Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Somos Crueles por Chibi-Chan

[Reviews - 160]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Lo sé. He tardado milenios en subir un nuevo capitulo pero hay que creer que la imaginación no es eterna y sólo viene debes en cuando. Igual que un perro vagabundo.

Pero hora de despreocuparse, nuevo cap y no me esperen porque aún tengo que actualizar en mi otro fic. Besitos n3n

Desde hace algunos días Itachi se sentaba impaciente en el portal de su casa esperando la llegada de sus padres.

Para tener tan sólo cinco años entendía la situación en la que se encontraba. ¡Iba a tener un nuevo hermanito! ¿Qué mejor que eso? Creo que no podría pedir nada más en la vida.

Tal vez crean que se quedaba sólo en casa... pero ese no es el caso. Se había quedado con su tío Madara. No era un tío ejemplar pero daba igual, porque de vez en cuando jugaba con él o le hacía su desayuno favorito.

No sé pasaba solo las tardes porque, además de su tío Madara, lo acompañaban sus amigos del preescolar.

Konan, una hermosa niña una flor de papel adornando su cabello, full-time de actitud positiva. Yahiko y Nagato, un adorable par de niños que se llevaban de lo mejor (como pocos hermanos en el mundo), pero sin olvidar a su pequeña hermanita, Konan. Y no podían faltar Deidara y Sasori. Ambos niños se caían tan mal que peleaban por la atención de Itachi en ocasiones (Si supieran lo que son ahora).

Total que Itachi ya estaba desesperado, quería ver a esa personita tan especial de la que oía hablar a sus padres, era lo único que escuchaba salir de sus bocas, así que, para que hablaran tanto de él, debía ser un ángel o un regalo sólo para él venido desde un punto muy lejano en el extranjero.

-Ya va a estar la cena, chicos.-Dijo Madara desde la cocina con un hermoso delantal azul claro colgando de su cuello y ligado a sus caderas, resaltando a mamá e hijos patos en la parte de la falda.

-¿Te vas a quedar ahí todo el día otra vez, Itachi?-Preguntó Sasori a su lado izquierdo.

-Dejalo, por algo esta es su casa y yo opino que puede hacer lo que quiera.-Contradijo Deidara.

-¿Por qué siempre me contradices cuando se trata de él? ¿Te gusta o algo así?-Preguntó algo enojado.

-Claro que no, es mi mejor amigo y, no te ofendas, Itachi, pero no eres mi tipo.-Dijo sonriente el chico de ojos azules.

-Déjenlo en paz.-Repuso Yahiko.-Si quiere esperar a su hermanito...-

-O hermanita.-

-Sí, Konan, hermanita. Está bien, yo haría lo mismo.-

-Pero si se queda ahí se entumirá ¿qué no?-Dijo Nagato algo tímido.

-Ya déjenlo, pobrecito Itachi.-Decía muy cariñosamente abrazándolo y revolviéndole los cabellos con una de sus manos, para después llevar arrastrando a Deidara y Sasori hacía el comedor, haciendo lo mismo con Yahiko y Nagato.

Itachi sólo observó el patio frontal de su casa, estaba oscuro por ser una noche sin luna, sólo resplandeciente por las numerosas estrellas que se alzaban en el ancho cielo nocturno.

La televisión estaba encendida, pasaban infomerciales de 30 minutos cada uno. Lo más seguro es que Nagato y Yahiko lo habían dejado así cuando fueron arrastrados a cenar.

Miraba el reloj del recibidor y miraba el exterior, miraba de nuevo el reloj y miraba el exterior, era ya una rutina para él desde los últimos días.

Escuchaba sin escuchar a Madara, parecía haberle oído decir que si no iba a la mesa no habría postre, y eso los implicaba a todos, pero en esos momentos poco importaba.

Por reflejo había volteado a un par de luces que se extendían a lo largo de la calle. No podía verlo bien por la oscuridad de la noche, pero lo distinguió a la perfección cuando pasó por debajo de la luz de un faro.

Era una camioneta azul oscuro. Eran ellos. Eran sus padres y su nuevo hermanito o hermanita.

Saltó del escalón del portal donde estaba sentado, corriendo rápidamente hacia la cochera donde, en esos momentos, se estaban cerrando las grandes puertas corredizas de la cochera.

Logró ver como las puertas estaban a punto de cerrarse, así que prefirió rodear desde dentro de su casa. Todos los que estaban en el comedor ya estaban en la sala esperando a los faltantes miembros de la familia Uchiha.

Itachi sentía mariposas en el estómago de sólo escuchar los zapatos de Mikoto y Fugaku en uno de los corredores.

Se les podía escuchar muy cerca por el eco de las paredes. Aparentemente Mikoto reía alegremente con el sólo hecho de ver a su bebé entre sus brazos. Fugaku se limitaba a sonreír mirando a su esposa. En cuanto al bebé...estaba dormido, produciendo leves suspiros a causa de su cansancio, ya que eran poco más de las diez de la noche.

Fugaku y Mikoto salieron de la penumbra del pasillo para mirar a todos los niños con una sonrisa radiante (al menos ella).

Madara se acercó a ellos con mucho cuidado, abrazándolos a ambos por igual y teniendo cuidado con el nuevo miembro de la familia.

La segunda personita que se acercó, una vez Mikoto estuvo descansando en un sillón, fue Itachi. Se quedó admirado por muchas razones. Era la primera vez que veía a una persona tan pequeña y frágil como ese bebé, también parecía que su piel brillaba tan intensamente como el sol sobre la nieve de invierno. Parecía un angelito dormido, si no fuese porque era su nuevo hermanito no se hubiera creído que fuera para él.

De Itachi le siguió la adorable Konan. Acercándose poco a poco con sus hermanos detrás de ella.

Sasori y Deidara estaban a cada lado del sillón marrón donde estaba Mikoto.

Todos los niños miraban con ternura al bebé. Nadie se atrevía a decir nada. Estaban tan distraídos con el bebé que se les había olvidado que se tenían que ir a sus casas a las nueve.

-¡Que hermosa niña, Mikoto-sama!-Dijo feliz la peli azul con una radiante sonrisa adornando su rostro.

-Sí, hasta nosotros quisiéramos una hermanita así, Mikoto-san.-Exclamaron al mismo tiempo Yahiko y Nagato, ganándose una mirada asesina de Konan.

-Con gusto cambiaría a Deidara por esa niñita.-Dijo en un susurro Sasori, sacando un "¡Oye!" de parte del rubio.

Mikoto sonrió más ampliamente, Itachi lo hizo igual al ver la sonrisa de su madre para después echarse a reir, creando una gran interrogante sobre las cabezas de sus amigos.

-¿De qué te ríes, Itachi?-Preguntó Yahiko algo insultado por la actitud de su serio amigo.

El mencionado no dijo nada y amplió su sonrisa, mientras tanto Mikoto se echó a reir bajito para no despertar al bebé.

La primera acción que hicieron los niños fue alejarse unos cuantos centímetros. Primero su amigo y ahora Mikoto-sama se dejaba llevar por la risa. ¿Pero de qué demonios se reían?

-Di-dis...culpe, Mikoto-san pero ¿qué es tan gracioso?-Preguntó tiernamente Nagato detrás de Yahiko.

Mikoto amplió más su sonrisa (si es que se podía) para después sonreírle a Itachi y después a los demás niños.

-Es que... No es "ella". Es "él".-

-¿Cómo qué este bebé es un niño? Sí tiene el aspecto de una niña.-Exclamó Konan algo contrariada.

-Yo estoy de acuerdo con Konan.-Contestó rápidamente Deidara.-Sí parece una niña. Hasta tiene las pestañas largas y los labios demasiado rosados.-Continuó tocándose sus propias pestañas y haciendo unos agradables morritos con sus labios.

-En efecto, chicos, es un niño. Lo llamamos Sasuke.-Explicó sin rodeos y algo feliz el (no tan nuevo) padre.

-Por eso es que me reía, no puedo creer que no hayan notado que era mi hermanito y no mi hermanita.-

Todos se quedaron pasmados. ¿Cómo pudo Itachi reconocer si Sasuke era un niño y no una niña?

Lo primero que se les vino a la cabeza fue "instinto de hermano mayor". Tal vez eso tenía que ver, o el hecho de que a veces se aparecía un tinte rojo escarlata en sus ojos, o que estuviera más cerca para observarlo con mucho más detalle.

En menos de cinco minutos de la primera convivencia con Sasuke una bocina de automóvil sonó en el exterior de la casa. No tan ruidosa como para despertar al pequeño pero si lo suficiente audible como para que los niños las escucharan.

-Creo que ya han llegado por ustedes, chicos.-Dijo risueñamente la morena.

-Pero yo no me quiero ir, quiero quedarme a dormir.-Dijo Yahiko que después Nagato secundó la suplica.

-Tiene que irse, mañana es lunes y eso significa que tienen que ir a la escuela. Vamos, yo los acompaño hasta el auto.-

A regañadientes, los niños aceptaron. Se subieron a una van de color gris. Uno por uno subió hasta que se cerró la puerta y el auto arrancó para dejar a cada chamaquito en su casa.

-¿Quién era esta vez, hermano?-Preguntó Fugaku yendo a la cocina por unos vasos y leche para todos.

-Era la abuela de Sasori. No puedo creer que esa mujer aún conduzca.-Dijo Madara con una expresión de cansancio en el rostro y lastima. (Por los niños, capaz y no vuelven a verlos, los accidentes pasan O-O)-Bueno, será mejor que me valla. Ya he tenido suficiente por hoy.-

-Gracias por todo, Madara-san.-Exclamó Mikoto desde el salón, abrazando a sus dos tesoros. Escena conmovedora.

-Bien, nos vemos luego.-Dijo terminando de ponerse su gabardina para salir del lugar.

-Creo que es hora de ir a la cama, Itachi.-Dijo dulcemente Mikoto mientras acariciaba gentilmente los cabellos largos de su retoño.

-¿No me puedo quedar un rato más junto a mi ototo?-Preguntó de manera tierna tomando el vaso con leche que le ofrecía su padre.

Recibió un gentil "no" por respuesta y se fue a la cama. Esperó pacientemente, y cuando sus padres estuvieron dormidos entró a la habitación de su ototo.

Adornada con símbolos de su clan por todas partes, el color azul reinaba en el lugar, y en medio de la habitación se encontraba una cunita con su respectivo bebé en ella.

Itachi tuvo que acercar un banco ya que era un poco bajo. Cuando por fin lo pudo ver no se inmutó para decir unas palabras que sólo él y un dormido Sasuke escucharían.

-Apenas te conozco, pero ya creo que eres lo mejor que me ha pasado en la vida.-



-¿Copia barata?-

-No pensé que aún recordaras ese sobrenombre.-Dijo haciendo unos morritos que cambiaban su piel blanquecina a una de tono rosado.

-¿Qué haces tú aquí?-Preguntaba con los ojos entrecerrados por no poder sostener por mucho tiempo la mirada.

-Más bien ¿qué haces tú aquí? Gaara y yo pensamos que te había tragado la tierra o que te fuiste a una de tus soñadas excursiones a medio oriente y pescaste una enfermedad terrible para morir vendado de pies a cabeza en un hospital del seguro social con una mujer gorda de enfermera.-

-Qué bueno que eres mi amigo.-Decía en forma sarcástica a lo que el albino no le hizo ni el más mínimo caso.

-En todo caso ¿Qué has hecho con tu vida, dónde has estado y por qué estás aquí (de nuevo)?-

-No tengo por qué soltar ese tipo de información.-Respondió tajante volteándose hacía otro lado.

-Ahh, así que sigues con esa arrogancia tuya. Es adictiva, supongo. Bien, si no quieres contarme tu vida personal desde la última vez que te vi yo te contaré la mía.-

-No quiero saberla.-

-Veamos, ¿por dónde comenzaré?-Exclamó Sai poniéndose mucho más cómodo en la silla, ignorando de manera muy divertida y descarada al Uchiha.

Sasuke se levantó lentamente tratando de escapar pero Sai lo notó y lo jaló del cuello de la camisa para sentarlo.

-Bien, ¿desde hace cuanto que no veo tu rostro? 14...15 años tal vez. Si te pones a pensarlo es demasiado. No es por sonar presuntuoso ni nada por el estilo pero cuando estábamos en el instituto Gaara me agradaba, pero no en el sentido en que tú me agradas, si no en ese sentido al que todos tenemos que llegar cuando perdemos nuestra inocencia.

-¿Y eso que tiene que ver?-Preguntó el moreno resignado a escuchar al albino.

-Pues mucho, porque Gaara me correspondía y además, en una de las escapadas que nos dimos en un hermoso campo de mini-golf, es que me casé con él. Te estarás preguntando qué tiene que ver el campo aquí ¿cierto?

-La verdad no.-

-Lo sabía, te mueres de la curiosidad, ja ja. Pues me casé con él por voluntad propia, pero también por los más hermosos regalos que Gaara me ha podido dar. 2 hijos.-

Sasuke no sabía que responder, sabía que Gaara era muy raro pero no a tal extremo. Pero si hablamos de rarezas, Sasuke ya estaría en una mesa de observaciones medio desnudo.

-Veo en tu indescifrable expresión facial que te causa duda. Pero sí, en el campo de golf nuestro amor se hizo presente al punto de regalarme dos hijos.-Decía completamente emocionado con un fondo rosa de burbujas y brillitos alrededor de él.-Son gemelos, un chico y una chica. Es más, siempre traigo fotografías en mi cartera.-Decía mientras sacaba dicho objeto y le enseñaba a Sasuke las fotografías en toda su extensión HD.- ¿No son lindos? Él se llama Ren y ella Ayume. Gaara insistió en ponerles su apellido ya que él había hecho la mayor parte y el mayor esfuerzo. Creo que debe ser mucho porque amenazó con matarme si llegara a suceder de nuevo. Pero en fin, actualmente Gaara y yo somos empresarios, trabajamos con distintas compañías pero, de todos modos, no era lo mismo desde que dejaste el Instituto, Sasuke. Ni siquiera sabíamos si estabas vivo, secuestrado, 5 metros bajo tierra o te llevaron los extraterrestres. ¿Sasuke? ¿Por qué tan pasmado?-

-¿Esta chica...es tu hija?-Dijo apuntando a la hermosa niña pelirroja que esbozaba una hermosa sonrisa, siendo cargada de caballito por su hermano, que parecía no tener ninguna expresión que no se pudiese notar sin una lupa o un microscopio.

-Sí ¿pasa algo malo? ¿Celoso?-Dijo lo último tratando de picar el orgullo de Sasuke recibiendo un golpe pero que nunca le logró dar debido a las grandes cantidades de alcohol ingeridas por Sasuke.-Lo tomaré como un "tal vez" y deberías de afinar tu puntería. Por cierto, ¿qué tienes en ese sobre?-Mencionó apuntando al sobre que tanto parecía celar Sasuke.

-No creo que sea de tu incumbencia.-Tales eran la embriaguez y arrogancia de Sasuke que Sai terminó quitándole el preciado sobre cuando comenzó a hipar.

-Con qué Hospital "Akaeda". No me suena pero qué más da.-

-Dame ese sobre, Sai.-Replicaba constantemente tratando de alcanzar el sobre que el albino sostenía en lo alto para que el moreno no lo tomara.

-Hagamos un trato ¿te parece? Tú me dices dónde, con quién y qué estuviste haciendo durante todos estos años y a cambio te devuelvo el sobre.-

-No vale la pena.-Dijo algo frustrado pero aceptó rápidamente cuando el albino abrió el sobre velozmente y comenzó a leer. Gracias a Kami no pasó del primer renglón del contrato.

-Siempre tratando de obtener un beneficio personal. Desearía que no hubieras nacido con él.-Replicó antes de aceptar a regañadientes.

~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~


Si no hubiera sido por las afortunadas (o desafortunadas, según el caso) coincidencias que trae la vida de vez en cuando, la vida sería muy monótona y rutinaria.

Un ejemplo seria la azúcar artificial, sin ella no habría una opción para endulzar postres y bebidas con menos probablilidad de contraer diabetes por exceso de cosas dulces. El viagra, sin él no se podrían trabajar horas extra. O si cierto padre rubio hubiera investigado a fondo donde iba a estudiar su querida hija no habría historia que contar.

Para bien o para mal tenían que estar allí, y ésta misma filosofía se la repetía Naruto una y otra vez hasta el cansancio.

Estaba tan sumido en sus pensamientos que no se dio cuenta de que su madre le estaba llamando de una manera insistente desde hace unos minutos.

-Naruto ¿estás bien?-Preguntó con voz preocupada al no recibir respuesta inmediata.

-Te hemos estado hablando desde hace cinco minutos.-Agregó su padre.

-Lo siento. ¿De que estaban hablando?-

-Estabamos comentando con Itachi-kun sobre decirle o no a Sasuke sobre Yukiko.-Comentó la pelirroja.-Pero como tardaste tanto en responder se fue a jugar con Tomoyo y Naoko.-Dijo los últimos nombres con una sonrisa en los labios.

-¿Yukiko? ¿Por qué tendriamos que decirle a Sasuke sobre ella?-Preguntó neutralmente mirando a Itachi con ambas chicas comprano un helado.

-¿Qué acaso no se te hace muy importante ese detalle?-

-Admito que Yukiko es muy importante-dattebayo...pero... si las cosas siguen así...si Sasuke no vuelve pronto y acepta a Naoko como hija suya, no sé como podrá aceptar lo que pasó con Yukiko.

-Hijo, te juro que nosotros somos los más interesados en Yukiko, más que el propio Itachi. Nosotros dariamos todo por cambiar su pasado.-Dijo Minato mirando de una manera seria y preocupada a su hijo.

-Pero...-

-Nada de peros, antes de regresar a casa quiero que todo quede aclarado. No como lo hicieron la última vez, tu padre y yo queremos que todo vuelva a la normalidad.-Admitió muy preocupada la madre del rubio.

-Yo lo haría sin problemas pero... tengo miedo de perder a Sasuke.-

Esa última frase dio por terminada la conversación. Era una de las más reales verdades que pudo haber revelado el Uzumaki.

Amaba tanto a Sasuke que daría su vida y la siguientes mil sólo para verlo sonreir. Claro que eso era fácil antes, pero ahora no sabía si podría volver a ver esa sonrisa, la más hermosa curva en su cuerpo.

Pero por otro lado, dejando aparte la depresión y las preocupaciones, un Uchiha estaba con sus dos hijas comprando un helado, al mismo tiempo que conocia más a su "hija perdida" por decirlo así.

Por alguna razón Itachi no se sentia como un desconocido hacia ella. Tal vez haya sido porque era muy parecida a su hermana a pesar de tener los ojos negros, o verla ese unico día en los cuneros y saber que tendría un futuro, si no mejor, muy bueno. Tal vez por usar al servicio secreto y localizarla donde quiera que fuese para enviarle regalos anónimos de cumpleaños, navidad y graduaciones de preescolar y primaria.

Nunca estuvo con ella, al menos no fisicamente, pero sabía que algún día tenía que verla de nuevo, pero tampoco se imaginó que hubiera crecido tanto, que fuera una de las amigas de su otra hija y que tratara de imitar el estilo del Uzumaki tiñendose el cabello.

Todo perfecto excepto por el último detalle. Pero son pequeñeses, si en verdad es su padre tiene que aprender a respetar las diferencias y libertades de una hija de la que, desafortunadamente y por pleitos que quien-sabe-por-qué fueron causados, había estado alejado desde el nacimiento de ambas.

Pero, por otro lado, Tomoyo se sentía como una verdadera extraña frente a Itachi. Por Kami, lo único que sabía sobre su "recién descubierto" progenitor es que no estaba casado, es presidente de una empresa y que es su padre y el de su mejor amiga también.

Ahora la pregunta del milenio ¿Por qué demonios no lo había visto nunca en toda su corta vida? ¿Donde estuvo? ¿Qué estuvo haciendo? ¿Qué era más importante que una hija? Sangre de su sangre y de Otou-chan. ¿Por qué Naruto se hizo cargo de ella? ¿Por qué... que?

-¿Tomoyo-chan?-Se escuchó una voz a su lado. Era Itachi, que estaba a un lado de ella mientrás Naoko le pasaba la mano por en frente de su rostro para ver si reaccionaba.

-¿Estás bien?-Preguntó la morena algo preocupada.

-Sí, estoy bien ¿por qué?-Dijo algo nerviosa por su despistamiento breve.

-Te quedaste callada un buen rato. En fin, toma. Te pedimos un helado de zarzamora.-Dijo tiernamente la chica de ojos carmín frente a la rubia con el dicho helado entre sus manos.

-Ohh, sí, gracias.-Dijo sin muchos animos recibiendo el helado.

Esto Itachi lo notó. Según Naoko, en ese Sábado de la semana pasada, la chica identificada como Tomoyo era una de las chicas más alegres que pudo haber conocido.

Rubia, ojos oscuros, personalidad viváz e hiperactiva. Con ese perfil parecería una mini clon de Naruto o una chica que nació para triunfar en algo trascendental, pero...esa actitud era preocupante.

Si no hubiera sido por la gran ayuda de su amigo y doble espía Kisame nunca hubiera conocido a su hija, al menos no en el sentido psicológico. Por no agregar las fotos, sitios que frecuentaba, compañeros de clase y amigos pasados, ciudades a las que se iba mudando, etc.

El único detalle que se le perdió a Kisame fue haberse ido de vacaciones en el momento menos idóneo conforme a la situación, y pasar por alto que ciertas personas volverian a Tokio, pero ese no es problema mio, ni de Itachi ni de Kisame y mucho menos de las inocente Tomoyo y Naoko, tampoco de la tal Yukiko.

Él del problema en todo esto es Naruto, es un doble ladrón, ladrón de hermanos y amores secretos pero no nos meteremos en eso por el momento.

-¿Tomoyo-chan, hay algo de lo que quieras hablar?-Preguntó algo bajito la morena cerca del oído de la rubia. Esta asintió con algo de pena.-¿Se puede saber qué es?-

-D-de...-

-¿De...?-

-Tou-chan.-

~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~

No sabía que hacer, simplemente su cabeza carecia de ideas y posibilidades.

Recientemente había visto a Naoko-chan y a Tomoyo-chan. Nunca las imaginó tan hermosas, y juntas. Pero eso era lo peor.

Así que, por causas del destino, estaba con la cabeza recargada en su escritorio, mirando sin mirar el metal negro de éste. Con su cabello a cada lado de su cabeza impidiéndole la visión, no importaba demasiado.

Ni siquiera le hizo caso a los pasos que se escuchaban al fondo del pasillo, si era alguien importante podía dejar un mensaje, si era un terrorista bien podía dejarlo explotar el edificio, pero era algo peor que un accionista o un terrorista.

Era "arenas rojas" Sasori.

Miraba seriamente desde el otro extremo del escritorio, cualquiera diría que buscaba a Deidara y están en lo correcto, lo malo es que el rubio se encontraba en el centro comercial comprando ciertos productos como cinta adhesiva (encargo de Itachi, quien sabe para qué), algunos libros, arcilla y un poco de C1.

-Sakura, Sakura.-Repetía de manera algo pasiva picando a la pelirrosa con su dedo.

La nombrada no respondía, por lo que, como buen muchacho, Sasori tuvo que tomar medidas drásticas para captar su atención.

Así que, con lo que tuvo a la mano (un par de bocina de aire, un mp3 con canciones de Thousand Foot Krutch con sus respectivas bocinas,y las llaves que le quitó a Deidara del cuello mientras descansaba de una muy inesperada sesión de besos y caricias varias), trato de hacerle una pequeña broma a la chica de ojos verdes.

Por lo cual, con toda la cautela que se puedan imaginar de alguien como él, entró a la oficina de Itachi. Avanzó hacía su derecha y fue directo al teléfono que estaba encima del escritorio.

Apretó un número para que toda la empresa lo pudiera escuchar, conectó el mp3 con las bocinas enfrente del teléfono para después buscar una canción y ponerlo en el volumen más alto posible.

Al final terminó por escoger "Fire it up", comenzando de una manera algo relajada para luego poder darle un buen susto a Sakura.

Todos en la empresa estaban algo sorprendidos, no sabían de donde venía esa música, pero tampoco se molestarían en averiguarlo. (Yo tampoco sé como contratar a tanta gente floja :/ )

Ella ni se inmutó, pensó que era simple música de elevador al principió, hasta que, al ver que no le hacía caso todavía, Sasori se acercó a ella con las bocinas de aire, poniéndolas a cada lado de la cabeza de la pelirosa.

Terminó levantando la cabeza tan rápido que, por inercia, se golpeó la cabeza muy fuerte contra la pared que tenía detrás. Mientras tanto, Sasori no podía parar de reirse.

Tanto que hasta parecía que lo iba a hacer por siempre, hasta que Sakura lo empezó a atacar con las grapas de una engradora profesional para después lanzarle ésta última. Y para no terminar rápido con el castigo del pelirojo, ella le lanzó el PC directo al estómago y le propinaba latigazos con los cables que encontraba.

-Sakura ¿no crees que estás exagerando un poco?-Preguntó una chica rubia detrás de ella.

-No lo creo, Ino. ¿Qué haces aquí?-Preguntó aún golpeando al pobre de Sasori.

-Vengo a desactivar ese teléfono, es frustrante hasta cierto punto.-Después de eso Ino entró a la oficina, hizo lo que tenía que hacer y se marchó cuando a Sakura por fin se había cansado.

-¿Tenías que golpearme tanto?-Preguntó Sasori con dificultad debido a los multiples golpes que le hincharon el rostro.

-¿Tenías tú que distraerme de esa manera?-Respondió masajeándose la parte trasera de la cabeza donde se había golpeado.

-Pensé que estabas dormida.-

-mmm...¿Qué haces aquí? Además la oficina de Itachi estará cerrada hasta mañana, ¿Como entraste?-

-Digamos que vine a ver a Deidara pero veo que no está aquí,y entré gracias a sus llaves.-Decía con una sonrisa muy grande mostrando las llaves en su mano izquierda.-Por cierto ¿por qué no respondias hace rato?-

-¿No acabas de llegar?-

-No, primero te piqué con mis deditos, por cierto se me van a infectar, después puse la música pero tampoco hiciste caso, y sólo me quedó la opción de hacerlo con mis fieles bocinas ¿qué pensabas?.-

-No me creerías si te lo digo.-Dijo la Haruno sentándose frente a su escritorio pausadamente.

-Dimelo, si no venir a ver a Deidara, que no está aquí, seria malgastar tiempo, por favor. Dimelo.-Decía arrodillado junto a la pelirrosa

-Bueno, te lo diré pero sólo si dejas de insistir y de mojar mi vestido con tus lágrimas de cocodrilo.-

-Bien.-Decía mientras se reanimaba. Tanto que parecía que hasta le sobresalian orejas y cola que movia muy felizmente.

-¿Te acuerdas de la situación de Itachi? Hablo de Naoko y de Tomoyo-chan.

-¿Cómo olvidarlo? Kisame nos informó de improviso a todos. Y No hemos visto a Tomoyo-chan desde esa vez.-Decía algo deprimido mirando al suelo.

-Están aquí.-

-¿Quienes?-

-Naruto, Sasuke y Tomoyo.-

-¿Cómo lo sabes?-Preguntó aún más indignado que la última vez.

-Los vi, Sasori. Están en la ciudad y parece que ya les dijeron todo.-

-¿Viste a Sasuke?-

-No.-

-¿Entonces cómo sabes que está Sasuke también en Tokio si no lo has visto?-

-Es obvio. ¿Quién tuvo a las gemelas?-

-Pues Sasuke.-

-Si Tomoyo está aquí, también lo tiene que estar Sasuke. Ni modo que le hayan otorgado la patria potestad a Naruto. Es un idiota de primera.

-Pensé que no lo conocias.-

-Claro que lo conozco. En esos días en el hospital se colaba a la sala de urgencias buscando a Sasuke como loco, aún cuando le deciamos que estaba en maternidad.-

-¿Y cual es el problema en todo esto?-

-Todo...todo lo que he hecho hasta ahora se vendrá abajo.-

-¿Y... qué has hecho?

-Cosas, cosas muy importantes. Y creo que ya va siendo tiempo de que te vayas. Ya que Deidara no está aquí.-

-Bien, se nota que no tienes formas más corteses de correr a alguien.-

Sasori se fue por el ascensor mientras Sakura se le derrumbaba su mundo.

Tenía que hacer algo pero la pregunta es ¿qué?

~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~

-mmm...Creo que ya veo el problema en todo esto.-Decía con una mano en su barbilla de una manera pensativa.

-No es cierto..-Decía el moreno queriendo matar al albino pero una gran fuerza de voluntad se lo impedia.

-¡Por supuesto! Ya lo veo todo tan claro que hasta duele. Estabas enamorado de tu hermano, te dejaron preñado y te fuistes con su mejor amigo. Esto está para uno de esos casos de Laura.-

-Qué Laura ni qué Laura. Estamos en la vida real, no ensayados como los hace ella.-Decía al borde de la histeria.

-Tengo que admitir que esto es muy interesante. Es igual que en esas peliculas conflictivamente romanticas que tienen más peliculas que una sola trilogia. Igual te apoyamos-

-¿Y por apoyamos quieres decir...?-

-Obviamente toda la familia de Gaara y yo. Creeme que Temari te creería un héroe.-

-¿Y eso por qué?-Preguntó dando un sorbo a su cerveza.

-Pues por el simple hecho de abandonar a tu única familia para cumplir tus objetivos.-Decía con estrellitas en los ojos.-Además de que todos nos preguntabamos de donde había salido Naoko-chan, Itachi no dio detalles pero ahora que lo pienso se parece mucho a ti.-

-¿No sabes como pasó?.-Preguntó inmediatamente pero al ver la mueca interrogante en el rostro de Sai se apresuró a decir.-Pues...eso...que yo no me haya enterado de su existencia.-

-No, Itachi no quizo dar detalles, pero quien te puede dar ese tipo de información es el mismo Itachi, pero me imagino que no lo quieres ver así que sólo quedan Sasori o Deidara. Son muy cercanos a la pequeña Naoko.-Decía con una sonrisa en los labios mientras sacaba una tarjeta y una pluma para apuntar sus teléfonos y dirección para darsela al azabache.-Eston son sus teléfonos, tienes suerte. Viven juntos, así que no habrá problemas en encontrarlos.-

Después de eso se fue. Dejando a Sasuke aún más pensativo que cuando lo encontró. Si contactaba a esas personas...tal vez se encontraría con las reprobatorias de cada uno y la verdad que le dijeran seria algo amarga.

Pero si no lo hacía se quedaría con la duda hasta el día en el que estuviera dentro de un ataúd a 3 metros bajo tierra.

Así que... ¿Por qué no?

Pagó, se subió a su auto y se fue tal vez no a escuchar lo que quería pero si a revelar verdades.

*CONTINUARA…

Notas finales:

Hasta la proxima n_n


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).