Vuelve conmigo
por Khira
Capítulo 7
Sakuragi y la gundam salieron del local y se encaminaron en silencio hacia la estación. Ni siquiera Yohei se atrevía a comentar nada de lo que había pasado apenas unos minutos atrás. El gesto de furia del pelirrojo no animaba a ello.
No llevaban recorridos ni 100 metros cuando una voz les detuvo.
- Eh, vosotros!
Dieron media vuelta. Detrás suyo estaban Seijuro Ito y los dos guardias de seguridad.
- Y ahora qué quieres? – preguntó Sakuragi.
- Sólo quiero comentarte una cosa – dijo Seijuro. Luego miró a la gundam – En privado.
- No sé de que tendríamos que hablar tú y yo.
- Es sobre Rukawa – al ver que Sakuragi dudaba añadió – Sólo será un momento. Ven conmigo.
- De acuerdo. Vosotros quedaos aquí.
Sakuragi siguió a Seijuro unos cuantos metros, hasta doblar una calle. Los dos seguratas se habían quedado con los chicos.
Seijuro se detuvo y quedó frente a frente con Sakuragi. Ambos eran de la misma altura.
- Y bien? Qué me tienes que decir sobre Ru… - un fuerte golpe en la sien le cogió totalmente por sorpresa y cayó al suelo. Se puso una mano en la zona herida y con la otra se apoyó en el suelo para levantarse. Hijo de puta... Pero no lo hizo.
Aquel hombre estaba apuntándole con una pistola.
- Lo que te tengo que decir, es que si tú o tus amigos decís a la familia de Kaede donde está, os mataré. Si le decís a alguien más donde está Kaede, os mataré. Y si veo que volvéis a acercaros a Kaede, os mataré.
Este tipo… parece hablar muy en serio.
- Supongo que te ha quedado claro, no? Hala vete.
Sakuragi se levantó. Seijuro continuaba apuntándole. Decidió que era mejor hacer lo que decía. Sin darle la espalda hasta que giró la esquina, se alejó. Vio a su gundam esperándole junto a aquellos dos hombres, y con un gestó les indicó que le siguieran en silencio. Sus amigos le obedecieron, sin atreverse a preguntar qué le había contado el hombre de la coleta.
Cuando ya estaban cerca de la estación, Sakuragi se detuvo, y sus amigos le imitaron.
- Escuchad bien, chicos. Por el momento no diremos a nadie que hemos visto al kitsune.
- Pero qué dices, Hanamichi? Qué te ha dicho ese tipo?
- Ese tipo… es peligroso. Me ha amenazado con un arma.
- QUÉ?! – exclamaron a la vez.
- De hecho ha amenazado con matarnos a todos si le contábamos a alguien dónde está Rukawa.
Silencio.
- Y ahora qué hacemos? – preguntó finalmente Yohei – No tenemos derecho a esconder el paradero de Rukawa a su padre, o incluso al señor Anzai. Tú sabes mejor que nosotros lo mal que lo están pasando.
- Lo sé, Yohei. Pero algo sí podemos hacer.
Sakuragi contó a sus amigos lo que había pensado.
- Es una buena idea, Hanamichi – dijo Takamiya.
- Pero… y que hacemos con Rukawa? Ahora que sabemos que ese tipo está loco, no podemos dejar que siga con él. Trabajando, quiero decir – se apresuró a añadir Ookusu.
Todos se sintieron un poco incómodos. Finalmente Sakuragi dijo:
- Ya pensaremos en algo. Por ahora sabemos que Rukawa trabaja en Factory los sábados como mínimo. Tenemos una semana para planear algo – la gundam asintió - De momento no creo que Rukawa esté en peligro. Pero no podemos fiarnos. Joder Rukawa! Debías estar muy desesperado para juntarte con una persona como Seijuro Ito.
oooooooo
Se despertó al primer tono del teléfono. De hecho hacía dos meses que apenas podía conciliar el sueño. Por Kamisama, que sea Kaede.
- Diga?!
- Hiro Rukawa? – era una voz joven, pero no la de su Kaede.
- Sí, soy yo. Quién es?
- Escúcheme bien. Es sobre su hijo.
- Sobre mi hijo?! Sabe dónde está?!
- Sí, pero aún no se lo puedo decir. Sólo puedo asegurarle que está bien.
- Cómo?? Y porqué no puede decirme donde está? Le ha pasado algo?!
- Créame, su hijo se encuentra bien. Y no falta mucho para que vuelva a su lado.
- Pero…! – el sonido de la línea lo interrumpió.
Habían colgado.
oooooooo
Rukawa no podía dormir. Pero esta vez no era por el pitar de sus oídos. El inesperado encuentro con Sakuragi le tenía completamente en vela. Se revolvió inquieto en la cama.
Por qué tenía que encontrarme precisamente él? Aunque la verdad… me alegro de haberle visto de nuevo. Dijo que mi padre está arrepentido… será verdad? O lo dijo sólo para que volviera? No creo… Sakuragi no debe tener ningún interés en que yo vuelva a Shohoku. Seguro que se alegró mucho cuando me marché… En cuanto a mi padre, si es verdad lo que ha dicho, no tardará en aparecer por aquí y verme en el bar…
- No puedes dormir? – Seijuro le estaba mirando, tumbado a su lado.
- No.
- Es por lo que ha pasado esta noche?
Rukawa no le contestó. Aún tenía en la cintura la marca del fuerte agarrón que le había dado su amante hacía unas horas.
- Me fijé cómo mirabas a ese pelirrojo.
Maldición. Y ahora qué?
- Te gusta, verdad?
Que si me gusta, dice… Le adoro. Adoro sus ojos, su cabello, su voz, su risa, su cuerpo, sus manos… que tantas veces he sentido sobre mí, aunque no de la forma que yo deseo. Sí, soy tan imbécil que me he enamorado de alguien que me odia.
- No. Sólo es un compañero de equipo.
- Mmm… de verdad?
- Sí.
Seijuro se colocó encima de Rukawa, y le sujetó las muñecas con sus manos.
- Me alegro. No me gustaría en absoluto compartirte con nadie – Seijuro empezó a besarle. Rukawa sabía lo que venía, y se dejó hacer.
Doa’ho…