Before the Dawn.
"Eres tan lindo" El atractivo joven de ojos chocolate musitó acariciando el hermoso rostro.
Paseó sus dedos por aquellos carnosos labios color cereza y los delineó. Sintió su textura con la yema de sus dedos. Y acarició los parpados cerrados sintiendo el largo de las negras pestañas.
"Y tu piel es tan suave... Me gusta cómo se siente bajo mi tacto" Le miró con adoración y... "Siempre te anhele... YooChun" Un ferviente deseo.
Su mano se fue deslizando por aquel níveo y fragante cuello. "Serás mío YooChun..." Acariciando la sensible piel... Anhelando descubrirla por completo... Añorando recorrerla hasta lo más recóndito de su ser.
Llevó sus manos hasta los botones de aquella camisa blanca -que portaba el menor-, y los desabrochó, uno a uno con parsimonia: disfrutando del tiempo que le llevaba el descubrir esa blanca y suave piel de la que el menor era dueño, y de la que él, desde hacía algún tiempo quería y tenía el imperioso deseo de: saborear con su lengua, acariciar con sus dedos, besar con sus labios y marcar con sus dientes. Probarla en su totalidad. Descubrió todo el plano y delicado torso del menor, maravillándose la vista. "Maravilloso..." sin evitar exteriorizarlo.
Deslizó fuera del cuerpo más joven la camisa, y admiró la sublime desnudes de aquel pecho que subía y bajaba siguiendo el ritmo acompasado de su respiración tranquila.
Después de un tiempo en completo embelesamiento, sus dedos comenzaron a deslizarse por la nívea piel. Fascinado por la suavidad, extasiado por la calidez. Acariciando apenas en un tranquilo rose... Tan delicado, tan apasionado... Él mismo se estremeció ante sus acciones, que un dulce cosquilleo invadió su vientre y un abrazador calor su cuerpo entero.
"Terciopelo y seda..." Envolvió entre sus dedos uno de los sensibles pezones llegando a estirarlo un poco; delineó su contorno... Y después, sólo los retiro.
"Tan irreal y sublime..." Se alejó de la cama de sabanas blancas, donde yacía descansando el cuerpo inconsciente del menor. "Oh, YooChun; querido mío. Todavía no logro idealizar que estés aquí... conmigo". Sonrió encantado; y se acercó a la mesita de caoba en uno de los extremos de la habitación. Tomó una de las botellas de aquel vino especial y sirvió un poco en una de las copas de cristal, que con anticipación había preparado, para esa ocasión.
El exquisito sabor de aquel liquido rojizo bajo por su garganta, mojándola y dejándole un sabor dulce y amargo; una combinación extraña y contradictoria; pero deliciosa y excitante para él, y su buen paladar.
"Todo es tan perfecto" Vertió más de aquel liquido en su copa y con ésta en mano, se acercó de nuevo a la cama en medio de la habitación.
Vio a YooChun por varios minutos, minutos en los cuales su mirada chocolate brillo en un dulce resplandor. Todavía y sin despegar su vista del delicado durmiente, se sentó en el cómodo sillón de una pieza, aquel que perfecto permanecía enfrente de la cama. Desde allí, podía apreciar sin ninguna dificultad al menor dormir tranquilo y angelical.
Los minutos comenzaron a pasar. Imperceptibles e inexorables. El mayor no despegaba su vista de aquel cuerpo, y había acabado ya con la primera botella de su reserva especial de vino.
"Puedo esperar a que despiertes mi bello durmiente; pero... Desde un principio pensé y quiero hacerlo así"
Se levantó de su lugar y comenzó a despojarse de la camisa negra que llevaba puesta. La dejo caer al suelo; dejando a la vista su marcado y bien formado torso, y su deliciosa piel canela... Su cuerpo entero trabajado y duro. Un perfecto adonis.
Se recostó con suavidad encima del menor. Apoyándose en sus fuerte brazos para no aplastarlo. "Eres tan hermoso..." comenzó diciendo, en la cercanía de sus rostros, "...Y este momento tan especial... Y yo... Simplemente no puedo creerlo todavía" Su rostro se acercó aún más y con su lengua delineo los suaves labios de YooChun. "Mmm... Dulce..."Lamió el inferior, lo besó y después lo succionó, "...Y Adictivo".
Sus besos fueron descendiendo al cuello aquel que desde que viera por primera vez tuvo el deseo de marcar... Y siguiendo su impulso y bajo deseo... Posó sus labios en una parte alta, sensible y visible, donde y sin remordimientos, enterró sus dientes...
Sintió como el cuerpo bajo suyo se estremeció; sin embargo sabía que no despertaría, la droga que le había administrado anteriormente, lo dejaría en la inconsciencia durante largas horas.
"Tan vulnerable..." Lamió la herida y depositó un dulce beso. "... Y tan frágil" Le susurró al oído. Con su lengua comenzó a jugar en el lóbulo del menor y fue descendiendo de nuevo hacía el cuello; dejando un camino brilloso por la saliva en sus pequeños besos.
"Me gustaría ver tus preciosos ojitos abiertos" Murmuró suave y con amor. Cuando se separó y se hincó sobre el colchón, a un lado de YooChun. "Quisiera apreciar la candidez de tu mirada, lo cándido de su brillo" Posó su mano en la blanca mejilla, en una tierna caricia. "Que me miraras con amor, cómo..." Presionó sobre la mejilla hasta ponerla de un suave color rojizo, "como lo miras a él..." Apretó su quijada con fuerza y cerró los ojos. Quitó en un tosco movimiento la mano que mantenía en aquel rostro sereno y suspiró. "Ya ves precioso. Has logrado que te lastimé, amor" murmuró tranquilo. "No te preocupes, yo te cuidaré" Y se inclinó para besar la piel dañada.
"Tu YunHo, nunca te dejará solito" Se recostó al lado de YooChun y lo miró risueño. "Él te cuidará y te protegerá" Su mano derecha comenzó a jugar con los cabellos oscuros del más joven. "Nunca te lastimará y..." Acomodó un mechón a modo que no tapará su frente. "Tú sólo... Solamente tienes que amarlo" Se incorporó un poco, y besó la frente de YooChun. "Sólo tienes que amarme" Susurró después de haberlo besado en los labios.
Se abrazó al cuerpo de YooChun con fuerza y escondió su rostro en la curvatura del cuello. "Solamente tienes que amarme, YooChun" Sollozó.