trataba que lo soltara lo aprisionó con fuerza.

--Tienes que escucharme Shaka...

--¡No! ¡Vete! ¡No me toques!

--No puedes irte, todo lo que he hecho lo he hecho por ti, para estar a tu lado, para que estemos juntos como siempre ha tenido que ser.

El de ojos azules logró zafarse de su agarré y lo arrojó con fuerza contra una mesita en el lugar que tenía un florero, ambas piezas cayeron y los dos se miraban con intensidad.

--Yo te amo como nadie podrá amarte Shaka, nadie en todo el mundo podrá amarte como yo.

--Shura me amaba.

--No como yo.

--Pero yo lo amaba-dijo llorando-No puedo vivir sin él.

--Ahora sin él podemos ser felices Shaka.

Cuando intentó acercarse el rubio hizo caer una especie de estante entre ambos y siguió retrocediendo lentamente con cuidado.

--Sin Shura no puedo vivir-dijo el rubio como mirando al vacío-Sin Shura no quiero vivir.

--Shaka...

--Ahora sé lo que debo hacer.

--Shaka...

--Voy a estar con él, voy a reunirme con él, tú nunca podrás separarnos de nuevo, no puedes evitar que esté con Shura...

Sin más el rubio lloraba al mismo tiempo que corrió.

--¡Shaka!

Lo siguió pero el rubio fue más rápido y lo escuchó cerrar con fuerza la puerta del baño. Trató de abrirla pero tenía seguro.

--¡Shaka! ¡Shaka!-lo llamaba a gritos.

Pero no se escuchaba nada del interior, nada hasta que le pareció oír frascos cayendo al suelo y un espejo romperse, tuvo miedo de lo que el de cabellos dorados haría encerrado en ese sitio y siguió llamándolo.

--¡Shaka! ¡Abre la puerta Shaka!

Al seguir sin respuesta empezó a golpear la puerta y a patearla, así que la entrada terminó cediendo y pudo entrar pero exactamente en ese momento Shaka gritó, después todo fue silencio.

 

 

--¿Qué sucedió?-preguntó Milo llegando al departamento.

--Hay un muerto-le informó uno de los uniformados.

En ese momento se le acercó Dohko.

--Milo.

--¿Qué ocurre Dohko? ¿Por qué me llamaron?

--Encontramos una de tus tarjetas en el lugar ¿conoces a alguien aquí?

--Si ¿Puedes decirme que pasó?

--Un muerto, ya te lo dije, aún no establecemos del todo las causas.

--¿Quién?

En ese instante justamente estaban por trasladar el cuerpo y ambos hombres lo vieron, el de cabellos azules lo reconoció.

--El otro fue quien llamó a emergencias-le informó Dohko.

--¿Podemos hablar con él?

--Aún lo están atendiendo los paramédicos, se encontraba muy mal cuando llamó y cuando llegamos no estaba mejor.

En ese instante dos uniformados se acercaron y les informaron algo.

--Tal vez quieran ver esto.

Ambos hombres los siguieron al departamento de arriba y entraron.

--Estaba abierto-dijo uno de los uniformados.

--Parece que tenía mucho interés en un sólo tema-les dijo el otro.

Observaron el lugar, estaba rodeado de cosas que hacían referencia a Shaka, cuando entraron a la recámara principal se convencieron que parecía un altar al rubio, Milo no pudo sino recordar el que él mismo había visto años atrás, ese sin duda era más grande; después encontraron en la habitación de junto lo que parecía un sistema de vigilancia, había pantallas que mostraban el departamento de abajo.

--Tenía razón-dijo Dohko-Lo estaba acosando.

--Será mejor ver si podemos hablar con él-dijo Milo.

Cuando regresaron abajo después de acordonar la zona se encontraron con uno de los paramédicos.

--¿Cómo está?-preguntó Milo.

--Cuando llegamos estaba completamente histérico-les dijo el paramédico-El otro ya estaba muerto y no podíamos hacer nada, así que mejor lo atendimos a él. Está más tranquilo, no está herido pero tiene unas marcas, parece que hubo pelea.

--Gracias-dijo Dohko.

En ese momento ambos se acercaron al que permanecía sentado en el lugar con la mirada como perdida.

--¿Podríamos hacerte unas preguntas?-preguntó Dohko.

--Si-respondió el joven delante de ellos.

--¿Qué sucedió?

--Yo lo maté.

Por unos instantes se hizo silencio pero Milo decidió continuar.

--¿Qué pasó?

--Nunca quise que esto pasara-dijo el joven.

--¿Podrías decirnos qué sucedió?

Observaban al joven, tenía manchas de sangre como si le hubiera salpicado y aún aguardó para hablar, cerró los ojos y respiró, pero finalmente lo hizo.

--Iba a irme a un hotel-comenzó Shaka-Saga se presentó de pronto, le dije que se fuera pero no lo hizo, discutimos y el se enojó porque lo corrí-el rubio guardó silencio por unos segundos pero continuó-Me sujetó por los brazos con fuerza, me dijo que si no era suyo no sería de nadie-el tono de su voz bajó antes de seguir-Logré soltarme y corrí al baño para protegerme de él pero Saga me siguió y empezó a golpear la puerta y me gritaba y yo estaba asustado...muy asustado...--su voz se volvió ahogada en ese momento-Sólo quería que se fuera...sólo...pero él logró entrar y me veía de una manera que...dijo que antes muerto que dejarlo...iba a matarme...iba a hacerlo...--cerró los ojos tratando de controlar su angustia-Sólo quería que se fuera, que me dejara en paz pero lo maté.

Los dos detectives lo observaron, parecía aún muy afectado con lo sucedido.

--Hablaremos de nuevo-dijo Dohko-Pero debe rendir su declaración en la comisaría.

El rubio dijo que si de un movimiento y los otros dos se alejaron un poco.

--¿Qué opinas?-preguntó Milo.

--Estaba asustado, yo sabía eso, con lo de su departamento sin duda el otro lo espiaba y lo acosaba.

--Parece que fue defensa propia.

--Hablé con los vecinos antes de que llegaras, me dijeron que escucharon que peleaban, parece que le decía que se fuera, además la puerta del baño fue abierta a golpes.

--Tenía razones para estar asustado.

--Si, creo que sólo se defendió.

Se hizo una investigación por ley pero lo que arrojaba indicaba a una dirección. El hogar de Saga estaba lleno de imágenes de Shaka, lo espiaba, incluso encontraron que aparte de las cámaras había logrado conectar un micrófono al piso de abajo pero no lo había grabado, así que veía y escuchaba lo que hacían; si no bastara encontraron un tipo de programa espía en una de sus computadoras con el que sabía lo que consultaba el rubio y su compañero, también encontraron un juego de llaves que era del departamento de abajo. Si eso no hubiera sido suficiente el de cabellos azules llevaba unos diarios, todos sobre Shaka, cuando escribió de Shura fue diciendo que era un estorbo y cuando murió escribió que ya no estorbaría más. Eso y que Shaka y él siempre estarían juntos. El reporte de la revisión del rubio dijo que tenía marcas en los brazos indicando que lo había sujetado con fuerza y toda la escena indicaba que había habido una pelea. Dos detectives estaban al tanto que el de ojos azules tenía miedo, no parecía sino haber una respuesta a eso.

La policía no tardó en declarar que había sido defensa propia.

 

 

Aún cuando el tiempo pasó las cosas siguieron pero algunas cuestiones aún estaban sin concluir. El departamento que había ocupado Saga seguía vacío, cuando alguien intentaba llegar ahí y se enteraba de lo sucedido al anterior dueño se cerraba cualquier negociación. Shaka también había cambiado, aquel joven rubio que había sido se esfumó, seguía viéndose igual por fuera pero era como si la vida se apagara en él. Aún vivía en el mismo lugar y tenía otro trabajo pero no parecía que le importara mucho en realidad.

Iba con tanta frecuencia como le era posible a la tumba de Shura, cuidaba que tuviera flores y estuviera limpia, de hecho parecía ser el único lugar que le importaba de verdad, generalmente estaba callado ahí pero a un año de su deceso parecía ser el momento de discutir lo ocurrido.

--Tuve que hacerlo Shura ¿Lo comprendes? Tenía que hacerlo.

Ese día que Saga murió fue verdad que el de cabellos azules fue tras él, que abrió la puerta a golpes por no escucharlo a él y cuando lo hizo fue cuando Shaka gritó, un grito entre dolor y rabia, ya tenía en la mano la navaja de Shura y cuando lo vio acercarse la clavó en su cuello sin vacilar, cortando la carótida del otro, lo vio caer al suelo y como corría la sangre, permaneció ahí de pie por unos instantes temblando hasta que se convenció que estaba muerto, respiró con profundidad tratando de recuperarse, cuando pudo moverse finalmente salió de la habitación, tomó el teléfono y llamó a emergencias.

--Nos separó Shura, fue su culpa, él te alejó de mí, no podía seguir vivo después de eso, no lo iba a permitir ¿Lo comprendes? ¿Verdad que lo entiendes? Shura...mí Shura...

Shaka lloraba pero no creía siquiera entenderse a si mismo, nunca se imaginó que fuera capaz de hacer algo así y sin embargo lo había hecho. Sus motivos pudieran ser entendidos o no pero no importaba, ya no. Lo único que le importaba era seguir cerca de ese sitio en el que descansaba todo cuanto sentía que aún quedaba de humano en él. Pero ante la tragedia y el dolor así como la pérdida incluso las mejores personas pueden descubrir lo siniestro en su interior.

 

 

FIN

 

 

 

Notas finales:

Espero que les gustara.

La semana que entra aún no me decido por cual subir, tal vez sea una sugerencia o puede ser otro fic, quizás un DM con Camus o un Dm con Aioria que se quedó pero aún no me decido.

Espero que suba el que suba les guste.

Atte. Zion no Bara


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