Los niños vecinos de los Kaiba, siempre han dicho que ven dos ángeles en aquella casa, en estos momentos si un niño completamente puro, observa la casa de los Kaiba, vera a un ángel de cabello azul, quien parecía meditar.
Este ángel es uno de los dos habitantes de la casa, su protegido es Seto Kaiba, su nombre es Shin y su deber ha sido consolarlo mientras esta triste, él fue quien ayudo de una u otra forma sobrellevar la situación con Gozaburo Kaiba, evitando que perdiera por completo su corazón.
Nunca ha olvidado su responsabilidad, solo una vez estuvo a punto de separarse, pero recapacito a tiempo, antes de dejar a Seto en completa oscuridad.
Un suspiro salió de sus labios, le habían dado la orden de presentarse a Seto Kaiba, eso significaba que este lo vería y escuchara e incluso hablarían juntos.
Muchos ángeles como su compañero desean hacer eso, pero él es realista y sabe perfectamente que Seto Kaiba ya no creen en muchas cosas y los ángeles son una de esas cosas.
Después de meditar mucho salió para entrar a la habitación de Seto y esperarlo, debido a la orden se había dado el lujo de estar lejos para pensar y no tener que escuchar a su protegido quejándose por los ineptos que trabajaban con el.
Además su humor era mucho peor que el de las veces anteriores.
Una pequeña sonrisa apareció, el, sabia que su humor había cambiado debido a la actitud del perro Wheleer, el joven que siempre peleaba después del lunes no lo hizo y su último encuentro resulto ser una despedida.
Sabia que Seto nunca confirmaría a nadie lo que sentía por el cachorro como gustaba llamarle el a Joey, pero tal vez, y esperaba equivocarse, no haberle dicho lo que sentía seria algo que cargaría por toda su vida, si el chico no aparecía.
La sonrisa que se había mantenido en sus labios desapareció y pensó en aquel joven y su ángel, quien era su mejor amigo, por lo que el Señor le había dicho toda esperanza para ellos estaba en los hombros de Seto, eso no era buena señal.
Se dejo caer en la cama mientras miraba el cajón del buro, ahí se hallaba ojos rojos, y aunque nunca había estado en el reino de las sombras, podía sentir una inmensa tristeza en aquella carta, aquella magnifica criatura estaba sufriendo.
Cerro los ojos pensando en como hacer que Seto Kaiba creyera en el y así formar de alguna forma una amistad con su protegido.
Unas horas después la puerta se abría para dejar pasar al dueño de aquella habitación, Shin se incorporo para ver a su protegido, entrar y dirigirse al baño, donde tomaría una ducha para relajarse, después de aquello podría abordarlo, aunque aun no sabia como.
Minutos después Seto aprecio secándose el cabello, solo con los pantalones del pijama, mientras se sentaba en su cama y abría el cajón de su buro.
Aquello se había vuelto un ritual, abría la caja esperando no ver la carta y saber que todo lo vivido aquel día era un sueño, del que pronto despertaría, o ese era su deseo inconsciente.
—Otro día donde los ineptos intentan quitarme mi empresa, además de que el estúpido perro no se ha comunicado, ni el ni sus secuestradores, si es que en verdad existen.
Desde que era niño tendía a decir un resumen de su vida, como si alguien lo escuchara y le diera palabras de apoyo, no sabia el por que lo hacia.
*Bueno eso nunca sucedería, nunca lograría quitarte tu empresa eres muy astuto para que ellos lo logren*
—En eso tienes razón, pero ¿y Wheleer?
*El esta bien, tal vez por causas mayores no se puede comunicar, y sus secuestradores, como los llamas, no quieran comunicarse, pero esta bien, es protegido*
— ¿_Protegido? ¿Por quien? Tengo a ojos rojos conmigo, y Yugi y el faraón tienen al mago del tiempo ¿Quién lo protege?
*Alguien lo protege, no te puedo decir quien es, pero esta siendo protegido*
—Ese Wheleer, solo hace preocuparnos—murmuro mas para si que para su invitado—Jajaja me estoy volviendo loco, estoy hablando solo
Exclamo tapándose los ojos y mantener una sonrisa en su rostro, de pronto sintió como alguien le acariciaba el cabello, como cuando era pequeño y lloraba en silencio para evitar los castigos de su padrastro, pero esta vez fue diferente pudo sentir la mano de quien la acariciaba, separo su mano de sus ojos y se incorporo.
Ahí sentado en la cama y con una sonrisa se hallaba un joven, vestido con una túnica de color azul con franjas blancas.
— ¿Quién demonios eres? ¿Como entraste?
*Primero, no digas demonios enfrente de mi, ya estaba aquí cuando llegaste, conmigo has estado hablando y mi nombre es Shin tu ángel guardián*
—Si claro y yo soy el rey de roma—respondió de forma irónica Seto y Shin solo sonrió— ¿y bien me vas a responder?
*Ya te respondí*
— ¿En verdad quieres que te crea?
*Bien, creo que te mostrare algo*
Shin se levanto y saco sus plumas, haciendo que Seto se sorprendiera pero no lo demostrara, se acercó y tomo una de las manos de Seto y la puso en su ala, para que viera que era real, después de hacer eso, tomo una esfera de energía blanca y la lanzo a la habitación.
Lo que fuera la habitación del gran Seto Kaiba, ya no se hallaba sino un hermoso paisaje, el paisaje que Seto utilizaba para distraerse una laguna en medio de un prado.
*Y eso no es todo lo que puedo hacer*
Las cartas de los dragones aparecieron, para después brillar y estar, sorprendido, en aquella imagen.
*Puedes tocarlos, son tan reales como tu*
Seto no supo por que pero lo hizo, toco a los tres dragones y noto su calidez, después como un niño pequeño acaricio a los dragones, después vio al dragón negro, parecía triste, distante, como si supiera que no debía estar ahí.
Se separo de sus propios dragones para acercarse a él y regalarle la misma caricia.
Miraba como Seto acariciaba a sus dragones, sabia que aquel joven de ojos azules nunca le regalaría una caricia; Joey lo había acariciado la ultima vez que estuvieron juntos, quería a su dueño de regreso, quería a Joey con el, cerro los ojos con dolor y después sintió una calidez, abrió los ojos para hallarse con los ojos se Seto mirándolo, pero había algo extraño, era como si lo apoyara, como si el también sufriera por la ausencia de Joey.
— ¿Dónde esta Wheleer?
*No lo se, no he tenido esa información*
—Eres igual y a la vez diferente al humano que estaba con Joey, creo que ni Tiempo, ni Joey podían verle, al final de nuestra conversación yo lo logre ver, era como si me digiera que no me preocupara
Seto estaba sorprendido, no se imagino que el dragón hablara, pero mas a la información dada
—Wheleer hablo contigo ¿de que hablo?—interrogo y el dragón lo miro había metido la pata y en grande—contesta
*No lo obligues Seto, el y Tiempo tienen un juramento, no pueden decir nada de su entrevista con Joey*
— ¿Cómo lo sabes?
*Es fácil de ver para mi, ojos rojos ¿hiciste el juramento?
—Si, creo que al amo supo nuestras intenciones y nos hizo jurar no decir nada
*Ahora ¿me crees?*
—si, te creo
Shin alzo una ceja, había sido muy rápido para aceptarlo, suspiro, tal vez lo halla aceptado, pero no aceptaría lo siguiente y que no le gustaría al dragón escuchar aquello
*Seto, no se donde esta Joey, pero si sé que esta en peligro, en un peligro de muerte y tu eres el único que puede salvarlo*
Los cuatro dragones y Seto lo miraron, ¿Qué quería decir con aquellas palabras? Ojos rojos bajo la mirada, sus sospechas eran ciertos, su querido dueño esta en peligro por su culpa.
— ¿Y por qué debo salvar al perro?
*Por lo que sientes por el, solo por es*
— ¿Por lo que siento? ¿Te refieres al desprecio que siento por ese duelista de quinta?
*Si así lo quieres llamar, si, pero otros lo llaman amor, el sentimiento mas puro que puede existir en el mundo*
—Tú, estas loco
*No lo estoy, te digo lo que hay en tu corazón Seto*
—Claro
*Eres terco con ganas, no por nada eres el dueño de estos magníficos dragones, pero eso no quita que seas terco, como sea, vendrán algunas pruebas para ti en las cuales te demostraran que en verdad amas a Joey”
Seto miro de forma fija a su ángel, él no amaba al cachorro, pero antes de hablar uno de los ojiazul hablo
—Ojos rojos, dijiste que este humano se parecía a alguien que estaba cerca de Joey ¿es cierto?
—Si, así es, sus ojos eran de color diferente al igual que su cabello, pero la esencia era similar
—Wheleer ¿tiene un ángel?
*Todos los amigos de Joey tienen ángeles*
—Yo no soy amigo de el
*Pero tienes estos dragones, con eso es suficiente para que tengas un guardián, eres poderoso Seto*
—Antes que nada llámame Kaiba y ¿Mokuba?
*La respuesta a tu pregunta es ii, Mokuba tiene a uno de mis compañeros, no se si puedas verlos, pero por lo menos a mi si me veras y me escucharas, tranquilo estaré aquí para ayudarte y no te llamare Kaiba, te llamare Seto; ya es tarde es mejor que regresemos*
Después de aquellas palabras Seto despertó y se hallo en su cama, acostado y junto a el las cuatro cartas
—Que sueño mas raro, un ángel que se dice mi guardián, de nombre Shin, si como no
*Buenos días Seto, ¿descansaste?*
Seto miro a su lado y vio al joven recostado en la ventana
— ¿Cómo?
*Pues simplemente pasamos toda una noche hablando y para ti fue como soñar, es simple ¿no?*
Dijo con una sonrisa, después miro a la puerta
— ¿Qué sucede?
*Shhh, ignórame*
En ese instante la puerta se abrió dejando pasar a dos jóvenes, uno era Mokuba, pero el otro no lo conocía, era un joven de cabello negro hasta los hombre, y por su forma de vestir era nada mas ni nada menos que el ángel de su hermano.
—Buenos días Seto, ¿Qué tal dormiste?
—Bien Mokuba, ¿pasa algo?
—Nada, solo quería saber si podemos disponer de los dos detectives que tenemos a nuestro servicio
*Ayer sentí tú poder ampliarse ¿paso algo Shin?*
*Nada de que preocuparnos, solo un sueño tranquilo, nada mas*
*Moki esta preocupado por Joey*
*Trata de consolarlo, sabes que Joey esta bien cuidado*
*Si pero eso no evita que me preocupe por Akira y Joey*
*Tranquilo Ran, ellos están bien, si algo malo les llegara a pasar seriamos los primeros en enterarnos, todo va estar bien*
— ¿Hermano?—interrogo al ver como su hermano no le prestaba atención sino a la ventana
—Lo siento Moki, puedes disponer de ambos, ya veras que el perro regresara pronto, anda vete a cambiar
—Si hermano
*Nos vemos en el comedor Shin*
*Si Ran*
Así ambos chicos dejaron solo a aquellos
*Ran es el ángel de tu hermano y como habrás escuchado Akira el de Joey*
— ¿Él no les dijo que pasaba?—interrogo Seto
*No, Akira se comporto igual de extraño que Joey, esta ultima semana*
— ¿En verdad crees en lo que le dijiste a Ran?
*¿Y tu lo que le dijiste a Mokuba?* Seto se mantuvo en silencio *Así como tu tienes que guardar la esperanza para tu hermano yo debo hacerlo para Ran y para ti*
— ¿Ran es tu hermano?
*No, pero lo quiero como si lo fuera, nosotros los ángeles no tenemos familia directa, todos pueden ser nuestros hermanos o solo nuestros compañeros, debido a la relación que tu y Mokuba llevan, nos hizo pensar en como seria tener un hermano, así que después de un tiempo, de hecho Mokuba tenia tres años, Ran me pidió ser su hermano mayor y yo acepte encantado con la idea*
Seto asintió, después de guardar sus cartas en la baraja y el dragón negro en su buro, entro a darse una ducha, para relajarse.
Shin solo sonrió, parecía que Seto lo había aceptado, aunque le parecía fácilmente tomando en cuenta como era, pero después de evitar que el mundo quedara en ruinas era fácil esperar que creyera que alguien lo había ayudado.
Seto dejo que las gotas de agua lo relajaran, necesitaba despejarse, anoche había estado hablando con su ángel, hoy había conocido al de su hermano.
Después de cambiarse y bajar a desayunar, se dirigió a la escuela.
Al entrar al salón
— ¿Cuántos son?—interrogo Seto y Shin, lo miro para darle una sonrisa al entender a que se refería la pregunta
*Aquí veraz cuatro, mas aparte el de la hermana de Joey y los yamis *
— ¿Quiénes son?
*Espera para conocerlos, pero al igual que con tu hermano deberás ignorarme*
— ¿Por qué?
*Por que el Señor, me dio la orden de presentarme ante ti, los demás no deben saberlo, sino estaré en problemas*
—Entiendo
Minutos después aparecía Yugi, con una sonrisa triste
—Buenos días Kaiba
—Buenos días Moto
*Buenos días Shin*
*Hola Kyo, ¿Qué tal estas?*
*Preocupado, el mago del tiempo esta triste, lo puedo sentir y sé que Yugi, Yami y Kay también, pero no sé que hacer*
*Calmarte es una buena idea, Kyo, no puedes caer, Yugi te necesita, como Yami necesita a Kay*
*A pesar de haber cambiado un poco sigues siendo un gran amigo*
Seto se mantuvo callado debía hablar con su ángel respecto a ese comentario, las clases iniciaron y Seto se percato de la presencia de otros tres ángeles, junto al de Yugi y el suyo eran cinco.
Mientras simulaba prestar atención en las clases, noto como dos de los chicos del grupo feliz de Yugi, no tenían ángeles.
Por fin llego la hora del descanso, así Seto subió a la azotea donde podría hablar con mas tranquilidad con Shin.
— ¿Y bien?
*Kyo el ángel de Yugi; Zhumy ángel guardián de Ryo, Haru ángel de Malik; Eris guardiana de Tea*
— ¿Por qué el Gorila y el chico dado no tienen ángel?
*Por extraño que parezca, hay un arcángel que es nuestro líder, el protege al gorila y al chico dado, ni idea*
— ¿Y por qué no protege al faraón?
*Si lo supiera te lo diría, mi querido Seto, pero no lo se, solo lo que te he dicho *
Se mantuvieron en silencio
— ¿Quiénes son los otros?
*Kay el guardián de Yami; Ike protege al espíritu del anillo; Sakae es quien se encarga de el loco espíritu del cetro y por ultimo Kirene la guardiana de tu cuñada*
— ¿Mi cuñada?
*La hermana de Joey*
— ¿En verdad crees que el perro me gusta?
*No lo creo estoy seguro* Seto soltó un bufido ante la sonrisa sincera de Shin*Seto me comentaron que tendrías algunas pruebas, donde se vería la verdad de tus sentimientos para Joey, no sé de que se trata, solo sé que debes tener cuidado, las pruebas que mandan de allá arriba son, en algunas ocasiones, muy crueles y dolorosas*
Seto no dijo nada, la campana es y se dirigió a su salón, donde pudo ver la interacción de los ángeles con los chicos, parecía que se aburrían, pero eso no evitaba que cumplieran su misión.
Ya no quiero vivir
Seto dejo de escribir en su lap-top la escuchar la voz, Shin que estaba cerca sintió una extraña energía cerca del chico
No hay nadie que me espere, mis amigos me han olvidado
Seto sabia que conocía aquella voz, pero no lograba saber de quien se trataba, pero aquellas frases le habían dolido. Cerró los ojos intentando tranquilizarse
Todos se han olvidado de mí, ni siquiera el me recuerda, deseo que la muerte me lleve a su lado
Abrió los ojos en sorpresa, aquella era la voz del cachorro.
Por favor, llévate mi vida, por favor, ya no deseo sufrir más, ya no deseo seguir respirando.
Los ángeles habían sentido también la esencia y se acercaban a Shin, quien al ver la desesperación en los ojos de Seto había intentado acercarse, pero un extraño escudo se lo impedía. De pronto sus compañeros intentaron hacer lo mismo, pero aquel escudo les impedía acercase.
Adiós amigos, adiós mis queridos monstruos, adiós Seto.
Seto se levanto ya no estaba en el salón, estaba en un lugar donde se podían ver dos siluetas, una de ellas tomaba una extraña esfera de la otra y le miraba
~Tengo la vida de un ser humano hermoso, lastima que nadie le llore, lastima que no halla conocido el amor, lastima que el dueño de los ojos azules no se halla dado cuenta~
Seto dio un paso atrás al ver el rostro de quien hablaba era una calavera y le sonreía
~Oh, aquí estas dueño de los ojos azules, demasiado tarde, este hermoso humano ha muerto, me lo estaba rogando y como vez~ exclamo mientras mostraba la esfera ~su vida era hermosa~
— ¡Señor Kaiba!
El grito del profesor lo saco de aquel lugar, tomo sus cosas y sin perder su porte salió del aula y por consiguiente de la escuela, Shin lo siguió con una mirada preocupada, pidió un taxi y se dirigió a su mansión, donde entro ante la mirada atónita de sus sirvientes, camino hasta su jardín donde se sentó
*¿Seto?*
— ¿Cómo muere una persona?—interrogo y vio como su ángel lo miraba con confusión—me refiero a como es que la vida desaparece del cuerpo
*Una esfera, la esencia se convierte en una esfera en manos del ángel destinado para esa misión ¿Por qué?*
—Tuve una extraña visión, me parece que se trataba de Wheleer, y su muerte, al principio fue una voz que pedía por ella y después estaba justo en el momento en que sucedía, el profesor me libro de la visión
*Han comenzado tus pruebas, ¿Qué piensas?*
—No sé que pensar, es imposible que el perro me provoque algo
*Sera difícil Seto y mas por que no podre ayudarte, intente acercarme pero no pude, algo me lo impide, pero cada vez que te liberes estaré aquí para poder escucharte*
—Gracias Shin, es gracioso que no me costara mas aceptarte
*Lo mismo pienso, pero después de lo que has vivido es lógico, te has visto envuelto en el reino de las sombras, con monstruos reales, es lógico que yo sea mas fácil de entender*
— ¿Eso crees?—pregunto y vio como Shin asentía, esta noche podemos ir de nuevo a ese lugar junto a los dragones
*Con gusto*
Mientras en otra área de la ciudad, el padre de Joey, Julián, llegaba a su casa, había sido despedido debido a su falta de concentración, pero eso no le importaba, no tenía cabeza para otra cosa que no fuera su hijo, sin ánimos de hacer nada y sentirse cerca de su hijo subió a su habitación.
Al abrir la puerta se hallo con que la habitación estaba en completo caos, era como si alguien hubiera entrado a robar, lo mas extraño era que nada estaba forzado, y solo aquella habitación había sido destruida.
Miro el lugar y se percato que el dinero se hallaba en su lugar, las cosas de valor de aquel cuarto estaban, algo lo hizo acercarse al cajón donde su hijo guardaba su baraja.
La baraja no estaba, pero para sorpresa de quien viera al hombre este sonreía.
Su hijo había dicho que las únicas cartas de valor para el eran el mago del Tiempo, que tenia Yugi y Yami Moto; y el dragón negro de ojos rojos.
Suspiro debería ir a hacerle una visita a cierto joven de ojos azules.
Estaba completamente seguro que él, tenia esa carta.
Seto Kaiba tenía a ojos rojos.