-¡Qué te largues! No quiero verte… ¡Ya no te quiero!- cuatro simples palabras que si se las dijera otro amigo o un familiar no le interesarían en lo más mínimo, pero viniendo de Diego eran las peores que podía escuchar, sentía que el corazón se le detuvo cuando le gritó así, comenzó a avanzar lentamente hacia su amigo para asimilar lo escuchado
-¿Qué di… dijiste?- anonadado cuestionó
-Que ya no te quiero- le repitió sin empacho
-¡Basta Diego!- levantó la voz
-¿Basta de qué?
-No me digas eso… no lo digas…- un nudo en la garganta se le comenzaba a formar
-Te lo ganaste… mentiroso…- detestaba las promesas rotas, y Bruno lo había hecho.
-Diego… yo no…- se le acercaba lentamente para explicarse
-Deja tranquilo y vete- respondió con desgano
-Por fa…- no pudo terminar de hablar
-¡Vete!- le gritó, se notaba que el joven no podía soportar una falla de ese tipo, tal vez exageraba, pero a su entendimiento no podía ser distinto, su amigo jamás hasta ese día le falló a tal grado
-No… Diego…- pocas eran las veces que había visto llorar a ese macho, esta era una de esas… sin caer en el drama, Bruno soltó una amarga lagrima- lo siento… golpéame, rasgúñame, escúpeme, pero no me digas eso, por favor… tu no…- se sentó a la orilla de la cama y cubrió el su rostro con las manos, su amigo, de pie lo miraba comprendiendo el daño que le hacía con esa frase, recordó que algo así sucedió años atrás…
Diego y Bruno se encontraban en la casa del segundo, Erik permitió que su hijo quedara en verse con su amigo a la salida del colegio. Después de comer y hacer un par de páginas de su libro de texto, decidieron jugar un rato. A penas iban a hacerlo cuando la empleada de la casa llamó al joven dueño…
-Bruno, tu amigo ya llegó- olvidó que uno de sus amigos de vecindario lo visitaría
-Es verdad, quedó en venir hoy…- salió corriendo dejando a Diego solo. Platicó un largo rato con el otro niño, recordó que su otro amigo se encontraba en el cuarto, pidiendo permiso regresó a la alcoba, al entrar vio que Diego había guardado sus cosas dispuesto a irse…
-¿A dónde vas?-
-Voy a llamar a pará para que venga por mí-
-No… no te vayas…- dijo Bruno en un tono de súplica
-Déjame tranquilo, total ya tú y tu amigo están bien… mejor me voy-
-No… enserio no te vayas… por favor-
-Suéltame- le ordenó puesto que lo tenía tomado de la muñeca
-Ya Diego… vamos a jugar-
-Déjame tranquilo tonto…. Ya me quiero ir-
-No… quédate un ratito…-
-¡Déjame en paz! Ya no te quiero… suéltame- aquellas palabras taladraron su mente, sintió un profundo miedo porque esa frase resultara cierta…
-no me digas eso-
-No te quiero… no te quiero-
-¡Ya!- completamente ansioso y asustado, Bruno lo empujó con fuerza hacia el banco en el ue se sentaba para hacer la tarea…
-Hay…- Diego comenzó a llorar, recuperado del pequeño lapsus que tuvo, el amigo corrió para ayudar al lastimado
-Perdóname Diego, perdóname… no llores, por favor no llores, perdóname… perdóname- suplicaba, no le gustaba ver llorar a su mejor amigo y menos por su culpa…
-Ya déjame…- seguía llorando- me quiero ir a mi casa-
-Perdón… perdón…- el otro comenzó a llorar por la preocupación, con cuidado lo ayudó a incorporarse y acostar en la cama- Te juro que no lo vuelvo a hacer… ahorita le digo a mi vecino que se vaya…- salió como bala limpiándose los ojos, no tardó ni un minuto en regresar- Ya… no llores, me quedaré contigo…- se acostó a su lado y le acarició el cabello- No me vuelvas a decir que no me quieres…- recostó su cabeza en los hombros de Diego. A partir de ese día nunca le volvió a poner una mano encima a su amigo, ni de broma lo golpeaba, juró nunca hacerlo de nuevo…
-Bruno… Bruno…- arrepentido Diego se acercó- Ya Bruno… yo lo siento- el otro negó con la cabeza
-No, yo soy quién lo olvidó… discúlpame… no vuelve a pasar- lo miró con melancolía
-No pasa nada… no llores por favor- con el dorso de su mano le limpió las lagrimas que salía de sus ojos
-Ya… tienes razón, no pasa nada…- se levantó, formó una sonrisa y comentó- ¿A dónde te llevo?-
-A donde quieras…- ambos rieron por el fin de esa absurda pelea.
Era otro día, como de costumbre, en el receso de las clases en la secundaria, Diego observaba a Bruno jugar voleibol con otros chicos, se llevaba bien con ellos debido a que eran amigos de su amigo, miraba atento cómo jugaban. Cada golpe que recibía el balón era digno de ver. Bruno hacía equipo con su novia Naty, y aprovechaba a besarla cada que tenían un punto a favor.
Diego entretenido repentinamente sintió la presencia de alguien, volteó la cara y descubrió a uno de sus compañeros de salón, con él casi no había relación debido a que su amigo se llevaba bien con ese chico.
-Viéndolos jugar- comentó el recién llegado
-Sí…-
-¿Y por qué no juegas?-
-Porque no me gusta, prefiero ver-
-Hola, soy…-
-Raymond…. Lo sé, no soy tan despistado compañero- ambos rieron
-Vaya, al menos te sabes mi nombre… tengo sed, ¿me acompañas por un refresco?-
-Claro- desde que ese joven se le acercó a Diego, la mirada asesina de Bruno se posó sobre ellos, al ver que se marchaban, detuvo el partido y fue tras ese par…
-Diego…- mencionó
-¿Eh?-
-Diego… ¿a dónde vas?-
-Acompaño a Ray por un…-
-No, ven… necesito que me acompañes…- lo tomó
-Eh… pero…-
-Necesito tu ayuda, ven…- lo llevó consigo
-Ray, luego vamos… lo siento- el otro asintió. Ya estando cerca de la cancha de voleibol le preguntó- ¿Para qué me necesitas?
-¿A dónde ibas con ese?- preguntó Bruno
-Por un refresco-
-¿Nada más?-
-Sí… ¿qué necesitas?-
-eh… yo… yo…- pensaba en una excusa, no se le ocurría nada…- ¡Necesito que hagas equipo con nosotros!- Diego lo miró con desconfianza…
-Mejor me voy asentar, no era necesario tanto esfuerzo para pedirme que me quedara- con pesadez regresó a su asiento. Continuaba viendo mirando el partido, Bruno de repente miraba que siguiera en su sitio…- a veces es tan egoísta…- susurró para sí mismo. Ray regresó con un par de refrescos…
-Ya que no pudiste ir…- le regaló uno
-Gracias…- lo aceptó gustoso
-¿Y piensas quedarte aquí aburrido?-
-No se me ocurre otra cosa- comentó desganado
-¿Alguna vez se te ha ocurrido escaparte de la escuela?-
-No- dijo mientras negaba con la cabeza
-¿Y qué te parece si vamos a los recreativos?-
-¿Ahorita?-
-Sí…-
-¿y cómo nos escaparíamos?-
-En la parte de atrás hay un hueco en la malla…-
-Pues…- dudada
-Anda vamos…-
-Ok, si nos atrapan ya ni modo…- aprovechando la distracción de Bruno salió corriendo con el otro, dejaron sus cosas en el salón y llegando a la parte trasera del colegio, salieron por el lugar que Ray le indicó, una vez afuera echaron a correr, Diego le avisó a un chico de su clase su plan, como era muy amigo de Bruno le avisaría.
Ya el receso terminó, y Bruno rápidamente notó la desaparición de Diego…
-¿A dónde se metió?- tomó asiento y miró que la mochila de su amigo estaba en otro lugar, con otro compañero…-¿Qué haces con esa mochila?-
-ah, es que Diego me pidió que les cuidara sus cosas…
-¿Les cuidara?-
-Sí, se fue de pinta con Ray- escaparon, cerró los puños con fuerza, su mirada tranquila cambió a una furia, ese sujeto se lo llevó…
-Lo voy a matar… lo voy a matar…- susurró entre dientes….