(Una imagen linda de cómo está disfrazado Harry.La imagen no es mía)
Nada más salir del restaurante, "Jack" se encontró empotrado contra una pared en un sitio oscuro y siendo atacado por los labios de Draco, que tomaron su boca con un ardiente beso, y el obligaron a abrir la suya, otorgándole paso a la descarada lengua del rubio, que degustó largamente tan sabroso manjar, aturdiendo más si cabe a Harry, que sintió que sus rodillas se volvían gelatina y gimió con deseo, animando más al lujurioso Malfoy, que apretó al dócil joven contra su duro y musculado cuerpo.
Un beso siguió a otro, y las dos erecciones deseosas se frotaban una contra la otra, excitando mucho a los dos chicos, con Draco relamiéndose y Harry perdido en la experiencia más extraña y lujuriosa de su vida.
Draco se separó con lentitud de la boca de su presa, y miró atentamente su cara contraída de deseo, tal como sus ojos cuando este los abrió.
-¿Quieres irte a un hotel o nos lo montamos aquí mismo?-ronroneó maliciosamente el rubio platino, lamiendo su delicada oreja.
-Prefiero el hotel...-murmuró "Jack" aturdido-Nunca he hecho esto en mi vida y me da cosa hacerlo aquí.
Draco se sorprendió muchísimo, pero se felicitó interiormente, ese delicioso joven nunca había sido degustado por nadie, era virgen, bueno al menos por su sitio trasero, y eso era algo tan raro como fantástico.
Con ternura, besó con suavidad la mejilla del aturdido muchacho, y lo tomó posesivamente de la mano, para llevarle consigo a una habitación del hotel más lujoso y cercano, por supuesto.
Cuando Harry pudo pensar con normalidad, bueno, con algo de normalidad, los dos ya estaban en la habitación que rubio Slytherin consiguió gracias a su encanto y su dinero en Villa Valdarno, el hotel de mega lujo de la Toscana. Con una sonrisa victoriosa y un beso devorador y hechizante, había hecho entrar a su presa a la habitación, mientras él colgaba en la puerta el cartelito de No molestar y cerrado con llave.
El más que hermoso joven de cabellos tan rubios que parecían blancos, y unos brumosos y encantadores ojos grises, casi plateados, miró con satisfacción a los ojos violetas brillantes de deseo del delicioso bocado que iba a devorarse.
Harry, por su parte, sacudía mentalmente la cabeza, mientras se insultaba por no poder apartar su mirada de los ojos del Malfoy, que jamás le habían parecido tan atractivos e hipnotizantes como ahora.
El joven rubio se acercó hasta dónde "Jack" estaba, y posó una de sus manos en la mejilla del de ojos violetas, y le hizo levantar el rostro avergonzado, pues Harry estaba tan embriagado por el vino como por el deseo que sentía por Draco.
-¿Te arrepientes de lo que vamos a hacer?-susurró Draco con una sonrisa.
-No lo sabré hasta que lo hagamos...-fue la respuesta de Harry, sorprendiéndolo hasta a él mismo.
A Draco le pareció una respuesta perfecta, y decidió pedir una botella de Chianti, para beberla en la boca de su próximo amante, a la vez que se aseguraba de que el vino corriera por las venas de su presa rubia y no se echase atrás.
A los pocos minutos de utilizar el teléfono de la habitación, con ambos chicos besándose apasionadamente, un golpe discreto en la puerta hizo que Draco se separara de "Jack" y fuese por el vino, dejando al joven recostado en la cama de la habitación, pues las piernas le temblaban por el deseo, y no estaba seguro de si se podría poner en pié. Después de darle una generosa propina al camarero, cerró la puerta de nuevo y se acercó hacia su presa con la botella de vino y un par de copas.
-¿Te apetece un trago?-ronroneó con sensualidad el rubio platino.
-Si...-susurró Harry con timidez.
Los nervios y la excitación le sobrepasaban, y tenía la boca seca por tantas emociones. Draco sirvió generosamente el vino en las finas copas, y le pasó una a "Jack" que se sentó casi con torpeza en la cama, bebiendo lentamente de su copa mientras sentía la magnética mirada de esas orbes grises.
Cuando Harry iba a decir cualquier tontería para romper el incómodo silencio...bueno, incómodo silencio para Harry, porque Draco estaba planeando meticulosamente como se devoraría a semejante bombón, Harry quiso posar su copa de vino en la mesilla cercana y terminó bañando a Draco con el vino.
Harry se quedó paralizado y abrió los ojos a todo lo que daban (no lleva sus gafas de siempre, aprovechó su año sabático para operar su miopía), mientras miraba horrorizado al empapado rubio, que tenía el vino corriéndole por su rostro y pecho, arruinando su carísima camisa de Ralph Laurent.
-¡Lo siento!-exclamó con apuro Harry, haciendo ademán de levantarse para tomar algo con qué limpiar al rubio, pero fue agarrado por dicho rubio, haciendo que Harry se sorprendiese y le mirase a los ojos.
Los ojos de un color plata le miraban depredadoramente, haciendo que un estremecimiento de deseo recorriese de principio a fin el cuerpo del niño-que-vivió.
-Límpialo con tu lengua...-gruñó lujuriosamente Draco-No dejes ni una sola gota de vino en mi piel, Jack...
Harry casi se traga la lengua, en serio. Ese chico tan descarado, sexy, y con semejante polvazo no era el Malfoy que él conocía, que va. Pero le encantaba este lado tan salvaje del estirado Slytherin y se olvidó de toda reserva, decidido a disfrutar de todo, en ese momento, en ese lugar y con ese hombre.
Como una fiera, Harry casi se abalanzó sobre el rubio, que se sorprendió un tanto al verse bajo el fuerte cuerpo del chico de ojos violetas, y le miró con atención y algo de sorpresa. Harry le dedicó una sonrisa tan sesgada y sexy, que esta vez fue Draco el que casi le da un patatús, y más cuando la atrevida lengua de ese antes tímido chico lamió con lentitud todas las gotitas de vino que salpicaban ese hermoso rostro, y bajaron luego al cuello, lamiendo golosamente y arrancándole un gemido gutural a Draco.
-¿Te gusta?-ronroneó "Jack" con malicia.
-Por supuesto...-contestó el rubio, que había cerrado sus ojos y disfrutaba de la lengua del joven de ojos violeta-Continua limpiándolo hasta que no quede nada.
Harry se sonrió para sí, y continuó con su trabajo, desabrochando los botones de la camisa y quitándosela, para eliminar eficazmente todas las gotas de vino...y seguir explorando aquel pecho perfecto incluso sin vino, pues pronto llegó a los pantalones y también se los quitó, junto con todo lo demás, hasta que sólo la ropa interior quedó encima del bello rubio.
Draco se dejó hacer gustoso, encantado con la osadía maravillosa del joven de ojos violetas, dejando que los dedos curiosos del chico, recurrieran con lentitud su suave piel, para nada molesto de su exhaustivo escrutinio...pero el dominante estaba claro que sería él, no ese joven bomboncito.
Harry disfrutaba tocando la suave piel de Malfoy, asombrado de su sedosidad, porque era tan fina y suave, que era una delicia sentirla bajo sus dedos. Pero sus indagadoras caricias duraron muy poco, pues Draco decidió que también quería conocer todos los rincones y texturas de la piel más morena del joven rubio. Invirtiendo posiciones, con Draco encima de "Jack", el joven de ojos grises despojó con lentitud al chico de ojos violetas, sin que ese hiciera o dijera nada por evitarlo.
Esos pozos plateados disfrutaban codiciosamente del espectáculo, pues el cuerpo del chico más bajo, era suave, musculado y grácil, con un pecho casi lampiño, caderas estrechas y piernas largas y delicadas.
Harry sentía que sus mejillas estaban muy ruborizadas, pero también disfrutaba de la vista, por supuesto, porque el maldito Slytherin estaba como para mojar pan. ¡Por Dios! Estaba tan bueno que casi babeaba por el chico que le había hecho la vida imposible desde siempre.
Draco sólo dejó la ropa interior, y miró con una sonrisa los ojos excitados y brillantes de su acompañante, bajando con lentitud su rostro hasta besar esos labios rojos y sabrosos, fundiéndose ambos en un maravilloso y fascinante beso.
Sus cuerpos comenzaron a frotarse uno contra el otro, Draco sintiendo el pene ya excitado del otro chico contra el suyo, y Harry sintiendo un gran deseo, un deseo tremendo de... ¡Un momento! ¡¡¡¡¡De que el Malfoy se lo follara ya mismo!!!!
Harry abrió los ojos de golpe y se encontró con la mirada de una plata hechizante de Draco, que bajó de un tirón la ropa interior de ambos, y comenzó a frotar sus erecciones, una contra la otra. "Jack" gimió lastimeramente en la boca de Draco, incitando al rubio platino a acariciar las dos erecciones con más fuerza, logrando en pocos minutos que el otro chico se derramase con un grito.
Sonriente, y sin haberse aliviado, Draco observó con atención el rostro del chico rubio oscuro, relajado y aún con una mueca de profundo placer. A pesar del chico serpiente, a los ojos del Slytherin, el rostro de Jack era hermoso y muy similar al de Potter, el hombre que amaba desde hace años, eso logró encenderle aún más y no dejó que se recuperase del orgasmo, abriendo sus piernas de golpe, sorprendiendo al saciado joven, que volvió a gemir desvalido cuando la boca de Draco tomó su saciado pene y lo comenzó a lamer y chupar, endureciéndolo lo suficiente para tomarlo en su boca.
Harry estaba inmerso en un mar de puro placer. Había perdido su virginidad con Ginny, y también había probado el sexo oral con ella, pero eso era totalmente distinto ahora. Ahora no podía parar de jadear, gemir e incluso gritar, mientras esa ardiente y sabia boca le hacía la mamada más espectacular de su vida.
-Ahh, Dios, dios, no...puedo más.-gimió Harry, segundos antes de derramarse otra vez en la boca del Slytherin.
Draco, que no sólo había hecho que el chico tuviera su segundo orgasmo por el parecido que este tenía con Harry (si supiera que en realidad es Harry se moriría) sino porque no tenía lubricante a mano y quería dilatar por completo al chico para no hacerle un daño innecesario, y el semen que ahora tenía en su boca era un maravilloso lubricante.
Hizo que el chico alzase sus caderas un poco, sujetándolo con sus manos hasta que el joven se puso en la posición que Draco deseaba, con el rosado agujerito que iba a desvirgar bien a la vista, y luego dejó caer el semen del chico sobre sus dedos y la estrecha entrada, para después comenzar a dilatarle introduciéndole con cuidado uno de sus dedos.
Harry se dejaba hacer, ya sin miedo, pues su cuerpo estaba casi al borde del sueño, con tanto placer y el vino, y para Draco le fue sencillo el dilatarle lo suficiente, y se levantó para posicionarse entre sus piernas y buscar con su pene la entrada de su cuerpo.
-No te tenses, Jack, seré cuidadoso.-murmuró Draco, con el cuerpo temblando un tanto por la excitación contenida.
Harry no dijo nada, pero asintió ligeramente y Draco se comenzó a introducir firmemente en su cuerpo.
Decir que no le dolió nada a Harry, sería una soberana mentira, pero la verdad es que no le dolió tanto como él había imaginado que le dolería, desde luego, y sentirle por completo dentro de su cuerpo, era algo, cuando menos...raro. Malfoy se había quedado totalmente inmóvil, estudiando atentamente su rostro para ver si le dolía mucho.
-Sigue...-susurró "Jack" con voz casi inaudible-No me duele...
Draco suspiró divertido, pese a la excitación, y le murmuró un tenue "Mentiroso", pero tomó la boca del chico de ojos violetas y le besó con pasión, abriendo más sus piernas y colocándoselas alrededor de sus propias caderas, mientras comenzaba a penetrarlo. Primero lentamente, pero con cada embate aumentaba la velocidad, encontrando de paso la próstata de Harry, que gozaba intensamente con cada movimiento de caderas, deseando sentirle cada vez más dentro, por lo que lo apresó con fuerza con sus piernas, para que cada vez que le penetrara le diera de lleno en ese maravilloso punto recién descubierto.
Los jadeos y gemidos llenaron la estancia, tanto de uno como de otro, pues Draco era tan sensual como Harry sensible, y gozaban de su apasionada cópula.
Draco se sentía más excitado de lo que nunca se había sentido, sintiendo ese cuerpo dúctil y maravillosamente seductor bajo su cuerpo, que lo aprisionaba en su interior con una deliciosa estrechez, haciéndole desear que no se acabase nunca ese divino encuentro. Con esos brazos esbeltos rodeando su cuello y esa boca de miel, sumados a las piernas delgadas que aprisionaban apasionadamente sus caderas.
Harry se sentía en el cielo, con ese férreo pene invadiendo su cuerpo, con esos besos tan maravillosamente devoradores y esas manos recorriendo con pasión su trasero, con esas caderas tan masculinas y firmes entre sus piernas, y disfrutando del mejor encuentro sexual de su vida.
En un movimiento ideal, Draco dio de lleno en el punto de placer de su amante, que se agitó retorciéndose como una serpiente, apresando con fuerza el pene del rubio platino, consiguiendo que este se corriera con un grave gemido y que Harry le siguiera al momento, al sentir el cálido semen inundar todo su ser, manchando los vientres unidos de ambos.
Jadeante y saciado, Harry apenas sintió el suave beso que Draco depositó en sus labios, y se dejó llevar por el sueño.
Draco acomodó tiernamente al chico dormido contra su pecho, y, por primera vez en toda su historia de encuentros esporádicos, no se levantó para ducharse, vestirse y pagar el hotel, para luego irse sin mirar atrás, no. Esa noche había sido la más especial de todas, y estaba empezando a sentir algo por el chico que ahora dormía seguro y cobijado por sus brazos.
-"¿Estaré empezando a olvidar mi amor por Potter?"-se preguntó somnoliento el joven de ojos grises, para luego dejarse llevar por el sueño también.
Continuará...