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Vuelve conmigo por Khira

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Vuelve conmigo

Por Khira

Capítulo 11

Sakuragi se quedó petrificado al escuchar esas palabras al mismo tiempo que los colores desaparecían de su cara. Abrió la boca, pero de ella no salió ningún sonido.

"Mierda. Qué he hecho?", pensó Rukawa sin apartar la vista del chico de ojos marrones. Pasaron unos segundos que le parecieron una eternidad.

- Des-desde cuando? – consiguió al fin balbucear.

- No lo sé… creo que desde el principio. El primer día que te vi en aquella terraza ya me fijé en ti, doa’ho – admitió Rukawa.

- Yo… no sé que decir.

- No hace falta que digas nada. Sólo espero que esto no sea un problema, ahora que empezábamos a llevarnos bien – al ver que el otro no hablaba, continuó – Bueno, creo que es hora de que vuelva a mi casa. Mi padre debe estar muy enfadado conmigo. "Lo he fastidiado todo."

Le dio la espalda a Sakuragi y empezó a caminar hacia su bolsa de deporte, cuando unas palabras le dejaron clavado en el sitio.

- Tú me gustas.

- Qué has dicho? – Rukawa se acercó de nuevo al pelirrojo, quien tenía la cara del mismo color de su pelo y la mirada baja.

- Qué tú me gustas – repitió, sin levantar la vista del suelo - No me preguntes desde cuando, porque no lo sé. Sólo sé que me gustas mucho, kitsune.

Rukawa apenas si podía creérselo. Sakuragi también sentía algo por él! Una gran sonrisa se formó de nuevo en su cara. Se acercó aún más a su pelirrojo, de manera que apenas unos centímetros separaban sus rostros.

Cuando Sakuragi levantó por fin la vista, se encontró con unos profundos ojos azules que lo miraban.

El tiempo parecía haberse detenido entre ellos. El chico de los ojos azules levantó una mano y acarició con ella el rostro del chico más alto, quién se estremeció un poco con el contacto y cerró los ojos.

Muy lentamente Rukawa acercó sus labios a los de Sakuragi hasta posarse en ellos. Apenas un roce, suave, tierno. Un beso que fue interrumpido por unas manos en sus hombros que le empujaron hacia atrás, haciendo que se le escapara un grito de dolor.

- Qué cojones te pasa? – exclamó, protegiéndose de nuevo el hombro derecho.

- Lo-lo siento. No quería hacerte daño. Yo no-no sé que me ha pasado… - tartamudeó Sakuragi.

- Te estabas burlando de mí? – preguntó Rukawa en un tono tan gélido que hizo sentir muy mal al pelirrojo.

- No! No, no y no! Yo no me estaba burlando de ti! Es que…

- Es que qué? – la expresión dura de Rukawa en realidad intentaba disimular su total desconcierto.

- Que yo… necesito tiempo para asimilar esta situación. Esto es demasiado nuevo para mí, y me siento muy confundido. Pero sólo necesito un poco de tiempo, de verdad.

El rostro de Rukawa se relajó.

- Lo entiendo. Perdóname si he ido muy deprisa. Puedo esperarte todo lo que haga falta – el kitsune sonrió de nuevo, y Sakuragi le devolvió la sonrisa, aliviado.

- Ya verás que no será mucho – dijo alegre.

oooooooo

Un grupo de seis chicos se dirigían andando a la preparatoria Shohoku. Era ya el mes de junio, y el calor empezaba a notarse.

- Estás nervioso? – preguntó Sakuragi.

- No – mintió Rukawa.

- Puede que te molesten un poco, pero no te preocupes, aquí estamos nosotros para protegerte – dijo Noma.

- No necesito protección. Qué pasa, los chicos de la escuela van a lincharme por homosexual? – preguntó despreocupadamente.

- No se refiere a los chicos – rió Yohei.

- Qué quieres decir?

- Verás, en estos dos meses se ve que ha aumentado mucho la venta de revistas yaoi entre las chicas de la escuela – dijo Sakuragi, intentando contener la risa.

Una gran gota apareció en la cabeza de Rukawa.

Cuando llegaron a Shohoku, todas las miradas se posaron en el grupito, especialmente en el chico alto de ojos azules que llevaba tanto tiempo sin aparecer por la escuela. Al momento una polvareda apareció por uno de los lados de edificio principal.

- KYAAAAAAAAAAAAAA!!!!!!!!!

- ES ÉL!!!!

- HA VUELTO!!!

- RUKAWA-KUN HA REGRESADO!!

- Ahí vienen las locas! – exclamó Yohei.

- Rápido, formación defensiva! – gritó Takamiya. Al instante los miembros de la gundam se situaron delante de Rukawa y trataron de contener la avalancha de porristas que amenazaba con tirarse encima del pobre zorro, mientras una lluvia de peluches caía sobre él.

- Por aquí! – Sakuragi agarró a Rukawa del brazo y ambos lograron entrar ilesos al edificio.

- Ya te lo advertimos. Ni declarándote gay vas a librarte de ellas – comentó divertido el pelirrojo mientras se dirigían al aula de Rukawa.

- …

Cuando llegaron al aula se encontraron con el tutor/profesor de Rukawa que estaba esperando en la puerta. Ambos chicos se detuvieron y saludaron.

- Buenos días, señor Arima.

- Buenos días, Sakuragi, Rukawa. Me alegro de verte otra vez por aquí - dijo mirando a su alto alumno.

- Gracias. Lamento todas las preocupaciones que le causé.

Menos mal que el único que sabe lo que ha pasado realmente es el entrenador Anzai. Todos los demás profesores creen que decidí por mi cuenta dejar los estudios para trabajar y que ha sido mi padre el que me convenció de volver.

- No te preocupes por eso. Ahora lo importante es que recuperes el tiempo perdido. Todos los profesores te ayudaremos con unas clases de apoyo.

- Muchas gracias, señor Arima.

- Bueno, yo me voy a mi aula, zorrito. Nos vemos a la hora del almuerzo.

- Ok.

Los chicos se despidieron con un gesto y Rukawa entró en el aula.

"En fin, llegó la hora."

oooooooo

- Qué alegría verte por aquí, Rukawa! Sabía que hoy volvías a la escuela pero pensé que aún tardarías un poco en volver a los entrenamientos – dijo Ayako muy contenta al ver entrar a Rukawa en el gimnasio, seguido de Sakuragi. Al momento todos los miembros del equipo que ya habían llegado les rodearon.

- Ya te deja el médico que entrenes con normalidad? – preguntó enseguida Miyagi.

- Aún no. Pero puedo practicar tiros y ejercicios básicos. Espero no ser una molestia – contestó Rukawa.

- Claro que no! Pero conociéndote espero que no intentes forzarte.

- Tranquilo Ryo-chin, este genio se ocupará de que el zorro no acabe más lisiado de lo que está HAHAHA! – dijo Sakuragi.

- Doa’ho… - murmuró Rukawa.

- Teme kitsuneeeee!!! A quien llamas doa’ho?

- Ves a otro doa’ho por aquí?

- TEME KITSUNEEE…

Definitivamente algunas cosas no iban a cambiar nunca…

El entrenador Anzai llegó a medio entrenamiento. Lo primero que hizo fue tener una pequeña charla de bienvenida con Rukawa, y después se dirigió a todo el equipo, diciéndoles que aunque hubieran pasado las primeras rondas del torneo de la prefectura no debían confiarse, pues los rivales más difíciles venían ahora.

"Sendoh…" pensó inmediatamente Sakuragi. "Qué hará Rukawa cuando le vea en las finales? La mejor manera de vengarse sería derrotándolo de una manera humillante. Pero quizás no esté en plena forma del todo… bueno, en ese caso se encargará el genio Sakuragi."

Al finalizar el entrenamiento todos se dirigieron a los vestuarios excepto Rukawa y Sakuragi que se quedaron a lanzar unas canastas, charlando animadamente sobre el torneo. Para Ayako y Ryota no era una novedad, ya que en el hospital ya se dieron cuenta que la relación entre ese par de idiotas había mejorado mucho, pero el resto de jugadores quedaron muy sorprendidos.

- Sabes algo de Seijuro Ito? – preguntó Sakuragi cuando el último miembro del equipo se despidió.

- Ha salido en libertad bajo fianza – respondió tranquilamente el kitsune.

- Qué? Y porqué no me lo habías contado?

- No hay nada de que preocuparse, doa’ho. Recuerda que no sabe donde encontrarnos, y además la policía le vigila de cerca. Se ve que llevan tiempo tras él. Tendremos que declarar en el juicio, lo sabes, verdad?

- Sí, pero eso me da igual. No es un tipejo tan importante como para tener miedo de eso.

- Exacto.

Estuvieron en silencio durante cinco minutos, hasta que Sakuragi volvió a hablar.

- Bueno zorrito, se acabaron los tiros por hoy. Nada de forzarse.

- Está bien.

Ambos chicos se dirigieron a los vestuarios como habían hecho sus compañeros hacía casi media hora. Cuando empezaron a desvestirse, Sakuragi se sintió incómodo de pronto y se dio la vuelta para sacarse los pantalones. Rukawa ni se dio cuenta y pasó a las duchas una vez desnudo. Al cabo de unos minutos el pelirrojo no tuvo más remedio que entrar también. Y lo que vio hizo que su corazón empezara a latir muy fuerte.

El kitsune estaba quieto bajo una ducha, con la cabeza echada hacia atrás y los ojos cerrados. Una cicatriz blanca relucía en su hombro derecho. El agua bajaba por su cuerpo lentamente, y el chico parecía como si disfrutara de cada gota que le estaba recorriendo la piel. El pelirrojo notó que se estaba excitando. "Qué me pasa? Si le he visto desnudo cientos de veces! Pero ahora… ahora es diferente". Una voz le sacó de sus pensamientos.

- Ocurre algo, doa’ho? – preguntó Rukawa con un brillo extraño en los ojos.

Sakuragi no contestó. Se limitó a caminar hacia la misma ducha donde estaba Rukawa, le aprisionó con su cuerpo contra la pared, le cogió la cabeza con ambas manos y empezó a besarle con furia.

Rukawa apenas podía respirar, pero le daba igual. Como si se desmayaba ahí mismo por falta de oxígeno. Su doa’ho estaba besándole, con mucha pasión y algo de violencia incluso. Empezó a corresponder el beso con la misma intensidad que su agresor, y ambos chicos empezaron a notar la excitación del otro. Con una mano Rukawa empezó a masturbar al pelirrojo, quien ahogó un gemido al notar el contacto y se separó un poco.

- Te gusta? – preguntó Rukawa con voz melosa.

- Sí… - respondió el pelirrojo con otro gemido.

Rukawa continuó su labor mientras el chico más alto apoyaba la cabeza en su hombro izquierdo.

- Te quiero Kaede. Y también te deseo – confesó entre jadeos.

- Entonces tómame, Hanamichi.

- Qué? – la cabeza de Sakuragi abandonó su cómodo lugar sobre el hombro del kitsune para mirarlo a los ojos. Al escuchar su nombre de pila en los labios de Rukawa se dio cuenta de que él también le había llamado de la misma manera.

- Tómame, Hanamichi – repitió. Acto seguido se dio la vuelta para facilitarle las cosas al pelirrojo.

Sakuragi empezó a besar la espalda de su zorro, quién apoyaba la cabeza en la pared en espera de que su koibito hiciera lo que quisiera con él.

- No… no debería prepararte, o algo así? – preguntó tímidamente.

- No hace falta. Estoy listo.

Entonces Sakuragi acopló su pelvis a la de Rukawa y empezó a introducirse en él. Al momento éste último se arrepintió de haber dicho que estaba preparado, pues sintió un gran dolor y se le escapó un grito. Sakuragi se detuvo al instante.

- Te he hecho daño? – preguntó preocupado, aunque era evidente que sí.

- Un poco… pero no importa, continúa… – jadeó Rukawa.

- Estás seguro?

- Sí… continúa por favor…

Sakuragi continuó y consiguió introducirse del todo. Muy lentamente empezó a moverse y a jadear. Rukawa se aferraba sin mucho éxito a las baldosas húmedas por el vapor mientras sentía el pecho del pelirrojo aferrado a su espalda y sus labios besando su nuca. De pronto también notó en su miembro las manos de Sakuragi, quien empezó a estimularlo como había hecho él momentos antes. Sólo tardó unos minutos en explotar de placer, y el pelirrojo al verlo acabó él también.

Se quedaron unos segundos en la misma postura: Sakuragi abrazando por la espalda a Rukawa y éste apoyándose en la pared, hasta que el pelirrojo se separó y ambos chicos se dejaron caer al suelo de las duchas, exhaustos.

- Ha… ha sido increíble, zorrito… - murmuró Sakuragi.

- Sí…

- Te he hecho mucho daño? – preguntó preocupado.

- Estoy bien, no te preocupes.

- Ai shiteiru, Kaede – dijo el pelirrojo, esta vez mirando directamente a los ojos azules de su koi.

- Ai shiteiru mo, Hanamichi – dijo a su vez el kitsune, mostrándole de nuevo esa sonrisa que tanto le había enamorado.

oooooooo

N/A: que les pareció mi primer lemon hanaru? este se podria decir q es el final de la historia, pues solo falta un epílogo donde explicaré más q nada lo q pasó con sendoh y algo más de ellos dos.

muchos besos

khira-chan


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