Allen me informó que había recibido un premio a la mejor novela del año. Era normal para mí asistir a la recogida de premios, ya que si no me había otorgado ningún premio, estaba nominado.
Al llegar al salón donde se celebraba el acto los medios de comunicación empezaron a acosarme con sus preguntas, todas eran sobre Lyo, yo no respondí a ninguna, simplemente pasé de ellos.
Me encontré con Namico, una amiga de mi anterior editorial, llevaba mucho tiempo sin verla, pero seguía siendo igual.
- ¿Acosado por los medios? – preguntó ella. Yo estaba de espaldas así que no la vi en un primer momento.
- Un poco, no me dejan quieto... ¡Nami! No has cambiado nada princesa... – dije sorprendido.
- Tú sigues estando tan bueno y siendo tan sexy como siempre querido – expuso besándome la mejilla, yo respondí de la misma manera.
- Por supuesto, la belleza no se pierde.
- ¿Cómo estás? – preguntó ella.
- E-Estoy bien, generalmente, ¿y tú?
- Bien, también... Me alegro de verte. Oye, me llegaron a los oídos que estabas saliendo con Lyoner de Rock Star.
- Eso... – dije pero ella me interrumpió.
- Tranquilo, si no me lo quieres decir no pasa nada. Cuando trabajabas conmigo en la editorial pensé que tenías un rollo con Allen, pero cuando vi a Allen con una chica por la calle, agarrados de la mano, supe que estaba equivocada. – explicó algo sofocada.
- ¿Con Allen? – exclamé riéndome. – Es imposible, somos muy amigos desde la infancia pero no hay nada más.
- Me lo suponía.
- Por ser tú te lo voy a decir, sí, es la verdad, estoy con él, con el cantante de Rock Star, pero quiero mantenerlo en secreto. Nunca pensé que iba a caer en su tentación, todo comenzó de broma y aquí me tienes... – le susurré al oído
- ¡Qué fuerte! – gritó escandalizada.
- ¡Shh! Cállate, no tienes que gritarlo. ¿Qué no entiendes que quiero mantenerlo en secreto?
- Ah, es verdad, perdón, pero es que me sorprende mucho que estés con un hombre después de haber estado rodeado de tantas bellas mujeres.
- Lo sé, pero no soporto a la prensa.
- ¡Tengo una idea! Haber, tú tan solo sube a agradecer y todo lo que tengas que decir, yo te acompañaré arriba, y cuando toquen las preguntas de las cámaras y de los periodistas déjamelo a mí. – pidió guiñándome un ojo.
- E-Está bien, pero, ¿qué piensas hacer? – curioseé.
- Es algo que he querido hacer siempre, no es nada malo, no te preocupes. Bueno nos vemos ahora después, adiós. – dijo alejándose.
- O-Oye, ¡Nami! Esta mujer...
- Don Yuuto Takashi, por favor suba al escenario a recoger su premio.
Al subir, me acompañaba Namico, y cuando terminé de agradecer a todos su trabajo y asistencia vino lo que me esperaba.
- Bien, señor Yuuto, soy Ángela, de Tele Novela, ¿podría desvelar ese rumor suyo de que tiene una relación con el cantante de Rock Star?
- Bueno... Eso... – de repente Nami me quitó el micrófono de las manos y comenzó a hablar ella.
- Eso es totalmente mentira. El señor Yuuto tiene una relación con una chica, como todos sabemos, es heterosexual.
- ¿Podríamos saber el nombre de esa chica? – preguntó Ángela.
- Claro, me llamo Namico y soy editora jefa del departamento de literatura.
- ¿Qué estás diciendo, Nami? – murmuré en su oído, impidiendo que alguien me oyera.
- Tan solo sígueme el rollo, y no te contengas, haz algo de teatro que se te da bien – respondió en mi oído.
- ¿Y cómo podemos saber que usted es en verdad la novia secreta del famoso escritor Yuuto? – preguntó un periodista.
- Escuchad, nosotros los escritores, preferimos alejar nuestra vida privada de lo que es nuestro trabajo lo máximo posible. Por eso no hablo de eso. – dije seriamente, aunque claramente, estaba mintiendo.
- ¿Y que hay de esa foto tan criticada por los medios? En ella aparece usted y Lyoner besándoos delante del hotel Media Luna. – indagó otra periodista.
- En esa foto, salimos él y yo, pero alguien la ha trucado y después ha sido divulgada por prensa. – explicó Nami.
- Creo que todo esto es una mentira – dijo un cámara.
- Está bien vosotros lo habéis querido. – Tomé la barbilla de Nami entre mis dedos pulgar e índice, la acerqué a mi cara, ella asintió segura y la besé lo mejor que lo supe hacer. El beso tenía que ser lo más real posible, ya que se lo tenían que creer. Bajé mis manos hasta su trasero y ella deslizó sus manos entre mi pelo. La gente de la sala enloqueció y los cámaras y periodistas se sorprendieron, los flashes no cesaron hasta que mis labios dejaron a los suyos de lado.
- ¿Y ahora os lo creéis? - Nadie respondió, pero en las caras se les notaban que se lo habían creído de lleno. No hubo más preguntas así que la conferencia terminó.
Hasta que no se fueron todos no pude pedirle disculpas a Nami por todo lo que le había hecho delante de las cámaras: besos, caricias, abrazos, si puse mis manos donde no debía...
- Lo siento mucho Nami, no quería meterte en mis líos... – me disculpé amablemente.
- ¡No te preocupes por eso! He sido yo la que se ha metido por en medio... Tómalo como un favor, estoy muy contenta de que tu elección haya sido esa. – dijo convencida de sus palabras.
- Pero aún así, te pido disculpas si me he pasado en algún momento...
- Para nada, te dije que se te daba muy bien el teatro. Vete prepárate para estar en boca de toda la prensa, porque nuestro espectáculo va a salir en todos los medios – advirtió.
- Eso es lo de menos. Muchas gracias por todo Nami – le agradecí con un abrazo. - Bueno tengo que irme...
- ¿Quieres que te acompañe? Aun que sea un pequeño trazo...
- Está bien, vamos andando si no te importa, es que el coche se lo necesita Allen más tarde y para no volver... Mi casa está a unas manzanas de aquí.
- Claro, no me importa, así hablamos más – respondió contenta.
- Déjame tomarte de la mano, no quiero que ningún paparazzi nos rompa nuestro teatro.
- De acuerdo, no me molesta, he tenido muy buena idea, ¿no crees?
- A mí no se me habría ocurrido...
Y así, tomados de la mano, recorrimos toda la calle principal, como estaba anocheciendo ya no había mucha gente andando por allí. Al tener cogida la mano de Nami recordaba a las de Lyo y eso me hacía sentir cómodo.
Le presenté mi casa, todas las habitaciones sin saltarme ninguna. La invité a café y le ofrecí algo de alcohol, al final, nos quedamos los dos dormidos en los sofás. Me desperté abrazado a ella, no sabía como había llegado a ponerme así, pero eso era lo de menos, me dolía la cabeza por lo que había bebido la noche anterior, aunque no bebí mucho me había sentado fatal. A ella no quise despertarla, parecía disfrutar del sueño, y como no hacía ruido no me molestaba tenerla allí tumbada. Pronto tuve que levantarme a hacerme un café para mantenerme despierto y mientras me lo tomaba, alguien tocó la puerta, por la forma de tocar deduje que era Allen. Efectivamente, acerté, era él, pero no sabía que traía compañía.