EL DESPERTAR DE LA MALDAD
Eran un nuevo día uno lleno de radiantes rayos de sol que no lograban colarse hasta ese boscoso lugar, corría de forma desesperada mientras perseguía aquel pequeño animal, aquel conejo blanco que trataba de huir a toda costa escondiéndose tras lo que pudiese encontrar, sonreía de forma divertida mientras aquellos colmillos blanco marfil asomaban por sus finos labios
Edward… -hablo su madre con un tono un tanto de reproche al ver que su hijo no veía con buenas intenciones aquel animal, aquel joven le miro de forma llena de reproche- no debes hacer eso –calmo al joven con una pequeña sonrisa acomodando aquellos finos cabellos tras su espalda mirándole abriendo sus brazos-
Aquel chico se acerco a su madre sin quitar aquella mirada de reproche, la calma adorno aquel fino y pálido rostro mientras reto con la mirada a su madre – ¿porque los humanos son tan calidos? –Aquella sonrisa se borro del rostro de su madre, a formar una llena de sorpresa acercándose a su hijo tomándole por los hombros-
Porque dices eso-cuestiono la mujer llena de duda, al ver la clara mirada de su hijo-
Nada…-susurro- solo ah sido curiosidad madre, hablan tanto sobre ellos que, suenan llenos de vida, tan… -pero fue interrumpido por un joven y hermoso hombre que susurro algo cerca del oído de la mujer-
Hijo…hablaremos de este tema, en otro momento, debo ir a ver a tu padre –hablo la madre con un dejo de preocupación en su voz, alejándose de el-
Solo miro alejarse a su madre mientras una de sus manos sacaba aquel pequeño pañuelo llevándolo cerca de su nariz olfateando a que dulce y calido aroma, apretando un poco el pañuelo, podía recordar todo con suma claridad, la curiosidad que había sentido por conocer a los humanos había llegado ser gracias a las características que escuchaba que sus padres mencionaban, se había dado una idea errónea de los débiles humanos.
Tenemos grandes problemas –hablo aquel hombre al ver como entraba su esposa a esa gran habitación en donde se encontraban varias personas tal ves importantes que al ver entrar a la mujer hicieron una sutil reverencia -
¿Que es lo que esta ocurriendo? – se acerco a su esposo tomándole por el brazo-
Mi hermano amenaza con destruir a los humanos – mordió ligeramente su labio inferior quedando todo en silencio-
Pe..pero el trato –termino de decir-
El maldito nos ah traicionado! – el tono de voz de los demás no se hizo esperar en murmullos-
Callada!! Todos, en entonces momentos el hablar no evitara que termine de suceder una gran tragedia, pensad que podemos haced para remediar todo este caos –la voz de un hombre mayor interrumpió a todo, para seguir con aquella discusión-
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Auch! –se quejo al ver sus manos irritadas por tallar tanto aquellas prendas cerca de un pequeño lago, la roca donde tallaba no ayudaba en nada tampoco, soplo un poco las palmas de sus manos mientras sonrío ampliamente al ver aquellas prendas un poco mas limpias pronto su vista se poso sobre aquella gélida mirada dirigida hacia ella de entre grandes árboles que llegaban a cubrir todo rayo de sol que quisiera colarse sobre el, con curiosidad se acerco un poco mas al chico mirándole con una amplia sonrisa al recordar que se trataba de el mismo chico que le había hecho dar el grito en el cielo – tu!! Porque estabas espiándome! – Sorprendió un poco al chico aquel grito de la chica señalándole con su dedo índice-
y..yo – se puso algo nervioso al ver como se acercaba mas a el, de alguna forma se sentía un poco amenazado su espacio así que se alejo un poco haciendo que se detuviera la chica-
como sigues –señalo un poco desconcertada por el pequeño paso que el chico había dado hacia atrás- no voy a morderte sabes –hablo haciendo una pequeña mueca en forma de sonrisa a lo que el chico aun mas le miro, como si estudiara esas facciones, era una humana bastante bonita, era tan similar a el, de alguna forma quiso acercarse a ella-
Katrynaaaaaaa!!! –se escucho el grito a coro de dos voces diferentes, lo que hizo que la chica volteara a ver a los dueños de esas voces, al regresar su vista hacia el chico que había visto este ya no estaba-
Soooon unoooos idiotaaaaas –alzaba el puño la chica mientras sus hermanos le veían de forma confusa- se me fue por su culpa
Por fin terminaste de perder la poca corduda hermanita –bromeo uno de los niños mientras el otro dejaba escapar una carcajada sonora-
Los matareeeeeee –hablo la chica emprendiendo una carrera para tratar de golpear a sus hermanos, mientras unos ojos le seguían atentamente sin perder ningún detalle “Katryna” movió sus labios sin pronunciar su nombre…
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¡¡¡MATEMOSLOS AHORA!!! – se escucha la gruesa y aterradora voz de aquel hombre de aspecto terrorífico, de un aspecto casi inhumano mientras daba un fuerte golpe destrozando una mesa redonda de madera- YA NO PODEMOS SOPORTAR MAS ESTA HAMBRE, NO SOREVIVIREMOS SI SEGUIMOS LA REGLA DE AQUELLOS MALDITOS LAMBISCONES – la forma en que hablaba era digna de su horrible apariencia mientras asentían otros de su mismo aspecto-
Vas a pagar con lo que mas proteges –termino de decir mientras cerraba sus puños logrando herirse encajando sus gruesas garras en las palmas de sus manos- y aun así no te alcanzara toda la vida para lamentarlo… -miro aquellos rebeldes mientras sonrío- preparen el plan…. –fue lo único que sentencio-
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Había pasado ya una larga semana, los días se iban y venían cada ves mas comprometedores, las mañanas solo se ponía ayudar a su madre, mientras sus hermanos se iban a trabajar con su padre, si bien no eran una familia adinerada, vivían cómoda y tranquilamente, su padre no tenia algún vicio y problemas, en el pueblo era un hombre muy querido y respetado, su madre era una mujer que encantaba de diseñar vestidos para ocasiones especiales y venderlos en el pueblo, amaba su vida, no tenia tantas tristezas y solo se preocupaba por disfrutar de su infancia cada tarde cuando llegaban sus hermanos se dedicaba a complacerlos con una grata comida y ella escuchar los grandes relatos que ellos tenían para ella sobre el pueblo, su padre había decidido no dejarle ir mas y aunque no sabia porque había aceptado aunque eso significara estar sola y aburrirse al menos de un tiempo hacia atrás, había conocido a alguien que parecía de su edad, solo se habían hablado una sola ves y desde entonces aunque no quisiera se había dado cuenta de que aquella mirada le seguía la mayor parte del tiempo en donde se encontrara, ya era costumbre sentir su presencia, mientras la curiosidad de saber mas crecía poco a poco dentro de ella, “voy a averiguar quien eres!” pensó de manera firme y cada noche, regresaba al mismo lugar para encontrarse con el, para conocerle, para ganarse su confianza, para convertirse en los mejores amigos, y con ello el tiempo comenzaba a pasar de manera rápida transcurrida como si en un abrir y cerrar de ojos hubiesen pasado años, el tiempo transformo todo a su paso marchitando y acabando con lo viejo dándole entrada a un ciclo nuevo y así pasaron 6 años mas.
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El día comenzaba a ser bastante tranquilo, aquella joven mujer sonrío un poco al ver a sus hermanos cargando algunos sacos de maíz que su padre había traído por la madrugada, mientras veía como las piernas de sus hermanos se tensaban al recibir aquel peso de los sacos como si de plástico frágil fueran y sin pensarlo su mente comenzó a trabajar imaginándolo.
JAJAJAJAJAJAJAJA- llevo sus manos hacia sus labios para tratar de callar aquellas risas, que provocaban aquel rostro lleno de molestia de los hermanos hacia ella-
Que es lo que se te hace tan gracioso mujer- grito aquel joven de aspecto peculiar, sus ojos rasgados y de color negro azabache como la misma noche, le miraban con cierto bosquejo de molestia en sus finos ojos, sus cabellos negros atados en una pequeña coleta con un listón blanco que terminaba de amarrar bien su cabello un moño, sus ropas eran simples las mismas que cualquier pueblerino, viejas gastadas y hasta algo rotas, que como podía llevaba el saco hasta una pila cerca de de la pared de su hogar-
Nada Wufei es solo que… tus piernas se ven graciosas cuando cargas cosas pesadas, pareciera que se te van a doblar- siguió riendo a lo que el joven hizo un sonido con sus labios-
Calla mujer como tu no haces nada mas que holgazanear- hablo el chico de mirada azabache mientras el otro hermano solo miraba serio a los dos y seguía con su trabajo a lo que Katrina supo que era hora de retirarse y dejarlos en paz, comenzando una larga y lenta caminata hacia el pueblo.
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Realmente le dolía en el alma engañar a sus padres así, habían pasado ya años, ya no era un niño había crecido preguntándose tantas cosas, el cielo parecía estar a su favor, los rayos del sol confabulaban a su suerte ocultándose mientras esperaba tras de un árbol paciente, podía sentirle, podía oler aquel embriagador aroma que alguna ves había grabado en sus sentidos gracias a un pañuelo, desde a cierta distancia podía imaginar la silueta de ella a como fuera… decidiendo esperar.
Caminaba a pasos lentos, la idea de vivir bastante lejos del pueblo le era fastidiante y aun así le gustaban los largos caminos y el hecho de que podía pensar ciertas cosas con tranquilidad, se había convertido como decía su madre en una mujer bastante hermosa, y como tal no faltaba quien le pretendiera ofreciendo tierras y la mejor vida, cosa que siempre se daba el lujo de rechazar, en el pueblo era una mujer bastante conocida no solo por ayudar al que le necesitara, si no por su belleza, de pronto su mente se encontró con la imagen de aquel joven que se había robado su corazón, a pesar del pasar de los años, a pesar de que el parecía cambiar mas lento, a pesar de que parecía ocultarle tantas cosas, le amaba, tan sumida en sus pensamientos que no sintió la presencia de nadie mas que aquellos fríos brazos rodearle por la espalda haciéndole exaltar un poco..
Porque tan sola- susurro cerca de su odio, a lo que su cuerpo reacciono de forma nerviosa subiendo un ligero rubor hasta sus mejillas-
Aquella voz le era tan familiar y aun así su cuerpo se tensaba de tal manera que su piel se erizaba quizás por el frío o los nervios, habría pasado ya tanto tiempo que mantenían una relación en secreto… si secreto, tal ves era la palabra que mas odiaba escuchar ella misma, y es que de alguna forma sabia bien su situación. Edward miro la aquel silencio como algo preocupante y aun así se mantenía el silencio sabiendo que seguramente era lo mismo que cada noche, no era tan extraño que ella pensara siempre que solo le utilizaba se culpaba de si mismo por ocultarle tantas cosas a su mujer… un ligero sonrojo cubrió sus pálidas mejillas al pensar en esa simple palabra pero complementaria para el, se aferro a ella como si de esa fuerza ejercida en el abrazo le trasmitiera todo lo que el no podía decir y con ello todo quedaba mas que hablado, respiro el frágil pero suave aroma que emanaba de ella memorizando cada pequeño detalle, quería quedarse así para siempre, podía sentir como su corazón bombardeaba la sangre a cada centímetro de su cuerpo.. ese caliente liquido tan vital para los humanos, ese sabor embriagante que hacia que su cuerpo reaccionara de forma animal y… activara sus sentidos
¿Pasa algo? – susurra al sentir demás aquella fuerza en ese abrazo que comenzaba a lastimarle quejándose un poco-
n...no nada, perdona yo..- dio un paso atrás de ella molesto consigo mismo por aquel acto inconciente de el, un tenue rayo de luz dio directo hacia su mano lo cual por reflejo hizo que se metiera en la sombra de los árboles mirando hacia el cielo- debo irme –miro hacia Katryna quien se mostró preocupada como el daba pasos hacia atrás alejándose lentamente, quiso preguntar, quiso detenerle pero parecía asustado- te veré esta noche donde mismo…- quiso hablar mas pero solo pudo asentir mirando como corría con tal fuerza como si fuese perseguido por algo mas, un escalofríos cubrió de nuevo su cuerpo mientras sobaba su cintura, le había dolido aquel abrazo comenzando a caminar de nuevo…
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En lo mas profundo del bosque… donde la oscuridad reinaba al no dejar entrar los rayos del sol por las frondosas copas de los árboles…
Uno mas- termino de decir aquella voz gruesa mientras aventaba un cuerpo al suelo, lamió aquella sangre que bañaba sus afiladas uñas mientras otros devoraban aquel ser humano, arrancaban los pedazos de carne comiendo como animales desesperados gruñéndose entre si al tratar de quitarse su comida- quien diría que los humanos saben tan bien – limpio su boca, eruptando lo que su cuerpo decía que había sido suficiente comida y sus demás compañeros reían-
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Había llegado al pueblo como era de costumbre, aun seguía algo perturbada por lo que había pasado momentos atrás, pronto sus pensamientos se dirigieron hacia las desoladas calles… sentía una extraña sensación conforme sus pasos se asercaban a los puestos del mercado, eran pocas las personas que tenían sus puestos abiertos, su instinto vibro sintiendo un poco de escalofríos
No deberías estar aquí –hablo aquel hombre que años atrás le había aterrado con sus extrañas profecías o delirios, aquel hombre zarrapastroso se acerco a ella rodeándole- ellos están aquí, lo sabia nos mataran, todos moriremos todos! –aquel hombre en su infancia le había asustado con palabras similares, por inercia corrió topándose con alguien de espaldas y cayendo al suelo-
Aquel joven volteo al sentir el cuerpo de una persona chocando con el suyo volteando a ver a la joven tirada en el suelo- perdone –susurro aquel joven ayudándole a levantarse-
Se quejo un poco mientras aceptaba la mano de aquella persona que había sido culpable de tal caída, el sonrojo en sus mejillas se hizo notable cuando su vista se poso sobre un joven rubio de cabellera corta, ojos azul celeste y piel pálida que por un momento le hechizo dejándole paralizada, aquel joven terminaba de meter sus verduras en sus respectivas cajas aguardando todo a lo que se había quedado como saldo de un día de trabajo - porque todos se van- pregunto con voz dudosa mientras observaba como empezaba a subir sus cosas a una carreta-
El joven rubio se quedo callado por unos momentos – ¿no sabes? Desde hace unas semanas… han muerto de la forma mas cruel algunos aldeanos-callo por un segundo- todos aquí temen por sus vidas
Que extraño –susurro Katrina- mi nombre es Katryna, discúlpame por lo de hace un momento simplemente no me fije
Soy Quatre R. Winner –sonrío el joven- eh escuchado mucho sobre ti por mi padre
El señor winner es un gran hombre, lastima que ya no esta en sus mejores tiempos- sonrío- supe que se ah enfermado, espero que se recupere pronto-
Gracias –sonrío amablemente Quatre- pero no deberías estar aquí, si gustas puedo ir a dejarla a su hogar yo paso por las afueras del pueblo
Katryna lo pensó un par de segundos a lo que acepto, ayudando al joven a terminar de guardar todo para marcharse…
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Muchas gracias joven Winner –saludo la madre de la chica mientras esta entraba a la casa-
Vaya era hora –comento Wufei molesto- ya nos tenias preocupados
Katryna salto sobre el chico mientras este se sonrojaba levemente- que crees que haces mujer!
Solo te consentía wuu bonito – el hermano mayor solo miraba en silencio a los dos haciendo escándalo para después terminar de sentarse todos a la mesa para cenar en silencio-
Saben…- hablo pausado- hoy que fui al pueblo todo ah estado muy extraño..
Wufei dejo su cuchara por un lado del plato mientras le miro intrigado- ¿Por qué?
Dicen que han aparecido muchos muertos –miro a su padre y después a su madre- que son brutalmente acecinados – miro a Wufei y a su hermano-
Había escuchado de ello –hablo el hermano mayor siendo apoyado por Wufei- aunque pensamos que solo eran cuentos
Que miedo! –exclamo katryna mientras la cena transcurría normal-
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Media noche…
El sonido del canto de los grillos y de otros animales en ese lugar se hacia presente, acomodo su camisa mirando hacia el estanque el reflejo de las estrellas, estaba cansado de tener que ocultarse, cansado de no comprender a sus padres, de no comprenderse así mismo, se sentía tan frustrado e incompleto, lo tenia todo y sin embargo no tenia nada y eso era lo mas patético que podía sentir en ese momento… el sonrojo en sus mejillas aumento al sentir aquella pequeña mordida en el lóbulo de su oreja - nunca te fallaría- susurro ella mientras sonreía al encontrarle tan pensativo, se acomodo aun lado de el recargando su cabeza sobre su hombro en silencio…
Tengo miedo- susurro- tengo miedo de que todo esto tan hermoso desaparezca así de fácil, que dejes de amarme y…- fue callada por los labios de su joven amante en un sutil beso-
Nunca pasara, no importa que pase yo voy amarte siempre- susurro mirándole tan cerca, degustando aquellos labios, saboreando el dulce sabor de ellos, a lo que sin persona se aferro a el, lentamente le acosto sobre el fresco pasto aferrando sus manos a las de ella, apoderándose de sus labios de nuevo para como cada noche terminar entregándose mutuamente…
“tengo miedo, tengo miedo a lo que pronto vendrá, lo presiento, tengo miedo a lo que desconozco y que se que nos asecha cada día de nuestras vidas, de la terrible realidad que esta frente ami y empaño con ilusiones falsas, pero mientras siga a tu lado… ese miedo desaparecerá”
y así sin mas bajo aquella luna, como cada noche ahí, siendo testigos solo el silencio y su alrededor, se convierten en uno solo ser… en una sola persona ajenos de todo…
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Un solo humano por día ya no me satisface –sobo su estomago mientras jugaba con un pequeño anillo de metal- necesito mas… mas… -saboreaba pasando su lengua sobre sus labios imaginando como seria su siguiente ataque silencioso pero mortuorio…- pronto esta hambre acabara, esta sed cesara, pronto…. –sonrío a carcajada abierta mientras estrujaba en sus manos un cráneo de algunas de sus victimas-
Continuara://///////////////////////////////////////