-¿Has notado que casi no hay mujeres en Aaa? – Fiona se hallaba acostada sobre un sillón y observando el techo de su casa del árbol.
-¿A qué te refieres? Hay muchas por ahí.- Cake hacía uno de sus famosos y gigantes burritos donde colocaba dentro todo lo que encontraba en su refrigerador.
-Quiero decir, casi no hay princesas.- La rubia se sentaba sobre el mismo sillón y observaba lo que Cake metía al burrito.
-Claro que sí.
-Menciona cinco.
Cake comenzó a contar con sus garras.- Están Furnance y Torcha.
-¿Quiénes son?
-Las primas de tu novio.
-Ah, pero ellas sólo iban a serlo.- Fiona se acercó a la mesa y ayudó a la felina a envolver su desayuno.
-Ya no lo serán porque tu novio es malvado y les robará el trono.
-No hablemos de eso y sigue contando.- Miró a Cake con enojo y llevó unos cubiertos para cortar y comer el burrito. No le agradaba que dijera que el príncipe flama fuese malvado, su mamá lo era, pero esperaba apelar al lado dulce que sabía que tenía y no permitirle ser un villano como el reino de fuego quería que fuera.
-La princesa galleta.
-Tampoco cuenta, se cree príncipe.
-Mmmm… ¿y la princesa que tuviste que besar?
-¿La princesa abrazo? Supongo que ella sí cuenta.
-Ya no se me ocurre otra.- Cake mordisqueaba una esquina del burrito.
-¿Lo ves? los demás son sólo príncipes y una que otra reina.
-¿Y cuál es tu punto?
-Que sólo los príncipes pueden casarse con princesas o alguna que tenga que ver con la realeza y no sea considerada una plebeya.- Cortó un pedazo del burrito y lo masticó sin muchos ánimos.
-Tú eres una heroína, no eres una plebeya.
-Lo sé.
-Y le sirves al príncipe de uno de los reinos más importantes.
-Lo sé.
-Eres la mejor amiga del rey de los vampiros.
-Lo sé.-La ojiazul frunció el ceño.
-Salvas a todos los príncipes de Aaa sin pedir nada a cambio y por eso casi todos ellos te conocen.
-Lo sé Cake ¡lo sé! Y eso no me agrada.- Fiona se cubrió el rostro con sus manos.
-¿Por qué no? Eres popular.
-Y por eso mismo la reina helada me quiere matar cada que nos encontramos.
-Pero ella no es una amenaza.
-¿Y qué tal si llega alguna más poderosa? Además no me gusta que los otros príncipes me comiencen a coquetear.
-¿No te habías dado cuenta? Lo hacen todo el tiempo.
-Arggg esto no es bueno.
-Cálmate, desde que estás con el príncipe flama los otros príncipes no se atreven a acercarte.
-Eso tampoco es bueno.
-Le tienen miedo, deberías usarlo a tu favor.- Cake terminó de comer su enorme burrito y pronto tenía un redondo estómago que eliminó con sus poderes elásticos.
-No quiero usarlo como guardaespaldas, además otra cosa que me preocupa es que sin princesas, los príncipes se vuelvan… -Hizo un gran pausa esperando a que la felina adivinase.
-¿Qué?
-Tú sabes, así como están actuando Gumball y Marshall.
-¿Y eso es malo?- Cake la miraba divertida.
-No… bueno, no lo sé.
-Alguien aquí es homofóbica.- Rio y ayudó a Fiona a guardar todo lo que utilizó para cocinar.
-¿Qué es eso?
-Cuando alguien odia ver a dos hombres juntos.
-No lo odio, sólo me es extraño.-La rubia se sonrojó.
-¿Entonces te gusta?
-No, Cake deja de pensar en esas cosas.
-Tú fuiste la que comenzó a hablar de eso. Además Gumball y Marshall hacen una linda pareja, el dulce príncipe parece una chica.
-Eso no es cierto.-Fiona infló sus mejillas en señal de puchero.
-Creí que ya no te gustaba.
-Y así es, pero no tienes por qué decirle así.
-Cómo sea, eso es asunto entre ellos.
-Entonces… ¿crees que tengan “algo”?- Preguntó de manera curiosa.
-Pillina.- Cake la golpeó con su codo cómo siempre solía hacer cuando descubría algún secreto de su hermana.- Sabía que te interesaba.
-Son mis amigos y me importa.
-Mejor salgamos un rato para que dejes de pensar en ellos, no quiero que salga tu lado voyerista.
-Voye… ¿qué?
-No puedo decirte que es, aún eres muy joven.- Fiona hizo otro puchero y ambas salieron.
Cake buscó en la parte de abajo de la casa del árbol donde solían guardar algunas cosas que encontraban en sus aventuras o paseos al bosque y que después les pudiesen servir. Halló unas cuántas figuras y vajillas de porcelana; y las llevó a donde se encontraba Fiona. Comenzó a lanzárselas y esta con su espada golpeaba cada objeto hasta romperlos en pedazos, algo así como jugar baseball.
Cuando llevaban dos docenas de baratijas rotas, lograron observar que Marshall se acercaba a ellas con una gran sombrilla negra, que anteriormente Cake le había obsequiado.
-Hola chicas.- Saludó con un gesto de su mano y ambas también lo saludaron.- ¿No está GMO con ustedes?
-¿Para qué la quieres?- Cake le preguntó dejando una caja con cosas de porcelana en el suelo.
-Quiero jugar un rato a los videojuegos.
-Creí que estarías con el dulce príncipe.- Fiona lo miró de cerca.
-Siempre están juntos.- Cake también se acercó al vampiro.
-Eso no es verdad.- Marshall avanzó hasta la entrada del árbol.- Además, se encuentra dormido en el castillo y no quiere salir.- Fiona lo miró levantando una ceja.- Dice que está cansado y que le duele el trasero.- Al escucharlo, la cola de Cake se esponjó rápidamente y el vampiro entró a la casa, dejando la sombrilla en la puerta y llamando a GMO.
-¿De qué está hablando?- Fiona miró a Cake y la minina estaba petrificada.
-No quieres saberlo.- Entró corriendo a la casa y Fiona la siguió. Marshall estaba flotando cerca de la mesa de centro de la sala con GMO sobre ella. Jugaba un videojuego de motocicletas y movía los brazos con el control conforme la motocicleta en la pantalla de GMO se movía.- Ya dinos que estás tramando.
El vampiro ignoró a Cake continuando su juego.-Responde, no dejaremos que le hagas daño.- Fiona le retiró a GMO y Marshall hizo una cara demoniaca, cosa que siempre hacía reír a la rubia, pero no esta vez.- Marshall hablamos en serio, sabemos que no se soportan, pero aun así han estado muy juntos.
-No debería importarles.- Marshall se cruzó de brazos y miró con indiferencia a ambas.
-Dinos que sucede.-Fiona frunció el ceño.
-No te interesa ¿y qué no estaban enojados?
Fiona resopló y recordó la discusión que había tenido con el dulce príncipe, pero después de la captura de la reina helada, pensó que eso ya se había resuelto.- Debo asegurarme que esté bien, es mi trabajo, no tiene que ver con mi vida privada.- Colocó sus manos sobre sus caderas e intensificó su enojo hacia el azabache.
-Ustedes sí se están metiendo en mi vida privada, así que si no quieres que me meta en tus cosas, no te metas en las mías. – Terminó refiriéndose a Fiona.
-Un momento.- Cake miró con detenimiento a Marshall.- Confiésalo.-La felina ya sabía lo que ocurría, sólo eso faltó para confirmarlo y el vampiro también intuía lo que ella pensaba.
Intercambiaron miradas que confundían a Fiona, hasta que se atrevió a hablar.- Está bien, Bubba y yo somos novios ¿contentas?- Cake sonrió a manera de victoria y Marshall suspiró en espera de posibles burlas hacía el. Fiona intentó no abrir su boca por sorpresa y sólo se limitó a abrir ampliamente sus ojos. Intentó pronunciar palabra alguna pero sinceramente no se lo esperaba a pesar de las obvias pistas que Marshall y Gumball dejaban. Cake lo sabía desde hace mucho, pero no le pareció algo relevante.
El vampiro volvió a tomar a GMO y a seguir jugando como si nada, esperando a que Fiona asimilara la noticia.- Supongo que cuando se refería a que quería a alguien más “maduro” lo decía en serio, aunque no eres precisamente un adulto.- Por fin soltó Fiona, riendo luego del shock y dejando a un no muerto algo enojado. Mientras tanto en el castillo del dulce reino, un príncipe se quejaba sobre su cama por un punzante dolor en su espalda baja, acostado boca abajo y maldiciendo en la almohada.