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Wishes for a genie por itachiuchihafan

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Notas del capitulo: Perdon por la demora, pero nuevamente estoy en examenes, el lado bueno es que el viernes se terminan, el lado malo, es que el lunes inicias los examenes finales (así es el IMAP waaa), el otro lado bueno es que para despues del 11 de Diciembre, podre actualizar más seguido.

Aquí esta el fic, espero que les guste y perdonenme si esta corto o tiene faltas de ortografia.
Naruto contemplaba al muchacho que apretaba con fuerza los puños, quizás no había sido el mejor deseo que pudo pedir, pero no había pensado en aquel momento, lo único que pensaba en ese momento era detener al azabache.

-Quiero ir a mi lámpara, estoy cansado – murmuro el azabache algo molesto.

-No, no entraras a tu lámpara, no lo harás hasta que yo lo diga – aclaro.

-S-si mi amo – Sasuke bajo la mirada, mordiéndose los labios para no llorar, no deseaba obedecer, pero era un deseo de su amo y debía cumplirlo.

-Muy bien me dirás como te convertiste en……….

Un ruido inundo la habitación, desconcertando al azabache, mientras una mueca de fastidio se mostro en el rostro del rubio.

Naruto se dirigió a una mesita, descolgando el teléfono.

Sasuke miraba curioso el aparato que Naruto sostenía en las manos, olvidando por unos momentos las ganas de llorar, escuchaba como hablaba, y por un momento pensó que hablaba solo, pero al parecer, el rubio respondía a una serie de preguntas. Y por fin Naruto colgó el teléfono.

-Me tengo que ir, volveré después, no salgas – advirtió.

-¿Qué es eso? – pregunto ignorando lo dicho, mientras señalaba el aparato que el rubio había usado.

-Un teléfono, sirve para hablar – y dicho esto se fue a su habitación, cambiándose rápidamente para volver a donde se encontraba Sasuke aun mirando el teléfono.

-Enserio no salgas – tomo los planos que la noche anterior Sasuke le había entregado.

Al no tener respuesta del azabache, se marcho.

Y Sasuke solo pudo ver como su amo se marchaba, dejando fuera de su alcance el volver a su lámpara. Suspiro cansado y se dejo caer en uno de los sillones, contemplando todo lo que lo rodeaba, sintiéndose un completo extraño en esa época que desconocía, y más aun, lejos de su tierra.

Se levanto y camino a paso lento hasta la habitación del rubio, en donde se estaba secando su ropa, se quito el pijama, lo doblo con cuidado y lo puso sobre una silla, después tomo su ropa, aun húmeda, y se volvió a vestir con ella, las lagrimas por fin corrieron por sus blancas mejillas, y se dejo caer en el piso, se sentía tan solo y tan perdido, cerro sus ojos, evocando en su memoria aquellos paisajes cubiertos de arena, su amada Arabia, recordaba las frescas brisas de la noche, como añoraba estar allí, acompañado de su hermano, pero sabía que aquello ya no podría ser, y llorando más fuerte, soltando lastimeros sollozos, se abrazo así mismo, hundido en sus recuerdos se quedo dormido.


Naruto acaba de llegar, en su rostro se mostraba completo desagrado, tener que madrugar para ir a arreglar unos papeles no era divertido, además ya pasaban de las 11:00 y aun no desayunaba. Tiro su chamarra y los planos sobre el sillón, se dirigió a la cocina y se preparo un café, planeando sus próximas acciones, hasta que se dio cuenta que no había visto al azabache.

-Sasuke – le llamo con fuerza, pero no obtuvo respuesta, molesto dejo su taza de café y fue en su búsqueda.

Lo primero que hizo fue tomar la lámpara y la agito, pero era obvio que el azabache no se encontraba allí, si no, hubiera salido.

Se encamino a su habitación, y allí le vio, en el piso, se veía más pálido, corrió a su lado y le llamo, noto que ahora llevaba su propia ropa, que aun se mantenía húmeda.

El azabache comenzó a abrir lentamente sus ojos, posándolos sobre su amo.

-Sasuke, ¿Qué demonios hacías? – le pregunto con un toque de molestia, pero también con preocupación.

-Lo siento amo – respondió Sasuke mientras Naruto le levantaba y le recostaba en la cama – déjeme volver a mi lámpara – pidió con lastimera voz.

Y recordó lo dicho hace unas horas, cuando le dijo que no podía entrar en la lámpara, al menos de que le permitiera.

-Si – respondió.

Acumulando todas sus fuerzas, Sasuke se levanto, rechazando la ayuda de su amo, y haciendo un esfuerzo sobrehumano, camino por los pasillos, seguido del rubio, que le miraba atentamente, sin decir palabra alguna.
Y ya por fin, frente a la lámpara, una nube de humo le rodeo, regresándole a su lámpara.

Naruto contemplo como había desaparecido el azabache, no sabía en qué momento volvería a salir, por ello decidió seguir con su vida cotidiana.


Sasuke estaba recostado sobre su diván, ahora se sentía mejor, se sentía relajado, no entendía como se pudo comportar de aquella forma débil frente a Naruto, pero ahora todo estaba mejor, su ropa había sido cambiada, ahora usaba unos pantalones abombachados negros, esta vez no se había puesto un chaleco, ahora permanecía con su pecho y torso expuestos.

Tomo una de sus pipas, y comenzó a fumar opio, llevándolo casi a la inconsciencia, pero permitiéndole sentirse relajado, sintiendo que su mente se separaba de su cuerpo, algo sumamente placentero.

Y el tiempo paso volando, hasta que todo el opio que mantenían sus pipas se termino y fue que se dio cuenta que sentía hambre, una de las desventajas de tener un amo era esa, sentir hambre, sentir cansancio y sed, al poseer un amo, era como si el volviera a ser un humano más, padecía lo mismo.

Se levanto tambaleándose, dispuesto a salir de su lámpara, pero no sin antes mirarse en un espejo de cuerpo completo, peinando sus cabellos y tomando una botella de perfume, roseándose por completo, para impedir oler a opio. Y así, salió de su lámpara.



Naruto estaba sentado en uno de los sofás, leyendo sobre arquitectura, se había olvidado por completo del genio, pero se vio forzado a recordarlo, al sentir una presencia a sus espaldas.

Dejo el libro y se giro, viendo al azabache, sin mucho interés.

-Amo – pronuncio el genio.

Pero Naruto no dijo nada, se volvió a enfrascar en su libro.

Y ante esto Sasuke se irrito, enfadado se acerco a su amo y le arrebato el libro de las manos, tirándolo lejos.

-¿Qué se supones que haces? – Naruto se había levantado del sofá, empujando a Sasuke, haciéndolo caer.

-No me ignores cuando te hablo – le reclamo el azabache, poniéndose de pie, mostrando un rostro carente de emociones.

La sangre de Naruto se helo, a tal punto, el azabache le daba algo de miedo, pero no lo mostraría.

-Tenme respeto, es una orden – Naruto también había mostrado un semblante serio.

Pero el azabache comenzó a reírse, se burlaba de las palabras de su amo.

-Es una lástima que no puedo obedecer esa orden , para tu desgracia, el respeto se gana –

-Suficiente, ya cállate, tráeme mi libro – ordeno.

Y la diversión del árabe termino, intento no dirigirse hacia donde estaba el libro, pero en contra de su voluntad tuvo que hacerlo, ya que si bien, lo que sintió en unos segundos de rebeldía, fue que se ahogaba, el grillete le asfixiaría si no cumplía las ordenes.

Tomo el libro y se lo entrego al rubio, aun así, en su rostro se mostraba desagrado. Pero sus mejillas se tornaron rojas de vergüenza al escuchar como su estomago rugía, y la risa de su amo no se hizo esperar.

-Al parecer el pequeño genio tiene hambre – se burlaba.

-No, deja de burlarte – reclamo furioso.

-Vamos, tranquilo, yo tampoco he comido –dijo el rubio, tratando de controlar su risa.

Sasuke no dijo nada solo asintió y siguió al rubio hacia la cocina.

-Siéntate – le indico, a lo que Sasuke acato al momento - te preparare algo – Naruto se acerco a una alacena, comenzando a sacar algunas cajas.

-No es necesario, si tienes alguna fruta con eso me bastara – el azabache se mostraba algo avergonzado al tener que depender de otro.

-Mmm…. No, comeremos lo más rico del mundo – hizo una pausa, la mirada de Sasuke mostraba duda - ¡Ramen! – grito el rubio, sosteniendo en alto un tazón.

Por un momento Sasuke se pregunto si su amo tendría retraso mental, o si era bipolar, en unos momentos se mostraba como un hombre culto y sereno y por otra parte se podría mostrar como una persona despistada e infantil.

-No sé que es el ramen – se limito a decir Sasuke.

-¿No lo sabes? ¡¿Dónde has vivido tanto tiempo?! – Naruto estaba que no se la creía – bueno entonces te hare comer todo el ramen posible –

Sasuke mostro un rostro serio, pero no dijo nada, fijo su mirada en la mesa y dejo que su amo le prepara de comer, era algo lindo, ya que ninguno de sus anteriores amos, a excepción del primero, habia hecho algo así por él, siempre le trataban como un vil esclabo, humillandole y golpenadole, tratandolo como si fuera lo peor de ese mundo, pero en el fondo sabia que con Naruto no seria así.

Vio como su amo colocaba un tazón frente a él, contenía pasta y carne, además de verduras, y una especie de caldo que desprendía vapor, sin lugar a dudas se veía deliciosa, se mordió los labios, sentía tanta hambre.

Pero vio como Naruto había tomando asiento y comía lo mismo que él, pero usaba unos palillos para ingerirlo y eso le desconcertaba. Al lado de su tazón se encontraban un par de palillos, como los que usaba el rubio, los tomo, tratando de tomarlos de la misma forma que su compañero, intentando tomar la comida, pero fracasando.

-Vamos Sasuke, no puedo creer que no sepas usar unos palillos, es tan básico para comer – se burlo el rubio al notar los intentos fallidos de su genio.

-No es mi culpa, cuando era niño no podíamos costear algo para comer y mis anteriores amos me daban los desperdicios que dejaban, a los cuales me negaba comer, además mi cultura es diferente – dijo molesto.

Naruto callo y le miro con lastima, pero vio como el azabache se mostraba frio e indiferente, siguiendo en su intento por dominar los palillos, y fue cuando Naruto supo, que si Sasuke se daba cuenta de que le miraba con lastima, le causaría un daño en su orgullo, y al parecer, era lo más importante para Sasuke, lo único que había podido conservar después de tanto.

-Sasuke, háblame de ti, sé que no me quieres decir cómo te convertirse en genio, pero puedes hablarme de otras cosas – pidió el rubio.

-¿Cómo que cosas es lo que quieres saber? – pregunto.

-No lo sé – hizo una pausa – antes de ser un genio, cuando eras aun un humano, ¿Qué es lo que hacías? – Sasuke le miraba expectante.

Sasuke le miro fijamente, suspiro.

-Vivía con mi padre y mi hermano en el palacio – respondió agachando la mirada.

-¿En el palacio?, ¿Eras un príncipe? – le pregunto.

Sasuke negó con la cabeza.

-Yo no era nadie, mientras mi padre no me reconociera, yo no me podía llamar príncipe, el único que tenía ese honor era mi hermano, yo nunca lo logre – dijo en un susurro.

Naruto vio la mirada vacía de Sasuke y se sintió mal por haberle hecho hablar de ello.

Ambos no dijeron nada, Sasuke a duras penas pudo comer el tazón y cuando lo termino, noto que Naruto ya iba por el decimo segundo.

-Comes mucho – afirmo el genio, apartando todos los pensamientos de su cabeza.

Naruto se paso todo el ramen y le dedico una sonrisa socarrona.

-Ya sé cuál será mi siguiente deseo – dijo con alegría Naruto.

Sasuke se levanto y le miro con duda.

-Deseo una dotación de por vida de ramen – dijo feliz.

Una gotita de sudor callo por la frente de Sasuke, no podía creer que su amo gastara los deseos de aquella forma tan ridícula, pero debía cumplir.

-Como desee mi amo – fue lo que dijo y haciendo un chasquido, empezaron a aparecer tazones de ramen instantáneo por todo el lugar.

Era un mal deseo, había que admitirlo, ahora Sasuke estaba en un rincón, viendo como los tazones de ramen iban llenando el lugar, mientras que Naruto corría de un lado a otro, feliz, tomando entre sus manos los tazones.

Y por fin pararon, el lugar estaba lleno y difícilmente se podían mover entre tanto alimento.

-Que feliz soy, estoy en el paraíso – decía con lagrimitas en los ojos el Uzumaki.

-Eres estúpido – afirmaba Sasuke, intentando moverse entre las cajas de ramen.

Naruto ignoro lo dicho por el genio y se movía entre las cajas, aventándolas hacia el techo, como si fuera simple confeti.

Y fue cuando Sasuke se dio cuenta, su lámpara había sido sepultada por tantos tazones de ramen instantáneo. E intentándose mover rápidamente, comenzó a nadar entre las cajas, llegando hasta la pequeña salita, escarbando entre todo el alimento, buscando su lámpara.

Mientas tanto, Naruto había escuchado el timbre de la puerta sonar, sería un problema que vieran todas esas cajas allí, pero no lo pensó en ese momento, moviéndose con habilidad entre el ramen, llego a la puerta, abriéndola con dificultad, encontrándose con unos ojos amarillos que le miraban con desprecio.

-Orochimaru, ¿Qué te trae por aquí? – pregunto con molestia el rubio, tratando de aparentar indiferencia.

Orochimaru recorrió con su mirada el recinto, viendo que todo estaba cubierto por cajas de ramen.

-¿Qué significa esto? - pregunto analizando la escena.

Naruto giro su rostro y miro todo el lugar, trago saliva, como podría dar una explicación.

-Insisto en que respondas mi pregunta, ¿Qué haces aquí? – evadió el tema del ramen.

-Vengo a ver si tienes el proyecto, aunque no creo que en este basurero en el que vives lo encuentres – aseguro con burla.

Naruto apretó los puños, mirándolo con odio.

Mientras tanto, Sasuke se había escondido entre las cajas, apretaba contra sí su lámpara, que con tanto esfuerzo, había encontrado. Escuchaba la conversación de su amo y de aquella persona, a la cual no había podido ver, pero permanecía escondido, evitando que le viera.

-Muévete y búscalo – le reclamo Orochimaru a Naruto, empujándolo para que se moviera – enserio que eres un inútil –

Y Sasuke no se contuvo, no permitiría que ofendieran a su amo.

Salió de su escondite, ambos le miraron, su rostro mostraba frialdad, hasta cierto punto, indiferencia, pero sus ojos estaban llenos de ira.

-No le hables así a mi amo – dijo desafiante.

-¿Quién se supone que eres tú? – sintió la mirada de aquel hombre sobre él, y un escalofrió recorrió su espalda, sintió miedo, pero no lo demostraría.

Naruto miraba a Sasuke que apretaba contra si la lámpara.

-Eso no te importa – le respondió cortante.

Orochimaru se adentro, apartando las cajas a su paso, Naruto le intento detener, pero le aparto, y hasta que por fin, Orochimaru quedo frente al azabache. Orochimaru extendio su mano, acaricio la pálida mejilla del chico y re relamió los labios, Sasuke dio unos pasos para atrás, apartándose del hombre.

-¿Eres una ramera? Porque es lo que pareces – se burlo.

Naruto se sonrojo, vio que Sasuke no comprendía lo dicho, pero se dio cuenta de que Sasuke no llevaba una camisa, ni siquiera su chaleco, ¿Cómo podía ser tan idiota para no darse cuenta de ello antes?

-Orochimaru, es suficiente, él es el hijo de un amigo de mi padre – mintió – Sasuke ve a la cocina y allí quédate – ordeno.

Sasuke asintió, y sin mirar a aquel hombre, se dio la vuelta, regresado al cuarto indicado.
Naruto vio como partía.

-Sera mejor que te marches, te llevare el proyecto mañana temprano - le indico a Orochimaru, quien solo soltó una pequeña carcajada y se marcho.

Naruto estaba que temblaba de ira, no soportaba a ese sujeto, cerró la puerta al verle partir y haciendo paso entre las cajas, se dirigió a la cocina, donde Sasuke estaba estático sin hacer nada.

-¿Cómo te atreves a retarle? – le reclamo molesto.

Sasuke le miro sin ninguna expresión en el rostro.

-No puedo permitir que ofendan a mi amo – respondió.

-¿Y que si me ofenden? Se defenderme –

-No tienen derecho – su voz sonaba fría, pero hizo una pausa – en tal caso yo soy el único que puede – dijo con simpleza.

Naruto, que se empezaba a sentir feliz, al ver que Sasuke se preocupaba, termino deprimido por lo último.

-Que cruel eres – lloro Naruto.

Sasuke le miro molesto, pero con un movimiento de mano hizo aparecer una pequeño saco de terciopelo azul marino, que se sujetaba con un liston dorado.

-Toma - le entrego Sasuke a Naruto.

Naruto le miro curioso, no sabiendo que era, y Sasuke pudo notar el desconcierto de su amo.

-Guarda allí el ramen, ese saco no tiene un fin – le indico.

El rubio tomo le abrió y comenzó a meter algunos de los empaques, comprobando que el pequeño saco no se llenaba.

-¡Eres genial Sasuke! – exclamo alegre, mientras comenzaba a meter las demás cajas, el único problema, es que eran demasiadas.

Sasuke solo le dedico una mirada, era divertido, nunca se había sentido así, le agradaba esto, pese a que tenía que obedecer las órdenes del rubio.

Pero Naruto detuvo sus labores, mirando a su genio.

-Aun que me has dado esto – señalo el saco – te tendre que dar un castigo por comportarte de esa manera – dijo serio Naruto.

Sasuke le miro de mal modo, ¿Cómo Naruto cambiaba tan repentina mente de parecer? aferro con fuerza la lampara, al notar la mirada de su amo en ella.

-Dámela Sasuke, no podrás entrar en ella por un tiempo, la guardare donde no la encuentres, y te harás pasar por un humano, Orochimaru hablara de ti, tenlo por seguro – indico Naruto, arrebatándole la lámpara al azabache, aventandolo para atrás, haciendo que Sasuke se golpeara con la mesa.

Sasuke le miro furioso, ¿Cómo se atrevía a quitarle su lámpara?

-No voy a actuar como un “humano”, dame mi lámpara – sintió que el grillete de su cuello le ahorcaba, pero no se dejaría vencer.

-No es una pregunta, es una orden – le aventó el saco azulado al azabache – mete los empaques de ramen en él – indico y con la lámpara en mano, se alejo de allí, dejando al azabache temblando de rabia.

Molesto, dio un chasquido y todos los recipientes de ramen instantáneo entraron al pequeño saco azul.

Lo tiro a un costado, y se dejo caer en el piso, recargado contra la mesa.
Notas finales: Tara!

Espero que les gustara, gracias por sus reviews, y hablando de ello, me dejan un review?, etto bueno, me despido.

Sayo!

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