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Aniversario por zion no bara

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Notas del fanfic:

Ya he usado a esta pareja, espero que les guste el fic.

Notas del capitulo:

Dedicado a Androgirl, quien amablemente me sugirió que lo hiciera, espero que te guste aunque sea un fic corto ya que es una de tus parejas favoritas.


 

La mansión Kido permitía a sus habitantes hacerse de una vida cotidiana y apacible, era un buen sitio para vivir y para estar, dejar que el tiempo corriera y los planes se cumplieran, que ahora esos planes fueran mucho más sencillos resultaba agradable para sus habitantes, muy agradable, de estar peleando por el bien del mundo a ser simplemente personas que tenían una vida cotidiana mediaba una gran distancia pero preferían esa nueva existencia tan apacible comparándola con la anterior.

Una tarde estaban cuatro de los cinco jóvenes que batallaran tanto, el quinto no se encontraba pero eso no evitaba que los demás se sintieran a gusto mientras observaban una película en televisión.

-¿A qué hora llega Ikki?-preguntó Hyoga de pronto.

-Ha estado llegando tarde, tiene mucho trabajo en estos días.

Pero quien respondía a esa pregunta no era su hermano, se trataba de la persona más cercana al que fuera caballero del Fénix desde hacía bastante tiempo.

-Le gusta lo que hace-prosiguió Seiya-Así que apenas le sale una posibilidad de seguir trabajando la acepta.

-Sé que Ikki es fuerte-comentó Shiryu-Pero a veces me parece que su trabajo es bastante peligroso.

-Puede con él.

-Espero que mi hermano no tarde-dijo Shun-He notado que cada día llega más tarde a casa.

-No te preocupes por eso.

Y como evidentemente el de Pegaso no se preocupaba los otros no veían porqué hacerlo, siguieron viendo la película sin inconvenientes pero finalmente terminó, era mejor cenar y después irse a descansar o al menos eran los planes.

-¿Cenas con nosotros Seiya?-preguntó amablemente Shiryu.

-Claro-fue la respuesta del castaño.

-Pensé que ibas a esperara a Ikki para cenar-le dijo el del Cisne.

-No importa, cenaré dos veces.

Sabían que era muy capaz de hacerlo y mientras cenaban surgió una pregunta, una que el morocho no esperaba.

-¿Y qué van a hacer?-indagó Shun mirando al de Pegaso.

-¿De qué?-preguntó a su vez el otro.

-Ya sabes Seiya ¿Qué planes tienen para su aniversario mi hermano y tú?

-¿Aniversario? ¿Cuál aniversario?

-Ya van para un año juntos.

-¿Un año?-dijo sorprendido el castaño-No es posible que ya sea un año ¿O si?

-Es verdad-dijo Shiryu levantándose y tomando un calendario-Si, justamente la semana que entra.

-¿Cómo estás tan seguro?

-Porque fue una semana después de que iniciara mis clases de francés Seiya, estoy terminando el cuarto módulo, ya es un año.

-No es posible.

-Si, fue justamente el primero del mes-intervino Hyoga mirando el calendario-Me enteré cuando llegue a casa después del estreno de aquella película que quería ver ¿Se acuerdan? Acampé afuera del cine para tener boleto.

Aunque Seiya ya no dijo nada fue el turno del de Andrómeda para agregar algo más a la conversación.

-Es cierto, fue cuando inicié de voluntario en el refugio-dijo Shun-Entré una semana después de que empezaran su relación.

Así que todos lo recordaban.

-¿No te acordabas Seiya?-preguntó Hyoga.

-Pues...pues...claro, claro que me acordaba. Solo soy discreto.

-Entonces ¿Qué van a hacer para su aniversario?

-Ikki y yo planearemos algo, solo de los dos.

-Que bueno-dijo Shun-Por un momento pensé que lo habrían olvidado.

-¿Cómo lo íbamos a olvidar? Un año juntos.

La cena terminó y cada quien se fue a su habitación a descansar pero Seiya se fue a la que compartía con Ikki desde hacía meses para esperar que regresara de su trabajo, pensaba en silencio sobre lo que había sucedido, ya se cumplirían doce meses de su relación y él no lo recordaba pero estaba seguro que su compañero no lo iba a olvidar, era una fecha especial después de todo. Aguardaba con su corazón latiendo aprisa, como lo hacía cuando tan solo suspiraba por el de cabellos azules.

 

 

Cuando Ikki llegó a la mansión se sentía cansado, había sido un día largo y aún así se sentía complacido pero quería dormir, apenas estacionó su motocicleta entró procurando no hacer ruido, no quería despertar a los de la casa, se dirigió directo a su habitación y al abrir la puerta se sorprendió un poco de ver a su compañero ahí.

-¿Estás despierto Seiya?

-Si.

-No era necesario que me esperaras, ni siquiera voy a cenar, estoy cansado.

Diciendo eso se sentó en la cama y comenzó a quitarse las botas y después fue la chamarra, se alistaba prontamente para dormir y el castaño tan solo lo miraba mientras lo hacía. Sabía que su compañero de ojos grises trabajaba con verdadero gusto en lo que hacía: era piloto de pruebas en vehículos diseñados para carreras. Ya fueran automóviles, motocicletas, lanchas, el del Fénix estaba encantado con probar esos nuevos sistemas y las innovaciones que harían de un vehículo el más veloz en una carrera.

-¿Tuviste mucho trabajo?-preguntó el castaño viéndolo ponerse los shorts que usaba para dormir.

-Algo.

-Estaba pensando en que tal ves deberíamos hacer algo especial.

-Estoy cansado para eso Seiya.

-No, me refiero a hacer planes, los dos, solos, como si fuera una celebración por algo especial.

Y estaba decidido a no recordarle lo del aniversario, sin duda tenía que recordarlo el de ojos grises.

-Será después Seiya, tengo trabajo-bostezó y se metió a la cama para darle la espalda mientras se cubría con las sábanas-Buenas noches.

Sin otra palabra ya estaba de su lado dormido sin dificultades. Pero su compañero de ojos castaños no se durmió con la misma prontitud, lo miraba ahí descansando sin problemas mientras él no podía, se preguntaba cómo era posible que su compañero no lo recordara, iba a ser su primer aniversario y el del Fénix estaba descansando como si nada.

A la mañana siguiente Ikki se levantó de la cama y dio inicio a su día como siempre lo hacía, se duchó, se vistió, se peinó, bajó a desayunar, todo iba bien hasta esa parte del desayuno. Ya era una costumbre entre los dos que el de mirada gris desayunara solo pues su compañero no era muy madrugador, por eso se sorprendió bastante de verlo en la cocina y preparando algo, la mesa estaba puesta y fue recibido con una sonrisa que parecía de inquietud.

-Buenos días Ikki ¿Qué tal dormiste?

-Buenos días, muy bien-pero tenía que preguntar-¿Porqué estás haciendo el desayuno Seiya?

-¿Por qué no? Estamos juntos, somos una pareja, una que ya tiene tiempo en una relación que es importante para los dos.

-Gracias.

Con eso el del Fénix se sentó a desayunar y probó con gusto lo que estaba ahí, el castaño aguardaba por alguna palabra casual sobre su aniversario, algo así como "¿Sabes Seiya? Me di cuenta que hasta hace un año mi vida estaba vacía y oscura y sin sentido hasta que tú apareciste y la llenaste de tu luz y soy tan feliz que si me dejaras me moriría pues nunca sería feliz sin ti de nuevo. Pero estamos juntos y soy tan dichoso que recuerdo que vamos para un año de ser inmensamente felices". Lo bueno fue que estaba sentado porque si no se hubiera cansado de esperar de pie por su discurso, el de cabellos azules seguía comiendo como si nada y sin decirle lo que quería escuchar.

-Seiya.

-¿Si?-preguntó sonriendo.

-¿Me das más café?

-¿Quieres café? ¿Eso es lo que me querías decir? ¿Qué quieres café?

El de ojos grises no estaba seguro de lo que pasaba, miraba que su regularmente sonriente castaño no parecía estar de buen humor, quizás por desvelarse y levantarse temprano.

-Yo me lo sirvo Seiya.

-No, está bien, yo te doy tu café-dijo con tono seco.

Le sirvió la taza y se la entregó pero casi la azotó sobre la mesa.

-¿Qué te pasa?-preguntó el del Fénix.

-Nada-recibió por respuesta en el mismo tono arisco.

Pero el de cabello azul no estaba de humor para soportar por más tiempo una escena de ese tipo.

-Mejor me voy-dijo levantándose-Gracias por el desayuno.

Estaba por salir de la cocina y el de Pegaso lo observó, como por impulso le habló una vez más.

-Ikki.

-¿Qué?

-Nada.

El joven de ojos grises se marchó pero el morocho se quedó pensando más en ese asunto del aniversario ¿Cómo era que Ikki no lo recordaba? Estaba molesto y triste a la vez, cumplirían un año como pareja y su compañero no lo recordaba. No pudo sino traer a su memoria como dio inicio todo, la manera en que él suspiraba de lejos por el fuerte y silencioso Fénix pero nada sucedía, no hasta que un día en esa misma cocina estaban a solas preparándose algo y de pronto estaba el de cabellos azules a su lado, lo abrazó con fuerza entre sus fuertes brazos y lo besó con pasión.

-Seiya...mi Seiya...-le decía entre besos.

Y pasarían días para que él se convenciera que el de mirada gris era suyo y estaba  a su lado, que lo amaba.

Pero justo en ese instante se dio cuenta de algo: Ikki nunca había dicho Te Amo.

Se quedó ahí, de pie, más triste aún.

 

 

Las horas que vinieron las utilizó el castaño para hacerse una serie de telarañas mentales sobre el hecho de que su compañero estuviera con él por más de once meses y en todo ese tiempo nunca hubiera dicho Te Amo, casi un año y no lo decía ni recordaba esa fecha en la que iniciaron su relación ¿Qué significaba eso? ¿Significaba algo? Eran aún sus pensamientos cuando esa noche Ikki llegó a la mansión, tarde una vez más y solamente alistándose para dormir; sin embargo el de los cabellos azules notó que el castaño estaba inusualmente callado, era mejor preguntar.

-¿Qué te pasa Seiya?

-Nada.

-¿Todo está bien entonces?

-Si.

Eso le bastaba, no preguntaría más pero era mejor que supiera algo.

-Voy a irme por unos días Seiya.

-¿Qué?

-Es una cuestión del trabajo, necesitaba hacer una prueba de una motonieve y quieren que vaya, será solo por unos días.

-Pero...pero ¿vas a irte?

-Si, es lo que acabo de decirte.

-Pero no puedes-dijo casi pidiendo.

-¿Por qué no Seiya?-preguntó extrañado.

-Pues...-pero las palabras no venían a él-Por nada. Puedes irte, no hay razones para que no lo hagas.

-Has estado extraño Seiya.

-No me pasa nada.

Y completamente enfurruñado pareció envolverse en las sábanas para acostarse dándole la espalda. No le bastaba no recordar su aniversario, también tenía que marcharse, se sintió triste el resto de la noche.

A la mañana siguiente Ikki se dedicó a preparar su maleta, los demás se enteraron del viaje y que era por trabajo, así que le desearon buena suerte y que regresara con bien, aunque Seiya no dejaba de mostrarse ceñudo por esa partida.

-Ya debo irme Seiya.

-Si, que estés bien.

-No tardaré en regresar.

-Si.

Fueron sus últimas palabras antes que el de cabellos azules saliera por la puerta y subiera a su motocicleta para alejarse del lugar. De inmediato el morocho se fue a su habitación y se encerró en ella para dedicarse a pensar, su mente no dejaba de dar vueltas en ese asunto del aniversario olvidado pero conforme pasaba el tiempo se tranquilizaba poco a poco, hasta que llegó el punto en que le pareció ridícula la manera en que se había comportado, debió ser directo, decirle a su compañero lo que en verdad pensaba y lo que quería, se sintió mal de lo sucedido.

Era mejor que fuera directo con Ikki, así que lo llamaría, marcó su número y mientras esperaba se dijo lo que haría, hablaría con él, se disculparía por su manera tan infantil de comportarse, le diría que era su aniversario y que deseaba que lo celebraran y estuvieran juntos ese día. Pero el teléfono de su compañero no respondía, parecía estar apagado, ahora tendría que esperar para poder hablar con él.

Hasta el día siguiente el de cabellos castaños pudo hablar con Ikki, más bien consiguió que su llamada entrara pues quien respondió no era el de cabellos azules.

-¿Quién llama?-le preguntó una voz.

La voz de un hombre.

-Busco a Ikki-dijo Seiya-Quiero hablar con él.

-¿De parte de quién?

-Soy su compañero.

-¿Quién?

-Soy la pareja de Ikki-dijo el castaño cansado de ese interrogatorio-¿Quién eres?

-Yo soy la pareja de Ikki-respondió la voz.

-No sé quien seas-dijo el castaño apretando el teléfono en su mano-Yo soy el compañero de Ikki, quiero hablar con él.

-¿Su pareja? ¿De verdad? ¿Y porqué esta conmigo y no contigo?-preguntó con voz socarrona el otro.

Seiya ya no pudo decir nada, la llamada se terminó pues habían colgado. Pero eso no se iba a quedar así, casi temblaba de la furia, fuera quien fuera ese impertinente lo iba a poner en su lugar y después Ikki se las iba a pagar.

Lo primero fue llamar al trabajo del de mirada gris pero la respuesta que obtuvo no fue grata, nada grata.

-Ikki pidió unos días libres-le dijeron.

-¿No está en una prueba?-preguntó Seiya.

-No.

-Gracias.

El castaño no supo que pensar, no sabía que estaba pasando...pero lo iba a averiguar.

 

 

Seiya no estaba seguro por dónde empezar con su averiguación pero supuso que algo encontraría entre las cosas de Ikki, él jamás había buscado nada entre ellas pero en ese momento lo necesitaba, así que se decidió por ir al armario, la ropa salía volando del mueble y caía en el suelo o la cama, los bolsillos y demás de cada prenda fueron revisados atentamente pero no había nada, entonces fue a los cajones de su cómoda y uno a uno fueron quedando vacios igualmente pero nada, había una mesita de noche del lado de su compañero, abrió el cajón y no había nada...nada hasta que se encontró con una nota.

-Es la letra de Ikki-se dijo mientras leía el mensaje.

La nota era pequeña pero sin duda indicaba de lo que se trataba, era algo de un centro de alquiler de películas, solo una dirección y el nombre del lugar. El castaño salió de inmediato de la mansión y fue al sitio que estaba ahí pues además de todo tenía la fecha de ese día, el día de su aniversario.

Seiya quedó delante de un centro de alquiler y venta de películas, estaba al otro lado de la ciudad pero no parecía importarle a él que tan solo necesitaba saber que estaba pasando y saber qué necesitaba Ikki de un sitio como ese. Al entrar se percató que se trataba de un sitio pequeño y los títulos aunque conocidos eran de años atrás, no tardó mucho en llegar delante del mostrador y un dependiente lo atendió.

-¿Puedo ayudarle?

-Si-dijo el castaño-Eso espero. Un amigo mío tenía que venir hoy por una película de este lugar, quisiera saber si ya lo hizo.

-¿Un amigo?

-Si, se llama Ikki, es él-dijo mostrándole una fotografía del de cabellos azules.

-Si, lo recuerdo, lo hizo en la mañana, llegó apenas abrimos.

-¿Si? ¿Está seguro?

-Por supuesto, pidió una película particular, no muchos la piden.

-¿Cuál película?-quiso saber el morocho.

-Se trataba de E.T., no me pareció del tipo que viera esas historias pero tal vez era para quien lo acompañaba.

-¿Venía con alguien?

-Si, un muchacho de ojos verdes, parecían contentos, estaban muy sonrientes.

Eso al castaño no le cayó nada bien pero se limitó a apretar los labios.

-¿Adonde irían?-preguntó a si mismo realmente.

Pero el dependiente lo escuchó y dijo algo más.

-Dijeron que tenían prisa, algo de unos dulces.

-¿Dulces?-preguntó desconcertado el castaño.

-Si, en la dulcería... ¿Cómo se llamaba?

-Tienes que recordarlo-dijo apremiante el de mirada parda.

-Era algo de hacer sus propios dulces, en un lugar del centro.

-No puede haber muchos sitios así. Gracias por todo.

Sin más salió de la tienda y muy dispuesto a encontrar a esos dos que sentían que podían reírse de él.

Con velocidad el de cabellos castaños se dirigió al centro, sabía bien que no había muchas dulcerías que tuvieran que ver con algo de hacer los dulces uno mismo y se dispuso a buscar, antes que nada entró a la primera tienda de dulces que vio y preguntó si habían visto a Ikki, pero no era ahí, fue a una segunda tienda para hacer lo mismo pero obtuvo la misma respuesta, vinieron una tercera y cuarta tienda pero tuvo el mismo resultado, sin embargo en la quinta le dijeron algo.

-Solo una dulcería dice algo sobre hacer los dulces uno mismo.

Le indicaron que una dulcería y chocolatería a unas calles de ahí tenía por publicidad la frase Es como hacer mis propios dulces, así que con eso se dirigió a ese sitio de inmediato y no tardó en encontrarlo, de hecho al entrar se dio cuenta que había un enorme aparador desde el cual se podía ver a los confiteros trabajar e incluso se podía indicar el relleno y el tipo de dulce o chocolate que se quería, no era nada barato pero sin duda lo valía. Aunque generalmente a Seiya le encantaban los dulces en ese momento no pensaba en nada dulce.

-¿Podemos ayudarle?-le pregunta una señora con gentileza-Tenemos una gran variedad de dulces y chocolates a disposición de nuestro clientes.

-Si, gracias-dijo el castaño-Pero no vine por los dulces ¿podría decirme si vio a esta persona?-preguntó mostrando la fotografía de Ikki.

La señora lo observó unos segundos pero respondió.

-Si-aceptó-Joven algo serio pero hizo un pedido especial, un kilo de nuestras trufas selectas rellenas de crema de champaña, es nuestra especialidad.

-¿Pidió eso?

-Si, el joven a su lado se mostró complacido con la orden.

-¿Joven a su lado?-quiso saber de inmediato-¿Uno de ojos verdes?

-Así es, un muchacho alto, muy educado-dijo la señora sonriendo.

Al morocho le sentó mal escuchar eso, así que Ikki iba acompañado y le alquilaba películas y le compraba chocolates.

-¿Recuerda algo más?-preguntó el castaño.

-Que llevaban prisa, necesitaban recoger unas flores.

-¿Flores?

-Creo que tenían algo que celebrar, los esperaban por ellas en el Jardín Colonial, al menos eso dijo el joven de su fotografía.

-Gracias.

Sin más el de mirada parda se fue, necesitaba llegar a ese sitio cuanto antes aunque resultaba que no estaba cercano pero no le interesaba eso, si tenía que ir al fin del mundo lo haría, todo antes de permitir que se rieran de él.

El Jardín Colonial era un invernadero que se especializaba en flores de cultivo, se podía encontrar todo el año lo que se consideraba flores de temporada e incluso plantas especiales, además de ser reconocidos por sus cultivos de excelencia.

Sin embargo cuando Seiya entró al lugar estaba dispuesto a encontrarse con esos dos que pensaban que se iba a quedar sin hacer nada ahora que sabía que lo engañaban pero por más que dio vueltas por el lugar no los encontró, quizás ya se hubieran ido. Estaba a mitad de eso cuando uno de los encargados se le acercó, se trataba de una muchacha.

-¿Necesita algo?

-Si, saber si él estuvo aquí-dijo mostrando su fotografía.

-Claro, el del encargo.

-¿Qué encargo?

-Venía con otro muchacho, un rubio, muy guapo-dijo sonriendo.

Así que Ikki andaba con un rubio de ojos verdes educado y muy guapo, que bueno saberlo.

-Parecían llevar prisa-continuó la muchacha-Apenas recogieron sus flores se fueron.

-¿Qué clase de flores?-quiso saber el castaño.

-Fueron cinco docenas de jacintos azules y cinco docenas de lirios violáceos, no son por lo regular los que más nos piden y menos en esas cantidades. Querían solo lo mejor de lo mejor, creo que iban a festejar algo.

-Solo si yo lo permito-dijo el morocho.

La muchacha lo miró extrañada pero el continuó.

-¿No dijeron algo? ¿Escuchaste qué planeaban?

-Creo que iban por ropa-dijo ella recordando-Sin duda van a hacer algo-agregó sonriendo.

-¿Por qué lo dices?

-El de tu foto dijo que aún necesitaba ir a Casanova-dijo ella sonriendo.

-¿Qué hay con eso?

-Casanova solo vende ropa muy especial, de la que solo quieres que vea alguien especial.

Con eso tuvo el de Pegaso, salió de inmediato, tenía que evitar que eso continuara y ya encontraría la manera de arreglarse con esos dos, ya parecía que los iba a dejar celebrar, de ninguna manera.

Era verdad que Casanova era una tienda especial, vendían exclusivamente ropa íntima, para hombres y mujeres, tenían una amplia variedad de telas y texturas, lo que se quisiera se encontraría en ese sitio, pero el de cabellos castaños no estaba para admirar sino para informarse. Entró y directamente fue con el primer encargado que encontró.

-Necesito que me diga algo-dijo directamente Seiya-¿Ha estado aquí?-preguntó mostrando su fotografía una vez más.

-Así es-dijo educadamente el caballero-Vino por un pedido especial que hizo.

-¿Un pedido especial? ¿Qué clase de pedido especial?

-Como notará nos encargamos de lencería y otro tipo de prendas especiales, dejó en claro que deseaba un conjunto de seda en azul turquesa y otro en rojo.

-No lo puedo creer-decía el morocho-No es posible.

-¿Se siente bien?

-Necesito encontrarlos-dijo con vehemencia-Necesito saber donde fueron esos dos.

-Solo era uno.

-¿Venía solo?

-Si, estoy seguro, yo mismo lo atendí. Llevaba prisa, según recuerdo dijo que las cabañas necesitaban confirmación, llamó desde aquí con su teléfono.

-¿Cabañas?

A cada momento Seiya entendía menos todo ese asunto, Ikki estaba haciendo todo con alguien e incluso tenía planes de una cabaña pero eso podía significar muchas cosas.

-Deben ser las cabañas de Despertar Romántico, es muy popular entre las parejas, muchos de nuestros clientes pasan aquí primero y van hacia allá después, es la misma ruta.

-Gracias.

El castaño salió aprisa, si en verdad se trataba de una escapada romántica él se encargaría de arruinarle los planes a Ikki y a ese educado, guapo rubio de mirada verde y se las iban a pagar, que lo ocurrido en todas sus batallas anteriores iba a ser nada cuando los encontrara. Decidido y dispuesto se dirigió a las cabañas que le habían señalado.

 

 

Despertar Romántico contaba con buena afluencia ya que contaba con un sistema especial que les permitía tener nieve todo el año y daban la apariencia de apartadas cabañas con chimeneas que invitaban a mostrarse románticos, era por eso que su clientela era sobre todo de parejas que deseaban privacidad para celebrar algo o reavivar el romance, pero para Seiya estaba en claro que era el lugar en el que iba a correr sangre, a Ikki no le bastaba con dejarlo en ese día, su aniversario, sino que se lo pasaba con un cualquier cualquiera que le había colgado el teléfono a él ¡A él! Que era el  novio oficial, pero en cuanto tuviera a esos dos entre sus manos...

-Buenas tardes-lo recibió una atenta recepcionista-¿Podemos ayudarle?

-Por supuesto-dijo el castaño con la mirada fija sin parpadear y como si apretara los dientes-Quiero que me diga en que cabaña se encuentra este hombre.

Diciéndole eso le mostró la fotografía.

-¿Es usted su compañero?-preguntó la muchacha.

-Así es-respondió sin parpadear aún y con la misma mirada fija.

-Es la cabaña número doce, la última.

-Gracias.

-Que tengan una agradable estancia con nosotros.

No sabía si Ikki ni ese infeliz con el que lo engañaba pero él si que iba a tener una agradable estancia en cuanto los pusiera en su lugar.

Se dirigió velozmente a la cabaña y descubrió que no estaba cerrado así que entró pero no había nadie, aunque encontró que era un sitio acogedor y agradable, contaba con esa enorme chimenea y toda la decoración parecía invitar a pasar en pareja el tiempo, muy romántico todo, había una botella de champaña enfriándose, dos copas, un platón de queso y frutas, incluso encontró que estaba decorado con las flores que el de cabellos azules había ordenado, los chocolates especiales en un cómodo diván, la película cercana a una pantalla de televisión, y apenas a unos pasos detrás de un dosel abierto la ropa sobre la cama con pétalos de flores, un conjunto azul turquesa de seda y con las prendas una nota: Ponte cómodo, llegaré a ti.

Casi quiso llorar, nada de eso era para él, era para otro ¡Y en su aniversario! Pero inmediatamente se dijo que le daría una lección a ese par, él si que les daría una sorpresa cuando lo encontraran en esa cama con esa ropa. Increíblemente las prendas le quedaron a la medida pero se sentía tan enojado y ansioso por ver a esos dos que no se dio cuenta de ello.

-Ya quiero ver tu cara cuando me encuentres aquí Ikki-dijo en voz alta el de cabellos castaños.

-Me alegra que así sea-escucho una voz.

Apenas iba volteando el morocho cuando unos fuertes brazos lo apresaron y fue besado con pasión, tanta que se le olvidó el enfado y los deseos de venganza, tan solo contaba que estaba ahí y que estaban juntos. Pero el momento terminó y vio que el de cabellos azules estaba vestido con el conjunto de seda rojo del que había escuchado.

-Feliz Aniversario Seiya-le dijo sonriendo.

-¿Qué?-preguntó desconcertado el castaño.

-Sabía que me encontrarías, aunque los demás dijeron que no pero eso es porque no te conocen como yo.

-Pero...pero... ¿Dónde está el otro?

-No hay ningún otro-explicó Ikki-Todo esto fue para ti y para mí para celebrar nuestro aniversario.

-A todos los lugares que fui te vieron con alguien-acusó el de Pegaso-Un alto rubio de ojos verdes muy educado-se quejó.

-Eso te lo inventaste tú Seiya. A cada parte que he ido el día de hoy he estado con uno de los chicos, me ayudaron a tener todo listo.

-¿De qué hablas?

-Les dije que planeaba algo especial para nuestro aniversario y les pedí su ayuda-explicaba el de ojos grises con calma-Quise hacerlo interesante y ¿Qué hay más interesante para Seiya de Pegaso que un desafío? Te dejé una pista y sabía que la seguirías.

-La nota en tu cajón-dijo el castaño comprendiendo.

-Así es. En la tienda de películas fui con Shun, él me esperaba ahí, después fui por los chocolates con Shiryu, él me había sugerido ese sitio, pasé por las flores con Hyoga que me ayudó a traerlas hasta aquí. De la ropa pues pensé que eso mejor lo hacía solo, no necesitaba que nadie más la viera. Y en cada sitio que fui me aseguré que supieran de mi siguiente paso para que me siguieras.

-No entiendo porqué compraste esto Ikki.

-Seiya, te conozco bien, E.T. es tu película favorita, lloras cada vez que la ves.

-Es muy triste cuando crees que se murió-exclamó el castaño.

-Te encantan los chocolates, como eran para celebrar los pedí rellenos de champaña y sé que no te basta con uno.

-¿A quien no le gustan los chocolates?-se defendió.

-Tus flores favoritas son los jacintos azules y los lirios violáceos.

-Solo me agradan un poco-dijo agachando la mirada.

-Y tu color favorito es el azul turquesa, además que crees que me veo muy bien de rojo.

-Si-reconoció en voz baja.

-Seiya.

Iba a besarlo pero el de ojos pardos recordó algo.

-Espera ¿Quién era el antipático que me contestó en tu teléfono?-quiso saber.

-Ese fue Hyoga, estaba conmigo y los demás mientras planeábamos todo. Le pedí que lo hiciera, debo admitir que es bueno para imitar voces.

-No lo puedo creer-dijo el castaño abrazándolo-No lo olvidaste Ikki, si te importo.

-Sé que eres algo olvidadizo Seiya, no me molesta celebrarlo si sé que te interesaba tanto, aunque te negaras a decirlo claramente.

-Perdóname-le pidió con dulzura-Yo ni siquiera lo recordaba, hasta que los chicos me dijeron lo recordé.

-Estás aquí Seiya, es lo que me importa, un año juntos, nuestro primer aniversario, el primero de muchos.

Se besaron con intensidad, por un instante a Seiya le pareció increíble que todo eso hubiera sucedido, que Ikki fuera capaz de planear algo así para él, solamente para estar a su lado y compartir un momento especial, su compañero no era particularmente romántico pero ahí estaba, haciéndolo sentir especial, dichoso y necesitado de su presencia. No pasaría mucho para que le demostrara cuan necesitado estaba de él.

 

 

En unos instantes los dos estaban dispuestos a continuar, se besaban y acariciaban con intensidad, buscándose con los labios y las manos en medio de la habitación aunque el castaño tuvo que hacer una leve protesta en poco tiempo.

-¿Para que me compraste esta ropa si me la ibas a quitar tan rápido?

Pero el de cabellos azules no estaba para responder, mejor ocupaba su tiempo en besar el cuello de su joven castaño, pasando su lengua para después morderlo suavemente provocando que quedara marcado y que el de mirada parda gimiera mientras sentía que sus rodillas se doblaban y que no era capaz de mantenerse en pie. En algún momento el del Fénix se desvistió también, dejando sentir su erección contra la entrepierna de su compañero que lo acarició con suavidad pero pasó sus manos posesivamente por sus caderas para atraerlo contra él.

-Ikki...-gimió el de mirada castaña.

El de ojos grises se sintió excitado de escucharlo, era uno de los rasgos que más le gustaban de Seiya en la intimidad, esa forma de actuar con completa honestidad, mostrarse fuerte o sumiso, atrevido o tímido, pero jamás fingido, el castaño era abierto y no ocultaba lo que sentía cuando estaban juntos. Con firmeza lo estrechó entre sus brazos para llevarlo cargando a la cama y recostarlo con suavidad, se apartó para mirarlo unos instantes, la manera en que respiraba agitado, como su cuerpo se mostraba excitado por su presencia, lo brillante de su piel, esos labios aún más rojos, el temblor que lo recorría al saberse tan cerca de él y con los mismos deseos, era demasiado para cualquiera intentar contenerse.

-Seiya-murmuró contra su oído.

Volvieron a besarse con fervor y sus pieles entraron en contacto provocando descargas de electricidad entre ambos, se buscaban con todo el cuerpo, pero por unos momentos el de cabellos azules tuvo que hacer que el castaño se quedara quieto sobre las sábanas, mientras bajaba por su cuerpo sin dejar de probarlo y de tocar con suavidad las zonas más sensibles que hacían a su compañero desearlo más. Pasó por los delicados pezones acariciándolos con su lengua para después utilizar sus dedos y sentirlos erguirse, quedándose unos momentos más e intercambiando lugar entre uno y el otro hasta que su pareja gimió de placer y se arqueó un poco, continuó con su recorrido y llegó al abdomen.

Jugueteando con el ombligo se dedicó a tentarlo con su lengua mientras una de sus manos llegaba hasta la erguida erección para hacerla elevarse más, acariciando la tibia piel de la base y apretando suavemente entre sus dedos los testículos para alcanzar la punta del rígido  miembro y frotarla con insistencia, a los dos les gustaba lo que hacían sin duda pero era mejor tomarse unos instantes para hacer algo más que también era necesario.

-Será mejor hacerlo ahora-dijo con voz apasionada el del Fénix.

Metiendo una mano bajo los almohadones sacó un tubo de lubricante que abrió con habilidad con una sola mano ya que la otra estaba muy ocupada acariciando a su compañero, lo aplicó directamente sobre los dedos de su mano ocupada que no tardó en alcanzar la íntima masculinidad que ya conocía, la rodeó suavemente para después presionar y traspasar, escuchando los varoniles gemidos del castaño que intentaba quedarse quieto pero no podía sino que comenzó a mover sus caderas contra esa mano en su interior. El de mirada gris no vaciló en introducir un segundo dígito y entre ambos dilataban al de mirada parda que levantaba las caderas para hacerle más sencilla su labor.

En algún momento Seiya no resistió más seguir de esa manera, abrió sus piernas invitante a su pareja, quien por cierto no tardó en adueñarse de ese sitio, devorando ese cuello que le encantaba y aún más pues el castaño sobre la cama lo aprisionaba posesivamente con sus brazos y sus piernas alrededor de su cuerpo, frotándose contra su turgente y húmedo sexo, para su amante era demasiado y lo tomó por los muslos haciendo que los separara aún más y dejando expuesta su estrecha entrada. Ambos se miraron con pasión pero fue el castaño quien habló.

-Te necesito Ikki-le dijo con sensualidad-Soy tuyo, vivo para ti, ardo por ti...

El otro no lo dejó continuar, guió prontamente la punta de su endurecido sexo a la intimidad de su pareja, al principio con suavidad pero apenas se sintió seguro de ser recibido se deslizó en su interior hasta lo más profundo, abriendo sus piernas todo lo que pudo y no pudo avanzar más, completamente unidos; Seiya gemía de manera entrecortada con su cuerpo temblando un poco, tratando de ajustarse a la virilidad de su pareja en su interior.

-Ikki...Ikki...Ikki...

No dejaba de llamarlo y el de mirada gris disfrutaba cada instante de quietud para comenzar a moverse, deslizándose hacia atrás y otra vez al interior de ese tibio cuerpo que se le abría completamente dócil y sin resistencia. Era casi intoxicante tener a alguien tan fuerte en ese cuerpo tan dispuesto, uno que lo envolvía y se volvía el receptáculo de sus deseos y necesidades. Llegaba hasta lo más profundo que podía para retirarse y volver a entrar, aumentando la velocidad lentamente y estrechándolo con fuerza pues le resultaba inevitable sentirse posesivo con el castaño, dueño de ese calor y esa juvenil presencia tan diferente a él mismo. En cierta manera también debía tener cuidado para velar por el morocho que alguna vez se había lastimado con sus salvajes respuestas a su intimidad.

Una vez completamente cómodos ambos siguieron sus impulsos naturales, estrechándose y complaciéndose sin inhibiciones pues no estaba en el carácter de ninguno de los dos el ser reservado y mucho menos en momentos en que la pasión los llenaba y el deseo corría por su piel mientras una chispeante necesidad de su amante los volvía uno, fundiéndose en su abrazo y complementándose con sus besos, se sentían firmemente en todo lo que les rodeaba, sus impulsos se apresuraban y en tan solo unos momentos, enardecidos desde sus entrañas se sacudieron fuera de todo límite, perdiendo toda conciencia de sus pensamientos y contaba solamente la fuerza de las intensas sensaciones que los llenaban y sin más sus esencias brotaron en una completa culminación de sus deseos con el disfrute de su mutuo amor-pasión que en sus corazones, tiernamente unidos pese a la entrega sensual que se brindaron, los unía verdaderamente.

 

 

Siguieron muy juntos por largos momentos, hasta que ambos se relajaron y el de cabellos azules buscó el oído de su compañero para decirle algo, casi como si fuera un secreto.

-¿Estás contento Seiya?

-Por supuesto-respondió el otro sonriendo.

El del Fénix salió suavemente de su cuerpo y se apoyó en su brazo para mirarlo.

-Un año juntos-dijo el de mirada gris.

-Un hermoso año-fue su respuesta-No sé como pude creer que estabas con alguien más Ikki.

-Teniéndote a ti no necesito de nadie más Seiya.

Se acercó a él para besarlo.

-Y ahora que sé que te importa nuestro aniversario-continuó el del Fénix-No permitiré que pase desapercibido.

-Gracias.

Se recostó suavemente a su lado para besarlo una vez más en la mejilla y después en los labios y le murmuró algo mientras lo hacía.

-Te amo Seiya.

-Ikki-pero le faltaron las palabras para decir algo más.

-¿Me amas?

-Te amo-dijo en un murmullo.

Se estrecharon con dulzura y ternura a la vez, acariciándose y pensando en la vida que les esperaba, una vida en la que serían uno del otro y en la que estarían juntos, nada podría separarlos, estaban convencidos de ello.

-Feliz Aniversario-se dijeron mutuamente.

 

 

FIN

 

 

 

 

Notas finales:

La siguiente semana si nada sucede subiré otro fic, de la pareja Aioria y Shaka, se llama Casamentero.

Atte. Zion no Bara

 


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