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Nuestro deseo de crecer. por shanakamiya

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Notas del capitulo:

Hola a todos, trayendo por fiin el tan anciado lemon.

 

Haa, me e puesto a pensar como es que surguio esta historia, todo fue por que miraba por novecima vez ese capitulo donde encuentran el digiegg de la sinceridad y Cody tiene que mentir el la escuela de Joe para que lo dejen salir y al final Cody acaba llorando y Joe le dice que esta bien porque fue para salvar a sus amigos. Creo que de alli fue de donde partio esta historia, eso y que no paraba de escuchar esa cancion de Len Kagamine llamada No te hasgas el tonto Oni-chan. (si no la an escuchado haganlo, les va a gustar n.n)

 

 

Lo que tambien me puso a pensar en que siempre quise a hacer un dramel-sex (o se decia alreves u.uU no me acuerdo) que para aquellos que no lo sepan significa una historia romantica que no tenga el lemon especificamente hasta el final, ya que ese es el chiste en esa clase de historias. No es un subgenero que se use mucho hoy en dia, ya que esta de moda lemon, lemon y mas lemon. Aun asi siempre quise hacer uno (pienso que siempre es bueno regresar a lo basico para hacer una buena historia)y creo que no pude escoger mejores personajes para el que Cody y Joe xD

Bueno, despues de este extraña anecgota, les dejo el fic.

Cody habia guardado silencio, escuchando todo lo que su senpai le abia contado, estaba impresionado, nunca hubiera imaginado que el precavido y siempre calmado Joe hubiera vivido algo así.                                                                                                               

“Es por eso… que el no quiere… “

Pensó fugazmente.

Recordó todas aquellas ocasiones en las que él le pedía que le diera algo mas que un simple abrazo y el mayor se negaba rotundamente, dandole vueltas al asunto, tratando que se le olvidar; pero no era que su senpai no lo quisiera tocar o lo tratara como un niño, si no que este, tenia miedo.

Él no lo sabia, por ello no lo hizo con mala intención, pero eso no evitaba que no se sintiera culpable por traerle tan devastador recuerdo a Kido.

--En ese momento—Confeso Joe—lo único que yo quería era que me hubiera dicho que me quería… aun que yo supiera que estaba mintiendo… yo hubiera sido capas de hacer cualquier cosa… si eso significaba que no iba estar solo.

Se sentia tan avergonzado de si mismo por lo estúpido que abia sido en ese momento, poniendo la fragilidad de su corazón y sus esperanzas en las manos de un hombre: egoísta, cobarde, sordo al dolor ajeno.

Dejandose tocar por semejante tipo de persona, simplemente para no sentirse solo.

--Joe… lo siento.

Le llamo el castaño arrepentido por lo imprudente que habia sido.

Puso su mano sobre la del mayor buscando consolarlo pero este rechazo la caricia mientras le decía.

--Y lo peor de todo, es que creo que estoy haciendo lo mismo que él me hizo contigo.

Apretó los dientes comenzando a sollozar.

Ahora frente a los ojos de su niño parecía pagar su insensatez de hace años con un dolor abrumador que parecía no querer dejarlo, ante las resonantes palabras que Aoki le habia dicho apenas hace un par de horas.

“Eres muy parecido a mi”

El ser igualado, ese seria un castigo mas horrible que la misma soledad de la cual fue víctima durante varios años.

Esas simples palabras acabaron con la confianza que abia juntado en ese momento.

--Aoki tiene razón, siempre estoy mirandote, tratandote de esa manera, queriendo… obligandote a que crezcas; soy igual que él, por que cada vez que te veo no puedo pensar en otra cosa que en…

Derramo lagrimas sin pode decir mas.

--¡Eso no es cierto!—Le grito Cody poniendose de pie--¡Tú no eres como Aoki!

Tenia los puños fuertemente apretados a los costados, esforzandose lo mas que podía para no llorar.

--Pero…

--¡Tú no te aprovechas de mi!—Aclaro el castaño que trataba de hacer entrar en razón a su senpai—yo no estoy contigo por que me sienta solo, ni nada por el estilo; ¡Entiendelo por favor! Yo estoy contigo por que te quiero.

--Ummm… yo también llegue a pensar que quería a Aoki…

Contesto Kido desoladoramente.

¿Por que? ¿Por que Joe no lo entendía?, es qué le tenia tanto miedo al amor, a la intimidad, para decirle esas cosas.

--¡Tonto! ¡Tonto! ¡Tonto!—Grito el menor rompiendo en llanto, ya no pudo mas, se sentó en el piso frente a Kido quien alzo la mirada y se le quedo mirando sorprendido, nunca lo habia visto llorar de esa manera tan infantil, como el niño que era; Cody siguió diciendole mientras las abundantes lagrimas salían de sus ojos--¡Tonto te amo por qué no lo entiendes!

“Amarme”

Pensó Kido sorprendido.

El niño siguió llorando a la vez que decía.

--Tú alguna vez me dijiste que somos nosotros los que elegimos lo que hacemos y queremos hacer. Y lo que yo quiero es estar contigo, no por que me sienta solo, ni por que eres mas grande, ni nada de eso, yo quiero estar contigo por como eres, por eso… ¡Te amo!

--Cody…

El mayor seguía completamente impresionado, incluso en es situación su pequeño podía ser mas maduro que él, no, no era eso, simplemente le estaba siendo sincero.

Se acerco a él lentamente, se inclino en el piso y lo abrazo.

El niño no se resistió quedo apoyado en el amplio pecho de su senpai.

Se quedaron así un momento hasta que el llanto se convirtió en quejidos leves y después en pequeños hipos.

--¡Tonto!—Lo llamo de nuevo el castaño--¡Tonto te amo! Cada vez que estoy contigo me siento feliz es que eso no es suficiente—Joe simplemente lo abrazo con mas fuerza--¡Tú no eres como Aoki! Tú siempre estas cuidandome, preocupandote por mi, siempre procuras que este feliz y me sienta seguro… por eso yo sé… que tú no eres igual que Aoki… ¡Eres mucho mejor que él!

--Cody…

El chico de cabello azulado, bajo su mirada a la vez que el castaño alzaba la suya, el niño habia dejado de llorara, habiendo calmado tras el abrazo de su senpai, le dijo.

--Lo digo en serio—Kido lo miro tiernamente, extendió su mano hasta la mejilla de Hida, limpiando las lagrimas del rostro de su pequeño—Tú eres muy diferente.

El chico lo miro, las palabras del niño estaban cargadas de sentimiento, la mirada en sus bellos ojos verdes le revelaban la sinceridad de su amor, la honestidad de su cariño.

¿Como podía dudar de algo tan puro?

Para Hida era momento de saber la verdad, mejor dicho, que su senpai se diera cuenta de algo que él ya sabia desde hace mucho tiempo; apretando la tela de la camisa del mayor y le pregunto.

--Joe ¿Tú que es lo que sientes por mi?

El mayor abrió los ojos, le hicieron la misma pregunta que él alguna vez hizo, pero a comparación de aquel hombre tan vil, sabia que contestar, siempre lo habia sabido.

Él, que nunca se habia considerado un chico fuerte, por ese hermoso niño que tenia en brazos sabia que podía decir aquello con mucha confianza.

Por que su simple mirada le bastaba para sentir una felicidad indescriptible que lo hacia sentirse que podía hacer todo; una sola de sus sonrisas era como una brisa suave que refrescaba su corazón limpiando de todo aquel mal que le hicieron; y sus besos, sus besos inclusive aquellos que eran tan inocentes como un simple roce le eran suficientes para sentirse amado.

Si, Joe sabia perfectamente lo que sentia por ese pequeño de mirada esmeralda, observo a su niño dibujando una pequeña sonrisa, él era perfecto, no por su edad, si no por la persona que realmente era, inigualable, excelente en todo momento, tan parecidos pero a la vez tan diferentes.

Cody tenia tanta razón, incluso él mismo se lo habia dicho a Aoki en su cara, ellos no eran iguales, para nada, por que aquel sujeto nunca conocería el sentimiento que en ese momento embargaba su corazón por completo.

Abrazo con fuerza al menor y le dijo dulcemente casi en un susurro.

--Cody… te amo—El niño se sintió ruborizar aun que ya lo sabia desde hace mucho, escucharlo de la voz de su amado senpai le era como un sueño—Nunca te vallas.

El menor se acurruco en el pecho del muchacho y mientras negaba con la cabeza le contesto con una sonrrisita.

--Nunca me iré, siempre estaré contigo.

--Y yo contigo.

Contesto el chico de cabello azulado sintiendo que un enorme peso se le iba de en sima.

Por qué dudarlo tanto, si siempre lo habia sabido, quizás solo quería confirmarselo así mismo. Por que no pudo pasarle nada mejor en el vida que conocer a ese lindo niño de cabello castaño.

 

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Pasaron algunos cuantos minutos, ambos se habían quedado sentados en el piso,Joe recargado en la cama mientras tenia al niño sentado de lado en su regazo. Ambos se sentían tan livianos.

--Perdoname—Se disculpo Joe mientras acariciaba un mechón del castaño—no quería hacerte llorar. Es solo que yo…

--No, esta bien, yo lo entiendo. Ademas tampoco debí ponerme a llorar.

--Estuvo bien que lo hicieras, no tienes por que siempre esforzarte demasiado.

--Tú tampoco—Contesto el niño frotando su cara en el pecho del su senpai, este esbozo una pequeña sonrisa, el castaño siguió diciendole—Joe, te prometo que ya no me acercare a él. Disculpame, si me hubiera dado cuenta antes de como te sentías yo no…

--No, no fue tu culpa, yo debí explicarte el por que de las cosas, debí decirte la verdad, por que no quería que te acercaras a Aoki, pudo haberte paso algo muy grave por mi imprudencia.

--Yo tampoco debí de acercarme tanto a él… es solo, que yo creí que estabas enfadado conmigo.

--¿Contigo? ¿Porque?

--Por… por que siempre estaba intentando que tú y yo… bueno…

--Ya veo—Interrumpió Joe al intuir que era lo que su niño trataba de decirle—Eso tampoco es tú culpa… es solo que yo… no soy bueno hablando de esas cosas, demás… después de lo que me paso con Aoki ese hecho siempre me a puesto muy nervioso y yo no…

--No tienes por que darme explicaciones—Le dijo el castaño comprensivo—entiendo, prometo no hacerlo mas. Voy hacer un buen niño y esperar  a que sea el momento adecuado, como me lo prometiste.

--Pensé que ya no eras un niño.

Comento Joe con una pequeña sonrisa, esa era la primera vez que Cody se decía niño a si mismo.

--Si verdad.

Contesto el menor ruborisandose con una sonrisa.

Su niño se veía tan lindo en ese momento, sentia una extraña emoción, trago saliva, la verdad es que en ese momento él lo que mas quería…

--Cody—Llamo Kido alzando el rostro de Hida con sus delgados dedos y lo beso dulcemente en los labios, fue un beso suave, sencillo, se separaron.

El chico de cabello azulado lo sujeto firmemente entre sus brazos—no importa… ahora solo quiero estar así contigo.

El castaño se sintió emocionado, de cierta manera eso le habia parecido lindo, no podía evitar sentir el corazón latirle rápido, mojo los labios y movió las piernas frotando uno de sus pies con el otro, pego su oído al pecho de Joe su corazón también latía rápido; recordó entonces cuando se quedaron encerrados en el almacén de la escuela, se sentia igual que en ese momento.

--J-joe.

Llamo apenado queriendo ocultar el rojo de sus mejillas.

Observo la mano de Joe acariciar su cabello para luego pasarse a su mejilla, disfrutando de la suavidad de aquel toque, habia una mirada tan comprensiva en los ojos de Joe, tan amoroso, tan deseosa…

El sentimiento seguía mezclado era un poco extraño para ambos lo que sentían, pero era eso lo que deseaban, el dejarse llevar en los brazos del otro. Podían casi leerlo en la mirada del otro.

Cody serró los ojos mientras se tensaba un poco, Joe por su parte atrajo el cuerpo del niño por la cintura y lo beso nuevamente. Los labios del mayor exploraban pausadamente, dandose tiempo de saborear ese dulce sabor a miel que tenia su niño, aprovecharon ambos un suspiro para profundizar el beso, ambos querían entregarse a ese sentir.

Joe besaba por primera vez a Cody con toda confianza y desenvolvimiento, lamiendo lento, saboreando todo sin dejar ningún lugar de la boquita de su niño sin recorrer.

Lo quería tanto, lo amaba tanto, se estaba volviendo loco, no podía evitarlo aquel pequeño surtía una atracción hacia el que era descontrolable; su mano se mudo del rostro de Cody a sus piernas desnudas acariciando esos muslos perfectos, fáciles de tomar, en círculos lentos y sensuales.

--Ahhh…

El menor dejo escapar un suspiro, estaba sonrojado su cuerpo comenzaba a despertar.

--Ven—Le  dijo Kido tomandolo en brazos y cargandolo hasta la cama donde lo deposito con cuidado, se coloco encima de él y beso en su mejilla—Cody yo…

--Si, lo sé… —El momento habia llegado—quiero  hacerlo… quiero hacerlo contigo…

Contesto el niño con una pequeña sonrisa, el mayor le correspondió y beso en la frente.

Se sentó un momento en la cama y dijo mientras ponía una mano en el armazón de sus gafas.

--Quizás debería quitarmelas primero.

--No, dejatelas—Lo guío Hida, quitando la mano de su senpai de sus lentes y acercandola a su cara—quiero que me mires en todo momento.

Volvieron a recostarse en la misma posicion, el mayor beso la mejilla, la frente y la boca de su niño, antes de decirle quedamente al oído.

--Voy a ir despacio ¿Esta bien?—Cody hizo un sonidito de aceptación—también… también si no te gusta algo o quieres que detenerte, dimelo, esta bien, no me enojare.

--Si, entiendo—Respondió el castaño—pero tú debes prometer que si quiero que me hagas algo lo harás.

--Si.

Respondió Kido mientras recargaba la cabeza en el pecho del pequeño.

El cuerpo de Cody siempre estaba tan cálido, con ese dulce, dulce olor a frutillas que le gustaba.

Tomo y beso la mano del niño, no estaba seguro de como iniciar pero si de que su instinto lo iba a guiar.

Habia esperado tanto, no, ambos habían esperado tanto por este momento.

Acaricio su cabello, beso su mejilla y luego Joe, se levanto hincandose frente a su niño, este le miro ruborizado y con los ojos entre abiertos; se veía tan tierno, tan tentador. Extendió las manos hasta el cuerpo delgado de su pequeño y comenzó a recorrerlo de arriba hacia abajo.

El niño de ojos verdes sentia tan cálidas las manos de su senpai, no decía palabra alguna pero si gemía constantemente variando de tono de acuerdo con el sitio y la intención con la que lo palpaban, ya fuera delineando su delicada figura o apretando con suavidad con los pulgares sus pezones sobre la tela.

El mayor se inclino y beso, los gemidos de Cody lo habían excitado sin hacer mucho, condujo sus dedos a los botones de la camisa y comenzó a desabrocharlos.

Uno… dos… tres…

Lento, disfrutando el revelar de la carne dulce y blanca de Hida, hasta terminar con los ocho botones. Abrió la tela y observo esas encantadoras cerecitas rosas en el pecho de Cody que le decían que las probara.

El menor por su parte extendió los brazos para que lo abrazara a lo que Kido obedeció encantado. El niño olfateo a Joe hondamente, extasiado por el cálido oleaje de sensaciones que empezaban a recorrer su cuerpo.

A continuación sintió como los besos del mayor comenzaban a tomar un carácter mas apasionado, revoloteando su lengua en su boca, escuchando el respirar agitada de Joe cada vez que se separaban, volteo el rostro, quería sentir esa lengua húmeda y caliente recorrer su cuello, su oreja, lamiendo, mordiendo.

La temperatura de ambos estaba subiendo conforme perdían la timidez con el cuerpo del otro.

El chico de cabello azulado bajo su boca a los capullos rosas de su niño, jugando entre sus labios uno de esos pequeños pezones mientras el otro era estimulado por sus delgados dedos.

--Ahhh… si-siento cosquillas… se… se siente bien ¡Joe!

Gemía el niño retorciendose en la almohada, arrugando la parte de atrás del cuello de la camisa de Kido y este a su vez le daba una lengüetada larga hasta el oído.

El mayor tenia una enorme sonrisa de satisfacción, el niño le miro tímido tomando su mano.

--¿Que ocurre? ¿Quieres que te toque en algún lugar?

Pregunto el joven.

El niño asintió con la cabeza mientras decía con voz dulce.

--Si, quiero que me toques aquí.

Bajo su mano hasta su intimidad.

Joe suspiro, su cara se tiño de rojo de nuevo, afirmo con la cabeza, quito su mano un momento para acostarse a uno de los lados de la cama; Cody se sentó por un momento, se quito la camisa y se acurruco junto a Kido. Se besaron de nuevo y el niño abrió las piernas dandole paso libre a su querido senpai.

Kido recorrió de nuevo con una mano todo el cuerpo de Hida, antes de poner su mano en la zona mas sensible de su niño, aun que fuera sobre la tela de su linda ropa interior blanca, se notaba que el pequeño estaba disfrutando del frote que le proporcionaba el mayor, haciendolo suave, en círculos solo con la punta de sus dedos; Joe se aventuro mas y bajo su mano hasta la entrada de su niño y apretó ligeramente con un dedo.

“Se siente mas apretado de lo que imagine”

Pensó Joe al instante en que Cody se pegaba a su pecho.

--Ahhhh… Joe… Nn—El aludido bajo su mirada quitando la mano, el niño continuo diciendole tímido, escondiendo la mirada—Joe, mi… la ropa interior me aprieta… me aprieta un poco… qui-quitamela.

--Si.

Respondió el senpai acostandolo de nuevo boca arriba e hincandose frente a él, dibujo de nuevo la silueta del menor con las manos deteniendose en el elástico de la ropa interior, introduciendo un dedo de cada mano a cada uno de los extremos para luego juntarlos en medio, estaba nervioso. Respiro hondo y comenzó a bajar la prenda, cuando derrepente Cody lo detuvo poniendo sus manos sobre las de Joe, este miro a su niño quien le dijo con mirada inocente.

--No es justo que solo tú me veas, yo también… yo también quiero verte.

--Entiendo, esta bien.

Así el muchacho de gafas dejo momentáneamente su labor, se levanto a un lado de la cama y comenzó a desabrocharse la camisa torpemente ante los ojos atentos y curiosos de su niño que se habia sentado para contemplar mejor el cuerpo maduro y sensual.

Termino de desabotonar su camisa y se la quito mientras desviaba la mirada tímida aun lado y hacia el otro. Suspiro al quitarse la prenda que callo al piso.

Repentinamente el castaño lo abrazo por la cintura, frotando su rostro sobre la suave carne de su vientre, comenzando a formar círculos calientes y húmedos con la lengua, partiendo de su ombligo hasta donde su cabecita podía alcanzar, puesto que Cody también quería contribuir con las caricias; poso sus pequeñas manos en el cinturón del mayor y comenzó a desabrochar despacio, tímido, las manos le temblaban cuando desabrocho y bajo el cierre del pantalón. Joe paso su mano por los cabellos chocolate de Hida quien bajo la prenda hasta las rodillas.

Kido empujo suavemente al niño sobre la cama para que se acostara nuevamente. El mayor termino de quitarse el pantalón, se acerco y recostó sobre él, a Cody le encantaba sentir el peso de Joe sobre si.

El chico de ojos negros beso la boca de su pequeño, lamiendole los labios como si los pintara sutilmente y chupando la punta de la lengua que habia asomado ligeramente.

Comenzaron a acariciarse mutuamente de arriba hacia abajo unos cuantos minutos antes de que Kido continuara su labor donde se quedo, con los ojos brillando de deseo y un gesto de amor en su rostro, Joe retiro la ultima prenda de su niño, dejandolo completamente desnudo.

Sin embargo Cody junto las piernas y las encogió contra su cuerpo, le estaba dando vergüenza que su senpai le viera de esa manera. El mayor por su parte tomo las delgadas piernas de su niño gentilmente y las separo despacio mientras hacia que apoyara los pies en la cama y entonces lo miro.

Su niño era todo un monumento de perfección de arriba hacia abajo: su torso suave de un blanco cremoso, esculpido con exquisitez; dos cerecitas  rosadas en su pecho que gustaban de ser comidas; su pequeño vientre terso y los óvalos en sus caderas magníficamente torneados; su vientre subía y bajaba estremecido por la respiración tan baja que tenia; mas abajo, ese hermoso secreto, un miembro, rechonchito, erguido, cubierto aun graciosamente hasta la punta por aquella telilla de piel ademas, era de un tamaño perfecto, adecuado a la edad de Cody, tan fácil de tomar entre su mano; y por ultimo, descendiendo hasta el final una entrada, un santuario tan fino, delicado y rosa como un tulipán que parecía espera a ser abierto únicamente por él.

--Joe…

Llamo el pequeño que se sentia avergonzado por la manera tan detallada en la que lo estaban observando, quería saber si su cuerpo le gustaba a pesar de su tamaño.

--Lindo—Por fin hablo Kido a un sorprendido por tanta belleza—eres muy lindo, me gusta.

Dijo casi sin aliento, haciendo que su niño sonriera halagado y le extendiera los brazos mientras le decía.

--Ven, quiero que pruebes la parte mas dulce de mi.

--Si.

Dijo Kido besando el cuello del castaño, estremeciendolo, repasandolo por todos lados, esa piel tan suave como la seda le estaba haciendo elevarse, quería mas, mas.

Bajo su mano y tomo la intimidad de Cody entre sus dedos, apretando y rodeando.

--¡Ahhhh…!

Su niño gimió fuerte.

Joe se tranquiliza va a darse el tiempo para atender de manera adecuada la sexualidad de su niño.

--No sabia que eras un niño tan sensible, Cody.

Dijo recorriendo con la punta de su dedo de arriba hacia abajo la el sexo de Cody que no paraba de temblar.

--Ummm…

--¿Duele si lo hago así?

Pregunto mientras tomaba el miembro de Cody entre sus dedos y bajaba con cuidado la piel que lo cubría, revelando su punta rosada y pequeña, apretó esta con un dedo mientras subía y bajaba los otros comenzando a masturbarlo.

--S-se siente bien…--Dijo el niño entre jadeos mientras sentia como mojaba ligeramente los dedos de su senpai, susurro—se… se siente mejor que cuando lo hago yo solo…

Joe desvío la mirada, lo habia escuchado, se sintió de ruborizar, esta vez no de vergüenza si no ansiedad, en ese momento esa simple idea lo habia estimulado bastante.

--Ahhhh…. Mm… ¡Esta caliente!—Grito Cody--¡La boca de Joe esta caliente!… ¡Nyaa!

Su senpai abia atrapado su sexo en su boca húmeda, lamiendolo, apricionandolo, paladeandolo.

El niño siguió gimiendo.

--Ahhh… se siente bien… ahhh—Sentia la saliva de su senpai escurrir por todo su miembro hasta su entrada que se apretaba con cada pequeña descarga  de adrenalina que inundaba su cuerpo, el placer era tanto que apretaba las sabanas con los dedos de los pies—ahhhh…. Ya… ya no aguanto… va… va a salir ¡Ahhhh!

En ese instante el mayor retiro su boca sintiendo su cara empapada por el rocío blanco de su niño caer directamente en sus gafas.

El mas joven se retorció en las sabanas con los ojos cerrados y las mejillas chapeadas, volteo su cara y entreabrió los ojos para observar a Joe quitarse los lentes manchados por su esencia.

--Lo siento, ensucie tus lentes, pero es que se sentia tan bien que no pude evitarlo.

--N-no pasa nada—Contesto Joe limpiando sus lentes con la sabana—solo me sorprendiste un poco, no esperaba eso.

--P-pero si ya tengo trece.

Contesto inocentemente el menor.

--¿He? No, no lo decía por… ¡Hey espera!

Exclamo el mayor sintiendo como su niño se le abalanzaba tirandolo en la cama, se coloco las gafas y observo a su pequeño decirle con una sonrisa picara.

--Ahora me toca hacerte sentir bien.

Beso.

Joe lo abrazo fuertemente, el pequeño lo acariciaba con la boca por todos lados, dejando pequeño lametones en el pecho, en los hombros.

Fue bajando frotando su rostro con cariño, lamiendo volviendo los besos mas húmedos conforme bajaba, cosa que le estaba encantando a Kido quien respiraba excitado.

El menor continuo descendiendo hasta encontrarse con la ropa interior de su senpai, miro sorprendido, Joe estaba duro, se notaba demasiado; tomo el borde de la ropa y le dijo inocente.

--Puedo ver ¿Verdad?

El joven movió la cabeza aceptando, haciendo que el niño sonriera emocionadamente.

El mayor se sentó en la cama, recargandose en la cómoda, el niño se acerco y comenzó a quitar la ropa con ayuda de su senpai, lanzando la estorbosa prenda aun lado.

Cody miro impresionado y  curioso el miembro de Joe, este era tan grande, lo doble que la suya, tal vez un poco mas; tomo con ambas manos, apenas podía cubrirla por completo, esta era caliente, rígida con excepción del extremo el cual lucia muy suave; el pequeño no pudo evitar ruborizarse al comparar la punta con una fresa grande y roja.

Alzo su mirada y miro a su senpai ruborizado, apenado por la manera en la que lo observaba le dijo.

--Lo siento, es que… es que aun no encuentro la manera correcta de hacerlo.

Movió sus manitas un poco, quería hacer un buen trabajo.

Kido desvío la mirada un segundo, miro a Cody y dijo susurrante.

--Tu mejilla.

--Ummm.

--Frotalo contra tu mejilla.

--Si.

Respondió el niño quien en el acto siguió la orden de su querido senpai, frotando la hombría de este contra su mejilla.

Estaba suave y comenzaba a mojarse.

--Esta resbalosa—Decía el niño divertido, hacer algo así lo estaba excitando de una manera aparentemente inocente; observo la enorme fresa del mayor encontrando en esta  una gota de miel que atrapo entre sus labios, saboreo—sabe un poco salado, pero esta rica.

Se inclino de nuevo, lamiendo la punta primero, antes de hundirla en su boca una y otra vez, frotando con su juguetona lengua por dentro, moviendo los labios.

Apesar de que su niño no era capas de engullir toda su fruta, Joe sentia estremecerse en ese abismo cálido y vibrante, el placer que estaba descubriendo provocaba que su cabeza diera vueltas.

La hermosa y estimulante imagen de su niño felandolo mientras contoneaba sus caderas de un lado al otro lo calentaba; no quería que su niño se le despegara, es mas, quería que lo tragara entero.

Jadea fuerte, tiembla, le falta el aire, no soporta mas…

--¡Es mucho!

Escucho decir a Hida al mismo tiempo que se derramaba abundantemente en su boca, cara y pecho.

Recuperaba el aliento mientras observaba como su niño tragaba el liquido que abia ido a para a su boca mientras respiraba agitado, revelando por instantes el delicioso néctar blanco mezclado con su saliva.

--Lo siento—Sonrío Kido poniendo su mano sobre el rostro y pecho de Cody limpiando el desastre que abia provocado—ven.

Lo atrajo hacia si y lo beso con dulzura.

Se dieron su tiempo, contemplando con calma el despertar de su sexualidad sosteniendo entre sus manos, miedos y esperanzas, de pie ante el portal de la satisfacción que los llevaría por primera vez a ese mundo de ensueños. Despertando en el otro la sensibilidad de su cuerpo, grabando todos aquellos puntos placenteros del otro:  el largo de la espalda de Cody, los hombros de Joe, la palma de la mano, los dedos de los pies; como si jugaran.

Al cabo de unos minutos, ambos encontraron una posición cómoda par los dos: de lado, uno frente al otro; sujetandose cariñosamente de una mano mientras que con la que tenían libre se acariciaban, tomando turnos para juntar sus miembros y masturbarlos juntos.

--¿Te gusta?

Pregunto Joe amorosamente guiando al mano de su niño hacia abajo.

--Si… estas caliente… ahhhh…

Contesto Cody con un suspiro sin despegar su mirada del grueso pistilo del chico de ojos negros.

--¿Pasa algo?

--¿He? No… bueno—Dijo avergonzado—estoy un poco ansioso, vas a pones algo muy grande dentro de mi.

Kido no supo cuando enrojeció, si con la palabra “grande” o “dentro”

--No tenemos por que hacer esa parte aun, si tú no quieres.

--No, quiero… quiero hacerlo todo.

Dijo el castaño acostando boca arriba al mayor y subiendo sobre el.

--Espe…

--No te preocupes, lo sé, vas a ponerlo aquí—Dijo tomando el portentoso instrumento de su senpai comenzando a frotarlo contra su rosada entrada intentando que entrara—esta… muy grande, no entra.

--Ven—Llamo el chico de gafas haciendo que lo soltara, lo abrazo y se recostó en la cama aun con el cuerpo mas joven sobre el—abre la boca.

Le ofreció sus dedos para que chupara, el pequeño lo obedeció y los lamió. Cuando Joe pensó que era lo suficiente; bajo su mano y toco la pequeña entrada que se contrajo con el simple roce, la masajeo lentamente en círculos y cuando sintió a su niño relajado, introdujo el primer dedo.

Cody se estremeció y hundió el rostro en el cuello de Joe, el cual siguió su labor, tratando de ser delicado con aquella palpitante flor.

Por su lado Cody no estaba seguro de lo que sentia, dolía pero era rico; comenzó a relajarse de nuevo permitiendo  que el mayor metiera el segundo dedo.

Comenzó a alzar la voz, sin poder contenerse, los dedos adultos de su senpai le estaban dando la mejor atención: los frotaba, los movía en círculos, incluso los abría ligeramente en tijeras, dedicandose a romper el sello y preparando para su entrega.

Cuando Hida comenzó a mojar el vientre del mayor, este supo que que era el momento, retiro sus dedos con cuidado y dejo que su niño se acomodara sobre su miembro, justo en el corazón de su virginidad.

El pequeño respiro hondo, su deseo de ser poseído sobrepaso sus temores. Cuando sintió la punta roma y redonda del sexo pujante tocar suavemente su umbral, deseo entregarse por completo. El cálido y dulce rocío de Joe conspiraba perfectamente con la incesante presión que ejercía para la penetración.

Esforzandose hasta donde le permitía su fisiología, le entrego todo su ser, luchando para rodearlo por completo.

Entonces…

“Joe esta dentro de mi”

Así en un efímero segundo ambos entregaron su virginidad al otro.

Ambos se sobresaltaron pero no dijeron nada, nada que les arruinara ese momento, hasta que Cody termino de introducir casi por completo el enorme carrizo en su cuerpo.

“No puedo creer que mi pene entrara dentro de un cuerpo tan pequeño como el de Cody, esta muy caliente”

Pensó el muchacho sintiendo como si su niño lo chupara. Observo como este temblaba y pregunto.

--¿Te duele mucho?

--No—Negó el castaño con la cabeza—estaré bien, siento… me siento muy lleno… siento a Joe en mi estomago—Puso su mano en su vientre, justo debajo de su ombligo, suspiro—me gusta, ¿Y a ti?

--Me encanta, estas tan caliente, húmedo  y muy apretado, me gusta mucho.

El niño sonrío cándidamente.

Kido sujeto con una mano la cadera de Cody mientras que con la otra acariciaba la intimidad de este, quería relajarlo, que no le doliera.

Se quedaron quietos unos segundos, entonces el niño de ojos verdes suspiro, se inclino levemente apoyando sus manos en los hombros del chico y comenzó a moverse lento.

--Umm…

Al principio dolió un poco, mejor dicho ardía, pero poco a poco y lentamente sentia el estomago y vientre revolverse de miles de sensaciones nuevas, extrañas, pero gratificantes.

El muchacho le ayudaba con el movimiento, marcandole el compás a seguir sin dejar de masturbarlo, ese sitio tan cálido le daba un ardor repleto de pasión.

Comenzaron a gemir envueltos en esa delicada sabana de éxtasis.

Cody respiraba hondo se inclino hacia adelante para recargarse en el pecho del mayor , sin embargo.

--Umm… se salió…

--No te preocupes.

Le dijo el mayor colocandolo debajo de el, abriendo las piernas del pequeño, levantando un poco las rodillas, echadoras ligeramente hacia adelante y sosteniendolas con sus antebrazos, colocando sus manos a los lados de Hida y posicionandose bien en medio, volvió a penetrarlo.

El castaño abrió los ojos, sentia diferente a Joe dentro de si, era tan agradable, tan delicioso.

Kido por su lado se movía con mayor facilidad, entrando y saliendo, sintiendo como si se derritiera en ese sendero húmedo, pequeño y estrecho.

No negaría que en ese momento tenia miedo de lastimar a su niño, pero los gestos y gritos de Cody eran claramente de placer, su apariencia lo decía todo, con las mejillas chapeadas y la boquita completamente abierta.

--Ah, ahhh… puedo sentirte dentro de mi—Comenzó a decir Cody entre jadeos mientras unas lagrimas se asomaban de sus ojos siendo víctima de tanto placer—ahh… he querido hacer esto contigo durante tanto tiempo… todos los días pensaba todo tipo de cosas sucias… por favor, perdoname… por imaginar esas cosas… Así que estar haciendo esto contigo es como  un sueño… pero esto no es un sueño… puedo sentirte ¡Nyya!… mmm estas tan duro, moviendote tan fuerte… pero… pero… esto no es suficiente… quiero hacer mas y mas cosas como estas contigo…cada vez que pienso en ti mi corazón late mas y mas rápido… yo… yo… ¡Te amo!… Así que por favor… hazlo mas fuerte… quiero sentirte… ¡Ahhh!

--Ahhh ¡Cody!

El rostro aun infantil del castaño, totalmente transformado por el placer, le era tan hermoso a Joe que, colocando un brazo por la espalda de Cody, lo levanto hasta dejarlo sobre su regazo. Comprendiendo el cambio de posición, el castaño se ubico con las piernas alrededor de la cintura de su amado senpai y se penetro, dejandose caer sobre la erección de este…  coloco sus manos sobre los hombros  de Kido y se quedo allí, con la cabeza acomodada en el pecho de Joe, comenzando a moverse de manera rápida.

Eran tan exquisitos y sublimes los movimientos, los gritos, las respiraciones agitadas, el sentir de sus pieles cálidas; se funden en uno solo, ni mayor, ni menor; solo placer, sensación y finalmente arrollo sosegado, el ansiado orgasmo.

Cody fue el primero, al sentir una deliciosa estocada en ese punto especial  de su interior que era la mas sensible, corriendose entre los dos cuerpo, abrazando a Kido con fuerza.

Por su lado Joe al sentir como su niño lo salpicaba con su encanto y lo apretaba por dentro, no pudo mas, descargandose dentro del cuerpo del pequeño.

Se acostó completamente exhausto, llevandose el cuerpo mas pequeño sobre si, haciendo que con esto saliera d su interior.

Bajo la mirada y se acomodo las gafas que traía a media cara para ver  que su niño estuviera bien; observando a Cody llevarse una mano al vientre.

--¿Estas bien?

--Si—Contesto Hida con una sonrisa—solo siento el estomago caliente, hay tanto de ti dentro de mi.

--C-creo que debí terminar afuera.

--Umm umm—Negó Cody—me gusto mucho así.

Confeso ruborizado.

Joe lo acerco hacia si, lo beso tiernamente en la mejilla, en la boca y por ultimo en la punta de la nariz, con lo que gano una sonrrisita y una risita del pequeño.

Se taparon con la sabana y el joven acostó al niño sobre si y lo abrazo amorosamente, como si lo arrullara. Ambos sentia aun el corazón desbocado, era como si hubieran ido al cielo y descendido en una nube mullida.

--Joe.

--Umm.

--Me gusto mucho—Dijo el niño acurrucandose como un gatito—Joe…

--¿Que ocurre?

--Nada, solo quería decir tu nombre.

El mayor acaricio los cabellos de Hida.

Era como si no tuvieran nada mas que decirse por que el silencio de ese momento era muy cómodo como si ya se hubieran dicho todo lo que tenían que decirse, solo una cosa mas.

--Cody, te amo.

--Yo también.

Así entre los brazos del otro se quedaron dormidos apaciblemente.

Notas finales:

No olviden comentar y nos vemos en el final

Cuidense ^3^


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