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Bloodstained Doll por carina_mew12

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Notas del capitulo:

asdasadasadasad al fin!!! capi nuevo!!! xD

por cierto, el título está inspirado en una de mis canciones favoritas de Metallica ¬w¬ se puede traducir como "maestro" o "amo" de marionetas... aunq yo prefiero traducirlo como "titiritero", jejeje

bueno, ahora sí al fic... Ayume-chan, espero q te recuperes con esto; Sayumi, no te vayas a enfadar por no seguir tus ideas tal como me las dijiste xD

Zoro-swan...  TE AMO!!!

¬w¬ nos vemos abajo....

4. Master of Puppets

Al tomar su forma humana y extender sus alas, la camisa que traía, inevitablemente, terminó rasgada. Primero pensó intimidar al muchacho por simple presencia, pero el intruso estaba más concentrado en comer que en lo que sucedía a su alrededor, por lo que tuvo que halarle del hombro hasta tener la mirada del chico posada en la suya.

- ¿mmnn?- el joven miró al rubio unos instantes, aun con la boca llena, antes de comenzar a hablar- ¡oh, eres tú!- ensanchó una gran sonrisa y siguió comiendo sin inmutarse por la falta de ropa del rubio ni las alas negras que adornaban su espalda

- ¿me conoces?

- eres el chico desnudo de esta mañana. El novio de Zoro, ¿no?

- ¿novio?- aquella palabra le perturbó un poco, incluso sintió un pequeño escalofrío… analizó la frase en su mente, inquietándose aún más; creyó que ese tipo de sentimientos había muerto hace mucho tiempo, sin embargo…

- ¿no eres su novio?- el pequeño parpadeó unos instantes- entonces, si no eres su novio… ¿puedo quedármelo yo?

Todo pasó tan rápido que el pequeño Luffy no tuvo tiempo de reaccionar. En menos de un instante, el pelinegro estaba tendido en el piso, apresado por cientos de estacas tan delgadas como una aguja, que brotaban del ensangrentado cuerpo de Sanji. Aquellas filosas puntas estaban clavadas por toda su carne, en cada extremidad, en cada articulación y puntos de movimiento de su anatomía… los ojos le quedaron en blanco mientras, cuidadosamente, el rubio se acomodaba sobre él. La sangre de Luffy se esparcía lentamente por el piso, dibujando un extraño símbolo de complicado diseño con letras de un leguaje ya extinto. Con los ojos de un penetrante color escarlata, el rubio juntó ambas manos, dejando que su sangre se acumulara en sus manos y, una vez llenas, se llevó el líquido a la boca, reteniéndolo en su garganta antes de inclinarse hacia el rostro del pelinegro y unir sus labios con los de él, dándole a beber su sangre...

Los ojos del muchacho volvieron a iluminarse y el símbolo en el suelo se borró, dejando sólo una mancha carmesí en el suelo; el rubio se puso de pie unos momentos después e hizo desaparecer las agujas que inmovilizaban al otro y le dejó ir… por el momento.

El olor a sangre joven recién derramada llegó a las fosas nasales del rubio, llenando sus pulmones con ese embriagador aroma mientras se relamía los labios antes de arrodillarse en el piso, entintando sus manos de esa preciosa sustancia; miró las sangre pasear por sus brazos en un completo estado de éxtasis y se inclinó aun más, hasta dejar el rostro pegado al piso. Sus ojos brillaron con intensidad y, con su lengua, comenzó a recoger los vestigios del suelo, sintiendo el exquisito sabor metálico de la sangre de ese chiquillo pegándose en sus papilas… simplemente delicioso. Unos enormes pasos interrumpieron su tarea, y al ver por debajo de la mesa que Zoro había regresado, se puso de pie, dándole la espalda.

- ¿qué diablos le hiciste a mi camisa?- preguntó el peliverde desde su sitio

- lo siento

- …- el rubio esperó paciente las palabras del otro- te conseguiré otra

- gracias

- ¿Luffy te vio?

- algo así…- observó sus manos empapadas sangre… y sonrió al igual que un niño después de hacer una travesura- después de arrojarme al piso y comerse todo lo que encontró, huyó como un simple ladronzuelo- el peliverde bufó molesto- ¿no me crees?

- esa sangre…

- …es mía- completó el rubio, y de cierta forma no mentía, pues parte de esa sangre era suya realmente. Hubo un momento de incómodo silencio en el que  esperó la reacción del otro, pero al pasar del tiempo y no escuchar ningún sonido, por simple curiosidad, vio hacia el peliverde por encima de su hombro- ¿por qué me miras así?- preguntó al notar en los ojos del otro algo que no supo explicar

- ¿te… te duelen…?- habló al fin Zoro, dejando perplejo al rubio. Éste se giró completamente, aún desconcertado

- ¿qué?- fue lo único que atinó a decir

- esas heridas… ¿duelen?

- oh, esto… no son heridas realmente… es más como un recordatorio; pero sí, a veces duele…- el peliverde le miró unos instantes más antes de marcharse.

Aprovechando el momento, Sanji hizo brotar un par de tentáculos carmesíes de la palma de sus manos, absorbiendo con ellos lo que restaba de la sangre del piso hasta dejarlo limpio de nuevo. Justo iba saliendo de la cocina cuando Zoro apareció nuevamente, con un botiquín de primeros auxilios en las manos

- ven aquí, voy a curarte- ordenó el peliverde con dura expresión

- idiota- Sanji siguió su camino, encerrándose en el baño. Y mientras Zoro le gritaba mil y una cosas desde afuera, el rubio escondía su expresión tras sus manos…

******************************

Ace miró de reojo a su pequeño hermano, se había quedado dormido en el asiento del copiloto. A pesar de que su expresión era tranquila e incluso graciosa, había algo que le preocupaba al mayor al ver a Luffy así; “tranquilidad” no era una palabra que describiera a su hermano. En cuanto llegaron a casa, el pecoso hizo el intento de despertar al más pequeño, mas al no lograrlo, le cargó en brazos y le llevó al cuarto que compartían, recostándolo en su cama. Hizo una pequeña caricia en sus alborotados cabellos, murmurándole suaves palabras a su hermanito, hasta que lo vio… un pequeño punto rojo a la altura del cuello de Luffy. Le movió ligeramente, notando la misma marca del otro lado del cuello; le revisó rápidamente, había uno de esos puntos en varias partes de su cuerpo. Por un momento pensó que eran picaduras del algún insecto, pero eran tan simétricos el uno del otro que descartó esa idea…

- Luffy- le llamó, sacudiéndole un poco- oi, Luffy…

- ¡Luffy, Ace! ¡El almuerzo!- escuchó los gritos de su abuelo desde la cocina.

- ¡¡COMIDA!!- como si hubiesen sido palabras mágicas, Luffy se despertó y salió corriendo hacia la cocina, dejando una nube de polvo tras de sí. Ace se quedó inmóvil unos instantes antes de seguir a su hermanito… quizá se estaba volviendo paranoico o algo así…

************************

Esa misma tarde…

Escuchó la bocina de un auto llamar insistentemente afuera de su casa, por lo que cerró su mochila y caminó hacia la puerta. Se detuvo un instante y miró hacia su cama, justo donde descansaba un pequeño muñeco de trapo; regresó sus pasos, lo tomó y lo acomodó en el bolsillo de su chaqueta, dejando que la cabeza y manitas del muñeco fueran lo único visible. Se echó la mochila al hombro y salió de su hogar para reunirse con sus amigos en el auto del hermano de Luffy. Su mochila quedó en la parte de atrás con el resto del equipaje, y así, los cuatro jóvenes se dirigieron a la montaña Drum.

Una breve charla hizo el camino relativamente más corto. Dejaron el auto al pie de la montaña y siguieron su camino a pie. El resto de la tarde se pasó entre preparar las tiendas, encender la fogata e ir por algo de agua; cuando menos se dieron cuenta, la noche estaba sobre ellos.

- me siento un poco mal por Nami- decía afligido el pecoso, empalando dos trozos de carne en una vara- debimos invitarla igual

- ¡pero es noche de chicos!- reclamó su hermano con un puchero, mordiendo un trozo de carne a medio cocer- además, a ella le asustan las historias de terror- Zoro y Law se miraron entre sí antes de regresar la vista a los hermanos D.; aún con años de conocerlos, seguía sorprendiéndoles su voraz apetito

- bueno…- Law cogió uno de los bombones de la bolsa, ensartándolo en la punta de un palo de madera, y lo acercó al fuego- así que esto se trata de leyendas, ¿cierto?- retiró el malvavisco del fuego y le sopló un poco para enfriarlo- ¿alguien quiere empezar?- las miradas iban de un lado a otro- ¿qué hay de ti, Zoro?- los presentes miraron el aludido- podrías empezar por contarnos el por qué traes un muñeco tan parecido a tu novio…

- ¿y eso qué tiene que ver con una historia de terror?- reclamó sonrojado el peliverde- además, les he dicho que no es…

- ¿tu novio lo hizo para ti?- como siempre, Luffy interrumpió sus palabras

- ¡¡no es mi…!!

- eso me recuerda una historia- comentó de pronto Ace, devorando su último bocado de carne

- ¡¡cuenta, cuenta!!- Luffy movía impaciente sus brazos mientras su rostro se adornaba de su ya característica sonrisa. Ace se tranquilizó al ver a su hermanito igual de hiperactivo que siempre, dibujando en su propio rostro un gesto similar

- está bien- el pelinegro se aclaró la garganta y prosiguió- hace ya unos cuantos cientos de años existió una pequeña familia de abundantes riquezas. El padre era un hombre de buena fama entre la clase noble; la madre era una hermosa y amable mujer de mundo que gozaba de asistir a fiestas de la alta sociedad; y el hijo era un niño alegre, aunque algo tímido, que siempre cargaba en brazos un muñeco que era su viva imagen, un obsequio que le dio su madre en su cuarto cumpleaños. A los ojos de mucha gente, era una familia perfecta, pero sus máscaras desaparecían en cuanto las puertas de su mansión se cerraban; aquel hombre conocido por sus excelentes modales en sociedad, era una verdadera bestia detrás de esas puertas… siempre había despreciado a su pequeño, pues al no parecerse en nada a él o a alguien de su familia, estaba seguro que su mujer le era infiel. Una noche, con los sentidos cegados de ira, alcohol y celos, atacó a su esposa con la botella de aguardiente que llevaba en sus manos… los vidrios se encargaron de verter la sangre por toda la sala, y en poco tiempo, la joven madre murió. El hijo, quien había presenciado todo, corrió a refugiarse en el baño del segundo piso, pero al no poder parar sus quejidos, su padre le encontró rápidamente; obligó al pequeño a sentarse en la bañera mientras ésta se llenaba de agua helada; el pequeño tiritaba de frío… o de miedo, nadie nunca lo supo. En cuanto el agua alcanzó la orilla de la tina, el hombre apresó el cuello de su hijo y lo sumergió en el agua, ahogándolo; cuando la policía encontró el cuerpo de la madre y el hijo, el asesino había desaparecido misteriosamente… y en el suelo del baño donde hallaron al pequeño, estaba un muñeco en medio de un mar de agua escarlata… con lágrimas bajando de su rostro mientras un lastimoso llanto resonaba en las paredes…

Los demás chicos quedaron en silencio un rato. Luffy veía emocionado a su hermano mientras que, inevitablemente, la mirada de Law se posó en el muñeco que llevaba el peliverde; no supo exactamente el por qué, pero un profundo sentimiento de tristeza le perforó el pecho.

- tks, tonterías- dijo al fin Zoro con indiferencia, aunque no pudo ocultar el temblor en sus manos. Aquella historia le recordó demasiado al rubio… ¿a caso él…?- voy a dormir- acalló sus propios pensamientos y se puso de pie, dirigiéndose a su tienda

- ¡espera Zoro!- el más pequeño de los hermanos lo sujetó del brazo- ¿no quieres seguir comiendo y escuchando historias?

- no me interesa

- joo, eres tan aburrido- Luffy soltó al peliverde, dejando que entrara a su tienda y se encerrara en ella.

Zoro se acomodó en su improvisada cama, la cual constaba de sólo unas mantas para hacer un poco más agradable el tacto con el suelo. Dejó al pequeño muñeco junto a su mochila y se envolvió en las cobijas, cerrando los ojos para dormir, aunque realmente no pudo hacerlo sino hasta que sus amigos también fueron a sus respectivas tiendas a descansar. Morfeo apenas comenzaba a acunar sus sueños cuando algo reptando por su cuerpo le despertó… debido a la oscuridad no podía ver mucho, pero sentía a la perfección la calidez de otra persona debajo de las cobijas. Levantó de golpe las mantas, encontrándose con un desnudo Sanji manoseándole por todas partes

- ¿qué diablos…?- el rubio le sonrió con malicia antes de colar sus manos por debajo de su ropa, acariciándole el pecho- ¡espera un poco!- Zoro apresó las inquietas manos del otro, impidiendo su avance- ¿qué crees que haces en un lugar así? ¡Ace y los otros podrían darse cuenta!

- no se darían cuenta si no fueras tan escandaloso- se enderezó lo suficiente como para quedar frente al moreno y pasó su lengua por la punta de su nariz, bajando sus defensas lo suficiente como para soltarse de sus toscas manos- aunque no creo que el par de la tienda de al lado lo note, están ocupados en sus asuntos…

- q… ahhh…- antes de pudiera emitir sílaba alguna, un quejido escapó de sus labios cuando las manos del rubio apretaron fuertemente su hombría por encima del pantalón

- ¿te excitas con tan poco?- con sus hábiles manos, Sanji masajeó aquella parte del peliverde con calma hasta endurecerla por completo- tus reacciones siguen siendo las de un virgen…

- tks, cállate…- rápidamente cambió de posiciones, siendo él quien estaba arriba. Observó la anatomía del rubio de arriba hacia abajo, desviando ligeramente su mirada al llegar a la entrepierna- si quiero, puedo metértela hasta hacerte gritar mi nombre…

- ¿ah, sí?- sonrió un poco al ver un ligero sonrojo en las mejillas del peliverde… su cuerpo temblaba, y aún así, había sonado tan seguro. Sus ojos se tornaron carmesíes y su corazón se aceleró impaciente- demuéstramelo…

***************************

Mientras tanto, en la tienda contigua, Ace dormía plácidamente hasta que sintió cómo su hermanito se levantaba…

- ¿qué pasa, quieres ir al baño?- dijo el pecoso entre dientes sin abrir los ojos. Sin embargo, en vez de recibir la  respuesta del menor, un peso extra se añadió sobre su cuerpo, meciéndose de un lado a otro. Ace al fin abrió los ojos, viendo que lo que sentía sobre él era nada menos que su hermano frotando sus caderas contra las suyas- ¿Lu… Luffy?- su rostro se puso de mil colores y su mente quedó en blanco unos instantes antes de intentar quitarse al mencionado de encima- vamos Luffy, no es gracioso. Bájate- el más pequeño no respondió, siguiendo con lo suyo ante la atónita mirada del otro.

La mirada de Luffy parecía perdida a la distancia, y ni siquiera se molestaba en responderle a su hermano. Algo estaba claramente mal con el muchacho, pero la mente de Ace no estaba tan fría como para darse cuenta… aún sabiendo que no era lo correcto, que debía detenerse, continuó el juego al que el menor le invitaba. Se enderezó lo suficiente como para sentar a Luffy en sus piernas y le abrazó por la cintura, dejando que el otro siguiera contoneándose encima de él. Como era de esperarse, su cuerpo comenzó a reaccionar, el calor subía rápidamente mientras que la cordura se esfumaba…

Pronto el mayor comenzó a recorrer el cuerpo de su hermanito; ya muchas veces le había tocado, mas no de esa manera… un extraño y morboso placer se apoderaba de sus sentidos… se moría por hacer suyo ese inocente cuerpo. Su lengua se posó en el cuello del contrario, robándose unos cuantos suspiros por parte de éste; mordió ligeramente su oreja antes de seguir subiendo hasta su rostro. El aliento del mayor chocaba con la sonrojada carita de Luffy, quien separó sus labios un poco, invitando a su hermano a profanar su boca. Después de un momento de duda, Ace se adentró en la cavidad del más pequeño, dejando que su lengua se encontrara con la de su hermano, marcándole el ritmo a seguir.

De vez en cuando sus labios se separaban para tomar una necesaria bocanada de aire, pero tan pronto lo hacían, volvían a besarse, rozando sus cuerpos desesperadamente mientras la ropa desaparecía…

**********************************

- ahhh…- sus manos se aferraron a las sábanas en cuanto sintió la primera estocada. Aún cuando sus movimientos eran torpes, de alguna forma, ese marimo sabía enloquecerlo- mnnn… marimo… un poco más…

- es… muy estrecho…- siguió introduciéndose lentamente hasta que, sin poder contenerse, se descargó dentro del rubio

- imbécil cabeza de alga, no te vengas todavía…- reclamó Sanji enfadado, mas al sentir la hombría del peliverde aún erecta palpitando dentro de él, se calmó- muévete…- el peliverde sujetó sus caderas y comenzó el vaivén, inclinándose lo suficiente para repartir numerosos besos por la blanca piel de la espalda del rubio.

Zoro procuraba mantener sus gemidos al mínimo, pues sus amigos aún estaban muy cerca. Pero el interior del otro seguía asfixiándole el pene, de modo que era casi imposible mantenerse callado… sentía que en cualquier momento se correría nuevamente. Sus estocadas se volvían irregulares, no estaba seguro de contenerse más tiempo, así que bajó una de sus manos a la entrepierna del otro, presionando la punta con su dedo pulgar antes de recorrer la extensión completa, moviendo su palma al mismo ritmo de las estocadas.

- marimo… ahhh… más rápido…- pegó su rostro al suelo y se llevó las manos a su hombría, marcándole el ritmo a seguir a la mano del peliverde- ahhh… más rápido… tengo que… Zo… ahhh…

- ¿tienes que…?- sonrió malicioso, marcando un ritmo tortuosamente lento

- quiero venirme…- comenzó a moverse de adelante hacia atrás, buscando que el miembro del otro llegara a ese punto- ahhh… Zoro…- complacido, el mencionado siguió embistiendo al rubio con fuerza hasta colmar su interior con su semilla casi al mismo tiempo que Sanji se corrió en su mano.

El peliverde salió cuidadosamente del otro, salpicando la espalda del rubio con el semen que aun brotaba de él. Se recostó junto a Sanji, halando a éste del brazo para que quedara sobre su pecho; el rubio se descolocó unos instantes antes de ceder; besó suavemente los labios de Zoro y se recargó en él, dejando que las manos del marimo se pasearan suavemente por su cabello, relajándolo hasta dormirse.

**************************

Creyó que todo estaría bien al menos por esa noche, pero un terrible dolor en su espalda le hizo despertarse. Podía sentir su piel desgarrarse mientras sus alas emergían violentamente de su espalda, haciéndole sangrar… Sanji se abrazó a sí mismo, tratando de soportar el dolor que le causaban sus heridas, las cuales comenzaban a abrirse y a teñir su nívea piel de escarlata…

- aun no…- murmuró el rubio cerrando los ojos- aun no…- sus uñas se clavaron desesperadas en su carne, abriendo nuevas heridas- la energía de ese mocoso debió ser suficiente…

- ¿Sanji?- la voz del peliverde le hizo abrir los ojos de golpe. Zoro se desperezó un poco antes de caer en cuenta en lo que pasaba- oi, ¿estás bien?- se acercó al rubio y lo zarandeó- ¡di algo, joder!

- no… no me mires…- rodeó al marimo con sus brazos, escondiendo su mirada en su cuello. Comenzaba a sentir un horrible frío, por lo que cuerpo se sacudió con violencia

- ¿qué hago?- lo único que pudo hacer fue corresponderle el abrazo. De pronto, un fuerte golpe en su nuca hizo que la vista se le nublara, quedando inconsciente en un par de segundos. Sanji le dejó en el piso, admirándolo unos momentos… podía escuchar la sangre corriendo por las venas del peliverde… esa calidez emanando de su cuerpo… ese aroma…

Las uñas de sus manos se convirtieron en largas garras y las apuntó al cuello de Zoro. Mas no pudo tocarle un poco siquiera, algo dentro de él le decía que no le hiciera daño… gruñó furioso y guardó sus garras para luego ponerse de pie y abandonar la tienda, haciéndola girones en el proceso. Caminó hacia la siguiente tienda y, batiendo sus alas, liberó algunas plumas que se encargaron de destrozar esa tienda también. Dentro de ella estaban dos pelinegros durmiendo profundamente

- malditos humanos- dijo el rubio al aire, mirando con desprecio al mayor de los hermanos- hacen sus propias reglas sólo para romperlas… incluso él, que se decía incapaz de lastimar a su hermano, no dudó ni un instante en fornicar con él… no son más que unos hipócritas…- un extraño símbolo luminoso apareció en la palma de una de sus manos y los ojos se le tornaron color sangre- anda mocoso, no hagas el vago, tengo hambre…- Luffy despertó de pronto y, aún desnudo, se levantó. Los puntos en su cuerpo ahora estaban conectados entre ellos por unas líneas luminosas parecidas a las que habían aparecido en la palma del rubio- vamos…- sus alas se agitaron con fuerza y se elevó hasta perderse en el oscuro firmamento; Luffy le siguió a pie, perdiéndose en la espesura del bosque…

Continued…

 

Notas finales:

hasta ahí se queda el capi por ahora, sé lo que están pensando... cómo Luffy puede alcanzar a Sanji si éste va volando?? porq Ace no se despertó con el ejetreo q hizo el rubio?? y lo más importante... Law está inconsciente o q?? hahaha, respondiendo: Luffy es mágico, Ace estaba cansado y Law duerme como piedra... quizá s pregunten ahora, y q pinta Law en esta historia??? ¬w¬ eso lo respondo en el capitulo 5, asdasadsadasad

bueno, espero sus reviews con sus dudas, quejas, etc etc ^^

hasta el siguiente capitulo

ciaossu!!


P.D -cantando- Master, Master... Master of Puppets, I'm pulling your strings, twisting your mind and smashing your dreams... blinded by me, you can't see a thing, just call my name 'cause I'll hear you scream...

 


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