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Lo que es Mío por Zafira

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Notas del capitulo:

Muchas gracias por su comentario... a ver que les digo.. ahh jajaja claro, Aclaro que aunque puedan odiar a Conrad, como yo lo amo jajaja el gana...

No tengo idea de que vaya a pasar despues de este capi, las ideas que me asaltan estan medias locas jejeje pero son buenas, solo debo pulirlas mas... aun me falta encontrar la verdadera personalidad de Yuuri ene ste fic... pero ya casi lo tengo...

Espero que el fic les vaya gustando...

Capítulo 4º: Viento Sereno

 

Por más de que habían buscado, no pudieron dar con el cuerpo, eso en parte lo aliviaba, pues significaba que quizás Wolfram había logrado huir a salvo, pero de nuevo estaba el recuerdo de que su prometido se hallaba sumamente débil… notó la angustia en el mirar de su general, así como lo notó en los ojos de su padrino… le dolía tanto ver sufrir a alguien tan querido por él… en parte entendía su dolor, pues el rubio nunca había vuelto a ser el hermano que alguna vez fue con el castaño.

 

Aún miraba las aguas del océano cuando regresaban con las manos vacías a Shin Makoku, la fuerza que reinaba en su interior parecía no perdonarle el que se hubiera marchado y que haya declarado ya muerto a su prometido. A pesar de que tenía la intensión de romper el compromiso al pisar el puerto de su país, no debía ser así… Wolfram no debía morir…

 

Cuando Murata por fin se encontró a solas con él, este le había dicho algo que lo dejó muy inquieto…

 

¡Shinou me ha dicho, que su descendiente aún vive! – desde que escuchó aquello lo atormentaban visiones horribles de posibles situaciones que pudiera estar viviendo su amigo… le había escrito extensas cartas a Conrad diciéndole que realmente lo extrañaba, y que esperaba que la pena por la pérdida de su hermano fuera disminuyendo día con día…

 

Debido a que el pueblo estaba tan dolido por la muerte del bello príncipe, no vieron con buenos ojos la posibilidad de que su rey le encontrara una sustituta a su prometido, por lo que tuvo que posponer nuevamente el presentar a la joven que deseaba sea su novia.

 

Por las noches era cuando más atormentado se sentía… el olor del rubio lo inundaba todo, y sus sueños lo traicionaban, pues en ellos ambos estaban juntos, amándose como el rubio siempre había deseado… cada minuto se le hacía una tortura, su ánimo se había agriado, tanto que ni la joven pareció dispuesta ya a esperarlo… todo parecía debido a algo que no previó… su contraparte lloraba la pérdida y le exigía encontrarlo.

 

De pronto ver aquel camisón rosa le parecía doloroso, y todo debido a que no lo estaba vistiendo él… sus días se habían vuelto tristes y oscuros, le faltaba el sol de aquellos hilos dorados que tenía por cabellos y la luz que irradiaba aquellas esmeraldas…

 

Cuando se sentó solo en aquella cama que tantas noches habían compartido, volvieron a su mente todos aquellos desaires que le había hecho los últimos meses que habían compartido… a pesar de la infelicidad que le ocasionaba Wolfram no había dudado en arriesgar su propia seguridad para salvarle la vida.

 

El no estaba en buenas condiciones, poco antes del ataque habían peleado y sin consideración alguna le había dicho que rompería al fin con aquel compromiso accidental. Sus ojos se habían llenado de lágrimas y dejó de emitir cualquier otro sonido… cuando por fin parecía haber encontrado las palabras, el ataque dio inicio… el tambaleo del barco le había descompuesto mucho más… y a pesar de lo mal que lo había tratado siguió protegiéndole.

 

Casi parecía una ironía del destino, o una venganza cruel del rubio… desaparecer justo después de sus palabras…

 

¡Wolfram… ¿dónde estas?!

 

---

 

Gunter le había dado una novedad que no esperaba, no al menos tan rápido… según su informante el rey de Gran Shimaron había contraído nupcias… incluso Gwendal pareció sorprendido, pero lo que más les había intrigado es que al parecer, el antiguo soldado se había unido nada menos que con un hombre.

 

¡No lo entiendo… Conrad no me dijo nada al respecto! – el general caminaba pensativo, parecía que algo no le cerraba…

 

¿Crees que lo hayan obligado…? – preguntó Yuuri… quizás la muerte de Wolfram había debilitado el ánimo de su padrino y por eso hizo una cosa así… - ¡No sabía que entre humanos también se aceptaba las bodas del mismo género!

 

¡De hecho, Heika, no es muy común, son simples alianzas políticas… más para que la fortuna de algunos nobles no se pierda debido a que no cuentan con herederos… aunque este podría ser el caso también! – meditó el consejero… Murata también estaba presente y escuchaba todo con atención, pero no emitía ninguna opinión…

 

¡No creo que Yozak permita una cosa como esa, Gunter… es raro que él no me haya avisado nada! – acotó el mayor de los hijos de la ex maou al tiempo de sentarse nuevamente…

 

¿Han pensado en la posibilidad de que esa unión sea el deseo de sir Weller? – preguntó entonces el de gafas…

 

¡El deseo de mi hermano, ha sido tener una familia, eso lo se bien! – dijo con firmeza el general mirando al sabio, la verdad comenzaba a preocuparse por su hermano menos, ya bastante tenía con la perdida de uno de ellos como para perderlos a los dos.

 

¡En ese caso, olvidan que si su consorte fuera un mazoku… no habría problemas para que pudiera tener esa familia, Lord von Voltaire! – Gwendal miró fijamente al sabio… se puso inmediatamente de pie, y le ordenó a uno de sus subalternos para que informara a su hermano Conrad que iría a visitarlo…

 

Yuuri miró un tanto intrigado al sabio, como siempre parecía que este estaba varios pasos ante ellos… le susurró a su asesor que era eso de tener una familia… grande fue so impresión cuando se lo explicó… y más cuando le solicitó que le diga si Wolfram tenía esa misma capacidad…

 

¡Así es Heika… Wolfram pudo haberle dado hijos si ese era su deseo! – aquellas palabras le habían dejado un muy mal sabor de boca…  cuando decidió ir a su habitación, no pudo evitar sentir cierta envidia por el castaño… si es que ese era el caso… se pregunto quien era la persona que se había metido en su corazón… Yozak no era, de eso ya estaba seguro, pues el informante le dijo que era mucho mas joven…

 

¿Qué dirías de saber que tu conichan le dio su corazón a alguien mas, Wolf? – habló para sí el moreno… el pensamiento del rubio le hizo entristecer… al cerrar la puerta se recostó por ella deslizándose hasta el suelo… - ¡Y tú que me celabas con él… vez Wolfram… tu hermano no sentía nada hacia mí… ahora ya esta con alguien más… no esta ni conmigo… ni contigo!

 

---

 

¡Murata… ¿irás con nosotros?! – Yuuri se acercaba a su amigo… este parecía estar muy concentrado en alguna cosa.

 

¡Eh… ahh… claro Shibuya… iré con ustedes! – habló seriamente el sabio…

 

¿En qué piensas? – preguntó el de piel morena…

 

¡Shinou me ha vuelto a decir que el señor Bielefeld esta vivo! – comento ocultando su expresión con el brillo de sus lentes - ¡Aunque al parecer ha pasado algo que cambió por completo los planes que él tenía para su descendiente!

 

¿De qué estas hablando?… - Yuuri volteó a su amigo para verle directamente al rostro.

 

¿Dime Shibuya… cómo te sentirías si von Bielefeld dejara de amarte? – pregunto el sabio con curiosidad, de la respuesta de su amigo dependía él que el lo ayudara o no lo hiciera…

 

¡Eso no pasaría Murata… si de algo estoy seguro, es que Wolfram solo me amará a mí! – dijo con una firmeza no muy común en el maou…

 

¿Y si tu rival fuera un antiguo amor del príncipe… uno más puro y totalmente correspondido? – soltó el de piel blanca notando como se fruncía el seño del rey.

 

¡No me hables con rodeos Murata… ¿Acaso Wolfram está ahora con ese sujeto?!

 

El sabio simplemente sonrió, y después sin decir más se marchó… Yuuri sentía una extraña ira, la idea de Wolfram con alguien más jamás le gusto… aunque después esos pensamientos desaparecieron de su mente…

 

¡Es imposible… si Wolfram estuviera bien, habría vuelto aquí… él no tiene a nadie más… y se que en Bielefeld no esta… al menos que… “¿Con Conrad?”…!

 

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Como era de esperarse las llamas mágicas no dañaron al demonio, pero sí destruyeron casi toda la habitación, tanto que esta se desmoronó… Conrad cubrió su cuerpo con una manta que antes humedeció para ir por el menor, que yacía inconsciente sobre lo que quedaba del lecho. Estaba herido en la cabeza, por lo que intentó ser cuidadoso al momento de sacarlo.

 

De la habitación sólo quedaban escombros… Conrad fue rápidamente socorrido por Yozak, ahora el soberano permanecía en silencio esperando a que los médicos terminasen de examinar a su esposo. Su consejero estaba a su lado, no se había pronunciado aún, pues notaba la preocupación del castaño.

 

Wolfram estuvo casi dos días inconsciente… Yozak deseaba llamar al general, o tan siquiera a Gisela, pero sabía que de hacerlo, pondría en peligro la vida de su amigo y capitán. En el fondo se sentía culpable… pero sabía que esa sensación se triplicaba en el castaño…

 

Era de madrugada cuando tanto el peli naranja como el castaño, notaron que lentamente el joven mazoku recuperaba la consciencia… cuando abrió los ojos, se mostró aturdido, no dijo nada, simplemente aceptó las caricias de Conrad en sus cabellos.

 

Esa mañana despertó entre los protectores brazos de su hermano, lo miró un tanto confuso… miró de un lado a otro como queriendo saber en dónde se encontraba…

 

¡Wolfram… ¿estas bien?! – al sentir que su hermano menor ya no estaba entre sus brazos, despertó de inmediato… El rubio lo miró un tanto confuso, Conrad lo atrajo hacia sí, susurrándole que le perdonara - ¡Perdóname… perdóname por favor! – aquel silencio lo estaba torturando, besó sus labios y para su sorpresa el menor no le rehuyó - ¡Te amo, susurró… te amo tanto!

 

¿Qué pasó? – preguntó el rubio al alejarse un poco del mayor…

 

¡Te golpeaste, después de nuestro matrimonio…! – habló el soberano, sintiéndose culpable… pues sabía que al recordarlo, el más joven lo atacaría…

 

¿Soy tu esposo? – Conrad miró desconcertado al oji esmeralda, parecía confuso… le dirigió una mirada asustada - ¡Perdona, no lo recuerdo… coni-chan!

 

Conrad miró un tanto confuso al menor, lo miraba expectante… se sintió un tanto confuso, pues el golpe que había recibido no había sido tan fuerte, aunque al vez el shock de lo sucedido, si lo era. No sabía como actuar en ese justo momento… acarició el rostro de porcelana del menor.

 

¡Wolfram, ¿qué recuerdas?! – preguntó el mayor observando las expresiones del más joven…

 

¡Que yo… te odio…!

 

Abrió los ojos con premura y miró a quien aún dormía sobre el lecho… se acercó a él para comprobar su temperatura… aquel sueño lo atormentaba desde la noche de bodas, y es que en ellos se mezclaba la imagen de su amado siendo un niño y viéndose como ahora…

 

Respiró profundamente al darse cuenta que sus demonios no habían cambiado con los años… su temor siempre sería el mismo… lo peor de todo era que sabía que como nunca ese sueño cobraba más peso… era seguro que escucharía esas palabras de los labios de su hermano.

 

Había tenido que dejarlo sólo unas cuantas horas, ordenó a Yozak para velar su sueño… cuando regresó a la habitación el sonido de voces lo detuvo…

 

¡Traicionaron a Shin Makoku… a Yuuri… a mi hermano Gwendal, a mi madre… todo! – era claramente la voz del mazoku de sangre pura…

 

¡Su excelencia… entiendo que esté disgustado… pero entienda! – por el tono de voz del oji azul, era claro que estaba siendo amenazado…

 

¡ENTENDER QUÉ! – ahora si estaba seguro de que debía intervenir o su amigo no la iba a contar - ¡CONRAD ES MI HERMANO, ¿CÓMO PUDO HACER ESO?!

 

¡Por que te amo…! – cuando ingresó a la habitación no fue notado… Wolfram tenía una espada y amenazaba con clavársela al peli naranja en el cuello - ¡Si a alguien debes atacar es a mí… no a él!

 

Los ojos del menor repararon en el castaño, bajó su arma y se quedó simplemente mirando a quien lo miraba fijamente desde la puerta… Conrad le hizo un gesto al espía y este los dejó solos en la habitación…

 

¡Tú y yo somos hermanos! – susurró el mas joven, por la expresión de su rostro estaba sumamente consternado…

 

¡Eras mi pequeño hermano… yo creo… que mi amor por ti, siempre fue mas fuerte que simple hermandad… no me arrepiento en lo absoluto! – la voz del moreno sonó firme al tiempo en que lentamente fue acercándose al cuerpo del de cabellera dorada.

 

¡No te me acerques Conrad! – Wolfram comenzó a retroceder conforme el mayor iba avanzando - ¡Te dije que no quería!

 

¡Lo se…! – murmuró el soberano - ¡Pero no eras feliz… yo podría… si tú me dejaras!

 

El rubio detuvo su andar, pues una pared tras su espalda, le cerraba el paso… bajó la mirada, pues no se sentía con fuerzas para decir nada… pues en parte él sabía que no era feliz. El castaño sonrió al verlo quieto, le intrigaba que no estuviera intentando atacarlo, pero entonces…

 

¡Eres mi esposo… yo sólo reclame… lo que es mío! – Conrad se había detenido justo en frente del más joven, bajó la cabeza lentamente mientras susurraba, hasta que sus labios se encontraron nuevamente con los del rubio…

 

Se sorprendió de que después de unos momentos sus besos fueran correspondidos… las mejillas se su pequeño estaban muy rojas, y casi ni se atrevía a mirarlo a los ojos, pero ya aprendería a aceptar la intimidad entre ellos y a fijar la mirada deseosa por sus carias…

 

Con una sensación de urgencia, fue despojando lentamente al rubio de sus ropas,  lo dirigió hacia el lecho, al tiempo que no apartaba los labios de los del más joven. Wolfram, por su parte, recorría con sus manos la amplia espalda del castaño… se sentía molesto… pero había una verdad que ya no podría olvidar…

 

¡Me perteneces…! – dejó salir de sus labios el mestizo, mientras comenzaba a besar el cuello del rubio…

 

¡Conrad…! – gimió quedamente el rubio mientras cerraba con fuerzas sus ojos.

 

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Sintió la respiración pausada del castaño, por lo que abrió perezosamente los ojos… se sentía totalmente invadido por el olor de quien lo tenía fuertemente rodeado por sus brazos… le había vuelto a pertenecer, pero esta vez lo había hecho por propia voluntad… rodeó con su brazo la cintura de su hermano, ahora esposo…

 

Levantó la vista para ver su siempre apacible rostro, cuando él se había tenido que marchar sintió parte de su equilibrio desmoronarse, pues a pesar de todas sus peleas, Conrad fue, es y siempre será, su refugio… aquel lugar cálido en donde él siempre se sentiría seguro…

 

A pesar de todo, jamás imaginó que el castaño lo mirara de esa manera, es más, hubiera jurado que era justamente Yuuri, su prometido, la persona que se robaba el sueño del actual rey de Gran Shimaron…

 

Una caricia suave en su espalda le hizo estremecer, cuando volvió a mirar el rostro de su hermano, se encontró siendo observado por aquellos ojos color miel, era la primera vez en su vida que ese rostro se le mostraba sin mascaras, no había sonrisa falsa ni mirada cauta…

 

Se acurrucó nuevamente entre esos brazos, jamás se había visto en los ojos de alguien que lo amara, por que a pesar de que no estaba nada de acuerdo con el método, no podía mentirse… nadie que mire de esa manera podía sentir otra cosa que no fuera amor…

 

¡Wolf… perdóname…! – los latidos en el pecho de Conrad se habían acelerado - ¡Perdóname de no estar nada arrepentido por todo lo que hice… de lo único que me arrepiento! – aquello si consiguió que las esmeraldas volvieran a buscar su rostro - ¡Es de no haberte dicho hace tiempo que te amaba!

 

¡Conrad…! – susurró el más joven ocultando su sonrisa al nuevamente recostar su cabeza sobre el pecho de su hermano - ¡No diré que no estoy molesto… un secuestro, hacerles pensar a todos de que he muerto! – habló con tono molesto - ¡pero… soy tan difícil de ayudar, que hasta te entiendo!

 

¿Te quedarás conmigo? – pregunto un tanto temeroso el mayor…

 

¡Soy tu esposo ahora… tendrás que atenerte a las consecuencias Weller… te rostizaré si hozas engañarme alguna vez! – ambos sonrieron y permanecieron un poco más sobre la cama…

 

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 Si la felicidad tenía un límite, él seguramente ya la había cruzado… le había mostrado cada parte del castillo a Wolfram, menos donde lo había tenido las primeras noches… las personas que trabajaban en el lugar los reverenciaban, tenía planes de llevárselo al castillo principal… pero antes quería estar seguro de que por la cabeza de su hermano no estuviera hilándose algún plan para huir…

 

La noticia de que el rey se había casado rápidamente llegó a los oídos de los habitantes… Conrad sabía que eso no tardaría en llegar tampoco a oídos de su hermano, y eso era lo que quizás lo tenía un poco nervioso… pero el escuchar las risas de Wolfram hacía que todo riesgo valiera mil veces la pena.

 

Con el paso de las noches la timidez de su rubio fue desapareciendo, había tanta pasión en su interior propia de un demonio de fuego, pero lo que mas le gustaba fue que era el más joven el que comenzaba a buscar su cercanía y la intimidad entre ellos… si por él dependiera, haría olvidar todos esos años de rechazo que su hermano vivió a lado del maou, para sustituirlo con todo lo que él tenía para ofrecerle… y quizás era ese el motivo del cambio del mazoku… ya estaba cansado de ir tras migajas de cariño, cuando él estaba dispuesto a darle amor sin ninguna restricción.

 

Cuando su consejero le indicó que ya era el momento de volver al castillo con su esposo, tuvo un poco de miedo… conforme se iban acercando al lugar miles de dudas asolaban su alma… tomaba fuertemente de la mano a su consorte, quien al intuir su temor rodeó con sus brazos su cuello, y le instó a recortar su cabeza sobre sus piernas, para así darle tiernas caricias en sus cabellos…

 

¡Un gran rey, no debe temer… no voy a dejarte! – aquellas palabras habían sido suficientes para darle nueva vida…

 

¡Sean bienvenidos majestades! – habló un hombre anciano…

 

¿Alguna novedad en mi ausencia? – pregunto el medio mazoku…

 

¡El maou ha mandado un aviso, él vendrá a verlo sobre un tema importante la próxima semana, majestad! – aquello descolocó un poco al castaño… Wolfram le había tomado de la mano…

 

¡Entonces recibiremos al maou como se merece… y le daremos la buena nueva! – dijo el oji esmeralda con serenidad…

 

Un viento sereno se sentía en el ambiente…  quizás indicaba que la tormenta se aproximaba, o quizás solo era el temor por lo desconocido… Conrad no estaba seguro de nada, excepto de que no permitiría a nadie, ni siquiera a su hermano mayor, el que le arrebate a Wolfram… le observó saludar a las personas con toda la gracia que siempre le fue característica… su consejero le sugirió ir a descansar, y él accedió… se acercó al rubio y le insto a que lo acompañara…

 

Cuando ya estaban solos en su cuarto… uno en los brazos del otro, la voz del rubio intentó darle calma a quien sabía estaba apesadumbrado por aquel encuentro…

 

¡Nada de lo que le diga a Gwendal calmará su ira! – soltó casi con ironía el rey…

 

¡Dile que yo estaba de acuerdo… que cuando me salve te busque y te pedí que me permitieras estar a tu lado! – habló serenamente el menor - ¡Conociendo mi situación… él no dudará en creerlo… de todas maneras el compromiso iba a romperse!

 

¡Él no creerá eso…! – Conrad sonrió… abrazó con más fuerzas a su esposo… por que era suyo…

 

¡Déjame a Gwendal a mí… él creerá lo que yo le diga! – el menor se sentó sobre sus rodillas en la cama…

 

¿Y qué le dirás…? – pregunto el castaño acariciando con sus dedos las suaves piernas…

 

¡Le diré la verdad… le diré… que te amo!

Notas finales:

Bueno... nos leemos luego... besos...


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