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BURLANDO AL ARQUERO por crystalwall

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Notas del capitulo:

Hola, en este capítulo como dice su título todo estalla, espero que les guste

Capítulo 2.- Se rompe el fuego

 

Ikky entró a su templo con una cara de concentración única, Aioria solo miró a su aprendiz que ni se fijó que estaba siendo observado mientras caminaba sin rumbo fijo por el pasillo, el poderoso Fénix parecía estar planeando la tercera guerra mundial, a Aioria le parecía todo esto muy divertido por lo que fue hasta Ikky y lo tomó de los hombros sacudiéndolo suavemente porque lo había estado llamando por su nombre y el joven peliazul no había reaccionado en lo mas mínimo

- Ahh?, maestro que pasó? – dijo Ikky pestañeando confundido aún

- Qué rayos te pasa a ti?, pasó algo con Seiya?, por la cara que traes…

- No es nada maestro, no me haga caso – Ikky meneó la cabeza y bajó la mirada, era muy obvio que estaba preocupado y triste por todo lo que estaba pasando

- Ajá… solo no mates a mi hermano si?, yo lo he extrañado mucho y me daría mucha pena ver su casa destruida por la bomba que estás pensando poner bajo su cama – bromeó el Santo de Leo

- No estaba pensando en bombardear el templo de Sagitario – dijo Ikky muy serio sin seguir la broma

- Mmmmm?, en serio?, qué estás pensando hacer entonces?

- Nada maestro, hoy visité a Seiya y su hermano me permitió visitarlo mañana también, todo tranquilo por ese lado – aseguró el Fénix pero su Maestro no le creyó en lo mas mínimo

- Bueno… lo que estés pensando hacer por favor sin violencia Ikky

- Qué le hace pensar que yo usaría la violencia?

- No lo se… solo tengo la impresión, mejor vamos a ver que hay para cenar, o se te antoja una carne asada o algo así? –a Ikky se le ocurrió una idea y alzó su mirada con una expresión algo extraña a su maestro para preguntarle

- A su hermano le gusta la carne asada?

- Si… claro – Aioria se encogió de hombros sin entender la insinuación de su aprendiz

- Por qué no lo invita una de estas noches?, digo… si quiere ayudarme un poquito, así él trae a Seiya y cenamos todos juntos, eso de la media hora al día es… muy poquito… usted me entiende

- Te diré algo… si haces las compras mañana en el pueblo tu solo y no me llevas a mi a rastras los invitaré a cenar mañana – dijo Aioria, no había nada de malo en dar una ayudadita a su aprendiz no?

- Gracias maestro – sonrió el Fénix, Ikky era muy huraño, casi nunca sonreía tan sincera y abiertamente como lo hacía ahora, por eso Aioria decidió mejor ayudarlo en serio

- Para que no sea tan sospechosa la situación voy a invitar a Shaka con tu hermano, pero eso si, no me pidas que invite a Camus o a Docko que ellos no me agradan mucho, aunque sería una buena idea invitar a Mu, Kiki, Saga y Kanon también

- Fantástico Maestro, usted invítelos y yo lo preparo todo – aseguró el joven

- En verdad vas a tomarte todas las molestias?, cielos… si amas a Seiya verdad?

- Si… lo amo, y no solo me quiero acostar con él como piensa el Maestro Aioros, a mi me gusta conversar con Seiya, me hace reír y nunca me juzga como los demás, él me entiende, yo lo extraño mucho cuando no estamos juntos, este mes me ha hecho una falta horrible, me sentía incompleto porque como estábamos de infiltrados ni siquiera pude hablar con él por teléfono y la verdad me gustaría mucho verlo mas seguido o por lo menos por mas tiempo, él es especial, yo… me siento diferente cuando estoy con Seiya, esta media hora diaria me va a matar – dijo Ikky con un suspiro lastimero

- Bueno… si vas a estar con esa cara de entierro porque mi hermano está hecho el estrecho me vas a arruinar a mi la buena vibra así que… en lo que te pueda ayudar cuenta conmigo, mi hermano a veces se pasa la verdad

- Gracias maestro… gracias

 

Esa noche Ikky no pudo dormir, Aioria lo iba a ayudar, eso era bastante y ya mañana en esa cena que iban a hacer en el templo de Leo tendría la oportunidad de pasar con su pegasito, claro bajo la mirada de varios guardianes pero era mejor que nada no?, al medio día del día siguiente Ikky con la ayuda de Shun habían comprado todo lo necesario para hacer un asado en el patio del templo de Leo, Saga y Kanon había dicho que colaborarían con todo lo bebible por lo que Aioria les recordó que habrían menores presentes y que traigan cosas sin alcohol también, Mu había dicho que se iba a poner de acuerdo con Shaka para traer todos los acompañados de la carne (ensalada, papas, choclos, queso, maduro, etc., etc., etc.,) y Aioros dijo que él levaría el postre

 

Ya en la noche empezaron a llegar los invitados y algunos colados, por ahí con tres fundas grandes de masmelos llegó el dorado guardián de Capricornio, Afrodita de Piscis y Death Mask de Cáncer llegaron con todo lo necesario para hacer chori pan y sangría, Docko con Shyru llegaron con varios pasteles de distintos sabores que iban bien con el helado que había llevado Aioros y Camus llegó con Milo y Hyoga cargando una fuerte dotación de hielo, a la final Aioria mandó llamar a Aldebarán y al Patriarca Shion que eran los únicos que faltaban y la pequeña cena de distracción que querían hacer originalmente se convirtió en una gran reunión llena de música, risas, comida y bebida, los habitantes de Leo se estaban esmerando en ser buenos anfitriones, aunque Aioria no lo reconozca mucho, a él le gustaban en verdad este tipo de reuniones, el León Dorado sabía decir que ahora que había paz en el mundo (relativamente hablando) ellos podrían divertirse un poco no?

 

Ikky no perdió oportunidad y estaba con Seiya asando la carne entre risas y besos inocentes, a Aioria la verdad le daban ternura esos dos, no entendía las razones de la testarudez de su hermano si se notaba a leguas que se querían, pero… Aioros era Aioros…

 

Cuando la cena acabó armaron una fogata para asar los masmelos y se sentaron los seis caballeros mas jóvenes alrededor del fuego acompañado de uno que otro caballero dorado en los que estaba incluido Mu, Aioria, Milo, Shura y Afrodita, estaban riéndose de las historias que contaban y comiendo tranquilamente bajo la atenta mirada de los mayores que estaba por ahí parados tomándose unas cervezas, Seiya estaba recostado en el pecho de Ikky que lo abrazaba y de vez en cuando acariciaba sus cabellos, el peliazul le decía cosas en la oreja al castaño que solo sonreía aunque de vez en cuando golpeaba la mano de Ikky que ante ese gesto reía con mas fuerza y besaba su hombro, Aioros los miraba disimuladamente pero fue Shaka el que lo sacó de sus pensamientos

- Pasa algo con Seiya? – preguntó el rubio caballero

- No… no voy a dejar que nada pase – contestó el castaño sin despegar la vista de su aprendiz que estaba comiendo uno de los masmelos que Ikky había asado para él

- Te preocupa Ikky verdad?

- No quiero que Seiya salga lastimado, solo míralo… está tan entusiasmado, tan enamorado… e Ikky… solo está jugando con él – Aioros puso a un lado su cerveza, el solo pensar en Ikky y en su aprendiz hacía que se le vaya el apetito y las ganas y todo…

- No crees que estás juzgando muy duramente al Fénix? – Shaka frunció el ceño, era cierto que Ikky era bastante huraño y se mostraba posesivo con Seiya pero el rubio guardián de Virgo no creía que el caballero del Fénix pudiera jugar tan cruelmente con Seiya como su maestro suponía, aunque en eso, uno nunca sabe…

- No… me basta con solo verlos… Ikky siempre lo está agarrando, besando, nunca lo deja en paz, solo quiere llevarlo a la cama, no… pobre mi niño… no se merece algo así, y está tan ciego que no escucha razones, Seiya ha sido siempre bastante dócil, tiene su temperamento pero casi nunca me discutía las cosas, pero ahora se cierra totalmente cuando intento hablarle de su noviecito – dijo Aioria con frustración

- Dales el beneficio de la duda no?, si lo asfixias mucho Seiya se te va a escapar y eso sería peor, hasta donde yo se y Aioria me ha contado tu aprendiz te obedece en todo lo que revienta a Ikky sobremanera pero con todo y eso Seiya es un excelente discípulo, pero tómame en cuenta y escucha mis palabras… si lo presionas mas de la cuenta y el Pegaso estalla no te extrañe que le proponga a Ikky fugarse juntos o algo así y el Fénix ni corto ni perezoso aprovecharía la menor oportunidad de llevárselo, tu alumno es muy dulce, fiel, leal pero es muy impulsivo también, tienes que tener eso en cuenta – advirtió Shaka

- Ellos no pueden irse así como así, ambos son caballeros de Atena, tienen responsabilidades y obligaciones que cumplir – respondió el dorado arquero, la posibilidad de que Seiya se escape nunca se le había cruzado por la cabeza, la lealtad de Seiya a su Diosa estaba por sobre todo, pero ahora las cosas eran diferentes, el castaño estaba enamorado y el amor es la madre de todas las estupideces (a criterio de Aioros claro está)

- Eso no es lo que opina Shun, mi aprendiz dice que a Ikky poco le importa el Santuario, si él está aquí y pelea por la Diosa Atena es por dos razones fundamentales, Shun y Seiya, porque ellos están aquí – dijo Shaka muy serio, la verdad eso era por demás obvio pero al caballero de Sagitario nunca se le hubiera ocurrido

- Dioses!!!

- Por eso te digo amigo , afloja un poco las riendas antes de que tu Pegaso extienda la alas y vuele hasta el Fénix – Shaka intentaba relajar el ambiente pero lo único que logró fue enfurecer a Aioros

- No… eso no lo puedo permitir, es mas no lo voy a permitir, SEIYA!!! vámonos – dijo de repente el dorado arquero lo que desubicó a todos los presentes, el castaño solo pestañeó y no se movió

- Ya me escuchaste, es tarde así que vámonos – Aioros insistió señalando la salida a su aprendiz, Seiya con una cara de confusión única se puso de pie lentamente y sin decir nada se encaminó hacia el templo de Leo para cruzarlo y salir, pasó junto a su maestro pero sin verlo y caminó con prisas, Ikky salió tras Seiya y lo alcanzó al inicio de las escaleras

- Oye… espera…

Seiya se volteó y abrazó a Ikky con fuerza, el joven castaño temblaba de la rabia que sentía, a su criterio no merecía lo que su maestro les estaba haciendo, cómo le va gritar así delante de todos, lo trataba peor que a un niño y él ya no era ningún niño, Ikky abrazaba a Seiya y acariciaba sus cabellos, el castaño se separó un poco y besó a Ikky en los labios y en eso estaban cuando escucharon los pasos de Aioros que se acercaban, antes de que el Santo de Oro le dijera nada mas Seiya rompió el besó y empezó a subir a la carrera las escaleras dejando a Ikky parado al pie de las mismas que no dijo nada cuando Aioros pasó y empezó su ascenso hasta su templo, Ikky se dio la media vuelta y fue al patio, el ambiente seguía tenso, fue Shun el que se acercó a Ikky que se sentó otra vez frente a la fogata en la que ya quedaban solo sus tres camaradas de Bronce pero ya no tomó el palito que antes tenía con el que estaba asando los masmelos para dárselos a Seiya, el poderoso Fénix se veía frustrado y molesto

- No te pongas así amigo, Aioros cederá – dijo Hyoga que estaba sentado a su lado

- Ya verás que todo se arreglará – dijo Shyru que estaba un poco mas allá

- Yo mas bien creo que tenemos que hacer algo para que tu puedas ver a Seiya un poco mas seguido – dijo Shun con una sonrisa pícara

- Ah si?, crees que no lo he pensado?

- Bueno… qué has pensado? – se interesó Hyoga

- Darle una muy buena dosis de mi puño fantasma por el culo y mandarlo un mes al hospital – dijo Ikky pulverizando una piedra con su mano

- Esa no es una buena idea – dijo Aioria sentándose frente a los chicos que saltaron ante la intromisión del mayor – Pero no te preocupes Fénix, yo tengo una mejor

- En serio? – Ikky arqueó una ceja pero se tranquilizó al ver la sonrisa de Aioria

- Si… para tratar a Aioros hay que conocerlo, es muy cerrado y terminante, a mi me tenía podrido la verdad, pero nunca puedes dudar de sus buenas intenciones, si él hace todo lo que hace es porque en verdad quiere mucho a Seiya, como a un hijo, entonces por eso te digo, cero violencia si quieres mi ayuda

- Ok., que recomienda maestro?

- Bueno… yo recomiendo chocolates de avellana

- Con una caja de chocolates voy a convencer al maestro de Seiya que deje de ser idiota? – Ikky arqueó una ceja, con una caja de chocolates??, Aioria le estaba tomando el pelo

- No tonto… Aioros tiene el sueño muy liviano, por eso siente cuando alguien entra a su templo, llévale la caja a Seiya para que se la dé a mi hermano, pero el truco está en ponerle algo a los chocolates para dormirlo y yo se exactamente que ponerles y cuanto para que él no se de cuenta, me entiendes ahora? – el león dorado sonreía pícaramente lo que animó a su aprendiz

- Y eso funcionará? – preguntó Shun

- Cómo crees que yo me escapaba de su templo cuando era niño?, y eso que dormíamos en la misma habitación pero a mí me gustaba ver las estrellas y dormir al aire libre, hasta ahora lo hago y a él eso le reventaba, no tiene nada de malo pero ahí está…

- Gracias maestro, mañana mismo lo hago – Ikky solo pensaba en pasar tiempo con Seiya

- No comas ansias… deja pasar un par de días, no hay que hacer obvios los planes no?

- Pues si… es que mi Seiya me hace falta

- Bueno con esto podrás distraer a mi hermano de vez en cuando, ya pensaremos otras cosas para hacer, mucho chocolate lo hace todo sospechoso

 

Al templo de Sagitario Seiya llegó primero y apenas entró se encerró en su cuarto y se fue a bañar para intentar que se le bajara la bronca, por qué su maestro lo trataba así?, cuando Aioros llegó fue hasta el cuarto del castaño y oyó correr el agua de la ducha, con un suspiro fue a la cocina e hizo chocolate caliente, cuando Seiya salió de la ducha puesto solamente unos boxers dentro de su habitación lo recibió Aioros que le ofreció un jarro de su bebida favorita pero Seiya lo ignoró y caminaba por el cuarto buscando una camiseta para ponerse

- Puedes ignorarme todo lo que quieras Seiya pero lo que hago lo hago por tu bien – el castaño volteó a ver a su maestro con rabia, respiró profundamente y se volteó nuevamente, lanzó por ahí la toalla con la que se estaba secando el cabello y se puso la camiseta que había encontrado, se dirigía a la cama pero el dueño de casa lo tomó del brazo para detenerlo y que lo mire

- Tu eres muy joven, eres dulce e ingenuo Seiya, inocente… Ikky es mayor a ti con dos años, él tiene un pasado, hasta cierto punto es experimentado, él quiere otras cosas de ti – Aioros intentaba hacerle ver a su aprendiz lo que según él no se daba cuenta, el amor lo cegaba

- Cómo lo sabe?, cómo sabe lo que Ikky quiere de mi? – preguntó Seiya molesto soltándose del agarre del mayor

- Porque lo veo, tú lo amas pero él…

- Él me ama… yo lo sé…

- Te va a lastimar no lo entiendes?

- Perfecto, que debo hacer entonces según usted?, terminar con Ikky?, acabar con todo? – Seiya se cruzó de brazos en actitud desafiante, esta era la primera vez que la discusión tomaba este tinte, Seiya nunca se le había plantado a su maestro, por lo regular oía pacíficamente sus sermones pero nunca respondía nada, nunca se le había enfrentado, hasta esta noche…

- Estás jugando con fuego y te vas a quemar – insistía Aioros

- No estoy jugando con nada, si en verdad quisiera jugar con fuego hubiera aceptado a Saga que también me estaba rondando hace un tiempo y a estas alturas ya estuviera viviendo en su templo con el trasero hecho flores – Seiya no pudo contenerse, Aioros al oír esto abrió mucho los ojos incrédulo ante las osadas palabras de su discípulo

- SEIYA!!!

- Mire maestro no quiero discutir con usted, hoy en la noche yo no estaba haciendo nada malo, estaba sentado frente a la fogata comiendo masmelos con mis amigos y usted me trató como si hubiera cometido el peor de los pecados, yo no me merezco la manera como me habló en especial delante de todos los otros caballeros, eso fue muy humillante, yo ya no soy un niño que usted puede gritar a su antojo, soy su aprendiz no su mascota – Aioros nunca había visto así de molesto a su protegido, estaba dolido también por eso el mayor bajó la guardia y trató de calmar la situación

- No me malentiendas Seiya, yo solo me preocupo por tu bienestar

- No se preocupe por mi que yo puedo cuidarme solo, es mi vida, mi cuerpo, yo puedo hacer conmigo mismo lo que me de la gana – respondió Seiya caminando por la habitación

- Cuidadito Seiya en la manera en que me estás hablando – Aioros enduró su expresión, todo puede ser pero este niño no le puede hablar de esta manera

- Usted fue el que vino hasta aquí, usted buscó conversación, usted es el que insulta a Ikky, por qué me hace esto?, no puedo tener un poquito de felicidad en mi vida?

- No es eso Seiya… mira cuando estemos mas calmados hablaremos

- Si es de este tema no tenemos nada mas de que hablar, en lo único en lo que vamos a estar de acuerdo es que estamos en desacuerdo, yo amo a Ikky, él me ama a mi, vamos a seguir juntos aunque a usted no le guste

- Eres un terco, abre los ojos, él no te conviene, un día de estos alzará el vuelo y te dejará atrás luego de pisotear tu corazón, solo quiero protegerte no lo entiendes?

- Hasta mañana maestro – dijo el castaño parándose junto a la puerta que estaba abierta

- Seiya…

- Que tenga buena noche maestro – repitió el muchacho

- Mira…

- Por favor maestro… ya no quiero discutir con usted, estoy cansado – dijo Seiya una vez mas

- Yo solo quiero advertírtelo, Ikky no me gusta para ti – insistió Aioros

- Ya lo dijo, me lo ha dicho muchas veces, pero la decisión al fin y al cabo es mía no suya – el joven hablaba con una seguridad que Aioros la interpretó como terquedad lo que acabó con su paciencia

- Ikky no te conviene Seiya, solo quiere colarse entre tus piernas que no lo vez? - insistió una vez mas Aioros con frustración ante la negativa de su castaño aprendiz que solo meneaba la cabeza

- Eso no es cierto, él me ama y yo lo amo a él, yo quiero hacer el amor con él y lo vamos a hacer, usted no tiene por qué opinar siquiera, esto no le incumbe – dijo una vez mas el joven totalmente decidido

- Seiya… la verdad no quería hacer esto pero a partir de este momento como tu Maestro te prohíbo terminantemente ver al caballero del Fénix, él tiene negado el acceso a este templo y no podrá venir bajo ninguna circunstancia – finalizó terminantemente el santo dorado de Sagitario

- Es muy injusto… qué de malo le he hecho yo?, por qué me hace esto? – reclamó Seiya con dolor

- Lo siento Seiya pero no puedo dejar que arruines tu vida, no puedo ver impasible como él te destruye, estás prohibido de salir, y no me desobedezcas o te arrepentirás

Aioros salió de la habitación de Seiya dando un portazo dejando a su aprendiz temblando de la rabia, el impulsivo castaño buscó sus pantalones y se los puso, se puso un buso también y salió por la ventana, corrió escaleras abajo hasta la casa de Leo, la rodeó y entró por la ventana a la habitación de Ikky pero el peliazul no estaba ahí, sigilosamente el castaño salió al pasillo y vio a Ikky ayudando a Aioria a lavar la loza mientras el león dorado estaba recogiendo la basura en una funda grande, fue Aioria el que vio a Seiya parado en el hall

 

- Seiya?, qué haces aquí?, pasó algo con mi hermano?

Ikky dejó lo que tenía en las manos, se las lavó rápidamente y fue hasta donde su castaño que estaba haciendo un gran esfuerzo por no llorar pero ya no pudo contenerse cuando Ikky lo abrazó para tranquilizarlo, en ese momento sintieron los tres ocupantes de ese templo el cosmo elevadísimo de Aioros buscando a Seiya, no tardó nada el dorado arquero en darse cuenta que su aprendiz se había salido del templo sin permiso

- Vámonos Ikky… ya no puedo mas… me quiero ir de aquí… ven conmigo… vámonos juntos – Seiya hablaba con desesperación, Ikky lo miraba con preocupación, nunca había visto en ese estado a su castaño

- Y a dónde vamos a ir? – preguntó el Fénix con dulzura, lo que quería era tranquilizar a su novio que estaba muy alterado

- A donde tu quieras, tu has viajado mas que yo, solo sácame de aquí – decía Seiya abrazando a Ikky que lo sostenía y le acariciaba la espalda y los cabellos

- No no no, nadie se va a ir a ninguna parte esta noche, esperen los dos aquí y no se muevan, yo iré a ver a Aioros, Ikky…  - dijo Aioria haciendo señas a su aprendiz que solamente asintió

- Si maestro

- No Ikky, vámonos… - insistía Seiya

- Ven acá chiquito tienes que calmarte, estás ofuscado

Ikky llevó a Seiya al sillón y le trajo un vaso con agua, el castaño se lo tomó y limpiaba sus lágrimas, el Fénix se sentó a su lado y lo abrazó, Seiya lo abrazó también y le empezó a contar todo el rollo con Aioros, Aioria salió del templo a tiempo para interceptar a su furibundo hermano que estaba por atravesar de un flechazo a su aprendiz

- No me lo niegues que se que aquí está Seiya – Aioros se veía imponente, estaba muy enojado y solo le faltaba marchar dentro del templo de Leo y sacar a empujones a su discípulo

- Si aquí está, pero no es conveniente que entres hermano, estás muy alterado y él también además Ikky está adentro con él, ya hablarán cuando estén calmados – Aioria estaba bloqueando la entrada

- No me voy a ir sin él – insistió el mayor

- Cálmate Aioros… Seiya se quedará aquí bajo mi cuidado – dijo el menor con firmeza

- Pero…

- Pero nada, ahora no es conveniente que entres a mi templo hecho una furia e intentes llevártelo, Seiya vino a llevarse a Ikky, él quiere huir con mi aprendiz, por el momento no han decidido nada porque el Pegaso está muy alterado, pero Ikky es Ikky, si lo considera pertinente se llevará a Seiya y no volverás a verlo, eso es lo que quieres?

- Claro que no – dijo el arquero en voz baja

- Entonces vuelve a tu templo y déjame manejar esto a mi – Aioria estaba un poco mas tranquilo, su hermano ya se estaba calmando

- Aioria… no dejes que Ikky lastime a Seiya

- Ya voy a ver que hacer, tu vete que solo los alteras mas

 

Aioros dio la media vuelta y subió las escaleras, Aioria con un suspiro entró en su templo, al verlo entrar Seiya que estaba sentado hablando con Ikky se puso de pie

- Tranquilo que ya mandé a Aioros a su templo, ya que estás aquí Ikky te agradecería mucho si lo ayudas a lavar la loza, yo voy a acabar de recoger la basura y luego armamos una cama para ti te parece?

- Me voy a quedar aquí? – preguntó algo incrédulo el castaño

- Claro… a dónde más te mando?… tu te quedas aquí con nosotros, el problema es que estamos remodelando las habitaciones de la planta alta y te va a tocar dormir en la sala

- Eso no es problema – el castaño esbozó una pequeña sonrisa

- Bueno… ya tranquilo pequeño, mañana será otro día – Aioria puso su mano en el hombro de Seiya y lo apretó suavemente, el castaño suspiró  y asintió cansado

 

Aioros caminó echando chispas por los ojos, estaba tan molesto que su aura era visible, entró a su templo y el espejo de la entrada se rompió, demonios!!!... todo esto se había salido de control, cómo fue que pasó?, Ikky… el culpable de todo era Ikky… al inicio cuando el Fénix empezó a rondar el templo de Sagitario a buscar a Seiya, Aioros no pensó que buscaba enamorarlo, poco a poco las visitas se hicieron frecuentes, los correos electrónicos todo el tiempo le llegaban a su aprendiz, los mensajes por el teléfono y las llamadas también, cuando aquella tarde Aioros vio a lo lejos como Ikky besaba a Seiya en el portal del templo el dorado guardián supo que se avecinaban problemas

 

Aioros esperaba que por la diferencia de caracteres la relación no durara pero al parecer es cierto lo de “Los opuestos se atraen” y la alegría del castaño complementaba la seriedad del peliazul, luego Aioros esperó que Ikky se aburriera pero al parecer eso no iba a ser así, Seiya era muy divertido y aunque no hicieran nada en toda la tarde mas que hablar se reían mucho, jugaban en la computadora, salían a correr y todas esas cosas pero mas o menos tres semanas antes de que Ikky se fuera a esa misión Aioros los había visto acostados en el sillón del templo acariciándose muy profundamente para su gusto y en poses sugestivas (Ikky estaba recostado sobre su espalda y Seiya estaba sentado en su caderas, el peliazul tenía las manos en el trasero de Seiya y lo estaba “acariciando” aunque amasando hubiera sido un mejor término), ahí el santo dorado se empezó a preocupar

 

Una tarde que Seiya había salido al pueblo con Shun, Aioros aprovechó y se dedicó a buscar en sus cajones, a chequear sus libretas, y demás lugares donde pudiera esconder algo que no debería tener su aprendiz, le estaba haciendo una requisa al cuarto y casi se muere de la impresión cuando en una caja de zapatos al fondo de su armario encontró algunos paquetes de preservativos y un tubo de lubricante, todo esto estaba empaquetado pero si Seiya lo tenía era por algo, el maestro buscó y buscó hasta que encontró apuntada en una libreta la contraseña del correo electrónico del castaño e ingresó, ahí vio varias conversaciones con Ikky en las que el peliazul le insistía para tener sexo y el castaño se negaba, el problema fue que en la última de las conversaciones que estaba fechada la noche anterior, Seiya decía que ahora se sentía listo, que lo amaba y que quería hacer el amor con él, esto acabó de preocupar al dorado arquero que fue a hablar con el Patriarca para que mande de misión a su hermano y a su aprendiz lo mas lejos posible, él necesitaba tiempo para hacer reaccionar a Seiya pero el mes de ausencia de Ikky vino y pasó sin hacer mella en las decisiones ya tomadas por el joven castaño y la primera noche de la vuelta del Fénix ya lo encontró en la cama de su niño… esto no podía continuar… Aioros estaba convencido de que Ikky no amaba a Seiya… solo quería jugar con él… hacerlo suyo para luego botarlo…

 

Notas finales:

Espero que les haya gustado, ahora... qué hará Aioros con Seiya?, será que Aioria adopta al Pegaso también?, lograrán limar asperezas?

Eso es mañana, muchas gracias por leer y nos vemos en el capitulo nuevo


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