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Protectores Celestiales por Anle Ruma

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Notas del capitulo:

Aqui un nuevo capitulo, espero que les guste.

Después de caminar por días, Joey llego a una área rocosa, donde la luz no entraba, ahí pudo apreciar a varias personas que lo miraban de forma muy poco agradable.

—Ya estamos aquí ¿Dónde lo ponemos?—interrogo uno de los encapuchados.

—Sígueme Chacal

 

El tal chacal empujo a Joey, para que caminara hasta una especie de mazmorra, cuya única luz era una antorcha.

—Estarás aquí, hasta que el amo venga verte

Exclamo para desaparecer, Joey miro  la mazmorra y noto que era imposible escapar, se sentó bajo la antorcha y saco, la pluma que había encontrado cerca del árbol, la acaricio si con esa simple acción pudiera calmarse.

Hasta ahora no se habían percatado de que no llevaba al dragón, este se hallaba a salvo, con Kaiba, suspiro le hubiera gustado decirle la verdad a alguno de sus amigos, pero no podía permitirse dañarlos, además de que estaba seguro que de una u otra forma terminaría muerto.

De nuevo un suspiro salió de sus labios.

— ¿A que viene ese suspiro Jono?—interrogo un hombre de mirada gris fría.

Al verlo Joey se levanto para verlo, enfrentarse a el sin miedo, noto como aquel extraño hombre lo miraba con ojos de lujuria y estaba seguro que lo desvestía con su mirada, aquello le erizaba la piel pero no iba a demostrar que tenia miedo, sino todo lo contrario, iba a demostrar que era valiente.

—Veo que no me temes, pero no importa, aprenderás a hacerlo—exclamo acercándose a él y estar a centímetro del chico, lo miro fijamente, había notado como Joey sujetaba fuertemente algo en uno de sus bolsillos, en aquel bolsillo sintió nada mas ni nada menos que la esencia de ojos rojos, por lo que sonrió, así que sin que este se diera cuenta ya tenia su mano sujeta y la había sacado con velocidad.

Los ojos grises que habían demostrado victoria, ahora eran rojos de furia, la esencia del dragón negro exista, pero no de la forma que el esperaba, no estaba la carta que aprisionaba a aquella magnifica criatura, sino que había una ampolleta de sangre.

— ¿Dónde esta ojos rojos?

—No lo se—respondió con desafío Joey

—Te lo voy a preguntar una vez Jono ¿Dónde esta el dragón?

—Ya se lo dije no lo se y aunque lo s supiera no se lo diría

Aquello provoco mas furia en el hombre, que le volteo una cachetada a Joey rompiéndole la boca.

—Dejare que esta noche pienses en tu respuesta, mañana vendré por ella y espero que sea la que deseo escuchar.

Con esas palabras salió, Joey se incorporo y se limpio la sangre, después miro la puerta por donde había salido el hombre de mirada gris

—Nunca te lo diré.

 

 

Al día siguiente Joey recibió otra cachetada, debido a ver dicho que no sabia donde estaba el dragón, además de que no le darían de comer hasta que hablara.

Estaba dormido con la pluma en la mano cuando olio algo, era el aroma de una manzana, al abrir los ojos se hallo con la manzana y un poco de agua fresca, que comió con gusto, después de comer la poca comida que alguien le había dejado suspiro.

—Aunque sé que no es posible me gustaría que mis amigos estuvieran aquí o incluso mis monstruos—murmuro a la nada

*Tal vez ellos no están aquí, pero yo si*exclamo una voz.

En cuanto Joey alzo la vista se hallo con un joven de ojos verdes, cabellos rojos largo hasta los hombros y vestido con una túnica blanca con adornos dorados

— ¿Quién eres?

*Mi nombre es Akira y soy tu ángel guardián*

A pesar de la sorpresa, Joey abrazo al jov3en como temiendo que este fuera una ilusión, pero al sentir su calor simplemente sonrió y lo miro agradecido

—Tu siempre has estado conmigo ¿verdad?- dijo teniendo como repuesta afirmativa un movimiento con la cabeza- ¿Por qué estoy aquí?- pregunto sintiendo la calidez como cuando estaba triste- ellos digieran que era por Jono pero no entiendo que hizo

*Es un poco complicado Joey, pero te contare todo desde el principio y quiero decirte que no es con Jono quien inicia sino con tu amigo, el dragón que cuida en estos momentos Seto Kaiba

En Egipto se alzaban dos clanes de dragones muy poderosos, los dragones blancos de ojos azules y los dragones negros de ojos rojos, ambos clanes eran especiales. Pero había un secreto en los ojos rojos, se decía que cuando estos enfurecían le daban a su dueño el poder suficiente para gobernar al mundo, pero esto solo podía suceder, siempre y cuando, el dragón estuviera solo y su dueño fuera cruel. Una secta supo de eso y quiso tener aquel poder.

El clan de los ojos rojos de aquel entonces constaba de cien miembros, la secta que buscaba el poder de los ojos rojos mato a todos los miembros del clan, dejando solo a un cachorro, mataron a sus padres frente a sus ojos.

El cachorro vio el horro de aquellos humanos y les tuvo miedo, fue llevado de su terreno a una área donde la luz no había, era golpeado y mal alimentado, con tal de que conociera la furia, pero en el aquel sentimiento no nacía, nacía la soledad y el dolor, pero sobre todo nacía el deseo de la muerte.

Así fue criado, deseando que en cada golpiza el ser supremo tuvieran misericordia de él y lo llevara donde su familia, pero nunca sucedió.

Un día un joven de palacio, cabalgaba por el desierto, cuando vio como tres hombres golpeaban a un dragón que nunca había visto, se acercó y con lo que había aprendido en palacio logro alejar aquellos hombres.

Ese joven era Jono, quien al ver al dragón herido curo, hizo acopio de todo su poder de convencimiento para que aquella criatura se moviera y pudiera llevarla a un  oasis donde le curo las heridas.

Ojos rojos estaba confundido nunca había sentido aquella calidez de los humanos.

Las heridas eran graves, así que Jono tenía que ir a revisarlas cada día, después de una discusión con el sacerdote Seth y con el faraón Yami, debido a su inconciencia decidieron acompañarlo a ver al dragón, al descubrir de quien se trataba se turnaron para cuidarlo, pero quien mayor tiempo se quedaba con él era Jono.

Poco a poco el dragón se recupero y consintió que su dueño fuera Jono, así se le podía ver cerca de él o en compañía de los dragones blancos, del mago oscuro o de otros monstruos de duelo del castillo, así como también era cuidado por el faraón y Seth.

El dragón había encontrado una nueva familia gracias a Jono-

La secta al saber que ojos rojos había escogido un dueño noble, enfurecieron y decidieron enjuiciar a Jono por haberse involucrado en sus planes y arrebatarles su fuente de poder.

 Pero ellos no esperaban que unos bandidos atacaran a Jono y este muriera por culpa de la paliza que le dieron.

Así han esperado por milenios a la rencarnación de Jono para que el juicio se de y puedan recuperar lo que creen que por derecho les pertenece.

Y esa es la historia* termino el joven mirando a Joey

—Que crueles, nunca les entregare a ojos rojos—exclamo para después calmarse y ver a su nuevo amigo—oye Akira, ¿Cuándo me enjuiciaran?

*No lo harán, necesitan a ojos rojos y tardaran en encontrarlo, se lo dejaste a alguien que sabe guardar secretos, además solo debo esperar el momento adecuado para que podamos escapar, por lo tanto no habrá juicio*

—Gracias a Akira

*No me agradezcas es mi deber*

— ¿Sabes como están mis amigo?

*No, no lo se, lo siento*

—No te preocupes no hay problema—respondió y después dio un gran bostezo señal de que estaba agotado— ¿te quedaras a velar mi sueño?

*Si, descansa Joey, veraz que mañana todo estará bien*

 

 

Mientras en una cueva cercana.

— ¡Creyeron que traía a ojos rojos solo por esto!— grito el hombre mostrándoles la ampolleta con la sangre—¡son unos idiotas, quiero al dragón negro de ojos rojos, búsquenlo, vallan a su casa y traigan su baraja ahora¡

Los hombres asintieron para después desaparecer, dejando al ser de ojos grises solo.

—Te crees muy listo mi querido Jono, pero no lo eres, me entregaras a ojos rojos y así obtendré su podre, además de que obtendré el tuyo—murmuro mientras miraba la entrada de la mazmorra—te vez delicioso Jono, muy delicioso, te convenceré de que te nos unas, así no tendré que eliminarte y podre tener tu cuerpo cada vez que me complazca. Pero antes debo averiguar cual es tu punto débil.

 

Akira vigilaba la entrada de la mazmorra, sabia que no debía mostrarse por que pondría en peligro a Joey, así que se mantenía un perfil bajo, pero eso no evitaba que hiciera algunos de sus deberes, como por ejemplo velar por el sueño de su protegido.

 

 

 

Mientras en el reino de las sombras, el grito de la muerte se hallaba, aquel grito que temían todos los monstruos.

Muchos morían, pero siempre regresaban como zombies, decían que lo que había del otro lado era algo aterrorizante, algo que no le deseaban a nadie.

Pero había un monstruo que deseaba la muerte, ya que creía que así sus seres queridos estarían a salvo.

Ojos rojos desde que era un cachorro deseaba su muerte, pero esta siempre le era negada, pero le arrebataba a alguien que él quería.

Sus padres y compañeros, Jono y ahora Joey.

La felicidad no era para el, así que por eso siempre suplicaba por la muerte, había dejado de hacerlo a conocer a Joey, pero al ver que lo había puesto en peligro volvió a suplicar por ella, que lo llevara a él y que regresara sano y salvo a su querido amo.

Ojos rojos te traje comida—exclamo un dragón blanco

No gracias

Debes comer algo, tener fuerzas

Deseo morir Azul, así que por favor déjame hacerlo en paz.

Tu amo no le agradaría que hablaras así Ojos rojos, debes dejar de desear la muerte no te hace bien a ninguno

 

 

Notas finales:

Espero que les halla gustado, hasta la proxima.

Comentarios, sugerencias, reclamos y demas son bienvenidos.

Gracias por leerme.


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