LEYENDA QUE ENCONTRÓ AIDO
EMANAK Y OREZ
Hace 10 millones de años en los inicios del mundo vampírico el primer emperador vampiro llamado Emanak sentía una enorme tristeza en su corazón y un vacio en su alma, recientemente había perdido a su esposa que aunque no la amaba porque su matrimonio había sido un arreglo si le tenía mucho aprecio, ella había muerto al tratar de proporcionarle un heredero.
Emanak caminaba cerca del lago que se encontraba a espaldas del castillo, ahí iba siempre que se sentía triste, ya era media noche y la luna llena estaba en todo lo alto, era majestuosa, hermosa, mágica era su amiga silenciosa, pero al acercarse sintió la presencia de alguien camino con mucha cautela pero al llegar al lugar encontró al ser más maravilloso que pudiera haber visto en su larga vida.
Un ser celestial al que solo el faltaban alas para ser un ángel, un joven alto delgado cabello plateado su figura era rodeada por alo de la luna.
Sin más se acerco y hablo
- No deberías estar aquí, es peligroso – comento Emanak con cuidado para no espantar al joven
El joven giro y quedo impactado, el dueño de la voz era hermoso, cabello castaño y ojos vino, pero sus ojos, esos hermosos ojos estaban tristes.
- En realidad no creo correr ningún peligro – respondió con una suave voz –
Emanak quedo hipnotizado pero trato de responder
- Es peligroso créeme – repitió Emanak -
- Soy un cazador, realmente crees que no me podría defender – sonrió –
- Sé que si – respondió el emperador -
- Te puedo preguntar algo
- Por supuesto – dijo intrigado por lo que el joven podría preguntar -
- Porque tus ojos están tristes – dijo simplemente -
- Perdón
- Si, ¿porque, tus ojos no brillan?, están sin vida
- No hay una razón para que brillen – fue la simple respuesta -
- Siempre hay una razón- afirmo el joven de cabello plateado - por cierto mi nombre es Orez
Emanak se quedo pensando por un momento, donde había oído ese nombre, por supuesto era el nombre del príncipe de los elfos
- Oye te encuentras bien - Orez frunció el seño –
- Si claro mi nombre es – pero fue interrumpido -
- Emanak - contesto Orez – lo sé, quería conocerte y sé que siempre vienes aquí – sonrió y se sonrojo –
Se quedaron platicando toda la noche hasta que Orez se despidió.
Las siguientes noches Orez esperaba por Emanak, hasta que en uno de sus encuentros
- Orez – tomo aire Emanak – tengo algo que decirte
- Que pasa –sonrió el joven elfo -
- Yo creo que…………. Te amo, se no es posible pero tú eres mi razón de seguir viviendo, la noche que nos conocimos estaba dispuesto a quitarme la vida, pero tú me has regresado las ganas de vivir
- Emanak, yo no sé………………
- Sé que no es posible porque ………….. Bueno soy un vampiro y en tu mundo soy un ser obscuro, pero te amo
- Yo también te amo Emanak, no sé ni cómo paso pero lo hago, rayos estamos en un serio problema – Orez sonrió -
Emanak y Orez, luz y obscuridad, día y noche, dos seres distintos destinados a permanecer juntos, lucharon contra las creencia elficas y vampíricas para poder estar juntos y lo consiguieron.
Se casaron en una ceremonia elfica, era tal el amor de Emanak que estuvo dispuesto a ir a vivir con Orez a su mundo, pero eso no era posible que su vida se extinguiría sin más en ese mundo, Orez con la bendición del rey se fue con Emanak quien prometió cuidarlo con su propia vida.
Todo en su vida era felicidad, Emanak había vuelto a sonreír era el mejor emperador que los vampiros pudieran tener. No podía pedir más hasta que:
- Orez que tienes – Emanak estaba muy asustado –
- Yo – Orez no respondió solo perdió el sentido en los brazos de Emanak –
El sacerdote de los elfos fue llamado a palacio junto con Kan el mejor amigo de Emanak que conocía de medicina humana para que revisaran a Orez, Emanak estaba desecho si algo le pasaba a Orez el no lo resistiría, minutos más tardes lo que a Emanak le parecieron horas, ambos salían de la habitación
- Como esta, que tiene, hablen – urgió al ver el silencio de ambos y los muros del castillo comenzaron a temblar
- Emanak cálmate – pidió Orez quien caminaba hacia él para calmarlo pero casi cae –
- Pequeña luna debes descansar – urgió Emanak y cargo a Orez hasta la habitación seguido del sacerdote y el médico.
Una vez adentro le explicaron que Orez de alguna manera no sabían cómo, había logrado concebir, estaba esperando un bebe y Emanak casi se conmociona de la alegría, pero surgió una duda, Orez seguiría adelante y si era así que consecuencias traería, no quería perderlo a él también.
- Emanak yo también deseo al bebe, es raro pero bueno soy un elfo que puede pasar, te amo tanto
El tiempo paso y aunque Orez se la pasaba casi todo el tiempo durmiendo por lo cansado que se sentía todo iba bien, lo único que no le gusto fue beber sangre pero era necesario porque el bebe era mitad vampiro.
Los meses transcurrieron en palacio con mucha alegría pero en las afueras algo mortal se estaba preparando.
- Emanak – llamo Orez -
- Mande
Orez no respondió solo ahogo un grito de dolor, el bebe estaba por nacer, el sacerdote y kan el médico fueron llamados.
- Emanak le seremos sinceros estos es peligroso, no sabemos si ambos puedan sobrevivir – dijo el sacerdote – lo sabían desde un principio
Orez estaba en mucho dolor, su estomago tenia golpes que producía él bebe desde el interior porque quería salir y no podía.
- Kan, gran sacerdote por favor tienen que sacarlo, está sufriendo – urgió Orez y extendió su mano a Emanak –
El proceso comenzó, con un cristal del mundo elfico hicieron la incisión para sacar al bebe, Orez estaba muy débil por la pérdida de energía y sangre pero feliz hasta que grito nuevamente
- Por favor Emanak ayúdalo se está ahogando, el bebe se está ahogando
Todos se quedaron sorprendido eran 2 hermosos bebes, después de sacar el segundo bebe Orez se desmayo por el esfuerzo.
Orez despertó horas más tarde, sus ojos brillaban de alegría aunque estaba mas pálido de lo normal y ojeroso, cuando Emanak lo vio despierto inmediatamente se acerco a él depositando un suave beso en su frente
- Gracias Orez, no tengo palabras para agradecerte todo lo que me has dado – dijo sinceramente el emperador vampiro –
- Verte feliz es mi mayor recompensa – sonrió –
Ambos padres estaban que no cabían de felicidad, pero nada dura para siempre porque la guerra amenazaba con destruir su felicidad y así fue.
Unos días después la guerra estallo ya que los vampiros rebeldes querían apoderarse del trono, Emanak lucho ferozmente y gano, pero no se dio cuenta de un vampiro que había quedado vivo y logro meterse al castillo llegando a la habitación principal donde Orez y los bebes estaban, Emanak llego justo a tiempo pero al estar casando y débil fuero herido por las garras del vampiro, Emanak se arrastro hasta quedar frente a Orez y los bebes para protegerlos.
En cuestión de segundos el vampiro rebelde se abalanzo sobre ellos, pero una luz plateada lo desintegro, Emanak y los bebes estaban a salvo.
- Orez – grito Emanak –
- Estas bien – pregunto Orez preocupado -
- Si lo estoy, porque …………… - trato de preguntar Emanak -
- Porque te amo tonto – sonrió Orez – hay algo que quiero decirte “mi amor por ti es infinito como las estrellas del cielo” nunca lo olvides – susurro Orez -
- No Orez no me hagas esto, por favor no me dejes, Orez – grito Emanak -
- Tú tienes una misión que cumplir no ………… te des por vencido, ellos ………….. Te necesitan
- Y yo a ti Orez ………….. mi luna, no me dejes, eres mi razón de vivir
- Y tú la mía por eso no podía permitir que algo te pasara, ellos ………………..
- Lo sé ……………. Descansa – Emanak lo abrazo y lloro en silencio, su luna, su razón de vivir se había ido –
Emanak quedo destrozado por la pérdida, pero estaban sus pequeños.
Eran una copia de cada uno de ellos. El mayor fue el heredero al trono vampiro era idéntico a su padre Emanak y el menor era una copia de Orez y decidió ser un cazador en honor a su amado padre y se fue al mundo humano y así cada uno tomo su camino.
Emanak fue al lago donde conoció a Orez y con ayuda de los elfos consiguió acabar con su dolor.
- Orez mi amor hoy en la primer luna del cazador, vengo a decirte que ya no puedo soportar tu ausencia, que la vida sin ti no es vida y que tengo la bendición de los reyes y su permiso, nuestros hijos han tomado su rumbo y yo te extraño tanto, se que algún día nos encontraremos nuevamente porque mi amor por ti ira mas allá del tiempo y del espacio, te amo Orez, te amo mi bella luna.
Ese día la luna no brillo su luz de plata, ese dia la luna brillo en tono rojizo, brillo la primer luna de sangre. La promesa de volver a estar juntos se cumpliría tarde o temprano. Una promesa de amor puro y verdadero que vencerá al mismo tiempo y viajara a través del espacio infinito.