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Inseparablemente Juntos por Nessa Yaoi

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Capitulo  II –  Absoluta Verdad.


 


   La persecución estaba lejos de acabar antes de que el moreno lograra poner sus manos sobre el escurridizo ojiazul, era de esperarse que el susodicho no se la pusiera del todo fácil, el encontronazo entre los dos se daría, y seria como mezclar agua con aceite. El kitsune corría a todo lo que daban sus piernas hasta que…


- Por Kami, esto de descansar es peor que las misiones, siento el cuerpo más pesado que un tronco y… - murmuraba sin saber lo que se le venia encima - ¿Pero que…? ¡Ahhhh! Rayos… – al ver una sombra que se le echaba encima haciéndolo caer de la rama contra suelo y con un peso extra sobre él - ¡¿Estas loco?! ¿Qué es lo que te pasa? ¡Pudiste matarme, baka! – grito con fiera expresión.


- ¿Por qué estas evitándome, ah? Ayer te fuiste sin decir una sola palabra, ahora me ves… ¿Y sales corriendo? ¿Qué que me pasa? Eso debería preguntártelo yo  – observándolo con la misma expresión de molestia que el otro a él.


- Estabas demasiado relajado como para ser molestado por pequeñeces como las palabras, y no estoy evitándote, solo que ahora no quiero verte, es todo – haciendo su mirada a un lado.


- ¿Eso piensas? Creo que no has analizado bien tu situación, zorro – acostándose del todo sobre el ojiazul.


- ¡No me llames así! Además, ¿De cual situación hablas? Sigo siendo el mismo de ayer… aunque con una ligera diferencia – con sus ojos echando chispas.


- ¿Lo crees? Ayer me entregaste algo de lo que ya no eres dueño, cachorro, ¿Te agrada más que te llame así? Algo que ahora me pertenecerá por siempre, ¿Comprendes? Eres mío, Naruto, esa es la más pura realidad… aunque tú pienses otra cosa – acercando sus labios a los del kitsune.


- ¡Eres tú el que se equivoca, baka! “Por todos los cielos, aquí vamos de nuevo, la discusión hace que mi cuerpo se excite al máximo, se caliente al punto de que deseo tenerlo de nuevo dentro de mi… igual que ayer, quiero que me tome con violencia, que me haga gritar, lo que viene después es lo que me hace sentir triste… ¿Por qué? Esto no está bien, ¿En que momento me convertí en alguien tan sumiso?” ¡Ya basta! – empujándolo a un lado y poniéndose rápidamente de pie.


- ¿Qué crees que haces? ¿De nuevo quieres pelea? Por mi está bien, cachorro – echándosele encima con bastante rapidez.


- ¡Esta vez no será tan fácil, idiota! – esquivándolo apenas.


- ¡Te deseo ahora! ¡Y te aseguro por todo el fuego del infierno que te tomare así no quieras! – haciendo amagos para poder sujetarlo mientras su excitación iba en aumento.


- ¡¿No crees que eres demasiado confiado, torpe?! ¡No pienses que podrás atraparme con tus estúpidas sombras como antes lo hiciste, baka! – dando vueltas alrededor del árbol que antes le sirvió como escondite provisional.


- ¡Eres tan sexi como estúpido, cachorro! Mírate, ni siquiera puedes aguantar el aliento, dentro de poco te quedaras sin fuerzas y entonces serás mío – decía mientras seguía correteándolo en el pequeño bosque.


- ¡Entonces solo necesito golpearte para que me dejes en paz, maldito! – apareciendo con su brazo extendido y el puño serrado tras el moreno - ¡No otra vez! ¡Suéltame, maldición! – siendo sujetado en el aire por las sombras de la técnica del Nara.


- ¿Crees que solo te correteaba para hacer ejercicio? Mientras te perseguía iba dejando un tejido de sombras para poder atraparte, justo como una mariposa en una telaraña, cachorrito ingenioso, ¿Creíste que podrías escapar de mi tan fácilmente? Y ahora… - acercándose al inmóvil ojiazul - ¿Por donde debería comenzar? – pregunto al rubio que pendía en el aire a medio metro del suelo con los brazos y piernas extendidos formando una equis.


- ¡Ya déjate de juegos y bájame de aquí, Shikamaru! – observando al Nara con toda la rabia de que era capaz, después de todo al kitsune no le gustaba para nada perder.


- ¿Juego? Esto es una pelea y tú la perdiste, cachorro, ahora mi excitación está al máximo… Mmm, al igual que la tuya – quitándose la ropa mientras observaba el bulto en los pantalones del kitsune.


      Ya desnudo, el Nara desabrocho el pantalón del ojiazul y los bajo, junto con su ropa interior, hasta sus rodillas dejando expuesto el erecto miembro, el rubio apretaba sus ojos completamente molesto consigo mismo por no poder resistirse a la extraña atracción que sentía por el Nara, más cuando se comportaban de ese modo tan poco usual entre dos personas tan diferentes entre si.


- Ayer no pude mirarte debido a las ansias que tenía por poseerte, pero hoy… me tomare las cosas con más calma y disfrutare al máximo de tu cuerpo, eres realmente hermoso – desgarrando la camiseta negra – Tu piel, tu aroma, tu boca – pasando sus dedos por los labios del kitsune, éste sin poder resistirse, los mordía y lamia golosamente mientras su respiración se incrementaba a causa del placer que ese pequeño gesto   le producía – Así es, hare lo mismo contigo pero en una parte mucho más sensible – haciendo que las sombras elevaran al rubio hasta que su miembro quedara a la altura de su boca.


- Si vas hacerlo… ¡Hazlo ya! – tensando los músculos de todo su cuerpo.


- Estás ansioso por que lo meta en mi boca, ¿No es así? – pasando la punta de la lengua por el pequeño orificio del miembro del ojiazul mientras también acariciaba sus nalgas.


- Ahhh… si… Shikamaru, cómelo todo… Mmmm – dejando caer su cabeza hacia atrás al sentir la lengua caliente del moreno  en su hombría.


- Paciencia, mi cachorro, te necesito más caliente aun – al notar los rígidos movimientos de las caderas del kitsune por tratar de alcanzar desesperadamente la boca del moreno.


- ¡¿Acaso pretendes torturarme?! Me estas matando de deseo por… - mordiéndose el labio por la desesperación.


- Es parte del castigo por haber huido de mí en un principio, baka – volviendo a penas a rozar con su lengua el miembro del ojiazul.


- ¡Entonces bájame de aquí y lo hare yo mismo! Agitando su cuerpo para tratar de soltarse de los amarres de sombra.


- Creo que seria bastante erótico observarte mientras lo haces, pero eso lo dejaremos para después – colocándose tras el rubio – Esto no acabara tan rápido como piensas, como dije anteriormente, hoy será el día de probarlo todo, Naruto – metiendo su lengua entre las nalgas del kitsune.


- Si… si pudiera soltarme te mataría por lo que estas haciéndome – echando sus caderas hacia atrás, lo que los amarres le permitían al menos, para tener más contacto con las caricias de la lengua del Nara en su entrada.


- ¿Y eso seria…?


- D-Desearte hasta la locura… ah, ah… y eso… eso hace que me sienta enfermo – sintiendo que se correría de un momento a otro.


- En ese caso no te hare esperar más, mi cachorro – pasando al frente y engullendo la hombría del rubio procedió a masturbarlo con su boca y lengua.


- S-Shikamaru… t-te odio por hacerme… ah, ah, ah… s-sentir así… ¡Ahhh! - con olas de placer recorriéndolo al derramarse.


- Mmm… delicioso – tragando la esencia que llenaba su boca - ¿Puedes hacer lo mismo por mí? Estoy deseando sentir el calor de tu boca también – haciendo que sus sombras lo bajaran y colocaran con la mitad de su cuerpo doblado hacia delante a la altura del pene del Nara – Adelante, se que estás deseoso por hacerlo   – acariciando las rojas mejillas mientras metía su hombría en la cavidad bucal del rubio.


      Sin nada más que esperar, el ojiazul comenzó a chupar con desespero el caramelo ofrecido por el Nara, el moreno creyó volverse loco ante el ardiente calor de aquella boca y el juego de lengua y dientes del kitsune en su hombría, era tanto el placer , que al poco derramo su semen sin que pudiera evitarlo.


- D-Dios… eres b-bueno en esto, demasiado bueno – masajeando su hombría con los restos del semen que el rubio no había tragado – Ahora lo mejor de todo… tu interior, ese sitio acogedor de donde nunca quisiera salir.


      Haciendo que sus sombras movieran al ojiazul para de nuevo suspenderlo en el aire boca arriba como si estuviera acosado pero sin tocar el suelo, y dejando su trasero a la altura de la nuevamente despierta hombría del Nara, sin tiempo que perder lo penetro de una sola vez e hiso que sus sombras lo balancearan de atrás hacia delante como un péndulo en una sola dirección, propiciando que no le hiciera  falta moverse para penetrar una y otra vez el trasero del kitsune,  de la punta hasta la base y de vuelta. Las arremetidas eran constantes y cada vez más fuertes, mientras el moreno sujetaba el pene del rubio y lo masturbaba sin detenerse hasta que éste, entre gemidos y jadeos, se corrió por segunda ocasión, aun así el moreno se resistía a acabar sin antes probar otras cosas.


- E-Eso es… así, otra vez, se… se que puedes h-hacerlo de nuevo, cachorro – tomando de nuevo entre sus manos la hombría del ojiazul.


- N-No puedo más… S-Shikamaru – casi a punto del desmayo, pero aun así, quería más, eran como dos animales en celo incapaces de saciarse el uno del otro.


- C-Claro que si… ah, ah, aaah… q-quiero que te corras de nuevo, tu rostro se ve muy hermoso y sensual cuando lo haces… vamos, d-deseo verte así por más tiempo, cachorrito – deteniendo el balanceo del ojiazul y tomándolo por las caderas para ser él el que ésta vez se moviera para embestirlo con toda su pasión y fuerza.


      Al sentir que el descargue estaba cerca, el Nara  salió del kitsune y apretó fuertemente su propio pene para impedir correrse aun, fue algo doloroso, pero valía la pena el malestar por estar otro rato dentro del ojiazul,  pero en una posición diferente. El Nara se acostó en la hierba e hiso que el rubio se sentara sobre su miembro y de cara a él, quería mirarlo mientras lo empalaba una y otra vez, cosa que aun no ocurría.


- N-No me quedan f-fuerzas para m-moverme… S-Shikamaru… - sintiéndose desfallecer.


- Yo lo hare por ti, mi hermoso amante, continuo deseando ver tu rostro lleno de placer cuando entro y salgo de ti, jamás me cansare de verte así… jamás. 


      Soltando los amarres de sombras de los brazos y piernas del kitsune para ahora sujetarlo por debajo de las axilas y subirlo y bajarlo sobre su miembro al tiempo que masajeaba de nuevo la hombría del rubio, a pesar de estar totalmente enajenado por el placer, el moreno aun podía mantener la concentración sobre su técnica de sombras como en un principio y antes de iniciar todo ese derroche de sexo desenfrenado, máximo un minuto pudo durar sin correrse junto con su Naruto, las energías de los dos habían llegado al limite de su resistencia, nada más correrse, el kitsune cayo sobre el pecho del moreno y quedo inconsciente, acto seguido, y después de besar su frente, Shikamaru lo siguió en el sueño.  


      De nuevo el ojiazul fue el primero en despertar, el dolor punzante en todo su cuerpo le hacia recordar, con pesar, lo vivido hacia solo un rato, obligándolo a tomar la innegable decisión de que eso no volvería a repetirse nunca más aunque se deshiciera  de ganas, el vacio que sentía luego de revolcarse como un animal en celo le oprimía el pecho y hacia sangrar su corazón. Nuevamente dejo el lugar y al dormido Nara para internarse en el boque y caminar sin rumbo con la mente llena de remordimientos y culpas más allá de la razón.


- “No puedo seguir así, no niego que el placer que me hace sentir… es como si me transportara a otro mundo… ¿Pero luego que? El sabor amargo que queda en mi después de eso es desolador, ni una caricia amable, un beso dulce, unos brazos que me acurruquen diciendo que todo va estar bien… no hay un después, Shikamaru, y para colmo… creo que me he enamorado de ti” – dejando escapar las lagrimas retenidas por la fuerza, luego de un largo rato…


- No otra vez, ¿A dónde fuiste ahora, Naruto? Quería decirte… maldición, ¿Debería dejarlo así por ahora? Esto me hace sentir mal– murmuraba el Nara mientras se vestía y volvía a la aldea.


      Al día siguiente Shikamaru saldría en una misión que le tomaría varios días realizar, la ansiedad por no poder ver a su rubio antes de partir le hacían estar  irascible y completamente frustrado, cosa que los ninjas a su cargo notaron, les parecía extraño que el ninja más calmado de la aldea se comportara tan impacientemente  en su trato hacia los demás. Luego de sufrir por casi tres días la ausencia del kitsune a su lado el Nara comprendió que no era solo sexo lo que quería de él, su sola presencia lo llenaba y confortaba al punto de no querer dejarlo ir nunca.


- “Naruto, mi hermoso zorro… quiero verte, abrazarte, decirte que no solo extraño el encuentro de  nuestros cuerpos, eres tú al que extraño… es a ti – cruzando apresuradamente las puertas de la aldea - ¿Qué fue lo que hice? Estuviste lejos mucho tiempo por culpa del Uchiha, y ahora que lo pienso, creo que desde ese entonces ya te quería…oh, dios – caminando hacia la torre de la Hokage - ¿Por qué no me di cuenta antes? ¿Reaccione de esa manera contigo por celos? Soy un idiota, pero tú también… ¿Acaso me ves como un reemplazo de ese bastardo? No, no quiero pensar así, eso es algo que no podría soportar… tengo que verte y decirte…” – entrando al despacho de la rubia.


- Eso si que fue rápido – comento la Hokage tras su escritorio al verlo.


- Tuvimos suerte, supongo – depositando el informe sobre la mesa.


- Bien hecho, Shikamaru – echándole una hojeada al papel – No tendrás  misión en unos días, te recomiendo que descanses – echándose hacia atrás en el asiento – Así como lo hago yo cuando no tengo al escandaloso de Naruto alrededor, esta bien que se haya ido.


- ¿Ido? ¿A dónde? ¿Qué pasa con Naruto, Tsunade-sama? – sintiendo que el corazón se le salía por la boca.


- Decidió irse con Jiraiya por un tiempo.


- ¿Cuánto será ésta vez? – apretando sus manos dentro de los bolsillos


- En realidad lo ignoro, con ellos nunca se sabe, puedes retirarte – volviendo a los papeles sobre su escritorio.


- “No puede ser, Naruto… ¿Éstas huyendo de mi? ¡No lo aceptare de ningún modo! Regresa por favor, no podría estar otros dos años sin verte… que digo años, ni siquiera un segundo más, iré a buscarte, no importa donde estés… te encontrare y te traeré de vuelta… que ironía, las mismas palabras que dijiste respecto al Uchiha, ¿Acaso es un castigo por mi imprudencia? No, es solo un intermedio en lo que pienso hacer de ti cuando te encuentre” – tomando una salida alterna a la puerta principal de la aldea para ir en busca de su amor de ojos azules.


      El Nara llenaba su mente, mientras caminaba,  de suposiciones de donde podría estar el kitsune en esos momentos, dada la disposición del sennin con respecto a su usual espionaje de las chicas que servían de material a fin de recabar información para sus libros, los más probable y lógico seria visitar aquellos lugares que contaran con baños termales para tal fin. El primer día de búsqueda resulto infructuoso y totalmente frustrante, aun así no pararía en su empeño por encontrar a lo que se había convertido en lo más importante de su vida.


      No muy lejos en el camino donde el Nara se encontraba, había una posada con baños de aguas termales que serbia de relajamiento para los cansados viajeros, además de tener chicas de compañía, ya saben de que hablo, para subirles el animo y otras cosas. Oscurecía  cuando Shikamaru diviso dicha posada, y luego de pensarlo un poco, decidió pasar allí la noche.


      El ambiente era bastante animado para ser una simple posada de camino, los ojos del moreno recorrieron el lugar hasta detenerse en la mesa del fondo donde el sennin,  Naruto, y dos chicas  se encontraban haciéndoles compañía, no podía crees su suerte, aunque sintió que su estomago se revolvía al ver a una de dichas féminas junto al kitsune, instintivamente dio unos pasos atrás para que no se percataran de su presencia, explicarle al sennin seria demasiado engorroso y problemático, sabia que tarde o temprano tendría que hacerlo, pero no antes de hablar con su adorado ojiazul.


- Oh, pobre, ¿Te duele mucho? – pregunto la chica mirando hacia el yeso mientras  rodeaba con sus brazos el cuello del ojiazul, a lo lejos la mirada del Nara la acuchillaba repetidamente una y otra vez.


- No lo toques, zorra – murmuraba el moreno apretando sus dientes.


- Para nada, ya esta casi listo – sintiéndose incomodo por el gesto de la chica.


- Si quieres, yo podría hacerte sentir mucho mejor – metiendo su lengua en el oído del rubio.


- Eso si que no, él es solo mío – sin poder resistir los avances de la joven para con su rubio, decidió dirigirse a la mesa antes de terminar lanzándole un kunai entre pecho y espalda a la atrevida chica.


- Entonces… ¿Qué me dices? Tú brazo herido no seria ningún obstáculo – metiendo su mano debajo de la camiseta, fue la gota que derramo el vaso, el moreno pensó que su cabeza estallaría viendo aquello.


- Yo… en realidad… jejeje… - tartamudeaba el kitsune.


- Por Kami, ¿Pues que edad tienes? Deja la timidez a un lado y diviértete un poco, hombre – aconsejo el sennin más ebrio que sobrio.


- No necesito que tú me… viejo pervertido – refunfuño el kitsune.


- Buenas noches, parece que se divierten, ¿Puedo sentarme? – halando con desagrado a la chica de encima del ojiazul.


- S-Shikamaru, ¿Qué haces aquí? ¿Cómo me encontraste? – pregunto al cuerpo ahora sentado a su lado.


- ¿Bromeas? Te encontraría donde fuera así sea en el mismísimo infierno, cachorro – apretando, por debajo de la mesa, el muslo del rubio.


- Ah, Shikamaru-kun, que coincidencia, ¿Qué te trae por aquí? – pregunto el sennin entre la nebulosa del alcohol y los pechos de la chica que lo acompañaba.


- Solo hago un reconocimiento de la zona, y ya que es tarde, decidí pasar la noche aquí – dando lo que seria una explicación lógica y fácil de creer.


- Con que es eso, oye… ¿No te gustaría una chica también? Jejeje… es lo mejor para aliviar las tenciones – sugirió el anciano dándole un beso en la mejilla a la chica sentada en su regazo.


- No es mala idea, pero… tengo algo mejor en mente – pasando su mano por la entrepierna del kitsune.


- Yo ya me voy a dormir – dando un respingo en la silla.


- Eso suena bien, ¿Quieres que te acompañe? – dijo la airada chica de nuevo a la carga y agarrándose del cuello del ojiazul.


- Esfúmate, él es demasiado para ti… además de que ya tiene dueño – murmuro el moreno en cara de la mujer.


- Muy buena la conversación, pero yo me retiro – pasando al lado del moreno hacia el lugar de las habitaciones.


- ¡Hey, Naruto! Enséñale a Shikamaru-kun nuestra habitación, puede quedarse con nosotros – sugirió el anciano – Puede quedarse con nosotros, no me esperen despiertos – levantando el vaso en su mano.


- Nada me daría más placer – observando intensamente al rubio.


- Grandioso – contesto el ojiazul con desagrado.


- ¿Preferirías a la chica antes que a mi, es eso? – caminando atrás del rubio.


- Tal vez es hora de que pruebe otras cosas, quizás hasta llegue a gustarme – tanteando el sentir del Nara.


- Ni lo intentes siquiera – empujándolo contra la pared y aprisionándolo con su cuerpo – Nadie… nadie puede tenerte excepto yo – hundiendo su cara en el cuello del ojiazul.


- ¿Qué es? ¿Son celos de que alguien más me toque? ¿O simplemente el orgullo de tenerme bajo tu pie? Siento que estoy inmerso en el infierno de las emociones, quemándome día tras día y sin una fresca lluvia que alivie mi alma – sintiendo que sus ojos se aguaban - ¡Esto tiene que terminar! Sera lo mejor para los dos – reteniendo las lagrimas que pugnaban por salir.


- No digas… no digas eso, cachorro, te necesito… y te tendré como sea, ¿Me oyes? – abrazándolo con todas sus fuerzas.


- Ya veo, no entendiste nada de lo que dije, ¿Cierto? – soltándose y reanudando su camino.


- “¿Entender? Claro que entendí, cachorro, y no podría ser más feliz por eso, pero este no es el lugar apropiado para demostrarte lo mucho que te amo”  - deteniéndose en el pasillo - Aquí es – señalando una de las puertas y dando media vuelta después - ¿A dónde vas?


- A darme un baño… lo necesito para apaciguar mi rabia y cuerpo  – murmurando la última frase mientras caminaba hacia el de las aguas termales.


- Suena genial – tratando de seguirlo.


- Solo – parando en seco al otro.


- De acuerdo… ni que eso fuera a suceder – murmurando para si al tiempo que metía la mano en su bolsa y sacaba una pequeña cajita negra – Esta noche serás mío en toda la regla – tirando la cajita al aire y atrapándola de nuevo.


- Ahhh… - suspiro el kitsune al meterse en el agua caliente – “¿Qué no escucho nada de lo que dije? O no me hice entender muy bien que digamos, si llego ha estar más tiempo a su lado todas mis convicciones de irán a la basura, es tan condenadamente… persuasivo, tengo que hacer de tripas corazón para no tirármele encima, nada más recordar cuando estoy entre sus brazos y él  dentro de mi… dios, haría hervir esta agua, y eso es mucho decir, pero debo mantenerme firme en mi decisión o lo lamentare toda mi vida”  - apoyando sus brazos y cabeza en el borde del estanque.


- Hola, cariño – dijo una voz empalagosa a espaldas del ojiazul.


- E-Este es el baño de los hombres – mirando a la muchacha envuelta en una diminuta toalla.


- Muy cierto, ¿Pero donde más te encontraría, guapo? – avanzando hasta el borde.


- C-Creo que ya es suficiente baño por hoy – tratando de salir de la engorrosa situación.


- Pero si acabas de llegar – apoyándose en los hombros del kitsune para impedir que se levantara.


- ¿Cómo lo sabes?


- Te vi venir hacia aquí luego de que dejaste a tu desagradable amigo – sentándose con las piernas abiertas a ambos lados de los hombros del ojiazul.


- ¿El que estés aquí no te meterá en problemas? – tragando grueso.


- No les importara, créeme – pasando sus manos por el pecho del rubio.


- Pues que suerte, porque creo que a él si que le importa, al menos en parte – al ver al Nara plantado frente a ellos, y con la mirada de un asesino en serie.


- Tal parece que no entendiste el mensaje la primera vez – refiriéndose a la intrusa que toqueteaba a su tesoro – Quita tus manos o te las cortare – con el rostro de quien le arrebatan su más preciado bien.


- ¿Cuál es tu problema? – sin quitar sus manos del pecho del ojiazul.


- El problema es que estas tocando algo que es solo mío – acercándose muy amenazadoramente a la terca chica – Suéltalo o te convertiré en comida para los gusanos – a unos pasos del objetivo.


- ¿Quién es él? – la pregunta iba dirigida al ojiazul.


- Mi dueño… o eso es lo que cree – quitando los brazos que lo sujetaban – Sera mejor que te marches, no quiero agregar un problema mas a los que ya tengo.


    La insistente chica miro con cara de rabia al moreno y luego abandono el lugar. El Nara se quedo observando insistentemente al kitsune por un largo rato, la tensión entre ambos podía cortarse con un cuchillo pasándolo varias veces.


- ¿Qué? Yo no la llame – encogiéndose de hombros.


- Pero tampoco hiciste nada para rechazarla, por lo que pude ver – metiéndose dentro del agua frente al rubio.


- ¿Estabas ahí desde un principio?


- ¿Lo dudas? No puedo dejarte solo ni por un instante, al parecer atraes a todos como abeja a la miel, y eso no me agrada – acercándose lentamente a su rubio.


- ¿En serio? ¿No se supone que deberías sentirte importante por ser tú él que me tiene? Aunque eso podría cambiar – empezando a encenderse por la proximidad del otro.


- Después de esta noche, cambiaras de opinión, mi dulce cachorro – posando su cuerpo sobre el del rubio.


   Muy gentilmente el moreno acaricio el rostro del kitsune mientras posaba sus labios suavemente sobre los del sorprendido rubio. Como mosca atrapada en una telaraña, el Nara hundía sus dedos en el cabello color sol a la vez que disfrutaba de su suavidad y aroma a flores silvestres, por un momento el ojiazul sentía que se perdía en el laberinto de nuevas emociones debido a la dulzura con la que era tratado por el moreno, era algo totalmente nuevo en la agitada relación que hasta ahora habían llevado, y le gustaba, le gustaba mucho esta nueva  forma de ser amado.


- ¿Q-Que sucede, Shikamaru? Esta no es tu habitual forma de tomarme – serrando los ojos con deleite.


- Lo se, ¿Te disgusta? – mordiendo suavemente la oreja y cuello del ojiazul.


- No fue lo que dije, solo que me resulta extraño, es todo – abrazando, con su brazo sano la espalda del moreno y hundiéndole las yemas de  los dedos sobre la piel.


- Esta es la forma de poseer a alguien que se ama tanto como yo a ti, cachorro – pasando su lengua por los rosados pezones del rubio.


- ¿Lo… lo es? – dejando salir lagrimas de sus ojos.


- ¿Cachorro? ¿Qué te sucede? – al ver el rostro bañado en lagrimas.


- Solo el desbordamiento de un río que lleva tiempo llenándose – abrazándose totalmente al Nara - Dejar salir la amargura de no saber si es a mi a quien querías o solo a mi cuerpo, en un principio el placer era lo único que me movía a dejar que me poseyeras, pero después de eso… el vacio que quedaba en mi alma hacia pedazos mi corazón, tal vez suene estúpido… pero es así como me sentía – apretándose aun más al cuerpo del otro – Es por eso que hui de ti, aunque con eso sintiera que me desgarraba por dentro.


- Cachorro... eso quiere decir… ¿Qué tú también me…?


- Con un demonio, ¿Pues que acabo de decir? Baka… - empujándolo un poco, había retomado su normal personalidad - ¡No te rías! Por tu culpa acabe diciendo cosas vergonzosas – echando agua a la cara del moreno.


- Eres tan dulce – arrimándose de nuevo al cuerpo del ojiazul – Sierra los ojos.


- ¿Para que?


- No importa, solo hazlo – levantándose un poco por encima del borde del estanque para tomar la cajita que ocultaba detrás de una de las rocas que hacían de ornamento del lugar.


-¿Qué haces? – tocado por la curiosidad.


- Tú solo espera – tomando la mano del rubio y colocándole un anillo de color negro con piedrecitas de color rojo incrustadas.


- ¿Q-Que es esto? ¿Para que…? – mirando el anillo en su dedo.


- Para demostrar y demostrarte que eres mío para siempre, Naruto – besando la mano que lucia el objeto del  compromiso adquirido por el Nara para hacerse responsable de la felicidad de Uzumaki Naruto – Los adquirí en una de las aldeas que visité cuando te buscaba.


- ¿Los?


- Aquí esta el mío, ¿Quieres ponérmelo? – entregando el otro anillo al kitsune.


- Por supuesto que si – colocando en el dedo del moreno el otro símbolo de su compromiso – Con esto…  va a parecer que estamos casados – haciendo que sus mejillas se tiñeran de rojo.


-  ¿Empezamos nuestra luna de miel? Han pasado un par de días desde la ultima vez y estoy impaciente por sentirte, mi amor – pegando su miembro al del rubio mientras lo besaba y apretaba con desespero sus nalgas.


- Y yo a ti – dejándose llevar por la pasión de su pareja.


  Desde ese punto todo fue como rocas cuesta abajo, los erectos miembros danzaban uno contra el otro sin cesar, el agua caliente ayudaba bastante, debo decir. Las caricias se hicieron intensas aunque de un modo dulce, el moreno alzo al cachorro hasta sentarlo sobre el borde para así tener a su total disposición el pene de su cachorro para poder  coronarlo con su ansiosa boca, cosa que no tardo en hacer.


  Los suspiros y jadeos del ojiazul no se hicieron esperar ante la succión de la boca del Nara, aunque la desesperación por entrar en el kitsune lo estaba matando trato de masturbarlo lo más lento que sus ansias le permitían, quería hacerlo estremecer hasta la locura, que recordara la primera vez en que se entregaban dulcemente el uno al otro en su nueva vida como pareja. Al poco rato, el ojiazul se corrió entre fuertes gemidos de placer y muchos “te amo” para con el Nara.


  El moreno lo atrajo de nuevo dentro del agua y lo coloco de espaldas a él y apoyado sobre el borde, comenzó acariciando sus muslos, nalgas, y finalmente lo que más ansiaba, sus dedos sobaban la entrada mientras se masturbaba rozando su miembro en el final de la espalda del ojiazul, dos placeres al unísono, roce más intrusión, cuando metió sus dedos en la entrada del rubio. El kitsune enterraba los dientes en el yeso para no gritar de placer mientras los dedos del moreno jugueteaban en su interior. Al rato, esos dedos fueron cambiados por la punta del pene del moreno, que lentamente fue hundiéndose hasta tocar fondo.


- Oh si… - susurro el ojiazul al sentirse lleno.


- Tan estrecho… tan caliente – abrazando por la cintura el cuerpo del rubio – Me vuelves loco… cachorro – comenzando a embestirlo suavemente – Solo tú haces que me excite de esta manera – Ah, Ah… no me dejes nunca – entrando y saliendo de su cachorro – N-No dejes que nadie más te toque… no se de que seria capaz si lo haces – volteándolo boca arriba y poniendo las piernas del ojiazul sobre sus hombros – Mírame, quiero que me mires a los ojos y me digas que me amas… que mi cuerpo será el único que toque el tuyo… ¡Promételo! Por favor – con voz angustiada y acelerando un poco sus penetraciones.


- S-Shikamaru… ¿Por qué estas…?


- Quiero que lo hagas ya que no eres persona que romper una promesa, tengo tanto miedo de que me abandones cuando él… - levantándolo para abrazarlo.


- ¿Él? ¿Te refieres a…? No tienes porque angustiarte, tú eres la persona que amo, tonto – acariciando la mejilla del moreno - Y si te hace sentir mejor… lo prometo, y sabes que siempre cumplo mis promesas, ¿Mejor? – con una sincera sonrisa.


- Mi cachorro, solo mío… mío, mío, mío… - arremetiendo con fogosidad la entrada del rubio.


- Ah, Ah, Ah… todo tuyo – mordiéndose el labio para no gritar.


   Las estocadas del Nara fueron en aumento hasta que se derramo dentro del ojiazul,  pero aun continuaba erecto así que un cambio de posición era lo adecuado… según él. Esta vez fue el moreno él que se sentó en el borde haciendo que el ojiazul se colocara a horcajadas de cara a él y sobre su puntiaguda y dispuesta estaca, mientras se comía la boca de su rubio lo ayudaba a levantar y bajar sus caderas, haciendo de cada embestida una locura de placer para ambos, ya no sabían si seguían en la tierra o habían viajado a través del tiempo y el espacio de sus cuerpos, se sentían como si fuesen uno, como si sus almas se hubieran fundido en un solo corazón, al explotar les pareció ver estrellas en su unificado y luminoso universo.


 


Continuara…

Notas finales:

¡Hola niñas y niños! espero se hayan divertido mucho con este capitulo. La verdad, ultimamente me agrada hacer fics con esta pareja en particular, Shikamaru es un personaje bastante enigmatico en si, por eso cuesta mucho ponerlo en situaciones de problemas y celos... en fin. El tercer capitulo lo subire en breve, tengan paciencia y no desesperen, es todo por el momento.

Y para ti, Sakura, estoy desarroyando una historia con tu querido Kakashi como pareja del ojiazul, por eso te pido que aguantes un poco màs las ganas, te prometo que no sera por mucho.

me despido, portense bien, besosssss para todos y chaito.

                                                              Nessa Yaoi.


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