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Coffee Break por Seiketo Nayset

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Notas del capitulo:

Punto de Vista: Yamato Ishida

Agradecimientos a Drago-Takeru por su review, y a aquellos que leen la historia sin dejar su apoyo explícito. ¡Muchas gracias!

 

Cuando Taichi despertó, mi corazón dio un brinco de emoción que sentía iba a estallar. Fui a buscar al médico de cabecera de Tai, Joe Kido, un peliazul que parecía muy confiable. Daisuke no pudo estar ahí para cuando mi novio despertó, pero estoy seguro que se alegrará cuando lo llame. Saqué mi móvil, ya que me quedé afuera mientras revisan a Taichi.

 

- Daisuke – Me contestó muy rápido. No alcancé a escuchar más de dos tonos – Taichi ha despertado, su médico lo está revisando – Le cuento rápidamente.

 

- Que bueno, Yama – Me responde, suspirando – Iré a verlos por la tarde. Dile a Joe que quiero a Taichi hasta mañana ahí, para que se recupere bien, por favor – Pidió, y siento su voz muy seria.

 

- Claro, le diré – Se que él no me ve, pero muevo mi cabeza afirmativamente. Me veo un tanto ridículo haciendo eso - ¿Estás bien? Me preocupa que te esfuerces mucho – Es mi cuñado, el amor de mi hermano pequeño. No puedo hacer más que preguntar por su salud.

 

- Estoy bien, no te preocupes. Acabo de salir de una reunión con los socios de la firma y con los abogados – Puedo adivinar que te llevaste una mano a la frente, Daisuke. Siempre haces lo mismo – Hablaré con Ichijouji para que me asesore por un tiempo, dudo que Tai se recupere pronto – Me cuentas eso porque sabes que él es tu mejor amigo. Y que estuvo enamorado de tí – Habla con Takeru, por favor. Ya tengo video conferencia con los corredores de bolsa, de nuevo. Cuídate, llámame si sucede algo – me cuelgas de impreviso.

 

Guardo mi móvil en el bolsillo. No puedo evitar bostezar, tengo horas sin dormir, un concierto encima y muchas dudas en mi mente. Joe sale y se acerca a mí, parece querer decirme algo.

 

- Está bien. Bastante cansado, necesita reposo por algunas horas más, pero puedes pasar a verlo – Me toca el hombro derecho, dándome apoyo. Lo necesito, y lo agradezco en silencio – Tiene estrés acumulado -

 

- Llamé a Daisuke, quiere que dejes a Tai hasta mañana – Lo miro fijamente. Quiero tener un poco de autoridad, es mi novio y no quiero que vuelva a recaer.

 

- ¿Daisuke? - Me mira sorprendido – Si me lo pides tú, lo haré. El novio no es Dai-kun, sino tú – Se encoje de hombros, tratando de darse la vuelta.

 

- Déjalo, por favor – Lo tomo del antebrazo, evitando que se marche – Yo... Llevo menos de un día con Tai – No se por qué le digo eso – Dai siempre ha estado con él, por eso respeto lo que opine de la salud de Taichi – No dejo de mirar el suelo, apenado.

 

- Daisuke ha sido el mejor amigo de Taichi durante años. Él siempre se ha preocupado por Tai – Suspira, y me levanta el rostro para mirarlo – Él te eligió a tí, no a Daisuke. Ahora, tú debes cuidar de Taichi. Cuando él no pueda tomar una decisión, ayúdale. Cuando quieras algo de él, díselo. Cuando no esté, tómalo. No esperes que tu novio siempre te diga que sí. Él te ha dado la confianza y su corazón para hacerlo, no lo defraudes – Esas son probablemente las palabras más sabias que he recibido en años.

 

Toda mi vida he luchado por lo que quiero, pero no tengo el valor para mantenerlo. He vivido los últimos años para darle lo mejor a mi hermano, para hacer felices a mis amigos. Por tratar de que mis padres no nos vean como una enfermedad, pero todo me sale mal. Hasta ahora, lo único seguro que tengo es a Tai.

 

Joe se ha ido. Estoy frente a la puerta de la habitación y entro. Veo a Taichi aún despierto, así que me acerco a su cama, mientras me saluda.

 

- Me preocupaste – Estoy apenado, nunca creí verlo así de vulnerable. Taichi siempre fue una persona fuerte, incluso me parece inalcanzable para mí – Te esforzaste demasiado, dice tu médico que es por estrés acumulado. No vuelvas a exigirte tanto – Me niegas con la cabeza. Estoy cansado, física y sicológicamente. Eres tan terco – No dormiste mucho ante noche, y todo lo que pasó terminó por hacerte colapsar – Siento que mi voz se va a quebrar en cualquier segundo. Intento contener las lágrimas, no quiero que me creas débil, así no seré merecedor de tenerte conmigo.

 

- No llores - ¿Que no llore? ¡Qué te pasa! Sentí que te morías en mis brazos – Yama... - Me lanzo contra tí y lloro en tu pecho. No soporto la presión de todo esto. Temo perderte, por lo mismo tomo una de tus manos y la apreto con fuerza – No me iré – Me dices, con tu tranquila voz. Obvio que no te irás, no dejaré que te alejes.

 

- ¡No quiero perderte, tonto!. Recién encuentro al amor de mi miserable vida – me acaricias la cabeza, se que te gusta mi cabello – No vuelvas a hacerme esto, por favor – Trato de limpiarme la cara de mis lágrimas para no verme tan patético, pero me traicionan y no se detienen. ¡Soy tan débil!

 

Me pides que te bese, y lo hago. Como si se me fuera la vida en ello, tratando de darte de la mía. Me pides que duerma contigo y acepto sin siquiera protestar. A ambos nos hace falta, realmente. Me acomodo lo más sutil que puedo, no quiero lastimarte. Me susurras que me amas y te duermes. Que hermoso te ves cuando duermes.

 

- Dulces sueños, mi Taichi – Te abrazo con fuerza, no te irás de mí. Te acurruco a mi lado y estoy con la mente en blanco algunos minutos. Al rato, quizás a la hora, me duermo también. Mi cansancio es superior a mis ganas de sentirte a mi lado, así que espero que al despertar aún estés conmigo.

 

Despierto al cabo de algunas horas. Ya anocheció y tú aún duermes a mi lado, con una sonrisa en el rostro que nunca antes había visto. ¿Sueñas algo bonito? ¿Soñarás conmigo, Taichi?.

 

Aún llevo la ropa del concierto. Apesto y quiero darme una ducha. Mi sorpresa es grande al ver una bolsa con un poco de mi ropa. Mi hermano estuvo aquí y nos vio dormir. Supongo que no intentó siquiera despertarme. Tomo la bolsa y me adentro en el baño de la habitación, que contiene una ducha, toallas y algunos implementos para asearme. Por primera vez veo un hospital con tantas comodidades y lujos. Aunque, Daisuke exageró cuando pienso el gasto que será todo esto.

 

Dejo que el agua tibia me bañe por completo. Aún tengo ligeras marcas en mi abdomen y en mi clavícula derecha que me regaló Taichi la noche pasada. Fue la experiencia más hermosa que he vivido. Fue muy cariñoso, tierno y preocupado de que nada me pasara. No encuentro palabras para describir cómo me siento. Pasan algunos minutos y se que debo salir del agua, por lo que me apresuro en lavar mi cabello. Maravilla que Takeru me trajera el champú de mi departamento. No quería volver a lavarme con agua, siempre se me enreda el pelo.

 

Salgo y me envuelvo una toalla en la cintura. Con otra, me seco el resto del cuerpo y la amarro a mi cabeza, para que absorva el agua que queda. Salgo del baño y voy por mi ropa. Cuando ya me había puesto la ropa interior y estaba terminando con mi pantalón, Takeru entra a la habitación, cargando dos café humeantes. No es raro que me vea sin playera, pero sí para la enfermera que entraba con él y se arrepentía, saliendo y cerrando la puerta rápidamente.

 

- ¿Tan feo estoy? - Río despacio, para no despertar a Taichi – Hola, hermanito – Sonrío, acercándome a tí para darte un abrazo. Me correspondes y me das un beso en la mejilla, a modo de saludo.

 

- Termina de vestirte. Te traje tu camisa negra favorita – Dejas un café sobre una mesa y el otro lo bebes con calma – Tenemos unos minutos antes de que la enfermera vuelva a querer entrar. Y no estás feo, si no fueras mi hermano quizás qué cosas te haría – Una sonrisa picarezca aparece en tu rostro. Siempre has sido muy bromista, y no me extraña que me digas eso.

 

- Gracias por el elogio. ¿Has hablado con Daisuke? -

 

- Muy poco. Ha estado de reunión en reunión. Dijo que tú hablarías conmigo. Y sobre Tai, sólo vi el informe público del médico por televisión – Tomó otro poco de su café. Se veía apetitoso, por lo que tomé el mío y bebí. Me sorprendo al descubrir que era uno de nuestros cafés – Ser el hermano del novio del empresario durmiente te permite entrar en la cocina – Me explicas, riendo suavemente.

 

Es cierto. La vida nos cambiará demasiado con todo esto. Taichi es un empresario muy exitoso y poderoso. Sus enemigos usarán lo nuestro para hacerle daño, eso es seguro. Las ventajas y desventajas de nuestra relación son muchas, pero más negativas que positivas.

 

- Daisuke llevará a Ichijouji con él, necesita de su ayuda – Hermano, no te enfades. Lo hace por mi novio.

 

Veo que te levantas de la silla y dejas el café sobre la mesa. Tus intenciones no son buenas, lo siento en la piel cuando te acercas a Taichi.

 

- Tienes hasta mañana para volver al trabajo – Le dices muy enojado – O te juro que te quedarás sin empresa, sin novio y sin huevos – Me tapo la boca para evitar reirme. Mi hermano siempre cumple sus promesas y temo por mi vida, pero la escena es tan graciosa que es inevitable en mí la risa.

 

- No te preocupes, no suelo ausentarme mucho del trabajo - ¡Estabas despierto! Ahora si que me río con ganas, incluso me abrazo el estómago, ya que empieza a dolerme por contenerme la risa mucho rato – Además, no es primera vez que Ken trabaja con Daisuke sobre mis negocios – Oh, Tai. Acabas de decir algo que no debías.

 

- Alguien dormirá en el sofá durante algunos meses, y no seré yo precisamente – Takeru, no tienes que ser tan celoso y posesivo. Nunca ha sido tu fuerte, terminarás durmiendo con él en el sofá, eso es seguro.

 

- Yama, me gustas mucho, pero no es bueno que andes sin playera en una clínica, más cuando Joe viene entrando a la habitación – Me señalas la puerta, donde tu peliazul médico mira la bochornosa escena con una sonrisa un tanto perturbadora.

 

Corro a buscar mi camisa y ponérmela rápidamente. Me giro para evitar que sigan viéndome el torso desnudo y me abotono rápidamente. Cuando me giro, mi hermano y Taichi estallan en risa y miro mi camisa: Estaba al revés, y mal abotonada. Ya resignado, me la quito y vuelvo a ponérmela, esta vez ya más calmado. Mi cara está roja de vergüenza y no me atrevo a levantar la vista para saber si siguen mirándome o no.

 

- Parece que estás mucho mejor, Taichi-dono – Joe fue muy formal con Tai. Supongo que debe ser por la presencia de Takeru. Y tú mismo le disuelves esa duda.

 

- Sólo Taichi. Takeru es el hermano de Yama – Sonríes, acomodándote en la cama para sentarte - ¿Cuándo puedo irme de aquí? - Preguntas, pero tu estómago gruñe salvajemente como nunca antes había escuchado – Tengo hambre, lo siento – Te disculpas muy inocentemente, una faceta totalmente nueva para mí.

 

- Tu novio pidió que te dejara hasta mañana, así que puedes irte cuando amanezca si quieres – Veo sorpresa en tu cara cuando me miras, pero sonríes satisfecho. Parece que Joe te conoce mucho mejor que yo – Nada de trabajo por una semana, y empezarás de a poco cuando te re-incorpores – El médico te amenaza, como si fueras un niño al que le advierten de una travesura.

 

- ¿Y quedarme sin huevos? Ni de broma, no me arriesgaré a sufrir la ira de mi nuevo hermano menor – Ríes, y yo también. Ambos recordamos la amenaza de Takeru muy bien.

 

- Está bien – Joe suspira resignado – Tampoco tengo ganas de suturar esa posible herida – Bromea, cosa que me causa más risa – Búscate ayudantes, no dejes a Dai-kun con toda esa responsabilidad, y dale vacaciones al muchacho, por favor – Sugiere.

 

- Tendré más opciones para planear mi venganza – Takeru sonríe maliciosamente. No olvidará muy fácil el hecho de que Ken haya ayudado a Daisuke sin decirle. Su mirada está llena de fuego que incluso yo temo por la salud de mi cuñado.

 

- Takeru, sólo lo hizo para ayudar a Taichi que está en cama, no seas tan celoso – Intervengo en favor de mi cuñado – Si ese es el caso, desquítate conmigo – Ofrezco de voluntario mi cuerpo y mente, sabiendo muy bien que me arrepentiré muy pronto.

 

- Sufrirás tú, tu novio y el mío, tengan eso presente – Te cruzas de brazos, esbozando una sonrisa que conozco: No lo harás. Sabes que perdiste esta batalla, pero no la olvidarás, eso lo tengo claro. Suspiro y me acerco a la cama de Taichi para sentarme en los pies.

 

- Ya me retiro. Pediré te traigan una cena – Joe se iba tranquilamente. Cuando cerró la puerta, la habitación quedó en silencio.

 

- Esto es incómodo, ya me voy. Sólo quería saber como estaban mis hermanos – Se acercó a nosotros. Me dio un beso en la mejilla, y a Taichi otro igual – Cuídense, no hagan travesuras – Rió, cerrando la puerta tras sí.

 

Nos quedamos solos. Es un silencio tenso. No me explico por qué, si nos reíamos hace menos de un minuto.

 

- Nunca un hombre se había despedido de mí con un beso en la mejilla – Me dices, llevándote la mano hacia donde Takeru depositó su despedida en tí – Fue... Muy tierno – alzo una ceja mientras pienso en que yo también puedo hacerlo. Me acerco y te deposito un beso en la otra mejilla. Y otro en tu frente. Y uno más en la punta de tu nariz. Todos, muy suavemente, temiendo tocarte – Esos fueron mejores, lo admito – Sonríes.

 

- Yo soy más tierno que mi hermano – Hago un puchero, pero de verdad me molesta. ¡Yo puedo ser más tierno que Takeru!

 

- Eres mi novio, Yama. Siempre serás más tierno que tu hermano – Me abrazas del cuello y me besas profundamente. Tu lengua pide entrar a mi boca y un ligero gemido de mi parte te ayuda en tu propósito. Nos separamos y chocamos nuestras frentes, la punta de nuestra nariz choca con la del otro, y sonreímos.

 

Llaman a la puerta. Debe ser tu cena, por lo que voy a recibirla. Un carro trae tu bandeja con una comida muy apetitosa. Despido a la enfermera cortésmente y entro con el carro. Hay una mesa con ruedas para que puedas comer acostado, así que la acerco a tí.

 

- Ni lo sueñes, puedo levantarme – Me dices, indignado – Además, no hay comida para tí, tenemos que ir a buscarte algo – Te destapas y pones tus pies en el frío suelo.

 

- Taichi, siéntate en la cama, yo te acerco la ropa – Te tomo por la cintura y te levanto para sentarte sobre la cama. Tu ropa está en el pequeño armario de la habitación. Yo mismo la dejé ahí, y dudo que quieras ir a buscar comida en ropa interior. Te acerco todo y te vistes con calma. No puedo evitar mirarte. Tienes un cuerpo muy marcado y definido. Ahora que hay luz puedo notarlo mejor - ¿Haces algún deporte, Taichi? - Mi pregunta sale sin pensarlo mucho. Me miras sonrojado y temo haber sido indiscreto – Lo siento, no quise incomodarte – Me disculpo de inmediato.

 

- Yama, deja de disculparte por todo – Pareces enfadado. Y se que tienes motivos, soy un cobarde que teme perderte por cualquier detalle – Antes practicaba soccer. Ahora voy al gimnasio de la empresa 3 veces por semana para no perder condición física – Sonríes. Terminas de abrocharte tus zapatos y me tomas de la mano – No temas preguntarme lo que sea. Quiero compartir mi vida contigo, no tengo intención de ocultarte nada – Salimos de la habitación y vamos con rumbo desconocido.

 

Encontramos un pequeño mapa del edificio y encontramos el casino y comedor de la clínica.

 

- Espera, dejé mi billetera en mi otra ropa – Te detengo cuando vamos con dirección al ascensor. Tenemos que bajar 4 pisos para llegar al casino.

 

- Yama, yo tengo mi billetera, no te preocupes – Sonríes despreocupado. Olvido que eres un multimillonario y no puedo sentir sentirme menos que tú – La próxima invitas tú – Comentas, haciendome sentir mejor.

 

Cuando llegamos, hay poca gente en el lugar. No nos soltamos las manos en ningún minuto y no parece importarte. A mí, menos. Pedimos unos sandwichs de queso y dos café capuccinos. Nos invitan a sentarnos, ya que nos llevarán todo a la mesa. Escogemos una cerca de la ventana, con vista al jardín interior de la clínica.

 

- ¿Eres Matt? - Un niño de aproximados seis años se acerca a nosotros cuando nos sentamos. Le respondo un sí silencioso con mi cabeza - ¿En serio? - Sus ojos brillan de la emoción – Yo quería ir a tu concierto ayer, pero no pude ir con mis amigos – Nos señala un grupo de chicos que estaba del otro lado del comedor, junto con unas enfermeras que les cuidaban mientras comían.

 

Me di cuenta de que eran niños pequeños, todos calvos. Son niños que padecen cáncer y la quimioterapia los mantiene así.

 

- Ven, vamos – Tomo al niño de la mano y nos acercamos al grupo. Taichi me sigue de cerca. Cuando llegamos, varios niños exclaman contentos de verme – Sé que ustedes no pudieron ir al concierto de ayer, así que les traigo el concierto acá – Sonrío - ¿Les gustaría una canción? No tengo mi guitarra, pero estoy seguro que podrán ayudarme con la melodía – Muchos sonrieron y dijieron que sí.

 

Acerqué una silla y cantamos varias canciones juntos. La mayoría conocía mi repertorio completo y coreaban conmigo todas las canciones. Otras personas se acercaron al oírnos cantar.

 

- ¿Conocen a Tai? - Les pregunto. Unos me dicen que sí, otros no le conocían – Ayer cantamos juntos la canción que aún no terminaba – Sus exclamaciones de sorpresa me daban a enteder que sabía de que canción les hablaba – Taichi, cantemos juntos – Lo invité. Me sonrió y accedió.

 

Cuando terminamos la canción, los chicos nos aplaudieron. Incluso, los más grandes, pedían el beso de ambos. Miramos a la enfermeras y no parecía desagradarles la idea. Besé a Taichi de forma suave y no muy larga.

 

- Muchas gracias, Matt – El chico que se nos acercó al principio me abrazó y me dio un suave beso en la mejilla.

 

- La próxima vez traeré mi guitarra. Si se cuidan y obedecen lo que digan los médicos, quizás venga la banda completa y podamos tocar allá afuera algunas canciones – Ofrecí. Contentos, los chicos se retiraron a sus habitaciones. Cuando nos íbamos a nuestra mesa, observamos una cámara a la distancia. Nos habían grabado cantándole a los niños.

 

Decidimos ignorar eso. Unos guardias se llevaron al periodista y de seguro lo escoltaron hasta la salida.

 

- No te preocupes, verán como un ídolo de la música les canta a unos niños – Me explicas con calma – Y siempre se puede editar lo del beso – Afirmas tu cabeza en tu mano, aplicando la presión sobre tu codo derecho – Tengo un novio muy humanitario. Es lindo de tu parte ofrecerte para esos niños, Yama -

 

- No puedo evitarlo. Ellos no pueden salir de este lugar porque pueden enfermarse más – Suspiro, pensando en cuántos niños más no pueden disfrutar de la música que ofrezco.

 

- Si te parece bien, podemos hacer que transmitan tus conciertos en todos los hospitales del país – Abro mis ojos, pensando en la posibilidad que me ofreces – Siempre se puede llegar a un acuerdo con las televisoras, créeme –

 

- Me encantaría. Gracias, Tai... -

 

Nuestra comida llega. Al parecer, esperaron a que terminaramos de cantar para servirnos. Mientras comemos, hablamos de las posibilidades de ofrecer los conciertos televisados para los niños. Pero una voz interrumpe nuestra charla, proveniente del televisor del lugar. Estaban transmitiendo las noticias y aparecía la clínica donde estábamos.

 

- Poseemos un video inédito, sin editar, desde el interior de la clínica donde el magnate de las finanzas Yagami Taichi descansa tras su repentino desmayo tras la conferencia de prensa de T Entertainment – La mujer hablaba rápidamente – El empresario y el ídolo del rock “Matt” Ishida ofrecieron algunas canciones para niños con cáncer en el comedor del edificio – El video nos mostraba cantando la última canción. Al ver el video me doy cuenta que no solté la mano de Tai en ningún momento, y que además nos miramos muchas veces durante la canción – Al parecer, la salud del empresario está mucho mejor. Nuestras fuentes informan que incluso han ofrecido un concierto con la banda, en pos de mejorar la salud de los niños del hospital clínico – Dejo de poner atención en la noticia.

 

- ¿Ves? No apareció el beso – sueltas una risilla, pero aún así no me tranquilizo – La única televisorsa que usaría eso sería la de tu padre, Yama – me sorprendo de que sepas de mi padre, aunque siendo mi jefe, no debería hacerlo – Lástima que se fue del país y el resto de las televisoras sean de mis socios – Tomas un sorbo del café y luego masticas otro pedazo del sandwich.

 

- ¿Le hiciste algo a mi padre? - Se que no debería alterarme, pero sigue siendo mi familia.

 

- Le sugerí mudarse de país si quería volver a trabajar – Me dices calmadamente. No puedo creer que seas tan cruel. Para mi padre, su trabajo lo era todo. No puedo reclamar, después de todo, supongo que lo hiciste por mí y mi hermano, además de tu amigo.

 

Como y bebo en silencio. Me encierro en mi mente pensando en todo lo que se viene de ahora en adelante. Tú estás acostumbrado a lidiar con la prensa, extorcionar, sugerir o amenazar a la gente. Yo simplemente estoy conociendo las cámaras, un poco de fama y un trabajo más rentable del que tengo ahora. Pienso en el café que tengo con Takeru, si podré volver a atender una mesa sin tener que lidiar con miradas extrañas, una foto o preguntas incómodas. Sin darme cuenta, mi café está vacío y tú me miras fijamente.

 

- Nada será como antes, amor – Es la primera vez que me dices así, y me sonrojo porque la dices en público – Pero será mejor, nunca peor. Ten eso por seguro – me tomas las manos entre las tuyas y me infundes confianza.

 

- Solo quiero ser feliz – Mi voz suena apagada, lo sé. Estoy decaído, desanimado y sin fuerzas – Volvamos al cuarto, tienes que descansar – me pongo de pie antes de que puedas replicarme. Me sigues en silencio y nos marchamos del lugar. Sigues sin decirme nada.

 

Cuando llegamos al cuarto, cierras la puerta y me abrazas la cintura, por la espalda, y pones tus manos en mi abdomen. Me muerdes la lóbulo de mi oreja.

 

- Recuerda que tienes muchos fans, gente que te apoya, amigos y a tu hermano apoyándote. No te deprimas – Tratas de consolarme, pero todo lo que me dices no lo veo ni lo siento. Sólo mi hermano me apoya a su forma, sin siquiera decírmelo.

 

Nos acostamos sobre tu cama y volvemos a dormir. Esta vez, para mañana marcharnos, discutir con la prensa que de seguro estará apostada allá afuera para tener la primicia sobre tí o de nuestra relación, insana a ojos de muchos.

 

La mañana llega y con ella, Daisuke y Miyako. Nos despiertan con su llegada.

 

- Despierten, holgazanes – Dai, eres tan amable – Le traje un poco de ropa a ambos – Señalas una bolsa detrás de tí, sobre la mesa que está disponible – Y no reclamen, Miyako tiene ideas para esto y será bueno que colaboren un poco – La tomas del antebrazo y salen del cuarto, para permitir cambiarnos.

 

- ¿Qué demonios fue todo eso? - Preguntas, aún dormido. Me encojo de hombros y me levanto de la cama. Busco mis pantalones y mi camisa, ya que estoy acostumbrado a dormir sólo con mis bóxers. Al parecer tú no, pero dado que no tenías la comodidad de tus departamentos, tuviste que dormir igual que yo.

 

Nos levantamos y revisamos la bolsa que dejó Daisuke con ropa para ambos. Por suerte, nos trajo un dentrífico y cepillo de dientes para ambos. Cuando comienzo a sacar la ropa, me doy cuenta de que es mi ropa de otros conciertos, limpia y planchada. La tuya, es un traje similar, pero con un aire más formal.

 

- Lo haré por tí, Yama... Pero no me pidas que vuelva a ponerme algo así – Me río de solo pensarlo. Te doy un corto beso para agradecer lo que harás por mí. Te verás realmente sexy con esa ropa.

 

Nos duchamos juntos, pero tratamos de no tardarnos, o entrarán a buscarnos. No queremos causarle más escándalos a esos dos que nos esperan. Nos vestimos y yo me tardo un poco más en arreglar mi cabello. Tú, en cambio, secas con fuerza tu cabello, quedando bastante diferente a como estoy acostumbrado a verte. Siempre te engominas un poco y lo peinas hacia atrás. Ahora, parecen púas.

 

- Es mi cabello originalmente – me explicas cuando te das cuenta de mi mirada.

 

- Te sienta genial, deberías usarlo así más seguido – Trato de sonar conviencente. Obviamente, no te ayudaría como empresario, pero sí como futbolista o cantante.

 

Recogemos nuestras cosas y guardamos todo lo que no usaremos. Ese pantalón de cuero ajustado remarca demasiado bien tu formado trasero. La chaqueta de cuero negro te da un aire más agresivo, pero con camisa y corbata mantienes tu formal línea. Yo, en cambio, uso unos jeans ajustados que no dejan mucho a la imaginación, mi camisa negra favorita y una cadena fina de plata, con un pendiente en forma de runa. Mis amigos dicen que representa el símbolo de la amistad, porque la amistad de todos es mi amistad también.

 

Llegamos al vestíbulo, donde Daisuke y Miyako nos esperan. Podemos sentir el bullicio del exterior.

 

- A un costado está Gustav, esperándonos – Daisuke nos explica el plan – Hay algunas rejas protectoras para evitar que se abalancen los fans, pero la prensa podrá cruzarlas, dado que la policía no aceptó nuestra propusta de mantenerlos alejados – Veo que luchaste por ayudarnos, pero no importa.

 

- Yo me encargo, no te preocupes – Taichi, pareces muy seguro. Tienes mejor manejo de ellos que yo – No me sueltes la mano, Yama. Si nos separan, será un caos – Me apretas tu mano contra la mía y salimos.

 

Hay muchos periodistas a los costados. Tratamos de divisar el lugar donde Gustav nos iba a esperar y queda de camino a donde nos aguardan para bombardearnos de preguntas.

 

- No soy tu mánager y líder de tu fanaticada por nada, Matt – Miyako estaba fuera de los planes de Daisuke, porque incluso él se sorprende - ¡Ahora! - Exclama hacia las cientos de fans que tengo, las cuales saltan las rejas y forman dos columnas a nuestros costados.

 

Otros hombres cierran la formación por detrás y por adelante, y nosotros cuatro quedamos encerrados con ellos. Ponen sus brazos en jarras y crean una cadena para rodearnos. Otro grupo, por fuera, van disfrazados de murallas, para evitar que nos puedan filmar o fotografiar.

 

- ¡Avancen! - Ordena Miyako muy entusiasmada. Nosotros obedecemos y caminamos lentamente, protegidos en todo momento por la gente que forma mi fan club.

 

- Son... Increíbles – Comento, realmente anonadado. Daisuke y Taichi están igual que yo, por sus rostros puedo saberlo - ¿Cómo pudiste hacerlo, Miya? -

 

- Sencillo – Me guiñas un ojo – Todos te queremos, y no podemos dejar que te dañen – Te cruzas de brazos y agitas tu cabeza de arriba a abajo, muy convencida.

 

Me conmueve saber eso. Yo sólo contaba con el apoyo de mi hermano. Pero mis fans, la gente que siempre me escucha, igual lo hace. Ellos siempre han estado conmigo, y no los he aprendido a valorar aún.

 

Nos acercamos al vehículo donde Gustav nos espera. Pero llega la parte más difícil, abrirse pase entre la muralla de periodistas que los chicos de la delantera no pueden dispersar.

 

- Suficiente – La voz de Taichi es muy seria – Chicos, dejen esta parte para nosotros. Nos han ayudado muchísimo – Sonríes al círculo de personas que nos protege. Poco a poco, ellos se separan y se dispersan, cosa que permite a las cámaras fotografiarnos y filmarnos sin discriminación alguna - ¡Señores, si se callan los dejaré hacer preguntas! - Exclamas muy fuerte, haciendote notar – Aléjense, les pido un metro de distancia, las cámaras tienen aumento y no es necesario tenerlas enfrente – No entiendo como te obedecen, pero nos dan un metro cuadrado de espacio, suficiente para poder respirar sin problemas. Daisuke y Miyako ya subieron al vehículo – Sólo tres preguntas, estoy seguro que todos quieren saber lo mismo y no es necesario que se disputen por saber lo mismo – Fulminas con tu mirada a todos.

 

Un murmullo generalizado de parte de los periodistas. Se reparten miradas y tres de ellos se acercan, algo tímidos, pero en representación de todos.

 

- Su nuevo atuendo, señor Yagami – Empieza uno - ¿Tiene que ver con los rumores de su desvinculación a su empresa y una posible unión a la banda de su novio? - Su pregunta es algo ridícula, pero Miyako pensó muy bien esa posibilidad. Desperdician una oportunidad de saber otra cosa, y cuestionan lo obvio.

 

- Es una estrategia para que ustedes pierdan una pregunta que podría averiguar otros detalles – Tienes la misma idea que yo – Además, me asienta bien un cambio de apariencia. Parezco más joven y más guapo – Ríes, aunque no es tu risa sincera – No me uniré a la banda, eso es ridículo. Sólo por cantar dos estrofas de una canción no estoy cualificado para estar con la banda de los Teenages Wolves – Das por contestada la primera pregunta – Siguiente -

 

- Considerando el anuncio de ayer, tras el concierto que organizó – Otro periodista, este parece saber qué preguntar - ¿Cuánta será la inversión que prometió y será con fondos de su empresa o de su propia cuenta? - Buena jugada, debo admitir.

 

- Será un gasto compartido. T Enterprise tiene socios importantes que desearían una inyección de capital en las escuelas que financian, además de Universidades – Respondes tranquilamente. No pareces incómodo con el tema, incluso lo disfrutas – El gasto de mi propia cuenta será para financiar congresos y seminarios que impartirá mi médico, Joe Kido, por todo el país. Que todo el mundo tenga la opción de educarse y escuchar que la homosexualidad no es una enfermedad, sólo una condición en base a sentimientos – Sujetas con fuerza mi mano – Les queda la última pregunta – Anuncias. Nuestro calvario ya casi termina.

 

- Señor Ishida – El tercer periodista se dirige a mí. Estoy nervioso - ¿Convencería a su novio de poder tomar una fotografía besándose? Será la portada de muchos medios - ¿¡Qué?! Mi cara de asombro es suficiente para que el muchacho vuelva a hablar – Los paparazzis no buscarían esa foto a cualquier costo, les dejarían en paz. Una sesión aquí, sería suficiente – Muchos periodistas asienten, enérgicos.

 

Miro a Taichi, que tiene su cara roja. ¿Vergüenza? ¿Rabia? No lo sé. Pero me convencen con eso, y algo me dice que confíe en ellos, aunque sea por primera vez.

 

- Taichi – te susurro al oído. Las cámaras están espectantes – Confía en mí – Sueltas mi mano y puedo tomarte el rostro para besarte. Cierro los ojos y tu también, incluso me abrazas por la cintura y yo profundizo más el beso. Pasan algunos minutos cuando nos separamos – Ahora, si nos disculpan, tienen muchas imágenes que ir a editar y nosotros cosas que hacer – Tomo tu mano y me dispongo a avanzar.

 

Me sorprende que se hagan a un lado y nos permitan pasar. Nos fotografían las espaldas, así que paso mi brazo por tu cintura y nos adentramos juntos en la Van.

 

- Eso fue... Muy atrevido, chicos – Daisuke parece inseguro de decir algo que moleste a Taichi.

 

- Créeme, fue lo mejor – Sonrío. Tengo una gran sensación interior que me dice que hicimos lo correcto - ¿A dónde vamos? -

 

- Gustav nos llevará al edificio principal de la compañía. Allá estará la junta directiva del conglomerado – Nos explica mi cuñado.

 

Estoy precupado. Taichi no dice palabra alguna. Parece absorto en sus pensamientos y no reacciona ante la inminente reunión con los máximos representantes de su propia empresa. ¿Habrá sido demasiada presión para tí, Tai? Debí pensarlo antes, vienes recién saliendo de una caída por estrés. Llevas dos dedos a tus labios y los delineas en silencio, mientras Daisuke y Miyako conversan sobre algún tema al que no pongo atención.

 

- Fue... Maravilloso – Murmuras, y logro oírte perfectamente. Sonrío y me acerco a tí, para darte otro corto beso en tus labios – Daisuke, dame mi portátil, por favor - ¿Una computadora? ¿Para qué carajos quieres una ahora?

 

Esperas a que encienda y pareces ansioso. Revisas con velocidad algunos portales de noticias, donde ya se pueden ver fotos nuestras. Tecleas una dirección que no conozco, pero al ver las gráficas se que significan.

 

- Las acciones subieron un 7% después de mi anuncio – Sonríes, satisfecho – Y las de T Entertainment subieron casi un 35% después del beso – Ríes, y Daisuke parece suspirar feliz. Él mantuvo tu empresa a salvo, ahora seguirás tú con ese trabajo – Daisuke, te debo mi empresa, realmente – Comentas, cerrando el portátil. A los segundos se apaga.

 

- Hago mi trabajo, nada más – Dai se reclina y apoya su espalda en el respaldo del asiento – Además, tomé posesión de las cadenas de restaurantes y he agregado el doble de fondos del que tenías. Compré algunos locales que me interesaban hace bastante tiempo – Se cruza de brazos en forma triunfal. Taichi sólo sonríe y parece feliz de lo que hizo su mejor amigo.

 

- Miyako, planifica una gira por todo japón para las mejores 7 bandas de la productora – Taichi empieza a mover sus fichas del juego – Quiero que le envíes a Sora las medidas, telas, adornos, todo lo que tenga que ver con los Teenages Wolves, incluyendo este traje que tengo puesto - ¿Qué demonios pretendes, Taichi?

 

Llegamos al edificio central de tu compañía. Es enorme, incluso más que el que conocí. Lo curioso es el logotipo que tiene en la parte más alta. Una inmensa T. ¿Por tu nombre?. Entramos y nos recibe una mujer con carpetas en sus brazos. Te entrega una y otra a Daisuke. A nosotros, con Miyako, intenta retenernos.

 

- Mi novio y su mánager – Dices, muy firme en tus palabras, Taichi - ¿Salón? - Preguntas a la mujer ahí presente.

 

- El de conferencias, el principal – Te responde muy seca. No parece tenerte tanto respeto como los de tu otro edificio.

 

Nos alejamos y entramos a un elevador inmenso. Subimos los 4 hasta el piso 25, el último.

 

- Soy el dueño de este edificio, pero nunca estoy en él – Empiezas a hablar, una vez quitas tus ojos de la carpeta. Daisuke continúa leyendo la suya propia – Prácticamente, mis socios son amos y señores del edificio, así que conozco a muy poco personal – te quitas la chaqueta y la pones bajo tu brazo izquierdo – La junta tiene el poder de anular mis decisiones, incluso quitarme mi propia empresa, pero como la mitad de lo mío está a nombre de Daisuke, lo pensarán dos veces antes de hacer cualquier cosa. Sigo teniendo el 40% de la empresa a mi nombre – O sea, que el otro 40% lo tienes Daisuke. Si eres dueño de tantas cosas... ¿Cuánto dinero tienes? De sólo pensarlo, me resigno más y más. La próxima cena la cocinaré yo, quizás tenga más valor que ir a cualquier lujoso y costoso restaurante.

 

El ascensor se detiene y abre sus puertas. Da directamente al salón de conferencias, donde hay mucha gente sentada en una mesa ovalada, llena de papeles, algunas computadoras y gente susurrando por las orillas.

 

- Los que están de pie son sus asistentes. Los sentados, mis socios – Me explicas, adivinando is pensamientos – Vamos a sentarnos. Miyako, ve con Daisuke, él te mostrará dónde sentarte – Yo te sigo, mientras nos separamos en parejas. Tomas el asiento principal, a la cabecera de la mesa. Hay una silla contigua a la tuya, y me ofreces sentarme.

 

No logro sentirme cómodo. Todos me miran como si fuera una especie de enfermedad que los contagiará si abro la boca. ¡Soy un maldito cantante! ¡No una pandemia! Quiero gritar, pero me abstengo. No quiero causarle más problemas a Taichi.

 

- Permítanme presentarles a la gente que traigo – Inicias la reunión muy contento – La mujer al lado de Daisuke será la nueva directora de T Entertainment, Miyako Inoue – Tanto yo como ella estamos asombrados de tu anuncio. ¿Cuándo nos dirías eso? Ya no importa – A mi lado, mi novio Yamato Ishida, vocalista de los Teenages Wolves – Me plantas un beso en la mejilla, cuando pienso cada vez más que te volviste loco – Mis principales socios – Señalas a un chico de cabellera castaña y camisa azul – Takato Matsuki – Señalas a otro, un castaño de piel clara, con camisa roja – Taiki Kudou – Cambias la vista a otro – Izumi Koushiro, el novio de Joe y el jefe de informática – Cambias a una mujer, un tanto más pequeña que el resto – Y mi hermana, la jefa de asuntos públicos, Hikari Yagami – La muchacha me sonríe y suelta una risilla.

 

- Soy el jefe de finanzas – El que se llama Taiki levanta una mano desde su silla.

 

- Yo soy el jefe de marketing y publicidad – Takato también me saludaba, muy cordial.

 

- Tengo la ligera impresión que tenían otra imagen más siniestra de nosotros. Corrígeme si me equivoco, Taichi – Kari se acercaba a nosotros, con el ceño fruncido. Yo sólo atino a afirmar con la cabeza - ¡Hermano! ¿Qué cosas les dijiste de nosotros? - Le recrimina a Taichi, el que se esconde tras de mí, abrazándome.

 

- ¡Ninguna, lo juro! ¡Ellos creyeron que ustedes eran malas personas! - Te defiendes muy infantilmente. Juro que esto causará un trauma en mi mente, estoy seguro.

 

- Taichi-san, si quizás le hubiese comentado sobre nosotros, no tendríamos esta incómoda conversación – Un joven moreno se acercaba a Takato, dejandole algunos papeles sobre el escritorio – Hola, un gusto, Yamato-kun. Soy Ryo Akiyama – Me hace una leve reverencia, la cual respondo en silencio y con nervios.

 

- El rubio del fondo, allá – Me señala Taiki hacia un hombre conversando por móvil. Parece muy enojado – Es mi novio Kiriha. Kiriha Aonuma – Me explica, cuando de la nada le llega lo que parece un marcador - ¡Eso dolió, Kiriha! - Se queja, a la distancia, mientras el rubio sonríe, sigue conversando y se da vuelta para no vernos.

 

Los observo a todos, riendo y conversando. Estoy seguro de haberlos visto antes, pero no logro recordar. Necesito un café.

 

- Necesito un café – Froto mis sienes para tranquilizarme.

 

- Hay una pequeña cocina por allá – Taichi me señala una puerta lateral. Me paro calmadamente.

 

Me acerco a Daisuke y le pregunto si trajo los dulces de leche con los que hago mis café. Saca del bosillo de su chaqueta una pequeña bolsa de papel y me la entrega. Cuando voy hacia la cocina, encuentro muchos utensilios necesarios. Al cabo de unos minutos, me doy cuenta que he preparado café para todos. Sonrío y me río de mi propio descuido. Supongo que les gustará servirse algo a media mañana. Pongo todos los café en una bandeja y salgo hacia el salón de la conferencia. Empiezo a repartir en silencio uno para cada uno de los asistentes y a los jefes de cada sección. Finalmente, un café latte con chocolate para Taichi y un vanilla latte para mí. De pronto, todo el salón se queda en silencio y me observa.

 

Todos están muy ensimismados mirándome. Incluyendo Taichi. Ahora me doy cuenta de dónde los he visto a todos...

 

- Ya los recuerdo... - Murmuro para mí - ¿Ustedes fueron al café, cierto? - Levanto la mirada y todos comienzan a reir, muy animados.

 

- Sí, y has servido los mismos café que hemos pedido en tu local – Me explica Taiki, bebiendo del suyo – Macchiato, delicioso – Vuelve a tomar otro sorbo.

 

Miro a Taichi y está sonriendo. No puedo evitar sentirme espiado cuando me doy cuenta que todos ellos fueron ahí por petición de mi querido novio. Lo curioso es que iban todos los días, y disfrutaban cada minuto que los veía ahí, sonriedo, charlando o haciendo sus actividades sin que yo me enterara de lo que pasaba.

 

- Ahora que todos tenemos un café, será mejor que hablemos de negocios – Taichi, estás realmente animado. Tus ojos brillan y parecen tener un fuego interno.

 

- Vas a poner la mitad de tu cuenta personal en seminarios y congresos – Taiki, el jefe de finanzas, parece estar muy interesado – 150 millones de dólares – Oh, una cantidad considerable – Y quieres que la empresa ponga la misma cantidad, pero en escuelas y universidades – Claramente, se ve que escuchó la declaración de prensa por la mañana.

 

- Así es. Necesito que apruebes la inversión – Taichi, pareces muy confiado. Son sólo 150 millones de dólares, con eso podrías comprar muchas islas de Japón, y te sobraría dinero.

 

Los escucho discutir, pero no me interesa mucho. Tomo un lápiz y un papel y comienzo a escribir: 150.000.000 dólares.

 

Espera...

 

- ¿Estás demente, Taichi? - Me paro muy enfadado y te recrimino - ¡No es necesario tanto dinero para hacer todo esto! - Mis cejas se curvan enojadas, y me miras sorprendido. El resto calla al momento de escucharme – Escúchame bien, si de verdad quieres ayudar, no necesitas ni la décima parte de todo ese dinero. El resto invíertelo en fondos de investigación, hospitales, beneficencia, es tú dinero, pero úsalo de una buena manera, Taichi – te señalo acusadoramente con mi dedo índice – Y el dinero de tu empresa... Ustedes no pueden dejar que lo use, tienen que decirle que no, ¡Demonios! - Miro a Taiki que está sorprendido, con la boca abierta – Como le apruebes esa locura, no tendrás café por el resto de tu vida, ni paladar para probarlo – Entrecierro mis ojos y me vuelvo a sentar, enfurruñado.

 

- Si lo pones así, no lo aprobaré – Me responde Taiki, aún algo aturdido por mi reacción.

 

- Y tú, Takato – Miro al castaño que se esconde en su silla, como si fuera a golpearlo – Hay campañas más efectivas y menos costosas, tanto afiche y propaganda en la televisión es un despilfarro de dinero. Existe internet, redes, contactos... ¡Tienes que pensar en todas las alternativas antes de abrir la billetera! - Veo como Takato toma nota de lo que le digo, sin dejar de mirarme.

 

- Yamato – Mi querido novio me habla, pero no lo miro – Cálmate, por favor – Me pides con un tono de voz cargado de inseguridad.

 

Escucho unos aplausos. Son Ryo, Kiriha y Daisuke que aplauden y sonríen. No entiendo a que van sus palmas.

 

- Por años nadie había podido convencer a esta triada para que dejaran de tirar el dinero a la basura. Y tú has podido convencerlos en menos de un minuto – Daisuke está riendo, igual que los otros dos.

 

- Ser el novio del jefe te ha dado el valor para plantarles cara – Ryo abraza a Takato de forma muy cariñosa – Más te vale hacerle caso, Taka – Le da un beso en la mejilla y entiendo todo. El único asistente que no es novio de su jefe es Daisuke, que prefirió a mi hermano.

 

- Y tú tendrás que hacerle caso también – Con otro marcador, Kiriha golpea la cabeza de Taiki, pero de forma cariñosa.

 

Kari se acerca a nosotros y me mira muy maternalmente. Siento como si fuera mi madre la que me hablarará.

 

- ¿Y qué hago yo? - Su ternura es infinita. Siendo la hermana de Taichi, es increíble la diferencia que tienen ambos.

 

- Esto... - Ya me he quedado sin ideas. Lo admito – ¿Velar que todo salga bien? -

 

- Está bien – Sonríe y cierra sus ojos, mientras se aleja y se sienta en su silla.

 

T Enterprise fue fundada por Taichi. Pero sus dos socios más importantes son Taiki y Takato, por eso lleva la “T” en todas sus empresas. Un juego de palabras bastante poco común, e incluso risorio si lo piensas.

 

Los tres T, como los llama Ryo, se acercan y se juntan a conversar en privado. Yo me acerco a los novios de esos dos para charlar.

 

- Gracias por su apoyo – Empiezo por decirles, pero me interrumpen.

 

- Nada que agradecer, Yama – Ryo es más conversador que Kiriha, me doy cuenta fácil de eso – Deberías ser el guardián de las inversiones – Asientes, convencido.

 

- Sería mejor guardián que Taiki, eso es seguro – Me comenta Kiriha – Como jefe de finanzas es excelente, pero para guardián... Siempre le lleva el favor a Taichi y a Takato – Mueve sus manos de forma graciosa, cosa que nos hace reir muchísimo.

 

La reunión, después de todo, no fue tan mala. Pasamos horas planeando, incluso con intervenciones mías. Finalmente, no gastarán más de un cuarto de la cuenta de Taichi, que es suficiente para todo. Si llega a faltar, la empresa cubrirá los gastos que puedan surgir. Lo más curioso es que, sí, me han declarado el guardián de las inversiones, por lo que siempre tendrán que preguntarme antes de liberar un céntimo de T Enterprise.

 

- Hora de almuerzo – Anuncia Taichi, levantándose de su silla. Todos le acompañamos hacia el elevador. Daisuke llamó a Takeru para que nos acompañara. Iremos a comer algo a un restaurante que Dai compró. Todos vamos felices. Tomo la mano de Tai y salimos del edificio. Gustav nos esperaba con una limusina muy lujosa y espaciosa.

 

Me doy cuenta que Takato y Taiki no son muy afectuosos con sus novios. Y ellos parecen acostumbrados. Andamos algunos minutos para cuando llegamos al restaurante. Takeru ya estaba en la entrada esperándonos. Me saluda como siempre, con mi beso en la mejilla, y Daisuke lo presenta con todos. Mientras Takeru saluda a todos, me acerco a Ryo y a Kiriha para hablarles.

 

- Si ellos no toman la iniciativa, háganlo ustedes – Les aconsejo. Me miran dudosos, como si no supiera de que les hablo – Si queremos invertir y cambiar la mentalidad de la gente, empecemos por nosotros dejar de temerle a que nos miren y hablen a nuestras espaldas – Sonrío. Quizás no los conozco, pero se que podremos ser muy buenos amigos.

 

Parecen entenderme el mensaje. Al entrar, Kiriha toma la mano de Taiki, notoriamente avergonzado, mirando en lado contrario de su novio. Ryo pasa su brazo derecho por la espalda de Takato y posa su mano en la cintura de él. Los dos castaños los miran confundidos. Me adelanto con Taichi y al pasarlos, me giro para guiñarles un ojo a los cuatro.

 

- Taiki y Takato no son como yo – Taichi se da cuenta de mis pequeñas intervenciones – Tienen mejor genio que yo, pero soy más apuesto que ellos – Te subes el ego, como si no supiera lo guapo que eres.

 

- Celoso – Se me escapa una risilla.

 

Entras y pides el salón VIP del restaurante, para todos nosotros. Nos guían hacia un alejado lugar del comedor principal y atravezamos una puerta de madera de roble. Lo se porque el sujeto tiene que aplicar más fuerza de lo normal para abrirla. Sorpresa es la mía de ver un salón con algo de gente en él, comiendo en silencio. Ahí adentro, tu médico Joe estaba sentado. Al vernos, se acerca al grupo y saluda a “Izzi”, como le llama de cariño a Koushiro.

 

El almuerzo transcurre tranquilamente. Incluso Takeru parece haber perdonado a Daisuke por el asunto de Ken. Espero sea así y no sea sólo parte de su plan para vengarse de él. Suspiro de sólo pensarlo. Nos ofrecen café y nos traen finas tazas con humeantes café. Instintivamente, Takeru y yo sacamos uno de nuestros dulces de leche que siempre llevamos y los disolvemos en el café. Nadie nota esta acción, hasta que Taichi hace su comentario.

 

- Prefiero los café de los hermanos Ishida – Sacas la lengua, y no pareces disfrutar de tu café. Sonrío y te regalo un cubo de nuestros dulces de leche - ¿Qué es esto? -

 

- La receta de nuestros café. Disuélvelo en tu café – Lo revuelves una vez lo dejas caer con cuidado. Vuelves a tomar un sorbo y no te quejas - ¿Ves? -

 

- Ahora tiene tu toque y marca personal – Me dices, y me haces sonrojar cuando me besas en los labios, aún con toda la gente ahí mirándonos – Digan lo que digan, hagan lo que hagan, siempre te protegeré – Acaricias mi mejilla izquierda y luego pasas tu mano a mi cabello. Besas mi frente y te separas.

 

Y no sólo eso. Yo también te protegeré. De todos, de mí mismo, e incluso de tí. De todos, siempre te cuidaré, Taichi.

 

Notas finales:

Próximo Punto de vista: Daisuke Motomiya

Y tendremos una escena homoerótica muy explícita y freak, lo admito.


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