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Adulterio por urumelii

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Notas del capitulo:

hola aqui les dejo la segunda parte

NO ME MATEN!!!

-no necesito que lo entiendan, necesito que me apoyen – replicó Uruha girando los ojos. 

Aoi sentía que su corazón iba a salirse del pecho, no podía creer lo que estaba escuchando, tal vez lo estaba alucinando. Por favor que no estuviera alucinando. Se quedó oculto entre algunas plantas, asegurándose que nadie notaría su presencia pero igual podía escuchar todo lo que esos tres decían.

-perdóname Uruha pero no puedo apoyarte en algo que va a arruinar tu vida – dijo el tal Reita.

-es una excelente oportunidad de trabajo –Uruha lucía serio pero no completamente convencido.

-¿y vas a arruinar tu vida por una oportunidad de trabajo? – el rubio parecía que iba a empezar a gritar, pero el otro chico le puso una mano sobre el brazo y se calmó.

Uruha soltó un suspiro – mi trabajo es muy importante para mí, lo es más que mi vida personal. Además no creo que sean las personas más adecuadas para jugarme, Kai – señaló al castaño oscuro –no le ha dicho a nadie en su trabajo que es gay – trató de justificarse.

-sabes perfectamente que no puedo – Kai lucía ahora más molesto – los padres de los niños son bien especiales. Además una cosa es que no lo diga y otra cosa es que lo niegue, porque nada me ha detenido para estar junto a Reita y él no ha negado sus preferencias – el rubio asentía enérgicamente – sólo no queremos que te amarres a alguien que ni siquiera amas. Entiendo que tu trabajo es importante, pero tu felicidad lo es mas – torció la boca.

-mi trabajo es mi felicidad – al escuchar esto Aoi cerró los ojos y se armó de valor para salir de su escondite, no quería seguir escuchando.

No sabía exactamente que sentir, es decir, tenía sentimientos encontrados al respecto. Se sentía esperanzado de que tal vez tenía una oportunidad. También, se sentía enojado, porque por más insoportable que fuera su hermana, ella no merecía algo así. Pero ¿qué podía hacer? Esas era cosas de adultos ¿no? Se mordió la pieza de su labio, mirando hacia atrás esperando que Uruha lo viera.

Y eso fue exactamente lo que pasó, el castaño salió de la cocina con cara de fastidiado y al alzar la vista, sus miradas chocaron en un instante. Aoi no se movió, y seguramente tampoco parpadeó y entonces sonrió, simplemente sonrió, fue lo único que se le ocurrió y el castaño al verlo hizo una mueca, seguido de una extraña sonrisa que el menor no supo cómo interpretar.

Durante toda la tarde no cruzaron ni una palabra, las miradas eran un asunto diferente. De cierta forma Aoi estaba preocupado por Uruha, no podía siquiera imaginar lo que debía estar pasando, fingiendo ser algo que no era por el bien de su futuro. Incluso sintió un nudo en el estomago cuando su hermana y él, hablaron ante sus invitados ¿Cómo le hacía para verse tan seguro?

La despedida de soltero, se haría justo después de la dichosa comida y Aoi no podía estar mas nervioso. Se quedaría en casa de Uruha de nuevo, para evitar problemas con los horarios y demás. El pelinegro se estaba arrepintiendo de su decisión, después de todo, una cosa era estar con Uruha y otra era estar con él y sus amigos, sin contar que él era el menor de todos.

-espero no te aburras – el castaño se acercó a él una vez que el ultimo de los invitados de la comida se habían ido.

-¿tus amigos son aburridos? – preguntó tratando de sonar seguro.

Uruha soltó una carcajada – son muchas cosas, pero aburridos jamás – rodeó los hombros del menor con el brazo – vamos, te los presentaré – se encaminaron hacia el único grupo de personas que quedaban en el jardín además del equipo de limpieza. Eran sólo cuatro, debían ser los amigos mas cercanos del castaño.

Al acercarse, el rubio de la bandita lo miró fijamente –chicos, él es Aoi – dijo Uruha – Aoi, él es Reita mi mejor amigo – el rubio sonrió de lado y lo saludó – su pareja y también amigo Kai – señaló al castaño oscuro  quien le sonrió de una forma encantadora – y ellos son Tora y Shou – los mencionados lo saludaron con un gesto de la cabeza.

-bien muchachos – comenzó a hablar el rubio – tenemos a un menor con nosotros, así que contrólense – sonrió de lado - ¿Qué bares conocemos que dejen entrar menores de edad? – hizo una mueca para hacer como que pensaba.

El chico llamado Tora alzó una ceja - ¿a eso le llamas controlarse? Yo opino que compremos mucho alcohol y vayamos al departamento – opinó prendiendo un cigarro.

Reita giró los ojos – eso hacemos siempre, se va a casar deberíamos hacer algo diferente – movió las manos con exageración.

-bueno definitivamente ver mujeres desnudas no es una opción – opinó Shou con sarcasmo – y los hombres desnudos tampoco son tan atractivos – se recargó en la mesa.

-yo soy atractivo – Reita frunció el ceño.

-lo serás para Kai, pero comienzo a creer que tiene problemas de visión – pasó la mano frente a Kai, quien le lanzó un golpe para que se callara.

Uruha giró los ojos – hacen una despedida de soltero y ni siquiera tienen planeado que vamos a hacer, para buenos amigos que me cargo – se cruzó de brazos.

Las siguientes horas pasaron muy rápido, tal vez si Aoi tuviera que contar todo lo que pasó en la noche no sería capaz de contar todo. Los chicos pusieron a prueba sus conocimientos para ir a bares donde no pidieran identificación, aunque en algunas ocasiones les sirvió que todos ellos se notaban mucho mas grandes que el pelinegro. Al final todos habían bebido demasiado, Reita y Kai daban demostraciones de amor demasiado explicitas en publico, algo que le sorprendía al menor puesto que a pesar de que él mismo se había declarado homosexual, nunca realmente había conocido a una pareja completamente establecida como ellos dos. Por supuesto que había besado a chicos, incluso a Ruki estando un poco ebrio, pero jamás había hecho algo mas, jamás había visto demostraciones tan explicitas entre dos hombres y no era que le desagradara, al contrario lo hacía sonrojar y no podía evitar pensar que podía estar en la misma situación con Uruha.

Cuando llegaron al departamento de Uruha cerca de las cuatro de la mañana, Aoi estaba un poco mareado pero nada mas, mientras que el castaño parecía tan fresco como una lechuga, tal vez excepto porque si lucía un poco cansado. Los que estaban ahogados en alcohol fueron sus amigos, a quienes Uruha tuvo que llevar a sus respectivos hogares.

-no puedo creer que no estés ebrio, es tu despedida de soltero –rió Aoi mientras entraban al enorme departamento del castaño.

-tengo una buena resistencia al alcohol – contestó divertido cerrando la puerta detrás de él – es tardísimo – bostezó.

Aoi alzó los hombros – jamás había llegado tan tarde de algún lado – comentó divertido – y lo curioso es que tengo hambre – se llevó la mano al estomago.

Uruha chasqueó la lengua – ok, tu estás mal – rió – vamos a la cocina, aunque sea para que comas una tostada – se encaminaron hacia el lugar. Donde el castaño sacó un poco de pan y lo metió al tostador - ¿te divertiste? – le preguntó mientras sacaba la mermelada y la mantequilla.

Aoi se sentó en una de las sillas de la barra que separaban la cocina del comedor – tus amigos son geniales –dijo con una enorme sonrisa – aunque son un poco raros – arrugó la nariz.

Los panes saltaron del tostador al estar listos, el castaño los tomó y los puso en un plato – si lo son, pero no por eso son malos –Aoi negó – espero que Reita y Kai no te hayan hecho sentir incomodo, son un poco exhibicionistas – comenzó a untar la mantequilla en el pan.

-no para nada, aunque debo de admitir que fue nuevo para mi – arrugó la nariz.

El castaño lo miró sin entender tendiéndole las dos tostadas con mermelada de fresa y mantequilla - ¿a qué te refieres? – se recargó en la barra mientras miraba al menor comer.

Aoi dio un bocado y tragó – nunca había visto demostraciones tan explicitas – explicó un poco sonrojado y dándole otro bocado a la tostada.

Uruha sonrió de lado – no cabe duda que eres un niño – dijo mas para si mismo que para el pelinegro – sólo ten en mente que es normal – le dijo con una sonrisa. Aoi le dio el ultimo bocado a la primera tostada llenándose la comisura de los labios de mermelada – tienes mermelada aquí – señaló sus propios labios para indicarle a Aoi donde limpiarse.

-oh – el menor se sonrojó y se pasó el dedo por los labios sin conseguir limpiarse.

-no aquí – volvió a señalar pero Aoi volvió a fallar – espera – pasó su pulgar por la comisura de la boca de Aoi, sin embargo no lo quitó de inmediato sino que acarició los labios del chico con suavidad.

Sin pensar mucho el pelinegro abrió ligeramente los labios y se metió el pulgar de Uruha a la boca, quitando los restos de mermelada de su dedo. Sacó el pulgar pero dejó su mano en la mejilla de Aoi, se quedaron en silencio minutos que parecieron horas y fue el mayor quien se acercó despacio a su cara. No tenía ni idea de cómo reaccionar asi que sólo se dejó hacer, cerró los ojos con fuerza al sentir los labios del castaño chocar contra los suyos.

Y fue maravilloso, mas increíble de lo que jamás se imaginó y vaya que lo había hecho. Uruha poseía control total del beso, pero no significaba que Aoi no tuviera ninguna participación, la cual fue mas notoria cuando ambos abrieron la boca para dejar que sus lenguas se encontraran. Se separaron cuando Aoi no pudo respirar.

Uruha se alejó bruscamente – perdón, no debí – sonaba bastante perturbado.

Siendo un niño de dieciséis años como era, decidió que en ese momento no importaban las consecuencias de sus actos, total, Uruha ya había dado el primer paso – no te disculpes – se levantó de la silla acercándose al mayor – escuché la conversación que tuviste con Reita y Kai – alzó los hombros – sé que no te gustan las mujeres – el castaño lo miró asustado – y tu me gustas a mi – miró al piso cuando dijo las palabras.

-Aoi…. – se acercó poniendo las manos sobre los hombros del menor, aun era bastante mas bajito que el castaño, quien se inclinó para estar a su altura – Aoi, tu también me gustas –dijo con voz sincera – muchísimo – el menor lo miró sonriendo ligeramente – pero voy a casarme con tu hermana, por donde lo veas está mal – explicó.

El pelinegro asintió decepcionado – Uru… -llamó en voz baja. El mencionado lo tomó por la barbilla y alzó su cara - ¿me besarías otra vez? Nada mas esta vez y ya no hablaremos del tema, lo prometo – sus mejillas estaban completamente teñidas de rojo.

Uruha sonrió colocando las manos en ambas mejillas del menor y volvió a unir sus labios con Aoi. Al principio el beso fue bastante inocente, sin embargo sin quererlo realmente el beso fue subiendo de tono cada vez mas. El mayor comenzaba a sentir excitación y un enorme bulto entre sus pantalones. Se separó por salud mental, respirando agitadamente, iba a levantarse pero los brazos de Aoi rodearon su cuello.

Se sorprendió ante la acción del menor pero no pudo moverse, él mismo quería estar con Aoi, así que por un momento lo abrazó de vuelta, rodeando su cintura y dejándose envolver por el olor del mas pequeño. Aoi por su parte escondió el rostro en el cuello de Uruha, aferrándose aun mas –sólo hoy Uru – musitó.

Se separaron, Uruha miró fijamente al menor, parecía estar teniendo una batalla interna y Aoi no tenía ni la mas mínima idea de cómo terminaría. Finalmente el castaño se levantó y tomándolo de la mano, sin decir nada fueron directo a la habitación.

Cerró la puerta detrás de él, a pesar de ser de madrugada aun faltaba para el amanecer, por lo que aun estaba bastante oscuro. No prendió la luz aunque moría de ganas por hacerlo, pensó que así el menor se sentiría mas cómodo. Sin pensarlo dos veces volvió a besarlo y el beso era correspondido con la misma intensidad.

Recostó a Aoi en la cama quitándole su playera en el proceso. Acarició su abdomen de arriba hacia abajo, forzando la vista para verlo únicamente con la ligera luz que entraba por la ventana, sin poder contenerse mucho lamió el pezón de Aoi, quien se retorcía bajo su tacto.

-me encantas pequeño, me encantas – le dijo en su oído provocando un ligero estremecimiento, que se convirtió en gemido en el momento en que Uruha acarició su entrepierna.

No sabía cómo moverse, cómo sentirse, que hacer. En realidad estaba petrificado a excepción de cuando Uruha volvía a besarlo. De pronto se dio cuenta que estaba completamente desnudo ante la mirada expectante del mayor, su cara ardía de vergüenza, nadie lo había visto desnudo, siempre había sido bastante pudoroso, incluso cuando tenía clase de gimnasia o cuando se quedaba en casa de Ruki a dormir. Todo aquello era nuevo para él.

Se tapaba lo mas que podía con las manos y Uruha sonrió – no te avergüences, eres hermoso – le dijo quitándole las manos y mirando su miembro con deseo – si no quieres no haremos nada – sus labios chocaron contra su oído y negó con intensidad, quería que pasara.

El castaño uso los dedos para acariciar la punta del miembro de Aoi, mientras él soltaba gemiditos que no quería que el otro escuchara, pero parecía que no podía evitarlo. Sintió la lengua de Uruha en su cuello, sus dientes, sus labios marcándolo fuertemente. Sus manos colocadas firmemente sobre su trasero, apretándolo no con fuerza pero si con posesión.

Lo levantó colocando sus piernas sobre sus hombros, Aoi tenía la espalda completamente levantada de la cama, pues Uruha aun estaba hincado frente a él. Y entonces sintió como la lengua del castaño en sus piernas, subiendo por sus muslos. Cada vez se sentía mas avergonzado y un miedo se comenzaba a arremolinar a medida que la lengua del mayor se acercaba a una zona que no estaba muy seguro de querer que se acercara.

Uruha lo sostenía no únicamente por sus hombros sino con uno des sus brazos que lo sostenía de la cadera levantada – Uru…yo….jamás…. – dijo entrecortadamente cuando la lengua del castaño masajeaba la base su miembro.

-lo sé pequeño, estás en buenas manos – sonrió lamiendo superficialmente su entrada.

-nghhhh – no pudo evitar gemir al sentir repetidas lamidas – Uru, en serio….no creo que….ahhh – sintió una intromisión en su entrada, la punta del dedo del castaño había entrado en él y ahora que se estaba muriendo de miedo ya no estaba tan seguro si quería continuar o no.

El dedo comenzó a entrar mas – tranquilo – el castaño pareció notar el arrepentimiento en su cara – si no quieres que siga no lo hago – no obtuvo respuesta – si no te gusta en unos momentos, pararemos ¿de acuerdo? Confía en mi – el menor optó por asentir y Uruha metió todo su dedo en él, arrebatándole casi un grito. Comenzó a girar el digito dentro de él y poco a poco la molestia fue pasando, aunque no podía decir que lo estaba disfrutando, entonces el mayor agregó otro dedo y fue entonces que tocó un punto que hizo a Aoi gritar.

Gemía como desquiciado mientras Uruha masajeaba ese punto, se retorcía de una manera incomoda, puesto que sus piernas aun estaban sobre los hombros del castaño y su espada levantada – estas listo – escuchó decir al mayor y bajó sus piernas.

Aoi se sintió perdido, con ganas de mas, respiraba con dificultad y por supuesto quería mas, quería que el castaño siguiera haciéndolo sentir bien. Se dio cuenta que Uruha se estaba deshaciendo de su ropa y sus mejillas se tiñeron de rojo al darse cuenta que contemplaba el miembro del mayor con asombro, estaba despierto e incluso goteaba. Sintió como volvió a abrirle las piernas y colocarse en medio de estas – ahora, sentirás un poco de dolor pero se te pasara pronto – y sin consultar metió la punta de su miembro en Aoi. Los dos gimieron uno de dolor y otro de placer – estás muy estrecho – alcanzó a decir, metiendo un poco mas. Iba despacio, al ritmo de Aoi, pero el pelinegro no podía ni hablar, sólo detenía al mayor cuando este se adentraba demasiado brusco – no te pongas nervioso, ansiaba demasiado estar dentro de ti, eres delicioso – masajeó el miembro de Aoi y ante la excitación el menor comenzó a dilatarse mas.

-entra completamente – dijo al final. Sintiéndose en el cielo, cuando Uruha entró por completo. Estuvo unos momentos así hasta que empezó a moverse poco a poco. Eran estocadas suaves que se fueron haciendo cada vez mas fuertes y rápidas.

El menor se sentía a morir, no sabía que se podía sentir tan bien y escuchar gemir a Uruha sobre de él, le encantaba. No tardó mucho en terminar sobre su estomago, gritando mas de lo que hubiera querido el nombre del castaño una y otra vez – voy a terminar – anunció el mayor – abre la boca – se notaba que estaba demasiado excitado y que era un bruto en la cama, pero la verdad era que Aoi no le importaba, al contrario, de alguna manera le gustaba y entonces obedeció.

Recibió el miembro de Uruha en la boca mientras este le daba varias estocadas rozándose con sus labios, terminando poco después. Tomó fuertemente del cabello de Aoi para evitar que se moviera y tragara todo lo que salía de él, lo cual hizo gustoso.

Se desplomaron en la cama, respirando con dificultad. Uruha acarició la mejilla del pelinegro una vez que recuperó un poco el aliento – lo siento, soy medio salvaje y no me entero – dijo un poco avergonzado.

El chico sonrió – está bien – se sonrojó s se podía aun mas – me gustó así – admitió incapaz de ver al otro.

-Aoi –lo llamó con una voz mas seria – me encantas, si las cosas fueran diferentes, te juro que….- se detuvo al percatarse que el menor tenía lagrimas en los ojos - ¿estás bien? ¿te lastimé? – preguntó preocupado.

-no digas eso, sólo disfrutemos del momento – trató de sonar convincente pero la verdad era que ahora se arrepentía de haberse entregado a Uruha, sabiendo que jamás estarían juntos.

-x-

Pasaron todo el fin de semana juntos y Aoi juró que ese fin de semana fue el mejor de toda su vida, platicaron, jugaron, comieron, tocaron la guitarra, fueron al cine e hicieron el amor mil veces mas. Impresionantemente su madre no se opuso a que pasara el fin de semana con su cuñado, pues para ella sólo estaban uniendo lazos familiares y estaba contenta que por fin Aoi no se opusiera a los preparativos de la boda.

Cuando por fin llegó el momento de despedirse, no dijeron nada, se despidieron con una alegre sonrisa y un largo beso. Ahora ellos tenían algo especial, un hermoso secreto y eso hacía muy feliz a Aoi, quien quisiera o no, no perdía la esperanza de que la boda no se realizara.

Pero en toda la semana no recibió nada de Uruha, ni un mensaje, ni respuesta a los mensajes que él mandaba. Hitomi decía que su prometido estaba muy ocupado haciendo los preparativos para que no tuvieron ningún problema el sábado, el día de la boda. Fue entonces cuando el pelinegro supo que inmediatamente después de la boda se irían de luna de miel una semana y después sólo regresarían por sus cosas para irse a América. Es decir que después de la boda, Aoi no vería jamás a Uruha y si lo hacía sería con su hermana.

Era un día antes de la boda y él no podía dejar de llorar, se sentía como una niñita pero no le importaba. Su corazón se sentía herido quería ir con Uruha pero sabía que no podía ¿Qué iba a decirle a su familia? Y toda esa noche lloró hasta que se quedó dormido.

-x-

Se despertó alrededor de las once de la mañana, sorprendido de que su madre no le hubiera despertado antes. Su visión estaba bastante nublada debido a sus ojos hinchados, se levantó con esfuerzo, sentía como si un elefante le hubiera pasado encima y en repetidas ocasiones.

La boda sería a las seis de la tarde y no había nadie en la casa, pronto encontró una nota que decía que habían ido a desayunar y de ahí al salón de belleza, donde al parecer pasarían el resto del día antes de irse a la iglesia. Su madre le dio instrucciones explicitas de cómo arreglarse, donde estaba su traje, a que hora llegar. Incluso le había dejado dinero para el taxi, el desayuno y la comida, especificando que comiera ligero.

Habló con Ruki, quien le dijo que se verían hasta la iglesia pues el pequeño tenía cosas que hacer ¿Qué se suponía que haría mientras? No quería estar sólo, pero tampoco quería nada que ver con la boda. Simplemente desayunó cereal y miró televisión completamente indiferente a su alrededor, no queriendo que pasaran las horas.

Su alarma sonó avisándole que era el momento de arreglarse. Se metió a bañar, se arregló como siempre, incluso adornando sus ojos con un poco de delineador. Se veía bastante bien con el traje que su hermana había escogido, trató de no pensar en eso y siguió su camino. Pidió el taxi y se sentó a esperar, sin embargo tocaron el timbre demasiado rápido. Abrió la puerta pensando en que era el conductor del taxi y casi se va para atrás al ver al castaño parado frente a su puerta.

Se veía hermoso vestido con su smoking completamente arreglado, sin embargo también lucía cansado - ¿qué haces aquí? – preguntó sin poder creerlo.

-te llevaré a la Iglesia – dijo seriamente.

Aoi negó – ya llamé a un taxi – no quería ser cortante pero ¿Por qué debía de tratarlo bien cuando en todo la semana ni un mensaje había recibido?

-pues llama para que no lo manden – ordenó. Nunca lo había escuchado hablar así, hizo lo que le había pedido el castaño.

El trayecto a la iglesia fue en silencio y Aoi seguía sin entender que era lo que estaba pasando, vio la iglesia a lo lejos y deseó con toda su alma que pasaran de largo y se fugaran los dos juntos….

Notas finales:

muahahaha

quieren tercer capi??

asi lo dejo?

final feliz o final triste??

verán ya tengo escrito el final, pero al ver sus rvws ya no estoy muy segura si quiero que termine asi

asi que lo dejare a su opinion que quieren?? 

three shot al parecer XD 

nos vemos!

dejen rvw :3


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