Thor miraba como Loki mantenía su vista fija en aquel enorme libro que llevaba leyendo hacía aproximadamente tres horas, éste ni siquiera se había molestado en mirarlo. Bufó molesto, parándose de la silla que estaba frente a él, saliendo de la biblioteca. Odiaba esa maldita biblioteca, ¿Qué tenía aquel lugar que hacía a Loki pasar allí horas y horas?, ignorando de forma olímpica a todos y peor aún, a él. No lo entendía ni quería entenderlo. Tan concentrado estaba en sus maldiciones para aquel recinto que su hermano tanto amaba que ignoró de forma olímpica a los tres guerreros y la mujer que le habían hablado cuando lo vieron pasar.
—Quizás está molesto—Exclamó el rubio viéndolo pasar.
—Es más que obvio, —Agregó Sif— de seguro Loki tiene que ver.
Oh, por supuesto que tenía que ver, pensó Thor escuchando la conversación de sus amigos, sus pasos seguían hacia el patio y ahí llamó a su adorado martillo, rompiendo un par de cosas en el camino. Comenzó a entrenar destruyendo a diestra y siniestra los pilares que estaban dispuestos para el entrenamiento, descargando su enojo o tal vez rabia y aun que sería tonto decirlo, celos.
Sí celos y envidia de la preferencia de Loki hacia aquel lugar.
—Thor, por Odín, cálmate—Escuchó la voz de la guerrera que estaba parada frente a él. — ¿Por qué estás tan molesto?, ¿Qué hizo Loki esta vez?
—Nada. —Contestó pasando a su lado en dirección a su habitación.
Ese era precisamente el problema, Loki no había hecho nada. Ni hablarle, ni mirarlo, ni siquiera hacerle una travesura… ¡NADA!
Sólo estaba en esa estúpida biblioteca con sus estúpidos libros aprendiendo sus estúpidos hechizos.
De verdad que a veces trataba de entender cómo Loki prefería pasar ahí solo, con un libro en sus manos antes que estar con él, a todos les gustaba hablar con el rubio, eso lo sabía y le gustaba ser siempre el centro de atención de todos y siempre fue así.
Hasta que su padre mandó a rellenar aquella bendita biblioteca con más libros, haciendo que Loki nuevamente lo ignorara y prefiriera estar en ella.
¡Por Odín! Con él se podía mantener una agradable conversación, quizás no de las más profundas, pero si agradables. En la biblioteca no. Y aunque sabía de sobra que su hermano adoraba la soledad y el silencio, y en la biblioteca podía encontrar ambas, le molestaba.
Enojado lanzó su preciado mazo al suelo haciendo que el sonido matara el hermoso silencio que había en su habitación y se recostó en la cama, cerrando los ojos se dejo vencer por el sueño.
Cuando los abrió la suave brisa de la noche refresco su rostro, despertándolo totalmente, parpadeó notando que su ventana aún estaba abierta ya que la suave brisa nocturna de Asgard mecía suavemente las cortinas blancas. Levantándose de forma lenta diviso el cielo estrellado. No había notado cuánto tiempo estuvo dormido, cuando salió de la biblioteca apenas había pasado el medio día.
Decidido se dirigió a la habitación de su hermano, miró unos momentos la hermosa puerta tallada, tocó un par de veces sin obtener respuestas y luego decido abrió.
Estaba vacía, sin rastro de que hubieran entrado, la ventana abierta, la cama intacta, todo exactamente igual y ordenado. Bufó molesto y enfiló hacia el lugar que de seguro estaría: La biblioteca.
Entró de forma estrepitosa asesinando el silencio que había en aquel lugar, pero en parte logrando parte de lo que había intentado hacer en la mañana.
Loki lo miraba de forma fija y molesta.
—Es una biblioteca, Thor ¿No sabes estar en silencio?—Sus ojos volvieron a posarse en las líneas y sus labios se movían de forma suave para memorizar y probar aquel hechizo que había estado intentado hacer todo el día. Estaba frustrado, aquel condenado hechizo al parecer no quería salirle, había intentando buscar alguna explicación a ello por lo que, sobre la enorme mesa habían un par de pergaminos y algunos libros de más.
—Y tú ¿no sabes que hay otros lugares aparte de la biblioteca? —Respondió de forma tajante, colocando su mano sobre el libro y quitándolo de las manos del mago, éste sorprendido lo miro de forma molesta colocándose de pie y alzando su mano tratando de recuperarlo.
—Regrésamelo Thor, no seas infantil. —Volvió a intentar quitarlo cuando el rubio alzo su mano, sonriendo, dejándolo fuera del alcance de Loki.
—Quítamelo—Enfrentó sin dejar de sonreír y de un momento a otro se vio en el suelo, mientras Loki recogía el libro y lo miraba desde arriba sonriendo de forma burlona. Thor se colocó de pie sin quitar los ojos de Loki ¿Lo había atacado?—Esto no se quedara así.
Levantando su mano llamó a su amado martillo alertando a Loki y destruyendo parte del recinto que el mago tanto amaba. Sonrió victorioso, aquellas paredes tendrían que repararlas, por lo que Loki no podría estar en ella en un tiempo.
Loki abrió los ojos sorprendido, por supuesto que en pelea cuerpo a cuerpo no podría ganar, su mente comenzó a trabajar de forma rápida.
—Pero…, —Habló suave y sensualmente sonriendo, dejando el libro sobre la mesa se acercó a Thor. —Tú empezaste, hermano. —Susurró sobre sus labios, Thor gruñó, odiaba que Loki supiera cómo controlarlo, pero al mismo tiempo agradecido lo subió a le mesa y éste entrelazó sus piernas a la cadera del Dios rubio, apretándolo a su cuerpo, luego fundiendo sus labios en un apasionado beso que sólo separaron por la falta de aire. Thor jaló del cabello a Loki, sacándole un gemido de sus labios y comenzó a atacar su cuello, dejándole notorias marcas en su pálida piel, satisfecho le soltó, arrancándole la ropa, casi rompiéndola y dejando al descubierto su pálido pecho.
Loki con algo de dificultad ya que Thor se estaba tornando demasiado demandante con él, logró quitar la malla que traía dejando al descubierto el pecho de Thor, acariciándolo y jugando con sus dedos y sus pezones de forma torturante. Volvieron a unir sus labios en un fogoso beso mientras el Dios del rayo desataba el pantalón de Loki, dejando libre su ya excitado miembro y bajando hasta llegar a él.
El silencio de la biblioteca fue roto por el agudo gemido del mago al sentir la boca del rubio. Complacido Thor siguió jugando con su hermanito.
Al menos Loki ahora lo estaba mirando a él y no al condenado libro.