CAPITULO 4
¿Como no me di cuenta?
El ligero chirrido del columpio al balancearse, un viento suave rozándole las mejillas y la luz de la luna iluminándole el camino le guiaban sutilmente, el estaba de espaldas con la mirada fija en el suelo y sus manos trenzadas en la fría cadena de hierro, Kaede no tenía idea de lo que iba a decir o hacer lo único que tenía claro era que debía estar allí junto a él y no pasar de largo como lo había hecho tantas veces en su vida. Si, aquella vez, lo recordó con cierta facilidad, el profesor Anzai había tenido un infarto y un difícil partido contra Ryonan los tenía a todos muy tensos, el en cambio estaba emocionado por enfrentarse nuevamente a Sendoh, se quedo hasta tarde practicando como siempre lo hacía y fue el último en salir del gimnasio, por alguna razón que no recordaba ese día no llevo su bicicleta por lo que el camino a casa lo tendría que hacer caminando, avanzo unas cuantas calles cuando un apenas audible sollozo le llamo la atención al girarse se encontró con el pequeño parque y con la figura inconfundible de Hanamichi, no tardo mucho en darse cuenta de que el sollozo de antes provenía de el por lo que supo que estaba llorando, se detuvo un momento y le miro fijamente parecía tan solo y vulnerable que sintió que el corazón se le encogía, como podía ser cuando apenas hacia unas horas estaba tan alegre y escandaloso como siempre, sus pies hicieron amago de moverse hacia el lugar donde el pelirrojo estaba pero sus pensamientos le detuvieron
- Y qué demonios puedo hacer yo, no somos amigos es mas somos todo lo contrario, seguro que con solo verme me da de golpes – retrocedió los dos pasos que había avanzado – además que me importa ese tonto pelirrojo – y con esas palabras siguió su camino
Que estúpido había sido se repetía una y otra vez mientras más se acercaba al columpio, pero es que era tan cobarde que no podía reconocer aquel sentimiento que ya para ese entonces había comenzado a invadirlo, era mejor poner cualquier tipo de escusa a tener que enfrentarse al hecho de que nuevamente comenzaba a amar, porque eso le aterraba. Se detuvo a unos pasos de Hanamichi escuchando aun sus pequeños sollozos, por un momento dudo nuevamente de si aquello era verdad o solo una sucia jugarreta de su mente, no se percato de que su sombra ya le había delatado.
- ¿Quien demonios es? – pregunto de pronto el pelirrojo completamente descompuesto, tallándose la cara tratando de borrar las marcas de su dolor
- Soy Ru…-
- ¡¡Rukawa!! No puede ser, lo que me faltaba –solo necesito escuchar un segundo para darse cuenta de quién era, su vos la tenia grabada en la mente – no estoy para tus burlas así que lárgate – supuso que con eso sería suficiente para ahuyentarle por lo que destenso sus músculos nuevamente, su intención era la de quedarse en ese lugar todo lo que pudiera, se hiso silencio y pensó que había logrado su cometido así que se giro solo para asegurarse - ¿Qué?- exclamo, Rukawa ya no se encontraba a su espalda si no sentado en el columpio de alado pero volteando hacia el otro lado
- Valla que te has propuesto molestarme hoy verdad – su enfado era mucho, se puso de pie y tomo la mochila que descansaba en el suelo dispuesto a irse cuando unas palabras claras le detuvieron
- Perdón Sakuragi – por fin pudo decir algo, hasta ese momento el remolino de su mente y la cascada de sentimientos en su interior no le habían permitido articular palabra, cuando al fin reacciono supo que lo primero que le dijera tendría que ser una disculpa
Al escuchar aquello Sakuragi no pudo evitar caer de sentón de nuevo en el columpio, Kaede Rukawa le estaba ofreciendo una disculpa eso no podía ser y aun más impactante fue el escuchar su nombre y no su apodo
- Perdon, perdóname por favor – el rostro de Kaede se distorsiono como si fuese a llorar lo que asusto al pelirrojo
- Oye Rukawa no sé lo que te pasa pero no tienes que disculparte por nada que yo sepa- le dijo mientras no podía dejar de mirarlo
- Esta tarde no debí burlarme de ti –
- Pe..pero que dices si tu siempre te burlas de mí, eso es lo normal – estaba demasiado sorprendido con el comportamiento de su rival, no sabía cómo contestar ante una charla carente de insultos
- El profesor Anzai está en el hospital y todos están muy preocupados – al escuchar aquello el semblante de Hana volvió a decaer, su mirada se poso nuevamente sobre el frio suelo y sus ojos mieles volvieron a humedecerse
- El se encuentra bien ahora, no hay de que preocuparse –
- Gracias a ti por reaccionar tan bien ante esa situación –
Hana estaba incrédulo ante la actitud de Rukawa, trataba de estar calmado pero la presencia del moreno y sus palabras tranquilas y carentes de mala intención le estaban provocando una sensación desconocida
- Llorabas – soltó de pronto
- Ya decía yo que esto era muy raro, solo quieres burlarte de mí por encontrarme así, pero no tengo ganas de agarrarte a golpes o insultos por lo que me voy – tomo nuevamente su bolso, se sentía tan fatigado que solo quería salir de allí lo más rápido posible, pero esta vez no fue la vos sino la cálida mano de Rukawa en su brazo la que le detuvo
- Por favor no te vayas, solo quiero saber por qué lo hacías, yo jamás podría burlarme por algo que te causa tanto dolor- el corazón de Kaede estaba suplicante por que el pelirrojo comprendiera sus sentimientos
Nuevamente atónito Hana volvió a caer pesado sobre el columpio provocando su chirrido
- Porque debería decírtelo que ganaría yo con eso zorro? –le pregunto irónico
- Tal vez te sientas mejor después de decirme –
- No lo creo –
Un silencio incomodo se formo en el ambiente, Kaede no podía encontrar las palabras correctas, las que le ayudarían que lo hicieran sentir mejor y que le hicieran ver que él se encontraba allí con la sinceridad y el amor que una segunda oportunidad para estar con él le provocaban, pero simplemente no podía expresarlo, alzo la mirada como suplicando ayuda divina y allí pudo observar el brillante cielo estrellado
- Cuando tenía 7 años hice un amigo el único amigo que he tenido en la vida, pensé en ese entonces que estaríamos siempre juntos, pero me equivoque ya nunca podre verlo más – lo recordó de pronto y no pudo evitar decirle como un simple desahogo propio
Sakuragi se quedo sin habla, aquel ser al que todos llamaban el “rey del hielo” al que todos tachaban de indiferente e insensible le estaba contando algo tan intimo como intentando hacerle sentir que no tenia porque sufrir solo, se negaba a reconocerlo pero en ese momento en que se sentía tan débil y vacio aquella extraña e inesperada conversación le daba una sensación que el interpreto como alivio, un alivio que no tenía desde hace dos días cuando regreso a su casa y vio nuevamente a su padre tirado en el suelo ,con la mano oprimiéndose el pecho y quejándose por un dolor insoportable, todo había sido una jugada de su mente, su padre no estaba allí, solo una alucinación por haber visto en las mismas circunstancias al profesor Anzai pero para el había sido como revivir una y otra vez la peor pesadilla de su vida.
- Las personas que mueren no regresan – supuso que Rukawa quiso decir eso con lo de “ no podre verlo más”
- Lo sé – bajo la mirada, aquellas palabras le calaron demasiado hondo
- Mi padre no volverá tampoco –
Por dios, lo había comprendido al fin, las lagrimas del pelirrojo que el había pensado serian un mero capricho sin importancia eran en realidad la muestra de un dolor verdadero.
- Lo siento mucho -atino a decir
Una sonrisa melancólica e inesperada asomo en el rostro de Hanamichi
- Supongo que si lo sientes, pero yo lo siento más puesto que fue mi culpa – unas gruesas lagrimas brotaron sin su permiso, y se pregunto porque le estaba diciendo todo eso a su peor enemigo
- ¿Cómo es eso?- estaba más que confundido
- Cuando estaba en secundaria solía ser un matón que buscaba pelea con quien fuera, un día unos tipos me atacaron y yo les di una lección pero…- su mirada subió hacia el cielo –cuando regrese a casa mi padre estaba tirado en el suelo teniendo un ataque al corazón, salí por ayuda pero los tipos de antes habían vuelto con mas refuerzos y me bloquearon el camino yo… no pude salvarle – cerro los ojos como queriendo borrar aquella imagen
Cuanto había perdido por una simple decisión errónea, si tan solo aquel día se hubiese acercado a él, a escucharlo un momento como lo hacía ahora, hubiese escuchado ese relato tan trágico y hubiese comprendido tantas cosas que por su ignorancia confundió con chiquilladas de un tonto que no había madurado lo suficiente, pero lo haría bien esta vez, Tomoe le había dado un regalo maravilloso que no podía desperdiciar
- Sakuragi tú no has tenido la culpa de nada – su tono fue determinante
- Lo sé, ya me lo han dicho todos una y otra vez, es solo que hasta el final el me vio como un malviviente sin futuro – le dijo tristemente
- El está orgulloso de ti ahora y seguramente siempre lo estuvo porque eres su hijo – las palabras le salían solas
Hanamichi paro su llanto de golpe, sabía que aquellas palabra se las habían dicho como mil veces todos sus conocidos y sin embargo salidas de aquel muchacho tan frio e inexpresivo le parecieron sinceras y reales no solo un intento de hacerlo sentir mejor como le sonaban siempre, no supo cómo pero cuando se dio cuenta una sonora carcajada le estaba brotando de los labios, simplemente le hiso gracia su propia debilidad ante el zorro apestoso con el que siempre peleaba, no podía permitir algo como eso debía levantarse y seguir adelante, el era un genio después de todo.
Kaede lo miro embelesado, que risa más maravillosa la del pelirrojo, como no lo noto nunca si era la risa de un ángel, lo vio tomar su bolso, levantarse de golpe y dirigirse hacia la avenida
- Nos vemos mañana zorro, esta vez ganaremos a Ryonan y a ese puercoespín – dijo girándose de pronto hacia el pelinegro mientras le dedicaba una bella sonrisa, después salió corriendo hasta perderse en la oscuridad de la calle vacía.
Rukawa salió de su trance al verlo alejarse, intento ponerse de pie para ir tras Hanamichi pero una fuerza desconocida lo mantuvo unido al columpio, al voltear se dio cuenta de que ya no estaba solo, en el asiento que antes ocupara Sakuragi se encontraba Tomoe
- Hasta aquí puedes llegar Kaede, mas allá sería demasiado –
- ¿Realmente he cambiado algo Tomoe? – aquello le había parecido tan breve como un suspiro
- Pero que dices, no has visto esa sonrisa creo que si has cambiado algo no crees? –
- Pero será suficiente? – se sentía un inútil
- Ya te lo dije antes, pequeños detalles que parecen sin importancia pueden hacer una gran diferencia, además no estás feliz de haber podido ver esa sonrisa y de poder saber la razón de sus lágrimas? – concluyo
Rukawa solo pudo asentir aquello había sido maravilloso
- Será mejor que te prepares Kaede, todavía queda un largo camino por delante –
- ¿Dónde vamos esta vez Tomoe?
- Vamos a ver el mar Kaede