Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

He is mine por Adid

[Reviews - 9]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Creo que mi cuenta tiene hasta telarañas XD

Qué bien se siente, volver a apretar el boton "Agreagar capitulo" ^__^

Te presento a mi novio.


Esa simple frase le había sentado como un puñetazo en el estomago. Sentía como las palabras le rebotaban en la cabeza, como si intentaran acomodarse de manera brusca y forzada en su entendimiento. 


Te presento a mi novio. Te presento a mi novio… mi novio… mi novio….NOVIO


No podía terminar de procesar, o más bien de aceptar, la información que le acababa de dar ese par frente a él.  Esos dos que seguían con sus sonrisotas, como si le hubieran dado una buena noticia. Si algo había podido registrar el cerebro de Gaara era que eso, en definitiva, no era para nada bueno.  


Se había quedado rígido. Con los ojos muy abiertos y las manos y el labio inferior temblando ligeramente. Su respiración se había dificultado un poco también. Si los otros chicos se dieron cuenta de su extraño comportamiento no dieron muestras de ello.


-Y bien. ¿No nos dices nada? – Preguntó Naruto con voz alegre. Sacando finalmente al pelirrojo de su trance. 


-¿Cómo paso esto?


Su tono era de incredulidad y un poco más agresivo de lo que pretendía. Quizás otras personas lo hubieran tachado de ofensivo también pero ellos, haciendo gala de su falta de sentido común, no le dieron importancia. Después de todo, su relación había sorprendido a media villa. No era raro que a Gaara también le callera de sorpresa.


Lee se frotó la parte trasera de su cuello con la mano. Aun estaba un poco sonrojado y sonreía con timidez.


-La verdad es una historia un poco larga.


-Y muy graciosa. – Apuntó a su vez el rubio rápidamente, levantando un dedo a la altura de su cara –Veras lo que paso fue…


Y comenzó con una larga perorata a la que, aunque era la respuesta que él mismo había pedido, no puso mucha atención. Aunque alcanzó a captar algunas palabras, cosas como “Sakura”, “competencia por conquistarla” y “quedarse encerrados en algún lugar ellos dos solos por varias horas”; parecían ser el epitome de su largo relato.  Que venía acompañado de sonrisitas, sonrojos y ligeros roces entre ambos.  Era Naruto el que más hablaba, con bastante entusiasmo, por cierto. Lee solo se  limitaba a asentir y a añadir algún detalle de vez en cuando.


-Entonces nos dimos cuenta lo bien que la pasábamos estando juntos. Así que decidimos comenzar a salir. 


Terminó finalmente el rubio, sonriendo y con una marcada expresión de satisfacción.  


Gaara seguía sin poder creérselo. – Creí que te gustaba Sasuke.-


Esta vez Naruto sí se sorprendió por un segundo por lo que parecía una acusación más que una interrogante.  Pero casi al instante volvió a sonreír.


- Sasuke es mi amigo, y siempre lo será. Aun voy a poner todo mi esfuerzo en hacerlo volver a la aldea, que es adonde pertenece.  Pero esta vez no estaré solo.


Como para recalcar esto último tomo la mano del pelinegro que tenía al lado y la levantó junto a la suya.


Gaara se sintió un poco culpable por sacar el tema de Sasuke. Había visto por mucho tiempo como su amigo sufría por la ausencia del Uchiha. Siempre había pensado que lo que tenía el rubio era más bien una obsesión,  un amor no correspondido. Y había deseado que pudiera encontrar a alguien que lograra hacerlo olvidarse de él. Alguien a quien no le hiciera daño querer. Pero en ningún momento pensó que esa persona podría ser Lee. Su Lee.


Cuando Kankuro y Temari por fin les dieron alcance  se encontraron con ese extraño cuadro. Su hermano menor parado en medio del bosque, reconocieron de inmediato en él claras muestras de sorpresa e impacto, quizás poco perceptibles, pero no para ellos que eran las personas que mejor lo conocían. Y Naruto y Lee frente al él, con las manos entrelazadas y en alto. El silencio asentándose entre ellos.


Se acercaron más, haciendo que voltearan a mirarlos al percatarse de su presencia, o al menos Naruto y Lee lo hicieron. Gaara perecía seguir en shock.


Saludaron con educación a los habitantes de la aldea que visitaban, sintiendo una atmosfera pesada que dichos chicos no parecían notar ya que regresaron el saludo con alegría y entusiasmo.


- Gaara, creo que deberíamos seguir.


Temari  se atrevió a decir después de un rato, preguntándose si había notado siquiera que lo habían alcanzado.


-Se hace tarde.


- Oh sí. No querrás que Oba-chan te golpee. Tebayo –Asintió Naruto.


Gaara solo se limitó a asentir un poco con la cabeza, pero no dio otra señal de haberlos escuchado. Simplemente se echó a andar de una manera bastante mecánica. Naruto se acerco a él y lo tomo del brazo sonriente, y tomó a Lee con el otro brazo comenzando a caminar los tres al unísono.  Aunque más bien parecía que los arrastraba, especialmente a Gaara. Lee solo se dejo hacer, con una pequeña sonrisa.


Los hermanos de la arena se miraron entre ellos con duda. Al final se encogieron de hombros y se dispusieron a seguirlos, pensando que debían darse prisa. No es que realmente  pensaran que Lady Tsunade fuera a golpear al Kazekage si llegaban tarde. Pero de cualquier forma no querían hacerla enojar.


 


 


 


Una vez hubieron llegado a la aldea se dirigieron directamente a la oficina de la Hokage. Deteniéndose al llegar a las puertas del edificio.


- Bien, misión cumplida. – Dijo Naruto con suficiencia, como si su misión hubiera sido más complicada que solo escoltarlos ese pequeño tramo. – Sano y salvo.


Gaara solo se limito a ver la entrada del lugar distraídamente, como si no comprendiera muy bien que estaba haciendo ahí.


- Me parece que pueden continuar solos desde aquí. ¿Cierto? Nosotros tenemos que irnos.


-¿Irnos? ¿A dónde? –Preguntó el ojinegro. Que él supiera no tenían otra cosa que hacer.


-¿Eh?. ¿No te lo dije? Acaba de llegar un lote de medicinas al hospital y Sakura-chan quiere que le ayudemos a organizar y almacenarlas. Por eso había ido a buscarte. Y porque quería saludar a Gaara, claro.


- Oh, bueno. Entonces no la hagamos esperar.


-Bien, los veremos más tarde entonces, chicos.


Se despidieron alegremente, como al parecer lo hacían todo, y partieron en una dirección diferente a la que habían venido. Dejando a los hermanos de la Arena ahí parados. Kankuro y Temari miraron a su hermano, que no había dicho una sola palabra en todo ese rato y solo miraba el lugar por el que ambos habían desaparecido,  sin saber muy bien qué decirle, o si preguntarle qué es lo que había pasado. Aunque tenían la sospecha, nada errada, de que el par que acababa de dejarlos tenía algo que ver.


Es decir, sabían que Rock Lee tenía algo que ver, pues estaban al tanto de los sentimientos de Gaara hacia el pelinegro. Si bien la noticia los había sorprendido un poco no tardaron mucho en aceptarlo y darle todo su apoyo. Después de todo, querían que su hermanito fuera feliz.


Es por eso que se habían rezagado con complicidad una vez que los vieron juntarse, querían darles su espacio.  Se sorprendieron un poco cuando los alcanzaron tan pronto, y más al ver que no estaban tan solos, sino que Naruto estaba con ellos. ¿Por eso Gaara se había enfadado? ¿Porque le  hicieron mal tercio?


No creyeron que esa fuera una razón suficiente pero no tuvieron tiempo de seguir especulando porque Gaara finalmente se movió adentrándose en el edificio y ellos no tuvieron más remedio que seguirlo.


 


 


 


La Hokage sonrió amablemente al recibirlos.


-Bienvenidos a Konoha – Dijo cordialmente. – Espero que hayan tenido un buen viaje.


Los tres hermanos regresaron el saludo amablemente y asintieron. Gaara se veía más centrado que hacía unos instantes. Nunca dejaba que sus conflictos interiores intervinieran en asuntos como Kage.


-Gracias por recibirnos. Estamos contentos de estar aquí.


Lady Tsunade asintió con aprobación sin abandonar su sonrisa.


-Como bien sabe los exámenes Chunnin no darán inicio sino hasta dentro de una semana. Hasta entonces tienen total libertad de pasear por la villa como mejor les parezca. Claro que podrán seguir haciéndolo durante los exámenes y todo el tiempo que deseen quedarse una vez que estos terminen.  A excepción de las reuniones protocolares y los eventos oficiales en los que se requiera su presencia.


El Kazekage asintió con la cabeza en señal de entendimiento.


-Imagino que querrán ir a descansar de su largo viaje. Si no hay nada más que añadir pueden retirarse. Esperamos que su estancia en la villa sea de lo más placentera. Si necesitan algo no duden en solicitarlo.


-Gracias de nuevo Tsunade-sama.


Se despidieron dirigiéndose a la salida, agradecidos por fin tener la oportunidad de descansar un rato.


Salieron de nuevo al exterior. Kankuro se estiro perezosamente apenas hubieron puesto un pie afuera.


- Y bien, ¿qué haremos ahora?


-Deberíamos seguir el concejo de Lady Tsunade e ir a descansar un poco. El hotel no queda lejos de aquí. –Contestó su hermana – ¿Tú qué opinas Gaara? ¿Gaara?


El pelirrojo había comenzado ya a caminar, al parecer sin rumbo fijo  y se había alejado varios pasos de ellos. Estaban por seguirlo cuando el chico finalmente les habló.


-Adelántense ustedes. Los alcanzaré más tarde.


Su voz se oyó distante, lo que preocupo de nuevo a sus hermanos. Kankuro hizo ademan de querer decirle algo pero su hermana lo detuvo.


-Dejémoslo sólo un rato.  Ya nos hablará cuando esté listo


Era verdad, quizás su relación de hermanos aun tuviera varias asperezas que limar, pero sin duda había evolucionado notablemente en los últimos años. Su confianza había aumento mucho también. Y Gaara, tarde o temprano, siempre acudía a ellos cuando algo lo aquejaba, aunque primero tuviera que pasar horas y horas meditando consigo mismo, tratando de acomodar sus ideas.


Kankuro estuvo a punto de protestar pero termino por asentir con la cabeza, aunque no muy convencido. Esperaban que esa no fuera la exepción y que su hermano menor terminara por contarles lo que había pasado. Solo debían darle tiempo. Observaron como invocaba una pequeña tormenta de arena alrededor de él para después desaparecer junto con ella.


 


 


 


Reapareció no muy lejos de ahí, pero si lo bastante para tener la intimidad que buscaba. El lugar estaba desierto. Solo unos cuantos arboles y algunas piedras grandes  repartidas por aquí y por allá. Allí se dio el lujo de dejar salir toda su frustración. Se dedico a aplastar con su arena algunas de las rocas que se encontraban ahí hasta convertirlas en pequeños fragmentos, casi tan finos como la arena que cargaba.


¿Qué demonios había pasado?


Hace unas horas había tenido un objetivo bastante claro en su mente: Rock Lee.


Porque Lee era suyo. Porque así lo había decidido. Quería que Lee estuviera junto a él. Sin importar lo que tuviera que hacer o a quien tuviera que quitar de en medio.


¿Y después qué había pasado? Encontró que el lujar junto a su amado pelinegro ya estaba ocupado. Y por nada más ni nada menos que por Naruto. Naruto, a quien le debía tanto y a quien le tenía tanta estima. Cualquier acción que hubiera planeado para eliminar a quien quiera que estuviera en el camino de su objetivo no la podía aplicar con él. Porque Naruto era su amigo.


Hubiera gritado de frustración pero su garganta estaba seca. Así que solo se limito a gruñir mientras seguía arremetiendo contra todo árbol y roca que tenía en frente. Hasta que había prácticamente cubierto el lugar con arena.


Finalmente se detuvo dejándose caer al suelo con la respiración agitada. No sabía qué es lo que debía hacer ahora.


 


 


 


No supo cuanto tiempo pasó, pero cuando volvió a ser consciente de su entorno se dio cuenta que debieron haber sido horas, pues ya era bastante tarde y la escaza luz que quedaba del día se iba apagando cada vez más. Al menos se sentía un poco más tranquilo.


Decidió que era momento de volver pero esta vez, en lugar de invocar su arena, decidió regresar andando. Cuando entro de nuevo en la aldea la noche se había instalado oficialmente. Las luces artificiales de las calles estaban encendidas.


Pensó en dirigirse directamente al hotel donde seguro lo esperaban sus hermanos, pero lo descartó, no tenía ganas de ir a encerrarse a una habitación.  Opto por caminar por las tranquilas calles nocturnas de Konoha por un rato. Así que echó a andar de nuevo, perdido en sus cavilaciones.


De pronto paró al darse cuenta del lugar donde había llegado. Por alguna razón sus pies lo habían llevado a la calle donde se encontraba aquel puesto de ramen del cual Naruto nunca salía.  Se encontraba a la mitad de la calle a varios metros de la esquina donde estaba el local. Había luz en el lugar, por lo que podía deducir que estaba abierto. Se dirigió hasta ahí sin estar muy seguro de la razón. Y al encontrarse más cerca pudo distinguir un par de voces por demás conocidas.


Naruto y Lee.


Seguramente habían salido a cenar como la parejita que decían ser. Pensar en esto hizo que su estomago quemara por la ira que lo invadió de pronto. Apretó los dientes y se fue acercando más, sigilosamente.  Llegó hasta  la altura del local sin atreverse a entrar del todo. Las voces de los chicos se escuchaban entusiasmadas y escandalosas como siempre.


Su conversación no era muy interesante. Misiones, entrenamientos, cotillas estúpidas y uno que otro chiste idiota.  No estaba seguro, pues no conocía mucho del tema. Pero si le preguntaran, la verdad es que no le parecía que fueran algo más que amigos. De cierta forma esto logro calmarlo un poco.


Se recargo contra la pared esperando que ninguno haya notado su presencia, y allí invocó su tercer ojo.  Él no era ningún entrometido pero tenía necesidad de observarlos más a fondo, de asegurarse de si lo que le habían confesado hace apenas unas horas era verdad. Gracias a su técnica pudo saber lo que ocurría dentro del local.


Efectivamente ahí estaban los dos ninjas de Konoha. Se encontraban los dos solos a excepción del dueño del negocio que se encontraba ocupado con sus quehaceres, dándole la espalda a la pareja y con esto también intimidad.  Estaban sentados uno junto al otro, cada quien ocupado con su propio tazón de ramen. Charlaban, reían,  comían. Nada fuera de lo común. La verdad es que su comportamiento era totalmente natural y conocido.


Gaara se fue relajando poco a poco. Sintió que tal vez su primera reacción había sido exagerada y que en realidad no todo estaba perdido. Quizás incluso todo se había tratado de una simple broma entre sus dos amigos.


Pero entonces “eso” ocurrió.


Naruto tomo un poco de los fideos de su tazón, pero en lugar de dirigirlos hacia su propia boca los llevo hacia la de su compañero, quien los recibió sonriente. De acuerdo. Ese sí había sido algo muy íntimo y meloso (por no decir cursi). Pero lo peor vino cuando el rubio tomó el otro extremo de esos mismos fideos y se lo llevo a su propia boca, quedando unido al pelinegro por esos hilos de pasta recocida. Comenzó a sorber su extremo inclinándose hacia delante acercándose cada vez más al pelinegro.


Lee se sonrojo cuando se dio cuenta de las intenciones del otro. Pero no se alejo. Al contrario comenzó a sorber por su parte.  Gaara recordó haber visto algo parecido en alguna tonta película, y no le fue difícil deducir en que terminaría aquello. De nuevo la ira se arremolino es su estomago. Los labios de los chicos estaban a solo unos milímetros de tocarse.


-Buenas noches.


Rock Lee volteo inmediatamente hacia la voz que había reconocido de inmediato. Provocando que el rubio casi se fuera de bruces pues su objetivo se había movido de lugar.


-¡Gaara!- Comentó contento al verle. No pareciera que lo acabaran de interrumpir en algo importante.


-¡Gaara! ¡Amigo!   - Naruto se había incorporado y recompuesto. También volteo a verlo y lo recibió con su clásica sonrisa zorruna.- La anciana te liberó finalmente.


Comentó sin saber que él y la Hokage apenas si se habían saludado. Seguramente como se había desaparecido toda la tarde pensaron que había estado en alguna conferencia larga con la mujer.


Pensó que esa pregunta tenía una respuesta demasiado obvia como para expresarla. Así que solo se limito a asentir con la cabeza. No muy estaba seguro como había llegado ahí. Cuando se dio cuenta ya había entrado en el local. Sin embargo, sintió una ligera satisfacción al saber que había impedido ese beso que parecía inminente.


-¿Quieres acompañarnos a cenar? – Preguntó Lee amablemente.


-No quiero interrumpir- Por supuesto que quería.


-No digas tonterías Gaara. Ven y siéntate. No hay nada más desestresante que un buen tazón de ramen. De veras.


-Bien


Termino de entrar en Ichiraku  y sin ningún complejo se las arreglo para acomodarse en el banquillo largo que había dispuesto en el local, precisamente entre sus dos amigos. Los cuales se sorprendieron un poco pero no tuvieron mayor problema en hacerse a un lado para hacerle espacio.


Gaara no dijo nada a excepción de su orden, aunque internamente sonreía. La pareja solo se sonrió encogiéndose un poco de hombros antes de volver su atención a su amigo Kazekage y tratar de sacarle un poco de conversación, aunque con muy poco éxito.  El pelirrojo solo se limito a escucharlos.  A decir verdad la compañía de ambos seguía siendo bastante agradable. Y mientras permanecieran a una prudente distancia uno del otro, todo estaba bien. 


 


 


 


Continuará…

Notas finales:

Sé que Ichiraku tiene banquillos individuales pero, a fines practicos, decidí cambiarlos por un solo banco largo ^-^

Bueno, espero que no se me hayan pasado demasiados errores. Si sí, haganmelo saber =)

Ojala les haya gustado (y me dejen un rr XD) 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).