5. One Hundred Deaths
Poco a poco comenzó a recobrar la conciencia. La cabeza le dolía horrores, por lo que se llevó una mano hacia esa zona, intentando mitigar el dolor. Al sentir a alguien junto a él, abrió los ojos, exaltado
- Law, ¿qué estás…?- protestaba el peliverde mientras intentaba levantarse, pero el otro se lo impidió
- no te muevas Zoro- Law lo miraba preocupado- ¿te duele algo?
- un poco la cabeza- respondió aun sin entender muy bien a qué venía todo eso. El pelinegro le revisó el pulso y le quitó la sábana de pronto. Recordando que estaba desnudo, Zoro se volvió a tapar
- ¡deja de moverte! ¡Estoy revisando tus heridas!
- ¿heridas?- fue en ese momento que Zoro prestó más atención a su alrededor; su tienda estaba prácticamente destrozada y tenía el cuerpo manchado de sangre- [[Sanji…]]- pensó enseguida buscando al muñeco, pero éste no estaba
- parece que nos atacó un animal salvaje anoche. Quizá un oso…- reflexionó el moreno- aunque es extraño que ninguno de los cuatro lo haya escuchado siquiera- el peliverde se sentó y comenzó a vestirse- oye, te dije que te quedaras quieto
- estoy bien… esta sangre no es mía…- Law le miró confuso- ¿y los demás?
- Luffy desapareció, así que Ace fue a buscarlo- Zoro salió de la tienda junto con su amigo y analizaron el lugar. Dos de las tres tiendas estaban prácticamente deshechas, había sangre por todas partes, uno de los hermanos D. había desaparecido, pero la comida estaba intacta, así que era difícil de suponer que un animal salvaje los hubiera atacado
- separémonos- sugirió el peliverde, a lo que el otro asintió. Tomaron caminos contrarios e iniciaron su búsqueda.
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No hacía otra cosa que maldecirse mientras corría por todos lados… si tan sólo se hubiera controlado, si hubiera reprimido esos impulsos… si tan sólo no se hubiera fijado en su hermano. Desde hace tiempo sabía lo que sentía, pero se negó a admitirlo, después de todo, Ace no quería lastimar a lo más preciado que tenía en su vida. Las lágrimas amenazaban con escapar de sus ojos, pero logró contenerlas y siguió buscando a Luffy, rogando que estuviera bien.
Tropezó y se golpeó más de una vez, pero no le importó, lo único que tenía en mente era encontrar a su hermanito. Llevaba ya varias horas buscándolo sin rumbo fijo hasta que llegó al río, en donde encontró las huellas de un ser humano pintadas de rojo sobre las rocas, las cuales reconoció rápidamente como las del menor. El corazón comenzó a latirle más fuerte, totalmente asustado, Luffy no sabía nadar… ¿y si por accidente hubiera caído al agua?... no, él estaba bien, tenía que estar bien. Siguió el camino que le indicaban las huellas, encontrando a su dueño un rato después… Luffy ya hacía dormido a la orilla del río, con sangre impregnada por todo su cuerpo
- ¡¡LUFFY!!- el mayor corrió hacia su hermanito, sacudiéndolo ligeramente para despertarlo- Luffy, abre los ojos…
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Al ir avanzando por el bosque, Zoro encontró un peculiar caminito de sangre que le condujo hasta un pequeño arbusto. Despejó el follaje con las manos para investigar dentro de él, y para su sorpresa, Sanji estaba ahí en su forma de muñeco, atorado entre las ramas. Sin embargo, lo que realmente sorprendió al peliverde fue que el muñeco estaba teñido de rojo, mientras el líquido que lo cubría seguía escurriendo de él.
- ¿por qué estás aquí?- preguntó molesto Zoro mientras levantaba el muñeco
- “un animal me atacó”- explicó el rubio sin volver a su forma humana, a través de telepatía
- no mientas, ¿qué tendría que hacer un animal contigo?- el rubio se quedó en blanco, quizá el marimo no era tan tonto como parecía- lo de anoche… ¿por qué estabas sangrando?
- “me has visto así antes, ¿por qué te sorprende ahora?”
- porque parecía que estabas sufriendo- el rubio volvió a enmudecer- oi, responde, ¿por qué me golpeaste?- nada; ahora realmente parecía estar loco, hablando con un muñeco que no respondía- ¿qué hay de Luffy?
- “¿por qué te importa ese mocoso?”- reclamó con evidente odio en sus palabras
- es mi amigo
- “lazos tan débiles como esos se pueden romper tan fácilmente”
- será mejor que no hayas lastimado a Luffy o…
- ¡¡Zoro!!- escuchó un fuerte grito antes de que Law apareciera- Ace encontró a su hermano, están en el río- al ver lo que el peliverde sostenía en sus manos se extrañó un poco- ¿también el muñeco?
- sí, pero parece que no está roto
- oh, bien- Law miró el muñeco una última vez antes de alzar la mirada- vamos con Ace y Luffy- el peliverde asintió y se dejó guiar por el mayor.
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Un rato más tarde, los cuatro jóvenes estaban reunidos en el río. Luffy parecía desorientado, pero estaba bien, así que su hermano decidió enjuagarle la sangre del cuerpo con el agua del río antes de empezar a preguntar qué le había ocurrido. Al estar en las mismas condiciones que el pelinegro, Zoro se desnudó y también entró al agua junto con su muñeco para limpiarse. Sumergió a Sanji dentro del río, sosteniéndole con una mano.
Repentinamente, una extraña sensación le erizó la piel… algo o alguien le estrujaba el cuello… el aire no conseguía llegarle a los pulmones, por lo que tuvo que abrir la boca, tragando una bocanada de agua… ¿agua?... sin darse cuenta en qué momento había sucedido, el agua helada lo rodeó. Podía ver los brazos de alguien sujetándolo del cuello, impidiéndole escape alguno…
“Maldito hijo de puta”
Escuchó las palabras de un hombre distorsionadas por el agua. Comenzó a agitar los brazos desesperadamente para que ese hombre lo soltara… podía ver las burbujas escapando de su boca mientras intentaba gritar… un fuerte dolor se instaló en su pecho mientras sentía cómo ese sujeto ejercía más presión sobre su cuello… todo se volvía lentamente oscuro hasta que... finalmente, cerró los ojos..
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Unos brazos saliendo del agua lo trajeron de regreso a la realidad. Zoro soltó al muñeco, pero cuando éste emergió había dejado de serlo… la forma humana del rubio salió del agua, abrazándose al peliverde mientras tomaba todo el aire que podía.
- ¿estás bien?- el peliverde lo abrazó, intentando calmarlo- ¿qué fue todo eso?- Sanji no respondió, estaba demasiado asustado como para escucharlo siquiera. Zoro se alejó con él, colocándose detrás de unas rocas para que sus amigos no lo vieran- Sanji…
- ¿lo… lo viste?- preguntó el rubio sin soltar al otro
- alguien lo estaba ahogando…- Zoro lo abrazó con mucha más fuerza- esas manos que vi eran muy pequeñas… un niño, quizá…- un ligero temblor por parte de Sanji le indicó que había acertado
- no se supone que debas verlo…
- ¿vas a decirme todo ahora?- el rubio le dio la negativa con la cabeza
- ¿qué quieres a cambio de que hables?
- no me dejes…- pidió lastimoso- por favor, no me dejes… quédate conmigo- buscó desesperadamente los labios del otro, dejando cortos besos sobre ellos- por favor… por favor…
- idiota cejas de caracol, no podría hacerlo aunque quisiera…- sujetó al otro por el mentón y convirtió todos esos inocentes besos en uno solo. Mordió ligeramente los labios del rubio, obligándole a separar los labios para poder colar su lengua dentro de su boca. Sanji no tardó en corresponderle, enredando su lengua con la contraria mientras sus manos jugueteaban sobre el pecho del peliverde; pegó su cuerpo un poco más, rozando su fría y húmeda piel con la de Zoro. Estuvo tentado a pedirle que lo hiciera suyo ahí, mas una molesta voz los interrumpió
- ¡Zoro!- gritaba el menor de los hermanos D.- ¡oi Zoro, vamos a desayunar! ¡Me muero de hambre!- Zoro hizo un intento por deshacer el beso, mas el rubio no se lo permitió- ¡Zoro! ¡¡ZORO!!!
- tks- Sanji se separó molesto de los labios del peliverde- ve con ellos- dijo antes de regresar a su forma de muñeco. Zoro lo sujetó cuidadosamente y salió del agua para reunirse con sus amigos.
- ten, supuse que necesitarías esto- Law le entregó una muda de ropa limpia y una toalla- lo saqué de tu maleta
- gracias- con la toalla se cubrió sus intimidades y fue detrás de un árbol para tener un poco de privacidad
- ¡Zoro, date prisa!- decía Luffy sentado sobre una roca- ¡Tengo hambre!
- ¡Luffy, vístete de una vez!- le ordenó el mayor con evidente molestia- vas a resfriarte
- joo, pero tengo hambre
- comerás en cuanto te vistas- el menor tomó las ropas que el pecoso le ofrecía, se secó rápidamente y se vistió
- ¿ya puedo comer?- pidió con un puchero
- hasta que Zoro termine- Luffy volvió a sentarse en la piedra, inflando sus mejillas- Luffy ¿qué pasó?- preguntó el mayor, cambiando radicalmente de tema- ¿Por qué estabas junto al río?
- ya te dije que no recuerdo nada
- bien, bien. No te enojes- suspiró- ¿por qué no vas a explorar un poco?- el menor volvió a sonreír, se levantó y salió corriendo- ¡oi, Luffy! no te alejes… mucho…- pero para cuando había terminado de hablar, su hermano se había perdido de vista.
- no debiste dejarlo irse- le habló Zoro a sus espaldas- ahora tendremos que buscarlo de nuevo
- quizá si seguimos el ruido de su estómago- bromeó Law
- vamos a por él antes de que se pierda… más…- los tres empezaron a caminar a la orilla del río tomando la dirección que ellos creyeron había tomado el pelinegro.
No tardaron mucho en encontrarlo, Luffy seguía cerca del río, al parecer, algo había llamado su atención. Zoro y los otros se acercaron a ver qué es lo que veía el pequeño con tanta atención… junto a una roca había una cruz de madera con algunas flores secas atadas a ella.
- Ace, ¿qué es esto?- preguntó inocente Luffy- parece una tumba
- no es una tumba precisamente- comenzaba a explicarle su hermano- es una especie de ofrenda. Quizá alguien se ahogó en el río o se perdió en el bosque… o quizá murió aquí, y su familia dejó esta cruz para recordar a esa persona- Ace retrocedió un poco y arrancó unas flores que nacían a la orilla del río. Las colocó frente a la cruz, junto sus manos y dijo una oración en nombre del fallecido
- Ace, ¿por qué haces eso?- volvió a preguntar su hermano- ¿conocías a esta persona?
- no, pero siempre hay que orar por las almas de los fallecidos para que descansen en paz, o podrían convertirse en demonios…
- ¿ah?- dijeron los presentes, incluido Zoro
- algunas viejas religiones creen que las almas humanas pueden convertirse en ángeles caídos. Se dice que cuando una persona muere de forma muy dolorosa, su alma se queda en el lugar de su muerte, sufriendo por toda la eternidad o hasta que alguien las libre de ese dolor por medio de la oración; pero ¿qué pasa cuando esas almas trascienden?- los demás guardaron silencio para que el pecoso continuara- cuando trascienden, el alma renace, pero el dolor y la ira se queda plasmado en ella… si muere de una forma horrible por segunda vez, su espíritu cargará con el doble de rencor y el doble de sufrimiento que antes… si muere tres veces, se triplicará… y esa alma puede seguir así, muriendo y sufriendo una y otra vez por siempre. Sin embargo, el ciclo se rompe en cuanto mueren estando en paz o alguien ora por su alma; pero, aunque haya una ínfima oportunidad, hay algunas almas que siguen sufriendo…
- ¿y qué pasa entonces?- preguntó emocionado Luffy
- si un alma llega a morir cien veces de forma trágica, se vuelve un ente oscuro… un demonio…- todos voltearon a ver a Zoro, esperando su típico “Esas son estupideces”, sin embargo, no dijo nada, parecía perdido en su mundo
- ¡¡Fantástico!!- exclamó Luffy, rompiendo el silencio
- no es fantástico, Luffy- le reprimió suavemente el mayor- imagina cuánto dolor debe pasar una sola persona, cuánto tiempo lleva sufriendo…
- lo siento- se disculpó el menor frente a la tumba con una reverencia. Tomó algunas flores del mismo lugar que las había tomado su hermano y las puso frente a la cruz, diciendo una pequeña oración en voz baja
- Zoro, luces muy pálido- la voz de Law exaltó al nombrado- ¿te sientes mal?
- creo que es el hambre- se apresuró a responder el peliverde- estoy un poco mareado
- por cierto, Zoro… ese muñeco…- miró al pequeño muñeco de hebras doradas que llevaba en la bolsa del pantalón- ¿siempre lo llevas contigo?
- es muy importante para mí
- ya veo- Law siguió mirando atentamente aquel muñeco de trapo, algo le decía que Zoro le ocultaba algo respecto a ese muñeco y su supuesto novio… cuando estuvieron en el río hubiera jurado que, entre los brazos de su amigo, estaba ese chico rubio…
Continued…