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Idol. por KeikoHikari

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Notas del capitulo:

Espero que os guste ^^

-         Bueno... Será mejor que me vaya a agradecerle su trabajo a los que trabajan aquí y me voy a preparar lo de mañana. Hasta mañana preciosa, Allen nos vemos después, si es que vienes... – me despedí.

 

Subí las 6 plantas que tenía el edificio, estuve deambulando por allí unas horas, hablando y explicando a todos lo que me había sucedido mes atrás. A todos les impresionó, mostraban pena y tristeza en sus rostros. No había ninguno que me cayera muy mal en la editorial, todos eran muy simpáticos y agradables conmigo allí, hasta incluso jefes editores que no había hablado con ellos, por ejemplo Takano Masamune, a pesar del mal carácter que decían que tenía, a mí me pareció buena persona. Ayudé un poco en la preparación del escenario para el acontecimiento del día siguiente. Y cuando me pareció que ya estaba cansado decidí regresar a casa, pero no podía decirle a Allen que me llevara a casa, ni tampoco podía irme yo con el coche, sino Allen no lo tendría para volver a casa. No tenía otra alternativa que buscar a alguien en la agenda del móvil, pasé letra por letra, intentando encontrar a alguien que pudiera recogerme, y cuando iba por la ‘J’, ya me había cansado de buscar, me di cuenta que de la ‘J’ pasaba a la ‘L’, no tenía ningún contacto que empezara por ‘K’, lo que me pareció muy raro. Seguí mirando la guía, y encontré algo que me impacto: ‘Lyo’ ponía, ¿desde cuando tenía el móvil de Lyo? No recordaba que lo hubiera apuntado, seguramente alguien lo hizo por mí, o al menos eso creí. Enseguida se pasó por mi cabeza la idea de llamarlo, pero seguramente no me respondería, o simplemente me colgaría. Así que decidí enviarle un mensaje, pero no me decidía en el contenido, no sabia si mandarle el mensaje sin decirle quien era, o decírselo, preguntarle por sus discos, o su nuevo single. Hasta que, después de tantas vueltas, lo escribí: ‘Hola, Lyo, te puedes imaginar quien soy, solamente quería saber cómo te iban las cosas, y que tal te encontrabas. No sé si lo leerás, o quizá no quieras responderme, pero si no me lo devuelves, lo entenderé’. Así lo mandé, estuve esperando durante todo lo que quedaba de día aquel ansioso mensaje que ni sabía si iba a llegar algún día. Por la noche, ya en casa, tuve que tomarme una tila para poder dormir bien, porque los nervios no me dejaban.

A la mañana siguiente, desperté y lo primero que miré fue el móvil, y para mi sorpresa había llegado, me lo había respondido, decidí leerlo: ‘¡Yuuto! No esperé que fueras a ver mi número en tu agenda... Se puede decir que estoy bien, con trabajo y eso... Puedo decir lo mismo de ti... Quería hablar contigo pero pude responder mis dudas... Adiós, un beso, Lyo.’. A partir de ese mensaje, digamos que nos manteníamos en contacto constantemente, no hablábamos en persona, pero sí por mensajes, una de las veces me dijo que se alegraba de que viviera con otro hombre, que se había enterado por el periódico, y yo me quedé sorprendido, esperaba de él una ráfaga de celos, pero me llevé un chasco. ¿Estaría él con una mujer? Fue lo único en lo que pude pensar...  Me inundaba la duda, quería saberlo.

Daichi no llegó a enterarse de mis mensajes, se dio cuenta de que manejaba más el móvil de lo habitual, pero no se interesó en ver lo que últimamente se llevaba mi interés. Un día que estaba tumbado en el sofá, se me acercó Daichi, que estaba arto de verme juguetear con el móvil y no con él. Se me acercó y me quitó el móvil de las manos.

-         ¡D-Daichi, devuélvemelo! Estaba haciendo algo importante con él... – refunfuñé sin levantarme del sofá.

-         Yuuto, no sé que te pasa últimamente con el móvil... Estoy empezando a ponerme celoso por un aparato electrónico – dijo dándose la vuelta quedando así de espaldas a mí.

-         No seas así. – Me levanté del sofá, lo abracé por detrás y le dí un beso en el cuello-  Te quiero más que al móvil y lo sabes, pero ahora lo necesito, ¿me lo devuelves?

-         Está bien. – Respondió abrazándome de cara- Pero solo porque lo necesitas, no quiero acabar siendo sustituido por ese aparato.

-         Para nada, ¿a quién iba yo a besar? ¿Con iba a hacer yo el amor? Esas cosas solo las hago contigo y nadie más, que no te quepa duda de eso. – Después de mis palabras lo besé y acaricié hasta dejarlo satisfecho, pero no parecía contento con ello... - ¿Qué pasa, no te gustan mis besos?

-         P-Para nada – tartamudeó- me encantan, pero noto como que no sientes nada por mí, que todo esto lo haces para complacerme o algo así – Algo de mí me decía que sus palabras eran ciertas, y yo estaba seguro de que quería a Daichi, pero estaba enamorado hasta más no poder de Lyo-

-         ¿Qué estás diciendo? Eso no es así, ¿quieres te lo demuestre? Acompáñame – dije cogiéndole de la mano y guiándolo hasta mi habitación, allí lo lancé a la cama. – A ver si de esto que va a pasar, sacas unas ideas claras.

 

Le besé hasta que me quedé sin saliva, lo mimé y abracé hasta que mis manos dejaron de responderme. Le desabotoné la camisa y los pantalones, él hizo lo mismo conmigo hasta quedar desnudos completamente. Chupetones, gemidos, mordiscos, exhalaciones, sudor, pellizcos, susurros, una pizca de dolor, eran las cosas que habían en mi habitación en aquel momento.

Tengo que decir que me gustaba ser más activo que pasivo, pero mientras hubiera placer me daba igual, ya estaba arto de esperar a Lyo, y estaba que me subía por las paredes. A Daichi, reconozco que no se le daba nada mal, se notaba que tenía experiencia. Puedo decir sin equivocarme que había sido tan placentero como para él, como para mí. Era la primera vez que hacía el amor con un tío, pero imaginé que debía ser lo mismo tanto para mujeres como para hombres, así que no se quejó.

-         Eres un tigre en la cama Yuuto, madre mía como te mueves... – dijo excitado y cansado a la vez.

-         Eso no es nada, creo que con esto no te puede caber ninguna duda, ¿verdad? – pregunté.

-         Ninguna, perdón por lo de antes, no debería de haber dudado. – Rectificó.

-         No te preocupes por eso, me alegro de que me creas... Bueno, será mejor que me meta a la ducha... – dije saliendo de la habitación.

Notas finales:

¿Qué os ha parecido? ;)


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