Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

ciel phanthomhive in a little trouble por nofynoky

[Reviews - 369]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

kyaaa! hasta yo me emocioné escribiendolo!! >.< bueno pasen y lean! ojalá les guste... y no me odien por este capi... 

Sebastian se detuvo frente a ese otro demonio… su amo definitivamente no se encontraba ahí… lo habían engañado tan fácilmente… soltó una maldición por lo bajo. Justo después de él llegó Claude a su lado. Cayó en la cuenta de que quien se encontraba frente a él no era un demonio… era un shinigami (era un dios de la muerte).

-          ¿Para qué me trajiste aquí? – pregunto Sebastian con rabia contenida, estaba enojado por no tener idea en dónde se hallaba su amo y no estaba para jueguecitos.

-          Eeh? – el shinigami era completamente rojo, se volteó al escuchar la voz a su espalda con genuina confusión. – yo no te traje aquí… pero no me importaría divertirme contigo. – le contestó al ver a Sebastian, guiñándole un ojo al demonio.

Sebastian hizo una mueca de asco y luego volvió a hablar. – no estoy para juegos estúpidos… ¿Dónde se encuentra ciel? – su voz se volvía cada vez más enfurecida.

-          No tengo idea quién sea ese tal Ciel, pero… aah espera! Ya sé quién es… ¿no es acaso el mismo conde Phanthomhive? – respondió el shinigami en un tono burlón.

-          ¿Por qué sabes de él? – preguntó Sebastian un poco alterado… generalmente cuando un dios de la muerte sabía el nombre de un humanos era porque… porque venía a buscar su alma…

-          Pues… no venía a buscarlo específicamente a él, pero – dijo arrastrando las palabras. – creo que a la humana a quien “contraté” se le ha ocurrido asesinarlo… - dijo tranquilamente.

-          No permitiré que eso suceda… - contestó Sebastian a la defensiva.

-          Mmm… ¿por qué no te quedas conmigo? Yo podría remplazar a ese humano… - dijo la última palabra con desprecio.

Claude sólo parecía observar, no decía ni movía un dedo. Estaba convencido de que había algo más que sólo un shinigami haciendo de las suyas por aquí… definitivamente no era él quien manipulaba sus poderes demoniacos. Aunque no le molestaría algo de pelea… como método de relajación.

 

/////////////////////////////////

 

Alois se encontraba frente a una mujer vestida de rojo… su ropa no sólo era de ese color, sino que también estaba completamente ensangrentada… ella era la asesina que buscaban y estaba justo en frente suyo.

-          No es por ti por quien vengo niño… - dijo con una mueca desagradable en sus labios.

-          Si ha venido por Ciel entonces tendrá que pasar por encima de mí primero.

-          Mmm? Ya veo… - dijo en un tono bajo, como si hablara consigo misma. -  entonces creo que no me haré problema… pensaba dejarte con vida, pero es una látima que una carita tan bonita se desperdicie de esa manera… - dijo acercándose y tomando entre una de sus manos el mentón de Alois, que de inmediato se zafó bruscamente.

Sacó un objeto de entre sus ropas, era un cuchillo de un filo impresionante que brilló a la luz de la luna. Ella se dedicó a observarlo como si fuera lo más hermoso que había visto y sin previo aviso intentó atravesar el estómago de Alois de un golpe. Éste lo detuvo a tiempo y desvió su brazo hacia un lado, golpeándola hábilmente en el estómago, se curvó y trastabilló unos pasos para luego lanzarse en seguida en dirección a Alois. Nuevamente logró esquivar su ataque hábilmente y asestar un nuevo golpe.

-          ¡Déjalo en paz! Dijiste que la cosa era conmigo… pues aquí estoy, él no tiene nada que ver. – ciel se había recuperado de su impacto y hablaba en un tono decidido y desafiante.

-          Ciel… - Alois pronunció su nombre al darse cuenta de que había reaccionado, un sentimiento de alegría lo llenó de repente. Aprovechando la distracción, Madam Red le clavó el cuchillo a un costado. Alois se arqueó bruscamente, vomitando un montón de sangre. Seguido a esto, volvió a sacar el cuchillo de su interior, provocando un agudo dolor en Alois, quien dio un alarido.

-          ¡¡¡Alois!!! – Ciel gritó fuertemente al momento de percatarse de lo que había sucedido.

Sin ninguna piedad, Madam Red lo pateó suficientemente fuerte como para hacer que chocara con un golpe sordo contra la otra pared. Alois resbaló por ella, ya sin fuerzas. Su visión se volvía borrosa por momentos y su respiración era entrecortada. Se presionó la herida del estómago pero salía demasiada sangre como para detener la hemorragia.

Sentía que Ciel le gritaba cosas que no alcanzaba a distinguir, pero se sentía bien…  su voz era aterciopelada a pesar de la desesperación que había en ella, era como una caricia, nada se sentía real. Una sonrisa surcó sus labios, se sentía liviano como si flotara… al menos había intentado defender a Ciel… se dejó caer y envolver por una oscuridad absoluta, las voces se escuchaban lejanas y poco a poco escuchó cómo se desvanecían hasta que ya no escuchó nada… nada en absoluto.

Ciel le gritaba desesperadamente, sólo podía observar cómo Alois se desvanecía frente a sus ojos, sin poder hacer nada. Esquivaba los ataques de su tía como podía mientras intentaba mantener despierto y consciente a Alois desde la distancia… fue inútil. Un charco de sangre lo rodeaba… ¿cómo podía tener tanta sangre?

-          ¡¡¡Alois!!! No te rindas!... – Ciel seguía gritando pero su amigo parecía ya no escucharle… - eres un maldito cobarde! No puedes dejarme luchando solo aquí! – sus gritos se volvían más y más desesperados, exigían la atención de su amigo, pero ya no estaba con él.

-          Es inútil, Ciel. – decía Madam Red con una sonrisa de suficiencia en el rostro.

De un momento a otro Ciel perdió la concentración y fue acorralado contra la pared por Madam Red. Sentía la garganta rasposa y su respiración era agitada y fuerte. Tenía la daga contra su cuello, el frío del filo le erizaba la piel.

-          ¿en qué momento?... – se sorprendió a sí mismo preguntando con una voz más segura de lo que hubiera esperado. – ¿en qué momento planeaste todo esto? –

-          No tengo porqué responder a tu pregunta… sólo te diré que siempre supe que debías morir, maldito y asqueroso bastardo.

Echó hacia atrás su brazo, sólo para darle impulso al cuchillo y clavarlo fuertemente en el cuello de Ciel.

Cerró los ojos fuertemente, esperando el dolor de la perforación, al menos había elegido un punto en el que sería una muerte rápida. Esperó por él, pero no llegó y a cambio escuchó a su tía maldecir. Abrió los ojos y se encontró con la mirada de Sebastian. Una sonrisa de alivio se posó en sus labios, Sebastian siempre estaría ahí…

De un empujón mandó a Madam Red lejos. Sebastian se volteó hacia Ciel, que le devolvió  una mirada de determinación.

-          Sabes lo que debes hacer y no me arrepentiré de ello. – dijo Ciel respondiendo a esa pregunta que su mayordomo le había formulado sin palabras. Éste asintió y se encaró a la mujer que había estado a punto de asesinar a la persona más importante que había tenido en toda su existencia. Un simple humano lo había domesticado.

Sebastian se acercó a paso lento hacia esa mujer que se había convertido en un ser repudiado por él. Al ver a Sebastian acercándose con un aura que le provocó un puro terror, comenzó a balbucear cosas ininteligibles con una mirada tan aterrada que no parecía ver nada en realidad, se arrastró como pudo hacia atrás.

Ciel desvió la mirada, sabía lo que vendría a continuación y a pesar de que era lo correcto no podía evitar que le doliera, aunque jamás lo demostraría. De pronto le vino a la mente la imagen de Alois desvaneciéndose poco a poco.

-          ¡Alois! – gritó de pronto y corrió hacia donde se encontraba el otro chico, estaba inerte en el suelo, con la mitad del cuerpo apoyado contra la pared y rodeado de una sustancia rojo oscuro.

Se acercó a él, ignorando los alaridos y súplicas emitidos por la mujer que alguna vez había sido su único pariente. Se inclinó para tomar entre sus brazos su cuerpo, estaba pálido y tenía los labios de un color morado que no daba muchas esperanzas.

Intentó despertarle por todos los medios, se quitó la camisa lo más rápido que pudo y presionó la herida en su estómago, no le sorprendía que se hubiera desmayado tan rápidamente, no dejaba de salir sangre a borbotones. Rápidamente la camisa se manchó de rojo y Ciel aumentó la presión.

-          No, no, no… Alois tienes que resistir. – repetía Ciel una y otra vez.

No hallaba qué hacer, Sebastian aún estaba ocupado y Claude… ¡Claude! Él podría ayudarle a salvarlo, sólo debía encontrarlo.

-          Ciel… - era una voz muy tenue y débil, Alois había logrado recuperar la consciencia pero no parecía poder enfocar nada en especial.

-          A… aquí estoy. No hables más, iré por ayuda… sólo presiona aquí lo mejor que puedas, prometo no demorarme. – dijo Ciel tembloroso, en ese momento le parecía tan frágil que podría romperse en cualquier momento… tenía una sensación de irrealidad, hace sólo un par de horas había estado hablando con Alois y en ese momento parecía tan diferente a como se encontraba ahora. Todo era su culpa y eso lo enfurecía por dentro… si tan sólo se hubiera mantenido callado y lo hubiera ayudado de inmediato, probablemente no estaría en aquella situación.

Alois le tomó de la muñeca con un agarre tan débil que bien podría no haberse dado cuenta, pero ese contacto fue suficiente para sacar a Ciel de sus pensamientos y volverlo a la realidad.

-          No te culpes… - le dijo Alois sin más, su voz era apenas un susurro, era como si le hubiera leído el pensamiento. – fue divertido… - tose sangre. – estar contigo estos días… - su voz era cada vez más débil.

-          No te atrevas a despedirte de mí ahora, maldito idiota. – Ciel no podía aceptar que se estuviera despidiendo de él. Alois le respondió con una sonrisa apenas perceptible, Ciel se acercó a su rostro sin pensar lo que hacía… su mente no era de gran ayuda en ese momento y decidió ignorarla por un momento. Sus caras estaban a unos escasos centímetros, Ciel repasó con la mirada ese rostro que tan hermoso le parecía… sí, ya lo aceptaba, su amigo era hermoso… pero se encontraba tan débil y pálido. Posó un casto beso sobre sus labios, estaban fríos. Unas pequeñas lágrimas osadas, recorrieron sus mejillas e hicieron que su beso supiera salado y amargo a la vez. Se retiró de inmediato para ver sus ojos celestes cerrarse poco a poco.

Volvió a perder el conocimiento, su respiración era entrecortada y dificultosa, sus latidos eran apenas perceptibles, tanto que por un momento terrorífico, Ciel creyó que se había ido.

Sin perder más tiempo, se levantó y a toda velocidad fue a buscar a Claude, no le costó encontrarlo. Estaba luchando contra un tipo de cabello largo y rojo, llevaba una guadaña que movía con gran agilidad.

-          ¡Grell! Ayúdame ahora! – se escuchó un grito desde donde venía Ciel, era Madam Red que aún resistía los feroces ataques de Sebastian.

-          Hmp… ya está molestando… creo que está perdida… se acabó el juego por hoy,! nos vemos guapo! – dijo el sujeto con unos dientes afilados y una mirada cruel, antes de desaparecer en la oscuridad.

Claude se estiró elegantemente las arrugas de la ropa y miró a Ciel con ojos indiferentes, éste corrió hasta llegar a él.

-          ¡Claude ayúdame! Alois está herido gravemente, ¡debemos salvarlo! – dijo Ciel desesperadamente. Claude le dedicó la misma mirada a cada momento y se quedó parado ahí sin moverse. - ¡¿qué esperas?! Debemos hacerlo rápido. – Ciel volvió a hablar cada vez más alterado, Claude no parecía entenderle.

-          Ése ya no es mi problema… - dijo con una voz cruel, Ciel no podía creerlo.

Ciel  había venido a por su ayuda, pero realmente no estaba dispuesto a hacer nada por salvar la vida de ese mocoso, ya se había decidido que ésta era la mejor oportunidad para deshacerse de él. Tal vez incluso alcanzaría a comerse su alma en el momento de su muerte. Todo iba de acuerdo al plan, de hecho había resultado incluso mejor de lo planeado.

Miró fríamente a Ciel quien lo observaba con genuina confusión y desesperación. No pudo evitar una pequeña sonrisa de desprecio, era patético… había llegado a pensar que ese niño era el alma más apetitosa y que Sebastian había encontrado el alma perfecta. Era indiferente, frío, nunca demostraba sentimientos banales… y sin embargo había caído muy bajo ante sus ojos, ¿es que ese mocoso Alois era capaz de arruinar todo lo que tenía un mínimo de grandeza?

De pronto sintió una presencia demasiado cerca, era la misma sensación que había sentido todo ese rato, pero esta vez estaba concentrada en un solo punto… y venía de la dirección por la que Ciel había aparecido…

 

////////////////////////////////////

 

Sebastian acababa de terminar con su trabajo, se había resistido bastante bien, por supuesto que no era ningún inconveniente para él, pero deseaba hacerlo lento únicamente para hacer su agonía más larga. En ningún momento se percató de lo que sucedía con el rubio y su amo… probablemente porque sus sentidos demoniacos se hallaban notablemente reducidos y estaba enfrascado en su venganza por intentar herir a su niño.

Se sacudió las ropas, el trabajo había sido hecho satisfactoriamente, pero algo le heló la sangre de repente. Sin previo aviso, esa presencia que lo había molestado todo ese tiempo, se había aparecido a sus espaldas… todo ese poder de supresión concentrado detrás de él. Por primera vez en su vida sintió que su existencia se veía amenazada por algo superior a él.

Se volteó de inmediato y se encontró con que una especie de demonio se encontraba acuclillado sobre un bulto, sólo a unos metros de él. Expedía un aura inhumana y sanguinaria. A los pocos segundos Ciel y Claude aparecieron por el otro extremo, quedando petrificados ante esa criatura.

La expresión de Ciel era de terror puro, sin embargo se lanzó contra esa criatura sin pensarlo dos veces…

-          ¡Ciel! ¡detente! – gritó Sebastian, pero ya era tarde y probablemente inútil. Ciel ya se abalanzaba contra la terrorífica criatura.

/////////////////////////////////////////////

 

Claude chasqueó la lengua como si de pronto se hubiera percatado de algo importante y se echó a correr en la dirección por la que había llegado. Lo siguió inmediatamente, pero al llegar a donde se encontraba Sebastian y Alois quedó completamente paralizado. Frente a sus ojos se encontraba un monstruo de dientes filudos y grandes, sus ojos eran como dos cuencas oscuras y llenas de maldad. Tenía la piel arrugada y garras enormes, estaba en una postura que le daba un aire de mayor crueldad.

Sus ojos se posaron sobre lo que se encontraba a los pies de esa repugnante criatura y el terror subió desde los pies hasta su nuca. Alois estaba recostado en la misma posición que lo había dejado, estaba aún más pálido y su pecho ya no se movía, estaba completamente quieto y no parecía respirar de ninguna forma.

El horrible monstruo hizo ademán de tomar al chico y Ciel, sin pensar en nada más que sacar el cuerpo de su amigo de ahí, se abalanzó con todo para evitar que esa cosa se lo llevara. Pero ya lo tenía entre sus brazos, saltó hacia él para arrebatárselo de una vez por todas. Estiró los brazos hacia él, mientras gritaba con todas sus fuerzas, escuchó que alguien le gritaba algo, pero ya nada importaba, el cuerpo de Alois se encontraba en los brazos de algo repugnante y debía evitarlo a como dé lugar. Iba en el aire, se acercaba más y más a cada milésima de segundo, alcanzó a ver una sonrisa arrogante y burlona, que era más que desagradable, por parte del demonio. Y justo en ese momento alzó el vuelo, zafándose por los pelos de Ciel… se lo habían llevado.

  

Notas finales:

T.T solo pido que no me oiden... pero esperen al proximo capitulo para ver que sucede... aviso de antemano que me iré de vacaciones, asi que prbablemente no actualice por lo menos como en una semana pero intentaré subir el siguiente capi antes de irme... nos vemos y muchos besos a todos! :D

RECUERDEN DEJAR REVIEWS!!! :D


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).