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Dormir es mejor por Aminora Thens

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Notas del capitulo:

Bien no me habia dado cuenta del desorden de los capitulos, ya lo arregle. 

 

 

 

 

“La compañía Okina Corp. tendrá un dueño y un apoderado, así entonces el socio de Kaiba Corp. Deberá aceptar cualquier petición u opinión de ambos dueños en el momento en que se haga la fusión de las empresas, esto deberá ser consentido por ambas partes para evitar cualquier tipo de conflicto, por ende entonces el apoderado será dueño también de la empresa y de sus acciones, obligatoriamente será consultado para cualquier trabajo y estará presente en cada junta, contrato y firma de este, tendrá los mismos privilegios y obligaciones que cualquier otro socio sin excepción.”

 

 

Seto Kaiba terminaba de leer la supuesta cláusula que convertía al perro de callejón en dueño de sus nuevas empresas.

 

La rabia que sentía en estos momentos era tan grande, como pudo cometer un error de esa magnitud, nunca en su vida ni en sus más horribles pesadillas se imaginaria que estaría compartiendo todo su imperio con un canino de tercera, estaba ofuscado, confundido y molesto más consigo mismo que con Surimi pues él le había informado sobre la cláusula del documento y le había pedido que la revisara, algo tan importante que olvido por según el Joey, aunque sabía muy en el fondo que esta vez el perro no tenía nada que ver pues ni siquiera estaba enterado de nada.

 

Miro su reloj 5:30 de la tarde, el sol se asomaba el atardecer pronto aparecería, se sentía frustrado y también…

 

                                                                Nervioso.

 

La presencia de el rubio comenzaba a perturbarlo de sobremanera, si esta mañana de solo verlo así tan “bien”, las sensaciones se apoderaban de él, por eso solo trato de evitarlo lo más que pudo y también molestarlo así se sentiría más firme ante estos sentimientos que amenazaban con salir… “sentimientos” … ¡Qué pensaba!, ¿Qué era lo que pasaba con él?

 

#########################################################################

 

Joey se encontraba en su departamento, tenía muchas cosas en la cabeza, la primera la actitud de Kaiba hacia él, la segunda el manejo de las empresas, aunque tenía miedo estaba seguro que Surimi no lo dejaría solo. Pero ¿cómo les explicaría esto a sus amigos?, ¿qué dirían?, como les diría que de la noche a la mañana paso de ser un simple chico de prepa a ser el dueño de dos grandes empresas, seguramente caerían de espaldas ante tal confesión.

 

Aunque se daba cuenta que lo que más le asustaba era esto que se formaba en su pecho, como era posible que en solo unas horas su corazón comenzara a latir de esa forma tan acelerada ante la presencia de Kaiba, recordaba su actitud al término de la junta.

 

Prácticamente echo a los abogados de ahí, tomo el contrato y salió furioso de la empresa sin decir nada a nadie, ni siquiera a ellos. Sacudió su cabeza.

 

¡No quería!, ¡se negaba!, trataba de decirse a sí mismo que no le importaba la actitud de Seto con él, “Seto…”, ¡Por dios comenzaba a llamarlo por su nombre!

 

Al parecer era demasiado para su cerebro y este estaba comenzando a quemarse. Si eso debía ser, pero muy en el fondo se estaba dando esta excusa para sobrellevar lo que estaba pasando.

 

“Puedo ver en tu mirada tantas huellas de dolor
que alguien antes de mi te dejo
aun es mucha la distancia nos separa tu temor
habré un poco de ti por favor

no encuentro caricia para hacerte sentir
que aquí en mis brazos puedes vivir”.

 

Escucho el sonido de su celular le pareció extraño que alguien lo llamara pues apenas si eran las 3 de la tarde, estaba seguro que no sería su jefe pues entraba en 2 horas a trabajar.

 

- ¿Surimi? - dijo al ver el número de su nuevo socio.

 

Era un mensaje el que le había enviado.

 

“Hola Joey, estaré llegando a tu casa en 5 minutos”

 

Definitivamente sentía que no era buena idea que su amigo llegara pues la verdad tenía demasiadas cosas en la cabeza, pero en fin no podía hacer nada después de desairarlo en la salida de Kaiba Corp., pues el muy gratamente se había ofrecido a llevarlo a su departamento, pero él dijo que no una porque quería pensar y otra, porque le daba vergüenza que viera el lugar en donde vivía.

 

Pero que podía hacer, se estaba dando cuenta que a Surimi era imposible escapársele, aunque fuera por unas horas, ni siquiera supo cómo fue que dio con su dirección, seguramente mando alguien a seguirlo.

 

Suspiro con resignación que más, el ya venía así que era mejor poner lo más posible en orden todo lo que tenía en su recibidor.

 

Y dichamente 5 minutos después tocaron el timbre, rápidamente se acercó a la puerta y al abrirla grande la sorpresa que se llevó pues no era precisamente Surimi quien estaba en el recibidor si no que un gran ramo de rosas rojas.

 

-Buenas tardes, ¿El joven Wheeler?- preguntaba el mensajero que las llevaba.

 

Joey no entendía nada estaba a punto de decir que estaba equivocado.

 

-Es el chico rubio que tiene enfrente de usted- reconoció rápidamente esa voz, miro a su derecha y era precisamente Surimi que estaba llegando a su departamento.

 

-Podría firmar aquí por favor- el rubio solo asintió y firmo el papel de recibido.

 

En cuanto el hombre le entrego el ramo y se marchó, Surimi arrastro al rubio al interior del departamento.

 

-Wow, que gran ramo, vamos a ver quién lo envía- el rubio estaba en trance ¿Quién le habría mandado flores?, sentía vergüenza pues se supone que los chicos deben mandar flores no recibirlas.

 

No he podido dejar de pensar en ti,

Por favor recibe este regalo

Y también una pequeña invitación

Que viene en el sobre.

 

Axel Blair.

 

Rápidamente su cabeza recordó al chico del restaurant y sus palabras, al parecer iba muy enserio.

 

-Valla parece que este chico realmente está interesado en ti- decía picaron Surimi y veía como uno de los muchos sonrojos de Joey volvían a aparecer en sus mejillas.

 

-Yo… yo la verdad no sé qué decir o que hacer- bueno como reaccionar ante tremendo regalo, estaría más tranquilo si fueran de una mujer, pero ¡Eran de un hombre!

 

Surimi noto también un deje de decepción en sus ojos miel y no dudo en decirlo.

 

-Te ves un poco decepcionado-

 

El rubio rápidamente volteo a verlo.

 

- ¡No como crees!, lo que pasa es que no estoy acostumbrado a que me hagan este tipo de regalos jejeje- la verdad y muy en su subconsciente Joey espera que las flores se las hubiera mandado unos ojos azules, pero la realidad siempre era otra.

 

-Bueno dejemos el asunto de las flores y del chico guapo que quiere cazarte-

 

- ¡Cazarme!, vamos Surimi no digas esas cosas- trataba de controlar el nerviosismo.

 

Surimi soltó una risita hacia sufrir mucho al pobre rubio.

 

-Bueno, dejemos eso de lado, vine porque tenemos que hablar de muchas cosas, la primera es como te organizaras para empezar a tomar materias que tienen que ver con el manejo de la empresa, la segunda es que deberás tomar tu lugar en Kaiba corp. Y también…-

 

-Espera, espera… tranquilo que me estas mareando-

 

Al escuchar eso la cabeza del rubio comenzó a dar muchas vueltas, clases, materias, puestos, ¿Cómo se supone que aria todo eso?

 

-Oh lo siento, es solo que nunca había convivido así con una persona, tal vez te suene un poco cursi, pero… te estás convirtiendo en alguien muy especial para mí-

 

La cara del rubio se ilumino ante las palabras de Surimi, aunque el tiempo que llevaban de conocerse era realmente poco ambos sentían que el otro era como un hermano.

 

Joey se tranquilizó y ofreció algo de beber al oji-morado.

 

Así, la tarde paso, hablaron mucho sobre lo que venía el hecho de que Joey fuera dueño de una de las partes de las empresas implicaba mucha responsabilidad y eso ambos lo sabían, así que pese a su terquedad Joey tuvo que aceptar dejar sus trabajos, aunque los gritos de sus jefes por abandonar sus responsabilidades lo asustaron un poco no fue todo pues según Surimi el dueño de Kaiba Corp. No podía vivir en un departamento de 120 metros cuadrados acordando muy a regañadientes por parte del rubio que tendría que vivir a partir de ahora en la casa del peligris, así le sería más fácil llevar las clases y llegar a tiempo a la escuela pues debía ponerse al corriente con las materias.

 

-Ahora lo que tenemos que hacer es buscarte un buen tutor que nos ayude pero que tampoco nos comprometa y evitar que la prensa se entere por ahora-

 

Surimi trataba de ver quien sería un buen candidato para la tarea, tenían que ser precavidos pues los estafadores o chantajistas estaban a la orden del día y eso muy bien lo sabía.

 

-Mira lo mejor será pensar en eso después- dijo el rubio pues la verdad tenía tantas cosas en la cabeza que sentía que le explotaría en ese momento.

 

Surimi vio la cara de fastidio del rubio, tenía razón después conseguiría a alguien ahora lo mejor era llevar al rubio a distraerse un poco, tantos cambios en un solo unas horas desgastaban incluso al más fuerte.

 

-Tienes razón, ¿Qué te parece si vamos a comer algo?, yo invito- el rubio estaba sorprendido, al parecer Surimi era bastante observador y perspicaz tenía pensado rechazar su propuesta, pero su estómago no le dio tiempo pues de solo pensar en la comida su cuerpo reacciono rápidamente un rugido voraz se escuchó en la sala.

 

-Creo que tu estomago está de acuerdo conmigo- la risita por parte de Surimi y la cara de tomate de Joey habían ayudado a que la tención de antes desapareciera por completo.

 

-Bien vamos- Surimi se levantó del asiento y tomo a Joey llevándolo hasta la puerta, resignado el rubio tomo las llaves del apartamento y el celular.

 

-Sera mejor que vallas pensando que vas a tomar y que es lo que dejaras, ahora que vivirás en mi casa nada de esto te servirá- señalaba Surimi toda la mueblería que se encontraba en la casi ex casa de Joey.

 

-Creo que lo pensare antes de que volvamos, por ahora solo quiero tomar un poco de aire- decía derrotado el rubio.

 

-Está bien- dijo el ojimorado, así salieron del departamento, cuando llegaron al recibidor Surimi le pidió a Joey que se adelantara al coche que en un momento lo alcanzaría. Esta vez el rubio no dijo ni pio al parecer estaba bastante cansado como para hacer cualquier pregunta, después de que lo vio salir Surimi se acercó al encargado del edificio, al parecer le explicaba que Joey dejaría el edificio y que el pagaría cualquier deuda que el ojimiel tuviera, el encargado se extrañó pero solo se limitó a darle una pequeña nota de lo que debía dar por dejar el departamento y también de algunas deudas que Joey tenía. El asunto quedo arreglado y Surimi se dirigió hacia afuera donde el rubio lo esperaba.

 

Durante lo que quedaba del día, fueron a comer en un café que Joey adoraba pues decía que los pasteles que servían eran deliciosos, esta vez iban solo en un coche que Surimi tenía, durante la estadía en el café hablaron, comieron y rieron a más no poder, ya entrada la noche regresaron al edificio y el rubio solo tomo unos recuerdos de sus aventuras con Yugi, unas fotos de su querida hermana Serenity y una laptop que había recibido por parte de sus amigos en su cumpleaños.

 

Ropa no se llevó pues Surimi le explico que ahora tenía que vestir diferente y además le regaño pues no estaba en buen estado.

 

Cuando el rubio le explico el porqué de la ropa rota, Surimi no podía creer que era por antiguas peleas callejeras que tuvo en momentos de inmadurez, bueno aún faltaban muchos detalles que ambos no conocían del otro pero para eso tendrían tiempo.

 

Ya en el coche se dirigieron a la casa de Surimi realmente solo llevaban una pequeña maleta.

 

-No puedo creer que fueras un chico que gustaba de pelear en las calles- decía el ojimorado con tono burlón.

 

-Eso fue hace tiempo, ya no hago esas cosas jejeje- decía el rubio sobándose la cabeza.

 

-Es que me es difícil creer que un chico tan adorable como tú, se halla enfrentado a tantos tipos- decía con una risita.

 

Cuando Joey escucho la palabra “adorable” se sintió tan extraño pues, siempre le decían que era rudo y de muy poco tacto. Al parecer Surimi lo veía como un pequeño niño de 6 años y el empezaba a verlo como un protector a su persona, sonreía mientras miraba las luces de la ciudad pasar por sus ojos, desde cuanto no sentía esa tranquilidad, esa sensación de que todos sus problemas se desvanecían en segundos, el aire tocaba su rostro, la frescura del viento frio al pasar por sus cabellos todo en ese momento era perfecto.     

 

Sentía que las cosas mejorarían y que por fin cumpliría su sueño de tener una familia, pues Surimi se estaba convirtiendo en eso que nunca tuvo.

 

Cuando llegaron Rau los recibió, ya en la casa Nina los esperaba en la puerta de la mansión, Surimi explico al personal de la casa que Joey sería un nuevo miembro de la familia y que debían atenderle con amabilidad y respeto. Joey al escuchar esto solo pudo decir “Hola, mi nombre es Joey Wheeler mucho gusto” con una sonrisa y haciendo una típica reverencia para mostrar respeto e igualdad, lo que hizo que se ganara a los empleados en ese mismo instante.

 

Después de presentarlo ante el personal Surimi y Nina guiaron a Joey a la habitación que había ocupado la noche anterior, el rubio se instaló poniendo todos sus recuerdos y fotografías en los distintos buros de la habitación, cuando estaba buscando un lugar para su laptop noto que Surimi miraba las fotografías que tenía.

 

- ¿Ella es tu hermana? - le preguntaba al ver a una linda niña de cabellos naranjas y hermosos ojos.

 

-Sí, su nombre es Serenity- el rubio sonreía muy feliz pues adoraba a su hermana menor.

 

-Es muy linda, se nota de inmediato que es muy gentil- decía Surimi con una pequeña sonrisa pues la niña le recordaba a su fallecido hermano.

 

-Lo es, cuando la conozcas seguramente te caerá muy bien, pero no te enamores de ella ya que soy muy celoso- contesto con un tono picaron Joey sacando por primera vez un sonrojo en el rostro de su nuevo amigo-socio-hermano.

 

-Como crees- con una risa.

 

-Eso espero, además también te lo digo porque dos de mis amigos están detrás de ella y al parecer mi hermana le corresponde a uno de ellos, aunque todavía no deduzco a cuál- estallaba en una carcajada el rubio contagiando a la persona que tenía a un lado.

 

-Mañana será un día un poco ajetreado así que por ahora será mejor que descansemos, te veré en la mañana- se despidió Surimi muy animado y salió de la habitación.

 

Joey miraba la puerta que se había cerrado dejándolo solo en la enorme habitación, una luz en sus ojos se hacía más fuerte, realmente Surimi se estaba convirtiendo en una persona realmente especial y eso le agradaba.

 

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Un suspiro, otro suspiro, más y más salían de su boca, la imagen del ángel rubio que había visto la noche anterior lo tenía completamente en la luna. Jamás en su vida había sentido lo que con ese chico, tal vez se excedió un poco al ser tan atrevido mandándole aquel vino pero un impulso lo obligo y no se negó a complacerlo.

 

Al principio se sorprendió de que el rubio le regresara el regalo, pues siempre había tenido muchas a sus pies y ese chico simplemente lo rechazo.

 

Pero lo que más le impacto fue esa manera de ser tan tranquila y libre, lo noto desde el momento en que lo vio, en sus ojos se notaba una luz y una sinceridad, eran tantas cosas que sería difícil explicar lo que le había hecho sentir.

 

- ¡Axel! ¡Axel! - salía del trance en el que estaba metido, levanto la vista y su manager lo miraba molesto pues tenía varios minutos llamándolo y este simplemente no respondía.

 

-Lo siento Zac, estoy un poco distraído- decía con pena.

 

-No lo había notado- contestaba con sarcasmo.

 

-Parece ser que el chico realmente te dejo en blanco, no haces más que pensar en él y eso que acabas de conocerlo. Nunca te había visto actuar así- le decía con una risita mientras el otro lo miraba un poco confundido, ¿realmente estaba tan mal?

 

-Bueno eso no importa ¿mandaste las flores? - decía ilusionado

 

-Si en este momento debe estarlas recibiendo, también incluí los boletos vip para el primer concierto que tendrás aquí en Japón, aunque todavía no puedo creer como fuiste capaz de mandarlo seguir- decía despreocupado Zac.

 

-Bueno en la guerra y en el amor todo se vale, aunque me preocupa el detalle de ese tal Kaiba-

 

-Me encantaría conocerlo, se habla mucho de él aquí en Japón, con su corta edad, el ser un personaje tan importante da miedo- comentaba con una risita el manager.

 

Axel sabía que tenía razón, el chico engreído contaba con solo 17 años y era el empresario más poderoso del país, aunque eso no le preocupaba mucho, lo que realmente le afligía a su corazón era la posibilidad de que él y su ángel pudieran tener algo que ver.

 

Se levanto del cómodo sillón en donde se encontraba, miro el gran ventanal que daba vista a la ciudad, y en las nubes solo encontraba esos ojos miel.

 

-Bien es hora de volver a la realidad, tienes una conferencia con la prensa en unos minutos así que deja de soñar y vamos- aunque al manager le gustaría dejarlo tranquilo un poco, los compromisos no podían esperar.

 

Axel solo suspiro y con un “está bien” salió junto a Zac al lugar de la recepción con la prensa.

 

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Domingo el reloj marcaba las 9:00 de la mañana, se sentía muy cómodo, aunque su cama siempre había sido incomoda por alguna razón le parecía muy blanda y qué decir de la almohada, sin abrir los ojos tomo el pequeño reloj que se encontraba en el buro miro la hora pasaba de las nueve, abrió los ojos era realmente tarde ¿porque no sonó la alarma?, a esta hora se supone que debería estar abriendo el café, seguramente el señor Fujita lo mataría y después lo despediría.

 

Se levanto de golpe, pero al salir de la cama miro con extrañeza el lugar, esa no era su habitación, todos los recuerdos llegaron a su memoria, Surimi, Kaiba, ¡la firma del contrato!, al parecer su cuerpo había descansado tan bien que olvido todo lo sucedido los días anteriores, y con ello también olvido el hecho de que ya no trabajaba en el café, se sintió un idiota.

 

Se recostó en la cama estirando sus brazos pues el enorme colchón se lo permitía a gran libertad, tenía que tomar las cosas con calma o se volvería loco.  

 

Escucho que tocaron la puerta.

 

-Joven Wheeler, el desayuno está listo el señor Surimi lo espera en el comedor le pide que no tarde- esa era Nina, francamente le era difícil acostumbrarse a tanta atención, pero esa era su nueva vida y tenía que aceptarla.

 

-Está bien en un momento bajare gracias- sin más se levantó y camino al baño, lo miro de nuevo y sonrió no tendría miedo, siempre había luchado y se le estaba regresando un poco de todo lo que había logrado.

 

Después de la relajante ducha, tomo uno de los trajes que Surimi había comprado para él, por hoy no diría nada sobre la ropa pero ya se las arreglaría para comprar una más sencilla pues sentía que tanto como decirlo “glamur” no iba con él. 

 

Arreglo un poco su cabello y bajo al comedor, Surimi estaba mirando el periódico cuando Joey entro.

 

-Buenos días- saludo con su habitual sonrisa.

 

-Buenos días Joey ¿Dormiste bien? - pregunto Surimi.

 

-Si muy bien gracias- Surimi miraba al rubio que seguía parado a un lado de la mesa.

 

-Siéntate, recuerda que ahora está también es tu casa- la seguridad que Surimi le deba lo tranquilizaba tanto, le aliviaba y le hacía sentir una calidez en su interior difícil de explicar.

 

-Lo siento, es solo que…-

 

-No te preocupes, te entiendo es un cambio muy grande es difícil acostumbrarse, pero ya lo harás- termino de decir el ojivioleta.

 

El desayuno comenzó, estaban comiendo tranquilamente cuando una noticia apareció en el periódico que Surimi estaba ojeando.

 

- ¡No puede ser! - dijo en un grito que casi ahoga la garganta de Joey, que se exalto al escuchar el repentino grito de Surimi.

 

- ¿Qué pasa?, ¿Quién se murió? - decía Joey aun con un poco de comida atorada.

 

-Mira nada más lo que tenemos aquí, esto sí que es una gran sorpresa- cuando Joey terminaba de pasar el agua noto los ojos de Surimi sobre su persona.

 

- ¿Qué pasa? - decía nervioso.

 

-Míralo tú mismo- le extendió el periódico al rubio para que pudiera leerlo.

 

El viernes por la tarde llego el tan conocido cantante internacional

Axel Blair a Japón para su gira internacional

El llamado cantante por excelencia dice estar muy agradecido con la gente

Pues a pesar de llevar solo unos días en la ciudad se siente contento pues ha tenido la oportunidad de conocer “gente muy amable”.

 

Ante esta declaración le preguntamos si estaba hablando de una persona en especial.

 

Solo respondió…

 

“Un ángel dorado apareció en este momento tan importante de mi vida” 

Al cuestionarle sobre lo que esa frase significaba solo pudo decir que la palabra “ángel” será utilizada en una nueva canción la cual daría a conocer en su primer concierto.

 

Amablemente nos pidió que diéramos un aviso especial…

 

“Espero que la flores te hallan gustado,

 

También espero que esta vez sí puedas aceptar el regalo que viene con ellas”

 

Al parecer el cantante está caminando por el sendero del amor, y todos nosotros queremos saber quién es la afortunada que le ha robado el corazón.

 

Sin más Axel no dio más avisos importantes pero lo que sí dio fueron nuevas fechas para sus conciertos, al parecer quiere quedarse más tiempo en nuestra ciudad, muchos especulan que es por ese “ángel dorado” que se le apareció, ante esto les mantendremos informados.

Al terminar de leer el artículo Joey se quedó sin habla, ¿Era él?, ¿De verdad será el mismo?

 

-Al parecer es el mismo chico, mira en las flores vienen boletos vip para el primer concierto que se dará en 15 días- Joey miro sorprendido como es que las flores habían llegado tan rápido al comedor.

 

-Oh lo siento Joey, mientras leías mande traer las flores- exclamaba Surimi con una sonrisa de total inocencia.

 

-No te preocupes, es solo que este asunto se me está dificultando, yo agradezco sus atenciones, pero no siento nada por este chico, lo acabo de conocer y ya me está mandando flores…- esto último lo hizo sonrojarse.

 

-Así que el perro recibió flores- esa voz, le era inconfundible, miro para ver si estaba equivocado pero no, en la entrada del comedor se encontraba nada más y nada menos que Seto Kaiba.

 

-Buenos días Kaiba, que bueno que llegaste te estábamos esperando- le sonreía Surimi muy contento pues los celos del CEO eran evidentes.

 

-Buenos días Kaiba- decía apenado el rubio, preguntándose si había escuchado lo último que dijo.

 

Seto miro las flores con odio, las tomo y volvió a dejarlas en la mesa.

 

-Es sorprendente que sigan intactas, a los perros les gusta comer pasto- una venita apareció en la cabeza de Joey, no eran apenas las 10 cuando ya estaba recibiendo insultos por parte de Kaiba, un grosero que ni siquiera le había regresado el saludo ¿Quién es el que no tenía modales?   

 

-Seto no seas tan malo, ¿No quieres saber quién se las envió? - Surimi nuevamente al ataque de la paciencia del Ceo.

 

-No - dijo secamente.

 

Precisamente “no le interesaba” porque sabía perfectamente quién era el que le había mandado las flores al perro, ¡Sí! Lo sabía, se enteró por el mismo medio que ellos el periódico, nos es que le interesara lo que sucedía en la ciudad, más bien a Mokuba se le había dado por leerlo esta mañana cuando una de las empleadas lo había llevado al comedor.

 

Su hermano menor estaba leyendo en voz alta un artículo al cual no prestaba atención, pero eso cambio al escuchar el nombre de Axel Blair, sabía que ese nombre lo había escuchado en algún lado, recordó la cena. Seguramente era el mismo, estaba a punto de decirle a su hermano que leyera en silencio cuando escucho las palabras…

 

Espero que las flores te hallan gustado

 

Le arrebato el periódico a un extrañado Mokuba, rápidamente leyó el artículo, una vena apareció en su frente y sin más se levantó de la mesa encendiendo la chimenea tiro el gran papel doblado dentro de ella, sin decir nada a nadie tomo su chaqueta y salió en su auto deportivo a gran velocidad dejando muy conmocionados a los empleados quienes nunca habían visto así a su señor.

 

De solo recordarlo le ardía la sangre, porque al parecer sus suposiciones eran ciertas el cantantucho estaba detrás del perro que era de su propiedad.

 

- ¿Pasa algo Seto te ves un poco molesto? – preguntaba Surimi mientras se llevaba un poco de panqueque a su boca.

 

-No nada, solo estoy aquí por lo que me dijiste ayer por teléfono, no tengo todo el día así que por favor date prisa- término de decir con su habitual frialdad.

 

Joey miraba con cara de ¿Qué pasa? Pues no estaba enterado de nada.

 

-Bueno por favor Seto podrías esperar en la sala, aún estamos en pleno desayuno, quiero que Joey coma lo suficientemente bien pues las cosas se pondrán un poco pesadas para el- Joey no decía nada, solo tenía la cabeza agachada se sentía como un niño pequeño además sentía la mirada profunda de unos ojos azules.

 

-Está bien, solo dense prisa-

 

-Nina por favor lleva a Seto a la sala y atiéndelo- la empleada solo hizo una reverencia y salió detrás del Seto.

 

Cuando sintió que se había ido, la atmosfera se alivió pues siempre que Kaiba estaba cerca, sentía una pesadez en sus hombros, tal vez era por esa razón que no lo soportaba Joey soltó un suspiro, no solo tendría que aguantarlo, sino que también estaría muy cerca de su persona algo que lo ponía muy nervioso haciendo que le doliera la cabeza, esto apenas comenzaba.

 

- ¿Estas bien Joey? -

 

-Eh, si estoy bien solo que me es difícil no querer matar a Kaiba por sus buenos modales- tratando de tranquilizar a Surimi.

 

El ojivioleta soltó una risita, Joey era el mismo de siempre, aunque creyeran tanto el rubio como el castaño que él no estaba enterado de nada, era el que más sabia de toda esta situación y se las arreglaría para ponerlos en evidencia de sus sentimientos, la situación a su ver era tan linda.

 

Cuando por fin terminaron de desayunar ambos se dirigieron a la sala donde un impaciente castaño los esperaba.

 

-Siento la demora Seto, pero ya estamos aquí- sentándose en unos de los cómodos sofás, Joey a un lado de él.  

 

-Bueno comencemos, ¿qué piensas hacer con respecto a Wheeler?, tenemos que empezar rápido las compañías no pueden esperar a que su mente lenta aprenda a manejarlas- decía fríamente.

 

- ¡Repite eso y te matare! - la furia de Joey se hizo evidente, ¿¡Qué le pasaba!?

 

-Tranquilo Joey, solo bromea, no te exaltes- Surimi trataba de controlar al rubio.

 

-Pero Seto tiene razón- Joey lo miro confundido.

 

 –Tranquilo yo lo digo en el sentido de que la preparación para poder manejar dos empresas depende de muchos años y tú tienes solo un par de meses- bueno eso realmente lo espanto, como aria para lograrlo necesitaría un milagro.

 

 

-Lo primero que debemos hacer es conseguirte un buen tutor, que te ayude con las clases que llevas en la preparatoria, pues es necesario que tus calificaciones suban a excelentes, el problema es que no puede ser cualquiera, tiene que ser confiable y que valla al día con las materias- decía un poco preocupado Surimi pues encontrarlo sería difícil.

 

- ¿Y por qué tanto problema? - preguntaba Joey.

 

-Bueno está el asunto de que esto debe ser secreto no podemos arriesgarnos a que la prensa se entere y haga un alboroto por el asunto, y me refiero al asunto que deje en China- Joey se dio cuenta de inmediato que el problema del familiar aparecido que reclamaba la empresa sería un verdadero dolor de cabeza si se enteraba de la situación.

 

-No puedo dejar que Kay se aproveche de la situación, podría alegar ante los jueces que tú no estás preparado para manejar las empresas y tendría un punto a favor diciendo que yo no estoy en mi juicio para poder ser el líder de Okina Corp.- la cara de Surimi era de verdadera preocupación, Joey también estaba preocupado pues tenía una enorme responsabilidad con Surimi y con las compañías, además de que Kaiba lo mataría si por su culpa perdía la empresa que con tanto esfuerzo construyo.

 

-Surimi aceptarías ¿Que mi tutor sea un amigo mío? -

 

-Ja, si hablas de amigos no creo que el mono que tienes de acompañante sea de mucha ayuda- mientras una sonrisa burlona salía de sus labios pues por alguna razón odiaba a ese mejor amigo de Joey que nunca se le despegaba.

 

-No estoy ablando de Tristán idiota, y no lo llames así- la cara del ojiazul cambio de una de satisfacción a una de cólera por el insulto dado por el rubio.

 

-¿Entonces de quién?- preguntaba curioso Surimi ignorando por completo la furia de Kaiba.

 

-Mi amigo Yugi, es muy bueno es de los mejores él me ha ayudado mucho a pasar mis materias, si no ya hubiera perdido el año- decía con una sonrisa de mucha ternura el rubio.

 

Con que Yugi, es el mismo chico con el que Joey hablo ayer en la mañana, lo convenció de que tomara la decisión de ser su apoderado, si definitivamente tenía que conocerlo pues Joey hablaba muy bien de él.

 

-El enano es buena opción, aunque eso no le quita lo molesto- decía con fastidio Kaiba pues Yugi era un rival distinto.

 

- ¿Enano? - preguntaba curioso Surimi

 

-Lo que pasa Surimi es que precisamente Yugi es el único que ha vencido a Kaiba en muchos de los combates de duelos de monstruos- decía con gran orgullo el rubio sabía perfectamente que Yugi era el talón de Aquiles del Dragón de ojos azules. 

 

Mientras Surimi meditaba Kaiba le mandaba miradas asesinas a Joey ¿Ahora quien se burlaba de quién?

 

-Bueno que tal si lo invitas mañana a venir a la casa, para ver si es buen candidato para el puesto, no es que dude de ti Joey es solo que me da mucha curiosidad conocerlo- tanto el rubio como el castaño se sorprendieron por la respuesta de Surimi, era buena idea.

 

- ¿Y cómo le explicaras lo que está pasando? - la preocupación salía a relucir, ninguno quería un alboroto y se estaban arriesgando a confiar en alguien más para este asunto que a punto de vista era bastante complejo.

 

-No te preocupes Surimi, Yugi es de fiar te lo aseguro, no por nada ha sido de mis mejores amigos todos estos años, además Kaiba también sabe que tengo razón, ¿no es así Kaiba? - tranquilizaba Joey al presente de ojos morados.

 

-Hump- fue lo único que contesto pues nunca le daría la razón al perro el orgullo, ante todo.

 

-Bien está decidido, mañana conoceré a Yugi, ese tema está resuelto, por lo que concierne a las materias de “Administración de empresas”, “Contabilidad”, “Ingeniería en sistemas”, y demás materias las llevaras con Kaiba.

 

- ¡¿Que?!- dijeron ambos al mismo tiempo.

 

-Olvídalo no perderé mi tiempo enseñándole trucos a un perro- con gran molestia respondió el Ceo.

 

-Pero Seto quien más que tú, que conoces de arriba abajo tu empresa podría enseñarle, además eres brillante seguro que Joey aprenderá contigo lo que no podrá con otro, ¿estás dispuesto a dejar en las manos de un desconocido la preparación de tu nuevo socio? –

Como odiaba a veces a Yukiro, pero tenía razón, cualquiera podría aprovecharse de la situación, además, Joey era un poco ingenuo y daba mucha confianza a los demás.

 

-Está bien, solo porque es mi empresa- el rubio no estaba en posición de oponerse, Kaiba era brillante, y además si Surimi se lo pedía era porque le tenía mucha confianza, tendría que aprender a controlar estas ganas de asesinarlo cada 5 minutos.

 

-Muy bien Joey, después de tus clases con Kaiba, llegaras conmigo yo te daré diferentes materias- el rubio se preguntaba qué tipo de clases tendría con Surimi, para ser sincero le daba un poco de miedo.

 

-Bien está decidido, ahora saldremos de compras- decía Surimi mientas se levantaba de su lugar.

 

Ambos miraban incrédulos al peli-gris.

 

- ¿Y a dónde iremos?, mejor dicho ¿Qué compraremos? - Joey le preguntaba temeroso pues con Surimi nunca se sabía.

 

-Bueno mañana iras a la escuela y te recuerdo que no tienes uniforme, el que tenías Nina lo tiro a la basura- con mucha tranquilidad Surimi se dirigió al recibidor dejando a Joey muy confundido.

 

-Pfff- decía mientras se dejaba caer en el sillón, la situación sí que era complicada, se estiro un momento dejando que la tensión saliera de su cuerpo.

 

De pronto unas manos fuertes lo apresaron, abrió de golpe los ojos y unos ojos azules furiosos lo miraban, estaba en shock, ¿Qué pasaba?, ¿Por qué lo tenía tan cerca?  

 

Su boca se acercó a su oído, podía oler su perfume, estaba impregnado en su nariz, el nerviosismo y su corazón le advertían que en cualquier momento tendría un colapso con Seto encima de él.

 

- ¿Por qué? - le susurraba en el oído, podía sentir la cólera en su voz.

 

- ¿De qué hablas? - Joey no entendía nada.

 

-Las flores que te mando ese idiota, ¿Por qué las aceptaste? - ¿Las flores?, recordó el ramo de rosas que le habían enviado.

 

-Me tomo por sorpresa, nunca pensé que Axel enviaría flores- la situación y Kaiba eran atemorizante.

 

- ¿Axel?, ¡Ahora lo llamas por su nombre! - la cólera de Kaiba creció, los celos que estaba sintiendo en ese momento lo cegaban, ¿¡Que Wheeler no entendía que su único amo era él!? Si lo estaba olvidando se lo recordaría.   

 

-Kaiba me estas lastimando, ¡Suéltame! - decía tratando de zafarse del agarre del mayor, había recuperado el control, su actitud lo había tomado por sorpresa así que solo pudo contestar de manera tímida.

 

-Escúchame bien perro, te lo diré una sola vez, ¡Yo soy tu amo! Solo de mí puedes recibir regalos, no quiero que te acerques a ese imbécil o lo matare- 

 

La furia de Seto era evidente y el estado de shock de Joey también, ¿¡Qué rayos le pasaba a Kaiba!?

 

 

 

Notas finales:

Surimi quiere ver el mundo arder x2 

 

Besos.


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