Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Vuelve conmigo por Khira

[Reviews - 46]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Vuelve conmigo

por Khira

Capítulo 8


- No dejaré que vayas sólo.

- Basta. He dicho que iré yo.

- Ese tipo es peligroso. Ahora lo sabemos mejor que antes.

- Precisamente por eso hay que sacar cuanto antes al kitsune de ahí.

- Pero porqué no quieres que te acompañe?

- Porque no me harías ningún servicio, Yohei! Además, sólo tengo que entrar en ese piso y convencerle de que salga.

- No creo que tengas problemas si le enseñas esto.

- Supongo, pero preferiría no hacerlo.

- Y si aún así no quiere volver?

- Entonces lo sacaré a rastras de ahí.

- Para ello quizás sí que necesitarás mi ayuda.

- Insinúas que este genio no puede sólo con el zorro? – Sakuragi sonrió.

- Claro que puedes. Está bien. Ten mucho cuidado, Hanamichi. Asegúrate de que esté sólo.

- Así lo haré, Yohei. Si el profesor te pregunta dile que estoy enfermo.

- Suerte.

oooooooo

Más de una semana, pensaba Rukawa mientras echaba un vistazo al calendario. Ha pasado más de una semana, y mi padre no ha aparecido por aquí. Con que arrepentido, eh?

Cogió el mando a distancia y se sentó en el sofá mientras encendía el televisor. Era miércoles por la mañana temprano. Seijuro había salido hacía un rato.

Fui un ingenuo al creerme las palabras del Doa’ho.

Fue pasando los canales uno por uno, sin apenas fijarse en lo que estaban dando, hasta que paró en uno. Era un partido de baloncesto de la NBA. Se quedó unos momentos con la mirada fija en la pantalla. Dios, como echaba de menos el tacto de un balón. El sonido de sus botes. El temblor de la canasta después de hacer una clavada. El sudor empapando su camiseta. Empezó a recordar aquellas noches en la cancha del Shohoku, cuando se quedaba a practicar después de los partidos. Recordó también aquella vez que Sakuragi irrumpió en el gimnasio, gritando que en el partido contra el Shojo no sería expulsado y que anotaría más puntos que él. No cumplió ninguna de las dos cosas, pensó. En cambio gracias a sus rebotes dominaron el encuentro, y además hizo su primer mate, aunque fue anulado por cometer falta. Aquella vez... fui capaz de felicitarle.

Apagó el televisor, y se acurrucó en el sofá sujetándose la cabeza con ambas manos. Los recuerdos seguían agolpándose en su mente.

Unos golpes en la puerta le distrajeron. Quién será? Por qué no toca el timbre?

Perezosamente se levantó y se dirigió a la puerta. Se acercó a la mirilla, y lo que vio le dejó sin aliento. Era el doa’ho. Su doa’ho. Qué hace aquí? Cómo ha averiguado dónde vivía? Abrió.

- Hola, Rukawa.

- Hola.

Sin esperar la invitación. Sakuragi entró. Rukawa cerró la puerta, y ambos chicos quedaron frente a frente.

Tiene peor aspecto que la otra vez, fue lo primero que pensó Sakuragi. Era verdad. Rukawa parecía aún más delgado, y tenía unas ojeras espantosas.

- Qué haces aquí, doa’ho? – le preguntó.

- He venido a buscarte.

- Cómo dices? – los ojos de Rukawa se abrieron un poco más de lo normal.

- Lo que oyes. Pero antes necesito que me digas una cosa. Le contaste alguna vez a Seijuro Ito a que preparatoria ibas, o donde vivías con tu padre?

- Eh?

- Tú sólo contesta.

- No – A qué vendrá esa pregunta?

- Genial. Ahora vámonos. Recoge tus cosas si quieres, pero date prisa. Seijuro podría volver.

- Para el carro, doa’ho. No pienso moverme de aquí – Rukawa se cruzó de brazos, como queriendo corroborar sus palabras con ese gesto.

- Esperaba que dijeras eso. Dime zorro, tanto miedo tienes de regresar y enfrentarte a tus problemas?

- Tú no lo entiendes.

- Eres tú el que no entiende nada, zorro. Eres tú el que prejuzgó a sus compañeros, sin darles la oportunidad de demostrar que eres tú quien les importa y no tus preferencias sexuales. Estoy seguro que en el fondo te alegraste de que tu padre te echara, así podías huir sin sentirte culpable. No es así, Rukawa? Claro que sí. Eres un maldito cobarde.

- Cállate – ordenó Rukawa. De repente sentía mucho calor.

- Aunque es verdad que has tenido mala suerte. Sí, tuviste la mala suerte de conocer a ese Seijuro Ito.

- Pero qué gilipolleces dices? Él ha sido la única persona que me ha ayudado.

- Llamas ayudar a alejarte de tu familia y tus amigos? – Ojalá no hiciera falta enseñarle eso, pensó Sakuragi.

- No sé de que me hablas, doa’ho. Y aunque así fuera, no le habría hecho falta. He visto que mi padre no quiere saber nada de mí, ya que no ha venido a buscarme. Me mentiste.

- Te equivocas, Rukawa. Tu padre aún no sabe que estás aquí – Por favor que me crea.

- Qué?

- Seijuro Ito amenazó con matarnos si le decíamos a tu familia o a alguien más donde estabas. Tiene una pistola.

Rukawa parpadeó. Qué acaba de decir?

- Mientes.

- No, no miento. Por eso los chicos y yo decidimos espiaros para averiguar donde vivíais. Nos ha costado más de una semana, pero aquí estoy. Y ahora vámonos antes de que vuelva – diciendo esto, el pelirrojo agarró a Rukawa del brazo, pero éste se soltó violentamente.

- No te creo. Por qué haría Seijuro algo así?

Sakuragi suspiró. Esto no va a ser fácil. Pero hemos perdido mucho tiempo. Es hora de largarse.

- Porqué está loco, supongo. Mira esto.

Sakuragi sacó un papel doblado de su bolsillo y se lo tendió a Rukawa. Éste le miró sin comprender, pero cogió el papel y lo desplegó. Era una fotocopia de un periódico de hacía tres años. Había una noticia marcada, y mientras la leía, sintió que el suelo se tambaleaba. La noticia hablaba de Seijuro Ito y de un juicio por la violación y asesinato de un chico de 12 años, del que por lo visto había salido en libertad sin cargos por falta de pruebas. También se comentaba que era el mismo Seijuro Ito que años atrás había estado implicado en un caso de pornografía infantil, por el que había cumplido una condena de cuatro años.

Rukawa cayó al suelo de rodillas, mientras estrujaba el papel con las manos.

- Rukawa… ese tipo no es buena persona. Debes alejarte de él. Debemos.

Sakuragi se agachó y puso una mano sobre el hombro de Rukawa, quien se apartó bruscamente.

- Déjame… - su voz sonó helada.

El pelirrojo no podía verle la cara al kitsune, pues éste la había escondido entre sus manos, dejando caer el papel en el suelo. Sus hombros empezaron a temblar.

E-está llorando? No puede ser.

- No, no pienso dejarte – dijo Sakuragi mientras esta vez ponía ambas manos sobre sus hombros.

De repente Rukawa empujó violentamente a Sakuragi y se levantó.

- HE DICHO QUE ME DEJES!! DÉJAME EN PAZ!!! – el rostro de Rukawa estaba desencajado y bañado en lágrimas.

Unos ojos castaños se abrieron más de lo normal. Se incorporó con lentitud. Le costaba creer que el chico que tenía delante era el mismo frío e inexpresivo kitsune que tanto había detestado. No quiero verle así. No quiero verle así nunca más.

- VETE DE AQUÍ!! QUE TE LARGUES HE DICHO!! - su cuerpo entero temblaba sin control.

Sakuragi se dio cuenta de que Rukawa estaba al borde de padecer un colapso nervioso. No me esperaba esta reacción. Tengo que hacer algo. Y lo hizo. Se acercó al chico más bajo y le propinó un fuerte puñetazo.

Rukawa cayó al suelo. Iba a levantarse de inmediato para responder el golpe pero Sakuragi, abrazándolo, se lo impidió.

- QUÉ COÑO TE CREES QUE HACES, DESGRACIADO??!! – Rukawa intentaba con todas sus fuerzas sacarse al pelirrojo de encima, pero sin éxito.

- Cálmate – Sakuragi no estaba dispuesto a soltarlo.

El kitsune no le hizo caso, pues siguió luchando sin pausa. Pasaron unos segundos. Poco a poco, Sakuragi notó que su presa dejaba de moverse.

Rukawa había apoyado su cabeza en el hombro de Sakuragi, y lloraba. Su llanto era tan desgarrador que Sakuragi sintió que le partía el alma en dos.

De pronto Rukawa habló.

- Porqué has venido? – preguntó entre sollozos.

- Te lo dije al principio. He venido a buscarte – contestó Sakuragi.

- Porqué?

- Porque… te echo de menos. Vuelve conmigo. Por favor, kitsune, vuelve conmigo – Sakuragi habló sin pensar, pero se dio cuenta de que lo que acababa de decir era verdad.

Como he sido tan estúpido de no darme cuenta hasta ahora?

Decidió que era hora de soltar a Rukawa, quien parecía haberse calmado por fin. Le cogió la cara con las manos. El zorro tenía los ojos cerrados. Se quedaron así durante unos momentos, hasta que los abrió. Y lo que se reflejó en ellos fue terror.

Pero que… Sakuragi se dio cuenta de que el kitsune no le miraba a él. Se giró. Y él también sintió miedo.

Detrás suyo, de pie, y apuntándoles con la pistola, estaba Seijuro Ito.

oooooooo

Shedin: lo sé, fue un capítulo super corto, este también lo es un poco pero mañana mismo si puedo subo el siguiente. Besos

Edo: gracias por el review, aquí tienes la actualización, y mañana de nuevo.

Morgana of Avallon: gracias, tu fic de Mitsui’s SD me ha encantado, ojala mis lemon ne quedaran la mitad de bien que los tuyos, en serio.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).