Sacrificios.
Amor se escribe con doble K.
-Zero chan.
-Ah Takuma san, Kaname me dijo que estás encargándote de buscar a mi hermano, lamento asignarte esa tarea.
-Nah, no importa. Ven siéntate conmigo- Takuma quitó del asiento varios papeles y el muchacho se sentó- ¿así que ya le llamas por su nombre?
-ah el maldito me obligó-dijo sonrojándose levemente, el rubio sonrió y apoyó su mentón en la palma de su mano.
-sí, ese maldito obliga a todo mundo. Su deseo de pasar todo el tiempo posible a tu lado lo ha llevado a acostumbrarse a una vida diurna y con ello nos arrastró a nosotros también.
-lo siento
-deberías, aunque eres un vampiro, prefieres seguir con tu vida como humano, y cómo Kaname es capaz de hacer todo por ti, prefirió cambiar su estilo de vida obligándonos a todos los demás a lo mismo, así que si, qué bueno que te disculpas, por que ayer estaba durmiendo muy felizmente, ¿sabes?, cuando tu novio me espantó el sueño para el resto de la noche.
-de verdad lo siento, Takuma san.
-lo bueno fue que pude avanzar bastante- el rubio se irguió orgulloso de sí mismo.
-¿de verdad?
-sip. Pensé que lo mejor era buscar los lugares en los que Shizuka estuvo después de morderte, seguramente tu hermano iría a estos. Y no me equivoque, logre seguir sus pasos por varias ciudades, y ahora mis posibilidades se reducen solamente a tres, con un poco más de tiempo lo encontraré, Ze chan.
-¡waa, Takuma san, eres genial!!
-jejeje, claro que lo soy, eh Ze chan, ¿qué tal un besito de agradecimiento?-dijo inclinándose sobre la mesa y parando la boca, jugando, obviamente.
-¿qué Takuma san?, ¿quieres que Kaname te golpee como la otra vez?
-jajaja, valió la pena- dijo y volvió a levantar la boca esperando su beso de piquito; Zero se rió, pero su risa terminó cuando una voz hostil hablo a sus espaldas.
-Así que ahora también será Takuma, definitivamente que no conoces la moral.
-Ah Yuuki chan-dijo el rubio-solo estábamos jugando.
-¿jugando? Así fue como inició todo ¿o no Zero?
-Yuuki, no es el lugar ni el momento, para que vengas a reclamarme de nuevo por lo de Kaname-dijo el peliplateado suspirando-¿a qué viniste?
-vine, a decirte, a exigirte más bien, que no vuelvas a mi casa. Ayer tuve que soportar escucharlos teniendo sexo-levantó la voz, y los estudiantes alrededor giraron el rostro curiosos.
-Yuuki, por favor no armes un escándalo aquí.
-sí, Yuuki chan, es algo innecesario.
-¡No me interesa!-gritó- ¡qué sepan tus compañeros, la clase de persona que eres!
Zero frunció el ceño, Yuuki tenía la atención de las personas a su alrededor, definitivamente.
-¿y qué clase de persona soy? ¿Eh, Yuuki?
-tú eres un maldito gay que me arrebató a mi prometido.
¿Ah Zero kun es gay? No puede ser… ¿en serio? ¿Gay? Lo sabía no se puede ser perfecto... eran la clase de comentarios que se escucharon inmediatamente.
-yo no te arrebate nada.
-por supuesto que sí, te valiste de la lujuria para llevártelo, pero cuando dejes de serle atractivo, te dejará, estoy segura.
-¿Por qué no mejor te callas?-Kaname llegó y la miró furioso, sus ojos castaños irradiaban cierto color rojo infernal- Si vas a decir las cosas, ¿por qué no dices la verdad? ¿Por qué no dices que tu “prometido” fue quien te dejó por un hombre? Mejor a un, ¿por qué no dices que Yo, preferí estar con él que contigo?
-Kaname, esto no es contigo-dijo ella.
-claro que sí, viniste expresamente a una universidad que no es la tuya, solo para molestar a mi novio, claro que es mi problema.
¿Novio? Entonces… ¿Kuran Kaname y Kiryuu Zero eran…? El murmullo general explotó.
-vienes-continuo el vampiro- a hablar de moralidad, ¿con qué cara Yuuki? ¿No eras tú quien quería casarse con su hermano? ¿No eres acaso mi hermana pequeña? Hasta donde sé a eso se le llama incesto…
-¡no intentes voltearme las cosas, Kaname!
-No volteo nada, es simplemente la verdad. Te quejas de que él y yo seamos gays… ¿qué hay de malo con eso? es amor, y el amor, no tiene género.
-¡es verdad!-dijo una chica- Zero kun no le hagas caso a esa vieja loca.
-¡sí, que se vaya!-dijo otra.
-¡Kuran sempai, nosotras los apoyamos!
Yuuki frunció el ceño y apretó los dientes, Kaname la había humillado de nuevo.
-No te perdonaré esto-dijo- me las pagaras, Kaname.
Y dando media vuelta se marchó.
+++
-es increíble como son las chicas de hoy-dijo Takuma sonriendo- ayer babeaban por ustedes, soñando con ser sus novias y ahora que saben que son una pareja, los defienden a capa y espada.
-los tiempos cambian-dijo Kaname.
-las mujeres son increíbles.
-cuando no están locas-dijo Zero y los otros dos asintieron.
+++
Kaname descubrió su estudio completamente volteado, los libros por el piso, hojas desparramadas, su ajedrez esparcido por la estancia, su sillón patas arriba. ¿Esa había sido la venganza de Yuuki? Que infantil, pero bueno.
Tenía cosas más importantes en que pensar, como el paradero del gemelo de Zero, o más aún como hacer que su novio viviera con él. Se moría por compartir una cama, un armario, el baño…y ese desgraciado lo evadía siempre que se lo proponía.
Se agachó y comenzó a levantar sus libros, suyos y de los Kuran anteriores a él, suspirando. También tenía que ir planeando su boda, aunque no tenía idea de cómo, y Zero, no movería un dedo por que “las cursilerías” se las dejaba a él, y cuando eso pasará, el peliplateado no tendría más opción que vivir con él… ¿no existiría una forma para mantenerse juntos para siempre?
Su ojos se detuvieron en un libro que nunca antes había visto, quizás porque estaba muy escondido o muy arriba en alguno de los estantes de piso a techo que tenía el estudio. Llamó su atención el color iridiscente de su tapa, lo tomó e intento abrirlo sin conseguirlo, le dio la vuelta entre sus manos y aplicó toda su fuerza, nada. No tenía cerraduras ni algo parecido, pero no podía abrirse…
+++
-¡Aidou!
-Kaname sama, ¿qué se le ofrece?
-Necesito que me averigües como abrir esta cosa-dijo y dejo caer el pesado libro frente al muchacho que frunció el ceño confundido.
-solo tiene que levantar la pasta de la portada, Kaname sama.
-no soy idiota, Hanabusa, ya lo intente y no puedo, a ver, hazlo tú.
El vampiro agarró el libro, pero al igual que Kaname no pudo abrirlo ni un centímetro,
-¿por qué no se lo pide a Takuma? No soy bueno en estas cosas.
-Porque Ichijou está ocupado con otra cosa que le encargue. Averigua ¿quieres?
-no me queda de otra, ¿o sí?
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Zero se acomodó la mochila en el hombro, estaba cansado, el trabajo de medio tiempo nunca había sido tan pesado, y eso era solo porque sus pesadillas no le permitían descansar adecuadamente. Esperaba que Takuma encontrar a Ichirou, necesitaba saber donde estaba para ir por él, algo le estaba pasando, y no era nada bueno, lo sabía, en el fondo de su corazón la angustia lo quemaba.
Su pequeño hermano, al que siempre protegió, ahora estaba lejos sufriendo haciendo quien sabe que sacrificios.
Se tropezó con algo, era una caja, la pateó ¿quién deja una caja en medio de las escaleras? Con un nuevo paso, otra caja, y otra, cada vez más grandes ¿pero qué demonios? Pensó, saltándolas y esquivándolas, cuando llegó a su piso, el número de cajas solo se había incrementando.
Extrañado, sacó su llave y se dispuso a abrir la puerta, tal vez alguien se estaba mudando, pero ¿Quién tendría tantas cosas? La puerta rebotó con algo y le dio en la nariz, molesto se sobó, y la empujó, entrando apenas, buscó a tientas el apagador y prendió la luz.
El pasillo de su departamento, el pequeño vestíbulo, todo estaba lleno de horribles cajas marrones, ahora sí que no entendía nada. Se quitó los zapatos y caminó entre ellas, su enojo crecía a cada paso, ¿¡Qué estaba pasando!?
-ah Zero ¡bienvenido!
-¿Kaname?
El castaño le sonrió sentado en la cama del peliplateado mirando la televisión cómodamente.
-¿Qué? ¿Qué?... ¿qué es todo eso de allá afuera?
-mis cosas.
-¡¿tus qué?!
-Mis cosas, ropa, libros, cosas que necesito. Pero te digo que tu apartamento es muy pequeño, no caben todas.
-¡¿y porque tendrían que caber todas?!
-¿no es obvio? Me mudó contigo.
Zero abrió los ojos, shokeado, ¡qué diablos acababa de decir!
-¡¿qué?!- dijo caminando hacia él y poniéndose enfrente de él, evitándole ver la televisión-¿Quién te crees que eres para venir y decidir esas cosas por ti mismo?
-tu novio.
-¡eso no te da derecho a decidir por mi!
-Pero es que tú no quieres vivir conmigo en mi casa. Así que solo sigo los antiguos preceptos.
-¿de qué demonios hablas?
-si la montaña no va Mahoma…
-¡ah Cállate!! ¡Vete, anda! ¡Y llévate tus cosas!
-¡ni hablar! ¡De aquí me sacas muerto!
-¡Kaname, tus cajas espantosas ocupan más de la mitad del espacio!
-Bueno, haré una selección y me quedaré con lo más indispensable…
-¡¿es que tú no entiendes?!
Kaname lo atrapó por la cintura lo atrajo hacía sí, y girándose de forma tal, que lo empotró contra el colchón.
-eres tú el que no entiende-dijo-no entiendes que quiero estar contigo todo el tiempo que sea posible, que quiero estar contigo cuando duermes, cuando comes, cuando te duchas, quiero saberte cerca.
-pero…- Zero frunció el ceño molesto, sabiendo que sus argumentos se diluían cuando Kaname le hablaba así.
-vamos Zero no te enojes-dijo el vampiro, desabrochándole los botones de la camisa-mejor dime que sí, y déjame vivir contigo.
-pero…- Kaname lo besó dejando que su mano acariciara su clavícula, internándose así, poco a poco al cuerpo de su amante.
+++
Aidou se quemó las pestañas buscando en la biblioteca del consejo, nunca en toda su larga vida había hecho algo así, estaba cansado y hambriento. Sopló a un par de hojas amarillentas y le llamó la atención el rosal dibujado en uno de ellos, era el rosal de la Academia Cross o al menos se le parecía, debajo había una nota, decía que se había desenterrado un libro.
Ladeo la cabeza y siguió buscando, encontró una serie de notas que por sí mismas no decían nada, pero en conjunto parecían llevar un mensaje. Intentando unirlas descubrió algo que lo hizo aplaudir, la bibliotecaria lo calló.
Era una historia, hablaba de magia, magia ancestral, y un libro que la reunía toda. Generaciones de vampiros habían depositado sus conocimientos en él, y sólo un sangre pura podía leerlo, porque solo la sangre pura podía abrirlo.
El códex, le llaman, la leyenda dice que en él se encuentran hechizos para revivir muertos, curar enfermos y salvar pueblos, pero también artimañas para vampiros tramposos, es un libro codiciado, y muchos eminentes vampiros lo han buscado. No se sabe como es, lo cierto es que no cualquiera puede abrirlo.
Cuando terminó de leer se sintió con la respuesta en la mano aunque no estaba seguro, tenía que informar a Kaname.
+++
Zero le cedió su lugar en el tren a aquella mujer que cargaba a su pequeño hijo. Los observó en silencio colgando de la agarradera, bamboleándose al compás del trajín del tren.
El niño tendría escasos meses, aunque ya podía sostener su cabeza por si mismo dependía por completo de su madre. Qué pequeño y frágil, pensó. Sus piernitas regordetas tenían marcados unos hoyitos donde debían estar sus rodillas, Zero sonrió divertido ante eso, le gustaba, le gustaba ver a ese bebe en brazos de su madre, aferrado con sus manecitas a la ropa y mirando curioso a todos lados.
El pequeño se giró inquieto y miró a Zero, se le quedó viendo por un momento y luego esbozó una gran sonrisa, mostrando sus encías sin dientes, al tiempo que estiraba su mano hacia el joven, que se quedó de piedra sin saber qué hacer.
Era increíble que un pequeño lo paralizara más que cualquier otra cosa. La joven madre sonrió también.
-le agradas-dijo-anda, no seas tímido, toma su mano.
Zero dudó un segundo pero acerco su mano y el bebe cerró sus dedos entorno a su dedo, que comparado con sus deditos era enorme. El peliplateado sonrió.
-eres muy joven-dijo la madre-pero ¿tienes planeado tener hijos?
-¿ah? Bueno yo…-dudó y se sonrojo inexplicablemente
-es que ahora los jóvenes no quieren tener hijos, ni casarse, ¿tú quieres casarte?
-ah…si…de hecho yo…me casaré pronto…
-¿en serio? Pero si eres muy joven, ¿no embarazaste a tu novia, verdad?
-no, no se trata de eso.
-¿entonces es amor?-él asintió y la mujer también-que bueno, ¿y quieren hijos?
Zero se encogió en sí mismo, no es como si pudiera decidir eso, tener hijos con Kaname era física y biológicamente imposible, sin importar cuanto lo quisiera… ¿cómo explicar eso?
-¿aun no lo han pensado?-él negó- pues yo te puedo decir que es muy hermoso.
-ya lo creo.
+++
Abrió su puerta, peleándose de nuevo con las benditas cajas de su amante, iba a mandarlo al diablo si las dejaba a ahí antes de terminar la semana.
-Kuran-lo llamó aparentando enojo-dijiste ibas a quitar… ¡¿qué estás haciendo?!
Kaname estaba sentado en el piso de la habitación con un libro en las piernas, una mano extendida y un cuchillo en la otra, su sangre se derramaba sobre la cubierta. Zero corrió y tomo su mano, buscando desesperado con que detener la hemorragia
-cálmate, Zero-le dijo el vampiro-no pasa nada.
-¡¿cómo que no?! ¡¿Qué diablos pasa por tu cabeza?!
-no me voy a morir por esto, lo hago para abrir el libro.
-¡¿dónde has oído de un libro que se abre así, pedazo de idiota?!
-es que este en un libro vampírico-dijo y con su mano vendada con una corbata acaricio su rostro-mira, se abrió.
Efectivamente el libro estaba abierto mágicamente de par en par.
-¿y qué tiene de importante este libro?
-según Aidou, contiene muchos secretos de nuestra raza, me intriga.
Zero levantó la ceja, molesto.
-tal vez-continuó Kaname- aquí me digan cómo puedo fundirme contigo.
-¿fundirte conmigo?
-sí, tenerte siempre, alma y cuerpos juntos, eso me encantaría.
-Kaname, ¿es mi imaginación o andas muy cursi, últimamente?
-mmm…- el vampiro lo ignoró y se sumergió en la lectura de su libro. Suspirando, Zero se levantó.
-oye Kaname
-¿uhm?
-¿te gustaría tener hijos?
-no especialmente, ¿por qué?- el castaño retiró la mirada del libro y lo miró a él ceñudo- ¿tú sí? ¿Piensas dejarme por eso?
Zero le aventó una lámpara que encontró sobresaliendo de las cajas.
-¡no seas paranoico, imbécil!, ¡era una pregunta, sin ninguna otra intención!
Y rumiando su coraje fue a la cocina a prepararse algo de comer. Kaname miró la lámpara que atrapó antes de que se estrellara en su frente, se encogió de hombros y continuó su lectura.
+++
Con la sabana encima de su cabeza, Zero se hartó.
-¡Kuran! ¡¿Hasta cuándo vas dejarme dormir?!
-tranquilo, ya casi lo encuentro-dijo el castaño, tenía la lámpara prendida sobre la cabecera de la cama y con el libro en el regazo continuaba leyendo.
-Ni siquiera sabes que estás buscando.
-mira-dijo el castaño- el hechizo para traer a los muertos a la vida.
-¿zombis? – Zero se incorporó ligeramente curioso y miró el libro.
-no, no así, se trata de revivir el alma en el mismo cuerpo, a través de sangre y un vientre materno.
-¿ah?
-además, se liga el alma de quien hace el hechizo con la de la persona revivida. Yo quiero eso-dijo-ligar mi alma a la tuya.
-tendrías que matarme y luego revivirme.
-y conseguir un vientre para que te desarrolles.
-y tendrías que cambiar pañales, y ya que no te interesa tener hijos.
-si se parecen a ti, eso me gustaría.
Zero lo miró y se dejó caer de nuevo en la cama, suspirando.
-déjalo ya ¿quieres?
-espera, tengo el presentimiento que en la siguiente hoja...
Definitivamente era difícil tratar con él cuando se enfrascaba en una tarea. Frunciendo el ceño, e incapaz de soportar sentirse sistemáticamente ignorado, se sumergió de nuevo en las sabanas. Kaname era capaz de desvelarse buscando, lo que fuera que estaba buscando, y con ello desvelarlo a él, y él tenía que dormir, al menos lo que le permitieran sus pesadillas tan recurrentes… a menos que…
Moviéndose entre las sabanas, sus manos tocaron sobre la ropa el miembro de su amante, masajeándolo, el castaño dio un respingo.
-Ze…Zero, ¿qué haces?-dijo
-tú qué crees- el peliplateado, buscó el resorte el pijama y tomo entre sus manos el miembro de Kaname, quien se movió…
-hey, Zero, sabes que no me niego jamás, pero estoy en algo importante.
-tu sigue con ello-le dijo debajo de las sabana, y con su lengua lo acarició.
Kaname intentó concentrarse, pero ¿cómo? Soltó el libro que cayó sonoramente en el piso, justo cuando Zero introdujo su miembro en su cálida boca. Retiró las sabanas y jaló de su cabello obligándolo a levantarse.
-¿qué…?
Kaname no lo dejó terminar, tomó su rostro y lo besó, desesperadamente.
+++
Kaname pegó su cuerpo a la espalda de Zero, el olor de su nuca le gustaba, podía quedarse pegado a él con todo el gusto del mundo. Le gustaría ser una sanguijuela y quedarse adherido a su piel, sería perfecto, se alimentaría de su sangre y estaría con él a donde quiera que fuera, como un parasito al fin y al cabo, pero un parasito feliz.
Aunque pensándolo mejor, no le gustaba tanto la idea de ser sanguijuela, porque entonces no podría hacerle el amor como acababa de hacerlo, no podría abrazarlo y sentir su piel, no podría besarlo, ni estar en su interior y escucharlo gemir dulcemente. No, ya no quería ser sanguijuela…ahora que lo pensaba, tampoco la idea de fundirse con él era tan atractiva ya, a menos claro que se tratara de tener sexo, eso, si le gustaba. Además no podría hablar con él, ni siquiera pelear…tal vez el códex no era tan útil como llegó a pensar.
De pronto se dio cuenta, Zero ya no respiraba apaciblemente, su respiración se volvía errática, su piel de pronto estaba fría y comenzaba a sudar. Tenía de nuevo una de esas pesadillas.
Kaname se incorporó y sacudió ligeramente su hombro.
-Zero- lo llamó- Zero
Pero el muchacho no dio señales de querer despertar, Kaname lo giró recostándolo por completo en la cama y lo sacudió, Nada, lo llamó, le gritó, Nada. Zero no despertaba y Kaname comenzaba a asustarse.
+++
El lago de sangre bajo un techo oscuro ahora llegaba hasta su cintura, sumergido en aquella cosa, podía notar bajo sus pies el tacto de algo grumoso, como lodo, pero sabía que no era lodo, era, más bien, coágulos de sangre. Estaba atrapado, no podía moverse y una ligera desesperación comenzaba a invadir su cuerpo.
De pronto pareció ver algo frente a él, la sangre se movía como si hubiesen lanzado una piedra en ella, las ondas eran lejanas al principio pero poco a poco avanzaban acercándose a él. Zero se concentro observándolas, algo iba a salir de ahí estaba seguro, al menos algo iba a pasar.
Pararon segundo que parecieron minutos y él seguía en ese mismo lugar mirando las mismas ondas que se había detenido justo frente a él. Algo lo agarró de los brazos y su corazón se encogió por el susto. Miró hacia ellos, dos manos blancas le sostenían, si fuera una película de terror ahí debía salir la chica del aro. Pero no, de las ondas de sangre, una cabellera plateada emergió, seguida de unos ojos amatista.
-Ichirou- murmuró y el muchacho frente a él soltó sus brazos solo para abrazarlo.
-nii san-dijo con voz entrecortada, después, solo pudo escuchar sus sollozos
Su hermano gemelo estaba desnudo, la sangre escurría de su cuerpo como agua al salir de una piscina. Lloraba en silencio aferrándose a él, y lo único que Zero podía hacer era abrazarlo también.
-¿dónde estás?-le preguntó.
-Nii san ayúdame.
-dime dónde estás, iré por ti.
Ichirou se apartó y lo miró a los ojos.
-¿lo escuchas?-dijo.
-¿qué?
-pon atención.
Zero aguardó, era un zumbido y como la primera vez ese zumbido se convirtió en un llanto, el llanto de un bebe.
-él también te necesita-dijo Ichirou.
-¿él? ¿Quién?
-él- repitió su hermano mirando a la nada y después lo miró con los ojos muy abiertos-ven por mí.
Y se sumergió de nuevo en aquel lago de sangre, sin darle tiempo a Zero de hacer algo. Movió sus manos debajo de la sangre intentando buscar el cuerpo de su hermano, pero nada. Una lluvia sanguinolenta comenzó a caer, mientras el llanto del bebe se volvía más agudo y taladraba su oído.
-¡Zero!- escuchó-¡Zero!
+++
-¡Zero!-
Abrió los ojos pesadamente, estaba en brazos de Kaname y bajo la regadera.
-¿qué…? ¿Qué pasó?-balbuceo y su amante lo abrazó con fuerza.
-no despertabas, no se me ocurrió nada más que esto.
Zero correspondió el abrazo y sin saber bien a bien porque, comenzó a llorar.
+++
Kaname lo secó esmeradamente y lo recostó de nuevo en la cama.
-intenta dormir de nuevo, en cuanto amanezca le llamaré a Ichijou.
-no creo que pueda dormir, y creo que no está bien que haga que Takuma san busque a mi hermano, debo hacerlo yo.
-no te preocupes por eso, Ichijou es el mejor en eso, te lo aseguro- Zero suspiró-¿te sientes mejor?
-cada vez son peores-dijo mordiendo la sabana- cada vez me dan más miedo. ¿No habrá algo en tu libro para alejar las pesadillas o al menos para dormir sin soñar?
-no sé- Kaname se agachó y levantó el libro del piso, estaba abierto y leyó distraído- mira…
-¿qué?
-el anillo de Hera y Deméter.
-¿Qué es eso?
-dice aquí que permite a los amantes permanecer unidos por tres días, tan unidos que ni una hoja de papel entrará entre ellos. No habla de fundirse, eso me gusta.
-oye, te pregunte sobre los sueños.
-¡oh vamos Zero! ¡Hagamos el anillo!
-no me estas escuchando.
-claro que sí, piensa, si estamos unidos tal vez yo diluya sus pesadillas, tal vez…
-tal vez estás manipulando todo para cumplir tus deseos.
Kaname lo miró con cara de cachorro abandonado y el peliplateado le concedió su capricho.
-ahora busca como solucionar lo mío.
Kaname dejó el libro, no sin antes marcar la página de su querido anillo, y lo abrazo de nuevo cubriéndolo de besos.
-Te amo-le dijo el vampiro- si pudiera crear un mundo donde nada te perturbara o te hiciera daño lo haría, no me importan los sacrificios que tuviera que hacer.
-Kaname- Zero sonrió- definitivamente estás muy cursi últimamente.
-¿de verdad? No me importa-dijo jugando con un par de mechones plateados.
-Kuran Kaname
-¿uhmm?
-nada- dijo y pensó que definitivamente amor se escribía con doble K.
+++
A la mañana siguiente Takuma los esperaba en la cafetería de la universidad, sus montones de papeles se habían reducido a un solo par de hojas, les sonrió de forma acostumbrada y anunció con voz llena de orgullo que había encontrado al Kiryuu fugitivo.
-¿dónde está?-pregunto Zero ansioso.
-Hasta donde pude seguir sus pistas, estoy casi completamente seguro de que está en Siberia.
-¿Siberia? ¿Qué diablos hace en Siberia?
-eso es lo que no sé, pero, partiré inmediatamente para allá y lo traeré de vuelta.
-espera Takuma san, te agradezco todo esto, pero creo que debo ser yo quien vaya por él.
-Tú no iras-dijo autoritario Kaname.
-¡¿eh?! ¡¿Y por qué no?!
-¡Por qué no!
-oye, Kaname- intervino Takuma antes de que explotará una pelea- tranquilo. Mira Ze chan es que es un lugar difícil, yo tengo contactos allá, por mi abuelo y padre, me conocen, pero a ti no, si te llevó desconfiaran y no me darán la información que necesitamos.
-pero…
-Ze chan, confía en mí- le sonrió- lo traeré sano y salvo.
Zero frunció el ceño, quería ir por su hermano, lo deseaba, pero si su presencia dificultaba las cosas era mejor hacerle caso a Takuma.
-está bien-dijo a regañadientes.
-oye Zero-dijo Kaname que parecía molesto y cruzó los brazos sobre su pecho-¿no tienes que ir a tu trabajo de medio tiempo? Luego te enojas conmigo si llegas tarde.
-Ya voy-dijo mirándolo ceñudo-¡¿a ti qué demonios te pasa?!
El vampiro no contestó y Zero enojado tomo su mochila y se fue de ahí sin despedirse de su novio. Takuma sonrió incomodo.
-Gracias-dijo Kaname- por encontrar a su hermano y por no decirle la verdad.
-¿qué? ¿Qué si va a Siberia lo mataran?- Kaname asintió.
-¿crees que ellos lo sepan?
-¿el que Ichirou es el hermano de tu pareja?
-sí.
-eso, es lo que me temo.
-no importa que le hayan hecho, o que tan deteriorado este, tráelo con vida, Takuma.