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Vuelve conmigo por Khira

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Vuelve Conmigo

por Khira

Capítulo 3

Sakuragi y su gundam estaban en Danny’s tomando unos refrescos. Por supuesto el tema de conversación era la recién descubierta sexualidad de Rukawa.

- Ya decía yo que no era normal que de todas esas porristas no le gustara ninguna – dijo Ookusu.

- Sí, pero de ahí a que sea gay… - continuó Noma.

- Bah, mejor, así quizás nosotros tendremos alguna oportunidad con las chicas de la escuela – agregó Takamiya.

- Por cierto Hanamichi, como se lo ha tomado Haruko? – preguntó Noma. Pero su amigo no pareció haberlo escuchado.

- Hanamichiiii!

- Eh?

- Te preguntaba como se lo ha tomado Haruko.

- Ah, pues no sé. No me fijé en ella la verdad.

- Vaya Hanamichi, será verdad que ella ya no te gusta?

- Ya os he dicho que ahora solo me interesa como amiga.

- Quizás es que ahora le interesan más los hombres, como a Rukawa – rió Takamiya. Enseguida se arrepintió de haber dicho aquello. Sakuragi lo miró como si fuera a darle uno de sus famosos cabezazos. Pero no. Sólo se levantó.

- Me voy a casa. Nos vemos mañana.

- A-adiós, Hanamichi – dijeron sus amigos.

Cuando se hubo marchado, Noma le preguntó a Yohei:

- Tú sabes qué le ocurre?

- No lo sé seguro – contestó – creo que simplemente está preocupado por Rukawa.

- Preocupado? Pero si le odia! Yo pensé que estaría contento!

- No, no le odia. Yo creo que en realidad nunca le ha odiado. Pero es muy cabezota y no lo admitirá. Además, aunque así fuera, Hanamichi no es de los que se alegran de las desgracias ajenas.

- Tienes razón…

- Que creéis que pasará mañana? – interrumpió Ookusu.

- No lo sé, pero no me gustaría estar en la piel de Rukawa – admitió Yohei.

oooooooo

No sabía cuanto tiempo llevaba caminando, pues no llevaba reloj. Tampoco llevaba dinero, ya que había salido de su casa con lo puesto, y menos un paraguas para protegerse de la lluvia que caía desde hacía unos minutos. Pero Rukawa no notaba la lluvia, ni el frío. Sólo un dolor intenso en el pecho que no le permitía respirar con normalidad.

De repente, una luz le sorprendió y oyó un frenazo. El coche se detuvo a un palmo, pero Rukawa cayó por inercia. Ni siquiera se había dado cuenta de que estaba cruzando una calle.

- Ey chico! Estás bien? – oyó que le decían. El dolor del pecho había aumentado con el sobresalto.

La persona que le había hablado se arrodilló junto a él.

- Ey… estás bien? – repitió.

- Sí…

- No te he llegado a dar, verdad?

- No…

- Qué te ocurre entonces?

- Nada… - Rukawa se levantó con dificultad y miró por primera vez a la persona que le estaba hablando, quién también se levantó. Era un hombre de unos 30 años, alto, robusto, con el pelo largo recogido en una coleta, e iba muy bien vestido.

- Chico, seguro que te encuentras bien? Qué haces en camiseta bajo esta lluvia? Vas a pillar una pulmonía. Quieres que te lleve a algún sitio?

- No, gracias…

- Seguro? Vamos, no me cuesta nada. Y después del susto que te he dado, es lo mínimo que puedo hacer.

- Yo… no tengo donde ir – admitió Rukawa.

El hombre lo miró con sorpresa, pero al cabo de un momento sonrió.

- Entonces si quieres puedes venir a mi casa.

- Cómo?

- Que puedes pasar esta noche en mi casa. Vivo aquí cerca. Y si quieres, me cuentas que te ha pasado y buscamos juntos una solución.

- …

- Vamos, puedes confiar en mí. Si no qué harás, vagar toda la noche por la calle o ir a un albergue para mendigos?

Al oír la palabra “confiar”, Rukawa se estremeció. Pero la verdad no le apetecía seguir caminando sin rumbo. Accedió.

- Por cierto, me llamo Seijuro Ito.

- Kaede Rukawa.

Seijuro Ito montó en el coche y Rukawa hizo lo mismo. Al cabo de unos minutos entraban los dos en un piso de estilo occidental, de lujo habría que añadir.

- Puede darte una ducha si quieres. Yo te traeré algo de ropa. Ahí tienes el baño.

- Gracias…

Rukawa entró en el baño y empezó a desvestirse como un autómata. Entró en la ducha y abrió el grifo del agua caliente. El dolor del pecho había disminuido un poco. Oyó como se abría la puerta del baño.

- Te dejo la ropa encima del taburete.

- mmpf.

El agua le estaba quemando la piel, pero no le importaba. Nada importaba ya.

Cuando salió del baño, vestido con la ropa que le había dejado Seijuro, se encontró a éste en pijama tomando un vaso de leche en el comedor. Le sonrió mientras le ofrecía uno.

- Espero que te haya sentado bien la ducha. Aunque no te librarás del resfriado.

- …

- Que tal si te sientas conmigo y me cuentas que te ha pasado.

Rukawa nunca supo porqué, pero empezó a contarle todo. Quizá necesitaba desahogarse. Cuando llegó a la parte en que le confirmaba a su padre que era gay, dudó un momento, pero Seijuro tenía una expresión tan cálida y comprensiva que continuó. Al acabar, pensó que aquel hombre le diría algo así como “Dale tiempo a tu padre, él acabará por aceptarte”, “Aún así debes volver al instituto”, pero no fue así.

- Qué edad tienes?

- Eh? Ah, dieciséis – contestó sorprendido Rukawa. No se esperaba la pregunta.

- Entonces ya puedes trabajar.

- Pues… sí.

- Verás, soy el dueño de una discoteca del centro, Factory. La conoces?

- No… - Nunca he ido a una discoteca, pensó.

- Como te decía, soy el dueño, y justamente ahora estoy buscando camarero. Te interesa?

- Cómo? – Rukawa estaba cada vez más sorprendido. Él, trabajando de camarero en una discoteca?

- Eso, tienes ya edad para trabajar, has acabado la enseñanza obligatoria, no quieres volver al instituto y no puedes volver a casa. Si quieres puedes quedarte conmigo un tiempo, y descontaré tus gastos de tu sueldo. El resto lo puedes ahorrar y más adelante podrás alquilar una habitación o lo que puedas, e incluso pagarte los estudios más adelante en caso de que quisieras retomarlos.

Rukawa se quedó sin palabras. No suena tan mal. Tan sólo pudo decir:

- Gracias…

oooooooo

N/A: Buenas! pido perdon porque este capitulo y los siguientes son algo cortitos, por favor tengan en cuenta q es el primer fic q escribo. a cambio prometo actualizar rapido.
besos!!


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