Las de la mañana pasaron rápido. Era la hora del almuerzo cuando me sentaba al lado de Fred, Seamus y Ron, para comer. La verdad es que no tenía nada de hambre. Los recuerdos de esa noche, ligados a que ahora tuviera de profesor a esa persona, me hacían sentirme deprimido y sin ganas de nada. Le di varias vueltas a mi comida.
-Harry…-pude escuchar que decía alguien a mi lado. -Deberías comer, para que no te vuelvas a marrear.-dijo Ron.
-Si, tienes razón.- forcé una sonrisa.
-Harry.-Mire a Fred a la vez que George llegaba y se sentaba a su lado.-Solo decirte que nadie merece amargarte, sonríe y demuéstrale al pasado, que eso es pasado.
-Tienes toda la razón Fred.- sonreí y me comí el arroz con curry que avía en mi plato, después me levante y me dirigí a la mesa donde estaban Malfoy y Zabini comiendo.- Blaise.-llame su atención y me miro.-Se te ha olvidado decirme que a qué hora tengo que ir.
Se lo pensó un rato antes de contestarme.
-Pues suponiendo que tienes un castigo con Riddel. Al finalizar tu castigo ¿te parece bien?-me miro.
-Me parece perfecto. –Sonreí y me di la vuelta y salí del comedor para enfrentarme a mi armario.
Después de un par de horas buscando lo encontré. Sonreí y deje la ropa que había seleccionado encima de la cama y me dirigí hacia mi castigo al aula de Riddle. Toque a la puerta y cuando escuche que me dio permiso para entrar, abrí la puerta.
-Hola profesor.-dije y me dirigí hacia el escritorio donde él se encontraba sentado.
-Hola Potter, veo que eres puntual.- volvió a analizarme con la mirada.- Sabes en realidad no se qué castigo ponerte. – le mire de una forma extraña ya que añadió.- Bueno pues que te parece si limpias un poco la clase, los utensilios necesarios están en aquel armario.- dijo señalándolo.
Asentí, era un castigo fácil, dado que ya estaba acostumbrado a limpiar en casa de mis tíos. Saque lo que me hacía falta y me puse a limpiar las mesas y estanterías de la sala. Cuando acabe estaba acalorado y algo cansado. Me sorprendió verlo analizarme con la mirada aun más descaradamente que antes.
-Ya termine.-me miro a los ojos y asintió.
-Puedes marcharte.-me dijo con una sonrisa de medio lado.
Me marche y me dirigí a mi habitación, me di una ducha rápida, me vestí y cogí mi guitarra.
Al llegar, vi que ya estaban la mayoría de Gryffindors y Slytherins. Sobre todo el Sly que yo quería que estuviera. Zabini al verme se acerco.
-Puedes empezar cuando quieras.-luego se marcho y se sentó junto a Malfoy.
Me quite la chaqueta y subí al escenario. Entonces Malfoy miro hacia donde me encontraba y su cara fue un poema, si debo de admitir que una buena forma de hacer que me recordara era ponerme la misma ropa que llevaba la última tarde que hablamos, si con esa ropa parecía un ángel recién caído del cielo. Sin más sonreí y comencé a cantar.
Buenas noches, mucho gusto
eras una chico mas
después de cinco minutos
ya eras alguien especial
sin hablarme, sin tocarme
algo dentro se encendió
en tus ojos se hacía tarde
y me olvidaba del reloj
Estos días a tu lado
me enseñaron que en verdad
no hay tiempo determinado
para comenzar a amar
siento algo tan profundo
que no tiene explicación
no hay razón ni lógica en mi corazón
entra en mi vida
te abro la puerta
se que en tus brazos ya no habrá noches desiertas
entra en mi vida
yo te lo ruego
te comencé por extrañar
pero empecé a necesitarte luego
Buenas noches, mucho gusto
ya no existe nadie más
después de este tiempo juntos
no puedo volver atrás
tú me hablaste, me tocaste
y te volviste mi ilusión
quiero que seas dueña de mi corazón
Entra en mis horas
sálvame ahora
abre tus brazos
fuerte
y déjame entrar.
Termine de cantar y Malfoy estaba mas pálido que antes, en efecto había cantado la misma canción que le había dedicado a él. Después de hacer una pequeña reverencia al público baje del escenario. No me dio tiempo a reaccionar, sentí como alguien tiraba hacia fuera de mí.
-¿Elfo Blanco?-dijo Malfoy en un hilo de voz.
-Mmm puede que sí o puede que no.-dije mirándole.
-¿Por qué has cantado esa canción?-dijo esquivando mi mirada.
-Me gusta la música, la compongo y la canto.-dije sin más.- Este es un país libre, con lo cual, canto lo que quiero cuando quiero y donde quiero. Y ahora me largo.-me dirige a volver a entrar a local, pero otro tirón me lo impidió, al instante estaba contra la pared, con Malfoy delante de mí.
-Esa canción…-se quedo callado y me miro a los ojos, en mis ojos vio el odio y el amor que sentía por el.- Me la dedicaste a mí, esa tarde, no me diste tiempo a contestarte.
No puede evitar echarme a reír.
-¿Contestarme?-le mire con burla.-Lo siento, creo que me quedo muy clara la respuesta.
-No, no te quedo clara.-me miro con decisión en los ojos.-Lo mal interpretaste todo.
-¿Qué? ¿Me estás diciendo que no se interpretar un beso?-ahora si me entraron ganas de reir a carcajadas.- Sabes creo que queda bien clara una respuesta, cuando te declaras a alguien y como respuesta ese alguien al instante se besa con otro.
-Todo tiene una explicación.-me dijo mirándome.- Si me dejas explicártela.
-Vete con tus explicaciones a otra parte Malfoy.-le mire y le empuje para que se alejara de mi y así poder dejar de estar entre sus brazos.- Me quedo todo bien claro esa noche. Me quedo claro que tú no sentías nada por mí. Que me enamore como un simple idiota.
-Fue todo culpa de una apuesta.-me dijo mirándome.
-¿Una apuesta?-le mire y negué con la cabeza.
-Si, una apuesta, si no me crees puedes preguntarle a Blaise.
-No.-le mire.-Paso de ti, eres mi pasado y aquí he venido a crear mi futuro.-Estaba demasiado confuso como para seguir allí, así que comencé a correr hasta llegar a un pequeño lago que había en la zona, sin más me quite la camisa y me lance, desde siempre nadar me había relajado mucho. Aunque en mi cabeza se arremolinaban miles de preguntas que buscaban una respuesta. ¿Y si de verdad había sido todo fruto de una apuesta? Negué con la cabeza, lo fuera o no. Draco me había perdido para siempre.