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Cuando él regrese… por yukimonik

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Notas del capitulo:

Aquí con el segundo capítulo, igual que el anterior esta cortito... muy corto

Capitulo 2

Siete años después…

Un pelirosa se encontraba alistando su clase, se había graduado como licenciado en Educación musical y ahora se encontraba trabajando como profesor de música en la primaria de la pueblo. La verdad es que adoraba ese trabajo, estar con los niños lo hacía tan feliz.

- Toc toc toc –enseguida escucho la puerta abrirse- ¡¡¡¡Shu-chan!!!! ¿Estás ahí? –Pregunto una voz en el umbral de la puerta-

- Pasa Ryuichi los niños aun no llegan –contesto el ojivioleta, ya más calmado el otro ingreso al salón, quitándose una gorra y volteando primero de un lado al otro y verificando que no hubiera nadie cerca se acerco rápidamente al pelirosa y lo abrazo efusivamente, para, enseguida, depositar un suave beso en el otro-

- Te he extrañado toda la mañana –dijo el peliverde-

- Yo también Ryu-chan –dijo el menor sin separarse del abrazo del más alto-

- Me encanta cuando te sonrojas de esa manera

- Y a mí me encanta que me abraces como lo haces, pero… sabes que aquí no podemos

- Ya lo sé, ya lo sé

- Y si ya lo sabes ¿porque lo haces? –Indagó el menor con un falso enfado-

- Porque te amo demasiado como para contenerme cuando te veo –dijo el otro sin pena alguna, en ese momento escucharon las risas de algunos estudiantes y se vieron forzados a separarse- Te veo a la salida para ir a comparar el regalo ¿sí?

- De acuerdo –contesto el chico con una gran sonrisa, mientras veía al peliverde ponerse nuevamente la gorra-

- ¡¡¡¡PROFESOOORRR!!!! –Gritaron un par de chicos a la vez mientras se dirigían corriendo hacia el peliverde- ¿nos ayudara con los saltos?

- Ah pues eso depende

- ¿De qué? Pues de que tanto hayan practicado en sus casas, les dije que les ayudaría siempre y cuando practicaran los ejercicios de flexibilidad –dijo el peliverde aparentando seriedad-

- Si los hicimos, ¿verdad Kyou?

- Si profesor

- Bueno, eso lo veremos en la clase

- Ya niños, esos lo discutirán más tarde con su profesor, ahora les toca música así que vayan a sus asientos

- ¡¡¡¡SIIII!!!! Shuichi-sensei –contestaron los niños mientras el peliverde aprovechaba para irse no sin antes guiñarle un ojo a su pareja-

 

Una vez en la clase de música

- Shuichi-sensei ¿ya se fue Ryu-chan?

-Niños ya les he dicho que no lo llamen así, si los escucha el director los va a regañar, y si, ya se fue

- Pero el nos ha dicho que así lo llamemos –contesto el chico con un puchero-

- De acuerdo, pero no lo hagan enfrente de nadie más, no querrán meter a su profesor de educación física en problemas ¿verdad?

- Nooooo!!!! –contestaron los niños al unisonó-

- Bien, ahora comencemos

 

 

A la hora de la salida

- Ryuichi, ya te he dicho que no consientas tanto a los niños, se supone que nosotros somos quienes deben inculcarles disciplina y tu vas y dejas que te llamen Ryu-chan

- Vamos, tampoco hay razón para ser tan duros con ellos, sólo son niños, no me digas que con nuestros hijos serás igual de estricto –ante tal comentario el menor se sonrojo-

- Claro que no, con ellos seré más duro

- Que malo, lo bueno que me tendrán a mí para echarlos a perder

- Ryuichi

- JA JA JA, es broma, es broma

- Bueno y que le vamos a comprar a mi suegrita eh

 

Por la noche, Ryuichi fue a dejar al menor hasta el umbral de su departamento, vivía solo, aunque la casa de sus padres estaba tan solo a quince minutos, así que de algún modo tenía su privacidad

- Gracias Ryu-chan

- ¿Porque me das la gracias?

- Por estar a mi lado –dijo el menor suspirando y dando un suave toque en los labios del otro-

- Bueno jovencito, ahora si no quiere desvelarse será mejor que entre a su casa por que mañana todavía es viernes y sus alumnos no deben verlo cansado

- JA JA JA, tienes razón pero lo mismo va para ti, además tú todavía tienes que atender el negocio de tu familia

- Sabes que eso es pan comido

- Si como no

- Descansa amor, nos veremos mañana

- Si –estaba a punto de entrar a su departamento cuando sin querer tomo la mano del mayor y se animo a preguntar- Ryuichi?

- Dime –contesto el otro un poco sorprendido por la acción-

- ¿E… eres feliz conmigo? ¿Eres feliz aquí? –El mayor se le quedo mirando unos cuantos segundos antes de contestar, cosa que inquieto al ojivioleta-

- Soy inmensamente feliz aquí mientras estés conmigo Shuichi, te amo nunca lo dudes

- Pero, no piensas que serias más feliz en algún otro lugar

- ¿Cuántas veces te lo tendré que decir? –Contesto el otro con paciencia, ya que en innumerables ocasiones el menor le había hecho esa pregunta-

- Yo amo este lugar, y lo amo porque tu estas aquí

- Yo también te amo Ryuichi

- Gracias

 

En cuanto el ojivioleta cerró la puerta un suspiro de alivio salió de su boca, la verdad es que a veces tenía miedo de que todo volviera a acabarse de repente. Así como paso con… Eiri, le daba miedo que un día Ryuichi le dijera que se iba por que se había aburrido de dar clases en una escuela, le daba miedo volver a sentirse feliz y que todo fuera un sueño. Cuando el rubio se fue sintió que su corazón se partiría en mil pedazos, que simplemente de un momento a otro estallaría, es decir, Eiri era todo su mundo, era su vida ¿cómo es que de un día para otro le decía que se iba?, ¿cómo le pedía que simplemente olvidara todo? Sentía que la vida se le había ido y no se sentía con ánimos de seguir. Claro que pudo haberlo seguido pero… ¿de qué hubiera servido? el mismo Eiri le había pedido que no lo buscara y si él no lo quería a su lado entonces no valía la pena. Se pasaba las noches añorando aquellos días felices y no quería dejar ir lo último que le quedaba… el recuerdo.

Tiempo después se dio cuenta que tal vez Eiri le había hecho un favor pues le permitió quedarse junto a su familia y conocer a Ryuichi. De su primer amor, ya hace mucho que no sabía nada, lo último de lo que se entero fue que había publicado un libro bajo el seudónimo de Yuki Eiri, información cortesía de su hermano, Tatsuha, pero nada más y tampoco es que le interesara, ahora era feliz y no necesitaba sombras en su vida.

Ya llevaba tres años de relación con el peliverde y hasta ahora lo único que le había demostrado era el lado bueno del amor, claro que de vez en cuando tenían sus peleas como cualquier pareja de enamorados pero nunca pasaban de eso. Siempre se daban cuenta de lo tontos que había sido y se reconciliaban.

 

 

Continuara…


Notas finales:

Háganme saber si les gusto o no vale!!!???


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