Ya habia pasado meses desde que Seto comprobara que en verdad amaba aquel ser de ojos rubios, así que cada vez que podía y hablaba con él le daba ánimos, así como también a los dragones.
Estos habían mejorado consideradamente y ya tenían una gran velocidad, incluso Seto los habia probado haciendo que salieran a volar y pasar desapercibidos, la prueba fue un existo.
Los meses pasaron y el mes de diciembre llego en un parpadeo, la navidad estaba a vuelta de la esquina y la esperanza de ver a Joey era pequeña, pero aun existía.
Mientras en aquellas sombras Akira revisaba el lugar, ya habia averiguado lo que necesitaba para escapar de ahí, sabia en que momento cambiaban las guardias y cuanto duraban, además ya tenia lo mas importante. Los escondites, todos habían sido escogidos con una amplia entrada de luz, para evitar que los atraparan de forma rápida.
Pasarían por varias cuevas y oasis hasta llegar a una ciudad abandonada y odiada por los habitantes del antiguo Egipto.
Una semana paso cuando Akira creyó prudente escapar, en esos momentos habia cambio de guardia además, de que habia una reunión por lo que tenían una gran ventaja.
Así Akira entro a la celda de Joey y solo tuvo que esperar unos minutos para que el guardia se fuera, así que decidió despertar a su protegido.
*Joey despierta *dijo despacio *despierta*
-- ¿Qué pasa?-- cuestiono
* Shhh; levántate nos iremos de aquí en este momento, el guardia se ha ido es nuestra oportunidad*
Joey asintió mientras se levantaba así mientras salía, Akira le daba señales para que caminara y así pudieran salir de la oscuridad que rodeaba aquel lugar.
Uno de los guardias de Genezi, salió de la reunión para dar un recorrido, así mientras se acercaba a las celda, pudo notar una puerta abierta, por un extraño motivo corrió y mientras se acercaba pudo observar que la celda abierta era donde estaba el joven dueño de ojos rojos, solo se acercó para ver que en verdad la celda estaba vacía, en cuanto lo corrobo sonó la alarma.
--La alarma, ¡Jono escapo! ¡Tráiganlo con vida y a quien lo ayudo mátenlo!
Fue la orden que aquel ser sin corazón dio, todos los demonios que estaban bajo sus ordenes salieron buscando al joven.
Para ese momento tanto Joey como Akira estaban cerca de la salida, cuando la alarma se dio, la sorpresa provoco que se detuvieran unos minutos
--Nos descubrieron--murmuro asustado Joey
* Corre*
Fue lo único que Akira dijo y así Joey comenzó a correr.
Los seres liderados por Genezi buscaban al joven, cuando uno dio un grito que hizo que se acercaran a los límites que habia para salir de aquel lugar.
¡Ahí esta!
* ¡No te detengas, Joey, sigue corriendo!*
Fue la orden que Akira dio para su protegido, mientras conjuraba un circulo que lo protegiera de los ataques de aquellos seres le lanzaran, pero mientras el escudo se creaba una de la flechas lo rozo, Joey solo hizo un gesto de dolor, pero continuo corriendo.
Su libertad estaba cerca, vio aquella fina línea que separaba la oscuridad que lo apresaba y la luz que lo liberaba, sabie4ndo aquello corrió con más fuerzas, hasta que por fin pudo sentir el abrazante calor del sol egipcio.
Akira continuaba con el escudo mientras le indicaba donde seria la primera de las muchas paradas que harían, en aquel momento era un oasis.
Por fin se hallaban a salvo, sabían que ellos no saldrían mientras fuera de día además de que el ángel habia creado una ilusión del joven quien habia corrido en dirección contraria a la verdadera.
Cuando llegaron al oasis, Joey se dejo caer y fue entonces que Akira se percato de herida que tenía su joven protegido.
* Te hirieron*
--No es nada--;respondió con una sonrisa. Akira correspondió a la sonrisa mientras ponía una mano para curar al joven, haciendo que este le diera a conocer su duda-- ¿Cuánto estaremos aquí?
* Poco te lo prometo*
El chico simplemente asintió, ahora solo debía descansar antes de comenzar su recorrido hasta el lugar donde estarían y ahí se vería quien seria el vencedor.
Genezi o Seto y sus amigos
Noche buena por fin llego.
Aquella noche buena todos los amigos de Joey, así como su padre y hermana estaba en la misión Kaiba, esperando la navidad, pero a pesar de ser una fiesta, ninguno tenía la emoción de celebrarla.
La tristeza era palpable, que los ángeles que los protegían también lo sentían como propia, así que conjurando sus habilidades, les hicieron recordar los momentos mas felices de ellos con su rubio amigo, así la pesadez de su corazón se elimino un poco y pudieron sonreír, mientras las lagrimas caían ante aquellos recuerdos, mas la esperanza resurgió y la promesa de celebrar la próxima navidad con su amigo se dio.
Todos se desearon una feliz navidad y se la desearon a quien no estaba con ellos, para retirarse a descansar y abrir los regalos al día siguiente.
Seto entro a su habitación Shin se habia alejado indicando que tenia un regalo para el, al parecer habia logrado que le dieran un permiso especial para ver al joven que era dueño de su corazón.
Esperaba con ansias aquel encuentro, lo deseaba con su corazón, así vio a su ángel llegar, pero por la cara que tenía no eran buenas noticias.
-- ¿Shin?
*Sera imposible que lo veamos esta noche*
-- ¿Paso algo?
*Tranquilo, si ha pasado algo, pero no es malo, no para nosotros, han escapado, ahora mismo es imposible saber donde se encuentra, mas por que los están buscando*
--Entiendo--su corazón estaba dividido entre la alegría de saber a su amor libre, pero también se estrujaba al saber que todavía estaba en peligro--esperemos que estén bien
*lo están, si todo sale como Akira lo ha planeado, lo podrás ver el primero*
--eso espero Shin, eso espero mi querido amigo.
Abajo un hermoso árbol decorado esperaba a que los habitantes de aquella mansión bajaran para despojarlo de los regalos que guardaba celosamente, pero era claro que habia unos regalos que no serian abiertos para ese año, ya que el dueño de ellos no estaba en aquel lugar.