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Juntos por la eternidad. por sasukitsu

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Notas del capitulo:

Aquí está el segundo ^^

Capítulo uno:
~Dejarlo todo por amor~

 

El que puede prescindir del ser amado
puede prescindir de todo
André Maurois

 

 

 

Sintió que su amigo se paraba y hablaba con alguien, pero el cansancio no le dejaba ni abrir los ojos ni reaccionar, por lo que se perdió en la bendita inconsciencia, ignorante de que su vida había dado un nuevo giro, un giro totalmente increíble.

 

 

El nuevo amanecer sería el inicio de la nueva vida de Naruto Uzumaki, ex ninja de la aldea de la Hoja y nuevo fugitivo.

 

 

-Despierta, dobe.-dijo una voz seca y bastante chula, haciendo que abriera débilmente los ojos, infinitamente cansado.

 

 

-Teme.-musitó el rubio, totalmente agotado.- ¿Qué quieres, dattebayo?

 

 

-Abre la boca.-ordenó el azabache, con gesto duro.

 

 

El rubio abrió la boca como un pajarito recién nacido, demasiado aturdido cómo para preguntar qué hacía Sasuke cuidándolo en vez de la vieja borracha. Notó un sabor muy amargo, que pareció darle aún más sueño, miró brevemente y con extrañaza, el sombrío lugar dónde se encontraba, y se perdió en la inconsciencia.

 

 

-¿Qué es lo que me has obligado a darle, Kabuto?-gruñó Sasuke, de muy malas maneras, mirando con desprecio al chico de pelo gris que servía a Orochimaru.

 

 

El aludido, sonrió indiferente y le devolvió la mirada inexpresivamente.

 

 

-Es un potente somnífero que lo tendrá sedado hasta que su cuerpo se recupere.-dijo burlonamente, ganándose una fea mirada del Uchiha.-Orochimaru-sama aún no sabe que  no has venido sólo, por lo que deberías ser más cortes, Sasuke-kun. Mi amo aún tiene contactos con los Akatsuki, y un mal movimiento de tu parte, puede ser fatal para tu amiguito.

 

 

-Las amenazas no funcionan conmigo.-musitó con un tono más helado que el ártico, logrando que hasta el curtido Kabuto se estremeciera.-Si tu amo no quiere a Naruto aquí, él y yo nos iremos por nuestra cuenta. Yo sólo puedo volverme lo bastante fuerte como para cumplir mi venganza…

 

 

Dejando una amenaza más efectiva que la que el peligris le había lanzado, Sasuke expulsó al sujeto del cuarto que compartía con Naruto, el azabache se sentó a velar a su amado y pensar.

 

 

 

 

~Konoha, despacho de la Hokage~

 

 

-¡Pero cómo puede ser posible, Kakashi!-ladró la Godaime muy alterada.-No puedo aceptar que dos simples gennins desaparecieran sin dejar rastro, y menos cuando un experimentado Jounnin como tú les seguía el rastro con sus perros ninja.

 

 

-Pues así es, Hokage-sama.-musitó el peliblanco con la mirada baja.-La lluvia borró el rastro y no pude determinar por dónde se fueron. Tan sólo puedo decir que el rastro se perdió en el bosque colindante con el valle del Fin, y que Naruto no se fue por su gusto

 

 

-¿Qué quieres decir?-preguntó con voz temblorosa Tsunade.

 

 

-Que sólo había huellas de una sola persona, marcadas más hondo de lo habitual en la tierra.-dijo levantando la mirada, dejando ver la desolación en el ojo descubierto del Hatake-Sasuke se llevó a Naruto a la espalda, desmayado de seguro. Él no se marchó de la aldea por su propia voluntad.

 

 

La Godaime se derrumbó sobre la silla pesadamente, cómo si tuviera más de cien años, en vez de unos fabulosos cincuenta y pocos años (no se debe revelar la verdadera edad de una dama kukuku).

 

 

-No podré ocultar este suceso al consejo, Kakashi.-suspiró desolada la rubia madura, mordiéndose el labio inferior, llena de desesperación.-Aún si Naruto no se marchó de la aldea por su voluntad, el consejo, gracias a Danzou, dirá que la aldea necesita al contenedor del Kyuubi para no perder su prestigio, y ordenará su inmediata búsqueda y captura

 

 

-Es cierto, pero si algo conozco bien es a Sasuke, no dejará que nadie encuentre a Naruto.-musitó pensativo y con el corazón encogido.-Nunca podremos encontrarles si Sasuke no lo desea. Naruto no volverá a la aldea hasta que el mismo Sasuke lo haga…si lo hace.

 

Esas últimas palabras fueron escuchadas por una jovencita angustiada por el paradero de su amado y su mejor amigo, logrando que el remordimiento enraizara en su alma. Si ella no le hubiera pedido nunca a Naruto que trajera de vuelta a su amado Sasuke, Neji, Chouji y Kiba no estarían heridos graves, lo dos primeros casi moribundos, y Shikamaru no estaría al borde de la depresión…

 

Las lágrimas inundaron los ojos jade de la jovencita, nublando su campo de visión, por lo que no percibió una sombra escondida en la zona más oscura del pasillo. El ruido que hicieron sus pasos al huir del lugar, fueron el pistoletazo de salida para que la sombra desapareciera, sin que los angustiados Kakashi y Tsunade se percataran ni de la visita de la pelirosa ni la vigilancia de la sombra.

 

 

 

 

 

~Konoha, zona del bosque~

 

 

-Mmmm.-musitó una extraña sombra blanca, mirando a todos los lados, como buscando algo.-Esto no pinta pero nada bien, no es bueno no saber el paradero del niño Kyuubi.

 

 

Un tenue sonido se dejó escuchar, y una sombra negra apareció en el suelo rocoso de esa parte del bosque, un campo de entrenamiento vacío, por lo tardío de la hora.

 

 

-Pein-sama nos ordena volver a la base.-dijo con tono aburrido la sombra blanca, mientras la sombra negra asentía.-Todos nos reuniremos para planear otra estrategia. El nueve colas es el último bijou que debemos tener, por lo que primero nos ocuparemos de los ocho restantes.

 

 

La sombra negra se acercó a la blanca, llegando hasta el punto de fundirse con ella, dejando ver a un extraño personaje verde con la capa de Akatsuki.

 

 

-Vamos entonces a la base.-dijo el ser, que no era otro que Zetsu.-Tengo noticias para el líder.

 

 

Sin más, desapareció por completo.

 

 

 

 

 

 

~Guarida de Orochimaru~

 

 

“Esto es patético”-pensaba nuestro azabache-“No solo casi consigo matar al único ser que amo, sino que lo estoy exponiendo a una vida de peligro y sinsabores… ¿Hasta dónde puede llevarme este camino que he elegido? Un ser tan puro como Naruto no se merece que le haga esto.”

 

 

Sus ojos negros estaban llenos de angustia, su corazón encogido de dolor, su alma llena de arrepentimiento. ¿Qué tan precipitado pudo ser? No había sido justo lo que había hecho, llevándose consigo al ser que amaba…

 

 

Pero… ¿Quién dice que el amor sea justo? El amor que  sentía por ese chico que yacía en ese catre, en una habitación lúgubre y oscura, le había obligado a tomar una decisión. Ya no había tiempo, si se demoraba tan sólo un segundo más, Kakashi hubiera dado con ellos y no le habría dejado tomar su propia decisión… ¿Pero por qué se sentía tan desdichado?

 

 

-Naruto.-musitó con voz casi inaudible, como una plegaria a Dios-Perdóname.

 

 

-¿Qué tengo que perdonarte, teme?-respondió, sorpresivamente, una débil y dulce voz.

 

 

-¡Naruto!-se sorprendió el azabache, levantándose al punto y yendo junto al rubio.

 

 

-Teme…-suspiró contento, al ver el rostro, con el corazón latiendo con fuerza en su pecho.-Temía que te fueras sin mí…

 

 

El rostro de Sasuke se desencajó. ¿Pero qué le estaba diciendo Naruto?

 

 

-Pero dobe, ¿qué es lo que dices?-preguntó con cierto malestar el azabache, colmada su paciencia y con los nervios a flor de piel.- ¿Acaso no ves que no estamos en Konoha?

 

 

El rubio abrió los ojos, que había dejado cerrados, y miró con serena calma y sin rastro de sorpresa, la cara angustiada del azabache.

 

 

-Eso ya lo sé.-dijo con una débil sonrisa, dejando en schock a Sasuke.- Ya me di cuenta, datteba…Como también que no te has movido de mi lado en dos días por lo menos.

 

 

Sasuke se quedó en blanco, abriendo la boca casi hasta el suelo, y mirando con los ojos como platos el rostro calmado e inocente del rubio.

 

 

-¿Y es que no vas a protestar?-chilló el azabache, rota su mascara de inexpresividad y lleno de pena y rabia-¿Acaso no ves que te estoy llevando a un futuro lleno de peligros e incertidumbres, con la muerte acechándonos?

 

 

El rubio volvió a sonreír una vez más, llenando de angustia al azabache.

 

 

-Prefiero mil veces una vida llena de peligros si estoy a tu lado, que una vida tranquila y dichosa si es sin tí.-musitó Naruto con voz cálida.-No concibo la vida sin tí, dattebayo.

 

 

Sasuke se llenó de esperanza y miró con afecto el rostro fatigado del rubio. Una llamada discreta en la puerta, rompió el encanto de ese momento. Una mascara de frialdad volvió a cubrir el rostro del azabache, y pareció que se cubría de puro hielo, mientras abría la puerta, discutía con Kabuto y salía sin más, dejando a Naruto sólo.

 

 

 

El rubio se acomodó y cerró los ojos, volviendo a un lugar muy dentro de él, dónde se comunicaba con el nueve colas.

 

 

-¿Y qué vas a hacer, niñato?-dijo el zorro con ojos maliciosos.- ¿Dejarás tus estúpidas y bobas ilusiones por el Uchiha?

 

 

Naruto le miró con el ceño fruncido y muy enfadado.

 

 

-No dejaré nada, zorro.-escupió con desdén.-Simplemente retrasaré un tiempo mis planes de ser Hokage. No puedo dejar sólo al teme, dattebayo.

 

 

-Jajaja.-rió malvadamente el nueve colas.-Nada bueno saldrá de un Uchiha, pero supongo que es tu patética vida. Me es indiferente lo que hagas con ella mientras no represente un peligro para la mía.

 

 

Naruto se llenó de coraje y se marchó de ese lugar horrible, dejando al zorro riéndose a mandíbula batiente.

 

 

Triste, Naruto miró el lugar dónde se encontraba, sintiéndose muy solo sin Sasuke.

 

 

-El zorro tiene razón, soy patético, ttebayo.-murmuró con los ojos brillantes  por las lágrimas contenidas, intentando ser fuerte.-Pero no hago esto sólo por el teme, sino por mí. No soportaría estar sin él. ¿Por qué dicen que el amor es bonito, si es tan doloroso?

 

 

Una lágrima bajó por su mejilla, mientras recordaba el momento en el que se había dado cuenta que lo que sentía por el teme de Sasuke era amor, por mucho que se lo negara así mismo…el día que pensó que había muerto por salvarle en el país de la Ola.

 

 

Ese día en el que el maldito Kyuubi había salido por vez primera, porque toda su humanidad se esfumó en un instante y sólo el odio recorría cada partícula su ser…

 

 

Nada importaba más que terminar con la vida del que le había arrebatado al centro de su vida…

 

 

Nada existía en el mundo más que el  dolor, y una voz le había susurrado al oído:

 

 

Odia…

 

 

Odia…

 

 

Odia al que lo mató.

 

 

Odia a todo lo que pueda amenazarte.

 

 

Odia al mundo entero.

 

 

Porque sólo el odio te hará verdaderamente libre.

 

 

 

-¿Quién eres?-había preguntado confundido y asustado.

 

 

Una risa malvada había resonado en su cabeza, haciéndole sentir más pánico y la voz había vuelto a hablar.

 

 

Tu peor pesadilla.

 

 

Por suerte, había podido volver a tomar el control de sí mismo, pero esa reacción tan visceral y el dolor tan grande que había sentido al ver el cuerpo inmóvil de su rival, le había llenado de dudas. Y mucho más la gran alegría y alivio que sintió al ver que Sasuke estaba vivo.

 

 

No entendió en absoluto lo que había pasado, hasta que le comentó a Iruka, sin decirle quién fue el causante por supuesto, y el sensei había sonreído con afecto, musitando que ya se estaba haciendo mayor.

 

 

-¿Por qué me sentí así, datteba?-chilló desesperado con las manos en la cabeza, como un loco, haciendo que la sonrisa del pelimarrón fuera más amplia.

 

 

-Porque amas a esa persona.-le había contestado el sensei, dejando paralizado al rubio, que no podía creerse lo que acababa de oír.

 

 

Lo pensó, lo rumió, lo negó, dió miles de vueltas al tema. Y en el valle del Fin, lo había confirmado.

 

 

 

Naruto Uzumaki estaba enamorado del teme de Sasuke. El día del Apocalipsis había llegado.

 

 

 

Continuará…

Notas finales:

Seguiré subiendolos Xd, por suerte sólo son cuatro...

Besos.

Sasukitsu la Kyuubi.


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