- Con que te gusto dime que se siente estar enamorado de alguien tan sexy…- me dice el mayor en frente mío con una enorme sonrisa en sus labios, como pude enamorarme de tremendo imbécil no debe ser una confusión.
- Te equivocas yo es solo una…- trato de justificarme pero siento como las palabras se me enredan en la boca, sintiendo la enorme necesidad de que la tierra me trague.
- Atracción sexual…- me pregunta serio para luego desnudarse- ¿te gusta o qué?- me pregunta el muy descarado dejando ese miembro se mi dormido a mi vista, mis mejillas adquieren un tono rojizo signo de que me moriría de vergüenza.
- EXHIBICIONISTA- grite con todas mis fuerzas dándole la espalda es que, como coño se atrevía a hacerme esa clase de preguntas y mas así.
- Mi cuerpo no es y lo sabes- susurro a mi oído mientras sus manos me tomaban de la cintura, su frente estaba sudando lo cual era signo de que la fiebre estaba bajando.
- Vístete no quiere que te enfermes mas…- susurre tratando de sonar indiferente pero no sucedió, mi voz se escapo con un tono suave de preocupación a la vez que mis pensamientos giraban en torno a él.
- Déjate llevar por mi- se atrevió a murmurar pasando sus labios por mi cuello mordiendo con suavidad, de mis labios salió un jadeo realmente estaba mal me sentía confuso.
- Basta Alexander vístete estoy hablando en serio- masculla mientras siento como un problema empieza aparecer entre sus piernas.
- Mírame…- me ordena pero soy incapaz de verle, no deseo sucumbir ante su actitud desenfrenando de deseo.
- Ya basta…- digo con dificultad temiendo que en cualquier momento se escape un gemido y eso es algo que no estaba dispuesto hacer, su mano aprisionó la mía formando un camino a su despertada erección.
- Siempre me pongo así cuando pienso en ti cuando comes, cuando te bañas si te he visto bañándote te has vuelto una obsesión- mascullo haciendo que mis ojos se abran de par en par, no podía creer lo que escuchaba mi mente funcionaba a mil pero en sí, no llegaba a una conclusión.
- Alexander ya te dije que…- no termine de hablar ya que sus labios me cortaron de forma demandante, era brusco incluso podía sentir como mi boca era devorada por la suya cerré mis ojos inconscientemente respondiendo a ese beso que tanto había deseado aun cuando lo negara.
- Está bien… por esta vez lo dejare así pero para la próxima te juro que te devorare sin contemplación…- recalco mientras sonreía de medio lado, lo vi agacharse dando me una vista increíble de su miembro y su trasero se levanto sin vergüenza vistiéndose lenta y sensualmente.
- A que te refieres…- dije haciéndome el desentendido aun que era obvio que yo sabía lo que él deseaba, y aun que me negara yo también comenzaba a desearlo.
- Absolutamente nada seguimos con nuestra cita o prefieres ir a casa…- me pregunto con un brillo peligroso en sus ojos aun cuando su sonrisa no abandonaba sus labios, trague con fuerza saliva definitivamente no quería quedarme solo con él y no pensaba hacerlo.
- Sigamos con la cita, por cierto como es eso que también me espías mientras me baño- digo con un tic en la frente, Alexander me miro con una sonrisa en sus labios.
- Míralo de esta forma es mejor que te espié a que empiece a probar juguetes sexuales mientras duermes, no es que realmente alguna vez pensé en hacerlo… bueno tal vez dos pero definitivamente si te violo juro que seré amable y tierno hasta el final, después de todo yo te amo lástima que tu no aceptes tus sentimientos aun…- me dijo con voz calmada y pausada mis ojos estaban abiertos, y no podía articular palabra sentía mi garganta arder por una extraña razón era incapaz de responderle mordaz.
- Sigamos con la cita…- susurre cabizbajo no podía verle a la cara no me atrevía, definitivamente me encontraba confundido y su cercanía me decía que debía aceptarlo.
- Dime porque te fuiste corriendo- murmura viéndome con sumo cuidado me detuvo al instante no quería hablar del tema no de eso, me revolvía mis dudas y mis sentimiento.
- Pensé que querían estar solos ya como se entienden tanto…- trate juro que lo intente pero mi voz se escapo tan venenosa que incluso sorprendió al mismo Alexander.
- Eres celoso- gruño mientras se reía a carcajadas de mi, mordí mi labio viéndolo con sumo enojo quien se creía.
- No lo estoy idiota- grite dándole una patada en la pierna, comencé a correr con fuerza otra vez no quería estar a su lado me molestaba me hacía sentir débil y yo era hombre.
- Espera pequeño no te enfades…- dice mientras me alcanzaba y me abrazaba fuertemente contra su pecho no supe porque mis lagrimas se me salieron, lo que me faltaba ahora era una magdalena.
- Me gustas…- susurre rendido maldita sea lo sabia solo quería negar lo un tiempo más, pero no podía me había enamorado de ese idiota arrogante.
- Lo sabía entonces eso significa que ya podemos hacer cositas…- me pregunta con una sonrisa divertida, lo mire unos instante captando sus sucias intenciones.
- Por supuesto si tu eres el pasivo…- gruñí liberándome de su él me miro algo desconcertado para luego rascarse la nuca.
- No Steven yo soy el ACTIVO estoy más preparado que tu entiendes…- dice mientras se acercaba para besarme, detuve sus intenciones con una sonrisa en mis labios o si hora de la venganza conozcan al chico malo.
- Pues como la vez Alexander si yo no soy ACTIVO como tú dices entonces simplemente tú y yo no nos vamos a la cama…- le dije decidido mientras lo miraba retadora mente.
- Bueno podemos hacerlo bien en el sofá…- me dice mirándome con una clara intención de no dejarme ir, en sus labios se forma una sonrisa burlona haciendo que me hierba la sangre.
- Pues creo que en el sofá tendrás que arreglar tus problemitas y hacer todas tus cositas SOLO…- recalque para darle un beso de media luna y largarme yo JAMAS de los JAMASES seria pasivo no señor.
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