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Lo que es Mío por Zafira

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Notas del capitulo:

Ya tenia el capi listo, ando media engripada y por tanto un poco decaida... estoy escribiendo el final de uno de mis fic jajaj si sigo asi, realmente no se cual sera el desenlace del pobre... no odien a Conrad... por que a mi realmente me encanta jajaja

Capítulo 3º: Pesadilla


La verdad odiaba verlo tan débil, sin embargo era necesario… su mente aun no deseaba pensar en las consecuencias de sus actos, la verdad lo único que realmente le inquietaba era la reacción de Gwendal, sabía que Yuuri probablemente sólo se molestaría un poco por el engaño… aunque, el pensamiento de seguir con el engaño indefinidamente era muy tentador… tener a Wolfram exclusivamente para él… pero ese era algo que el menor no le perdonaría… aunque en fin, todo lo que estaba haciendo era algo que probablemente el orgulloso mazoku, no le perdonaría nunca.


¡Señor, todo está listo! – Yozak miró fijamente a su capitán, esperaba que en cualquier momento recapacitara… realmente deseaba que lo hiciera…


¡Bien… ¿él esta…?! – Conrad se acomodó su traje…


¡Ya está listo también… pero… ¿realmente lo harás así… con él en ese estado?! – el peli naranja comenzaba a dudar, no podía evitarlo, conocía bien al mazoku más joven… aquello iba a enfurecerlo, y él sabía que su amigo no iba a poder mantenerlo mucho tiempo sedado.


¡Pero él estará consciente…! – susurró y una sonrisa un tanto fría adornó su rostro… - ¡Solo que por más que maldiga, reniegue y grite a todos los cielos que no está de acuerdo… sólo mi voluntad prevalecerá! – cerró el castaño poniéndose muy serio.


Wolfram recuperó lentamente la consciencia… se encontró en una habitación diferente, se observó en un gran espejo que se alzaba en un rincón de la habitación… él estaba vestido de manera muy elegante, eso ya no le estaba gustando, su hermano estaba actuando de manera extraña… se puso de pie y a paso lento se dirigió hacia la puerta, debía salir de ahí… debía hallar una manera de comunicarse con Gwendal y con Yuuri.


Cuando abrió las puertas se topó con un hombre mayor, aparentaba la edad de su hermano mayor, cuando lo miró sonrió… no podía leer con claridad qué significaba aquel brillo en su mirar…


¡Mi príncipe… su majestad lo espera! – Wolfram retrocedió un paso… esa voz era la que había escuchado poco antes de desmayarse…


¿Quién es usted? – murmuró y el hombre sonrió con benevolencia…


¡Banred Adler, a su disposición! – el mayor hizo una reverencia… - ¡Soy consejero de su majestad… y vengo a escoltarlo!


¿Escoltarme… dónde? – el rubio se sentía renuente a acompañar al hombre, pero al pensarlo mejor… “¡Quizás pueda aprovechar esto!”…


¡Sígame, por favor…! – el mayor indicó el camino a seguir… Wolfram miró con curiosidad a todas direcciones, aún no se sentía del todo bien, pero al menos podía moverse…


Siguieron caminado hasta lo que parecía ser la entrada de una capilla, dudó un instante pero unos guardias que aparecieron a sus espaldas le impidieron huir… se sentía molesto… “¡Definitivamente Weller va a escucharme!”… al ingresar pudo constatar que en definitiva, era una capilla… vislumbró a su hermano en el centro, estaba vestido muy formalmente, Yozak lo acompañaba y él también se veía elegante… “¡Un sacerdote…acaso…!”… sonrió ante la idea que acababa de formársele… miró confuso a su hermano y luego al peli naranja…


¿Es una boda? – preguntó al fin sonriendo… no podía creer que al fin su hermano se había decidido… y aunque no le gustaba mucho el espía, lo único importante eran los sentimientos de su hermano.


¡Así es…! – murmuró el castaño, dirigiéndole una mirada a su consejero… - ¿Cuántos testigos son necesarios?


¡Dos son suficientes, majestad! – respondió el mayor, cerrando la puerta…


¿Por qué simplemente no me lo dijiste, Weller? – Wolfram sonrió abiertamente, todo su mal estar había desaparecido… se sentía muy alagado de que su hermano lo tuviera en cuenta para ser testigo en su boda.


Conrad casi podía leer los pensamientos de su hermano… no le gusto que lo llamara de aquella manera tan fría, eso le hizo ratificarse en su objetivo… aunque le tomara tiempo, ya que su hermano había decidido ya no llamarle coni-chan o siquiera llamarle Conrad… entonces tendría que referirse a él, como esposo…


¡Acércate… es mejor comenzar ya! – el castaño extendió su mano… el rubio pareció dudar, más terminó aceptando… miró un tanto confundido el hecho de que su hermano lo hubiera colocado a su lado, aunque no dijo nada al respecto.


¡Estamos aquí reunidos….!


---


Su mente tardó en procesar las palabras de aquel hombre… miró en dirección a su hermano, este no hizo gesto alguno de rectificar al hombre, intentó retroceder, más fue detenido por el que pensaba sería el que se casaría con el castaño…


¿Qué significa esto…? – murmuró… - ¡Weller! – esta vez la voz del menor sonó a advertencia - ¡No me resulta divertido esto!


Conrad miró en dirección a su asesor… este asintió y de su bolsillo quitó un objeto… casi al instante el rubio sintió que sus fuerzas lo abandonaban, miró en dirección a su hermano… no podía creer que aquello estaba sucediendo.


¡Yo acepto! – dijo con firmeza el soberano de esas tierras… y aún observando que el oji esmeralda negaba con la cabeza, acotó - ¡Y él también!


¡NOO! – gritó el joven, y se deshizo del agarre del peli naranja… - ¡Yo no acepto! – exclamo con firmeza.


¡Por los poderes que me confiere la Iglesia… los declaro esposos!


Wolfram miró al hombre con sorpresa… observó a Yozak quien se mostraba serio… Banred Adler felicitaba a Conrad…  su hermano sonreía, se le acercó y sujetó fuertemente de sus brazos… aún se sentía algo enfermo, pero lo que hizo el castaño a continuación le hizo sentir peor, pues sin siquiera tomar en cuenta su opinión, el mayor lo besó.


Sus ojos jamás se le habían mostrado tan sorprendidos, parecía no poder reconocer a quien estaba frente suyo… acarició su rostro con delicadeza, había desilusión en aquellas pupilas tan ardientes, pero eso era algo con lo que él ya esperaba encontrarse. El brillo de aquella piedra color carmesí, había conseguido arrebatarle la consciencia… ahora, ya en sus brazos y en dirección del que sería su cuarto, se preguntó si soportaría esa mirada desilusionada por mucho tiempo… y si sería capaz de cambiarla.


Lo recostó sobre el que sería su lecho, lo contemplo como el tesoro que era… lentamente fue quitándose, primero sus guantes, y luego sus ropas… iba desprendiendo cada botón de su camisa, cuando pudo notar que el más joven comenzaba a despertar…


Difícilmente sus ojos se acostumbraron a la penumbra, se sentía un tanto desorientado, más lentamente había recordado los últimos acontecimientos… no podía dar crédito a lo sucedido… “¡Aquello no pudo haber sido mi boda!”… pensó con desesperación, fue entonces que  notó el lugar en dónde se encontraba, y pudo encontrase con el culpable de todo lo que estaba sucediendo… frente a sus ojos, Conrad lo miraba fijamente… lo miró de pies a cabeza, y algo le dijo que debía retroceder… el castaño ya no llevaba puestas sus galas, su camisa estaba abierta y sólo llevaba puestos sus pantalones.


Se quitó la camisa ante la atenta mirada de rubio… aquella habitación no tenía ni un solo vestigio del poder de las houjutsu. Sonrió al verlo retroceder, parecía intuir sus intensiones…


¡Ahora eres mi esposo! – sentenció el castaño…


¡No! – negó el más joven mostrando una mirada llena de seguridad…


¡Después de esta noche ya no podrás negarlo! – fue muy repentinamente, luego de escuchar aquellas palabras, Wolfram intentó levantarse rápidamente de la cama, pero Conrad ya se había subido y lo tenía sujeto por la cintura… - ¡No te haré daño…! – susurraba el mayor al oído del joven…


¡Conrad…! – susurró el rubio, y su voz sonaba un tanto quebrada…


¡Me gusta escuchar mi nombre de tus labios… con tu voz! – lentamente el mayor volteó al más joven… acarició su rostro - ¡Ahora serás solamente mío!


---


Sostuvo ambas manos sobre la cabeza del joven, aunque Wolfram estaba dando menos pelea de lo que él se esperaba… se quedó mirando unos segundos ese rostro, sus ojos estaban muy abiertos, era como si estuviera luchando internamente contra aquella realidad.


¡Conrad detén esto o juro que no te perdonaré! – habló con voz neutra el rubio…


Ejerció más presión en su agarre, no tenía intensión de dar marcha atrás, había arriesgado mucho para tenerlo, y aunque tenía muy presente las palabras del más joven, por primera vez, iba a ser totalmente egoísta… se acercó a su rostro y besó su mejilla, Wolfram aún permanecía inmóvil… sus besos comenzaron a descender hacia el cuello, mientras que su mano libre comenzaba a recorrer el cuerpo por encima de la ropa…


¡Coni-chan…! – susurró el rubio, y algo en el interior del castaño se contrajo…


Detuvo los besos, se alejó solo un poco del joven, sujetó su mentón y sin pensarlo ya, asaltó aquellos rosados labios demandante… la frustración de no ser correspondido comenzó a nublar su juicio, por lo que su beso fue un poco más rudo… le obligaría a responderle, tendría que hacerlo… justo cuando sentía que comenzaba a quedarse sin aire se apartó solo un poco de él, aprovecho que abría un poco la boca para volver a besarlo, esta vez introduciendo dentro de ella su lengua.


Aquella acción consiguió hacer que reaccionara… inmediatamente intentó liberar las manos de su agarre… todo el cuerpo bajo suyo, comenzó a impacientarse, quería ser  liberado, pero por más que se moviera, no podía evitar ser besado y acariciado…


Sin aparatar sus labios de los del menor, soltó su agarre de las manos del rubio, las que inmediatamente libres, intentaron empujarle… más rápidamente su objetivo fue evitar que el castaño le quitara las prendas que vestía… pero nada pudo hacer para evitarlo, rápidamente y casi desgarrando las ropas, el rubio fue desnudado por el mayor…


Colocó ambas manos en los hombros de su hermano, para así alejarlo… se apartó de sus labios… nada pudo hacer para evitar que desgarrara lo que llevaba puesto, poco a poco fue sintiendo como aquellas cálidas manos recorrían su cuerpo…


¡Basta… Conrad… detente! – se quejaba el rubio, aunque sus palabras no eran tenidas en cuenta…


¡Wolfram! – llamó el mayor, y el más joven detuvo su lucha… la voz del castaño había sonado firme e imponente…


El oji esmeralda no entendía por qué su cuerpo se había quedado estático, un nudo muy molesto se le había formado en la garganta… vio convicción en la mirada de su hermano, quien luego de permanecer un momento simplemente observándole seriamente había comenzado a tocarlo, pero esta vez más tranquilamente, ya que como él permanecía quieto, el otro no tenía que seguir luchando por controlarlo.


---


“¡Esto debe ser una pesadilla… no puede haber pasado, no puede…!”… Sin importar cuanto se lo propusiera no podía dejar de llorar, abrazaba sus piernas observando el cuerpo que yacía a su lado, profundamente dormido… quería ponerse de pie y huir, pero a duras penas se había sentado, le dolían las piernas y la parte baja de su cuerpo… miró sus manos, luego volvió a observar a Conrad… ni tenía fuerzas para fruncir el seño con reproche… colocó ambas manos a su costado sobre las sábanas… una silenciosa lágrima cayó por sus mejillas al tiempo en que susurraba algo que sonaba como una oración…


Conrad abrió levemente sus ojos al escuchar un susurro… una oración… o un conjuro, casi inmediatamente se levantó de la cama, al instante justo en que las sábanas comenzaron a incendiarse… Wolfram aún estaba en el lecho, con los ojos cerrados. El mayor de los hermanos vio casi impotente la situación…


¡WOLFRAM…!


 

Notas finales:

Espero les guste un poco, besos


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