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Tu me perteneces por Dark_Elric

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Notas del capitulo:

Creo que dejé muy abandonado este fic, así que para reanimarlo lo seguiré... de a poco, pero lo haré junto con los otros.

No sé si habrán nuevos... Quizas si.

Ahora, a leer!

Disculpen mi tardanza >.<

 

Tú me perteneces

 

 

╬ Capítulo 2: Pensar... ╬

 

 

 

Claramente ya habían pasado un par de horas desde todo lo que había ocurrido, pero aún así sentía vivos esos instantes, los sentía presentes en su piel. Había intentado conciliar el sueño para poder al menos descansar y olvidar todo, sin embargo, por más que lo quisiera, con solo cerrar sus ojos, todo volvía...

 

Una simple escena que formaba parte de su pasado y que revivía con cualquier sentimiento constante en ese presente donde se encontraba.

 

 

-No quiero quedarme aquí... no quiero... - susurraba en el silencio que le ofrecía esa habitación. Aún sus sollozos seguían y algunas lágrimas adornaban sus húmedas mejillas. Lloraba para desahogarse de un martirio interno. Se puede decir que en esos momentos creía que todo estaba perdido, todo. No quería buscar soluciones a su problema aunque si se ponía a pensar... ¿Cuál era el problema? No había ganado ni perdido nada exactamente, solo lo habían usado a su gusto a un punto humillante de su ser. Nada más que eso, meditaba él.

 

 

Todo ese ambiente escondido entre las sombras nocturnas le daba un aspecto aún más aterrador. No saber si estaba seguro, a salvo de cualquiera, le carcomía todo el valor y orgullo que estaba reuniendo en su interior para poder levantarse de donde estaba. Le dolía estar recostado de lado, todo su cuerpo, en otras palabras. El frío también cumplía con su parte y le negaba la posibilidad de encontrar la calidez de un propio abrazo que necesitaba. Su mirada plateada de a poco se ausentaba y perdía el brillo que todos conocían de ese Alphonse... El contacto que establecía la totalidad de su piel lo exponía a enfermarse. Claro, una habitación húmeda y con las características propias de ser un calabozo antiguo.

Su primera suposición había sido que no se encontraba en la zona de la ciudad que conocía. Tal vez, ni siquiera estaba en la misma ciudad. Pero no era un edificio nuevo sino algo descuidado; se basaba en ello por los rechinidos que escuchaba cada vez que el viento golpeaba contra lo que parecía ser madera. Estaba en el sótano ya que el ruido externo como el de autos o personas también era mínimo. Algún que otro detalle había descubierto y eso lo ayudaba a entretenerse. Segundos eran segundos y se convertían en eternos cada vez que los esperaba. Era mejor dejar de distorsionar la realidad y quedarse en silencio...

 

Muchas ilusiones se rompían como el cristal al darse cuenta de lo que pudo haber pasado entre su hermano y ese...

 

 

-Ese maldito... -dijo en un tono ronco y con resentimiento ingenuo. Ideas surgían de su cabeza. Iban y venían. Las posibilidades estaban pero pensar en que "algo" había ocurrido le causaba repugnancia. Ahí mismo exponía en claro todo lo que pensaba. Su hermano había sido el causante. Una cierta "deuda" era el medio y, por último, la víctima y consecuencia ya habían tomado sus lugares.

 

 

Por más que su alma quisiera odiarlo, no encontraba ese sentimiento de odio en él. No lo sentía. Sus puños ya blancos de la fuerza que ejercían lo expresaban pero no era suficiente. Ese odio por esa "maldad", degradación, abuso... ¿Dónde estaba? Podía decir que lo odiaba, sin embargo, en la cuestión sentimental, no hallaba esa sensación. No la tenía definida... Nunca antes había sentido ni experimentado una situación igual. Ni todas las justificaciones para detestarlo lograban algo. Quizás era porque estaba... ¿confundido? No lo sabía y tampoco quería entenderlo.

 

Una tormenta de pensamientos positivos y negativos acaparaban toda su atención. Casi se sumergía a su laguna mental pero no lo hizo. De repente, su cabello suelto había logrado proporcionarle algo de calor que necesitaba entre tanto pensar.

 

 

-¿Por qué... no... puedo? - se preguntó entrecortadamente. La idea de no poder odiarlo le molestaba pero mínimamente. Era solo una pequeña punzada en medio del dolor existente; cerró sus ojos. Darse un descanso tal vez era lo mejor que podía hacer. No iba lograr salir de allí con solo pensar y lamentándose lo que vivía o no, debía ser fuerte.

 

 

En ese sigilo propio, recordaba como esa fulminante mirada oscura le perseguía en todo ese momento que estaba grabado en su mente; como caricias "sucias" y bajas se aprovechaban de él y tocaban cada centímetro de su piel; como besos vacíos lo estremecían por dentro y como cada momento de ese acto sexual le desagradaba por completo, ni sus súplicas habían servido.... Todo era como una de esas películas viejas que se repetían una y otra vez. No era un recuerdo para él... era algo que sabía que se repetiría.

No habría ningún trato que podría formar con él. Se negaría ante todo. Solo aceptaría su libertad y nada más. De eso estaba seguro, solo existiría esa relación entre ellos o quién sabe si habrían más; Después de todo, solo quedaría él como estaba en esos instantes.

 

 

-Nii-san... - susurró mientras nuevas lágrimas surgían. Necesitaba que alguien lo ayudará o que lo consolara; sabía que aunque ponga su mejor voluntad y actitud no le sería fácil salir de ese estado en el que se encontraba.

 

 

 

 

 

 

 

Muchos negocios de suma importancia lo entretenían en su oficina. Demasiados para alguien como él que solo se encargaba de aparentar algo que no era. Se sentía cansado pero aún debía terminar con aquello. Tenía la suerte de contar con su asistente personal y fiel confidente, su rubia amiga Riza Hawkeye. El trato con ella solo era por todo lo que estaba en juego y en verdad que era mucho; si uno caía, el otro también. Ella se encargaba de administrar todo el papeleo y verificar que todo estuviera en orden correcto.

 

-Está todo listo, solo falta... que firme - mencionó Hawkeye al entrar de sorpresa a la Oficina con una carpeta llena de contratos y más. Se sorprendió al no escuchar una de las habituales quejas, solo alzó su mirada para enfocarla a su socio y descubrió que se hallaba perdido. Carraspeó un poco para hacer notar su presencia y lo logró casi al instante.

 

Mustang solo fijó su mirada a la de ella como desafiándola para después arreglar su desordenado cabello. Como estaba sentado, solo atinó a poner sus dos brazos sobre el escritorio en su posición de costumbre. El desorden como de costumbre era algo muy habitual en él, se notaba con solo mirar a cada rincón de ese lugar. Con una atmosfera densa y oscura, Riza que llevaba un traje de recepcionista rojo y muy pegado al cuerpo se acercó hasta llegar a donde estaba el mueble.

 

-Decías... -sugirió Roy intentando ver que era lo importante que venía a decirle su socia y asistente.

 

-Aquí tiene sus contratos.- dejó la carpeta amarilla que sostenía sobre la superficie de ese escritorio y ubicó sus ojos en los negros de Mustang para seguir con un pequeño comentario -Parece que su encuentro fue muy interesante...

 

-Tal vez. Solo tenía que cobrar una deuda pendiente pero parece que mi deudor pagará a cuotas y con muy buenos intereses. -su tono de satisfacción y una sonrisa comprometedora acompañaron sus palabras. Sabía lo que decía estaba en clave pero prefería hablar así, le daba un aspecto más formal y empresarial.

 

-Ya veo... - lo había entendido a la perfección. Otro de esos "negocios" estaba siendo llevado a cabo. -Solo espero que no suceda lo de siempre.

 

-¿Lo de siempre? ¿A qué te refieres? -preguntó con sorpresa ante ese último comentario. Acaso.. ¿Hawkeye sospechaba de algo raro? Supuso que no pero su respuesta lo calmaría y no habría dudas pendientes en el aire.

 

-A que usted mismo se olvide que tenía una deuda con "ese" - expresó las palabras justas con énfasis en la última. Pensó que sería mejor retirarse y así hacía hasta que...

 

-¿Ese...? -se había levantado de su asiento. No le había gustado para nada el rumbo que estaba tomando esa conversación. ¿Cómo sabe? Este era un asunto personal. De todos estos movimientos solo está informado... - Así que haz estado investigándome. Interesante, muy interesante -rodeó el borde del escritorio hasta llegar al lado de la rubia. -¿Cuál era tu objetivo?

 

-No soy tonta. Me parece que esta vez su negocio no es muy limpio. - mencionó nerviosa ante ese acercamiento. Sin dejar que pasara más tiempo y que llegara a intimidarla o algo parecido, prefirió por salirse. - No es lo correcto, esto no. - le dio la espalda y se dirigió hasta la puerta.

 

-No puedes juzgarme... y lo sabes.

 

Riza se había detenido. Se hubiera dado vuelta y lo hubiera enfrentado pero solo dejó todo como estaba. Tomó la manija de la puerta y rápidamente luego salió. No quería recordar de nuevo...

 

 

Ja! Toqué de nuevo tu debilidad. No puedes hablar así y eso es lo que te ganaste por hacerlo. Ahora... a seguir con lo que se supone que debo hacer. Si hago un poco de tiempo... Quizás pueda volver a verlo y continuar en donde me quedé.

Dejó de lado, todos esos papeles, pendientes y clientes, decidió hacer lo que su instinto le pedía nuevamente. Miró fijamente al reloj que tenía colgado la pared y la hora le indicaba que una pequeña escapada no dañaría su complicada agenda.  Igual a quien le importaba si estaba o no. Él era el que mandaba, él que hacía y deshacía. No importaban los otros. Nada ni nadie hasta el momento.

Tomó su abrigo, un par de objetos personales y abandonó la oficina. Caminaba como si el tiempo le sobrara, despreocupado del todo. Su reloj de bolsillo también le indicaba lo mismo. La noche aún era y todavía faltaba mucho para que terminara...

 

 

 

Continuará en el próximo cap...

 

Notas finales:

Nunca los pedí... pero ahora si quiero al menos un review. Uno solito y ya~

Saludos~ Y puedo tardarme en actualizar, aviso desde ya~ .)


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