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Vuelve conmigo por Khira

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Vuelve conmigo

por Khira

Capítulo 6


Aquel sábado la discoteca Factory estaba aún más llena que de costumbre. Rukawa no daba abasto a poner copas y más copas a los chicos y chicas que había en el lugar. Parecen esponjas, pensó. Mientras limpiaba una vez más la barra, estuvo a punto de tirar un vaso vacío al suelo, pero en un movimiento rápido lo agarró en el aire impidiendo que cayera.

- Buenos reflejos, Kaede – dijo una voz en su oído.

Rukawa se sobresaltó. No había visto a Seijuro acercarse.

- Gra-gracias.

- Mucho trabajo hoy, verdad?

- Sí.

- No te preocupes. Mañana tendrás todo el día para descansar. Y para hacer otras cosas claro – mientras decía esto último introdujo una mano bajo la camisa de Rukawa.

- Aquí no – dijo Rukawa al mismo tiempo que le apartaba la mano. Seijuro sonrió.

- Está bien – le guiñó un ojo y desapareció por la puerta de acceso a la dependencia privada de la discoteca.

Rukawa se quedó mirando la puerta, y pensando en lo que había dicho Seijuro. Desde aquella primera vez, habían hecho el amor casi cada noche, pero siempre era Seijuro el que lo tomaba a él. Rukawa no se atrevía a rebelarse, pues todo lo que sabía de sexo hasta el momento se lo había enseñado él. Pensaba que la razón de que Seijuro no le permitiera tomarlo era por su inexperiencia o inmadurez. Al fin y al cabo, aunque aparentara más de veinte, sólo tenía dieciséis años.

Notó que le observaban y se dio la vuelta. Era Misaki, otro camarero.

- Rukawa, hazme un favor y acompáñame al almacén a buscar más limonada.

- Claro.

A pesar de haberle dicho mil veces a Seijuro que no quería que lo tocara en el trabajo, Rukawa estaba seguro de que todos los camareros estaban enterados de su relación.

Mientras cargaba botellas de limonada, pensó que era extraño que un hombre como Seijuro se interesara en él. En los dos meses que llevaban juntos, se había dado cuenta de que eran muy diferentes. Seijuro era extrovertido, hablador, divertido, y tenía mucho don de gentes. Además era muy persuasivo. Era capaz de convencer a cualquiera de lo que quisiera. Y muy celoso, pensó Rukawa. Recordó la vez que se entretuvo hablando con un chico en la barra. El pobre llevaba varias copas de más, por lo que Rukawa le recomendó que no siguiera bebiendo. El chico, en lugar de enfadarse, le agradeció el gesto y empezó a contarle su vida y milagros, de una manera tan cómica que Rukawa se mordía el labio para no sonreír. De repente se sintió observado, y descubrió a Seijuro mirando al chico con el gesto muy serio, casi amenazante. Rukawa, sin saber muy bien porqué, decidió cortar la conversación al momento.

oooooooo

- El local te gustará, de verdad, Hanamichi.

- Aún no sé porque tenemos que celebrar tu cumpleaños aquí, Yohei – se quejó el pelirrojo mirando con desconfianza el sitio – no podíamos tomar algo en Danny’s, como siempre?

- Ya lo tenemos muy visto – contestó el cumpleañero.

- Vamos Hanamichi, hay que aprovechar que ya tenemos edad para salir.

- Vaya cola que hay para entrar! Mejor pongámonos ya en ella.

Al cabo de un cuarto de hora Sakuragi y su gundam entraron por fin al local. Había mucha gente, pero la corpulencia del pelirrojo impresionaba bastante, de manera que no pasaron aprietos.

- Vamos a pedir algo, yo invito – gritó Yohei (el volumen de la música así lo exigía), de manera que todos se dirigieron a la barra más cercana.

- Pero si no hay camarero.

- Está detrás de la barra agachado. Estará colocando algo. – Yohei se estiraba por encima de la barra. Ese pelo me suena…

Finalmente el camarero se levantó.

En ese momento seis chicos se quedaron sin respiración.

- Ru… Rukawa!! – consiguió exclamar el pelirrojo. No se lo podía creer. La persona que había ocupado todos sus pensamientos desde hacía dos meses estaba ahí, enfrente suyo.

- Doa’ho… – dijo simplemente Rukawa, intentando sin mucho éxito disimular su sorpresa.

- Que… qué estas haciendo aquí? – por primera vez en más de un año, Sakuragi hizo caso omiso del insulto del otro chico. La gundam estaba muda.

- Trabajar, que no lo ves?

- Ya lo veo maldito zorro, es que… - Sakuragi se fijó en su rival, y tuvo la impresión de que hacía años que no lo veía. Parecía más mayor, aunque quizás sólo era por el estilo de ropa. El kitsune llevaba una camisa negra brillante arremangada hasta los codos, un colgante de plata en forma de punta de flecha en el cuello sujeto por un cordón negro, y parecía que llevaba el pelo mojado, aunque supuso que sería por el gel. La verdad lucía muy bien, pero había algo que lo estropeaba. Rukawa se veía muy delgado y desmejorado.

- Es que qué? Qué hacéis aquí? – Rukawa se sentía extraño con Sakuragi y sus amigos mirándolo de arriba a abajo.

- Vinimos a celebrar el cumpleaños de Yohei… un momento! Se puede saber que haces TÚ aquí??

- Ya te lo he dicho, trabajo aquí.

- MALDITO KITSUNE!! YA VEO QUE TRABAJAS AQUÍ!! ME QUIERES EXPLICAR POR QUÉ DESAPARECISTE SIN DECIR NADA A NADIE?? QUE NO SABES QUE TIENES A TODOS PREOCUPADOS?? EN QUE COÑO ESTABAS PENSANDO??? – la cara de Sakuragi estaba más roja que el tinte de su pelo. Los nervios acumulados durante dos meses habían explotado.

Rukawa parpadeó. Por qué se ha puesto así? Acaso él estaba también preocupado?

- QUIERES CONTESTAR DE UNA VEZ??!!

- Qué querías que hiciera? – dijo Rukawa con calma – Por si no lo sabes mi padre me echó de casa.

Acudir a casa de un amigo, pensó Sakuragi, pero no lo dijo. Sospechaba que el kitsune no tenía más amigos aparte de Sendoh. Maldito puercoespín.

- Lo sé. El gordito me lo dijo. Pero también me dijo que tu padre está muy arrepentido y que no ha dejado de buscarte estos dos meses. Quiere que vuelvas, al igual que el resto del equipo. Ya te he dicho que tienes a todos muy preocupados – Sakuragi parecía haberse calmado.

Mi padre… arrepentido?

- …

- Tienes que volver, Rukawa.

Volver?

- No.

- Qué?? Porqué no?? ZORRO DESAGRADECIDO!! – Sakuragi había explotado de nuevo.

- Qué pasa aquí?

Los seis chicos se giraron hacia la persona que había hablado.

- Qué ocurre, Kaede? – el rostro de Seijuro aparentaba tranquilidad – Te están amenazando estos chicos?

- No… sólo son…

- Quién eres tú? – interrumpió el pelirrojo. Por qué ha llamado a Rukawa por el nombre de pila? Tanta confianza tienen?

- Me llamo Seijuro Ito y soy el dueño de este local. Quién eres tú?

- Yo soy Hanamichi Sakuragi.

- Y bien, Hanamichi Sakuragi, se puede saber que quieres? – mientras decía esto, colocó una mano cariñosamente en la cintura de Rukawa, acercándolo hacia él. El gesto provocó que el chico más joven se pusiera tenso.

Sakuragi abrió grandes los ojos. Que… qué significa esto? No fue el único. La gundam entera no cabía en sí de asombro. Primero miró a Seijuro, y después a Rukawa. Éste último no fue capaz de sostener la mirada y bajó la vista al suelo.

- Pues… nosotros… - no sabía qué lo tenía más sorprendido, si el gesto cariñoso del hombre de coleta hacia el kitsune o la reacción de éste último. Finalmente dijo con aparente tranquilidad – vinimos a llevarnos a Rukawa a su casa.

- Qué? – exclamó Seijuro.

Qué? Pensó Rukawa.

- Ya me has oído, coletilla.

El rostro de Seijuro ya no mostraba tranquilidad. Eso no acobardó en absoluto al pelirrojo, sino al contrario. Dirigió de nuevo la mirada hacia el kitsune y dijo:

- Vámonos, Rukawa.

Rukawa no se movió. Notaba la mano de Seijuro agarrándolo con tanta fuerza que le empezaba a hacer daño.

- Ya te he dicho antes que no voy a volver.

- Qué?? – Sakuragi no entendía la negativa – Se puede saber porqué? en qué estás pensando? Ya te he dicho que tu padre te está buscando, y que el equipo quiere que vuelvas! La escuela entera quiere que vuelvas! Qué pasa con el básquet? Ya no te importa? Prefieres quedarte aquí trabajando de camarero toda tu puñetera vida?

- Basta – dijo Seijuro.

- No estoy hablando contigo, coletilla.

- Fuera de la discoteca.

- Como te atreves a echarnos, pedazo de mierda! - Sakuragi alzó el puño. Yohei se apresuró a contenerlo. Dos guardias de seguridad se acercaron con un gesto de Seijuro.

- Cálmate Hanamichi. Así no conseguirás nada – dijo Yohei.

- Mejor vámonos, Hanamichi. Yohei tiene razón. No podemos llevarnos a Rukawa a la fuerza si él no quiere – añadió Noma.

Sakuragi se dio cuenta de que tenían razón en eso. Aunque por un momento la opción de llevarse al zorro a rastras lejos de aquel antro fue muy tentadora. Bajó el puño, pero su mirada seguía furiosa.

- Sé que no quieres quedarte aquí, Rukawa. Pero si no vienes con nosotros, ya se encargará tu padre o alguien de Shohoku de traerte de vuelta.

Rukawa no dijo nada.

- Muy bien. Nos veremos pronto, zorrito – Sakuragi dio media vuelta y se marchó, seguido de su gundam.

- Estás bien Kaede? – Seijuro le estaba acariciando la mejilla.

- Sí… déjame. Hay mucha gente mirando.

- Jeh… tienes razón. Escucha, tengo que subir al bar un momento. Luego te veo.

- Está bien.

Seijuro se marchó junto a los dos guardias de seguridad. Rukawa se dispuso a continuar atendiendo la barra, intentando ignorar ese dolor en el pecho que le era ya tan familiar…

oooooooo

KidCat: espero que te guste la continuación. Muchas gracias por tus reviews!

Tatsuha: me alegro de que te haya gustado; respecto a lo de Rukawa y Sakuragi… no puedo decir nada XD!

Shedin: el objetivo de Rukawa (a mi entender, claro) es dedicarse profesionalmente al baloncesto, para ello necesita estar en un equipo, cosa que cree imposible al ser descubierta su homosexualidad. Por eso ahora mismo, tan confundido como está, no le ve sentido a seguir practicando, pero en el fondo, tal y como le ha dicho Seijuro, espera a estabilizarse para retomar sus estudios y el básquet. Espero que la explicación te haya convencido ;)

Edo: Vaya, si es que tiene una cara de hentai que obliga a ponerle como malo en los fics jejeje.

Besos

Khira-chan


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